Hace unas semanas Félix de Azúa en una entrevista manifestó algo parecido a que en Cataluña en la escuela se enseñaba a
odiar a España. Pongo aquí el enlace
a su entrevista en La Vanguardia.
Esto fue en vísperas de su ingreso en la Real
Academia Española. Félix de Azúa
se ha trasladado a vivir a Madrid
desde que nació su hija.
No he leído a Félix de Azúa, lo reconozco. No soy consciente de su obra
literaria, pero esto no me va a servir para denigrarle ni para insultarle ni
para condenarle al infierno de los réprobos catalanes, víctimas de autoodio
como muchos han querido hacer con Azúa.
Llevo treinta y siete años en el sistema
educativo catalán. Evidentemente mi visión es parcial, solo conozco aquello que
he vivido en los centros en que he estado. Vi que sus afirmaciones levantaban
olas de reprobación contra él desde muchos ángulos de la comunidad educativa o
desde sectores muy variados que vieron en sus declaraciones algo abominable y
vergonzoso. Miserable leí en algún
sitio.
¿Es cierto que en Cataluña se enseña a odiar a España
en las escuelas? Es algo muy arriesgado sostener esto sin un adecuado y sutil
análisis. Tal vez es escribir con trazos gruesos un sentimiento que tiene algo
de real pero que expresado así es poco adecuado. Yo no diría que en los centros de
enseñanza se enseñe explícitamente a odiar a España, al menos de forma generalizada, pero sí que se actúa de
forma coordinada para vivir sin la presencia de España o lo español. En efecto, nada hay en el sistema educativo
que evoque a España, en todo caso,
se menciona de pasada algo sobre un “estado español” que está en alguna parte
pero lejano y en todo caso nunca de forma afectuosa o cálida. Cae sobre esa
expresión una frialdad absoluta. Esto no quiere decir que algunos profesores sí
que prediquen, los hay, desdén y rencor contra esa realidad. Desde los medios
de comunicación desde luego todo lo relacionado con lo español en cualquiera de
sus formas es considerado rancio, casposo, facha, españolista....
En cualquier fiesta, en cualquier celebración,
en cualquier objeto como una agenda escolar, se omite totalmente cualquier
referencia a España, país en el que
se supone que estamos dentro. Ni a sus fiestas. Es obvio que el día de la Constitución es tabú. O el doce de
octubre. Yo no diría que se educa en el odio, pero sí en el desdén, en la
distancia, en la omisión completa de esa referencia que para muchos de los que
están detrás es odiosa, claro está. El término España no existe en la realidad educativa catalana. Es objeto de
una omisión clamorosa. Es algo que es tan palpable que no nos damos cuenta
siquiera. Para mí profesor de lengua sé que es totalmente inapropiado que yo
escriba en ningún sitio administrativo que soy profesor de lengua española. Lo soy de lengua castellana, que es tolerada siempre que
no se salga de los cauces discretos donde debe estar. Nadie nos persigue, lo
digo por propia experiencia de tres décadas largas en el sistema educativo
catalán, pero sabemos que hemos de ceñirnos a unas normas implícitas que ya se
aplican de forma inconsciente.
Hoy por ejemplo, en la fiesta de Sant Jordi, ninguna referencia a Cervantes. Celebración festiva,
animada, participativa, emocionada, todo lo que se quiera. Premios de escritura
en lengua castellana y catalana, es bien cierto. Pero cuidado con salirse del
tiesto celebrando algo que es ajeno a la tradición cultural propia. No digo que
fuera reprimido, no, pero no se suele hacer, por lo que sea.
Me imagino la situación en Francia y se me hace inconcebible. En
un centro de enseñanza que no se hiciera mención jamás de la palabra Francia, y que se evitara toda
referencia a la literatura francesa, o que la bandera tricolor no pudiera
ondear de ninguna manera. Pacto de silencio absoluto al respecto. Esto es lo
que pasa en Cataluña.
Los profesores de lengua castellana no
recibimos ninguna especial malevolencia abiertamente. Es todo más sutil. Ya
tenemos asumido nuestro papel y no nos salimos de él. Es pura supervivencia. No
sé si es temor o solo saber dónde estamos. Advierto que a veces mantenemos
conversaciones inapropiadas pero cerramos la puerta para que no se nos oiga en
el pasillo. No ha habido en mi centro ninguna propuesta para celebrar el
cuatrocientos aniversario de la muerte de Cervantes.
Me pregunto qué hubiera pasado si se hubiera querido hacer algo destacable al
respecto, es decir, algo con resonancia entre la comunidad educativa. No sé qué
hubiera pasado. Tal vez nada, pero nunca se sabe. Por lo que sé, es mejor no
mear fuera de tiesto y permanecer adaptado al ambiente en que sabemos que eso
no es conveniente. Ya me entienden.
Los anómalos como yo aprendemos a nadar
entre dos aguas. A veces tenemos alguna salida del guion, pero oportunamente se
nos obvia y se nos ignora. Esta es la fuerza más poderosa que opera sobre
cualquier persona, la reducción a la insignificancia.
Doy clase en un centro educativo en una
comarca mayoritariamente de habla castellana (ya ven que escribo acorde al
guion). En las clases jamás manipulo a mis alumnos pero se sorprenden muchos
cuando menciono el nombre de España.
¿Cuánto hace que has llegado a España?
–pregunto a un alumno marroquí o peruano. Estoy seguro de que nadie le ha hecho
esa pregunta jamás en el instituto. Mi única rebelión es atreverme a violar el
tabú de mentar la realidad de España.
Por lo demás jamás he hablado del asunto con mis alumnos. Los respeto y no
quiero intervenir de ninguna manera.
Me pregunto cómo será la realidad en la Cataluña profunda, esa Cataluña interior donde hay esteladas
en todas partes, incluidos ayuntamientos, paseos, glorietas, cimas montañeras,
albergues de montaña... Esa Cataluña que respira nacionalismo por cada poro y
que sabe que la desconexión hace mucho tiempo que ya es una realidad. Forma
parte de un plan que lleva más de treinta años realizándose.
Pero ya digo que solo hablo de lo que
conozco.
Yo creo que muchos catalanes españoles nos sentimos acomplejados a la hora de afirmar que sí, que somos catalanes y españoles. Quizá pensamos que somos una minoría o que no sentimos la "patria" como debería ser o que somos menos catalanes. En realidad Cataluña es mucho más diversa de lo que nos pensamos y quizá sea ese el aspecto que más me enorgullece de ser catalana, eso y la lengua. Ser catalán es tener la oportunidad de construir una identidad compleja, que se alimenta de la herencia cultural hispana y catalana. Y cuando los profesores de castellano o español, que tanto me da, se inhiben y no se atreven a proponer celebrar a Cervantes durante la fiesta de Sant Jordi (a propósito, la fiesta medieval de Sant Jordi apadrinó en el siglo XX el día del libro precisamente por Cervantes) se produce la negación de esa identidad intercultural que es en realidad la identidad catalana. Tanto daño produce a esa identidad el barullo independentista como el silencio del resto.
ResponderEliminarAnna, mi post revela el estado de cautela con que ha de vivir quien no comparta el fervor patrio y las inquietudes de la tribu (sin ánimo peyorativo ninguno). Tal vez lo veas de otro modo, pero cuando vive en medio del nacionalismo, sin compartirlo, ha de ser en extremo cauto. Lo aparentemente inocente puede convertirse en una pesadilla según la proyección que uno tenga. En mi caso ninguna, pero no dejo de mirar de reojo por si acaso uno mete la pata. Gracias por tu comentario mesurado y entendedor.
EliminarPues ahí está tu problema. Mi pareja es independentista rematada y yo no, nunca lo seré. No creo en una Cataluña independiente ni me interesa. El círculo de mi novio es independentista y, al principio, yo me guardaba mis opiniones para mí. Pero eso me hacía sentir mal, me incomodaba tener que fingir o mostrarme indiferente hacia la cuestion. ¡Ahora no me callo! Tienen que entender que Cataluña no es sólo lo que ellos creen que es. Así que menos aprehensión con las susceptibilidades porque yo también tengo la mía. ¡La autocensura es muy mala...!
EliminarTienes razón, pero yo me he cansado de debatir en las redes sociales y es inútil. Hablar con independentistas es hablar con un muro. No hay posibilidad de encuentro. Hay algún antiguo alumno que me ha dicho que le había decepcionado, que Cataluña había sufrido mucho como nación (como si las naciones pudieran sufrir), que parecía mi discurso el de intereconomía. Para ellos solo existen los buenos nacionalistas y los fachas. Esta palabra me produce aversión porque sé lo fácilmente que se coloca a cualquiera para descalificarle totalmente. Si tú puedes llevar tu relación sin problema, es una maravilla. Yo no tengo ganas de discutir más sobre el tema. Me he expuesto mucho. Y la conclusión es que uno tiene en su fb a personas que opinan igual que él y elimina a los que opinan diferente. Al menos así me han ido eliminando y así he ido eliminando. Mundos que no se tocan y que se desprecian. Esa es la Cataluña actual. Este es el éxito del independentismo: la creación de un territorio dividido en fachas, traidores, botiflers, colonos y ellos, los buenos catalanes. El resto escoria. Hay que reconocer que el panorama es de una pobreza espantosa. Cuando vine a Cataluña era un país mucho más rico en matices e intercultural. Ahora hay una línea divisoria. O estás conmigo o estás contra mí.
EliminarLa autocensura es mala. Pero "ellos" (qué pena tener que hablar de "ellos" y "nosotros") tienen una artillería maligna y poderosa (eso sí, subvencionada con los impuestos de todos. Hay tantos que viven genialmente de la patria...)
Un cordial saludo.
Han llevado al País Vasco y Cataluña a un callejón sin salida los nacionalismos.Y leyendo el artículo de Féliz de Azúa, comparto algunos puntos y es que es tan malo manifestar , como callar.Todo con mesura y sobre todo con diálogo.Que esta pasando en este momento: es un fuego cruzado, unos dicen y los otros amenazan. Pero soluciones ninguna , ya llevo dos décadas fuera de Barcelona donde nací y tengo toda mi familia y la verdad que da pena ver como se están cargando esta región que fue tierra de acogida y ahora parece que es una tierra maldecida por los fanatismos.En todos los sitios cuecen habas, pero se les esta quemando el tejado y lo malo es que, mucha gente no nota el olor a chamuscado.Otra cosa que comparto es que la cultura y la educación fueron la muestra de defensa del pobre.Los que somos hijos de clase trabajadora es el único recurso para poder salir de la mediocridad.
ResponderEliminarfeliz día del Libro Joselu
.
En mi ciclo vital he visto convertirse lo que fue una sociedad abierta y cosmopolita en una mucho más cerrada e intolerante, dominada por la propaganda y los estereotipos. Una pena, pero muchos no son conscientes del empobrecimiento cultural y social que esto supone. ¿Hay motivos para tener miedo? No lo sé, pero hay que dormir con un ojo abierto por si acaso.
EliminarAmo a Cataluña y a "Guipuzcoa", a Aragón, Andalucía, etc. No existe espacio de esta península que deje de amar. Así de claro. Me gusta su gente, su espíritu mediterraneo. Ahora bien, si un colectivo siente de una manera, al igual que cualquier individuo, que se atenga a las reglas del juego, que se responsabilicen de las consecuencias de su pensamiento colectivo y que sufran o gocen a causa las mismas. A las duras y a las maduras, y en silencio, que no molesten al resto del personal.
ResponderEliminarQuien tenga una mente estrecha, aunque aparentemente lo disimule, o lo niegue se estará privando del goce de la diversidad y mejor no sigo porque suena a maldición y no es mi intención aunque la experiencia es todo un grado.!!!
"Hablando de cultura", mira por donde en la mía particular al St. Jordi me gusta más llamarle St. George y aplicarle la siguiente imagen. Nada que ver con las blandenguerías actuales.
https://drive.google.com/open?id=1J3NBQC1meiKni4hmqsTaSIpMf9uGJQDWCg
Nunca me han gustado las historias de dragones en exceso. A mí me pasa lo mismo que a ti, amo todas las regiones de España. En ninguna me siento extranjero ni quiero que me consideren extranjero. Pero a veces en Cataluña uno no puede dejar de sentirse fuera. Es una pena, pero con todo el tiempo que llevo en esta tierra no han conseguido seducirme sus mitos, leyendas ni sus clubes de fútbol.
EliminarJoselu, lee a Josep Pla. Él seguro te seduce.
EliminarJosep Pla me sedujo cuando leí El Quadern gris. Es prodigioso. He leído también Viaje en autobús, pero quiero leer otras muchas obras de él. Es el mejor prosista catalán del siglo XX y el que más les incomoda. No saben cómo digerirlo jajajajajaja.
Eliminar¿ y para llamarlo odio que sería necesario: linchamientos, estrellas amarillas, confinamientos... Zyklon B?
ResponderEliminarXimo, todo es sutil hasta que, en efecto, deja de serlo. De momento vivimos en medio de la sutilezas de que te vas impregnando y te dices las cosas son así. No es cómodo pugnar en sentido contrario. Yo, al menos, no tengo ganas. Pero bastante es opinar como lo he hecho. Es el otro lado, el que para muchos no existe o es mentira o exageración o, peor aún, puesto que se considera miserable.
EliminarEs lo que pasa cuando se ceden las competencias en educación a las autoridades regionales después de décadas de opresión. A mí la situación me parece patética. Todo el mundo conoce la historia y sabe a dónde llevan los nacionalismos. Y, sin embargo, siguen. Hasta que crucen la línea que no deberían cruzar. ¡Ojalá no ocurra!
ResponderEliminarsaludos
La resistencia frente al nacionalismo es muy difícil y hace falta madera de héroe que yo no soy. Agresiones, insultos, amenazas, pintadas, son algo común en esta pacífica Cataluña para el que se atreve a manifestarse disidente del nacionalismo. La gente aprende a estar callada y a autocensurarse para tener la fiesta en paz. Multitud de nacionalistas viven de la patria mediante subvenciones que crean una prensa totalmente dócil, salvo algún caso de decencia personal frente a dicha manipulación. Todo está permeado por el nacionalismo, incluso los conciertos de rock de grupos catalanes vilipendian a los que se sienten españoles promoviendo el grito de "espanyol el qui no boti". Y miles de adolescentes saltan para no ser confundidos con españoles. Lo tienen todo controlado, desde lo más sutil a lo más burdo, cuando se acaban los argumentos sutiles.
EliminarTú vienes de una Europa que vivió los nacionalismos y su furor en dos guerras mundiales. Tenemos la extinta Yugoeslavia todavía reciente en nuestra memoria. En fin.
Saludos.
Si todo esto cada vez me parece un constructo mental, los nacionalismos, de calquir tamaño, ni te digo. Cada vez me identifico más con aquello de " mi patria es el mundo, mi religión hacer el bien"
ResponderEliminarUn abrazo
Yo, en cambio, soy un enamorado de España, esa triste y desoladora España que se bate en retirada, fracasada y abandonada. Acabo de ver una película sobre Japón. Al final de la misma, con el maremoto que arrasó la costa nipona, los japoneses animan a la protagonista belga a que abandone Japón porque quieren quedarse solos con su desdicha.
EliminarUn abrazo.
Cuando te pintas a ti mismo como un profesor a la última e innovador (poco menos que revolucionario) disminuye mucho mi credulidad. Cuando quieres representarte como lo opuesto a un profesor gris… pienso, la mitad de la mitad. Menos lobos, Caperucita.
ResponderEliminarAunque luego te copie la flipped classroom.
Pero cuando escribes sobre Cataluña, -lo has hecho en otras ocasiones- sí me pareces admirable. Me parece –desde mi desconocimiento, pues en realidad solo me baso en lo conozco de algunos amigos que han sufrido el nacionalismo en Valencia y en Baleares,- que describes la Cataluña real, sin exageraciones de un signo ni de otro y con realismo. Me parece admirable que no te pliegues al nacionalismo, aunque no lo combatas expresamente. Dicen que si te lleva la corriente fuerte de un río no hay que nadar contracorriente. Eso te agota y la corriente terminará por arrastrarte. Hay que nadar a favor de la corriente pero acercándose a la orilla. Eso creo que es lo que haces, y por eso aún puedes escribir sobre Cataluña sin caer en el discurso nacionalista.
En esto sí te admiro, repito. Desde luego, yo no sería más valiente ni más héroe que tú.
Alguien me explicaba que Cataluña siempre ha sido más abierta, más moderna y menos provinciana que el resto de España y que en el fondo existe un cierto complejo de superioridad con respecto al resto de los españoles. Eso hace que los nacionalistas no soporten estar en el mismo grupo (españoles) en el mismo país con ellos. Quieren dejar claro que ellos no son el español de la boina y atrasao. Es una interpretación.
Es una pena, pero tras tantos años de educación nacionalista el problema creado tiene una solución difícil. Pero bueno, también parecía que ETA no se acababa nunca y se acabó.
Tienes razón en descreer de mi imagen de profesor rebelde y revolucionario de la didáctica en las aula. Soy, en realidad, un profesor frágil, hipersensible, con tendencia a la depresión, huidizo, poco sociable, poco popular entre sus compañeros, y no sé si algo entre mis alumnos. Entre algunos sí que sé que me aprecian pero son absoluta minoría.
EliminarSoy un bluff.
Utilizo el blog literariamente para forjarme la idea de un héroe como los de las películas de profesores que tanto me gustan. Es una construcción mental para impulsarme cada día, un paradigma al que asemejarme y creerme cercano a él, pero como bien has detectado es una entelequia que no se compadece con la realidad de mi día a día.
En cambio, en el tema del nacionalismo no tengo ningún mérito. No nací aquí y no participo de los mitos de la tribu. No he hecho ningún esfuerzo. No puedo creerme simplemente la ilación de historias que tejen su relato de aldea gala rodeada por la terribles y ridículas legiones españolas. Sin embargo, hay mucha gente que siente como yo en Cataluña, pero son silenciados, apartados, ridiculizados, señalados si se significan. Yo no soy nadie y por eso pasan de mí. Pero si lo fuera, veríamos si estaría tan tranquilo escribiendo lo que escribo.
Así que, como ves, no hay nada en lo que admirarme, salvo en una cosa: la construcción literaria del blog. La creación de un héroe de ficción débil, contradictorio, eufórico a veces, presuntuoso cuando puede, cruel cuando le sale la vena, oscuro, gris, funcionario sin más, que solo ansía a salir de la irrelevancia escribiendo libremente, imaginando cómo podrían ser las cosas si fueran de otra manera.
De todas maneras, al blog le quedan dos telediarios. En mes y medio, se acabará Profesor en la secundaria. Se acabará el fantasmón de medio pelo que ha dado la tabarra durante once años.
Un abrazo ;-)
El chantaje nacionalista a los partidos estatales parta gobernar uno frente a otro, hablo de "cuando el bipartidismo" se advierte de forma hiriente en la tranquilidad con que la mafia familiar de Pujol no solo disfruta de lo robado, sino que hasta se permite, desde la comision del Parlament burlarse de todos los catalanes, incluidos los nacionalistas, porque, al fin y al cabo, la mayoría de los dineros robados son de origen público en forma de adjudicación de contratos públicos. La extensión del pensamiento único (Som Escola, etc; la cubanyera; la ahora ya escogida "República" catalana, hasta hace dos días ni se sabía si podríamos ser Onfalocracia o Vegueriacracia o cualquier invento daliniano del método paranoico-crítico, que sería lo propio, etc.) se ha ido produciendo desde que aquel "Manifiesto de los 2300" lo denunciara. Es difícil, Joselu lo explica perfectamente, mantener una posición que no te lleve, vía defensa de la constitución vigente, o a verte anatematizado como "facha" o a ser marginado laboral, social e incluso familiarmente, amén de otros conflictos de orden menor. Lo que está claro es que ese "pensamiento único", al que habría que apearle el marbete de "pensamiento" y destacar la unicidad absurda de un todo en el que conviven la cup y CDC, las esponjas menstruales y las capas pluviales presidiendo Sant Jordi..., ha chocado contra una compacta realidad que desnuda la hegemonía social que no tienen, salvo en el ámbito oficial. Podríamos decir que el nacionalismo secesionista es un artificio oficial al que le falta la base real. Los agoreros creen que la fasificación histórica secesionista, ese friquismo ideológico, irá a más; los optimistas creemos que hasta el ridículo tiene límites que, traspasados, solo deparan el desprecio. En Quebec saben bien de qué hablo. El sistema educativo ha sido, en efecto, el ariete con que han querido abrirse paso; pero el manifiesto koiné no deja de ser, en el fondo, una denuncia de la depauperación del catalán que ha conseguido ese sistema, ergo... Por suerte, al poder, aun con la minúscula de la perspectiva meramente regional o veguerial, la realidad le inflige más que serias derrotas. He mantenido siempre que los peores enemigos del catalán eran los profesores de catalán. No me muevo de ahi. Ya estamos viendo que los peores enemigos de la secesión son los secesionistas, y ahí está la cup manipuladora de votaciones que lo demuestra o un presidente de la Generalidad elegido a dedo, ¡nada menos! En fin, no olvidemos que los niveles de fracaso del modelo de éxito que nos vende la Consejería de Educación están ahí para mostrar la cara de hereje de la pobreza ideológica, científica y humanística del pensamiento único. Vamos volviendo a las cavernas, al hondo averno de la aversión al pensamiento libre y a la libertad de expresión...
ResponderEliminarEste adelgazamiento del pensamiento en Cataluña por obra del nacionalismo, cada vez más audaz y prepotente, si es que cabe, tiene consecuencias desastrosas para la cultura que es de una pobreza estremecedora. Aunque el resto de España no le va a la zaga. El nacionalismo crece porque España es débil y no sabe o no se atreve a argumentar en el mismo terreno que ellos. La crisis de modelo político, de la monarquía, la económica y social... producen un crecimiento geométrico de las fuerzas centrífugas en Cataluña, y eso es difícil de evitar. No le veo solución fácil ni próxima a este conflicto agudo que hace un siglo estaba en situación semejante. No parece tener resolución. En un siglo no hemos avanzado demasiado. Por lo que veo estamos en el mismo punto. El problema es que el independentismo ha llegado a su grado máximo y no es suficiente para tomar las de Villadiego. Su masa crítica no es resolutoria a pesar de toda la manipulación y utilización de todos los resortes ideológicos para mover la ingeniería social hacia lo que ellos quieren. La situación es de tablas. A ver quién hace el siguiente movimiento con un estado en profunda crisis de la que no va a ser fácil salir.
EliminarEn una escuela de Castellón, de cuyo nombre no quiero acordarme, Cervantes es un vocablo tabú. No pensaba que su ideología "rara" llegara hasta este extremo. Una ideología que desdeña todo lo que huele a español y enaltece todo lo catalán (recuerdo que esta escuela está en la Comunidad Valenciana, y es pública) y por supuesto, toda la cultura de nuestro entorno, al que ellos llaman país y no comunidad. Pasó el cuatrocientos aniversario de Cervantes, y ni una sola mención al genio. Creo que sobran los comentarios.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Funciona así el invento, Miguel, los papanatismos crecen como champiñones en un sótano. A la comunidad valenciana del PP, corrupta y chancletera, le ha sucedido una fanática y ensimismada que se expresa en lo que nos traes aquí. Por aquí en Cataluña, nada de nada. Mezcla de fanatismo y mezcla de falta de valor por parte de los que deberíamos reivindicarlo.
EliminarHas puesto sobre el tapete muchas cosas que desconocía o en las que no me había detenido a pensar. El desdén y la omisión pueden hacer más daño a largo plazo que la lucha directa por lo que cuentas.
ResponderEliminarSiempre dices que no tiene ningún mérito plantear los temas que planteas, ya que eres un donnadie y tus palabras no tendrán consecuencias, pero todos sabemos que no es así, que aunque se sea un "mindundi", no todo el mundo tiene la valentía de meterse en los jardines en los que tú te metes.
No me gustan los nacionalismos, por no sentir no me siento ni especialmente atada al pueblo y la región donde nací. Los símbolos, banderas, himnos y demás, me abruman, no me emocionan, me parecen potencialmente peligrosos todos ellos. Lo de ciudadano del mundo que han dicho arriba va más con mi carácter.
Ahora bien, y cambiando de tercio, ¿solo le quedan a este nuestro blog dos meses? ¿Cómo así? ¿Piensas cerrarlo sin más y dejarnos huérfanos? ¿No habrá remodelación, replanteamiento, reformas, mudanzas, reestructuración, cimentaciones nuevas...?
Contesta prontamente que vivo sin vivir en mí...
Pienso que Profesor en la Secundaria tiene sentido en la medida que se alimenta del aula. Una vez abandonadas estas, no quiero proseguir la andadura que comenzó en octubre de 2005. Ha sido una aventura apasionante, sin duda, pero he de dejarla.
EliminarEso no quiere decir que deje de ser bloguero. Crearé otro blog de temática distinta que he de pensar y diseñar. No puedo abandonar esta dimensión ensayística que me apasiona, pero será desde otros planteamientos, aunque la voz narrativa sea la misma o similar.
Estoy leyendo un libro apasionante que me tiene absorbido. Se llama La España vacía de Sergio del Río. Lo comentaba Antonio Muñoz Molina en El País del sábado. Trata de esa España interior cuya densidad de población es de 9 habitantes por kilómetro cuadrado, igual que la Laponia o el norte de Suecia. Ese corazón de España desierto, abandonado, como tal vez el pueblo del que te desarraigaste. Un drama que no se da en Europa en ningún lugar. Leer esto y ser consciente de la magnitud de esa desolación de la España interior me sume en vericuetos de pensamientos que me llevan a sentir un dolorido pesar por la suerte de España, tan desequilibrada, tan desestructurada, tan terriblemente contradictoria. Me pregunto que qué quedaría de España si el País Vasco y Cataluña se fueran. Yo me siento patriota liberal al modo de Galdós, apasionado español en un tiempo que no tiene pedigree decirlo ni sentirlo. Por aquí, eso es tenido, como he dicho, como rancio, patético, casposo, facha. Pero me duele esa España que cuando la recorro siento amor por ella.
Pues yo solo te pediría, si vas a dejarlo, que no cerrases el blog para que podamos irlo leyendo tranquilamente, consultando, recomendando entradas... porque estoy seguro que buena parte de los contenidos no tienen fecha de caducidad, por asi decirlo, y valen tanto hoy como cuando fueron escritos y lo seguirán haciendo dentro de unos años.
EliminarNo, no lo cerraré, Javi. De hecho hay entradas que son incombustibles y que tienen más visitas que las últimas colgadas. Eso es algo que me sorprende. Hubo un verano en que me dediqué, desde Galicia, a comentar algunos poetas gallegos contemporáneos y, para mi sorpresa, reciben muchas visitas diariamente. Es un misterio el éxito o no de un post.
EliminarAdemás este blog será material importante para un libro que quería escribir que se llamaría La pedagogía salvaje.
Un abrazo.
Mientras seguimos funcionando bajo el viejo esquema: acción-reacción todo está perdido en este tema porque como bien sabemos las posiciones extremas se alimentan mutuamente y se exacerban en su propio contraste.
ResponderEliminarToda el sentimiento antiespañol que se ha acunado en la periferia, no solo en Cataluña, es la reacción a una acción anterior. Han pasado 40 años de la muerte de Franco y del franquismo y todavía se identifica lo español como lo chabacano, lo antiguo, lo casposo etc...
¿Por qué no se ha articulado un discurso moderno, inteligente y audaz frente a los disparates del nacionalismo periférico?
¿Por qué no se ha desmontado las falacias que se esconde frente a las simplezas patrióticas?
¿Por qué no se ha desmontado la idea de que en la tribu todos son iguales, los poderosos y los puteados del sistema, porque todos se acogen bajo la misma bandera territorial?
Solo ahora hay movimientos que desafían esos absurdos y quizás logren abrir puentes que hasta ahora estaban o parecían estar cerrados.
Saludos
Krapp, la victoria de los socialistas en 1982 fue un intento de modernización de lo español formidable. España estaba de mode en el mundo. Su transición inspiró la transición de Nelson Mandela en Sudáfrica. Entrada en la Unión Europea en 1986. España parecía estar en la senda de la modernidad. Juegos Olímpicos en Barcelona en 1992 y Expo92 en Sevilla. Todo parecía entrar en esa normalidad europea. Sin embargo, males endémicos no resueltos seguían en la realidad profunda. La corrupción, la conversión del sistema autonómico en una red clientelar caciquil que alentaría más corrupción, la falta de competitividad de España en la economía mundial y su falta de motores de desarrollo fuera del sector servicios y la construcción. Añado, influido por el libro que estoy leyendo (La España vacía) que buena parte de España está despoblada, abandonada, casi desierta. Y solo algunos focos lo son de desarrollo donde se ubican las multitudes. Periodo expansivo en los primeros años del siglo. El ladrillazo. Aparente bienestar. Disminución del paro. Matrimonio homosexual. Pero llega la crisis que golpea duramente y los problemas larvados y no resueltos estallan todos juntos. El nacionalismo catalán crece. La corrupción nos muestra la realidad del país que se ha construido. Se pone en cuestión todo lo anterior. La transición fue una chapuza. Todo había sido un montaje para seguir gobernando los de siempre. El franquismo sigue como espantajo, cuando creíamos haber salido de él. Estamos en el mismo sitio que en 1917 y 1918 (años que vertebran la novela que estamos leyendo en clase La verdad sobre el caso Savolta). La historia de España es como el mito de Sísifo y siempre estamos en el mismo sitio. Intentamos levantar la bola pero esta vuelve a caer. Y los eternos problemas no encuentran solución porque son muy complejos y enquistados en nuestra psique. Y España en sus dos terceras partes está vacía y en veinte años todavía estará más. Y no tenemos sectores estratégicos competitivos en una economía europea que está en crisis.
EliminarCrees que hay lugar para la esperanza. Intuyo por dónde vas pero me temo que nunca coincidiríamos en el análisis y en la propuesta de las soluciones. Yo soy muy pesimista.
Saludos cordiales.
No conozco este aspecto de la cuestión catalana, así que me abstengo de opinar. Sí lo he hecho y mucho sobre los nacionalismos, incluido el españolista, que tanto daño hacen a la modernización e ilustración de un país y que provocan oscilaciones bruscas y justificaciones pueriles al contrario.
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo con muchas de las opiniones de Azúa. Al menos, tal y como las ha trasmitido la prensa. Pero sí he opinado sobre la campaña que exigía expulsarlo de la RAE por ellas. He tenido que recordar en algunos ámbitos que Franco exigió la expulsión de los académicos republicanos y la RAE no cedió. Fue la única institución que resistió demandas como esta mientras que se hicieron purgas en todos los niveles de educación, incluida la Universidad española, que se plegó servil al régimen. Parece ser que la actitud franquista se nos ha metido en los huesos.
En cuanto a tu personaje, espero que no sigas el camino contrario de los consejos de don Quijote a Sancho y solo seas rígido con las cosas poco importantes y vayas corrigiendo comportamientos y afeando cosas por ahí que no tienen importancia, dando lecciones sobre cosas que no e afectan personalmente y que solo pueden causar daño a individuos concretos con ese ademán polémico y de francotirador que adoptas a veces y te calles en las grandes. En esto ni un disfraz literario es excusa. Donde hay que dar las batallas de verdad es en las cosas del día a día.
Yo sí soy optimista. No me voy a dejar vencer por los que usan las tripas de la gente para controlar los mecanismos de poder.
Gracias por tus consejos, los tomo en lo que valen.
EliminarSaludos.
Personalmente yo anularía todas las autonomías, recentralizaria Sanidad y Educacion y potenciaria las Diputaciones, ya ves, voy en contra de casi todo el mundo o de casi todo el mundo que no se atreve a decirlo.
ResponderEliminarCreo que las autonomías han supuesto un freno importante al desarrollo de este país y en vez de aunar esfuerzos y procurarnos apoyo mutuo, han sido utilizadas como nuevos sistemas de caciquismo. Nadie entiende en este país las multiples administraciones y recursos públicos que se dedican a alimentar a estos monstruos, mientras solo sirven para estorbar. Y digo todas, no solo algunas.
Un saludo