Se aproxima la fecha de entrega de la
novela breve (20-25 pags) que han de presentar mis alumnos de tercero de ESO. Quedan dos semanas. Se la encargué hace unos seis meses y ha planeado dicho
proyecto sobre ellos desde entonces. Es un combate subterráneo que va creciendo
en el túnel de la creación y la motivación íntima. Veo a muchos desconcertados
buscando inspiración cuando en un principio parecieron tener las cosas más
claras.
La hoja en blanco los aterra. No me extraña.
Sé que es importante para
ellos, pero son ellos precisamente quienes han de encontrar la salida a este
enigma que tienen planteado. En conversaciones con ellos salen propuestas como
los finales abiertos o cerrados, la autoficción, los temas o tonalidades de la
novela: triste, de amor, de terror, el diseño de los personajes... Los hay
silenciosos que llevan el tema en el interior de su caletre pero que no han
dejado de pensar en él. Los hay más expansivos que cuentan algo de la novela. Las
fechas se acercan y eso supone una tensión acrecentada sobre el proceso de
ideación y realización. Este es un buen caldo de cultivo. Sé que no todos las
van a presentar a pesar del alto valor que tendrá en la nota de evaluación. No
puedo imponer que todos y cada uno de ellos la escriban, pero intuyo que un
alto número lo hará. Les atrae o magnetiza. Y les horroriza. Como a cualquier
escritor, como a cualquier poeta, como a cualquier bloguero cuando tiene que
escribir un post. Por experiencias anteriores, sé que esta novela será
inolvidable en su vida aunque no vuelvan a escribir nunca más de ese modo.
Este proyecto busca precisamente generar
esa tensión en que son como personajes enjaulados y han de buscar una salida
del laberinto montado por los investigadores. La única salida fascinante es
escribir la novela dejándose la piel en ello. Construir un mundo imaginario con sus propias leyes. Sin embargo, hay otra salida en
el comienzo del laberinto donde hay una puerta enorme abierta para escapar sin
ningún riesgo. Simplemente, no escribirla.
¿Qué harán?
Escribir una novela es un gran reto. Yo había empezado cientos de veces antes de poder llevar un texto hasta su conclusión, y ello no significó que fuera algo que otros pudieran leer (tengo un par de esos manuscritos que no enseño a nadie), pero es una experiencia de la que uno sale cambiado. Algo se vacía dentro de uno y las experiencias quedan reorganizadas en nueva perspectiva. ¿Me creerás que suelo pensar de los incidentes y personajes de la novela que tengo publicada como si en realidad hubiesen ocurrido? ¿como si fueran personas, lugares y situaciones que existieron, y siguen existiendo, en otro plano? Hay algo que cambia cuando la historia se ha plasmado y llega a existir independientemente de uno y a ser, incluso, memoria que otros comparten.
ResponderEliminarEstos mis muchachos (y muchachas porque a veces son las mejores) son inexpertos con el lenguaje. Raramente lo han apreciado como instrumento útil de expresión escrita. Es, por ello, doblemente terrible el desafío porque los enfrenta a su pericia lingüística y a su capacidad de fábular. Plasmar por escrito una historia da para muchas reflexiones para idearla. Y ya no digamos para escribirla. Pero lo cierto es que es una experiencia que marca profundamente, como bien dices. Y ciertamente, algunas historias que escribieron antiguos alumnos me han dejado un poso formidable en mi memoria.
EliminarPues si la hoja en blanco los aterra, que esperen a escribir la primera palabra... Una vez escrita, la que sea: "Ayer", "A", "Salir", "Jueves", "Si", "nunca"...verán, de repente, con todas sus es contraídas súbitamente en una interjección impropia, cómo se levanta ante ellos el más verde y florido laberinto de las dudas..., porque, aunque le ronden frases por el caletre, son palabras individuales las que han de ser escritas, y suelen estas quejarse, usualmente, de la compañía, ya de la que las precede como de la que las sigue, porque no hay, por decirlo crudamente, palabra "satisfecha"... En todas ellas hay, siempre, un poso de insatisfacción que se convierte en un pozo de desesperación ante la incapacidad de quien escribe para poder concederles la compañía deseada, o la adecuada, o la mínimamente decente... La página en blanco es una bendición... Creo que sé de lo que hablo, porque hablo de lo que escribo, y de lo que cuesta escribirlo, todo, en cualquier lugar, para cualquier lector...
ResponderEliminarSeguro que no hay en ellos tal prurito estilístico. Para los adolescentes, el lenguaje es esencialmente utiliitarista y no entran en su complejidad ni sus posibilidades. Creo que entre los alumnos que tengo, solo hay una muchacha de origen guineano que esté retratada en tu comentario y que sentirá pánico ante la hoja en blanco y ante la primera palabra que escriba. Los demás, entiendo que serán más insensibles a tal desafío. Ciertamente, escribir es algo que nos enfrenta a nuestros límites.
EliminarDiscúlpame si ya lo has hechos en algún post anterior que no he leído, pero me gustaría saber qué indicaciones les has dado para semejante encargo.
ResponderEliminar¿Les has dejado libertad absoluta o les has pautado los pasos? ¿Solo les has indicado la extensión?
El proceso es lo que más me interesa, en todos los casos.
¿Serás juez absoluto? ¿Saben tus criterios de evaluación?
Disculpa si estoy especialmente curiosa, pero todo lo que tiene que ver con la escritura me pierde, desde siempre...
Un abrazo, profe.
Es el momento, profe, no te lo pienses más
EliminarLes grabé un vídeo Escribir una novela
Hemos tenido diversas conversaciones sobre ello.
Un abrazo.
¡Una entrada en escena espectacular, jajaja!
EliminarMe ha gustado mucho el empleo y elección de la música, tú, que dices que no eres musical!
Envidio tu soltura con las TIC, no es mi caso y hubiera deseado ser más competente con ellas. En concreto la edición de vídeo siempre fue mi asignatura pendiente. Lo poco que aprendí me lo enseñó mi alumno Javier con 10 años, era un crack y se quedaba después del horario para darme algunas clases; un ejemplo perfecto de que la enseñanza fluye en las dos direcciones y de que solemos recibir más de lo que damos :)
Con esas pautas, seguro que escribirán maravillas, ¡ojalá yo hubiera tenido esas concienzudas orientaciones de mi profe de literatura, ainss, eran otros tiempos!!
Gracias por aclarar mis dudas.
Un abrazo.
He grabado este año treinta y ocho vídeos. A veces hay que repetir la grabación dos y tres veces para que salga mínimamente bien. Con iMovie no es difícil grabar y editar el vídeo.
EliminarNo sé si las nuevas tecnologías resuelven los problemas de fondo de nuestra profesión. He querido vivirlo así porque me interesa este mundo y me ayuda en mis clases, pero no soy consciente del nivel de asimilación. Nada suple el estudio y el trabajo personal y eso mis alumnos no están por la tarea. Estudiar no es una de sus prioridades, y es que es duro. Mi hija que estudia primero de bachillerato se deja la piel estudiando. No le gusta pero lo hace. Tiene una voluntad de hierro. La veo muy agobiada siempre porque quiere hacer las cosas muy bien. Pienso que se excede y preferiría que sacara menos nota. Quiero decir que los nuevos métodos pueden ser más dinámicos, pero lo esencial es eso, la capacidad de sufrimiento que tengan nuestros alumnos para estudiar y trabajar lo impartido.
De todas maneras, espero que haya algunas buenas novelas. Siempre me soprenden de alguna manera.
Un abrazo.
Buen intento. ¿Quién sabe? A lo mejor entre ellos hay un escritor en ciernes que todavía no ha descubierto su verdadera vocación. El tiempo lo dirá. Y si no, por lo menos habrá sido una experiencia muy intensa e interesante para algunos/muchos y eso es lo que cuenta.
ResponderEliminarSaludos y que el resultado del "experimento" no te defraude.
Nunca me ha defraudado cuando lo he propuesto. Sé cuál es el alcance expresivo de mis alumnos. Muchos son de origen magrebí y sus dificultades con el idioma son insalvables. Será muy duro para ellos, si deciden exponerse a este desafío. Quedan muchachos cuya lengua es el castellano que puede que se impliquen profundamente en el proyecto. Hay una alumna de origen guineano que escribe bastante bien de la que espero una novela interesante. Hay otros que también tienen un mundo potente y que se sienten reclamados por el reto. Con que el veinte por ciento sea interesante me daré por satisfecho. No es fácil. De todas maneras, lo bueno de esto es que habrá quien me sorprenda por completo. Siempre ha sucedido así. Es la cuarta o quinta vez que propongo en mi carrera docente, este experimento. Solo lo que les está haciendo sudar ya es bueno.
EliminarLes has metido en un dilema del copón y efectivamente va a ser una ocasión única en sus vidas teniendo en cuenta que muchos ellos nunca se han atrevido a salir de su espacio de confort, como se dice ahora.
ResponderEliminarLos chicos, incluso lo de familias más vulnerables con los que tú trabajas según tus propias palabras, están acostumbrados a vivir en un limbo de juventud eterna y confortable hasta que la vida les da en la cara. Queremos que su vida no sea una selva y en vez de darles armas para defenderse les trazamos una autopista para que el desencanto les llegue lo más tarde posible. De esa manera el golpe siempre será mayor por ser más tardío.
La idea de la novela activa rincones de la mente que flotan en el aire sin encontrar una salida. Ojalá hubiera tenido un profesor que a mis 15 o 16 años encauzase mis agobios hacia un modo literario.
Saludos cordiales
El momento ideal para escribirla es un año más tarde, pero he decidido adelantarla. No me cabe duda de que para muchos es algo determinante en su formación. Tienen que enfrentarse a una cierta concepción de la ficción y general un mundo literario o paraliterario. No es lo mismo escribir una redacción de una página que un ejercicio coherente y sostenido de la dimensión que les he pedido. Hay una serie de reflexiones que han de salir a flote como la creación de personajes, el narrador, el tiempo y el espacio narrativos, la dosificación de la intriga, la resolución de la historia. Ciertamente es un ejercicio formidable, así he tenido ocasión de constatar cada vez que lo he propuesto. Tal vez alguno madure en algún sentido. Hubo una promoción de cuarto de ESO que tres muchachas optaron por hacer Filología Hispánica, una salida poco frecuente en estos tiempos. Algo se remueve.
EliminarSaludos cordiales.
Pues mi novela está casi finalizada. Apenas me queda el último capítulo y el epílogo. Tengo una ganas tremendas de entragrtela y que me digas quw te parece.
ResponderEliminarGracias por ofrecernos esta oportunidad. Y tranquilo, por qué no tengo pesado dejar de escibir jamás.
Si la acabas antes, puedes entregarla cuando quieras. Cuanto antes las tenga, antes comenzaré a leerlas. Quiero pasármelo bien leyéndomelas. La prueba de que una narración funciona es que hace disfrutar al lector. Si me hace sufrir, malo. Ha habido algunas novelas que me han tenido absorbidos de cabo a rabo sin poder respirar hasta que la he acabado. Eso es una buena narración. Espero con gran interés tu novela. Y me alegraría que este fuera un paso para una vocación de escritura que no decayera, como tú dices, jamás. Yo no puedo pasar un día sin escribir, aunque sean páginas de mi diario.
EliminarBueeeeno, qué maravilla tienes aquí mismo a un alumno tuyo que ya ha terminado su novela ¡¡enhorabuena ANDRÉS OLIVA!! ya solo te queda plantar un árbol y tener un hijo.. para lo último mejor espérate un poquito ;)
ResponderEliminar¿ De verdad a alguien le aterra una hoja en blanco? a mi me imanta, aquí me ocurre con estos cuadraditos donde colocamos nuestros comentarios, me resulta dificilísimo cortar mis choros de letras ¡qué te voy a contar con lo que me has sufrido ! ;) cuando tenía 16 años también escribí mi novelita, recuerdo que fueron como 70 folios o una cosa así y que su protagonista se llamaba Arturo Pretel y era veterinario jaja su nombre se me quedó grabado de un anuncio de comida para perros que ponían en la TV jaja lo que no recuerdo es de qué trataba, seguramente sería tan terrible que ni yo debí leerla ;)
Acabo de escuchar la entrevista que te hicieron en ZM (un profesor andaluz, estupendo por cierto) y tal cual te comenté, me ha encantado escucharte. Además de lo interesantísimo lo que has contado, tu naturalidad, tu humildad, tu claridad , todo.. y me gustó es que repetieses muchísimas veces la palabra "ilusión", decías algo así como que te nutres de la ilusión que despiertan en ti tus alumnos ¿ te das cuenta qué cosa más bonita resulta escuchar a un profesor hablar así? ... jamás pensé ver una metamorfosis tan alucinante -más quisiera Kafka- hace unos años bagabas por los caminos de la oscuridad y la desesperanza docente y hoy levitas.
Me alegro tantísimo por ti que solo espero que ANDRÉS OLIVA llegue a ser un grandísimo escritor y en su discurso ante la academia sueca en la entrega de los Nobel recuerde que un profesor que se llamaba JOSELU fue quien le hizo descubrir que "jamás dejaría de escribir" ;)
Enhorabuena mi querido profesor! hoy te has ganado este título con creces ;)
Me han hecho mucha ilusión el comentario de Andrés y el tuyo mencionándolo, Espero que lo lea. Sé que algunos alumnos leen el blog pero no sé muy bien cuándo y quiénes. Hoy se ha destapado uno "de armas tomar". El escoger el nombre de los personajes y el de la misma novela son de vital importancia, como bien compruebas al recordar a Arturo Pretel, veterinario jajajajaja. Lo cierto en cuanto a la ilusión ha sido precisamente esta promoción de alumnos que están en tercero los que me insuflaron ilusión cuando empecé con ellos en primero hace tres años. Nunca había dado clase a primero de ESO (doce añitos). Pensaba que eran muy pequeños, pero me encantó encontrármelos tan niños todavía pero abiertos y flexibles. De hecho ya son tres años y han crecido, se están haciendo mayores y ahora es posible el proyecto de la novela. Mejor hubiera sido en cuarto, el año que viene, por la madurez que supone, pero ... este es el momento para bien y lo que sea.
EliminarEspero que Andrés siga escribiendo. El otro día ganó el concurso de Sant Jordi en la modalidad de relato en castellano. Fui yo quien le dio el diploma, un beso y una rosa (esta se la dio otra alumna). Ojalá sea cierto y que siga escribiendo. Escribir es el mayor (o uno de los mayores) instrumentos para explorar el mundo y conocerse, y para mí de soltar lastre y serenarme. Cuando te das cuenta de la magia de las palabras escritas, ya no lo puedes dejar.
Gracias por escuchar el audio. En principio debía ser de veinte minutos, pero nos extendimos y extendimos. Nos lo pasamos bien.
Veo que tienes al menos un escritor en el grupo, porque no tiene pensado dejar de escribir jamás, y qué bueno es eso. Más allá de ser publicado o no, de ser premiado, más allá incluso hasta de ser leído, Andrés sabe qué es lo que hace a un escritor, y eso es, precisamente, la certeza íntima e indeclinable de que jamás dejará uno de escribir, porque sí, porque con eso se nace y eso se muere con uno. Recordarles simplemente que ha habido un Borges que desistió siempre de escribir novelas y sin embargo fue uno de los más grandes escritores de nuestros tiempos. Estuviste bastante exigente con tus alumnos, Joselu: me parece que habría sido más fácil para ellos aproximarse al relato o al cuento, pero está muy bien que les hayas puesto un desafío como el de escribir, y apuesto a que la mayoría te entregará una novela terminada. Ya nos contarás tú, Profesor.
ResponderEliminarUn beso.
Fer
Responde, Fer, a un modelo que he experimentado en tres ocasiones en mi carrera docente. En otra ocasión les hice escribir una novela de caballerías, así que han sido cuatro veces en total. En este caso el problema es peliagudo porque hay alumnos de origen no románico cuyo castellano es precario y sus construcciones son harto desestructuradas. Difícilmente podrán lograrlo por su confusión de tiempos verbales, escasez de léxico, dificultades inherentes a que piensan en otra lengua y han de expresarse en castellano. Sin embargo, hay un porcentaje de alumnos que podrán hacerlo si se ponen a ello. El desafío es mayúsculo pero sé que sienten la tentación de lograrlo. Asisto estos días a sus dudas, a no tener nada hecho tras cinco meses después de haber ensayado cinco o seis novelas que no les han convencido. Para mí es una sorpresa. No sé lo que va a salir. No tengo ni idea. Pero si no lo intento, si no los someto a este reto ¿cómo van a saber ellos mismos y yo adónde pueden llegar?
EliminarUn beso, Fer.
Te copié la idea, en parte, y propuse a mis alumnos de 3º ESO redactar una novela picaresca con el fondo de la situación de los refugiados sirios; la extensión es mucho menor, apenas 8 páginas. Llevamos todo un mes dedicados en exclusiva a ello y esta semana cerramos la actividad. He descubierto que tienen la imaginación bloqueada por la avalancha de estímulos externos, que les cuesta centrarse en la historia, pero por otro lado, cuando se ponen a ello, son muy pasionales. Ya nos contaremos :)
ResponderEliminarUna vez en el BUP les propuse escribir una novela de caballerías después de leer El caballero de la carreta de Chrétien de Troyes. El resultado fue magnífico pero hablamos de un tiempo distinto, con mucho más léxico. Cuando ensayo este proyecto cuido mucho de marcarles el tema. Hacerlo, como lo has hecho tú, es un arma de doble filo para bien o para mal. Yo busco precisamente la emergencia de su propia peripecia vital, su proyección en una novela de su hic et nunc, una especie de bildungsroman que exprese el Zeitgeist que ellos sienten y cómo lo sienten. Yo, por otra parte, no les ayudo mucho. Les di un vídeo de formación muy somero y por lo demás son conversaciones en que van saliendo propuestas. Entiendo que el novelista emerge cuando necesita decir algo. Y a eso apelo, a que necesiten decir algo. Si necesitan decirlo, encontraran los medios literarios y estilísticos para ello. Marcarles la temática puede ser bueno pero en definitiva les lleva a asumir los puntos de vista del profesor respecto al tema de los refugiados. Yo no tengo ni idea de qué va a salir. Muchos han esperado al último minuto, pero ¿quién dice que el último minuto no puede ser interesante? Quiero que sientan desesperación para escribirla. Y de la desesperación saldrá algo. Quiero creer. Ya nos contaremos.
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