Me gusta el género de la entrevista.
Disfruto las buenas entrevistas en que el entrevistador conoce al entrevistado
y saca lo mejor de él. Requieren de habilidad, de seria documentación previa y
de un arte que logre hacer sentir bien al entrevistado que se sienta libre para
expresarse en una conversación espontánea y animada. Es el caso de Gorka Fernández Mínguez, colaborador de
Educ@conTic en la realización de podcast que tienen como eje reflexiones
sobre la educación y sus estrategias más innovadoras.
Gorka y yo nos conocemos virtualmente
desde hace casi diez años. Espero que no demasiado lejos podamos conocernos
realmente y podamos tomarnos unas birras en Triana (Sevilla) o donde él decida
pues que conoce mucho mejor la capital del Guadalquivir. Pues bien, Gorka me
planteó una entrevista sobre mi práctica docente con el sistema de Flipped Classroom en el aula. Ya me
había entrevistado telefónicamente en otra ocasión y guardaba un cálido
recuerdo de él como entrevistador. Así que, con alegría, le dije que sí y
grabamos a través de Skype esta entrevista que enlazo aquí. Comparto el espacio
con Diego Redondo, profesor que
también utiliza dicha estrategia docente.
Animo a los ociosos, a los curiosos, a
los exaltados, a los idealistas, a los pragmáticos, a los insatisfechos, a los
francotiradores, a los lunáticos, a los pacientes, a los imaginativos, a los
salteadores de caminos educativos, a los kenrobinsonianos, a los conservadores, a los tradicionalistas, a los inquietos, a los neuroeducadores, etc, etc ... a que escuchen este podcast en que, en mi
caso, un profesor aparentemente incoherente y un agudo y afilado entrevistador
dialogan apasionadamente sobre educación.
Para introducir el tema, decir para los
visitantes casuales del blog que llevo aplicando la estrategia de la clase
invertida (flipped classroom) desde comienzo de curso. He leído artículos
contrarios a esta pedagogía como los de Jordi Martí (XarxaTic) que tituló sus posts El Flipped Classroom, la peor idea educativa en muchos años (15-X-2015), El boom de la clase invertida, (22-V-2015), Mamá, papá, estoy haciendo flipped classroom (19-X- 2014). Estos posts desencadenaron un debate sobre ello en su
blog. No vi que XarxaTic tuviera un conocimiento suficiente de ello para poder
opinar tan contundentemente y sí que estaba
poseído por apriorismos y deseos de epatar
a los lectores que habían oído hablar sobre esta estrategia que para mí ha sido
muy positiva en el tiempo que la he aplicado. Me explicaré, aunque mejor que
oigáis la entrevista donde desgrano la práctica que hay detrás. No es por una
afición desmedida a las novedades ni por un papanatismo cercano a la estolidez
por lo que decidí utilizar esta estrategia. En mi larga trayectoria como
profesor he empleado didácticas innovadoras cuando la realidad me lo ha
permitido. He aprendido que adentrarse en territorios nuevos hace crecer el interés de los alumnos y su implicación, así como su creatividad. Me gusta la innovación. XarxaTic en otro de sus artículos hace
referencia a que la formación más sólida puede ser la tradicional, la basada en
el libro de texto y una didáctica conservadora. Según él, muchos padres no
quieren experimentación ni métodos revolucionarios para la enseñanza de sus
hijos.
Mi experiencia ha sido muy elocuente.
Grabo los vídeos sobre Historia de la literatura o sobre lengua en especial en
el área de sintaxis, los cuelgo en YouTube, los enlazo en Educanon e introduzco
preguntas en el vídeo que han de contestar cuando lo están viendo. Cuando llego
al aula ya sé quién ha visto el vídeo y quién no, y tengo una nota sobre las
actividades realizadas. Tienen que hacer el resumen del mismo y presentarlo. El
aula se libera, pues, de la función explicativa y podemos dedicarnos a
profundizar en el tema explicado. Realizamos kahoots o socratives,
mapas mentales u organigramas (con Mindomo) sobre dicho tema, leemos textos literarios,
realizamos análisis sintácticos, ejercicios léxicos, dictados. El aula se
convierte en un entorno de trabajo y no de explicación de la materia. Mi
opinión sobre esta didáctica es favorable. El aula se transforma y el ambiente
es diferente. Es más viva. Cuando ven el vídeo lo hacen en casa en un ambiente
más propicio a la atención.
Todos mis alumnos tienen conexión a
internet, aun siendo un centro de máxima complejidad y precariedad social. Si
no la tienen, pueden ir a la biblioteca o a algún centro de recursos que hay en
el barrio. El nivel de aprobados ha sido netamente superior. Hay cinco o seis
(de 54) que se han descolgado por absentismo o por otras cuestiones, pero la
inmensa mayoría han seguido el sistema con enorme fidelidad y aprovechamiento. Ellos
están muy contentos y encuentran la clase como potenciadora de inquietudes y
estimulante.
Mi pregunta es la siguiente: ¿es el aula
un lugar donde deben aplicarse innovaciones mediante la experimentación como el
flipped classroom o debería ser un
entorno en que solo se utilizara una didáctica tradicional, asentada en la
experiencia al gusto de muchos padres? ¿Es pura hojarasca toda esa retahíla de
reflexiones (p.e. Ken Robinson) sobre una enseñanza caduca que mata la creatividad, que cabría renovar radicalmente
para hacer una escuela de los tiempos en que estamos? En la crisis mayúscula de
la escuela, ¿cabe aferrarse a la supuesta solvencia de lo de siempre o
arriesgarnos a entrar en terreno desconocido?