Cuando yo tenía dieciséis años, compartía lecturas poéticas
con un amigo del club juvenil al que pertenecía. Juan Carlos y yo habíamos descubierto, cuando yo cursaba COU, al
poeta Pedro Salinas (1891-1951).
Éste junto con Neruda, Miguel Hernández y Lorca eran nuestros poetas preferidos. Pedro Salinas nos maravillaba por ese conceptismo luminoso que
suponía La voz a ti debida, libro que
compartíamos y cuyos poemas aprendíamos de memoria. Muchas veces me pregunté
por la mujer que había inspirado aquellos poemas apasionados, que hicieron de
Salinas uno de los mejores poetas del amor del siglo XX, si no el mejor junto
con Neruda. En aquel tiempo se
desconocía la relación que había tenido el poeta con una estudiante y profesora
norteamericana de Kansas, entusiasta
hispanista, que había llegado al Madrid republicano y que asistió al curso que
dio Pedro Salinas sobre la
generación del 98. Katherine (Kate) Prue Reding (1891, Kansas-1982), posteriormente Whitmore por su matrimonio con un
profesor norteamericano, fue la musa que inspiró ese libro que nos fascinaba a Juan Carlos y a mí, La voz a ti debida. Pedro Salinas estaba casado con Margarita Bonmatí, valenciana de Santa Pola. El romance, más o menos platónico de Salinas con Kate era conocido por sus íntimos, entre ellos el poeta Jorge Guillén. Cuando se enteró Margarita de este amor, intentó
suicidarse sin conseguirlo. Kate quiso
poner distancia y marchó a Estados
Unidos. Su relación había durado un curso y dos veranos. Sin embargo, había
dejado una profunda huella en Pedro
Salinas que le escribió durante años cartas a veces diarias y la llamaba
por teléfono por las noches. Este epistolario de trescientas cartas se conserva
en la Houghton Library de la
universidad de Harvard.
En 2002 se publicaron ciento cincuenta y dos de estas caras
en una edición española de Tusquets,
Cartas a Katherine Whitmore, a cargo
de Enric Bou. Esta es una edición
muy cotizada que se vende en Amazon
por más de mil doscientos euros. Sorprende en estas cartas el tono de luminoso
enamoramiento de Pedro Salinas
escribiendo a su musa, así como una clara puerilidad en sus imágenes más
propias de un adolescente que de un hombre maduro. No tenemos las cartas que
ella le escribió que se han esfumado.
La mujer que inspiró los tres principales libros poéticos de
Salinas, La voz a ti debida, Razón de
amor y Largo lamento se casó
(1939) con el profesor Brewer Whitmore
que comprendió con caballerosidad la insistencia de Salinas. Sin embargo, murió poco después en un accidente de
circulación. Salinas se exilió
durante la guerra civil y se marchó a Estados
Unidos y después a Puerto Rico.
El poeta fue a dar una conferencia en Northampton
y allí vio por última vez a su musa en la primavera de 1951, poco antes de su
muerte. Ella le preguntó: “¿No
entiendes por qué tuvo que ser así?”. Pedro Salinas le miró con
tristeza y contestó tajantemente: “No,
la verdad es que no. Otra
mujer, en tu lugar, se habría considerado muy afortunada”.
mujer, en tu lugar, se habría considerado muy afortunada”.
Recientemente
la profesora gallega que vive en Valencia Susana Fortes ha publicado una
novela titulada El amor no es un verso libre en que recrea una
intriga que tiene como centro un asesinato de un estudiante en el Madrid de
la república, cercano a la Residencia de Estudiantes, y allí aparece la
relación entre el poeta y la profesora norteamericana. Es una novela de
suspense, del género negro y una narración de amor. Susana Fortes que
conoce bien las cartas de Salinas a Kate llama la atención sobre
la ingenuidad del tono en un hombre hecho y derecho que se enamoró
como un adolescente de aquella mujer que originó el ciclo poético amoroso más
estimable de la llamada generación del 27.
Poco
sospechábamos Juan Carlos y yo cuando leíamos y compartíamos los poemas
de La voz a ti debida que detrás de ellos había una historia imposible
de amor, un amor apasionado e ingenuo de un hombre en la cumbre de su fama
académica y poética por una mujer que se le escapó y que el persiguió
insistentemente con su palabra a lo largo de más de quince años hasta su
muerte. Susana Fortes, la autora del thriller mencionado,
comienza su narración con una frase que encontró escrita de Katherine
Whitmore. La cita más o menos es así: cuando un hombre mira por una ventana
ve lo que tiene delante; si mira una mujer ve algo más y hay una novela detrás de
su mirada.
Lo
verdaderamente penoso es que no se hayan encontrado las cartas de Katherine
a Pedro Salinas. Es el mismo caso en que nos encontramos cuando nos
centramos en el romance entre Benito Pérez Galdós y Emilia Pardo
Bazán. Tenemos las de él (terriblemente ingenuas también) y no poseemos las
que le dirigió la autora gallega. Sin duda, tener las cartas de Katherine
Whitmore iluminaría esta relación que no sabemos si pasó del ámbito
platónico, pero que despertó una pasión cósmica en el poeta Salinas. Contrastan
así mismo la mirada de una mujer y la mirada de un hombre mirando por la
ventana. Dos modos de mirar y de entender el mundo. Y el amor.
A veces enamoramientos así, al estilo del "amour fou" bretoniano por Nadja, son propiamente enamoramientos del propio concepto del amor, al estilo del de la película de Truffaut, "El amante del amor". En cualquier caso, de lo que sí estaba enamorado Salinas era de la belleza que lograba plasmar en sus poemas, el lugar donde se "realizaba" su amor y frente al que cualquiera otra realización hubiera seguramente palidecido. Si nada prueba contra el amor que la amada no haya existido jamás, menos aún prueba el que sí haya existido. En cuanto a la infantilización a que reduce el amor extremo..., da para un buen centón de reflexiones.
ResponderEliminarImagino que la intensísima relación epistolar y la publicación de tres libros mayores de poesía inspirados en ese amor imposible no es sino una idealización del amor extrema convertido en materia literaria, en la tradición del amor petrarquista y cortés, en que la amada era inaccesible por su frialdad, por estar casada, lo que en este caso también fue cierto, o por la muerte de la amada. En todo caso, este enamoramiento del amor nos dejó extraordinarios libros poéticos que agradecemos sus lectores.
EliminarSe me ocurre pensar en que si hubiesen vivido juntos, ese platonismo romántico se hubiese difuminado, la vida es poco romántica...
ResponderEliminarJajaja, eso es realmente cierto. Ese amor totalmente idealizado durante tantos años, solo es posible por la distancia, por la no convivencia real del día a día que aleja casi cualquier romanticismo en la relación.
EliminarNo he leído, Joselu, la novela que mencionas de Susana Fortes, pero sí la de Muñoz Molina "La noche de los tiempos", en la que el arquitecto Ignacio Abel es una suerte de literaturización del poeta Pedro Salinas y, desde luego, se sigue la historia que has contado en tu entrada casi al pie de la letra.
ResponderEliminarUn abrazo, Javier.
Desconocía totalmente el tema de la novela de Muñoz Molina, pero inmediatamente me he interesado por ella y la he comprado. Es una relación que me llena de interrogantes, sobre todo por esa idealización del amor que aparece en sus poemas y en sus cartas. En uno de sus poemas "Si me llamaras" el poeta escribe maravillosos versos que se iluminan conociendo la historia y el "si me llamaras" adquiere un significado que se nos hace cercano en que el poeta anhela que ella lo llame sencillamente por teléfono, como él la llamaba muchos días por la noche. A partir de esta anécdota elemental, Salinas construye un poema espléndido. Creo que ahora podré leer los poemas de Salinas con unos referentes que me los harán más transparentes, igual de misteriosos pero menos ambiguos. Un abrazo.
Eliminar¿No te habías dado cuenta de que salvo raras excepciones los grandes poemas de la literatura universal son producto de amores apasionados, ingenuos y fracasados?
ResponderEliminarEl amor triunfante no es un objeto poetizable ya que al realizarse se convierte en un objeto de distinta naturaleza y pierde las cualidades que el deseo y la necesidad han puesto en él.
Puede parecer chocarrero pero yo comparo el amor con las manzanas, es cierto que asadas están bien ricas pero pierden muchas de sus cualidades naturales.
Respecto a Salinas, nunca podré olvidar que fue el traductor definitivo, nadie lo ha superado, de En busca del tiempo perdido de Proust.
Salud
Efectivamente, las creaciones literarias recrean historias de amores trágicos o imposibles, en las que el fracaso, la distancia o la muerte impiden su círculo de realización concreta y real. La cotidianidad es difícilmente poetizable. Así las grandes historias de amor son o imposibles o extramatrimoniales como fue el caso de Salinas. Puedo entender el dolor y desazón de Margarita Bonmatí, cuyo intento de suicidio es revelador de su crisis a la hora de afrontar el enamoramiento apasionado de su marido por otra mujer que se le escapaba y que no quiso interferir en su matrimonio.
EliminarUn cordial saludo.
Excelente entrada.
ResponderEliminarLa voz a ti debida es uno de los mejores poemarios de la literatura española y sigue conmoviendo.
Un curso y dos veranos. Y una huella para toda la vida.
Son poemas que siguen conmoviendo a los adolescentes por su luz y apasionamiento, aunque siempre los he explicado, por desconocimiento de la realidad, como unos poemas que tenían un tú imaginario o totalmente incierto. Cobran otro valor sabiendo la historia de este amor imposible de Salinas, y a la vez se los hace más carnales, más reales, menos abstractos.
EliminarYo ya sé que si no hay dolor, no hay poesía. Me ha costado mucho tiempo entenderlo, pero ya lo he comprendido. Por eso comprendo los versos apasionados y heridos de Pedro Salinas. Si este amor adolescente y huidizo de aquellos años se hubiera transformado en un matrimonio al uso, este epistolario, evidentemente, no habría existido. El amor tiene estas cosas. ¡Viva el amor!
ResponderEliminarUn abrazo.
Si Pedro Salinas hubiera visto a Kate recién levantada de la cama, si hubiera olido el baño después de haberlo utilizado ella, si hubiera oído algunos pedetes de su musa, o olido su aliento incierto algunas mañanas, probablemente o con toda seguridad estos poemarios extraordinarios que son La voz a ti debida y los otros dos, no hubieran existido. Pocos dedican poemas de amor a sus esposas, pero tengo que hacer una salvedad, porque tú lo haces. No son poemas, pero sí posts de amor, lo que a veces has escrito.
EliminarUn abrazo.
Muñoz Molina es novelista y novela! Este es el libro que hay que leer:
ResponderEliminarhttp://www.tusquetseditores.com/titulos/marginales-cartas-a-katherine-whitmore
Excelente contenido de este gran escritor y poeta. He tenido algunas ganas de leer las cartas que Pedro Salinas le escribia a Katherine Whitmore, que mejor que seguir conociendo y profundizando en la manera de pensar, de escribir y hacer florecer los versos escritos en letras. Espero poder encontrar pronto las cartas y dejarlas para que todos las coozcan y lean tambien en mi Blog de Pedro Salinas.
ResponderEliminarKatherine Whitmore no autorizó a que se publicaran sus cartas a Pedro Salinas, hasta es posible que estas no existan ya y sólo consintió que se publicaran las de él después de 20 años después de la muerte de ella. Margarita Bonmatí, la mujer de Pedro, se suicidó a los tres meses de morir él.
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