Blog poliédrico que no cree que haya una versión canónica de la realidad y que asume la contradicción flagrante como sistema de interpretación del mundo.
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Blog poliédrico que no cree que haya una versión canónica de la realidad y que asume la contradicción flagrante como sistema de interpretación del mundo.
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“Si quita usted la mentira vital a un hombre vulgar, le quita al mismo tiempo la felicidad”.
ResponderEliminarLuego, ¿será verdad que la felicidad está protegida por la vulgaridad?, ¿qué cuánto más ignorante se es, más feliz se vive?
ResponderEliminarSalut
Las mentiras de la vida necesarias para vivir son las que expresamos ante los demás como norma de prudencia dado que la sinceridad es una cualidad muy problemática que solo se valora en la juventud. Luego nos damos cuenta de que hemos de aprender a vivir en medio de junglas de verdades a medias para mantener las relaciones. Otra cosa también es la dosis de verdad que estamos a soportar sobre nosotros mismos. Todos tendemos a embellecernos, a justificarnos, a crear una imagen superpuesta de nosotros mismos que nos tranquiliza. Esa verdad íntima es tan personal que no soportaríamos que alguien levantara el velo y nos dijera lo que piensa en realidad de nosotros. Sería terrible. Cuando en alguna relación se ha terminado diciendo la verdad sin velos nos damos cuenta de lo que hay detrás de la cortesía y la prudencia. La mayoría de seres humanos, pienso, tienden a no verse cómo realmente son y se mienten a sí mismos. Y menos soportar que sean otros los que manifiesten lo que piensan de verdad. Un pacto con la vida exige una dosis de mentira prudente. La autoconciencia cruel puede ser muy tortuosa y peligrosa. Son necesarios los pactos respecto a uno mismo y con los demás. Estas son las mentiras de la vida, pienso.
EliminarTot es muy realista.
ResponderEliminarTambién somos responsables de lo que nuestro inconsciente atraiga hacia sí . Pero resultaría tan impopular como renunciar a la personalidad y algo muy cruel para la mayoría porque se advertiría todo el detritus en el que vivimos, como gusanillos. Menos mal que Calderon de la Barca intentó quitarle hierro a la cuestión y con la coletilla del título de su obra más famosa consiguió crear un ciertos paraguas de protección para loritos inflados como el pop corn (palomitas) del cine
La idea de loritos inflados como palomitas para referirse al ego es muy eficaz. Por eso es necesaria la mentira para vivir, para mantener ese ego inflado hasta cuando se pueda, aunque si la vida es sueño y los sueños sueños son, tenemos algo de alivio, pero ¿habrá despertar?
EliminarNada es mentira mientras no se demuestre que no es verdad. Ese espacio de tiempo hay mucha gente que lo ve como una salida y otras veces, nunca se demuestra que algunas cosas no son ciertas. Lo que aporta cierto confort a muchas personas, (o nos aporta). Fíjate que todo el sistema económico mundial se basa en mentiras, y la felicidad que nos aporta, mientras no descubramos que vivimos en un cuento, claro.
ResponderEliminarUn saludo
Por eso los políticos jamás reconocen que lo que dijeron era mentira, aunque posteriormente expresaran totalmente lo contrario que antes, y que de nuevo vuelvan a contradecirse. Mientras no manifiesten que lo de antes era falso, es como si se mantuviera la ficción de que era no mentira y se acude a que la realidad está cambiando constantemente. Y sí, es cierto, el sistema económico mundial se basa en mentiras, y la política, todo.
EliminarPienso que Ibsen se refiere a las mentiras que constituyen nuestra propia vida y que, sin ellas, no se podría mantener. Él era dramaturgo y exploró en un drama titulado El pato silvestre la realidad de la mentira en la vida de un hombre común.
Un saludo, y gracias.