Mi aguerrido curso de tercero D ha tenido ocasión de ver en dos sesiones la película La lengua de las mariposas, un hermoso homenaje a un maestro republicano, dirigido por José Luis Cuerda, guión de Rafael Azcona, basada en una novela del escritor gallego Manuel Rivas. Pero esto es entre nosotros. Mis alumnos de tercero D desconocían los detalles técnicos y el contexto político y social de la película que como mis lectores saben tiene como trasfondo la segunda República española y la guerra civil.
El maestro –don Gregorio- es un veterano enseñante que lleva a sus alumnos el amor por la cultura y la naturaleza. Moncho –Gorrión- llega un día a su clase lleno de miedo porque piensa que los maestros pegan y tal es su pánico que se hace pis encima ante la irrisión de sus compañeros. Pero don Gregorio no pega, es un hombre comprensivo y bondadoso, que participa de los ideales republicanos y liberales, igual que el padre de Moncho y piensa que la escuela es el camino de la libertad. Sólo será necesaria una generación educada en libertad para que nuestro pueblo español sea imparable. Entre el niño y el maestro se produce una estrecha relación llena de afecto y simpatía mutua. Don Gregorio le presta un libro de aventuras para iniciarlo en la lectura: La isla del tesoro, una de las mejores novelas de acción jamás escritas.
Esta escena es terrible. Cuando el niño acaba de leer la novela y comienzan los hechos de la guerra Civil. El pueblo es ocupado por los golpista falangistas. Reconocidos republicanos son detenidos en un clima de miedo generalizado. La familia de Moncho puede estar entre los sospechosos de simpatizar con la república, como en efecto era cierto. La película acaba con una escena sobrecogedora: los detenidos, entre ellos don Gregorio, son llevados en un camión a fusilar. La muchedumbre se agolpa insultándolos. Entre ellos, la familia del niño y éste que comienza a insultar a su maestro cuando sale de la prisión, llamándolo ateo y espiritrompa así como a tirarle piedras junto a otros niños del pueblo. Las miradas de Moncho y don Gregorio se cruzan en unos instantes atroces. ¿Cómo recuperar la inocencia después de esto? Es la pregunta que nos queda a los espectadores. ¿Cómo el niño puede traicionar así a su querido maestro?
Pero hoy los espectadores de la película no participaban de tan intelectuales reflexiones. Sólo era una película que les ha gustado, pero de la que desconocían su fondo político y social. Además el noventa por ciento de los chavales eran marroquíes o latinoamericanos a los que el tema de la guerra Civil les cae totalmente alejado. No entendían por qué se los llevaban a fusilar, no entendían por qué el niño le tiraba piedras y le insultaba. Me han acribillado a preguntas: ¿qué guerra era esa a la que yo había aludido? ¿Quién ganó? ¿Qué pensaba yo sobre ella? ¿Quién tenía razón? ¿Era malo ser republicano? ¿Por qué los mataban?
Les he explicado que don Gregorio era un maestro republicano que no pegaba a los niños, pero que en la escuela en que estudié yo era frecuente que nos pegaran en clase. Para mi sorpresa todos los niños y niñas marroquíes, algo así como una decena, reconocían que en la escuela de su país se pega a los niños, aunque no lo veían como algo negativo. Yo les he contado que cuando era niño en el colegio de curas me golpeaban con una dura regla mis dedos apiñados; que esa era la escuela que se impuso por causa de los vencedores de la guerra civil y que otros países tenían otras escuelas más liberales en la que se respetaba a los niños. Les he dicho que la guerra civil fue cruenta y que ganaron los enemigos de la libertad y la democracia.
Pero si don Gregorio era ateo significa que no creía en Dios –me decía un alumno bereber- . He recordado para mis adentros entonces la importancia que tuvieron las tropas bereberes en la victoria de Franco y que causaban el pánico entre los republicanos. Me he dado cuenta de lo difícil que es contextualizar el conflicto bélico español con alumnos de otras coordenadas culturales. Lo que hemos logrado consensuar y aceptar como una versión liberal de los hechos, no queda tan claro entre mis alumnos que tenían problemas para entender lo que había pasado. No paraban de hacerme preguntas sobre si se sabía dónde estaban enterrados los fusilados. Les he hablado de Federico García Lorca, del que sabían que era gay y que fue fusilado por eso, les he hablado de la ley de Memoria histórica para recuperar la memoria de los fusilados en aquellos días.
Dos cosas me han quedado claras: la película les ha conmocionado y les ha gustado; por otro lado, les ha abierto interrogantes difíciles de satisfacer por su desconocimiento del contexto histórico. En ellos luchan concepciones distintas de la vida y la sociedad, así como del papel de la escuela en el proceso de la educación. Me ha conmovido esa presencia de los palos en la escuela que vivieron de pequeños en su país. No es de extrañar el choque que supone para ellos la escuela española. Sed bienvenidos, y que vuestra presencia nos haga ser más comprensivos. Los rostros fascinados, las risas y las preguntas de mis alumnos han sido lo mejor de este curso con ellos, fuera de la ortografía y morfología a que los tengo habituados.
El maestro –don Gregorio- es un veterano enseñante que lleva a sus alumnos el amor por la cultura y la naturaleza. Moncho –Gorrión- llega un día a su clase lleno de miedo porque piensa que los maestros pegan y tal es su pánico que se hace pis encima ante la irrisión de sus compañeros. Pero don Gregorio no pega, es un hombre comprensivo y bondadoso, que participa de los ideales republicanos y liberales, igual que el padre de Moncho y piensa que la escuela es el camino de la libertad. Sólo será necesaria una generación educada en libertad para que nuestro pueblo español sea imparable. Entre el niño y el maestro se produce una estrecha relación llena de afecto y simpatía mutua. Don Gregorio le presta un libro de aventuras para iniciarlo en la lectura: La isla del tesoro, una de las mejores novelas de acción jamás escritas.
Esta escena es terrible. Cuando el niño acaba de leer la novela y comienzan los hechos de la guerra Civil. El pueblo es ocupado por los golpista falangistas. Reconocidos republicanos son detenidos en un clima de miedo generalizado. La familia de Moncho puede estar entre los sospechosos de simpatizar con la república, como en efecto era cierto. La película acaba con una escena sobrecogedora: los detenidos, entre ellos don Gregorio, son llevados en un camión a fusilar. La muchedumbre se agolpa insultándolos. Entre ellos, la familia del niño y éste que comienza a insultar a su maestro cuando sale de la prisión, llamándolo ateo y espiritrompa así como a tirarle piedras junto a otros niños del pueblo. Las miradas de Moncho y don Gregorio se cruzan en unos instantes atroces. ¿Cómo recuperar la inocencia después de esto? Es la pregunta que nos queda a los espectadores. ¿Cómo el niño puede traicionar así a su querido maestro?
Pero hoy los espectadores de la película no participaban de tan intelectuales reflexiones. Sólo era una película que les ha gustado, pero de la que desconocían su fondo político y social. Además el noventa por ciento de los chavales eran marroquíes o latinoamericanos a los que el tema de la guerra Civil les cae totalmente alejado. No entendían por qué se los llevaban a fusilar, no entendían por qué el niño le tiraba piedras y le insultaba. Me han acribillado a preguntas: ¿qué guerra era esa a la que yo había aludido? ¿Quién ganó? ¿Qué pensaba yo sobre ella? ¿Quién tenía razón? ¿Era malo ser republicano? ¿Por qué los mataban?
Les he explicado que don Gregorio era un maestro republicano que no pegaba a los niños, pero que en la escuela en que estudié yo era frecuente que nos pegaran en clase. Para mi sorpresa todos los niños y niñas marroquíes, algo así como una decena, reconocían que en la escuela de su país se pega a los niños, aunque no lo veían como algo negativo. Yo les he contado que cuando era niño en el colegio de curas me golpeaban con una dura regla mis dedos apiñados; que esa era la escuela que se impuso por causa de los vencedores de la guerra civil y que otros países tenían otras escuelas más liberales en la que se respetaba a los niños. Les he dicho que la guerra civil fue cruenta y que ganaron los enemigos de la libertad y la democracia.
Pero si don Gregorio era ateo significa que no creía en Dios –me decía un alumno bereber- . He recordado para mis adentros entonces la importancia que tuvieron las tropas bereberes en la victoria de Franco y que causaban el pánico entre los republicanos. Me he dado cuenta de lo difícil que es contextualizar el conflicto bélico español con alumnos de otras coordenadas culturales. Lo que hemos logrado consensuar y aceptar como una versión liberal de los hechos, no queda tan claro entre mis alumnos que tenían problemas para entender lo que había pasado. No paraban de hacerme preguntas sobre si se sabía dónde estaban enterrados los fusilados. Les he hablado de Federico García Lorca, del que sabían que era gay y que fue fusilado por eso, les he hablado de la ley de Memoria histórica para recuperar la memoria de los fusilados en aquellos días.
Dos cosas me han quedado claras: la película les ha conmocionado y les ha gustado; por otro lado, les ha abierto interrogantes difíciles de satisfacer por su desconocimiento del contexto histórico. En ellos luchan concepciones distintas de la vida y la sociedad, así como del papel de la escuela en el proceso de la educación. Me ha conmovido esa presencia de los palos en la escuela que vivieron de pequeños en su país. No es de extrañar el choque que supone para ellos la escuela española. Sed bienvenidos, y que vuestra presencia nos haga ser más comprensivos. Los rostros fascinados, las risas y las preguntas de mis alumnos han sido lo mejor de este curso con ellos, fuera de la ortografía y morfología a que los tengo habituados.
Hola que tal, he caido en tu blog viendo los comentarios de el blog de Elena, la verdad me ha gustado mucho, he ido bajando y no he podido evitar leer tu entrada acerca de la segunda república y su proyecto educativo.
ResponderEliminarTienes mucha razon y que escasa es la memoria....que pronto se olvida todo....además al leerte me ha recordado en parte....lo mismo...por la oposición que está mostrando esta anticuada y trasnochada iglesia a el laicismo y sobre todo a la asignatura de educación para la ciudadania.
Te seguiré leyendo, me ha gustado mucho.
A ver si visitas el mío y me das tu opinión.
Saludos
Hermosa lección la que todos hemos aprendido con esta experiencia, tus alumnos, tú como profesor y nosotros como lectores. La tragedia de la guerra civil fue para este país una losa de incalculable peso en todos los órdenes y también, por supuesto, en el de la enseñanza. Herencia terrible.
ResponderEliminarY, por otro lado, es curioso ver que otras pedagogías no tan lejanas aún utilicen el castigo físico en las aulas. Qué lejos y qué cerca estamos en este mundo.
Recuerdo perfectamente la escena que describes. Ese final terrible, pero común. Común a todo pueblo que haya atravezado una tragedia parecida,pues la escena se repite a pesar de que cambian los personajes y el medio. Se ha repetido durante las dictaduras militares en Argentina, y en especial, la última, que dejó el saldo terrible de 30.000 desaparecidos, y entre ellos, muchos educadores. Y sin dudas se ha repetido en otras partes del mundo.
ResponderEliminarEn cuanto a tus alumnos, ¡qué bueno que si no hay memoria -porque no se la tiene-, al menos urgen las preguntas!Lo mismo nos pasa a nosotros con las nuevas generaciones cuando recordamos aniversarios o sucesos de la década del 70.
Gracias por hacerme recordar esa película, buen film para ver con mis alumnos cuando veamos Guerra Civil española.
Sonia
Hola Joselu, gracias por tu comentario, de tan diplomatico que has sido no he podido evitar reirme y te aseguro que estoy totalmente de acuerdo contigo.
ResponderEliminaryo no lo hubiese dicho mejor.
Te dejo que voy a ver si hago el comentario de juegos de la edad tardía de L. Landero.
Cuidate profe
Los textos de pedagogía anterior a la Guerra Civil demuestran el grado de modernidad que se había alcanzado en algunos aspectos teóricos, lo que vaticinaba un estado encaminado hacia el progreso y la libertad. El franquismo supuso una vuelta no ya al siglo XIX, sino a la Contrarreforma: la pedagogía del miedo.
ResponderEliminarEs difícil conseguir que todo esto no se olvide.
Preciosa película en la que se muestra, además de todo lo que mencionas en el blog, el amor por enseñar y al enseñar y la fascinación de descubrir y aprender. Me encantó la fuerza comunicativa de los silencios y de esas miradas que no necesitaban palabras para decirse.
ResponderEliminarEl final es tan doloroso como el impacto de las piedras que se tiran. La resignación del maestro laico me recordó la misma que la de Cristo en la Cruz: "Dios, perdónalos porque no saben lo que hacen". Es la misma resignación y el mismo dolor de la incomprensión, de la traición, del atraso, de la ceguera. Y la misma barbarie, salvando los contextos, las causas y el método.
Es difícil poder mostrar toda la profunda complejidad de aquellos años a niños de otras realidades culturales y religiosas. Es difícil incluso para los niños que han oído a sus abuelos hablar de Franco y la guerra. A menudo me preguntan en clase que por qué sus abuelos dicen que Franco era bueno y que por qué con él se vivía mejor... Aún queda mucho que desmitificar...
Me gustaría recordar también, que poco antes de la elecciones que dieron el triunfo a los republicanos estuvo España bajo la dictadura de Primo de Rivera (septiembre 1923-enero 1930), apoyada por el propio Alfonso XIII que en Real Decreto otorga a éste el cargo de presidente del Directorio Militar, encargado del gobierno del Estado y donde se indica que estará sometido al visto bueno del rey. Rey y dictador de la mano...aquí, también ya, sobran las palabras.
Un saludo caluroso, en este sur made in spain, hasta que se acabe el curso.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMi amigo, he tomado mi tiempo para leer tus últimos post...
ResponderEliminarRealmente que puedo decir?
Sos un lujo.
Es un placer leerte.
Un abrazo
Hola JL. Qué bella película esa. De las que causan un fuerte nudo en la garganta.
ResponderEliminarJoselu, no he visto la película, por suerte, porque a menudo me creo todo lo que pasa. No me gusta el cine, lo reconozco; antes me gustaban solamente las películas en las que no ocurre nada; ahora, ni eso. Me he acostumbrado a la libertad de ritmo que te permiten los libros, y las últimas veces que fui al cine me he dormido.
ResponderEliminarMe pregunto por qué Moncho al final se quedó entre nosotros y Gregorio no. Tal vez haya vuelto y siga siendo tan silencioso como tú nos lo describes.
Y los comentarios de tus alumnos responden a alguna de mis preguntas sobre la escuela. Así que gracias por seguir respondiendo.
Un abrazo.
pues me parece de lujo que la película les haya abierto tantos interrogantes, ahora lo que faltaría que solo uno de tus alumnos se interesara tanto como para seguir indagando y hacerse su propia opinión
ResponderEliminarsaludos
Gracias por compartir esta experiencia tan gratificante para un profesor que se considere tal. La película es excelente y si sirve para provocar interrogantes entre los alumnos, miel sobre hojuelas. Nuestra experiencia multicultural produce curiosos contextos: es muy interesante ver los gestos de alumnos marroquíes o hispanoamericanos cuando se explican el decubrimiento de América o la expulsión de moros y judíos de España en 1492. ¡Impagable...!
ResponderEliminarQuerido Joselu, me hiciste recordar muchas cosas... Cuando yo estudiaba catalán (en cursos de que dictaba la Generalitat para inmigrantes), alguna vez se tocó el tema de la Guerra Civil, la mayoría del curso éramos mayores de 25 por lo que todos lo habíamos estudiado en nuestros países. Compartíamos aula un nutrido grupo de estudiantes de diversas nacionalidades ¡qué interesante lo que se habló ese día en el aula - la profesora era catalana, de padre marroquí y madre andaluza.
ResponderEliminarA mí me gusta estudiar la historia de los lugares donde vivo porque así me resulta más fácil comprender procederes y adaptarme. Me gusta estar atenta a las conversaciones y los gestos, me gusta que me cuenten historias...
Recuerdo también una mesa que compartí con una familia catalana de la cual aún sigo siendo muy amiga. Salió el tema del la guerra civil (creo que sin proponérmelo yo lo puse en la mesa). Recuerdo muy bien las palabras del viejo "Moreno" diciendo que con el caudillo se vivía mejor... estaba también una jovencita valenciana invitada para la cena -me parece que era la noche de San Juan- Ella, le levantó de la mesa y al preguntarle si algo la había molestado respondió: Mi abuelo era liberal y fue asesinado... ya te imaginarás cómo terminó la noche.
España, toda ella, con cada una de sus autonomías, es fascinante y atrapa... su historia, sus migraciones e inmigraciones... La madre de mi esposo llegó a la Argentina huyendo de "todo aquello" y esa... esa es otra historia.
Un abrazo!
Lucero
Apuesto a que si les hubieras leído el texto de Manuel Rivas (tengo la novela en casa) les hubiera conmocionado igual.
ResponderEliminar:)
Joselu tocas un tema muy candente: lo jóvenes ante la Historia. En mi breve experiencia constato el asombo ue se repite en mis alumnos ante los ejes ronológios. Les resulta difícil abarcar el tiempo y extrapolar la mente hacia épocas de la historia de esclavitud, feudalismo, economía agraria, colonizaciones, inventos y escubrimientos, etc. Tenden a comparar si no ya situar en el presente ls hechos del pasado que ellos cosideran -con razón- que siempre han acompañado a la humanidad, especialmente lo que atañe a los sentimientos cuando adobo la explicaciones con anécdotas y curiosidades de matrimonios, parejas, jóvenes, rivalidad entre países, etc.
ResponderEliminarCoincido también con lo que dice Marcos Cadenato y añado el asombro generalizado en todo el alumnado cuando explico la importancia de España en la Edad Moderna.
Por cierto, yo soy muy futbolera pero tengo muchos amigos que pasan o les aburre el fútbol. Así que no pasa nada si no te gusta. Lo curioso es que comentaras ese post en vez del romance o la ópera que le acompaña.
De todas maneras eres un fijo del blog... y yo encantada.
Un saludo!.
Joselu, te respondo aquí, ¿de acuerdo?. Lo haría por gmail para no alterar el ritmo de las reflexiones al hilo.
ResponderEliminarY permíteme que te corrija: el post sí era de fútbol, lo que hay arriba forma parte de la bienvenida al blog, por eso no tiene fecha y no es un post.
De todas maneras quizás parezca que vaya todo unido (arias y goles :D)
Seguimos leyéndonos ;-)
Que buena entrada, aunque sea del 2008,soy nueva en esto y voy muy atrasada, hace poco que encontré tu blog por casualidad. Yo puse el año pasado esta peli a un grupo de segundo y funcionó fenomenal.Precisamente hoy con mis compis de departamento plantee la posibilidad de ponerla a tercero y cuarto, ya que están leyendo a Javier Marías, en concreto Cielo abajo y me pareció que era una buena forma de complementar el tema. Ya no hay duda la pondré. Me alegra que alguien a quien no conozco y tan lejano a mi tenga mis mismas ideas e inquietudes. Gracias por tu blog y tus comentarios estoy aprendiendo mucho.
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