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lunes, 11 de febrero de 2019

¿Acaso modernidad rima con soledad?



Recientemente, un blog amigo realizó una reflexión sobre algunas figuras significativas en la delimitación de un racismo teórico que planteaba que las razas eran esencialmente desiguales y que había algunas, las arias, superiores a otras, y estas, lo eran respecto a otras para llegar a las razas más inferiores que serían los primitivos, los aborígenes, los africanos que habrían nacido para ser dominados y esclavizados. 

Hoy nadie se atreve a hacer una manifestación de tal calibre y ya intelectualmente no se alude a la raza como un concepto que divida a los seres humanos en superiores o inferiores. Los resultados del racismo científico fueron tan aberrantes y criminales que quedó totalmente desprestigiado, así que no vamos a darle mayor relieve. 

No obstante, actualmente no hablamos de razas pero sí de culturas. El mundo está compuesto de culturas diferentes en sus manifestaciones materiales e inmateriales. El término “cultura” nos parece mucho más aceptable porque no hace alusión a características físicas mensurables (color, forma del cráneo, nariz, estatura, conformación ósea…). La diferenciación cultural es mucho menos agresiva y más acorde con nuestro modo de ver el mundo. Hay culturas distintas con aportaciones distintas todas igualmente valiosas. Esta es la fundamentación oficial. Pero, saliéndome del guion políticamente correcto, comenté a mi amigo que por qué había culturas propias de países ricos y otras propias de países subdesarrollados. ¿Por qué Haití es el país más pobre de América? ¿Por qué la América Latina padece problemas de desarrollo endémico y corrupción que no tienen otros países de América del Norte que son un polo de riqueza hacia el que muchísimos quieren emigrar? ¿Por qué los países africanos están entre los más pobres del mundo? ¿Por qué los países asiáticos como Japón, Corea del Sur, Singapur, China están en las escalas de desarrollo más destacadas de nuestro tiempo? ¿Por qué sus índices educativos son de los más altos del mundo? ¿Por qué los países de Escandinavia figuran entre los más desarrollados, socialmente progresistas –a pesar de ser monarquías, excepto Islandia- y con mayor nivel de satisfacción política colectiva y menor corrupción? ¿Por qué los países mediterráneos tenemos colgado el calificativo de poco confiables respecto a nuestros socios de la Unión Europea? ¿Por qué el mundo islámico se caracteriza por su atraso a nivel general y su falta de aportación a la cultura universal a nivel cultural y científico? ¿Por qué los judíos reúnen en su escaso número, las mayores realizaciones intelectuales, artísticas y científicas del mundo? 

Yo planteé estas dudas razonables pero políticamente incorrectas. Ya veo el pelotón de arqueros dispuestos a ajusticiarme. Mi amigo, sinceramente, intentó contestar con sensatez, porque podría haber llegado a la conclusión inadmisible de que hay culturas superiores y culturas inferiores. En el caso de España, curiosamente, siempre nos emulamos con países del norte de Europa y no con otros más al sur. Esto lo hacemos inconscientemente y espontáneamente. Todas las culturas son equivalentes en su valor pero nosotros nos miramos en unas y no en otras. ¿Por qué? ¿Por qué tomamos a Finlandia como referencia en el terreno educativo y no a Nigeria cuyos logros pueden ser ciertamente interesantes si los conociéramos? ¿Por qué nos comparamos con los salarios de Alemania, Francia, Holanda, Suiza o Dinamarca, por poner un ejemplo? ¿Es una especie de racismo involuntario, es una suerte de creencia subliminal de que hay culturas y países más confiables, mejores y más desarrollados? ¿Por qué son los que marcan los modelos de nuestro país y no los del norte de África por ejemplo? ¿O los del este de Europa por no salirnos del ámbito europeo? ¿Por qué no pensamos en Polonia, Hungría, Bulgaria o Rumanía para compararnos? 

Sé que estoy metiendo la mano en un avispero al que no se puede dar una respuesta sincera y clara, pero quiero alentar una posible interpretación. En el mundo hay culturas –sí, culturas- que se adaptan mejor o peor a la modernidad, modernidad definida históricamente por el desarrollo de los países anglosajones en el siglo XIX y XX y cuyo origen viene determinado por los pensadores ilustrados y el racionalismo que estableció países e ideologías más avanzadas que otras. Así La Enciclopedia francesa censuraba el oscurantismo y la superstición de la cultura española a la que veía como retrógrada y reaccionaria. Francia, Inglaterra, Alemania eran claramente ejemplos de países avanzados y España y otros países lo eran de países reaccionarios, en manos de los curas y de las creencias mágicas. De allí, nuestro intento de modernización con los Borbones en el siglo XVIII. Podíamos haber reivindicado nuestra propia visión de la realidad y de la historia, nuestra y peculiar, pero nos apuntamos al llamado tren del progreso y quisimos ser también modernos. Pues esa modernidad es la que divide esencialmente al mundo. Los países que se adaptan a una mentalidad abierta, emprendedora, dinámica, progresista, económicamente liberal, culturalmente sin tabúes, y que tienen un mayor nivel de moralidad pública (¿protestante?) son los más destacados del mundo en la escala de valores del desarrollo económico. Los que viven en las rémoras de la tradición, del tribalismo político y cultural, los que no piensan en términos de futuro y siguen viviendo en mentalidades del pasado como la religión, las creencias mágicas, los ligámenes familiares, con natalidad desenfrenada, con sistemas que propenden a la corrupción sistémica, o están en terrenos intermedios como los países latinos, europeos pero peculiares culturalmente, no acaban de lanzarse claramente al grupo de cabeza de desarrollo liberal del mundo. 

Sin embargo, vi una película “La teoría sueca del amor” en que se mostraba la sociedad sueca como amputada emocionalmente, solitaria, con vejeces tristes, donde el estado ha sustituido a la familia, en la que muchas veces se muere en el anonimato, y un médico sueco, harto de su modelo individualista de vida, se fue a trabajar a Etiopía que representa un modelo que no tiene nada que ver con el sueco pero cada ser humano está protegido por la familia desde que nace hasta que muere, y en el que nadie está solo nunca. Allí encontró nuestro médico el valor a su profesión y al término solidaridad emocional. Allí se sintió acompañado y querido. 

¿Acaso modernidad rima con soledad?

10 comentarios :

  1. En la medida que dejamos de ‘matarnos vivos’ nos alejamos del roce de los afectos (amor-odio), y cada uno deberá escoger, si puede, el modelo que más le convenza, con un camino de mayor soledad y distancia de los conflictos que dan el roce diario. Da la impresión que es cuestión de temperamentos aclimatados a las áreas geográficas que hacen extender diferentes modelos culturales.
    En nuestra latitud ha germinado la semilla de la picaresca desde siempre, es un adeene social que nos involucra a todos, unos aceptándolo, otros padeciéndolo, porque emana desde el poder y se practica a todos los niveles. Es una especie de relajación moral, influencia de la religión. Eso desde otras sociedades llama la atención (no solo España, también otros países ribereños del Mediterráneo), porque su mentalidad es otra, determinada por otros factores. Igual que les sorprende la relación más cercana entre las gentes.

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    1. Algunos anhelaríamos la moralidad calvinista para la cosa pública, unido a la familiaridad y el roce de la cultura mediterránea, si eso fuera posible, que no lo es. Me sorprendió mucho la mentalidas sueca orientada a la autosuficiencia emocional y a la independencia personal en que les cuesta expresar afectos y emociones compartidas. No sé si pensar que las sociedades nórdicas son esencialmente tristes y solitarias, a pesar de que en los índices de felicidad ocupan los primeros lugares del mundo comenzando por Finlandia, Noruega, Suecia, Islandia, Dinamarca. Hay algo que se me escapa. INDICE DE FELICIDAD POR PAÍSES EN 2018

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  2. Creo que para entender por qué unos esto y los otros lo otro, hay que darle su importancia a los procesos históricos de explotación y expoliación. También creo que, en general, las personas creen que hay culturas "mejores". Se aprecia poco la diferencia... se cree que es mejor lo que corresponde al ideal no sé si de la modernidad o de la posmodernidad...

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    1. Es políticamente poco correcto, pero ciertamente se piensa que hay culturas superiores y culturas inferiores. No se habla de razas pero sí que en el fondo hay una valoración antropológica de dichas culturas. La gente lo piensa así y es casi imposible cambiar ese conjunto de creencias subsconscientes o conscientes. Es superior lo que se adapta a la modernidad (o postmodernidad), y esto los países escandinavos se llevan la palma.

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  3. Ayer me contaba una compañera que en su centro estaban vacunando a todo el mundo contra la hepatitis C, ya que un alumno inmigrante la había contagiado a su entorno más cercano y ya había 13 casos. No es necesario que os diga a cuál de los mundos pertenece el niño, ni que estamos hablando de la enseñanza pública, ¿verdad?
    ¿Cómo vamos a querer parecernos a países que todavía tiran la basura a los estercoleros por los que se pasean, por cierto, las gallinas que luego comerán, y por donde corren toda clase de fluidos a falta de algún alcantarillado? Casi igualito que aquí hace 50 años...
    Quién tiene la culpa de este estado de cosas es otra cuestión.

    Y no me vale con que el sueco se vaya a vivir a Etiopía para encontrar los nexos familiares/emocionales perdidos. Con su pensión seguro que lo disfruta.

    Luchemos, cada uno dentro de su entorno y posibilidades, para igualar las condiciones de vida en todos los países, y veremos cómo no hay necesidad de elegir a quién queremos parecernos.

    PD: Por cierto, Joselu, revisa de vez en cuando los comentarios a entradas antiguas. Se ha dado el caso de que durante días no he recibido notificaciones en mi correo con tus nuevas entradas. Ayer miré aquí directamente y vi que habías publicado algunas. Te dejé un comentario en la de la IA. Como se publican automáticamente (eres generoso hasta con eso), creo que no lo has visto. No es que haya estado especialmente ocurrente ni de lejos, pero estoy acostumbrada a tus retrocomentarios, ¡esos sí son interesantes, casi un nuevo post!
    Un abrazo.

    PD de PD: Siempre que comento aquí tengo la sensación de ser demasiado lineal. Voy a A a B sin remisión, sin florituras, mientras que tú te empeñas en que nos detengamos en varios puntos del camino, ensanchándolo con muy buen criterio y ayudándonos a plantearnos nuevas cuestiones. Se agradece el intento, se teme reincidir, se tiene presente el propósito de enmienda...

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    1. Estoy leyendo un libro del que hablé en una entrada anterior que trata sobre una tribu del Amazonas, los piraha. Es una tribu primitiva, con una de las lenguas más simples y a la vez más difíciles del mundo. El lingüista-misionero que fue a ella y se pasó treinta años con ellos llegó pensando que se enfrentaba a una cultura poco interesante y sus hábitos poco higiénicos le llevaron a decirse que eran sucios. Con el tiempo, él y sus hijos aprendieron a verlos de otra manera. Y el lector del libro queda fascinado por la complejidad de la cultura piraha, en muchos aspectos tan poliédricos ¡cómo el blog! Leyendo este libro no dejo de pensar en muchas cosas de mi propia vida que veo reflejadas. Leía ayer una entrevista a un pensador navarro que estimaba que nuestra cultura estaba enferma, seriamente enferma, por un exceso de comodidad y confort...

      Mi visita de doce días a la India fue un desastre. Todo fue mal y acabó mal. Me gustaría empezar el viaje de otra manera para no cometer errores parecidos. Me horrorizó la suciedad, el desvalimiento de los pobres, la relación con el extranjero al que se ve simplemente como el símbolo del dólar. Había mucho más que yo no pude ver por un cúmulo de circunstancias, mi diarrea y la enfermedad de mi suegra. Un auténtico fracaso que pienso que no puede quedar así.

      Ciertamente tengo mucho tiempo para pensar, me paso el día pensando, incluso cuando hablo con mi suegra, y, por supuesto, cuando leo, camino, estoy en la bañera, escribo. Es mi defecto, intentar llegar más allá de lo evidente.

      No había visto tu mensaje al post anterior. Te he dejado una respuesta. Encantado de verte por aquí.

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  4. En realidad, PD de PD no debería llamarse así, sino PD1, ya que complementa al último párrafo de mi comentario.
    PD debería llamarse PD2, porque ese ya era otro tema.
    Me gusta ser precisa.

    En la PD2 debería haber añadido que tú ya avisas de que el blog es "poliédrico", ¡no lineal, Conchita, no lineal!

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    1. La palabra poliédrico es simpática y representativa. Me pongo a escribir y me doy cuenta de que el tema da giros imprevistos que no tenía preparados. Luego cuando lo leo me da vergüenza -no veas mi sentimiento de horror ante lo que he escrito- pero ahí queda. En este blog he escrito cosas muy sensibles que pueden pasar por ridículas -y así lo siento yo luego- pero a veces pienso que una determinada ingenuidad es buena y productiva, pero esto no lo tengo muy claro. La distancia entre algo lúcido y la ridiculez es muy tenue. No obstante, quiero arriesgarme, cada post supone un riesgo cierto. Sí, poliédrico es una calificación que me gusta. La vida es poliédrica y no lineal, pienso yo. Jajajajajaja.

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  5. De nuevo en estas entradas de tu blog, debido al alto nivel de las reflexiones que haces, y al alto nivel de la gente que te sigue y comenta, me siento un poco con la sensación de que no estoy al nivel para entrar al trapo como se dice vulgarmente. Por otras parte veo que en esta nueva etapa en las redes te ves involucrado (aunque esta ocasión no sea directamente en este blog sino en un blog amigo) en arduas discusiones intelectuales. Te veo en plena forma, je, je.

    Con respecto a este tema, yo que como sabes voy un poco a contracorriente (con mi mentalidad que parece sacada de dos siglos para atrás) y considero que la modernidad o la postmodernidad como le llamáis por aquí no traen nada bueno, en determinados temas asociados a las culturas seguramente invertiría las clasificaciones que estamos presuponiendo a las diferentes culturas. Quiero decir que a nivel, por ejemplo de solidaridad entre los diferentes miembros de una sociedad, por ejemplo, consideraría la sociedad cubana o marroquí (ojo, sin conocerlas), superiores a la finlandesa o Japonesa. No se si me entiendes. En fin, esta claro que las oportunidades económicas son superiores en las sociedades de los países más avanzados, más modernizados, pero en otros aspectos más humanos, mas a nivél de piel, la modernidad, en las culturas que se consideran más desarrolladas yo lo único que veo es un claro retroceso.

    Vaya, que en lo familiar estoy convencido que las tribus bereberes son infinitamente superiores a los barrios ricos de las ciudades Suecas por ejemplo. En fin, un abrazo.

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    1. Hay otros sistemas de medición de la felicidad como la IPF (ïndice planeta feliz) cuyos criterios difieren del que muestra el índice de la felicidad en que son los países nórdicos los primeros. En IPF el primer país del mundo es Costa Rica y siguen Colombia, Mexico, Vanuatu... España ocupa el lugar número 15 en el ranking de 2016. Te dejo el enlace al IPF

      Tus comentarios son siempre atinados y bienvenidos. Me alegro mucho de leerlos siempre. Un abrazo.

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