El viernes pasado tuve que participar como Jefe de Seminario en la evaluación de los candidatos a catedrático que se presentaban en mi departamento. Eran tres. Me entrevistó la inspectora. ¿Qué opinaba de ellos? –me preguntó. Sin duda era una situación incómoda por lo que suponía juzgar a mis compañeros, teniendo en cuenta además que yo he desistido de aspirar a ser catedrático por razones que ya he expuesto aquí en otro post. Mi opinión fue netamente favorable a mis colegas como no podía ser de otra forma. Me entrevistaba alguien que ha huido de las aulas hace ya mucho tiempo y me exigía un juicio profesional. La inspectora entró en sus aulas y contempló una clase impartida por cada uno de ellos. Yo quería mantenerme al margen pero tuve que intervenir…
Seguidamente una coordinadora del centro se dirigió a mí y me espetó que como Cap de Departament tenía que formar parte de una comisión para organizar un homenaje a tres profesores que se jubilan este año. Había que comprarles un regalo, etc, etc. Uno de ellos es de mi departamento. Ante esta propuesta me rebelé. Argumenté que me parecía muy triste que tuviera que ser una instancia oficial –otros y yo como jefes de departamento- la que tuviera que organizar algo que más bien entendía yo que debía ser fruto del afecto y el compañerismo. Comprendía que había que hacerles un acto de despedida y quizás un regalo, pero no que fuera una imposición burocrática a los jefes de departamento. Detesto el oficialismo. Todo lo que me viene marcado por la administración me llega cargado de repulsión. No lo puedo evitar. Aprecio las iniciativas individuales y los esfuerzos personales pero no puedo soportar lo que es fruto de esa administración carente de alma y sí abrumadoramente burocrática. No expliqué que me encantaría ser organizador de ese merecido homenaje a esos tres compañeros que se jubilan, pero en calidad de amigo de los mismos, como José Luis al que se le pide que participe en esa hermosa tarea. Me horroriza hacerlo por ser Jefe de Departamento. Temo que en el caso de que algún día me tengan que hacer algo semejante sea fruto del oficialismo. Prefiero que no me hicieran nada, mil veces sin duda. Cuando he participado en la organización de un homenaje de despedida lo he hecho a título personal y lleno de entusiasmo. No sé si entienden mi distinción.
Igual que detestaría que alguna vez este blog anárquico y existencial pudiera ser considerado un merito oficial en mi carrera académica. Escribo porque me sale de dentro, a veces lleno de tristeza y otras con emoción. El encuentro con mis alumnos es estrictamente personal. A veces acierto y otras veces me equivoco. Me produce hastío que todo lo que haga yo tenga que ser evaluado y burocratizado. Lo hermoso de esta profesión es lo que tiene de iniciativa individual, lo de entrega apasionada que ningún inspector puede valorar. Mi blog es antioficial y antiburocrático, no quiere entre sus lectores a inspectores ni cargos de la administración que han abandonado el estar a pie de aula. Sé que puedo ser injusto pero me da exactamente igual. Lo siento así.
Seguidamente una coordinadora del centro se dirigió a mí y me espetó que como Cap de Departament tenía que formar parte de una comisión para organizar un homenaje a tres profesores que se jubilan este año. Había que comprarles un regalo, etc, etc. Uno de ellos es de mi departamento. Ante esta propuesta me rebelé. Argumenté que me parecía muy triste que tuviera que ser una instancia oficial –otros y yo como jefes de departamento- la que tuviera que organizar algo que más bien entendía yo que debía ser fruto del afecto y el compañerismo. Comprendía que había que hacerles un acto de despedida y quizás un regalo, pero no que fuera una imposición burocrática a los jefes de departamento. Detesto el oficialismo. Todo lo que me viene marcado por la administración me llega cargado de repulsión. No lo puedo evitar. Aprecio las iniciativas individuales y los esfuerzos personales pero no puedo soportar lo que es fruto de esa administración carente de alma y sí abrumadoramente burocrática. No expliqué que me encantaría ser organizador de ese merecido homenaje a esos tres compañeros que se jubilan, pero en calidad de amigo de los mismos, como José Luis al que se le pide que participe en esa hermosa tarea. Me horroriza hacerlo por ser Jefe de Departamento. Temo que en el caso de que algún día me tengan que hacer algo semejante sea fruto del oficialismo. Prefiero que no me hicieran nada, mil veces sin duda. Cuando he participado en la organización de un homenaje de despedida lo he hecho a título personal y lleno de entusiasmo. No sé si entienden mi distinción.
Igual que detestaría que alguna vez este blog anárquico y existencial pudiera ser considerado un merito oficial en mi carrera académica. Escribo porque me sale de dentro, a veces lleno de tristeza y otras con emoción. El encuentro con mis alumnos es estrictamente personal. A veces acierto y otras veces me equivoco. Me produce hastío que todo lo que haga yo tenga que ser evaluado y burocratizado. Lo hermoso de esta profesión es lo que tiene de iniciativa individual, lo de entrega apasionada que ningún inspector puede valorar. Mi blog es antioficial y antiburocrático, no quiere entre sus lectores a inspectores ni cargos de la administración que han abandonado el estar a pie de aula. Sé que puedo ser injusto pero me da exactamente igual. Lo siento así.
Puedes estar tranquilo, pienso. Mucho tienen que cambiar las cosas para que tu bitácora sea considerada "mérito oficial". Aunque como el sistema lo autofagocita todo quizás llegue ese momento. Y para eso tiene que llover (o no).
ResponderEliminarTú bien sabes, querido amigo, que esto de los 'blogs' es un oficio de francotiradores, en general. Algunos casos concretos sí que parecen oficiales pero huelen tanto a encasillamiento que repelen a los visitantes. El formato 'blog' se ha impuesto para muchas cuestiones por su versatilidad.
Y por supuesto resiste en su espíritu libertario y existencialista que es donde se expresa la libertad de tu ser, de se vuelca tu autenticidad y tu humanismo.
La vida nos hace pasar por momentos engorrosos y molestos –por no mencionar otros más difíciles-, y nos los quitamos de encima en espacios como este, donde se podemos ser como queramos.
Entiendo todo lo que cuentas y lo comparto en su mayor parte. Sin embargo, creo que no es justo que quienes están dedicando horas a las TIC o a cualquier otra tarea docente no reconocida oficialmente sean desdeñados por la administración. Sabes que hemos creado un grupo para intentar movilizarnos contra esto. De antemano sé que no voy a presentar mi blog a ninguna evaluación de ese tipo; primero porque no lo necesito actualmente, y segundo porque mi blog es ya un asunto personal, no profesional.
ResponderEliminarEn cuanto a la imposición de "tareas oficiales dudosas", quienes están en su puesto por méritos propios y sin tener que agradecer prebenda alguna creo que están en su derecho de plantar cara y decir las cosas tan claras como tú lo cuentas.
Un saludo.
Tu mejor aportación son tus post que leemos con tanto gusto.
ResponderEliminarY pase lo que pase ya te considero ganador de los Edu Blogs, enhorabuena por ser finalista!
Pues así también, te leo con el alma... Con la mía, claro, que también patina en oficialidades, plazos e impresos...
ResponderEliminarBuen domingo y un abrazo
No sólo eres injusto, además eres muy incoherente.
ResponderEliminarQué se le va a hacer.Lo siento así.
Un saludo.
Las motivaciones de quienes escriben un blog son tan diversas como lo son las personas. En general, si se trabaja por el reconocimiento éste suele llegar -aunque hay muchas formas de reconocimiento. A veces, sin embargo nos equivocamos en la elección de fines y medios.
ResponderEliminarNo veo donde está la injusticia y menos aún la incoherencia que te achaca alguno. ¿Se presupone que todos hemos de tener los mismos fines?
Las motivaciones de quienes escriben un blog son tan diversas como lo son las personas. En general, si se trabaja por el reconocimiento éste suele llegar -aunque hay muchas formas de reconocimiento. A veces, sin embargo nos equivocamos en la elección de fines y medios.
ResponderEliminarNo veo donde está la injusticia y menos aún la incoherencia que te achaca alguno. ¿Se presupone que todos hemos de tener los mismos fines?
Me parece bien que el trabajo en la red, blogs y webs, tenga reconocimiento oficial.. y que se establezcan baremos para "calificarlos" con objetividad.
Pero, mi interés está por aquellos que escapan al reconocimiento "oficial". -Que al menos gracias a la red podamos disfrutar de algún espacio resistente al discurso oficial.
Saludos
Alguna, anónimo, alguna.
ResponderEliminarSi no me equivoco, los que trabajais en la pública, soys también Administración,¿no?.
Y Joselu ha dicho cada cosa que si no son incoherencias , entoces pido perdón.
Y que sepan algunos que no tienen cabida en este bloc, pero si esto no es ser injusto,por decirlo de alguna manera, entonces vuelvo a pedir perdón.
solo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela.
ResponderEliminarAntonio Machado
"trabajáis", "sois", perdón.
ResponderEliminarAngelus, me hace ilusión que hayas pasado por mi bloc.
ResponderEliminarEspero que hayas entendido la frase.
Un saludo.
Fina
ResponderEliminar¿Por qué dudas?
¡Menudo "embolao" el de juzgar a los colegas! En según qué casos yo hubiera escogido la "abstención", antes de que una mentira me pusiera como la manteca colorá del Cañete... Pero tú eres hombre de bien y has hecho lo "se debía hacer".
ResponderEliminarEn lo de la despedida a los jubilados estoy contigo. ¡Cosa más triste, una despedida burocrática! El día en que yo me vaya -¡que cada vez queda menos!-, daré dos o tres abrazos a quienes me sienta cerca de ellos, entregaré las llaves en conserjería ¡y tal día hará un año!
Todo antes de que se forme una "comisión". ¡Odio las comisiones y a los comisionados! Parecen hechas para diluir la responsabilidad y para no tomar nunca una decisión.
Ojalá este blog, como tú defiendes, no se convierta nunca en un mérito académico. Todos tus méritos están en tu puesto de trabajo y en la opinión de cuantos alumnos han pasado por tus clases.
Ahora que se está haciendo el concurso de acceso a un sobresueldo de vía estrecha -otros lo llaman de forma eufemística "condición de catedrático"- ¿qué incoherencia mayor que el hecho de que la evaluación del trabajo que cada uno hace no sea de evaluación obligatoria? Vivimos siempre en la ficción de pacotilla, lo políticamente correcto y la inercia a favor de los pudientes.
De pena...
Angelus,
ResponderEliminarYa no dudo.
como los clowns, hay que ser subversivos y desobedecer lo establecido...
ResponderEliminarsin embargo, es una lástima que el despedir a compañeros de forma calurosa y como se merecen, tenga que ser una lucha a lo burocratizado ¿Cuándo se han perdido los caminos que unen sentimientos? quien sabe
Joselu, como aclaración diré que yo no presenté mi blog como mérito, porque para eso hacer falta tener ni que sea un certificado (y aunque fue premiado, no recibí ningún papel que lo demuestre). El blog es para mí un diario docente y personal y también -como dijo un buen amigo- una salita de estar cómoda en la que converso y aprendo.
ResponderEliminarEl asunto de las cátedras ha levantado mucho revuelo. Más del que soy capaz de digerir. Todavía no se ha dirimido el concurso, pero yo he visto y oído el desprecio con que muchos miran el trabajo que hacemos con las TIC. Cuando el desprecio es institucional, no creo que haya que mirar hacia otro lado. De ahí es de donde surge mi lamento, mi descontento, mi desilusión.
Yo también lo siento así.
ResponderEliminarUn abrazo.
Los profesores están quemados, dicen. Sus alumnos se portan mal con ellos y no pueden más. Y todavía hay profesores que de las ganas de hacerlo bien que tienen, no se enfadan, confían, buscan, sueñan y expresan. Esos son los buenos.
ResponderEliminarMe parece penoso que un inspector recabe información sobre candidatos a catedra por medio de terceras personas -jefe de departamente, dirección..etc- He dicho penoso, pero debería decir inmoral y vergonzoso.¿ Es que no saldremos nunca de la España inquisitorial?.. ¿Será la Inquisición un rasgo ontológico de lo español -incluido lo catalán-, como quería negar Gil de Biedma de los malos gobiernos?.
ResponderEliminarEn fin vergonzosos métodos...
Que se extenderán -si no lo están ya- a los blogs, con sus Imanes ayatollahs, inquisidores, familiares de la Inquisición..
Te entiendo perfectamente. Para el que recibe el homenaje igualmente es más valioso si se hace por el afecto que le tienen y no como una obligación desde la administración del centro que desea ser políticamente correcta.
ResponderEliminarHace dos años viví una expericia contraria. La Jefatura de Estudios quiso hacerle un regalo-homenaje a un compañero que había sido destinado en el concurso de traslados y que había dejado una gran huella entre todos: directiva, profes y alumnado. Todos participamos afectuosamente, nos daba igual de donde hubiera surgido la idea. Sin embargo ese mismo año se marchaba, también por cambio de destino, otra compañera no tan bien mirada por la directiva. Los compañeros nos sorprendimos de que no hubiera tarjeta que firmar para ella. La Jefatura de Estudios dijo que no había sido una persona relevante para el centro, las palabras literales que oí fueron "que no era especial", a pesar de que gozaba del afecto del alumnado y de gran parte de sus compañeros y, que por tanto, si los compañeros le queríamos hacer algún regalo eso era cosa nuestra pues la directiva no querría participar.
El entripado que se nos formó a todos los que teníamos dos dedos de frente fue menudo. Ahí hubiera agradecido algo políticamente correcto. Un regalo y una tarjeta. Así de simple.
El revuelo trascendió. El homenajeado ya no quería homenaje. La no homenajeada decidió no ir el día del claustro final. Al final se le dio su regalo al homenajeado y recibio sus cariños, aunque un aire agridulce se instaló entre nosotros sin que nos lo pudiéramos quitar; y otro día no oficial quedamos todos para cenar con fiestuki después de la cena y celebramos sus nuevos destinos.
Tengo que aclarar que todos trabajábamos a más de 70 km de casa, que hacíamos de ida y de nuevo para la vuelta, y cada vez que alguien podía acercarse a su hogar se celebraba, alegrándonos de que se librara de aquella carretera y otras alucinaciones varias...
Ah! Yo tampoco fui considerada especial por la directiva el día que me trasladaron, creo que por mi caráter de luchar contra las injusticias más bien suspiraron, por fin se les iba la china en el zapato. Conmigo me llevé el cariño de mis alumnos me mostraron día a día, clase a clase, un cariño que podía palpar en el aire, aún me mandan sus recuerdos a través de los compañeros que quedan allí. Fue el mejor homenaje que pude recibir, además de las palabras de mis compañeros en un emotivo claustro en el que la directiva calló. No hubo nada material, todos fueron palabras... bonitas palabras.
Un saludo afectuoso.
Enhorabuena por tu nombramiento como finalista en los premios Espiral. Comparto muchas de las ideas que expones, pero... Aunque es claro el carácter anárquico, subjetivo y personal de los blogs, no quita para que los materiales TIC tengan su reconocimiento oficial. Creo que toda iniciativa para lograrlo es postiva y yo, desde luego, la apoyaré en lo que pueda.
ResponderEliminar¡Hola José Luís!
ResponderEliminarYa que tenías tanto interés en que las dos tuviéramos un blog juntas, aquí lo tienes.
De tus queridas alumnas:
ChamoMire
Nos encanta este post y tu forma de expresarte.
ResponderEliminar¡Eres genial profe!
Dos besitos.
Eres un anarquista. ¡Qué bueno!
ResponderEliminarFelicidades por el post. En mi instituto, y lo que voy a contar es verídico, el inspector propuso la "egebización" de la ESO, es decir, que los niños leyeran en todas las horas. ¿Que los niños no querían? Pues los profesores leían los cuentos; que los niños no querían leer cuentos, que leyeran el Marca; que las niñas no querían leer cuentos, que leyeran el Hola. Lo dijo y se quedó tan tranquilo. Apenas llevo siete meses dando clases y disfruto mucho con mis estudiantes, aunque otras cosas son deprimentes.
ResponderEliminarAhora, Joselu, me gustaría pedirte un pequeño favor. En uno de tus post hablabas de un profesor que tenía cien notas, más o menos, decías, para cada alumno, en una especie de documento access o excel. Y me gustaría saber si yo podría acceder a él. Si no, no pasa nada. Sencillamente, como te digo, por ahora, me encanta esta profesión, aunque días en que mataría a la mitad de mis estudiantes y me gustaría evaluarlos cuanto más mejor. Espero no haber sido muy pesado y muchísimas gracias.
Hola, Joselu, la verdad es que me interesa mucho pero si me dices que está de baja y enfermo, no pasa nada. Pero sí, tengo interés. Mi profesión por ahora me fascina y todo lo que sea mejorarla me hará feliz. Un abrazo, amigo. Y perdona que te lo haya pedido por aquí, así que espero que no te haya molestado y otra vez gracias.
ResponderEliminarEnhorabuena de nuevo por un post más que sincero y honesto de tu parte. Coincido plenamente contigo, Joselu. Nadie puede entender la relación que cada uno tenemos con nuestros alumnos. No se puede cuantificar ni medir en términos burocráticos. Y eso se lo pierden todos los inspectores y burócratas de un sistema que, desgraciadamente, cada vez nos tiene menos en cuenta. Más aulas y menos papeleo, por favor.
ResponderEliminarEstimado Joselu, hace un tiempo que no te leía (no mucho por fortuna) Sabes? Te escribo desde un cargo administrativo que ocupo hace poco más de un mes, es largo de contar, tan largo como estos casi tres años que llevo de vivir aquí. Hoy "dirijo" y "administro" en una institución educativa, no me quejo, no, pues he peleado mucho por conseguir un trabajo "fijo" y "seguro", con papeles, con aportes jubilatorios y un sueldo digno a fin de mes... Meses y meses de buscar... uf!
ResponderEliminarDejé las aulas y quizá es por eso que hoy me aferro tanto a mi querido taller de lectura para niños, ahí estan los chicos, (y mis sueños!) por 4 horas a la semana puedo ser "la seño" sin cargo oficial... En fin, si te contara amigo, si yo te contara...
Lucero*