Yo llegué a la tecnología hacia 1993 tras una década en la
que me resistí totalmente a su presencia en mi vida. Hablé mucho en aquellos
años en contra de que las máquinas se inmiscuyeran en mi vida y miraba con
cierta condescendencia a los avanzados que promovían la incorporación de la
informática a la realidad educativa.
Pero nunca digas de este agua no beberé. Con el tiempo, y no
sin grandes vacilaciones y contradicciones, la tecnología se ha incorporado a
mi vida y a la de mis alumnos. Paso muchas horas al día experimentando e
investigando las posibilidades de aplicaciones educativas que uno a la
expansión del pensamiento en red, una oportunidad maravillosa que enriquece mi
perspectiva personal con la aportación de decenas, centenares de personas, que
me añaden un activo que yo era incapaz de considerar.
Hace unos días ha muerto Steve Jobs. Su muerte, como la de Mario Benedetti o la de Julio
Cortázar o Bergman, me ha sumido
en la zozobra. No entiendo cómo esta persona se había logrado introducir en mi vida
de tal manera que su aportación me resultara densa y nuclear. ¿Qué tiene Apple que no tienen otras aplicaciones o instrumentos tecnológicos?
¿Por qué su muerte ha supuesto tal impacto en millones y millones de personas
que veían en él a un filósofo, a un creador de la talla de Leonardo Davinci? ¿Por qué consideran el mundo Apple como un reducto humanista con sus seguidores, su filosofía,
sus corrientes de pensamiento?
He mantenido algunas conversaciones estos días con personas
que veían en Jobs un simple
especialista en marketing o un habilidoso creador de juguetes para adultos. Otros
simplemente no lo ven como una especie de gurú como se ha podido identificar
entre tantos admiradores.
¿Qué tenía Steve Jobs
que lo hacía irremplazable? ¿Por qué anhelé meterme en su mundo y participar de
él? ¿Qué tienen de adictivos sus ordenadores, sus aparatos, sus aplicaciones y
sus programas?
Quizás sea eso, que no son simple tecnología y el usuario
que los utiliza percibe un modo de ver el mundo, un modo especial y selectivo
de considerar la realidad que te hace sentirte un elegido, un participante de
un culto cuyas raíces no alcanzo a vislumbrar. Jobs, a pesar de su extrema discreción, consiguió convertir los
aparatos que fabricaba en objetos con alma, depositarios de una cosmovisión
minoritaria y sumamente escogida. Uno podía ser usuario de un ordenador y no
sentir ninguna emoción añadida. Jobs
logró que al ordenador se le uniera una emoción intensa, no sé si debida a la
belleza del diseño llevado al límite hasta en los últimos detalles, en su
simplicidad, en su estabilidad de funcionamiento... Uno cuando maneja un Mac o cualquiera de sus variantes, que
todos conocemos, asiste a la puesta en funcionamiento de un universo potente y
personal que todos terminaban imitando.
No sé qué pasará con Apple
a partir de su desaparición. Lo más terrible que puede suceder es que se
convierta en una empresa más, que los usuarios de sus aplicaciones tecnológicas
no perciban la presencia de un alma detrás, de un genio, de una filosofía que
defendía la audacia, la singularidad, el riesgo, la fascinación de la muerte
como correlato necesario de la vida, la apuesta por vivir una vida en primera
persona sin imposturas, la originalidad... No sé si es posible continuar esto
sin su presencia activa y medular. Pero, a pesar de sus claroscuros de los que Frikosal nos hacía alguna reflexión al
respecto, pienso que su singularidad es irremplazable.
Esto me lleva a pensar que cuando se pone en cuestión el
término "alma" por parte de la neurología o por parte de las
consideraciones más ateas que nos impregnan, uno se puede preguntar que por qué
algunas personas que pasan algún tiempo entre nosotros dejan la impresión de
que sí existe esta impronta personal, única, intransferible y espiritual que
parece propia de ella. Alguien me podrá argumentar que Jobs era simplemente un experto en marketing destacado, pero ello
no me podrá explicar la emoción que siente uno ante uno de sus aparatos y que
no sé si continuará existiendo con los albaceas de su herencia.
Mi pregunta es sobre qué era Jobs ¿Un fabricante de productos hermosos, un experto en ventas, un
filósofo, un mistificador, un fabricante de juguetes para adultos, un
engañabobos, el gurú de una secta de crédulos, el Leonardo Davinci del siglo
XXI, un humanista que unió belleza y filosofía, un visionario…?
DISCURSO DE STANFORD
DISCURSO DE STANFORD
Hace 15 dias que me compré mi ipad. Por fin cumplí un sueño y cuando lo tuve en mis manos, sentí una emoción difícil de explicar. Yo también me pregunto que tiene apple que te engancha de esa manera. También me pregunto el porqué de haberme sentido mal cuando me enteré de la muerte de Jobs. Creo que por muchos que vengan detrás, aunque sigan su estela, nunca llegarán a imprimir a esta marca la emoción de este hombre que ya no hacía las cosas por dinero...
ResponderEliminarMi hermano es programador de software libre, y yo escribo desde un iMac.
ResponderEliminarPa´matarme.
Te echo un lazo y así también tú le das vueltas por este lado, jeje. Un tipo también cuando menos, interesante el tal Stallman. Como mi hermano :P
Besos.
Hubiera preferido no leer los enlaces que en tu post, se refieren a la estafa de Jobs. Espero que con una enfermedad tan larga, y si es verdad que lo hizo, reparara su deuda. De todas maneras ya no lo veo con tanta espiritualidad, pero sigo adorando su trabajo. Lola
ResponderEliminarLola, era una personalidad compleja cuya expresión para bien y para mal es el mundo Apple. Sus circunstancias personales añaden algo que puede iluminar sus claroscuros. A mí también me dolió, pero no sé si a esta anécdota se le puede dar mucho crédito. El éxito siempre levanta una enormidad de resentimientos, lo que no quiere decir, en efecto, que él fuera perfecto. No lo era.
ResponderEliminarMe alegro por tu iPad, pero te advierto que es una máquina embaucadora que hace que uno lea menos. Al menos eso me ha pasado a mí.
V., ¿nos metería en una jaula dorada el tal Jobs? ¿Por qué esa fascinación que crea su mundo? La opinión del tal Stallman es sólida e interesante. No lo conocía. Espero que los lectores la tomen en consideración para el debate que espero tan interesante como apunta. Gracias por tu aportación, maquera.
ResponderEliminarpersonalmente no tenía mucha idea de él, pero escuché su discurso en Stanford y uno se da cuenta de ciertos "por qués".
ResponderEliminarUn innovador, pero sobre todo un soñador. Y eso es lo que hace falta en estos tiempos: personas con fe.
Hablo desde lejos, porque la informática no me fascina y muchas veces no me ayuda cuando necesito algo tan simple como elaborar un índice de materias en correspondencia con el cuerpo del trabajo. De jobs tampoco sé mucho, porque siempre me he movido en el entorno windows, pero por su biografía y algunas declaraciones suyas, lo veo muy ajustado a la ideología usamericana dominante: cada uno de nosotros hemos nacido con un don que hemos de saber encontrar, primero, y rentabilizarlos después. Se añaden a ello las inevitables gotas de individualismo a ultranza y nos sale un producto made in USA. Ya digo que es una visión superficial, pero mi distancia frente a los gadgets es total, aunque no dejo de reconocer la importancia decisiva de inventos como el Skype, que me permite tener una videoconferencia con mi hijo que está de erasmus, por ejemmplo. HUbo quien lo comparaba con Edison, y me parece la comparación más exacta, aunque todas sean de mala educación, como señalar. En fin, que haya acelerado su muerte por renegar de la medicina tradicional tampoco dice mucho en su favor, o quizás sí.
ResponderEliminarNo puedo juzgar a Jobs, pero sí reflexionar sobre qué decisiones tomaríamos frente a algunas de las suyas. Con respecto a su tratamiento del cáncer, primero siguió a su intuición/corazón -lo que nunca le había traicionado, lo que defendió en el discurso de Stanford- y después se dejo convencer para seguir un tratamiento convencional, que le ha llevado (¿también?) a la muerte. ¿fue un error la primera o la segunda decisión? ¿Qué haremos nosotros?
ResponderEliminarA la hora de morir, pretende que sus hijos lo conozcan a través de una biografía, porque no ha tenido tiempo de hacerlo personalmente. ¿Vale la pena? Me encantan los Mac, pero ¿eran tan necesarios a la humanidad? Yo no lo sé.
Un abrazo
Pienso que ha ofrecido unos productos en los que la gente deposita una confianza casi ilimitada, como si fuesen mascotas tecnológicas pero con el añadido de ser útiles y bellas. He manejado un Mac pero no me he enganchado -todavía- al mundo Apple; sin embargo, reconozco su magnetismo y entiendo el estrecho vínculo que sus usuarios establecen con la marca.
ResponderEliminarPor cierto, hay bastante revuelo con las palabras que ha dirigido Stallman a Jobs, bastante criticadas por su tono despectivo.
Joselu,
ResponderEliminarStallman es una persona de enorme importancia en el mundo de la computación, muy reconocido, con controversias pero muy reconocido.
Como Linus Torvalds, por ejemplo. Entre la gente que se dedica a la programación, Jobs no es considerado un genio. Cray, por ejemplo, si lo fue, además de un empresario, y también murió de forma prematura. Wozniak también, y sigue vivo, y en su libro habla de cosas como del valor a la palabra dada y la honestidad.
Dije en mi entrada que ojalá aquí tuviéramos empresarios como Jobs y no como Alierta, pero los productos de Apple son obra de un enorme equipo de gente con mucho talento, no de una sola persona. Jobs es la persona que tenía la botella con los genios dentro.
A nivel personal Jobs era exactamente igual que Gates. Y seguramente sus yates son parecidos. Jobs es más hábil con su imagen, pero nada más. Compararlo con Leonardo me parece totalmente fuera de lugar. ¿ Lo sería el presidente de Nikon, el de IBM ?
Conste que tengo tres productos Apple, pero fidelidad a la marca, a ninguna marca: cero. ¿Ellos son fieles a mi? Mi iMac desde el que escribo tiene una molesta mancha en la pantalla, me dijeron que "no entraba en garantía". La garantía Europea de 2 años, Apple se la pasa por el forr, con subterfugios. Son como los demás.
Bueno según este hombre...
ResponderEliminar—¿La comunidad del software libre puede innovar a la misma velocidad que lo hacen las grandes empresas?
—No sé, pero es un asunto secundario, porque la libertad es más importante que la innovación. De hecho la innovación no vale nada si viene sin libertad. Sacrificaría sin dudarlo toda la innovación por la libertad.
... está claro que sí estamos en una jaula dorada made in Jobs.
(Eso lo dice en la entrevista que hay enlazada en la página que metí arriba... mmm... aquí, no sé si leíste).
La fascinación, probablemente sea producto del desconocimiento profundo. Yo uso un Mac porque un amigo informático me convenció en su día. Me dijo, ya que te compras uno, cómprate el mejor. Me fié, y aquí estoy. Además, es muy intuitivo y para quien no está puesto en informática es fácil de utilizar -además de bonito y todo eso-. Mi hermano me dijo: -si lo vas a maltratar in extremis como al otro, bueno, al menos que sea robusto (¡XD!) Es tu decisión-. Porque te digo yo que entre los de "este otro bando" hay muchos detractores de Apple, como de Microsoft, etc. Mi hermano podría comprarse muchos mac, por suerte, pero no tiene ni uno. Ni un sólo i-algo. Tampoco usa Windows, of course, pero sí es cierto que le tiene bastante más tirria a Windows que a Mac, y aún con esas, siempre que le pregunto por algún programa para mi ordenador, o le digo... mira, he puesto tal para tal cosa, me dice... ¿y por qué no usas este otro -del que yo no había oído ni hablar-, si es libre? Así que de los de la lista que aparecen al final del artículo, he contado y uso cinco. Y en el portátil tengo Ubuntu. Pero probablemente si no estuviese él para haberme dicho, ni sabría que existen, o no habría hecho uso de, casi seguro. Y esto en realidad, igual que quien tiene un iphone o cualquier otro i-algo, que utiliza para hacer huevos fritos y sólo porque "están de moda", "son modernos", "funcionan muy bien" -cuando ya te digo, desconocen muchas de sus funciones-, etc, pero mira, como dicen que, dicen que, aunque cuesten un ojo de la cara, ahí que voy. En fins...
Saludetes.
Diego, he enlazado el discurso al final del post. Gracias por la referencia. Me es especialmente interesante el tercer punto en el que se refiere a la presencia de la muerte como resorte fundamental de la vida.
ResponderEliminarJuan Poz, es cierto que los aparatos que diseñó su equipo son una gozada en cuanto a belleza y estabilidad. Te escribo desde uno de ellos. Otra cosa es que eso suponga una dictadura sobre el pensamiento dictado por una mente privilegiada de la que hayamos de liberarnos.
Animal de fondo, Jobs y yo somos prácticamente de la misma quinta. Yo he tenido ocasión de estar con mis hijas, de contarles cuentos fantásticos por la noche, de charlar con ellas, de estar con ellas… Mi vida no puede ser más opuesta a la suya que ha consistido en perseguir un sueño. Tuvo que elegir entre su vida particular y su sueño. Yo he tenido la fortuna de poder llevar mi vida familiar y disfrutar de su sueño que ha llegado a mí por medio de este MAC con que escribo. En esa biografía tendrá que aclararse el engaño, que se ha difundido, a su amigo íntimo Steve Wozniak, al que algunos señalan con el verdadero genio. En cuanto a su muerte y tratamiento, yo no tengo ni idea de qué hubiera hecho yo. Creo que cualquier conjetura es vana. Saludos.
Antonio, cuando uno se hace usuario habitual de Apple es curioso porque está dispuesto a aceptar cosas inaceptables sólo por la emoción de estar en el entorno MAC. Sí, es cierto, tienen magnetismo. En mi casa somos cuatro. Dos somos maqueros y dos antimaqueros. Mi hija mayor es totalmente contraria al entorno MAC, lo que agradezco porque me lo deja libre para mi blog.
ResponderEliminarFrikosal, por lo que dices debe haber un libro de Wozniak que me gustaría conocer.
Por lo demás, es cierto que detrás de Apple hay un enorme equipo de personas con talento dirigdas hasta ahora por un maniático perfeccionista que tenía un sueño en su cabeza sobre para qué y como debía funcionar un ordenador. Esta es la idea que se ha impuesto y que ha llevado a la práctica Jobs en sus productos. Todo ese equipo no hubiera llegado a producir nada significativo sin su mente especial. Cuando dices fidelidad o no a una marca, me pregunto si algún presidente de corporación (IBM, Nikon…) es capaz de despertar las emociones que suscita o suscitaba Jobs. Esto es diferente y me da qué pensar. No obstante, entiendo tu punto de vista, y a la vez considero que eres usuario de tres productos Apple. ¿Por qué?
Yo soy un profano en la materia, y a partir de ahí no puedo dar mi opinión sobre este personaje. Pero lo que intuyo es bueno. Siento buenas sensaciones en su obra. Así que creo que no es un embaucador, sino un hombre que ha aportado algo a la ciencia. Y por eso, mis respetos hacia su persona.
ResponderEliminarUn saludo.
Si, el libro se llama iWoz y te puedes descargar una muestra gratis en Amazon.
ResponderEliminarDesde los 17 años he programado, profesionalmente, desde microcontroladores hasta superordenadores. Justamente una de las primeras cosas empecé a hacer, que salió mal, fue para el primer Mac. Los ordenadores son máquinas muy complicadas, no son el fruto de una persona ni de una visión. El primer Mac debe mucho al trabajo de I+D de Xerox. Y el que tengo ahora es en gran medida un ordenador Unix, y debe tanto o más a Kernigan y Ritchie (brillantes ingenieros) que a Jobs.
Yo utilizo algunos productos Apple, van bien (y lo cierto es que Windows se lo ha puesto fácil), igual que utilizo Casio, PCs baratos, Linux, cámaras de diferentes marcas. Compro lo que en cada ocasión me parece que irá mejor, simplemente. Es posible que el próximo teléfono que tenga sea Android, me he cansado de tener que pasar siempre por el appstore y el control de esa gente.
Lee este otro punto de vista.
No considero a Jobs mas que un empresario con cierto atino y puntería, un publicista y diseñador con encanto. Simplemente una figura histórica mas. Al menos para mi no trasciende si no como un revolucionario de los sistemas de información.
ResponderEliminarLe deseo que descanse en paz de todo corazón, pero tengo que confesar que no me ha conmovido especialmente la muerte de Steve Jobs, cofundador de Appel, al que no pocos consideran más que un Edison moderno. Y esto último puede parecer una ingratitud con este señor porque ningún ordenador me ha despertado tanto afecto como aquel pequeño Macintosh y dudo que haya artilugios que me enganchen tanto como el iPad actual.
ResponderEliminarUn abrazo
V., no pertenezco a la corriente del software libre. Quizás porque me muevo en entornos profesionales y los programas del Office me ofrecen menos problemas. En cuanto a los entornos -windows, mac, linux- me inclino por los oficiales. No quiero ni pensar que mis alumnos de la ESO tuvieran que vérselas con programario libre dadas sus dificultades tecnológicas. No sé, me siento respaldado por el programario establecido. Me temo que en este caso no soy innovador ni rebelde. La jaula dorada de MAC me resulta atractiva y hasta sugerente. Los sistemas libres me dan la impresión de ser fríos, poco personalizados, anodinos. En el mundo MAC y todas sus aplicaciones sientes el calor de un modelo -tiránico eso sí- pero que te da sensación de estar en algún lugar conocido. La libertad digital como la que preconiza Stallman y tal vez tu hermano todavía no me ha captado, pero puede ser que sea porque no soy un espíritu tan inquieto y anarquista como yo pensaba. De todas maneras, me has hecho pensar. La firma Jobs es más problemática de lo que yo pensaba, aunque parece alzarse una especie de unanimidad universal sobre su genio en todos los sentidos. Al menos este post me ha añadido interrogantes.
ResponderEliminarBesos. Veo que la mayor parte de los que escriben tienen que ver con MAC. Es curioso.
Miguel, nada que comentar. Sólo saludarte y agradecerte tu presencia. Steve Jobs era un personaje singular y su muerte, en un primer momento, me conmocionó. Ahora, tres días después, pienso que me he distanciado de ello y asisto curioso a la diatriba sobre su persona.
ResponderEliminarFrikosal, en ese enlace que me das me habla de que Jobs era autoritario, maniático, tiránico, que imprimió un sesgo puritano a todas sus aplicaciones, que utiliza a niños chinos para su éxito comercial… que ofrece sombras que ahora parecen desplazadas con el culto a su personalidad. Puede ser. Todos son ángulos que me ayudan a aquilatar su aportación. Yo no soy tan experto en sistemas informáticos como tú y no puedo hablar con tanta solvencia. Tengo la impresión de que soy un usuario medio que pasa muchas horas frente al ordenador sin ser un especialista en programación. Hace unos meses (en enero) entré en el universo Apple, comprando un iMac lo que era un viejo sueño que al final se hizo realidad. Esto es lo que me asombra: que yo cargara de una fuerza mítica lo que era una máquina más. Y tal vez lo sea. Pero no me desagrada rendir un cierto culto a algo que me hace feliz. Ya sé que esto me revela como un ser simplón porque me siento frente a una máquina y la considero imbuida de un cierto espíritu. Esto es tal vez lo que consiguió Jobs, o al menos logró que muchos nos lo creyéramos. A mí me los transmitió un profesor de matemáticas enamorado de Apple, y tuve la impresión de que entrar en ese mundo cerrado y coartado por cien limitaciones de iTunes, Apps, etc era una especie de suerte. Puede que sea porque no soy lo suficientemente crítico, porque me dejo embaucar, pero he tenido la misma relación que he mantenido con la literatura: la de dejarme engañar pensando que quien fuera capaz de engañarme, era porque en el fondo era bueno. Pero no desdeño toda esta nueva información que añado como elemento de contraste. Gracias. Sólo con lo que uno aprende con un post, justifica esta tarea apasionante.
José Antonio Cabrera Oliva, es cierto que era todo eso que dices, pero lo que ha suscitado su muerte es sorprendente. Él creó un personaje que se cargó de fuerza emotiva y que logró transmitir a las máquinas que firmaba Apple. No deja de parecerme insólito. Lo que demuestra que estos cracks de la tecnología han logrado meterse también en nuestros sueños, al menos de algunos. ¡Qué panorama tan increíble comparado con lo que éramos hace veinte años en que yo no tenía ordenador!
ResponderEliminarLuis Antonio, me alegro de que te motive tu iPad. Para mí se ha convertido en un elemento más de mi entorno. afectivo. Alguien ha dicho que la relación que se establece con el iPhone, el iPod, el iPad, etc son equiparables a las emociones que suscita el amor. Esto me lleva a interrogarme sobre qué está pasando. Pero veo que tú eres bastante más descreído y frío que yo. Eso te salva. Yo no tengo patria chica ni grande, no tengo bandera que me represente, no tengo himno, pero tengo algo de tecnología Apple. Ello puede ser que me colme tanto por mis carencias primarias. No tengo nación que me acoja en su seno, pero tengo un iMAC. Alguna seña de identidad habría de tener. Ya no soy huérfano. Y ya no importa tanto no tener equipo ni no emocionarme con Montserrat adonde voy caminando cada año, ni subir cada cierto tiempo el Pedraforca con riesgo de mi vida. En mi familia estamos divididos, los dos partidarios de MAC y los dos detractores. Ellos se lo pierden.
Un saludo.
Me sorprende que se presente en algunos medios al gurú de Apple como poco más que un mesías. Cierto que él y pocos más son los nombres propios de una revolución tecnológica que será estudiada en las escuelas, pero punto y final.
ResponderEliminarRespecto a si lo que hizo durante su vida fue iluminar el universo presente o hacerse de oro con un discurso new age, esto va según gustos y colores.
En Estados Unidos, se venera el éxito y la tecnología. En España, más noveleros, no atrae el gadget, la curiosidad, el fardeo social, estar a la última para no parecer anticuado.
Jobs (irónico apellido) representa todo lo bueno y lo malo de la innovación tecnológica de las últimas décadas. Lo que está claro es que por mucho que despotriquemos contra los cambios, éstos vendrá sin nuestro permiso. Debemos estar preparados para que no nos pillen sin vacunación contra sus cantos de sirena.
Por cierto, yo también soy maquero. Te lo juro por San Steve bendito (ruega por nosotros).
Olvidas a infinidad de amigos que te visitan asiduamente y manifiestan el afecto que te profesan y la admiración que sienten por las interesantes e ilustrativas entradas que cuelgas en este espacio. Con afectos de esta guisa, ¿para que quieres patrias estrechas y llenas de sentimentalismos desaforados y egoístas?
ResponderEliminar9 de octubre de 2011 21:56
"Non se engañe nadi, no,
ResponderEliminarpensando que ha de durar
lo que espera
más que duró lo que vio,
pues que todo ha de passar
por tal manera."
.
.
Descanse en paz. No sé que más decir,
desde mi Acer made in china comprado en una oferta de Carrefour.
Luis Antonio, ;-)
ResponderEliminarSerenus Zeitbloom, hay en el discurso de Stanford algunas reflexiones interesantes sobre la presencia y el valor de la muerte.
En cuanto al made in China, me temo que los MAC igualmente son fabricados allí. ¿Tú quieres a tu ACER? Pues ya está bien, aunque es difícil pensar que se pueda querer a una máquina.
Y gracias por tu aportación manriqueña. Esa es la puta y pura verdad.
Ramón Besonías, esta mañana estaba en un bar y he escuchado una conversación entre dos clientes. Hablaban de Steven Jobs. He prestado atención sobre lo que hablaban. Destacaba uno de los contertulios que Jobs era hijo adoptado de una familia con escasas posibilidades económicas, que dejó la universidad entre otras cosas por problemas del mismo tipo y que fundó Apple en un garaje con otros dos socios. Esta es la historia que estimula a los americanos: la del outsider venido de abajo y que es capaz de crear un imperio, en este caso tecnológico caracterizado por la extrema innovación y las tendencias más vanguardistas que han terminado siendo imitados por todos los demás. ¿Esto es cierto? Probablemente no sea un modelo para España donde triunfan personajes como la duquesa de Alba o Belén Esteban entre otros. No sé si tiene que ver, pero entiendo que la obra de Jobs es, como mínimo, admirable. ¿Que se ha hecho de oro? Él cobraba un dólar anualmente de Apple. ¿Es en todo caso despreciable el hecho de ganar dinero o esa desconfianza nos la marca nuestra ínclita tentación de ser funcionarios? (yo incluido). ¿Sería un modelo para África? Creo que en las valoraciones sobre Steve Jobs se mezclan juicios de valor muy interesantes y sobre los que merecería la pena reflexionar. ¿Es admirable crear de la nada la segunda empresa más potente de los Estados Unidos? Yo que tengo vocación de Oblomov, como he confesado en algún post, me quedo boquiabierto. Yo entiendo que el mundo con personas de mi calibre y condición, no habría progresado mucho, y observo con cierta prevención la obra de un hombre o de un equipo que es el protagonista de un proyecto fascinante en el campo tecnológico y empresarial. Pero como yo soy Oblomov, pienso ¡qué cansancio! Diantre, qué esfuerzo llevado hasta sus últimas consecuencias. De hecho propuso que le hicieran una biografía para que sus hijos supieran de él porque él no pudo dedicarse a ellos. ¿Americano? Hasta la médula. ¿interesante? Bastante aunque no cuadre con mi chaise longue. ¡Qué canastos!
ResponderEliminarSinceramente JOSELU,
ResponderEliminaryo siento la muerte de Jobs, como la de cualquier otra persona que con tan sólo 58 años, deje este mundo. Entiendo que tendrá un hueco en la historia y no le niego ninguno de los merecimientos que seguramente tendrá, pero desconozco su personalidad como para que su muerte me haya impactado.
Te digo más, desde hace unos tres años sólo uso Mac y todos sus derivados, pero por la mima razón que un día un taxista de Madeira me comentó que en una isla donde todo son subidas y bajadas, salvo que uses coches robustos como el Mercedes, el resto te dejan tirados...en absoluto por que sea adicta a las marcas. Me han dejado demasiadas veces tirada otros ordenadores y en mi trabajo eso supone perder años de esfuerzo que no me puedo permitir, hasta la fecha al menos, todo me ha ido bien con ellos.
Sin embargo, no siento la más mínima emoción al usarlos, pero vaya, ni los Macs ni ningún aparato. Por no usar, no uso ni móvil y en mi casa te aseguro que los hay por todos los cajones, pero salvo que no tenga más remedio me niego a depender de aparatos, de cualquier aparto.
Sonará sacrílego pero odio la tecnología, soy alérgica a las máquinas, me siento absolutamente incapaz de comprenderlas y seguramente por eso soy una inútil integral con ellas, sólo me siento segura con un boli en mi mano:-)
Si uso esta marca es por la tranquilidad que me da su fortaleza frente a los virus, su versatilidad y sobre todo su facilidad de manejo. Confieso que para mi la informática es un mundo ininteligible, en el que o me lo ponen muy fácil o me pierdo, es más, no me interesa aprender más que lo justo, me resulta tan árido que me agota, así que me temo que en esta ocasión no comporto tu emoción, aunque me alegro que tú, si puedas sentirla.
Un beso grande y muy feliz semana.
María, creo que Apple podía utilizar tus razones con éxito para promocionar sus productos. Eres alérgica a las marcas pero aprecias la fortaleza frente a los virus, su versatilidad y, sobre todo, su facilidad de manejo… Genial. Te ha salido un spot publicitario de alguien que no es mitómano pero encuentra razones para elegir esta marca y no otro, máxime cuando se reconoce negada para la tecnología. Ja, ja, ja…
ResponderEliminarEs curioso que a mí me transmitiera el mundo Apple un profesor de matemáticas de la universidad que me hablaba de la seguridad, la estabilidad y velocidad de los ordenadores Apple Aquello me fue picando y los fui revistiendo de un aura épica. Aquel comentario me estimuló y tiempo después accedía a mi deseo de entrar en el reducido mundo Apple. El otro día una amiga se sorprendió de que yo dijera que la muerte de Jobs me había afectado al mismo nivel que la de un creador literario (oh, blasfemia de un confeso renegado de la literatura). Me preguntó por qué y yo le dije que porque Apple me producía una emoción parecida a la de la literatura. Ni yo mismo lo entiendo y no soy un adicto a ninguna otra marca. No tengo iPhone porque me niego a entrar en ese juego adictivo. Mi móvil es un trasto, pero reconozco que cuando adquirí un Apple sentí una excitación tal vez precedida por el intenso deseo que me había generado la recomendación del amigo matemático. En un principio no le encontré nada especial, pero creo que con los meses simplemente me gusta, estoy a gusto con él, me hace sentir feliz… Me asombro de decir estas cosas. Alguien ha dicho, como decía más arriba que la relación con los productos Apple son similares a las emociones que produce el amor. Me intriga y mi intento en este post ha sido profundizar en ese sentimiento que he visto poco compartido entre los que han opinado y que han intentado explicar que no ven nada especial al mundo Apple y que incluso Steve Jobs tiene una biografía oculta nada recomendable. Stallman añade la idea de que Jobs era alguien especialmente dañino para el sentido de autonomía y libertad de los usuarios en la red. Vamos, que los usuarios de Apple viven en una jaula dorada.
Es curioso y sorprendente que no haya surgido nadie que exprese su amor por Apple. Me hubiera gustado dialogar con él.
No lo aman pero son usuarios de él. La mayoría de los que se han expresado.
Ja, ja, ja…
Besos, María. Gracias por tu disidencia.
No sabes cómo me ha alegrado ver lo que te has divertido con mi comentario, JOSELU, nunca te había vistos escritos tantos ja,ja,ja juntos en un comentario. Pero lo siento, ya te digo, a mi jamás me escucharás ninguna historia de amor con una máquina, los únicos aparatos que amo son los de música y les soy infiel, en cuanto puedo escucharla en vivo y en directo ;-) Pero sí...usarlos, sí que los uso, con la tecnología, como cuando voy a un restaurante, siempre me fío de lo que me recomiendan los que saben más. Espero que no tengan sentimientos, si se enteran, lo mismo se me estropean por no quererlos nada ;-)
ResponderEliminarPor cierto, te voy a contar lo que pensé al ver la imagen de Jobs, el día de su fallecimiento en el Mac (para que te sigas riendo) no sabía nada de su enfermedad, ni que había muerto y lo primero que pensé fue... ¡¡será su cumple!!:-)
UIn besito
Viendo tu respuesta a María me doy cuenta, Joselu, de que no te he llegado a transmitir lo mucho que me gustan los productos de Apple, así que me enmiendo. Un MacMini en la sala de estar, con un DAC y un amplificador, con Itunes, Remote y Plex, como media center, es la bomba, además de funcionar en silencio absoluto (otra de las "manías" de Jobs, que ponía -no sé si últimamente seguiría haciéndolo- procesadores de portátiles en ordenadores de sobremesa. He encargado algún libro de fotografía a través de Aperture, otra maravilla. Qué decir de Imovie, Pages o Keynote. Me parece que en tu labor de profesor, harás un bien a tus alumnos si los acostumbras visualmente al orden de todo lo que se relaciona con OSX, sin obligarlos a comprarlo. Por ejemplo, puedes preparar las presentaciones en Keynote y exportarlas a otro formato inteligible por windows, una película sin ir más lejos. Hay muchas cosas buenas y bien diseñadas en Apple.
ResponderEliminarY no creo que el dilema software libre/propietario tenga mayor importancia mientras estemos atascados en el de sociedad libre/propietaria. Seguramente el software libre será estupendo en una sociedad libre, pero en una sociedad como la nuestra, el dilema desciende a un plano menor. Más empeño habría que poner, a mi juicio, en conseguir que los suministros básicos -al menos- fueran estatales; siempre se entendió así, aún en el capitalismo de hace treinta años, por una mera cuestión de supervivencia de la libertad del Estado; ya contamos con que no es posible la de los ciudadanos como individuos. Pero si casi todo el mundo aquí aplaudió las privatizaciones de la energía eléctrica, de los derivados del petróleo y de las comunicaciones, me da risa, con perdón, defender que el software deba ser libre antes de defender y conseguir otras cosas. Hipotecados, pero con software libre y una destilería económicamente sumergida en el desván. Tan libres como Diógenes.
Y que conste que ni estoy a favor del software propietario ni en contra de quienes defienden el software libre.
Saludos cordiales.
Parte de esa hipoteca se debe al dinero que los gobiernos gastan en pagar licencias cuando podrían no hacerlo, Animal de Fondo. Porque o sea que se gastan pasta en esas cosas, ¿eh? Millones y más millones de euros :/
ResponderEliminarVeo, Joselu, que Jobs da para mucha tinta (digital). Y también onservo que merece mucho tu aprecio y reflexión.
ResponderEliminarEn mi caso, su muerte tan solo hace que durante unos días hables entre los colegas (presenciales u online) sobre su persona y obras. El resto es un debate auxiliar que no está de más: el impacto de las nuevas tecnologías sobre nuestras formas de vida.
Yo también soy maquero y gozo de las cualidades indudables de sus gadgets (pese a ser caros), pero nunca me acuesto con los autores de los objetos que compro. Sio no existiera Apple, el rumbo de las nuevas tecnologías hubiera seguido otro curso, similar o diferente, pero curso en definitiva. Jobs estuvo en el eje de esta revolución, mezcla de negocio, ocio e ideología posindustrial.
Gocemos pues de nuestro artilugios, abriendo de vez en cuando un ojo, por si en un descuido se comen nuestro sentido crítico. Amén, Joselu.
Animal de fondo, no estoy preparado para abordar una polémica entre software libre y el creado por windows o apple. Me falta base aunque entiendo algunos presupuestos de los movimientos en pos del libre. He conocido la figura de Robert Stallman que desconocía y ello ha enriquecido mi perspectiva sobre el asunto. Sí que tengo la impresión de que el software de apple comenzó precisamente por un curso de caligrafía a la que le dio una enorme importancia Jobs cuando se salió de la universidad. La belleza y armonía de una obra de autor firmada no es lo mismo cuando nos enfrentamos a las creaciones libres. Utilizo a veces programas de tratamiento de texto libres como Open Office sin problema pero no tiene el grado de elaboración que puede tener el Office o el Pages. Creo que en Extremadura hicieron un intento de utilizar el software de Linus en su red informática. Quizás fue algo prematuro pero no tengo la impresión de que haya sido una experiencia a exportar. Pero en todo caso lo desconozco. Aquí en Cataluña los ordenadores de los alumnos vienen con el Office que lo que tiene es la universalidad siempre que no sea la última versión docx.
ResponderEliminarPero en todo caso, mantengo que me falta base.
Me alegro, por otra parte, de tu afición a estos aparatos hermosos y sencillos de utilizar. Tomo nota de algunas aplicaciones que citas, que desconocía. Yo soy un novato en esto de Mac.
Un abrazo.
Ramón Besonías, tengo el ojo crítico abierto y me río en buena parte de mi discurso afrodisiaco con Apple. Lo que más me interesa cuando publico un post es el grado de discusión que genera y la riqueza de los enfoque que sugiere. Me interesa mucho más que establecer doctrina, propiciar el debate en el que aprendo mucho, y lo digo en serio. No tengo verdades reveladas y sí mucha curiosidad por saber qué me dicen otras mentes más afortunadas que la mía. He conocido la perspectiva de Robert Stallman que considera a Jobs un personaje nocivo y casi se alegra de su desaparición porque el ascendiente de prestigio de Apple se debía sobre todo a su figura.
ResponderEliminarEso sí, no me recato en manifestar mis entusiasmos, mis decepciones, mis sueños, mi angustia… Creo que compartir ilusiones también forma parte de la tarea intelectual, tal como la concibo yo, aunque todo sea provisorio, ja, ja, ja…
Y me he reído de lo lindo con este post. Córcholis, estoy de buen humor. Bendito Jobs.
Un abrazo.