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sábado, 30 de abril de 2016

Cómo escribir una novela juvenil sin morir en el intento


Se aproxima la fecha de entrega de la novela breve (20-25 pags) que han de presentar mis alumnos de tercero de ESO. Quedan dos semanas. Se la encargué hace unos seis meses y ha planeado dicho proyecto sobre ellos desde entonces. Es un combate subterráneo que va creciendo en el túnel de la creación y la motivación íntima. Veo a muchos desconcertados buscando inspiración cuando en un principio parecieron tener las cosas más claras. 

La hoja en blanco los aterra. No me extraña. 

Sé que es importante para ellos, pero son ellos precisamente quienes han de encontrar la salida a este enigma que tienen planteado. En conversaciones con ellos salen propuestas como los finales abiertos o cerrados, la autoficción, los temas o tonalidades de la novela: triste, de amor, de terror, el diseño de los personajes... Los hay silenciosos que llevan el tema en el interior de su caletre pero que no han dejado de pensar en él. Los hay más expansivos que cuentan algo de la novela. Las fechas se acercan y eso supone una tensión acrecentada sobre el proceso de ideación y realización. Este es un buen caldo de cultivo. Sé que no todos las van a presentar a pesar del alto valor que tendrá en la nota de evaluación. No puedo imponer que todos y cada uno de ellos la escriban, pero intuyo que un alto número lo hará. Les atrae o magnetiza. Y les horroriza. Como a cualquier escritor, como a cualquier poeta, como a cualquier bloguero cuando tiene que escribir un post. Por experiencias anteriores, sé que esta novela será inolvidable en su vida aunque no vuelvan a escribir nunca más de ese modo.

Este proyecto busca precisamente generar esa tensión en que son como personajes enjaulados y han de buscar una salida del laberinto montado por los investigadores. La única salida fascinante es escribir la novela dejándose la piel en ello. Construir un mundo imaginario con sus propias leyes. Sin embargo, hay otra salida en el comienzo del laberinto donde hay una puerta enorme abierta para escapar sin ningún riesgo. Simplemente, no escribirla.


¿Qué harán?


martes, 26 de abril de 2016

Chernóbil como metáfora existencial


Hoy hace treinta años de la catástrofe nuclear más espantosa de la historia. El 26 de abril de 1986 estallaba el reactor 4 de la central de Chernóbil lo que estuvo a punto de provocar una explosión termonuclear que fue evitada por el sacrificio heroico de centenares de miles de liquidadores que se expusieron a niveles de radiación inimaginables, lo que llevó a que miles de ellos murieran o quedaran gravemente afectados. La ciudad de Pripiat a tres kilómetros de la central fue desalojada y sus habitantes jamás pudieron volver a ella. Se creó un círculo de protección de treinta kilómetros que continúa todavía. La noticia tardó unos días en llegar a occidente pues la URSS censuró todo tipo de noticias al respecto. Aquella fue la catástrofe de origen técnico más grave de la historia de la humanidad. Chernóbil está en Ucrania pero los efectos devastaron a la vecina república de Bielorrusia, patria de Svetlana Alekxievich que publicó en 1997 un libro estremecedor, Voces de Chernóbil, que recomiendo vivamente porque aquello no es algo que deba ser olvidado.

Era la era Gorbachov y su política de apertura de la URSS. Esta catástrofe, junto a las graves consecuencias de la intervención en Afghanistán, supusieron el final de la URSS como estado soviético.

Rememoro aquellos días de abril de 1986 y no recuerdo que tuviera clara idea de la dimensión de la catástrofe que estaba teniendo lugar. Ha sido leyendo el libro de la Premio Nobel Alekxievich cuando he sido consciente de aquello. Fue el final de una era. El homo sovieticus, producto de la educación socialista de la URSS, se enfrentó con una altísima dosis de sacrificio de su vida por los demás, a aquello que fue peor que una guerra. Miles y miles de liquidadores (soldados, trabajadores, pilotos) se ofrecieron para intentar apagar aquello y construir un sarcófago para el reactor.  Todos los que estuvieron en Chernóbil y sobrevivieron – miles y miles murieron abrasados- fueron estigmatizados y quedaron marginados y aislados. Aquellos hombres eran héroes y recibieron medallas pero no eran buenos para tener hijos. Los árboles se pusieron rojos por la radiación, luego pasaron al naranja. Los niños aprendieron que todo estaba contaminado. Que no debían tocar la yerba, las flores, los árboles. A aquellos niños que vivieron aquello se les acabó la niñez de repente. Ya jamás rieron. Hubo centenares de miles de abortos, el análisis de tiroides arrojó niveles de radiación 300 veces superiores a lo normal. A las ancianas les salió leche de los pechos, radiactiva, claro está. La radiación se transmitió genéticamente y aquellas madres pasarán dicha carga a sus potenciales hijos.  La edad media de los bielorrusos descendió a cincuenta años. Desaparecieron los pájaros. Hoy día la naturaleza en torno a Chernóbil es hermosa, radiante en primavera, pero todo está contaminado por centenares de miles de años.

El comunismo saltó por los aires. La vida soviética se había acabado. Los rusos aprendieron a decir “yo” en lugar del “nosotros”. Se había terminado un sistema de valores colectivo del que muchos se sentían orgullosos. El estado mintió y no protegió a sus ciudadanos. La central había sido construida con apresuramiento, sin ninguna calidad, y en ella no había ni un físico nuclear pero sí numerosos comisarios políticos. Fue la crisis de un modo de vida. Los burócratas soviéticos creyeron que podrían controlar la reacción en cadena del reactor, que obedecería sus órdenes. En algún sentido fue peor que la guerra, pues en esta, se sabe dónde está el enemigo. Se puede entender, pero aquello no. Nadie estaba preparado para lo que pasó.

Chernóbil fue una metáfora existencial, un símbolo de la impotencia del ser humano frente una catástrofe incontrolable. Parece un tema de una novela de Dostoievski. El alma rusa tiene una clara inclinación a lo trágico y allí se evidenció, en tal como lo vivieron los habitantes de la URSS. Filosofando frente al reactor.

Luego solo quedó el silencio.

Se buscaba al enemigo, pero no estaba. El comunismo se acabó. Y empezó una salvaje transición al capitalismo que derruyó trágicamente el espíritu colectivo que se había enfrentado a Chernóbil. La era soviética se había acabado.

Este año no, pero en 2017 quiero ir a visitar aquello. Quiero conocer directamente el escenario de la central. He sido tibio respecto a mis opiniones sobre la energía nuclear. Pero tras Chernóbil y Fukushima, los seres humanos tienen derecho a saber a qué se enfrentan. En los días de la catástrofe se emitieron a la atmósfera 100 veces más elementos radiactivos que en las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.


viernes, 22 de abril de 2016

Félix de Azúa y el sistema educativo catalán.


Hace unas semanas Félix de Azúa en una entrevista manifestó algo parecido a que en Cataluña en la escuela se enseñaba a odiar a España. Pongo aquí el enlace a su entrevista en La Vanguardia. Esto fue en vísperas de su ingreso en la Real Academia Española. Félix de Azúa se ha trasladado a vivir a Madrid desde que nació su hija.

No he leído a Félix de Azúa, lo reconozco. No soy consciente de su obra literaria, pero esto no me va a servir para denigrarle ni para insultarle ni para condenarle al infierno de los réprobos catalanes, víctimas de autoodio como muchos han querido hacer con Azúa.

Llevo treinta y siete años en el sistema educativo catalán. Evidentemente mi visión es parcial, solo conozco aquello que he vivido en los centros en que he estado. Vi que sus afirmaciones levantaban olas de reprobación contra él desde muchos ángulos de la comunidad educativa o desde sectores muy variados que vieron en sus declaraciones algo abominable y vergonzoso. Miserable leí en algún sitio.

¿Es cierto que en Cataluña se enseña a odiar a España en las escuelas? Es algo muy arriesgado sostener esto sin un adecuado y sutil análisis. Tal vez es escribir con trazos gruesos un sentimiento que tiene algo de real pero que expresado así es poco adecuado. Yo no diría que en los centros de enseñanza se enseñe explícitamente a odiar a España, al menos de forma generalizada, pero sí que se actúa de forma coordinada para vivir sin la presencia de España o lo español. En efecto, nada hay en el sistema educativo que evoque a España, en todo caso, se menciona de pasada algo sobre un “estado español” que está en alguna parte pero lejano y en todo caso nunca de forma afectuosa o cálida. Cae sobre esa expresión una frialdad absoluta. Esto no quiere decir que algunos profesores sí que prediquen, los hay, desdén y rencor contra esa realidad. Desde los medios de comunicación desde luego todo lo relacionado con lo español en cualquiera de sus formas es considerado rancio, casposo, facha, españolista....

En cualquier fiesta, en cualquier celebración, en cualquier objeto como una agenda escolar, se omite totalmente cualquier referencia a España, país en el que se supone que estamos dentro. Ni a sus fiestas. Es obvio que el día de la Constitución es tabú. O el doce de octubre. Yo no diría que se educa en el odio, pero sí en el desdén, en la distancia, en la omisión completa de esa referencia que para muchos de los que están detrás es odiosa, claro está. El término España no existe en la realidad educativa catalana. Es objeto de una omisión clamorosa. Es algo que es tan palpable que no nos damos cuenta siquiera. Para mí profesor de lengua sé que es totalmente inapropiado que yo escriba en ningún sitio administrativo que soy profesor de lengua española. Lo soy de lengua castellana, que es tolerada siempre que no se salga de los cauces discretos donde debe estar. Nadie nos persigue, lo digo por propia experiencia de tres décadas largas en el sistema educativo catalán, pero sabemos que hemos de ceñirnos a unas normas implícitas que ya se aplican de forma inconsciente.

Hoy por ejemplo, en la fiesta de Sant Jordi, ninguna referencia a Cervantes. Celebración festiva, animada, participativa, emocionada, todo lo que se quiera. Premios de escritura en lengua castellana y catalana, es bien cierto. Pero cuidado con salirse del tiesto celebrando algo que es ajeno a la tradición cultural propia. No digo que fuera reprimido, no, pero no se suele hacer, por lo que sea.

Me imagino la situación en Francia y se me hace inconcebible. En un centro de enseñanza que no se hiciera mención jamás de la palabra Francia, y que se evitara toda referencia a la literatura francesa, o que la bandera tricolor no pudiera ondear de ninguna manera. Pacto de silencio absoluto al respecto. Esto es lo que pasa en Cataluña.

Los profesores de lengua castellana no recibimos ninguna especial malevolencia abiertamente. Es todo más sutil. Ya tenemos asumido nuestro papel y no nos salimos de él. Es pura supervivencia. No sé si es temor o solo saber dónde estamos. Advierto que a veces mantenemos conversaciones inapropiadas pero cerramos la puerta para que no se nos oiga en el pasillo. No ha habido en mi centro ninguna propuesta para celebrar el cuatrocientos aniversario de la muerte de Cervantes. Me pregunto qué hubiera pasado si se hubiera querido hacer algo destacable al respecto, es decir, algo con resonancia entre la comunidad educativa. No sé qué hubiera pasado. Tal vez nada, pero nunca se sabe. Por lo que sé, es mejor no mear fuera de tiesto y permanecer adaptado al ambiente en que sabemos que eso no es conveniente. Ya me entienden.

Los anómalos como yo aprendemos a nadar entre dos aguas. A veces tenemos alguna salida del guion, pero oportunamente se nos obvia y se nos ignora. Esta es la fuerza más poderosa que opera sobre cualquier persona, la reducción a la insignificancia.

Doy clase en un centro educativo en una comarca mayoritariamente de habla castellana (ya ven que escribo acorde al guion). En las clases jamás manipulo a mis alumnos pero se sorprenden muchos cuando menciono el nombre de España. ¿Cuánto hace que has llegado a España? –pregunto a un alumno marroquí o peruano. Estoy seguro de que nadie le ha hecho esa pregunta jamás en el instituto. Mi única rebelión es atreverme a violar el tabú de mentar la realidad de España. Por lo demás jamás he hablado del asunto con mis alumnos. Los respeto y no quiero intervenir de ninguna manera.

Me pregunto cómo será la realidad en la Cataluña profunda, esa Cataluña interior donde hay esteladas en todas partes, incluidos ayuntamientos, paseos, glorietas, cimas montañeras, albergues de montaña... Esa Cataluña que respira nacionalismo por cada poro y que sabe que la desconexión hace mucho tiempo que ya es una realidad. Forma parte de un plan que lleva más de treinta años realizándose.

Pero ya digo que solo hablo de lo que conozco.



domingo, 17 de abril de 2016

El Quijote y yo


Con motivo del cuatrocientos aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes, propongo un juego literario en el que en cien palabras habréis de expresar vuestra relación con el clásico más clásico español. ¿Cómo fue vuestra lectura? ¿O no lectura? ¿Qué tiene de vivo la obra de Cervantes? Si lo detestas, también la opinión es valiosa.


Yo comenzaré con el primer comentario.

viernes, 15 de abril de 2016

Escuchar, tomar apuntes y redactar como estrategias


He descubierto recientemente una nueva herramienta educativa que se llama Linguoo. Está disponible para dispositivos móviles android y apple. No sé si se puede descargar en el PC o en el MAC. En todo caso, se puede generar un enlace y colgarlo en el correo o EDMODO y se puede acceder a sus archivos.

¿De qué se trata Linguoo? Consiste en una colección de audios sobre noticias de actualidad y  artículos sobre asuntos candentes, agrupados en varias etiquetas como Cultura, Entretenimiento, Tecnología, Obras literarias, etc. Estas grabaciones duran tiempo variable. Las más interesantes son para mí las que duran de 3 a 6 minutos. Pero las hay de duración más extensa, incluso de dos horas cuando las grabaciones corresponden a obras literarias de extensión reducida.

¿Qué hago con ellas? Las cuelgo en EDMODO para que puedan tenerlas mis alumnos y en clase les propongo un ejercicio muy interesante. El primero fue “Hay que controlar a las máquinas” que duraba 3 minutos y medio. La de hoy ha sido “Beneficios de tomar apuntes a mano” que duraba unos 6 minutos.

He dividido la clase en dos sectores, los que tomaban apuntes a mano y los que los tomaban con el ordenador. Les he pasado una primera vez el audio sin pausas para que se quedaran mentalmente con las ideas principales. Hay que decir que no son innecesariamente complicados y sí muy interesantes por la selección de los temas. Esta ha sido la primera audición. En la segunda, tenían que tomar apuntes, ya en papel o con el ordenador. Esta primera toma de apuntes era el borrador. Luego tenían que adaptar dichos apuntes a un texto de unas diez líneas en que se recogieran claramente las principales ideas del texto. La limitación de diez líneas era un importante sesgo al ejercicio porque si hubiera sido por ellos, habría sido mucho más largo. Es importante que sea sintético y claro. A este resumen en diez líneas, se añaden cinco líneas más con su comentario personal sobre el asunto. Hoy era especialmente interesante el tema del audio pues sostenía que los apuntes tomados a mano se graban más profundamente en la memoria que los tomados con el ordenador cuya efectividad es mucho más superficial en la memoria a medio plazo. El tema les ha interesado y la clase ha sido muy productiva.

El ejercicio de escuchar con atención audios interesantes es de primer rango. Luego que tomen apuntes sobre ellos es un ejercicio muy útil porque han de aprender a sintetizar, no escribiendo todo, primera tentación de ellos. Aprenden así a delimitar ideas centrales que luego han de expresar en un texto ya ordenado y corregido que es el que presentan al profesor, que espera con interés la mayor o menor habilidad de realizar esta tarea intelectualmente muy provechosa. No es lo mismo la voz del profesor, ya conocida y a la que se presta muchas veces poca atención. Enfrentarles a un ejercicio de audición, con voces y dicciones bien articuladas, es algo que ofrecía un hueco muy importante. Las noticias están en inglés y en español, algo que puede ser también muy productivo para profesores de inglés.


Se unen así varias estrategias, pero el punto de partida son los sugerentes temas que aborda la selección de Linguoo, una excelente plataforma que va añadiendo continuamente audios. Supongo que una de sus virtualidades está dirigida a invidentes que tienen así un canal de audios actualizado y fresco.

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