Blog poliédrico que no cree que haya una versión canónica de la realidad y que asume la contradicción flagrante como sistema de interpretación del mundo.
¿Estamos condenados al enfrentamiento porque la vida se abre paso basada en las disputas y la competencia? El ser humano se defiende de sus semejantes armándose con una carga de prejuicios. Blindado por los recelos se siente menos vulnerable para afrontar la disputa con el otro. Y en esas condiciones el yo termina como ganador. Sospechamos desde siempre lo que cada vez parece más una certeza, la competencia nos hace seres cruentos.
Creo que la confrontación viene dada por la competitividad. Competimos contra todo, incluso contra nosotros mismos bajo un reloj de pulsera a ver si bajamos el tiempo del día anterior o hacemos más recorrido en el mismo período.
Es más proclive aquel que está en superioridad de condiciones, indudable, pero nos equivocamos si pensamos que la confrontación sólo se da en el canal de competencia, y que esta sólo es física; la hay fáctica (lucha por el poder, y en ella dialéctica (hoy mediocre porque sólo se hurga en lo personal); de clases (el fuerte teme perderla); de status (Europa no quiere saber nada del Tercer Mundo, a no ser que se le puedan arrebatar recursos); de raza...no me hables de los negros; de vida...(que trabajen, coño ¡ y dejen de pedir); de categoría laboral (el que está en el paro es porque no ha estudiado y no quiere trabajar)...
En realidad la confrontación la busca quien teme perder lo que tiene, no quien no tiene nada, porque la da el miedo, el miedo a perder lo que tiene, y se suele dar de forma violenta, ya sea física o verbal.
Cierto es que hay mafias que no necesitan de violencia porque carecen de competencia y tienen la impunidad garantizada, estas son, evidentemente los que han llegado a la moqueta y tienen el sueldo garantizado, sin nadie que les haga sombra para la paga vitalicia. Siento ser tan sin capas, pero a mi edad, como decía Blas de Otero, ¡leches¡.
Me sorprende que esta afirmación sobre el poder que para mí solo tenía un valor psicológico se haya ampliado a la idea de poder y confrontación de clases, de continentes, de culturas, no quiero mencionar la idea de razas porque no es políticamente correcta.
Cuando yo lo he publicado pensaba en el choque de dos personalidades, sea en el espacio real o en el virtual. El fuerte tiende a buscar la confrontación y el débil a evitarla. La confrontación es la idea que subyace a nuestra existencia terrenal -no sé si hay otra-, todos nos confrontamos constantemente, es inevitable y forma parte de nuestra naturaleza. Los animales también se confrontan y unos devoran a otros. Hay fuertes y los hay menos fuertes. El pensamiento de que la confrontación podría ser eliminada me parece tan ingenuo que no le doy crédito. La esencia del ser humano y de los animales es la violencia, no puede ser de otra manera. Hay entes más fuertes física o mentalmente y otros que lo son menos. Es la realidad que nos encontramos continuamente. Tal vez esto pueda ser exportado a las confrontaciones entre clases, entre culturas, entre civilizaciones, no lo sé, pero yo no pensaba en ello. De hecho hay débiles que son muy fuertes en un tiempo en que se ha hecho de las víctimas el eje mundial de ideas. No lo sé, yo pensaba en mis debates en mi vida real y en el mundo de internet: unos se confrontan porque son fuertes y otros evitan esa confrontación porque son débiles. Otra cosa es que si los que se sienten fuertes tienen razón en considerarse así y si los que se sienten débiles no pueden cambiar de situación. No lo sé. Yo sé que los débiles evitan discutir porque saben que llevan las de perder porque otros son más fuertes, más arrogantes, más inconscientes o más desalmados... No lo sé. Un abrazo y salut.
Es que, precisamente, en esa confrontación a un nivel psicológico que señalas, digamos un estado primario, en ese choque de dos personalidades que refieres… está el germen de todo lo que vendrá después, tú te sitúas en el nacimiento del río, ese hilillo de agua poco perceptible que va abriéndose paso, y en su curso va creciendo, superando etapas, y se convierte en el río de enorme caudal, que es el ejemplificado por Miquel, ambos os ubicáis en el mismo río, tú en su nacimiento, Miquel en su trayectoria final, ya en la desembocadura al mar. Lo que apunta Miquel es el resultado final de lo que tú estableces como punto de partida, si Miquel remonta el río, te encontrará, y tus palabras y las suyas encajarán en la misma realidad.
Es como una lluvia torrencial y pavorosa, empieza con una minúscula gota, apenas una caricia en el rostro, pero luego se convierte en algo muy diferente y…
O sea que los mecanismos psicológicos nos dan claves para entender los mecanismos sociales. En este sentido he leído recientemente un libro de Jared Diamond, titulado Crisis, en el que abordan los procesos psicológicos con que enfrentan las crisis los sujetos particulares y lo relaciona con el modo de enfrentarlas los países. Interesante y probablemente acertado.
Por otra parte, reflexiono, cuando una parte débil y una fuerte se enfrentan, no necesariamente la victoria es de la fuerte. Ahí tenemos el ejemplo bíblico de David contra Goliath. La inteligencia es un aliado que puede decantar la victoria al lado del aparentemente más débil. En el libro Crisis se habla de distintos países pero uno que recuerdo especialmente es el caso de la guerra de Invierno entre Finlandia y la URSS en el año 39. El frágil país que era Finlandia se enfrentó al todopoderoso ejército soviético y lo venció porque conocían mejor el terreno y la estación invernal. Eran muy pocos, no buscaron el conflicto pero cuando se produjo, lo hicieron con un gigantesco valor y sobrada inteligencia para vencer a un enemigo infinitamente mayor.
Los menos fuertes evitan la confrontación y los poderosos no pueden soslayarla. Pienso en Estados Unidos, cuya potencia no le permite inhibirse de ningún conflicto en el mundo. Sin embargo, ahí tenemos a China que está a punto de ocupar su papel hegemónico mundial sin inmiscuirse en asuntos de otros países. La fuerza y la no fuerza es un asunto dialéctico.
Tu interpretación, apoyada por Miquel, es la mejor síntesis.
Estoy de acuerdo con todo lo expuesto. Es tan vasto el tema que ni me atrevo a comentar. Por algún motivo he pensado en la película "El señor de las moscas". Un abrazo
Gracias, Marybel, por tu lectura y comentario. El mundo es un combate entre fuertes y débiles, y, en efecto, El señor de las moscas es una ejemplificación de dicha lid entre niños fuertes y otros que se someten a la fuerza de los primeros. Es una idea muy sencilla. Pero también hay que prevenirse de la fuerza de los débiles cuando encuentran a otros más débiles que ellos. Un abrazo.
¿Estamos condenados al enfrentamiento porque la vida se abre paso basada en las disputas y la competencia?
ResponderEliminarEl ser humano se defiende de sus semejantes armándose con una carga de prejuicios. Blindado por los recelos se siente menos vulnerable para afrontar la disputa con el otro. Y en esas condiciones el yo termina como ganador.
Sospechamos desde siempre lo que cada vez parece más una certeza, la competencia nos hace seres cruentos.
Sí, somos seres violentos, unos más y otros menos, unos más fuertes y seguros y otros más débiles o frágiles.
EliminarFuerte es quien no se desanima, no quien golpea.
EliminarCreo que la confrontación viene dada por la competitividad.
ResponderEliminarCompetimos contra todo, incluso contra nosotros mismos bajo un reloj de pulsera a ver si bajamos el tiempo del día anterior o hacemos más recorrido en el mismo período.
Es más proclive aquel que está en superioridad de condiciones, indudable, pero nos equivocamos si pensamos que la confrontación sólo se da en el canal de competencia, y que esta sólo es física; la hay fáctica (lucha por el poder, y en ella dialéctica (hoy mediocre porque sólo se hurga en lo personal); de clases (el fuerte teme perderla); de status (Europa no quiere saber nada del Tercer Mundo, a no ser que se le puedan arrebatar recursos); de raza...no me hables de los negros; de vida...(que trabajen, coño ¡ y dejen de pedir); de categoría laboral (el que está en el paro es porque no ha estudiado y no quiere trabajar)...
En realidad la confrontación la busca quien teme perder lo que tiene, no quien no tiene nada, porque la da el miedo, el miedo a perder lo que tiene, y se suele dar de forma violenta, ya sea física o verbal.
Cierto es que hay mafias que no necesitan de violencia porque carecen de competencia y tienen la impunidad garantizada, estas son, evidentemente los que han llegado a la moqueta y tienen el sueldo garantizado, sin nadie que les haga sombra para la paga vitalicia.
Siento ser tan sin capas, pero a mi edad, como decía Blas de Otero, ¡leches¡.
Un abrazo
Me sorprende que esta afirmación sobre el poder que para mí solo tenía un valor psicológico se haya ampliado a la idea de poder y confrontación de clases, de continentes, de culturas, no quiero mencionar la idea de razas porque no es políticamente correcta.
EliminarCuando yo lo he publicado pensaba en el choque de dos personalidades, sea en el espacio real o en el virtual. El fuerte tiende a buscar la confrontación y el débil a evitarla. La confrontación es la idea que subyace a nuestra existencia terrenal -no sé si hay otra-, todos nos confrontamos constantemente, es inevitable y forma parte de nuestra naturaleza. Los animales también se confrontan y unos devoran a otros. Hay fuertes y los hay menos fuertes. El pensamiento de que la confrontación podría ser eliminada me parece tan ingenuo que no le doy crédito. La esencia del ser humano y de los animales es la violencia, no puede ser de otra manera. Hay entes más fuertes física o mentalmente y otros que lo son menos. Es la realidad que nos encontramos continuamente. Tal vez esto pueda ser exportado a las confrontaciones entre clases, entre culturas, entre civilizaciones, no lo sé, pero yo no pensaba en ello. De hecho hay débiles que son muy fuertes en un tiempo en que se ha hecho de las víctimas el eje mundial de ideas. No lo sé, yo pensaba en mis debates en mi vida real y en el mundo de internet: unos se confrontan porque son fuertes y otros evitan esa confrontación porque son débiles. Otra cosa es que si los que se sienten fuertes tienen razón en considerarse así y si los que se sienten débiles no pueden cambiar de situación. No lo sé. Yo sé que los débiles evitan discutir porque saben que llevan las de perder porque otros son más fuertes, más arrogantes, más inconscientes o más desalmados... No lo sé. Un abrazo y salut.
Es que, precisamente, en esa confrontación a un nivel psicológico que señalas, digamos un estado primario, en ese choque de dos personalidades que refieres… está el germen de todo lo que vendrá después, tú te sitúas en el nacimiento del río, ese hilillo de agua poco perceptible que va abriéndose paso, y en su curso va creciendo, superando etapas, y se convierte en el río de enorme caudal, que es el ejemplificado por Miquel, ambos os ubicáis en el mismo río, tú en su nacimiento, Miquel en su trayectoria final, ya en la desembocadura al mar.
ResponderEliminarLo que apunta Miquel es el resultado final de lo que tú estableces como punto de partida, si Miquel remonta el río, te encontrará, y tus palabras y las suyas encajarán en la misma realidad.
Es como una lluvia torrencial y pavorosa, empieza con una minúscula gota, apenas una caricia en el rostro, pero luego se convierte en algo muy diferente y…
Así me parece entenderlo, amigo Joselu.
Cuídate!
O sea que los mecanismos psicológicos nos dan claves para entender los mecanismos sociales. En este sentido he leído recientemente un libro de Jared Diamond, titulado Crisis, en el que abordan los procesos psicológicos con que enfrentan las crisis los sujetos particulares y lo relaciona con el modo de enfrentarlas los países. Interesante y probablemente acertado.
EliminarPor otra parte, reflexiono, cuando una parte débil y una fuerte se enfrentan, no necesariamente la victoria es de la fuerte. Ahí tenemos el ejemplo bíblico de David contra Goliath. La inteligencia es un aliado que puede decantar la victoria al lado del aparentemente más débil. En el libro Crisis se habla de distintos países pero uno que recuerdo especialmente es el caso de la guerra de Invierno entre Finlandia y la URSS en el año 39. El frágil país que era Finlandia se enfrentó al todopoderoso ejército soviético y lo venció porque conocían mejor el terreno y la estación invernal. Eran muy pocos, no buscaron el conflicto pero cuando se produjo, lo hicieron con un gigantesco valor y sobrada inteligencia para vencer a un enemigo infinitamente mayor.
Los menos fuertes evitan la confrontación y los poderosos no pueden soslayarla. Pienso en Estados Unidos, cuya potencia no le permite inhibirse de ningún conflicto en el mundo. Sin embargo, ahí tenemos a China que está a punto de ocupar su papel hegemónico mundial sin inmiscuirse en asuntos de otros países. La fuerza y la no fuerza es un asunto dialéctico.
Tu interpretación, apoyada por Miquel, es la mejor síntesis.
Cuídate, un abrazo.
Estoy de acuerdo con todo lo expuesto. Es tan vasto el tema que ni me atrevo a comentar. Por algún motivo he pensado en la película "El señor de las moscas".
EliminarUn abrazo
Gracias, Marybel, por tu lectura y comentario. El mundo es un combate entre fuertes y débiles, y, en efecto, El señor de las moscas es una ejemplificación de dicha lid entre niños fuertes y otros que se someten a la fuerza de los primeros. Es una idea muy sencilla. Pero también hay que prevenirse de la fuerza de los débiles cuando encuentran a otros más débiles que ellos. Un abrazo.
EliminarAsí es, así, sin más, PACO CASTILLO.
ResponderEliminarUn abrazo a ambos