Blog poliédrico que no cree que haya una versión canónica de la realidad y que asume la contradicción flagrante como sistema de interpretación del mundo.
Cientificamente correspondemos a la misma especie, cierto, muy cierto, y hemos evolucionado en conjunto, cierto, no hay un humanoide vivo que se haya quedado atrás y todavía sea un eslabón entre hominidus y erectus. Cierto, muy cierto, todo cientificamente.
La cosa cambia en radical cuando hablamos trascendentalmente, metafísicamente; ¿ocho mil millones más o menos?, si, pero cada uno de esos ocho mil millones es una vida, una SOLA vida, una ÚNICA vida, y muerta esta no hay otra, no la hay, porque nadie suplirá a quien no está.
Lo que realmente importa no es la masa en su conjunto, sino cada uno de los componentes de la misma. Sus problemas y tribulaciones. Su soledad, su incomprensión y su desesperanza.
Para mi no es nada interesante meterme en un bloc de una comunidad, o de socio de lo que sea, ni de partícipe de la reunión de cualquier cosa; lo bueno, lo mágico, es que el que lo sea, la persona, en su unidad, te explique el porqué lo es, te lo razone.
Pero para eso hace falta una cosa, y esa cosa es muy importante. Se trata de saber escuchar; de no interrumpir, de prestar atención a los matices. Somos únicos, ejemplares únicos, y no nos damos cuenta. Y no nos damos cuenta porque en realidad no valoramos lo que tenemos, que es el estar vivos, el discernirlo, el comprender que después de esto nada, pero que hoy estamos ahora y aquí. Que somos fugaces, pero somos.
Quizá no estemos dispuestos a conocernos, pues todo lo que no se conoce, se teme, pero es una pena pasar por la vida manteniendonos alejados de nosotros mismos. Deberíamos trasformar nuestros monólogos en diálogos. Salut
Yo soy un apasionado del intercambio epistolar, antes con cartas físicas y ahora con el mail. Hay varias personas con quien me escribo en profundidad y en ese intercambio emerge esa insularidad que nos caracteriza como individuos únicos. Es una lástima que esto no se estile más porque se ha perdido el hábito de escribir cartas. Veo que cuesta. La gente se ha hecho sintética y parca en matices. Hace décadas la correspondencia ocupaba un lugar mucho más destacado en la comunicación humana. Los escritores tenían epistolarios con muchos otros artistas y eso ha sido una fuente de conocimiento de sus vidas y sus circunstancias. Todo eso se ha perdido con el mundo digital. Ahora cuesta entrar en hondura en la comunicación y para los que lo hacen es un descubrimiento importante. La escritura es una forma relevante de fijar la individualidad, nuestro modo de estar en el mundo sometido, como veo, a grandes contradicciones y conflictos. Si uno escribe a tumba abierta, descubre muchas cosas de sí mismo y de los demás.
Esta es mi aportación a tu propuesta de convertir los monólogos en diálogos.
Pero lo que hoy triunfa es Instagram, es el lenguaje de los jóvenes. Solo imágenes sexys o de paisajes o de comidas y balbuceos tontos como únicos componentes textuales.
Te diré un secreto, todavía utilizo estilográfica de carga de tintero. Me da tiempo a pensar lo que deseo que se entienda, no af bellas y estilizadas, sino comprensibles.
No renunció al ordenador, antes bien me aprovecho de él, me abre el horizonte y me hace conocer personas como tú. Un abrazo
Yo también tengo una pluma de hace más de treinta años que se carga con tintero. Es una maravilla. Cuando quiero escribir algo personal, la utilizo. Es una Pelikan con que escribía mis primeros diario. La tengo delante de mí. Escribí muchas cartas con ella. Bien es cierto que ahora escribo fundamentalmente con el ordenador. Los jóvenes apenas habrán experimentado la escritura a mano fuera del colegio. Un placer haberte conocido, Miquel. Un abrazo.
«A todos pertenece lo que piensas. Sólo es tuyo lo que sientes. Si quieres que sea tuyo lo que piensas, has de sentirlo», escribió Friedrich von Schiller. La fisiología del sentimiento es lo que nos hace originales y únicos.
Pero el sentimiento es tan evasivo, tan fragmentario, tan futil, y, además, tan contradictorio... que dudo que sea una posesión; sí un estado de ánimo muchas veces doloroso o punzante. ¿Adónde nos lleva esto?
Cientificamente correspondemos a la misma especie, cierto, muy cierto, y hemos evolucionado en conjunto, cierto, no hay un humanoide vivo que se haya quedado atrás y todavía sea un eslabón entre hominidus y erectus.
ResponderEliminarCierto, muy cierto, todo cientificamente.
La cosa cambia en radical cuando hablamos trascendentalmente, metafísicamente; ¿ocho mil millones más o menos?, si, pero cada uno de esos ocho mil millones es una vida, una SOLA vida, una ÚNICA vida, y muerta esta no hay otra, no la hay, porque nadie suplirá a quien no está.
Lo que realmente importa no es la masa en su conjunto, sino cada uno de los componentes de la misma. Sus problemas y tribulaciones. Su soledad, su incomprensión y su desesperanza.
Para mi no es nada interesante meterme en un bloc de una comunidad, o de socio de lo que sea, ni de partícipe de la reunión de cualquier cosa; lo bueno, lo mágico, es que el que lo sea, la persona, en su unidad, te explique el porqué lo es, te lo razone.
Pero para eso hace falta una cosa, y esa cosa es muy importante. Se trata de saber escuchar; de no interrumpir, de prestar atención a los matices.
Somos únicos, ejemplares únicos, y no nos damos cuenta. Y no nos damos cuenta porque en realidad no valoramos lo que tenemos, que es el estar vivos, el discernirlo, el comprender que después de esto nada, pero que hoy estamos ahora y aquí. Que somos fugaces, pero somos.
Quizá no estemos dispuestos a conocernos, pues todo lo que no se conoce, se teme, pero es una pena pasar por la vida manteniendonos alejados de nosotros mismos. Deberíamos trasformar nuestros monólogos en diálogos.
Salut
Yo soy un apasionado del intercambio epistolar, antes con cartas físicas y ahora con el mail. Hay varias personas con quien me escribo en profundidad y en ese intercambio emerge esa insularidad que nos caracteriza como individuos únicos. Es una lástima que esto no se estile más porque se ha perdido el hábito de escribir cartas. Veo que cuesta. La gente se ha hecho sintética y parca en matices. Hace décadas la correspondencia ocupaba un lugar mucho más destacado en la comunicación humana. Los escritores tenían epistolarios con muchos otros artistas y eso ha sido una fuente de conocimiento de sus vidas y sus circunstancias. Todo eso se ha perdido con el mundo digital. Ahora cuesta entrar en hondura en la comunicación y para los que lo hacen es un descubrimiento importante. La escritura es una forma relevante de fijar la individualidad, nuestro modo de estar en el mundo sometido, como veo, a grandes contradicciones y conflictos. Si uno escribe a tumba abierta, descubre muchas cosas de sí mismo y de los demás.
EliminarEsta es mi aportación a tu propuesta de convertir los monólogos en diálogos.
Pero lo que hoy triunfa es Instagram, es el lenguaje de los jóvenes. Solo imágenes sexys o de paisajes o de comidas y balbuceos tontos como únicos componentes textuales.
Salut.
Te diré un secreto, todavía utilizo estilográfica de carga de tintero.
ResponderEliminarMe da tiempo a pensar lo que deseo que se entienda, no af bellas y estilizadas, sino comprensibles.
No renunció al ordenador, antes bien me aprovecho de él, me abre el horizonte y me hace conocer personas como tú.
Un abrazo
Yo también tengo una pluma de hace más de treinta años que se carga con tintero. Es una maravilla. Cuando quiero escribir algo personal, la utilizo. Es una Pelikan con que escribía mis primeros diario. La tengo delante de mí. Escribí muchas cartas con ella. Bien es cierto que ahora escribo fundamentalmente con el ordenador. Los jóvenes apenas habrán experimentado la escritura a mano fuera del colegio. Un placer haberte conocido, Miquel. Un abrazo.
EliminarNo...a frases bellas ...
ResponderEliminarquise poner.
«A todos pertenece lo que piensas. Sólo es tuyo lo que sientes. Si quieres que sea tuyo lo que piensas, has de sentirlo», escribió Friedrich von Schiller. La fisiología del sentimiento es lo que nos hace originales y únicos.
ResponderEliminarPero el sentimiento es tan evasivo, tan fragmentario, tan futil, y, además, tan contradictorio... que dudo que sea una posesión; sí un estado de ánimo muchas veces doloroso o punzante. ¿Adónde nos lleva esto?
EliminarA un callejón sin salida. No tengo soluciones solo distracciones.
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