Cuando supe la historia me llené de aflicción. No podía
creer la historia de un hombre que ya lleva treinta y cuatro años en la cárcel
sin haber cometido ningún delito de sangre. Este es el caso de Miguel Montes
Neiro, un hombre que a sus sesenta años ha pasado la mayor parte de su vida
entre rejas por un fallo colosal del sistema que le ha mantenido en prisión
preventiva y que ha sancionado sus distintos intentos de fuga con agravamientos
de condena desde que fue declarado prófugo en el servicio militar y fue
encarcelado.
Miguel Montes Neiro no ha quemado viva a su mujer ni es
autor de asesinatos masivos de personas inocentes cuyo autores han salido a la
calle tras veinte años de cárcel en medio de reconocimientos sociales que
parecían absolverles de sus crímenes. Muchas veces pensamos que la justicia
española es laxa, excesivamente benévola, con los peores delincuentes que se
ven beneficiados por atenuantes o redenciones de las penas que los ponen,
después de crímenes despiadados y sin arrepentirse, en la calle. Es un país en
que no existe la pena de cadena perpetua porque se piensa que debe haber
siempre un resquicio para la reinserción del delincuente.
No quiero poner ejemplos de la deshonestidad de la justicia
española. Probablemente todos los tenemos en la cabeza. Mencionarlos me sume ya
en una repugnancia que no quiero mostrar en este post, pero todos hemos sido
testigos en los últimos tiempos de las idas y venidas de asesinos confesos de
alguna muchacha que murió torturada y en el desamparo y cuyo cuerpo no ha sido
encontrado por la vesania e impiedad de sus ejecutores.
Para todos hay piedad o un sistema cuyos resquicios son tan
grandes que permiten cualquier incoherencia. Los españoles no tenemos ninguna
confianza en el sistema judicial. Sabemos que es condescendiente con los
poderosos y lábil con los delitos más atroces. Por eso clama al cielo la
situación de este hombre encerrado, enfermo, y sin posibilidad de salir de la
cárcel hasta el año dos mil veintitantos y que ha pasado en prisión en régimen
de prisión provisional la mayor parte de su vida sin que le hayan computado
dichos días para la redención de su pena.
El gobierno socialista acaba de conceder un indulto a un
afamado banquero, Alfredo Sáez, para
evitarle una mínima sanción de tres meses de arresto por la que no hubiera
entrado en prisión pero le hubiera inhabilitado para el desempeño de ser
consejero delegado en el banco de Santander.
Su delito fue por falsedad y llevó a algunas personas a la cárcel. Alfredo Sáez cobra 10,2 millones de
euros al año. Es uno de los banqueros mejor pagados de España.
Miguel Montes Neiro ya sabemos que no es banquero, ni es Félix
Millet, ni probablemente tendrá tanta fortuna como el yerno del rey ante la
justicia, pero si alguna vez ha estado justificado un indulto por la
desproporción entre el delito y la pena es ahora; creo que no hay duda de que esta sería la
última acción digna de un gobierno que entró con el título de socialista.
Firma la petición de indulto de Miguel Montes Neiro Ya
somos casi cincuenta mil. Esta es la última opción que tiene este hombre
desdichado de pasar algunos años en libertad.