Esta mañana estaba de guardia y he tenido que cubrir a un compañero que tenía una salida escolar. Me ha dejado faena para los alumnos. Era la hora de música. Eran muchachos de primero de ESO (doce o trece años). Tenía que ponerles la banda sonora de Tiburón varias veces y ellos tenían que escribir un folio con las sensaciones que les producía la audición. La banda sonora duraba un par de minutos. Su primera reacción ha sido la de decir que era un aburrimiento. Lo han repetido varias veces e insistentemente. No puedo juzgar la dinámica de mi compañero. Ignoro sus objetivos y metodología, así que he buscado en Youtube la pieza musical y se la he puesto a todo volumen tres o cuatro veces. La mayoría no tomaban nota y he tenido que estimularles a que bajaran los pies de la silla donde se habían repantigado como si estuvieran en el salón de su casa y a que tomaran algunos apuntes. La sensación que les dominaba era de fastidio por el esfuerzo que tenían que hacer de traducir sus sensaciones a palabras. La pieza expresa tensión, inquietud, amenaza, peligro, dramatismo en un crescendo que conduce a un estallido trágico. Era todo menos relajante, producía un estado nervioso que envolvía a los oyentes. Ellos no conocían la película, para ello les he puesto un tráiler en inglés sobre algunas escenas famosas de Jaws.
Pero quiero reflexionar sobre esa actitud que muestran muchos adolescentes ante las tareas escolares sean cuales sean y es la de considerarlas un aburrimiento. La escuela aburre, y los profesionales más sensibles se plantean la hipótesis de una nueva escuela en que los alumnos sean protagonistas y tengan una educación propia del siglo XXI y a la altura de las circunstancias. El uso adecuado de la tecnología sería esencial en este planteamiento. Sin embargo, yo estaba utilizando la tecnología para que visualizaran mentalmente el estado de tensión de la banda sonora y seguían considerando aquello como aburrido. Me pregunto cómo puede la escuela convertirse en atractiva y las actividades de clase sugerentes y motivadoras. Me pregunto qué perfil debe mostrar el profesor para lograr dotar a sus clases de magnetismo que consiga que aquellos muchachos desmotivados en principio se pongan a trabajar con ahínco. El otro día leía en un blog la teoría de la vaca dorada. Quería expresar que mostrar a los alumnos vacas marrones es aburrido, pero si un día les mostramos una vaca dorada conseguiríamos entusiasmarlos y provocar la motivación para el trabajo del que se sentirían protagonistas y partícipes. Yo me pregunté cuántas vacas doradas sería yo capaz de sacarme de la chistera, y, en el supuesto caso que cada día lograra sacar una, cuánto tiempo pasaría para que mis alumnos se aburrieran también de las vacas doradas.
¿Podemos convertir las tareas escolares en motivadoras, fascinantes, movilizadoras del ánimo y del espíritu de trabajo? ¿El uso de la tecnología lleva a que los alumnos no sólo se interesen más sino a que aprendan más? ¿Cómo debe ser la escuela del siglo XXI?¿Debe olvidarse el discurso de que el esfuerzo y cierta dosis de mortificación son necesarios y que deben ser el motor del aprendizaje? ¿Debe convertirse el conocimiento en algo ligero, fácilmente digestivo y burbujeante para que no provoque aburrimiento o hastío vital? ¿Cómo hacerlo? ¿Deben olvidarse los exámenes y métodos de clasificación intelectual o del trabajo? ¿Deben formarse cooperativas de conocimiento entre alumnos y profesores en que todos aprendan horizontalmente en un ambiente distendido, agradable y satisfactorio? ¿Conseguiremos así hacerles olvidar esa sensación de dejà vu que les provoca hastío vital, cansancio, apoltronamiento y dejadez? ¿Puede la escuela dejar de ser un campo de lucha de clases (alumnos contra profesores) y convertirse en un espacio de libertad, sin coacciones, sin sanciones? ¿Cómo hacer de la aventura del conocimiento algo atractivo?
Ya sé que son muchas preguntas y que no respondo a ninguna, pero estoy asombrado de constatar que muchas de ellas, para algunos compañeros extraordinariamente motivados y llenos de ilusión por generar la escuela del siglo XXI, las respuestas son obvias bajo la hipótesis de que tenemos actualmente una escuela del siglo XIX con sujetos del siglo XXI y que es necesaria una revolución total para ponernos en la centuria que toca, la era Post Gutenberg, en que el conocimiento ha dejado de ser patrimonio de los supuestos sabios para ser de dominio común y estar a disposición de cualquiera que lo tiene al alcance de un golpe de clic. Sólo faltaría dinamizar, actualizar y modernizar todo el proceso de enseñanza y aprendizaje para dar lugar a una nueva escuela alejada de las rutinas del pasado en la que surgiría la transfiguración patente de la era del conocimiento.
Para mí las respuesta no son obvias porque constato que la distensión no genera aprendizaje necesariamente. No puede ser la búsqueda de un estado de felicidad utópica la que vertebre a la escuela. Y no es que piense aquello de que la letra con sangre entra, pero creo que es imprescindible una actitud o disposición adecuadas frente al trabajo. Lo cierto es que los buenos alumnos que he tenido a lo largo de mi historia profesional, hubieran sido buenos en cualquier tipo de escuela. Eran luchadores, al margen de su C.I., que no es esencial, tenían algo que les llevaba a superarse. Pienso que este espíritu de superación es el que cabe trabajar desde muy pequeños. No sé cómo, pero no me caben dudas de que para ellos el trabajo es atractivo ya de por sí. Otra cosa es intentar satisfacer a desertores, que parecen haber nacido cansados, haciendo de la escuela un paraíso en el que se convertiría su desgana y aburrimiento en entusiasmo creativo.
Francamente, no sé.
Planteas muchas preguntas que darían con un ensayo educativo. Dejo para otros comentaristas ahondar en algunas de ellas. Solo voy a apuntar un aspecto que me parece clave.
ResponderEliminarA veces, los profesores damos con una actividad ingeniosa que nos parece motivadora y en la que la tecnología tiene un papel (relevante o secundario), y cuando la llevamos al aula, no obtenemos la respuesta esperada. Los alumnos se muestran, como dices, desmotivados; y nosotros, frustrados.
Situaciones así se pueden reconducir si las actividades están programadas dentro de contextos más amplios. Me estoy refiriendo a actividades creadas en torno a un eje que justifica su inclusión y les da sentido. Cuando las actividades forman parte de unos objetivos de aprendizaje dentro de una secuencia didáctica, los resultados son mejores, porque la actitud de los alumnos es más receptiva. Sobre todo si se someten a consenso algunos aspectos del diseño.
Hay y habrá alumnos desmotivados, pero también hay estrategias que pueden ayudar a sacar de ellos lo mejor, incluso la devoción por el trabajo, el esfuerzo, el sacrificio.
Yo me hago todas esas preguntas aproximadamente hace unos diez años. Creo que la sociedad ha cambiado mucho y muy rápido y eso se refleja en la escuela a la que la sociedad valora muy poco. Yo trabajo en zonas rurales y esa apatía no es tan generalizada como en las ciudades, pero se va notando poco a poco.
ResponderEliminarEn la mayoría de los casos tampoco encuentro respuesta a todas esas preguntas, aunque estoy bastante de acuero con lo que dices en el último parráfo.
De todas formas me niego a perder la esperanza y la ilusión, no se si las cosas van a cambiar, pero me conformo con que algúnos días la clase les resulte interesante y que alguno de mis alumnos pueda aprender algo nuevo.
Es dificil expresar con palabras el sonido de una melodía,no seria demasiado estimulante para ellos,les deberias aver puesto la Maxima Fm.....
ResponderEliminarLas preguntas que te hacés parecen estar respondidas en tu texto. Puede un docente generar aquello que no está allí? lo dudo mucho.
ResponderEliminarNo creo que el conocimiento deba conllevar sufrimiento, pero ojo! qué entendemos hoy por sufrimiento?? Para un señor griego del siglo V a. de c. lo habitual era mirar el cielo por las noches, "dibujar estrellas", imaginar constelaciones, y tener tiempo para ensayar preguntas y respuestas. Un Joven de hoy colocado tres horas a mirar las estrellas puede terminar en un ataque de nervios. Me parece que a la naturaleza hay que descifrarla, pero también a una computadora hay que descifrarla y también a un poema hay que paladearlo y eventualmente descifrarlo. Para lograr una buena punta en danza tenés que "sangrar" mucho las medias, y es tal el placer de lograr un buen giro que te olvidás del dolor. Para hacer un diagnóstico tenés que pasar por el fastidio de un montón de materias básicas y "aburridas" y por una formación ineludible que te llevará a tener en la cabeza todas las posibilidades, que combinarás de acuerdo a conveniencia. Sin algún tipo de disciplina no hay posibilidades de aprendizaje, para mi gusto.
Claro que los docentes, si están estimulados, tratarán de convertir su materia en lo más atractiva posible. Aquí es donde se me abre – a mí – la más compleja de las preguntas, aprender es para todos? Es lógico que un docente deba hacer un esfuerzo sobrehumano para enseñar al que a las claras no quiere aprender? Son los colegios depósitos de niños y jóvenes que transcurren allí su tiempo en tanto sus padres trabajan o realizan otras actividades, hasta que les llegue la mayoría de edad y salgan a las calles a hacer lo mismo que hacían en las aulas pero peor?? Están los docentes capacitados para ser "niñeros" (baby sitters) o institutrices? Cumple la familia el rol que debiera?
¿Será que los padres/madres/ abuelos /abuelas deben producir bienes de consumo prioritariamente y ya no tienen el lugar de transmisores de la cultura? Será que debemos exigirles a los docentes aquello que no se les exige a las familias?? Por qué motivo no se les exige/facilita a las familias que eduquen a sus hijos y transmitan la cultura?
Tenemos alumnos del siglo XXI y padres dibujados, cual está siendo el rol de la escuela? Será apender/enseñar?
Ana, yo también creo que sin esfuerzo no hay aprendizaje. Respecto a todas las preguntas que te planteas mi respuesta es "no". El papel de la escuela o de los profes nunca puede sustituir al de las familias sino complementarlo.
ResponderEliminarComparto los interrogantes. Creo que respondes a algunas cuestiones: necesariamente aprender exige un esfuerzo. Que los docentes tenemos responsabilidad en la medida en que debemos buscar el camino y los métodos más adecuados para llegar a un determinado puerto, es evidente, como también lo es, y cito a Lee Strasberg, que "uno solo es capaz de hacer algo si es capaz de controlar sus deseos, su imaginación y su energía" (o algo así, no recuerdo la cita exactamente). Las TIC no son la varita mágica del éxito en la enseñanza; sí son una herramienta utilísima que, como dice Lu, deben estar integradas en una secuencia mucho más amplia de miras que su uso en sí mismas. Un abrazo, Joselu.
ResponderEliminar¿Y quién lo sabe, Joselu? No creo que sean estos pedabobos de pan y melón, con sus rutilantes y blandas teorías según las cuales a los niños no se les debe traumatizar de ninguna de las maneras posibles, por favor...
ResponderEliminarSin embargo, es preciso encontrar un camino que difiera del que tan apetitosamente nos ponen delante. Quizá habría que acabar con el café para todos, porque no somos iguales, aunque se empeñen en hacérnoslo creer. Quizá habría que invertir (¿subvertir?) el sistema...
Un abrazo.
Javier, lo cierto es que los que defienden la idea de la escuela del siglo XXI tienen una enorme dosis de esperanza e ilusión que bien merece que la consideremos. Esto es lo que me desconcierta y me lleva a dudar porque me gustaría sentirme arrastrado por esa corriente de estímulos positivos que no encuentro en otros lados. No sé, yo me considero una especie de francotirador que nunca podrá estar en un solo campo y que toma elementos y armas de un lado y de otro. Esa capacidad de entusiasmarse es magnífica. No sé si sus fundamentos son fiables -me temo que no- pero su alegría contagiosa es un prodigio.
ResponderEliminarY sí, hay que subvertir el sistema. El problema es cómo y hacia dónde.
Carlota Bloom, sería necesaria una síntesis entre la idea de esfuerzo, responsabilidad, amor por el trabajo bien hecho, superación, contención, respeto, con las ideas de diversidad, escuela del siglo XXI, uso adecuado de las TIC, creatividad, autonomía, autoaprendizaje y combinarlas todas con unas dosis elevadas de entusiasmo, esperanza y utopía. Pensaremos sobre ello. Tengo hasta el día 26 de mayo en que presentaré mi propuesta a la blogosfera. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Que difícil, Joselu, que con tantas incógnitas en tu cabeza, puedas hacer tu trabajo!
ResponderEliminarYo voy a esperar tus respuestas en Mayo a todas esas preguntas y la verdad es que podríamos intentar enviárselas al Sr. Gabilondo.
Esperemos que cambien las cosas y que una escuela del siglo XXI sea posible. Un beso Lola
¡Discrepo radicalmente! ¡Cómo que alumnos del siglo XXI! Tenemos alumnos del siglo X y ya concedo mucho... No confundamos el tiempo con las personas. Hay quienes podemos vivir en el siglo XVII o en el siglo de Pericles por voluntad propia, pero los hay que, instalados en el XXI, son tan antiguos como la desidia de cualquier siglo: son atemporales, ucrónicos, como lo es la nesciencia siempre.
ResponderEliminarJusto esta semana estaba con el tema de las drogas, y les puse un vídeo en el que se mencionaba el circuito de la recompensa cerebral. Pensé en lo que has escrito y que igual tenía que ver con el tema, no sé. Me refiero a que muchos de ellos, por ni tan siquiera probar muchas veces, no experimentaron la sensación que se siente cuando ese circuito se activa como respuesta al esfuerzo. Puede resultar -si no al mismo nivel- sí igual de satisfactorio en cuanto a la sensación que proporciona. A fin de cuentas es el mismo circuito el que se activa tanto en un caso como en otro. Claro que las drogas lo potencian in extremis de forma "artificial", claro. En un texto que rescaté de mis apuntes de la uni leía... las drogas adictivas estimulan directa y potentemente los centros del refuerzo, dando lugar a adicciones mucho más fuertes que los estímulos reforzantes naturales. Podemos deducir que la satisfacción provocada por una droga de éstas sería similar a la suma de las satisfacciones provocadas por todos los estímulos reforzantes naturales: es como si, simultáneamente estuviésemos gozando de la satisfacción que nos provoca enamorarnos, una relación sexual ideal, un plato exquisito y puede ser cosas menos materiales como disfrutar de los hijos o del placer del trabajo bien hecho (...) Por eso, tomar una determinada droga adictiva, es arriesgarse a no poder dejar de tomarla nunca más: a un sistema cerebral desarrollado por selección natural durante millones de años es muy difícil llevarle la contraria (...) La voluntad es el resultado de la función del sistema cerebral del refuerzo. Aquellos comportamientos que nos resultan más gratificantes se llevan a cabo incluso si requieren de un gran esfuerzo (como correr una maratón) y es eso, a lo que llamamos voluntad, y pensaba... ¿cómo llevarlos justo ahí tomando como "droga" el trabajo? porque pizarra y libro, que es lo que yo tengo a mano ahora mismo y no otra cosa, es francamente aburrido hasta para mí. Y a estas alturas de la vida, veo complicado atraerles con ello. También pensé en mí. Personalmente... bueno, siempre he pensado que si tomase alguna droga sería incapaz de dejarla, e igualmente siempre hago todo lo que puedo, porque aunque el resultado no sea brillante al fin, para mí es una necesidad, porque es el único modo que tengo de sentirme bien conmigo misma finalmente. Tal vez en el caso de otras personas -incluidos los alumnos, of course- también haya distinciones al respecto y esto tenga que ver. Pero aún en el supuesto, y con esa "limitación fisiológica" ¿cómo hacerlos entrar en la rueda en la que te frustra sacar un 8 cuando sabes que podrías haberte esforzado más y haber sacado un 9? ¿o un 7?, tanto da. Lo importante es la sensación final, pienso. La reflexión y la sensación que genera y que a tantos les es ajena. No sé si me explico con todo el rollo :/ La verdad es que yo tampoco sé. Y no sé si jamás sepa, pero vaya, que las dudas me las planteo. Todas las que se me pasan por delante de las narices :S Por eso mismo ando leyéndome un libro que se llama "técnicas de aprendizaje colaborativo", no digo que vaya a seguirlo al pie de la letra, porque yo creo que ni un extremo (clases magistrales y que se apañe quien quiera) ni el otro (todos los alumnos, no digo que no tengan mucho que dar, que por supuesto que sí, pero no todos van a dar lo mismo de sí, porque no son iguales). Complicado esto. Un lío, así lo veo yo. Pero mira, lo mismo pruebo con alguna de las técnicas estas que estoy leyendo, porque alguna me llama la atención, la verdad, y creo que podría funcionar muy bien. Con que alguno/s más se enganchen a la "droga", ya podría darme con un canto en los dientes visto lo visto de momento.
ResponderEliminarComo ves tengo una madeja la mar de maja en el seso. Y a seguir dándole vueltas. A fin de cuentas yo soy de las que está convencida, de que pensar, es un placer... a pesar de.
Besetes mareaos, Joselu.
Lu, considero tu aportación muy atinada y llena de finura pedagógica. Crear una secuencia de contenidos en los que se va ahondando sucesivamente ayuda a insertar nuestras actividades tecnológicas. Este año lo estoy haciendo a través del corto de animación que forma parte de una secuencia que cubre varios frentes: la comprensión fílmica de estructuras narrativas a veces muy complejas y que utilizan la elipsis narrativa para comprimir una historia en cinco minutos. El planteamiento de preguntas de comprensión del lenguaje de la imagen, así como el fomento de activades orales y escritas a los que dan soporte los cortos. La mayoría de alumnos son magrebíes y pienso que la exposición a la cultura occidental en forma cinematográfica les llevará a entender mejor el mundo en que se están insertando. Es una especie de lluvia fina que trabaja también el despertar del pensamiento y las posturas críticas acerca de temas nucleares aunque sean potencialmente difíciles para ellos. No hice programación previa, pero creo que podría hacerla posteriormente al desarrollo del proyecto. Y a él se van incorporando nuevas propuestas TIC que enlazan con el núcleo seminal. No sé si ellos se darán cuenta de lo que estamos haciendo porque parte del currículo es oculto. Gracias por tu aportación. Me ha sido muy valiosa.
ResponderEliminarV. , es un placer leerte y asisistir a tus reflexiones que me resultan muy interesantes. Para mí también pensar en un ejercicio que me depara una importante dosis de estimulantes como droga natural. Recuerdo que en mis tiempos de estudiante probé durante las temporadas de exámenes la ingestión de anfetaminas (que se vendían con receta en farmacias). Creo que yo hubiera sido un fácil adicto a esta droga (antes se anunciaba en televisión para adelgazar). Saber que iba a poder estar estudiando durante ocho o diez horas con la atención al máximo en plena noche cuando los demás dormían era un placer inenarrable. Me leían libros de ochocientas páginas en una noche y tomaba apuntes que me llevaban a estudiar perdiéndome en los meandros del tema abordado. No estudiaba para memorizar sino para aprender y sentir el placer de la intensa concentración intelectual. Afortunadamente las anfetaminas no son de fácil consecución porque la dosis de serotonina y endorfinas que recibía era inmensa. Ahora todo es un pálido reflejo de aquello. Me concentro poco y tengo escasa capacidad de trabajo.
ResponderEliminarMe gustan tus meandros conceptuales sobre todo porque responden a un espíritu abierto, sin tabúes, no dogmático. Predominan las dudas y los intentos de respuesta y bebes de fuentes distintas. No sé si queda claro pero en el post no termino condenando la pedagogía del siglo XXI sino planteando dudas acerca de su alcance. El próximo 26 de mayo publicaré un post dentro del ciclo Purposed de 500 palabras para reflexionar sobre el futuro de la educación. Los que participan están en las antípodas de lo que yo he considerado mi modo de pensar (anti Logse) pero no puedo dejar de considerar y admirar su entusiasmo e ilusión, que no veo en el campo de los detractores de la Nueva Pedagogía aglutinados en Deseducativos. Si pudiera generar una síntesis entre el saber clásico y el siglo XXI estaría contento.
Muchas gracias por tus reflexiones. Si algún día decides abrir un blog, me tendrás como lector seguro.
Contaré el caso de la actividad de Lázaro de Tormes en 3º de ESO: Mientras daba instrucciones y trataba de centrar la actividad, todo fueron desganas y malas caras; en cuanto los dejé ir por libre, las clases fueron una balsa de aceite. Está claro que siempre hay dos, tres o siete que no van a entrar al trapo y para ellos pocas opciones hay, pues no sólo les da igual el color de la vaca, sino que, como puedan, le rebanan el cuello. Pero el resto agradecerían un currículo diseñado para "hacer cosas" no para "memorizar" ni para que les digan ahora por aquí y ahora por allá. Cuando se les deja autonomía y se les pide un proceso (no un mero resultado), son capaces de convertirse ellos mismos en la vaca dorada. Lástima que para ello haya que saltarse a la torera la mitad de las leyes educativas.
ResponderEliminarQueda clarísimo. No entendí tu escrito como antipedagogía del siglo XXI, en absoluto. Pero no creo que sea la panacea que muchos piensan (tampoco veo que tú lo pienses tal cual). Ya te digo, ni un extremo, ni el otro. Por supuesto que sí pienso que tiene (por lo que he andado leyendo durante meses) cosas positivas. Ni qué decir de la ilusión y el empeño que le están poniendo sus defensores a ultranza, sí. Pero también le veo puntos flacos. No me creo a quienes la pintan como la solución a todos los males. Igual que tampoco estoy de acuerdo con quienes andan anclados en el libro y la pizarra cuando tenemos ahí a las TIC, y cuando sobre todo, también las tienen al alcance los alumnos. Si hacen uso de las nuevas tecnologías para otros menesteres que poco o nada tienen que ver con la educación, ¿por qué no hacer uso de ellas en el aula? (o fuera de ella, como no me está quedando otra a mí) ¿por qué no reciclarse y adecuarse, y en lugar de eso, insistir en seguir anclados en el discurso básicamente unidireccional que tantísimo les aburre en este mundo interactivo que tenemos HOY? No sé, no sé... pero vaya, que casi hablo de modo intuitivo porque estoy en pruebas. A los peques de primero les abrí un blog y les puse un par de canciones para que las comentaran. De momento lo han hecho 2, de 68, claro que les comenté la actividad esta semana, tienen de plazo hasta después de Pascuas, y les puse como incentivo que así podrían mejorar la nota del examen que tenemos la semana que viene, pero vaya, que de momento pareció que en clase al menos, la recibían con relativo entusiasmo. A ver pues qué resulta al fin :-) Aunque sea por cambiar la marcha que llevaban y que parecía estar aburriéndoles sobremanera... no sé, ya te digo, probando-probando-uno-dos-uno-dos ;-P Eso no significa que destierre la transmisión de información pura y dura a la antigua usanza. Yo también pienso que pueden complementarse perfectamente. Igual me equivoco, pero vamos, que a ver aquí, quién no está aprendiendo. Solo quien piensa saberlo todo me parece. Y lo que también me parece, es una pena. Pero igual soy yo que lo veo así.
ResponderEliminarLas gracias las doy yo, eso por descontado.
Salud.
Yo, mi querido JOSELU,
ResponderEliminarlo siento, pero no creo en las vacas doradas. Al menos no, como algo que puedan fabricarse ex proceso para que la educación resulte estimulante y atractiva desde fuera, a los alumnos. Las vacas doradas, la vaca dorada sólo se la puede construir uno mismo, si tiene la predisposición, interés y las ganas de hacer dorado aquello que haga en cada momento. Da igual si se trata de aprender, trabajar o hacer lo que sea. Creo que pueden mejorarse los ingredientes, la forma en la que se condimenta y la presentación, pero sólo si el que va a paladearlo quiere encontrar ese sabor exquisito que resulta, una vez elaborado el producto, lo encuentra.
La predisposición del receptor es fundamental en todo y esa predisposición, sólo nace si existe voluntad en el individuo para que eso suceda. Tú puedes ponerle la música más maravillosa del mundo a alguien, que si no es capaz de concentrarse en cada uno de sus acordes, si no se esfuerza en escucharla metiéndose dentro de ella, nunca la apreciará en toda su belleza.
Yo creo que todo es un proceso, un aprendizaje...el aprender a aprender, también.
A lo mejor, con 14 o 17 aún no se ha aprendido a aprender, a disfrutar aprendiendo, pero quizá con el tiempo se consiga... de hecho yo creo que casi nadie, mientras está en el colegio e incluso en el instituto de verdad disfruta con el estudio...Lo haces, porque hay que hacerlo, quizá antes éramos más dóciles, pero poco más. Creo que cuando de verdad empiezas a fabricar endorfinas es después, cuando comienzas a hacer la digestión de los conceptos que has ido acumulando en ese proceso de aprender a aprender ( me temo que me ha salido un trabalenguas:-)
Una última cosa Joselu, me parece increíble que ESTO no les sugiriera nada a esos chicos...imposible. Yo te hubiera escrito 10 folios, con otras tantas historias... Mínimo:-)
Date tiempo y dales tiempo...
Muchos besos y feliz noche Joselu.
Erisueno, lo que más necesita la educación es una mezcla de ilusión, entusiasmo e ideas fuerza que vamos transmitiéndonos unos a otros en un proceso de aprendizaje continuo. He sido profesor durante treinta años y he de reconocer que el proceso por el que actualmente podemos estar en contacto tantas personas que tienen problemas parecidos es apasionante. La comunicación entre profesionales que tienen ilusiones es sumamente estimulante. Gracias por tu presencia y disfruta de ese mundo rural probablemente no tan en el límite como he de vivirlo yo, pero no me quejo. He pasado por todas las fases: la negación, colera, rechazo, depresión y aceptación. Pienso si por fin he llegado a este lado y eso implica madurar por fin en esta profesión. Si es que soy de lento...
ResponderEliminarMi opinión es que lo de hacer clases divertidas es literatura pura, una película, un cuento chino, una leyenda como El Dorado o El Santo Grial. No lo busques más, no existe. Me visualizo siendo un profesor tipo "El club de los poetas muertos" siempre con una sonrisa, siempre con la frase adecuada, deslumbrando y motivando a mis alumnos con ideas siempre nuevas y sorprendentes, pero es una fantasía. Nosotros somos humanos y tenemos limitaciones. Y los alumnos son adolescentes y se comportan como tales, qué te voy a contar. Y si los queremos preparar para la vida, tendremos que decirles que lo que les espera es muy aburrido y mucho peor que lo que padecen en clase.
ResponderEliminarEstoy harto de que me exijan que represente un papel de película. Esto no es Hollywood.
Digámoslo de una vez por todas: soy aburrido y mis clases son aburridas y quiero que sean muy aburridas porque cumplo con mi deber.
Saludos
Ana, retomando tu idea de estar tres horas contemplando el firmamento... Pienso que la observación es uno de los aspectos que más se va deteriorando en el mundo actual, la capacidad de observar con atención no cosas grandes o impresionantes o espectaculares. No, cosas sencillas. El más diminuto fragmento contiene el universo entero si se sabe mirar. Saber observar es esencial, pero para ello hay que educar en la atención, lo que no estamos haciendo. Para los chicos las cosas a priori resultan aburridas. Puede ser que no sepamos plantearlas con el ángulo adecuado para chavales de este tiempo. Conozco a una compañera que utiliza técnicas que consiguen atraer a los muchachos a la poesía, al teatro, a la lectura. Me recuerda a mí cuando era joven. Yo ya no tengo esa capacidad de arrastre y entusiasmo. Me he hecho más reflexivo e intimista. Sin embargo, esta compañera reconoce que no puede cumplir con el currículo. Cuando era joven y rompedor yo tampoco cumplía con el currículo oficial. Me lo cargaba. La diferencia entre antes y ahora es que ellos recibían una enseñanza esencialmente tradicional y tenían a un profesor anarquista (que era yo) pero yo me aprovechaba de los hábitos conseguidos con la eduación formal (la expresión, la ortografía, la riqueza léxica). Mi labor era abrirles nuevos mundos y universos distintos. Ahora las carencias de lo elemental son tantas que uno teme (con motivo) que si uno no cumple con el currículo ¿quién lo va a hacer? ¿Quién les va a explicar cuando se utiliza la b y la v? No sé si te contesto, pero así charlo contigo. El esfuerzo es la clave medular del aprendizaje se sea anarquista o conservador, o no se sea nada exactamente. Reflexionaremos sobre ello. He de preparar mi intervención de aquí a mes y medio. El futuro de la educación, nada más ni menos.
ResponderEliminarY los padres de mis alumnos no transmiten la cultura porque no la tienen. En cuanto ves a un alumno te das cuenta el tipo de educación que ha recibido y la cultura que ha recibido. El problema es que, como decía antes, la cultura hoy día no tiene demasiado prestigio, por no decir ninguno. Por eso no la echan en falta mis alumnos. No es una conversación habitual hablar de cultura. De hecho plantear eso es absurdo.
Tenemos que pensar eso de la escuela del siglo XXI.
Toro sentado, serán aburridas, pero tu comentario me ha hecho reír. Hay mucha ironía en él.
ResponderEliminarYo, en cambio, he vivido como una enfermedad muy dolorosa tener que aceptar que mis clases son muy aburridas si no cambio, cuando hubo un tiempo que lograba hacerlo apasionante. Supongo que la vanidad juega ahí para hacerme perder en los pasadizos de la melancolía más extrema y egoica.
Tu comentario revela en el fondo una aceptación sana de la realidad y seguro que todo irá aderezado con un componente personal que te hará entrañable a tus muchachos.
Antonio, eres uno de mis inspiradores más cálidos. Tengo la suerte de tenerte a ti (y a varios como tú) que me hacen avanzar, no quedarme detenido, ni varado en pensamientos concéntricos faltos de ilusión. Y es que en el fondo se hace lo que se puede mientras se vive. Luego ya habrá tiempo de estarse quieto y en silencio. Tendremos toda la eternidad. Entre tanto, pensemos, evolucionemos, cuestionemos, incorporemos, y a ser posible también riamos. Veremos si mañana mis alumnos aceptan mi propuesta. Si te pasas por la boca del lobo, te enterarás.
ResponderEliminar¡Qué complicado dar respuesta a tantos interrogantes! Y además si esa respuesta o respuestas nos son esquivas y se nos escapan como el agua entre las manos. No tengo vuestra experiencia profesional, llevo poco tiempo en esto, tampoco la experiencia personal de "profesor de secundaria". En realidad no sé que hago yo entre tanto sesudo profesor, profesora... Yo ando, como os dije, en mi anterior intervención en otro mundo por lo que describís vosotros. En un mundo en el que la curiosidad es el motor, en el que todo o casi todo les atrae, en el que se implican y piden más. Hace pocos meses trabajé con ellos la figura y la obra de Miguel Hernández y viví uno de esos momentos en los que percibes que ser maestra da sentido a tu vida toda. Mis chavales y chavalas de 7 años, sobrecogidos con la historia y los devenires del poeta de Orihuela, con su obra...tendriais que haberlos visto delante del ordenador escuchando a Serrat y viendo las imágenes que presentaba el video sobre Las nanas de la cebolla...¡qué nivel de comprensión, qué intuición, qué arrobo manifestaban las criaturas! Se lo contaba a mi hermana, profesora de secundaria como vosotros, y me manifestaba la envidia (de la mala) ante mi experiencia. Lo mejor cuando mis chicos me preguntaron tras terminar nuestro trabajillo: "maestra ¿cuando vamos a dar a otro poeta?". Impagable ya os digo...y ese placer te lleva a trabajar con más ahinco, con más ganas y fuerza para ir ´"más alto, más rápido, más fuerte" más y más allá...
ResponderEliminarY sí, yo opino como muchos de vosotros, las nuevas tecnologías son una herramienta más, no la panacea. Para mí, lo fundamental es educar en el esfuerzo, en la mentalización de que no todo ha de ser forzosamente divertido o lúdico, porque la vida no siempre es divertida ni lúdica, que lo importante en la vida cuesta y que la educación es una de esas cosas que importan. No sé, supongo que recogéis lo que nosotros los maestros en parte sembramos y está claro que esa siembra -no siempre, por supuesto- en algún momento falla. Deberíamos hacer el esfuerzo de replantarnos ese camino y no conformarnos, no conformarnos nunca con la situación preocupante que se percibe en los comentarios que leo.
Un abrazo.
Entiendo tu reflexión, e incluso algunas de tus preguntas. Otras no tanto, porque para mí tienen respuesta inequívoca.
ResponderEliminarPero más importante que las preguntas me parece una cierta sensación de desaliento, y el hecho que te ha llevado a escribir (supongo que por fin) este post.
Sabes (porque eres un docente experimentado) que no puedes conseguir desmontar en una sesión lo que llevan trabajándose otros desde que esos chicos y chicas tenían 3 años. Yo soy una soñadora, de esas que piensan que debemos cambiar lo que hacemos en la escuela, y creo que nuestra obligación no es solo intentar recuperar hacia el lado del amor por el conocimiento y la cultura al alumnado que se ha visto expulsado por unos u otros... Los y las adolescentes no nacen de la nada, cuando llegan a nosotros llevan unos cuantos años de historia familiar y escolar. No podemos pretender que si un día les sonreímos o les ponemos un vídeo van a cambiar de actitud hacia lo que para ellos representa la escuela.
Sí podemos entender lo que les ocurre, o intentarlo, y tratar de trabajar desde ese punto de partida, y hasta donde podamos llegar. Para conseguir un objetivo necesitamos primero hacer un "diagnóstico" de la situación, reflexionado desde la intención de revertir o reconducir una situación. No vale lo mismo para todos.
Si los chicos y chicas de 12 o 13 años ven aburrido, o trabajoso, escribir sobre sus emociones, seguramente es que no se han entrenado para ello... Me parece que el profe de música está haciendo un buen trabajo si consigue eso de su alumnado ¿no?
Entiendo que la escena de aula que has contado te recuerde la desidia generalizada del alumnado, pero creo que podría sugerirte (por lo que te leo, por cómo veo que sientes la educación) otro tipo de imágenes, más evocadoras, como la de cosas que podrías hacer para que les apeteciese, dentro de 1 ó 2 años, no ya escribir adjetivos que describan sus emociones, sino poemas enteros...
Verás cuando lleguen a tus manos los niños y niñas que ahora educa Castilla :)
¡Un fuerte abrazo para el camino!
Yo voy a contar una historia.
ResponderEliminarSiempre me he considerado una persona de mente abierta y con voluntad de comprender, adaptarme y trabajar con nuevas ideas -quizá Joselu pueda confirmar o negar esto, pues me conoció en persona. Quiero aclarar esto, pues lo que sigue, es en apariencia, una contradicción.
En la Universidad: primera clase de una asignatura nueva -nueva en el programa, quiero decir- el profesor hace su presentación y con toda su buena intención y ánimo constructivo declama "Ante una asignatura como esta, que resulta una novedad en el programa de la facultad, y que trata sobre una materia en la que no soy experto y ante la que tengo tantas dudas como vosotros, quiero haceros más partícipes a los alumnos y darnos a todos la posibilidad de aprender juntos".
Y tan pancho, tal cual. Muy loable, sí señor.
Resultado: asignatura aprobada, con nota para colmo, tras entregar un trabajo de investigación hecho con un esfuerzo cuestionable y un examen -tanto en su planteamiento, como en mi ejecución- mediocre. Asistencia a clase: una semana larga e insufrible. Conocimiento adquirido: escaso. Satisfacción personal: nula. Conclusión: una pérdida de tiempo.
Esto ocurría en mi último año, con casi todos los créditos cubiertos y renunciando a otras asignaturas igualmente interesantes por esta. Mi ilusión antes de esa primera clase era tremenda, pues la materia de estudio cubría un ámbito que me era completamente desconocido y muy atrayente para mí -algo nuevo que descubrir justo al final del camino- pero en cuanto el profesor manifestó sus dudas, sus ganas de aprender junto a nosotros y su poco conocimiento sobre el tema en voz alta, perdí cualquier interés...
Un profesor es un guía, un transmisor de conocimientos... y un guía, en el momento en que manifiesta que está perdido, que duda del camino en voz alta... en fin, que el grupo que debería seguirle, decide ir -perderse- por su propia cuenta y riesgo.
Una clase es en primer lugar un monólogo y en un segundo plano un diálogo. Sin el primero no puede existir el segundo.
Como alumno, me defendí bastante bien, y llegué a ese estado gracias a unos pocos profesores -dedos de la mano, ya sabéis... Joselu entre ellos- y sobretodo, a pesar de muchos.
Uno de los que sumaron -compañero de Joselu, al caso- dijo algo que me marcó y en retrospectiva, creo que para bien: "una clase con un profesor al frente jamás será una democracia, es y será siempre, una monarquía, una dictadura... más o menos comprensiva, más o menos atractiva... pero autoritaria al fin y al cabo"
Podría seguir, pero me apetece y me parece correcto dejarlo aquí.
María, unas de las cualidades esenciales del docente debe ser la contención y la paciencia en relación a un alumnado cada vez más diverso y complejo. Que además no está especialmente interesado en aprender. Allí está obligado en plena eclosión de hormonas, en medio de un mundo dominado por el ruido, la distorsión, la distracción... Allí hemos de actuar. Las vacas doradas sólo pueden sacarlas algunos profesionales de la chistera, pero es muy difícil a priori saber qué es una vaca dorada. Lo que puede estar planteado con todo el cariño del mundo, no funciona. En nuestra tarea docente, hay que ensayar continuamente caminos, algunos de los cuales no conducirán a algo provechoso (o tal vez se vea después, tiempo después). Y sí es cierto que la vaca dorada, la única que vale, es la que crea uno mismo. Quizás sea ese nuestro propósito si queremos llamarlo así. Pero mucha paciencia, María, infinita. Eso y saber esperar.
ResponderEliminarBesos.
Castilla, una buena cuestión sería interrogarse sobre el porqué se pierde esa predisposición a la curiosidad, al interés por aprender jugando que tienen los niños de la edad que comentas. Cuando llegan a los doce años al instituto, se han transformado. He hablado con cuenta cuentos que trabajan en primaria y secundaria y me comentan que no entienden qué pasa en tan poco tiempo. De tener oyentes ávidos como esponjas en la primaria y encontrarse a muchachos malcarados, rebeldes, desnortados y sin ningún interés excepto el burlarse de casi todo lo que se propone por considerarlo infantil. Es como si se llegara prematuramente a una etapa de descreimiento y escepticismo en que se eclipsara la curiosidad y las ganas de aprender. El ambiente compartido influye muchísimo porque esto no debería ser así. Hay colegios muy estrictos en que no se produce este cambio tan repentinamente. Pienso si no hay una tendencia a la entropía, y a la demolición de la autoridad en cuanto se llega al instituto mezclada con timidez, descaro, miedos, hormonas, falta de contención, desorden emocional, que si no es convenientemente encauzado y orientado tiende a desbordar cualquier cauce. Los niños de doce años necesitan una autoridad que les marque seriamente, aunque sea tolerante y dialogante, pero necesitan tener un marco de referencia claro. No puede el sistema dejarles a su iniciativa. El instituto impone un desorden por su propia estructura democrática, y en este desorden crece y se alimenta la rebeldía natural. Un adolescente necesita y requiere ser conducido, aunque sólo sea para que él encuentre su propio camino. El buen profesor (y más querido) será el que tenga un sentido claro de la autoridad y la sepa ejercer con soltura. El que esté confuso, lo pasará mal, no funcionará y no sabrá estimular la curiosidad de sus alumnos que tendrán la impresión de que pueden más que él. El profesor no puede ser débil o no tener las cosas claras. A éste los alumnos no lo toleran. Tiene que dar la impresión de que es el capitán y que está al mando de la nave. En esas condiciones puede que siga existiendo el marco para la curiosidad.
ResponderEliminarY tus aportaciones, Castilla, son valiosas. Espero que no se dé la impresión de ser sesudos profesores que se creen no sé qué.
Un cordial saludo.
Juan Poz, entiendo lo que quieres decir y lo comprendo, pero quiero subrayar que estas generaciones son de este tiempo y lugar, y que si no se ponen a empujar el mundo, será el mundo el que les empuje y los llevará a un lugar no muy apropiado y que tal vez no huela muy bien. En su evolución y estado los adultos hemos tenido nuestra parte grande de responsabilidad. Es ahora cuando les toca tomar su presente y futuro en sus manos. Hoy hay una manifestación en Madrid. Espero que despierten.
ResponderEliminarNicolasa, gracias por el abrazo para el camino. Siempre viene bien. No obstante, el post no estaba dictado por la desilusión. Este blog es un espacio de reflexión abierto en canal, es casi pornográfico como alguien lo ha calificado en alguna ocasión. Aquí hay un proceso abierto de pensamiento que responde a un estado en movimiento, sin dogmas, sin convicciones cerradas... No temo contradecirme ni mostrar mis estados de desesperanza. Forma parte de mi realidad, y si algo he intentado es mostrar la interioridad de un profesor anónimo de secundaria que no pretende tener la razón, y sí mostrar sus dudas. Recibo influencias de todo tipo que me van enriqueciendo. A veces siento que un comentario queda archivado y sólo meses después (o años) es cuando lo recupero y le doy el valor que tenía. Simplemente tenía que llegar al sitio adecuado para entenderlo. Con esto quiero decir que este es el espacio de la contradicción, de la elaboración de ideas en forma de olla express, y que los sueños son bienvenidos. Gracias por los tuyos. Un abrazo.
ResponderEliminarEsteve, sin duda tu comentario es jugoso y digno de una extensa reflexión a propósito. Una clase como una monarquía autoritaria (más o menos comprensiva). Pienso en ello, y me doy cuenta de que esta idea puede ser objeto de un amplio debate. No obstante en mi historia personal puedo decir que mis planteamientos originarios han tenido que ir variando profundamente para adaptarme a un mundo y a un estado de cosas totalmente distinto del que tú conociste en otro tiempo. Este proceso me ha llevado a fases muy dolorosas, dándome cuenta de que la autoridad del profesor (en el nivel en que estoy) no proviene del conocimiento de la materia (siendo esto casi accesorio) sino de su capacidad para dirigir a un grupo humano sea por el autoritarismo mezclado con algo de gracia, sea por el espíritu conciliador y comprensivo, sea por la habilidad personal... Un profesor que no sea un líder, lo pasará mal. Yo no tengo madera de líder para los alumnos que tengo ahora. Lo mío son las ideas y la pretensión de hacer pensar, pero esto no es habitualmente aceptado. La inmensa mayor parte de los jóvenes no son proclives al pensamiento. No atrae pensar, y por ello un profesor que tenga un gran dominio de la materia no tiene garantizado el respeto. Ahora somos una mezcla paternalista de muchas funciones en las que los conocimientos ocupan una parte muy pequeña. No sé qué pasará en la universidad, pero en la secundaria es más aconsejable ser un buen dinamizador de grupos que un profesor competente en la especialidad dada. No obstante, me mantengo en mi vocación fundamental como profesor (que no siempre puedo ejercer) de promover el pensamiento crítico y personal aplicándomelo en primera persona. No, no es fácil ser profesor en estos tiempos. Cuando te conocí a ti, de quien recuerdo tu espíritu analítico y debelador de mitos, era otra cosa. Pero sí, el profesor debe ser un líder (pero no en el sentido que creo que hablabas).
ResponderEliminarJoselu, que razón tienes en la respuesta a Castilla cuando hablas de qué es un buen profesor. Yo tuve ocasión de comprobar esto hace unos años en um momento en los que estuve psicologicamente debil por un problema de salud.
ResponderEliminarTambién mi experiencia me hace estar de acuerdo contigo en estas últimas afirmaciónes que haces sobre la autoridad del profesor y como deberíamos ser los profesores ahora. Creo que ese es nuestro reto, o por lo menos el mío.
cuando voy cada mañana a clase, intentar evolucionar, adaptarme a los tiempos, acercarme a los alumnos... y cuando lo consigo me digo a mi misma "que bien me ha salido la clase hoy" y vuelvo muy feliz a casa, y cuando no pienso, mañana será otro día.
erisueno, no quiero hacer creer que yo sea un ejemplo de autoridad ante estos muchachos de doce años para los que están mucho más preparados psicológicamente los especialistas en esta edad, los maestros. He comprobado con mi propia experiencia que la debilidad es detestada, y, por el contrario, la fuerza y claridad de ideas es admirada, sobre todo si se mezcla con afecto y flexibilidad. Uno tiende a ser demasiado confuso y relativista y eso no es bueno para lo que decimos. Pero sí, cuando una clase sale bien, sentimos algo muy especial que nos recompensa. Y si no, pues a mejorar...
ResponderEliminarJoselu...a un click de ratón tienen la información no el conocimiento. Ese es el gran error de esta sociedad que hemos montado alguien, no se si interesadamente o no ha confundido y hace confundir información con conocimiento y el gran problema es precisamente que para procesar esa información, sea la que sea, necesitas conocimiento...pero al revés, como que la cosa no funciona. Creo que lo mejor es dejar que todo se joda y empezar desde cero.
ResponderEliminarJoselu: Terminé de ver "Inside job", ni me referiré al nudo de corrupción desembozada que maneja el gobierno de los Estados Unidos, en menor o mayor medida sucede lo propio en la mayoría de países de los que tengo noticias. Lo hemos sufrido en el 2001 en Argentina - lo seguimos sufriendo en menor medida - y ha dejado un país desvastado al que le (nos) costará enormemente rehacerse. Pero lo que más me preocupa es la perpetuación del sistema mediante la educación, y que menciona el film , casi al final. En una entrada en mi blog, hace un tiempo (Aquí) marcaba la falta de independencia de las universidades y de las investigaciones médicas en relación a los laboratorios de productos medicinales.
ResponderEliminarEste tema está relacionado - para mi modo de ver - con muchas de las preguntas que te hacés en tus entradas.
No sé a estas alturas, si enseñarles a tus "chavales" a pensar por si mismos, es decir, sostener el anarquismo, no es lo mejor que se puede hacer por ellos...no lo sé...es tanto el "vaciamiento" cultural que se promueve con el consiguiente "aborregamiento" de las multitudes y estupidización masiva, que imagino que desde el lugar de un educador en serio no se debe saber por donde empezar.Como bien marcás se deben tener ciertos conocimientos para luego , eventualmente, poder subvertirlos, pero si carecés de ellos, no sé de que manera los jóvenes podrán subvertirlos o cuestionarlos...
Me preocupa que el problema sea tan globalizado, que el destripamiento cultural sea tan masivo.
Que no quiero extenderme más pero es un tema que me apasiona y en mi disciplina genera problemas y cuestionamientos durísimos, que da para hablar horas con un "cafecito" de por medio como decimos por aquí.
Yo puedo decir que que a veces los dioses (quiénes sino los dioses) han consentido que la tarea propuesta haya sido motivadora para los alumnos. Hoy, sin ir más lejos, en una clase donde debían tomar apuntes previos para una conferencia sobre "el 25 d'abril, la batalla d'Almansa" algunos alumnos me han sorprendido con un interés inusitado.
ResponderEliminarCada vez sé menos teoría de eso que ha dado en llamarse Pedagogía. Son los dioses, o las musas...
Un abrazo.
Joselu, te invito a una copa en nuestro nuevo local digital, BARRA LIBRE. Entra, la casa invita:
ResponderEliminarhttp://espacobarralibre.blogspot.com
Hola,te escribe una colega desde Cantabria...de vez en cuando entro en tus blog y utilizo algunas de tus ideas.Otras veces veo que coincido contigo en el uso de ciertos recursos.Me ha pasado con tu blog de cortos. Yo tengo un blog (bueno,he tenido varios) que es el típico "cajón desastre" porque lo utilizo por rachas,sin mucho conocimiento ni rigor,de forma muy impulsiva y voy metiendo en él de todo,casi siempre aquello que me gusta y me parece que puede gustar a mis alumnos.A Veces acierto,otras no...otras es que ni lo sé... La idea de utilizar cortos la tengo desde hace mucho,solo que ahora con los medios que tenemos es más fácil...aunque bueno,en mi centro falla internet con frecuencia y eso es muy fastidioso,pues te puede estropear una actividad por completo... Acabo de ver el corto que pusiste del vagón de metro con la gente riéndose y recordé uno estupendo,sin risa,la verdad,pero que consigue mantener la tensión y contar una historia emocionante sin una sola palabra...Transcurre también en un vagón de metro en París...Bueno,te envío el enlace a la entrada de mi blog donde lo colgué hace tiempo.A mis alumnos les gustó mucho y creo que a los tuyos les gustará más por sus orígenes,según cuentas.Tengo por ahí otros cortos que también te pueden servir...
ResponderEliminarUn saludo de Marisa http://solengua.blogspot.com/search/label/strangers
"Yo no tengo madera de líder para los alumnos que tengo ahora. Lo mío son las ideas y la pretensión de hacer pensar, pero esto no es habitualmente aceptado. La inmensa mayor parte de los jóvenes no son proclives al pensamiento. No atrae pensar, y por ello un profesor que tenga un gran dominio de la materia no tiene garantizado el respeto"
ResponderEliminarDespués de leer estas sinceras palabras me he decidido a comentar. Soy profesor de Matemáticas, también imparto materias como Informática y TIC y conozco perfectamente ese modo de esquivar el pensamiento que tienen los alumnos. De ese tema he hablado en alguna ocasión en mi blog.
También sé cómo funciona el tema de la atención y el respeto en las aulas. Este año tengo una pequeña aula de 1º de ESO en la que solamente puedo mantener la atención a base de anécdotas triviales sobre vídeos de youtube, bromas, parkour,...
Tocando otro tema, (y de modo telegráfico, para no extenderme), ¿has revisado las actividades matemáticas que cuelgan de los bancos de recursos por España adelante? Si no lo has hecho, te resumo el "espíritu": normalmente oscilan entre las absolutamente triviales y sin dificultad y las que directamente no tienen cabida en el programa (para 1º de E.S.O. hay una sobre la raíz cúbica en el Espazo Abalar galego)
Saludos, Joselu, y sigue luchando.
Malo, no pienso que sea una opción dejar que todo se joda para empezar desde cero. Hay demasiado en juego. Hemos de levantar el desaguisado que hemos montado. Si no lo hacemos, perderemos todo. En cuanto al conocimiento y su naturaleza, he observado que no hay una sola idea por noble que sea que no pueda ser argumentada en sentido contrario. Probablemente siempre ha sido así, pero me asombra observar la desorientación y engreimiento que se muestra muchas veces a la hora de juzgar cualquier cosa. Me estoy refiriendo a las opiniones que la gente común vierte en foros o diarios digitales. Percibo muchísimo veneno y vinagre en cantidades gigantescas.
ResponderEliminarTienes razón cuando planteas que información no es conocimiento, pero la gran pregunta hoy es saber qué es exactamente "conocimiento". Yo no lo tengo claro.
Ana, me encantaría tomar contigo un cafecito charlando sobre estos temas. Yo estoy asombrado de la indiferencia general que existe hacia tantos y tantos temas que nos estamos planteando en estos momentos. Educar desde un posicionamiento anarquista a los alumnos es lo que me sale, pero sé, como dices, que para poder ser subversivo hay que tener alguna idea previa que podamos remover. Me da igual qué idea sea si es fruto de una cierta elaboración personal. El problema es que esta no existe generalmente, y lo único que existe son lugares comunes, como el lindo título de aquella película argentina, en que el profesor se dirige a los futuros docentes y les estimula a que desarrollen la desgarradora facultad de la lucidez sin piedad en sus alumnos. Aunque la realidad es que me encuentro con muchachos muy desnortados sin ninguna elaboración propia y que no reconocen siquiera su propia ignorancia. Reconocerla es el punto de partida necesario. Sin ello, es imposible el aprendizaje en serio. Asusta esa indiferencia, ese cómodo conformismo, esa falta de reacción ante lo que se nos viene encima. Yo no lo percibo, y me gustaría poder atisbar algunas briznas de resistencia. Me alegro de que te haya interesado la película Inside Job.
ResponderEliminarMiguel, serán las musas las que inspiran algunas clases que no salen del todo mal. Yo noto esos momentos, y me doy cuenta de cuándo mis alumnos (o algunos de ellos) están pensando y elaborando alguna idea personal. No hay nada que me llene más que promover a veces, por mor de las musas, ese libre pensamiento, poderoso, que se convierte en un potente bálsamo contra la necedad y la apatía. ¿Qué podemos hacer? Esa sería la pregunta esencial que el otro día me formuló una alumna marroquí. No he sentido mayor placer en lo que va de curso y sólo fue un sencillo ¿qué podemos hacer? Un abrazo.
ResponderEliminarRamón Besonías, en cuanto acabe de contestar a estos comentarios, me paso por el nuevo local abierto. Un saludo.
ResponderEliminarMarisa, me he pasado por el blog de aula y he visto materiales enlazados muy interesantes. Yo utilzo el blog y prescindo de los libros digitales. Como herramienta esencial el corto. Veo que en eso coincidimos. El próximo jueves vamos a hacer un corto para contestar a una muchacha norteamericana objeto de acoso en la escuela. Varios de mis alumnos se han ofrecido a colaborar. Esta es la próxima versión del uso del corto. Elaborarlo nosotros. Gracias por tus palabras, el enlace y tu presencia. Seguimos en contacto.
JJ, gracias por tus palabras. Profesor en la secundaria es el espacio en que se muestra la interioridad de un profesor mostrando sus luces y sus sombras, sus esperanzas, sus decaimientos, sus alegrías y sus depresiones. Yo he decidido prescindir de los materiales de las editoriales digitales y elaborarlo todo yo mediante el blog de la clase que es el instrumento de trabajo. Estoy contento y los chavales están trabajando y de vez en cuando surge alguna idea. Es un ritmo lento, pero en él veo más materia gris pensante que en cursos de bachillerato que me resultan totalmente decepcionantes. Creo que me voy a especializar en cursos con dificultades en el aprendizaje.
ResponderEliminarY sí lo has expresado bien cuando mencionas las tácticas para esquivar el pensamiento. Yo planteo todas las clases como abiertas a las ideas, a la reflexión estética, metafísica, existencial, me da igual el curso que sea. Quiero creer que existe alguien que recibe el mensaje subliminal. A veces lo noto.
Y sí, nos preparamos para seguir resistiendo, a seguir luchando, a seguir imaginando, a seguir experimentando. Y esta red que tejemos como profesores con cierta conciencia es esencial para seguir creciendo sin pensamiento dogmático ni convicciones inamovibles. Yo al menos no las tengo.
Un cordial saludo.
Creo que la actividad era muy abierta y poco concrete, una de esas papatas calientas que a veces se pasan a los que sustituyen las clases. Acabo de volver a ver la entrevista de Punset a Ken Robinson y en ella he encontrado algunas de la respuestas a tus preguntas.
ResponderEliminarhttp://www.rtve.es/television/20110304/redes-sistema-educativo-anacronico/413516.shtml
Quizás ya lo hayas visto.
A mí me pasaba tambien, tenía que sacar todos los días un conejo de la chistera con los alumnos de PCPI pero como bien dices al final acaban dando con el truco.
La actividad de Tiburón y Willians y emoción que evoca da para mucho, si la hubiese estructurado un poco más seguro que hubiese llegado hasta a los alumnos más "cansinos".
Un saludo