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miércoles, 29 de octubre de 2008
Guerra en el Congo
Euforia en las bolsas americanas y europeas. El Ibex 35 sube en estos momentos que escribo 6,90 %. Recibo dos correos a lo largo de la mañana del miércoles. Uno de mi suscripción a las noticias de Le Monde y otro de Viajar.com que me ofrece “Un mundo para descansar. Hoteles a 40 €”. El titular, en cambio, del día en Le Monde dice así:"El ejército gubernamental se repliega delante del avance de los partidarios de Laurent Nkunda, que se aproximan a la ciudad de Goma, en proximidad con la frontera con Ruanda. Los cascos azules son impotentes delante del avance de los rebeldes". La guerra nuevamente se ha reanudadado en el este de la República Democrática del Congo. Decenas de miles de personas huyen presa del pánico ante el avance de las fuerzas del CNDP (Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo) de tendencia protutsi dirigido por Laurent Nkunda que se enfrenta a las Fard (Fuerzas Armadas de la República Democrática) de tendencia gubernamental y a los combatientes hutus (FDLR). Parece iniciarse la tercera guerra del Congo que ha dejado un reguero de cuatro millones de muertos y millones de desplazados y refugiados. Los destacamentos de la Naciones Unidas (Monuc) allí destinados manifiestan su fracaso en conseguir el cese de las hostilidades. La zona de Kivu Norte es una de las mayores productoras del mundo de coltán y casiterita, elementos imprescindibles en la telefonía móvil y las videoconsolas. Todas las facciones enfrentadas negocian con estos minerales que son extraídos en condiciones de esclavitud.
La situación es confusa y no se acaba de entender el lío de siglas que concurren en estos enfrentamientos que oponen nuevamente a partidarios de los hutus y los tutsis, como en el terrible genocidio de Ruanda en 1994. Pero una cosa es cierta, Occidente está muy interesado en los yacimientos de coltán y casiterita que hay en la zona y los compra a cambio de armas y dinero a todas las partes enfrentadas. Armas y corrupción no les falta. Todo lo demás sí.
La principal víctima es la población civil que es asesinada y ha de huir de las zonas de conflicto en la zona más castigada del planeta.
Para mi sorpresa ni la edición digital de El País ni la de El Mundo hacen referencia a la situación en el este del Congo. La principal noticia es, cómo no, la citada al principio, la de la euforia en las bolsas de todo el mundo. Ello oscurece una tragedia como la que está pasando en estos momentos y que pasa desapercibida para el público occidental que se tienta los bolsillos para saber cómo le está afectando la crisis.
Recuerdo una conversación un día en Foz (Lugo) en el mercadillo. Una señora decía a un africano que lo que le vendía era muy caro, “que estábamos en crisis”. Él le respondió: “Crisis, señora, en África”.
Nada más, que no les olvidemos.
viernes, 24 de octubre de 2008
El espacio del dolor
Caixafórum, el centro cultural y social de la Caixa, acoge desde el 22 de octubre en Barcelona una interesante muestra de pintura, que abarca desde el Quatrocento al Barroco, titulada El pan de los ángeles. Son cuarenta y cinco obras pictóricas y tapices procedentes de la Galería de los Uffizi de Florencia. La exposición permite hacerse una idea de la evolución de la pintura italiana entre los siglos XV y XVII. Está organizada en torno a siete apartados en torno al sacrificio realizado por Cristo para redimir al hombre del pecado original.
El pan de los ángeles abarca desde la pintura de Botticelli al pintor barroco Luca Giordano cuya Subida al monte calvario ilustra la entrada de este post con un expresionismo muy marcado para provocar la emoción y la devoción del espectador. En la muestra destaca La Madonna della Logia de Sandro Botticelli. Su mirada, aparentemente serena, ya refleja la preocupación por el destino que aguarda a su hijo.
La exposición supone un recorrido por la espiritualidad de Occidente mediante el recuerdo de la entrega del hijo de Dios. Antiguo y Nuevo Testamento. El pecado original, el maná en el desierto, la anunciación, el nacimiento, la adoración de los pastores, la última cena, la flagelación, la crucifixión y la resurrección. En cuarenta y cinco cuadros vi compendiados los mitos del cristianismo, mitos que me resultaban lejanos por más que la pintura que allí estaba viendo me seducía y maravillaba. La cosmovisión del Renacimiento y del Barroco buscando sus claves de espiritualidad y del sentido de la vida en la idea del sacrificio de Cristo por todos nosotros. El pan de los ángeles. De estas imágenes e historias me nutrí cuando era pequeño en tardes inmensas en el colegio de las monjas al que asistí hasta mi siniestra primera Comuníón. Más tarde en rosarios rezados a las seis de la tarde en el colegio de curas donde estudié durante nueve años. Imágenes que contemplé en procesiones larguísimas donde Cristo sufría lo indecible por todo el género humano.
Pero todo aquello no me decía nada. Me decía sí la pintura, el lenguaje del arte. El rostro desolado de la Virgen desfallecida con los símbolos de la Pasión de Cristo de Alessandro Allori, la Virgen con el niño de Parmigianino, La sagrada familia de Michele di Rodolfo... Pero más allá no había ningún significado, ninguna emoción como la que podían sentir los hombres de aquellos siglos.
Salí desconcertado, por un lado con la emoción de la pintura que había visto, pero también desolado por la lejanía que me suponían aquellas bellísimas imágenes sobre lo que representaban. Vi los últimos tres tapices con motivos de La última cena y el Descendimiento de la Cruz y me dirigí a la siguiente sala. No había nadie. Vi una puerta y una habitación en penumbra. En la puerta estaba el nombre del artista Joseph Beuys y se titulaba El espacio del dolor. Me quedé anonadado. Entré con precauciòn y vi un cuarto, tenuemente iluminado por una bombilla, de paredes de plomo, planchas de plomo rayadas con signos que ignoraba si estaban hechos por la gente que había visto la instalación o eran obra del mismo artista Joseph Beuys cuya historia y trayectoria investigué cuando llegué a casa. En el cuarto, de unos treinta metros cuadrados, no había nada excepto dos anillas en el techo junto a la bombilla. No había nada más. Aquello me recordaba una cámara de gas, era un lugar de agonía. Me acordé de la agonía de Cristo en la cruz. Relacioné dos imágenes conectadas con el sufrimiento y la muerte. Aquella habitación me evocaba la angustia y la muerte. No sé qué pretendería el artista, pero el título de la obra El espacio del dolor (Schmerzaum) resultaba explícito. La atmósfera resultaba opresiva, la iluminación, sórdida. ¿Habría salida? ¿Qué significaban las dos anillas del techo que parecían no ser de plomo? ¿Qué diálogo pretendía el artista conmigo? ¿Era para acostumbrarme a la muerte? ¿O era una accesis espiritual la que me estaba proponiendo el artista con un renacimiento posterior? Seguía sin entrar nadie. De vez en cuando se veía a alguna pareja despistada que miraba sin entrar, sin entender que aquello era algo más que una habitación vacía. Me senté en un rincón de aquella habitación tétrica, igual que cuando entré en el patio de las columnas de la mezquita de Córdoba. Algo me decía que aquello había que verlo desde abajo como participando de un profundo decaimiento del ánimo, abrumado por la atmósfera agobiante. Revisé las imágenes de la exposición de pintura italiana. Algunas se me habían quedado grabadas como la del Cristo en la escena del calvario de Luca Giordano cuyo rostro va a ser enjugado por la Verónica. El dolor es una experiencia universal. No podemos aspirar a estar en una burbuja protectora aislados del dolor. La vida es dolor y también capacidad para superarlo, y elevarse por encima de las paredes de plomo para encontrar la plata de esas anillas suspendidas en el techo, anillas que reflejan la luz. El plomo es protector, te aisla del exterior pero no refleja la luz. Somos migajas de luz en la oscuridad del universo. Y aspiramos al autoconocimiento. Joseph Beuys vino a decir que todos los seres humanos somos artistas y que cada acción es una obra de arte. Allí en aquella mañana de lluvia él y yo habíamos trenzado una comunicación a través del tiempo y habíamos sentido emociones paralelas. ¿Sería también un poco artista?
domingo, 19 de octubre de 2008
Camino
Reconozco que fui a ver Camino, película dirigida por Javier Fesser, sin muchas ganas. Sentía aprensión por lo que había visto en un vídeo promocional. Una niña de once años enferma de cáncer en la médula y su sufrimiento es utilizado para la glorificación del OPUS DEI en un ambiente que constituye una radiografía respetuosa -no un diagnóstico- de la Obra fundada por Monseñor Escrivá de Balaguer. El resultado es una película magnética por la personalidad de la niña que interpreta el papel de Camino, Nerea Camacho. La película está inspirada en hechos reales sobre una niña formada en el ambiente de esta asociación religiosa llamada Alexia González-Barros que murió en 1985 y está actualmente en proceso de canonización.
Camino es una muchacha llena de vida que parece ofrecer todo su terrible sufrimiento por Jesús. Todo el ambiente de su familia es opresivo, aunque se puede decir que no está caricaturizado. Es simplemente así. Su madre, encarnada certeramente por Carme Elías, es una fanática de la orden que cree que la enfermedad de su hija es un bien venido del cielo. Su padre, en cambio, es tierno, frágil, impotente, pero resulta un personaje entrañable.
Carlos Boyero, crítico de El País, ha calificado la película de documento que le produjo horror y que le obligó a desviar la vista de la pantalla rebelándose contra esa secta oscurantista que manipula el sufrimiento de la niña para su propio engrandecimiento. Pero reconoce que la película le había tocado y no le dejó insensible. Es la misma sensación que he tenido yo al enfrentarme a un filme complejo cuyas conclusiones están abiertas al criterio del espectador.
No creo que Javier Fesser haya querido hacer una película contra el OPUS DEI. Nada hay de manipulación en la ambientación que no responda a la realidad. Ese es el auténtico horror. La hermana es candidata a numeraria de la orden y la vemos robotizada y carente de vida personal. Cualquier duda en la orden es considerada como tibieza. Pero Camino tiene su alegría y sus visiones que lindan con el surrealismo. Y además está enamorada de un niño de su edad que se llama Jesús. De ahí la ambigüedad de la película. La escena que en su lecho de muerte se imagina bailando con el muchacho con un vestido rojo y unas camper rojas, rodeados de flores, es antológica y bellísima.
He rastreado en páginas del OPUS constatando, para mi sorpresa, que la película no les ha desagradado, al contrario que a su familia que la consideran una manipulación especialmente en la mención que se hace al final de la película del nombre real de Alexia como homenaje a la niña y en algunos detalles como los aplausos cuando la niña muere.
Es una película muy rica en matices, muy bien interpretada, y que sorprende por su fuerza emotiva. Horroriza y cautiva a la vez.
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NOTA POSTERIOR: Por honradez intelectual he de hacer constar que la reacción del Opus Dei ante la película no es favorable como había escrito. He tenido acceso a la página oficial Opus Dei en que se vierten juicios muy negativos con el conjunto de la película a la que se califica de radiografía desenfocada y falseada.
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Sin embargo, la página no oficial El Opus Dei en Valladolid se hace eco de las entrevistas a Nerea Camacho, al director y de la crítica de Carlos Boyero. Esta página es una web formada por ex-miembros del Opus Dei muy críticos con su antigua organización.
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miércoles, 15 de octubre de 2008
Artistas africanos
domingo, 12 de octubre de 2008
Arte contemporáneo
Cuando viajo me gusta visitar los museos de arte contemporáneo que han proliferado por toda la geografía española. No he tenido ocasión de visitar ARCO, la feria de arte contemporáneo que se celebra en Madrid y que es la más importante de nuestro país. Es interesante intentar un diálogo con el arte que se está haciendo ahora. La idea de lo contemporáneo puede aplicarse a todo el siglo XX, o más restrictivamente al realizado después de la segunda guerra mundial, o incluso más reducidamente al creado tras el ataque a las torres Gemelas de Nueva York. Cuando paseo por las salas de un museo contemporáneo intento mantener una conversación con el artista que hace la propuesta. ¿Qué me está diciendo? ¿Qué pretende expresar? ¿Qué reflexión hay sobre el arte en su propuesta plástica, pictórica o literaria? No me considero un erudito en arte, mi visión es bastante simple. Me gustan los planteamientos de la modernidad que llegan a fundirse con mi visión del mundo. Mis impresiones en general suelen ser bastante decepcionantes. Hay demasiados museos de arte contemporáneo y no hay una producción de altura estética para llenarlos. El otro día paseaba por la colección del MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona) y mi juicio no podía ser más pobre. Lienzos pintados totalmente en negro, esculturas con forma de caja de metal, formas inexpresivas carentes de imaginación, profundamente aburridas, una serie de cojines gigantes clasificados por colores. El bostezo me asaltó repetidamente cuando visitaba sus salas llenas de turistas que no sé muy bien qué sentirían ante aquella vaciedad e inanidad.
Hace unos meses tuve ocasión de ver la exposición conjunta de Picabia, Man Ray y Marcel Duchamp en el MNAC (Museo Nacional de Arte de Cataluña). Tuve ocasión de verla con mis hijas que se aburrieron profundamente. No tuve ocasión de verla con excesivo detalle, pero sí que llegué a la considerada obra fundamental del siglo XX, la fontana de Marcel Duchamp, un urinario puesto del revés. Imaginaba que cuando llegara a tal icono del arte dadaísta sentiría algún tipo de emoción profunda. Tantas veces había hablado de él y de la nueva concepción del arte que se derivaba de aquella fuente de la marca Mutt. Pero no fue así. Mi reacción fue fría, aquel objeto, o aquella cosa como acostumbraba a decir Marcel Duchamp, me dejo absolutamente impasible. No sentí nada, y casi me surgió de nuevo el bostezo. Fue una terrible decepción. Pensar que buena parte del arte del siglo XX derivaba de aquel objeto que ha sido considerado como el elemento artístico fundamental del siglo pasado resultaba decepcionante.
Estas fotos fueron publicadas por http://agaudi.wordpress.com/2007/10/24/desiree-dolron-fotografias/ .
miércoles, 8 de octubre de 2008
Negra sombra
Este año entra, como novedad en las pruebas de las PAU en la especialidad de Literatura Castellana, la poeta gallega Rosalía de Castro (1837-1885). Reconozco que la había tenido orillada en mis intereses poéticos, reducida a una posición sentimental y folclórica. Sin embargo, la profundización en su vida y su obra me la ha hecho emerger como un personaje interesante y auténticamente apasionante. Tuvo conciencia de levantar la bandera del idioma gallego –hablado por el pueblo pero desprestigiado en las élites- en la creación poética. Publicó dos libros en gallego: Cantares gallegos (1863) y Follas novas (1880). Tras el primer libro –se dice que cantó la alondra- nada volvió a ser igual a pesar de los graves problemas de distribución que tuvo aquella obra que inauguraba la moderna literatura en gallego. Ella, que no era una intelectual, consiguió que su voz llegara a la sociedad gallega y que fuera conocida y recitada, quizás más que leída.
viernes, 3 de octubre de 2008
Leyendo a J.G. Ballard
Nuestra existencia es una negociación con el futuro en el que viviremos el resto de nuestras vidas. Nuestra identidad una entelequia absurda que se debate en espacios interiores más que exteriores. Vivimos en un submundo surrealista tras una fachada burocráticamente ordenada. Un centro de enseñanza: escaleras vacías, geométricas, pasillos acristalados, puertas que encierran energías desbordantes poseídas por la tecnología, la pornografía y el aburrimiento. Alumnos que se aburren y que añoran la belleza de las salas de disección, el maquillaje hermoso de los muertos, alumnos que deambulan por sus paisajes interiores llenos de enigmas inabarcables. El profesor gesticula, pero sus alumnos añoran algo que dé sentido a sus vidas aunque sea una explosión nuclear o un ataque terrorista. Necesitamos la fuerza de nuestra vida interior con el potencial de la imaginación, las obsesiones, los sueños y la psicopatología.
Autopsia del nuevo milenio (CCCB).
Un análisis lúcido e inteligente del significado de J.G. Ballard:
lunes, 29 de septiembre de 2008
Ànima càndida
Este es el título de un artículo de opinión firmado por Jordi Llovet en el Quadern de El País el 25 de setiembre del presente. No puedo enlazarlo porque El País no publica en su edición digital los artículos o noticias publicadas en otras lenguas diferentes al castellano.
El artículo de Jordi Llovet versa sobre el último libro de Daniel Pennac Mal de Escuela en el cual estoy sumergido habiendo leído tres cuartas partes del volumen. Jordi Llovet acusa a este libro de optimista, de aprovechar la figura del estudiante zoquete para reivindicar una pedagogía ilusa o inocente. Recordemos que Pennac escribe este libro dividido en dos secciones, una biográfica en la que se evoca como alumno fracasado en la escuela francesa de los años cincuenta. Se recuerda como el alumno que se sentaba en el último banco y acostumbraba a desconectar de las explicaciones del profesor que por otra parte no entendía en absoluto. De esta situación fue salvado por un viejo profesor que le pidió escribir una novela –sin faltas de ortografía a las que tan proclive era el Pennac de aquellos años- a cambio de de no hacer exámenes de lengua francesa.
miércoles, 24 de septiembre de 2008
Buda explotó por vergüenza
Hace unos cuantos posts Juan Poz nos hablaba de la película dirigida por la iraní Hana Makhmalbaf Buda explotó por vergüenza. Recuerdo que fui a ver esta cinta en febrero de este año y salí profundamente conmocionado. La directora tenía dieciocho años cuando dirigió esta película ambientada en el Afganistán de los talibanes, en el espacio donde fueron dinamitadas las figuras de Buda. El guión es de su madre Marziyeh Meshkini, y la joven directora es hija de Moshen Makhmalbaf, director a su vez de películas notables como Gabbeh, El silencio y Kandahar.
jueves, 18 de septiembre de 2008
El grupo 15
http://farm4.static.flickr.com/3227/2865440722_dcc432c1ff.jpg?v=0
El grupo 15 es una agrupación flexible con alumnos de primero de ESO, que he conocido hoy y que son de muchas partes del mundo. Era la primera clase. El grupo era muy vivo con dos alumnos, uno ecuatoriano y otro bereber, que llevaban la voz cantante. Eran alumnos que se conocían de los colegios de primaria del barrio. Hemos dedicado la clase a dar pautas de trabajo y a conocernos mejor. Quería saber su nombre, cuánto tiempo llevaban en España, si sentían añoranza de su país, el colegio en que estudiaron la primaria… Lo suficiente para saber un poco de ellos.
domingo, 14 de septiembre de 2008
Disney Channel
A veces me quedo embobado viendo escenas de la televisión, en especial las series dirigidas a adolescentes. Las hay muy numerosas en las franjas más accesibles. En los últimos días Disney Channel ha empezado a emitir en abierto para la TDT. Un aluvión de series que tienen como protagonistas a adolescentes arrasan entre sus destinatarios. Sin embargo, cuanto más las veo, más bobas me parecen. Me resultan de una simpleza total esas películas que han tenido un éxito enorme tales como High School Musical, 1 y 2; me parecen inanes la mayoría de los productos que se dirigen a los adolescentes, incluidos algunos libros de lectura que se ofrecen como muy adecuados para ellos. Su sentido del humor con risas enlatadas me subleva, sus conflictos graciosos no me producen ninguna gracia y su música me enerva. Se diría que se quisiera ver convertidos a los adolescentes en unos tontos de capirote y permanentemente inmaduros. En este sentido no son muy diferentes de muchas series “bobas” dirigidas a los adultos en los que los seres humanos aparecen como unidimensionales, planos, carentes de ninguna dimensión misteriosa. Son series banales con un cierto ingenio plano que no estimulan lo más valioso que tienen las personas: su llamémosle espiritualidad. No soy creyente, aclaro, y no dedico en mi declaración de renta la asignación a la iglesia. Estoy en contra asimismo de que se imparta religión católica en los centros públicos. Pero también entiendo que hay dimensiones desconocidas en el ser humano que hacen de éste un ser misterioso en sus motivaciones y en su realidad. Esta realidad tiene otro lado. Hay otros mundos que quizás están en éste como sospechaban los surrealistas. Cuando contemplamos la realidad podemos tener la sospecha de que existe un más allá, otro lado del espejo. Toda la gran literatura conecta este lado visible de las cosas con la intuición de que existe una dimensión desconocida.
jueves, 11 de septiembre de 2008
Once de septiembre
Una fecha con resonancias planetarias que nos lleva a evocar el ataque terrorista contra las torres Gemelas, el Pentágono y otro atentado abortado de setiembre de 2001. Hubo quien dijo que el mundo no sería igual después de aquello. Escribí en mi diario que había comenzado el siglo XXI. Bush sostuvo que aquel era el comienzo de una monumental lucha entre el bien y el mal. Al día siguiente las bolsas de todo el mundo se hundieron y se habló de peligro de una recesión mundial (que no se produjo). Alain Touraine se preguntaba ¿hemos entrado ya en un siglo XXI que va a reproducir la historia del siglo XX pero con un dramatismo aún mayor? Mi diario recoge titulares y reflexiones de aquellos días cargados de temores y miedo a la venganza. Todo se conmovió. Bin Laden había golpeado certeramente el corazón del mundo occidental.
sábado, 6 de septiembre de 2008
Mal de escuela
Mal de escuela es un ensayo del escritor francés Daniel Pennac, autor de aquel otro ensayo memorable titulado Como una novela en la que reivindicaba la libertad gozosa del lector. Mal de escuela todavía no está en las estanterías de las librerías españolas, pero hoy El País (sábado) publica una amplia reseña que me ha puesto los dientes largos.
martes, 2 de septiembre de 2008
Un nuevo compañero
Mi conversación con él y nuestras afinidades blogueras y literarias me hacen presentir que podemos, quizás, formar un buen equipo de trabajo para enfrentarnos con humor y amor a esas fierecillas que no saben que quieren aprender.
sábado, 30 de agosto de 2008
El regreso
lunes, 25 de agosto de 2008
Adolescencia dolorosa
María va en silla de ruedas. Su cuerpo está desproporcionado respecto a sus pequeñas piernas, mínimamente desarrolladas respecto a sus musculosos brazos acostumbrados a impulsar su silla. María en su relato reflexiona acerca de su historia personal vertebrada por las veinticinco operaciones que ha tenido que sufrir en sus piernas, tan frágiles como el más delicado de los cristales. Cada vez que ha de entrar en el quirófano, no menos por frecuente, es una situación que la aflige y la atemoriza. Una de las operaciones se debió a los ejercicios a que la sometió una fisioterapeuta que, sin querer, le fracturó una de sus piernas. Por ello, desde entonces, siente pánico hacia la rehabilitación y hacia los fisioterapeutas.
En su relato detallaba sus recuerdos desde niñez, su historia familiar, haciendo un vívido retrato de sus relaciones familiares en las que destacaba la madre siempre positiva y animosa a pesar de vivir en circunstancias económicas muy delicadas y tener a otros hijos aquejados de esta enfermedad de origen genético; relataba también su experiencia escolar, sus miedos, sus relaciones de amistad, sus fracasos (el año pasado suspendió cuarto de la ESO y hubo de repetir por decisión de la Junta de Evaluación que estimó que un año de maduración sería positivo para ella); sus angustias en ese momento tan frágil como la adolescencia en que se viven unos cambios físicos y emocionales en los que se ansía con fuerza a la otra persona con la que compartir amistad y afectividad. María es consciente de sus circunstancias y en su pequeña novela analizó con extraordinaria minuciosidad psicológica su yo adolescente, inserto como su título expresaba, en una etapa dolorosa. Sin embargo, María, una excelente lectora –Fue la única que en segundo de la ESO se leyó El diario de Ana Frank- con magnífico aprovechamiento, de su complicada experiencia ha extraído oro. Quiere ayudar a los demás, quiere ayudar a aquellos que pueden vivir una historia como la suya. Quiere cursar bachillerato y estudiar Psicología. No quiere que sus circunstancias la limiten en sus aspiraciones a pesar de saber que cada vez que ella necesita trasladarse le es preciso que alguien la acompañe y disponer en muchas ocasiones de transporte adaptado para su movilidad. Esta fue la razón por la que no pudo de ir de viaje de estudios a Londres con sus compañeros la primera vez que cursó cuarto de la ESO. Fue un duro golpe para ella.
El proyecto de escribir una novela fue una de las propuestas más provechosas que he planteado en los últimos años, como pudieron seguir los lectores de mi blog. Eran muchachos de cuarto de la ESO. Este próximo curso imparto primeros y segundos de ESO y me pregunto si es posible una experiencia semejante con niños más pequeños. Nos nutrimos de historias, necesitamos intensamente de la ficción, o reflexionar sobre nuestra propia existencia. Necesitamos intentar comprender nuestra vida. Cada uno lo hace a su manera mediante este cerebro que se alimenta de cuentos desde su infancia, pasando por esa adolescencia vivida como un periodo extraordinariamente complejo y que María en un relato prodigioso, digno de publicarse si se cuidaran más los aspectos formales, retrató como “doloroso”. Yo añadiría también los calificativos para ella, para su relato, y para esos años, de apasionantes y luminosos.
martes, 19 de agosto de 2008
Incertidumbre
¿Qué densidad tienen nuestras palabras como profesores? ¿Podemos intuir el fracaso o el éxito en la vida de nuestros alumnos? La anécdota de Michael Phelps, por el hondo poso que ha dejado en él, me ha hecho reflexionar. Somos ocasionales orientadores de espíritus en desarrollo. Cuando miramos a nuestros alumnos durante todo un curso vemos algunas miradas encendidas, vivas, bondadosas, maliciosas, tiernas, turbias, inteligentes, otras confusas y ambiguas, así como dulces e indecisas. ¿Quién sabe adónde pueden ir a parar aquellos muchachos? Un fracaso en la escuela no implica un fracaso en la vida, del mismo modo que un éxito en la escuela no decide un éxito profesional, humano o sentimental. El cerebro humano es un músculo complejo y regenerable. Una falta de competencia en el área de lengua no es irremediable ni decisiva. Hay otras potencialidades que se van desarrollando en los años de aprendizaje.
Los profesores no somos profetas, nuestro papel es bastante más modesto, y, sin embargo, nuestra aportación es considerable. Unas palabra apresuradas de una profesora de lengua sobre el futuro de un alumno de secundaria le sirvieron de acicate a Michael Phelps en sus últimas brazadas para obtener el mayor éxito de la historia de la natación. Sin embargo, a otros, un comentario negativo o despectivo puede que les hunda anímica y moralmente el resto de sus vidas. Los seres humanos somos un misterio. Las mismas palabras pueden tener efectos totalmente diferentes. A unos los puede catapultar a la gloria y a otros les lleva a la falta de confianza en sí mismos y al fracaso.
Lo tendré en cuenta. Mis alumnos son seres enigmáticos. Sólo hay que ver fotografías individualizadas de ellos. Aislados del conjunto y de sus compañeros suscitan hondas simas de complejidad humana. Hay en ellos campeones olímpicos en potencia, escritores, actores, buenas personas...; también maltratadores, víctimas y verdugos, así como héroes que esperan su momento para la gloria o su pasaporte a la mediocridad. Por ello, necesitamos ser pequeños artistas que potencien lo mejor de ellos mismos, con prudencia, pero también con decisión. ¿Quién sabe si tendremos a Michael Phelps entre ellos? ¿O a ese anómimo panadero que cuece el pan con amor y ternura? ¿O a esa muchacha anónima que sabrá intuitivamente construir un mundo mejor con su bondad e inteligencia?
viernes, 20 de junio de 2008
Despedida
jueves, 12 de junio de 2008
Orden y método
Quiero retener aquí algunas conversaciones captadas a nivel de pasillos en estos días finales. Varios profesores se estremecen con el alumnado que ha habido este año en primero de la ESO. Han sido cursos realmente conflictivos en que bastantes alumnos creaban un clima de difícil resolución académica. Algún profesor ha confesado que se ha despertado soñando con determinados alumnos. Se han hecho estimaciones que en primero de la ESO hay 26 familias que han perdido totalmente el control de sus hijos. En su casa no pueden con ellos y en el instituto tenemos graves problemas para contenerlos faltos de diques emocionales y de autoridad.
Curiosamente, hoy en hora de guardia, he tenido ocasión de conversar con una de las alumnas más famosas del centro por sus constantes amonestaciones y su permanente asalto a las normas de convivencia. Llamémosle Adriana. Parecía una muchacha razonable. Estaba expulsada. Quería ser derivada a la UE (Unidad Externa), especializada en alumnos conflictivos. Charlando con ella no parecía esa alumna terrible que retratan sus docenas de partes de expulsión.
Hay otros casos de alumnas descaradas que gritan a algún profesor comentarios obscenos y desafiantes. En este blog en la anterior entrada se daban interesantes claves para controlar el aula. He leído todas con sumo interés aunque no las haya comentado en el post. Ser un buen profesor es un don como ser buen artista o un buen arquitecto o un buen actor. No todo el mundo posee esas cualidades casi mágicas que convierten la entropía en orden y equilibrio. Hay un desafío palmario a la autoridad. Hay quien lo resuelve con el carácter justo y equilibrado, hay quien lo hace con autoritarismo y el juego de miradas, hay quien con la presencia sólida en la clase. Ser profesor es un ejercicio difícil del uso de la autoridad. Y es como el caso de los buenos y malos toreros. A veces se sale a hombros y otras nos cae encima una lluvia de almohadillas y silbidos. Este año que acaba he salido con una sensación compleja. Por un lado me doy cuenta de que ha habido aciertos, pero también salgo con una sensación de cierta desolación por la que me digo que podría haberlo hecho mucho mejor. Mi carácter desordenado y caótico no contribuye a la ordenación de alumnos faltos de método y de hábitos. Y es un problema difícil de resolver. Sin embargo esta carencia de orden en mi constitución personal –que es un grave problema- es un buen aliciente para alumnos con ciertas estructuras organizadas porque les anima a crear.
Por eso pienso que el orden mental es un potente organizador del aula. Nadie lo había citado salvo Cariátides en su magnífico comentario. Lamentablemente quien esto escribe es enormemente deficitario en todo lo referente al método. No sé hacer dos veces la misma operación del mismo modo. Ello es un factor de creatividad en ciertos niveles pero también de desconcierto y desbarajuste en los niveles que más necesitados están de rigor, método y reglas fijas. De ahí mi desconsuelo y pesadumbre.