Yo llegué a la tecnología hacia 1993 tras una década en la
que me resistí totalmente a su presencia en mi vida. Hablé mucho en aquellos
años en contra de que las máquinas se inmiscuyeran en mi vida y miraba con
cierta condescendencia a los avanzados que promovían la incorporación de la
informática a la realidad educativa.
Pero nunca digas de este agua no beberé. Con el tiempo, y no
sin grandes vacilaciones y contradicciones, la tecnología se ha incorporado a
mi vida y a la de mis alumnos. Paso muchas horas al día experimentando e
investigando las posibilidades de aplicaciones educativas que uno a la
expansión del pensamiento en red, una oportunidad maravillosa que enriquece mi
perspectiva personal con la aportación de decenas, centenares de personas, que
me añaden un activo que yo era incapaz de considerar.
Hace unos días ha muerto Steve Jobs. Su muerte, como la de Mario Benedetti o la de Julio
Cortázar o Bergman, me ha sumido
en la zozobra. No entiendo cómo esta persona se había logrado introducir en mi vida
de tal manera que su aportación me resultara densa y nuclear. ¿Qué tiene Apple que no tienen otras aplicaciones o instrumentos tecnológicos?
¿Por qué su muerte ha supuesto tal impacto en millones y millones de personas
que veían en él a un filósofo, a un creador de la talla de Leonardo Davinci? ¿Por qué consideran el mundo Apple como un reducto humanista con sus seguidores, su filosofía,
sus corrientes de pensamiento?
He mantenido algunas conversaciones estos días con personas
que veían en Jobs un simple
especialista en marketing o un habilidoso creador de juguetes para adultos. Otros
simplemente no lo ven como una especie de gurú como se ha podido identificar
entre tantos admiradores.
¿Qué tenía Steve Jobs
que lo hacía irremplazable? ¿Por qué anhelé meterme en su mundo y participar de
él? ¿Qué tienen de adictivos sus ordenadores, sus aparatos, sus aplicaciones y
sus programas?
Quizás sea eso, que no son simple tecnología y el usuario
que los utiliza percibe un modo de ver el mundo, un modo especial y selectivo
de considerar la realidad que te hace sentirte un elegido, un participante de
un culto cuyas raíces no alcanzo a vislumbrar. Jobs, a pesar de su extrema discreción, consiguió convertir los
aparatos que fabricaba en objetos con alma, depositarios de una cosmovisión
minoritaria y sumamente escogida. Uno podía ser usuario de un ordenador y no
sentir ninguna emoción añadida. Jobs
logró que al ordenador se le uniera una emoción intensa, no sé si debida a la
belleza del diseño llevado al límite hasta en los últimos detalles, en su
simplicidad, en su estabilidad de funcionamiento... Uno cuando maneja un Mac o cualquiera de sus variantes, que
todos conocemos, asiste a la puesta en funcionamiento de un universo potente y
personal que todos terminaban imitando.
No sé qué pasará con Apple
a partir de su desaparición. Lo más terrible que puede suceder es que se
convierta en una empresa más, que los usuarios de sus aplicaciones tecnológicas
no perciban la presencia de un alma detrás, de un genio, de una filosofía que
defendía la audacia, la singularidad, el riesgo, la fascinación de la muerte
como correlato necesario de la vida, la apuesta por vivir una vida en primera
persona sin imposturas, la originalidad... No sé si es posible continuar esto
sin su presencia activa y medular. Pero, a pesar de sus claroscuros de los que Frikosal nos hacía alguna reflexión al
respecto, pienso que su singularidad es irremplazable.
Esto me lleva a pensar que cuando se pone en cuestión el
término "alma" por parte de la neurología o por parte de las
consideraciones más ateas que nos impregnan, uno se puede preguntar que por qué
algunas personas que pasan algún tiempo entre nosotros dejan la impresión de
que sí existe esta impronta personal, única, intransferible y espiritual que
parece propia de ella. Alguien me podrá argumentar que Jobs era simplemente un experto en marketing destacado, pero ello
no me podrá explicar la emoción que siente uno ante uno de sus aparatos y que
no sé si continuará existiendo con los albaceas de su herencia.
Mi pregunta es sobre qué era Jobs ¿Un fabricante de productos hermosos, un experto en ventas, un
filósofo, un mistificador, un fabricante de juguetes para adultos, un
engañabobos, el gurú de una secta de crédulos, el Leonardo Davinci del siglo
XXI, un humanista que unió belleza y filosofía, un visionario…?
DISCURSO DE STANFORD
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