Blog poliédrico que no cree que haya una versión canónica de la realidad y que asume la contradicción flagrante como sistema de interpretación del mundo.
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Blog poliédrico que no cree que haya una versión canónica de la realidad y que asume la contradicción flagrante como sistema de interpretación del mundo.
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La vida es puro teatro, decía Calderón de la Barca, aspecto que captó magistralmente Valle Inclán en su obra literaria, con la estética del esperpento.
ResponderEliminarSe sabe que Hitler tenía un gran coeficiente intelectual... Igual que ocurría con varios asesinos en serie.
La mente es tan inexpugnable como el propio Universo.
Abrazo, Joselu.
No, no era tonto Hitler, sin duda su CI era muy elevado y su jugada con el pacto con la URSS fue maestra para los dos -Hitler y Stalin- que se repartieron Europa. Hitler pudo atacar a Dinamarca, Noruega, Holanda, Bélgica, Francia e Inglaterra teniendo sus espaldas cubiertas. Ambos salían ganando, era un pacto entre tahúres patológicos. La URSS era el demonio antes del pacto y luego del mismo, amigos incondicionales. Lo más sorprendente que he leído en el magnífico libro de Shirer que recomiendo si no lo has leído es que el ejército francés no lucho contra las tropas alemanas que invadieron Francia, se rindieron sin luchar, y una de las razones, entre otras, evidentemente, es que los comunistas rechazaron luchar por disciplina de partido. Sin duda, la vida es teatro, la historia es teatro, y nosotros somos actores malgré nous. Un abrazo, Paco.
EliminarLos mejores deseos, casi siempre, se convierten en los peores propósitos.
ResponderEliminarBueno, mis mejores deseos para ti... jajajaja
EliminarDemasiado teatro para los pobres ciudadanos.
ResponderEliminarSaludos.
Los comunistas del mundo se vieron totalmente desconcertados por este pacto contra natura en que Stalin no fue la víctima, eso seguro, sino un jugador de ventaja y al que la historia le dio la victoria después de haber pactado con Hitler en agosto del 39 para que este invadiera Europa occidental. Con este pacto de no agresión Hitler tuvo las manos libres. Si yo fuera comunista -una fe religiosa- pensaría...
EliminarStalin no estaba preparado para luchar contra Alemania, con el pacto ganó tiempo, ambos sabían que se enfrentarían.
EliminarNo sé si esto es así, pero lo cierto es que Stalin aprovechó el pacto germano-soviético para invadir Finlandia, ocupar los Países Bálticos, el este de Polonia donde produjo matanzas terribles -recordar Katyn- y de Rumanía. Luego cuando empezó la Operación Barbarroja, la URSS dio la impresión de haber sido tomada totalmente por sorpresa y las fuerzas nazis avanzaron sin que el Ejército Rojo pudiera pararlas. Fue el general Invierno quien paró a la Wehrmacht, se ha dudado mucho de la capacidad de Stalin en los primeros momentos de la guerra. Si lo esperaba, le cogieron cagando. Fue luego cuando el Ejército Rojo se rehízo y pudo reaccionar, eso y la red de espionaje soviética en la Alemania nazi, Orquesta Roja que casi por ella sola ganó la guerra a los alemanes.
EliminarUn estratega en toda regla.
ResponderEliminarUn personaje malvado que jugaba esa partida con las cartas marcadas contra otro trilero.
Asesinos ambos, no tuvieron pudor en masacrar a la población civil que no les era propicia.
No hacían prisioneros, sino esclavos, y si en algún momento Hitler engañó a Stalin, este se lo cobro con intereses.
La partida, aunque nos parezca extraño, no ha acabado todavía.
Un abrazo
No, no ha acabado todavía, tienes razón, porque el nazismo fue derrotado, aplastado. Stalin ganó la partida en Stalingrado y se convirtió en un héroe para muchos. Y ahora sigue enterrado en la plaza Roja de Moscú con su tumba llena de flores siempre. Sus aparatos de propaganda han sido y son de una eficacia extraordinaria y son capaces de hacer ver blanco lo que es negro. Stalin no dudó en pactar con Hitler vendiendo a todos los comunistas que tuvieron que rendirse ante él para que él pudiera realizar su jugada estratégica, genial por otra parte. Tienes razón, la partida sigue, lo veo cada día. Un abrazo, Miquel.
EliminarHitler y Stalin, dos pueblerinos, lo digo porque siempre están con "el pueblo pa aca", "el pueblo pa alla" y nosotros "semos el pueblo". Todo evoluciona, ahora tenemos pueblerinos, pueblerinas y "medio pensionistas". La imagen es diferente aunque el fondo es el mismo, unos iluminados que quieren salvar a todo "el pueblo" sin que nadie se lo pida.
ResponderEliminarMucho cuidado con estos "de los pueblos", que algunos llevan la boina a rosca y no piensan más que en ellos.
Un saludo.
P.D. Se me olvidaba, ahora hay"salvadores de los pueblos, las pueblas, la democracia y el democracio" que llevan coleta y coleto. No quiero poner el nombre del infame aquí, no quiero poner a Pablo Iglesias aquí, no sea que el censor me congele la cuenta.
No es broma, Daniel, hay algún blog amigo que ha sido advertido de cancelación por su contenido crítico hacia el independentismo, cuyos seguidores y fans bloquean toda opinión contraria en las redes sociales, así son de demócratas. Efectivamente, Hitler y Stalin tenían en común muchas cosas, y uno era la de hablar en nombre del pueblo. Ese del que hablas utliza el término más genérico de "la gente" para convertirse en el representante de la gente. Aquí en Cataluña existe "el poble" que son una pequeña parte del país, pero lo ocupan todo y tienden cordones sanitarios frente a otro partido, el PSC, por malnacido, botifler, traidor, colono y todas esas cosas que nos llaman. De los demás partidos ya ni hablo porque no existen para ellos, ni los ven del desprecio que sienten hacia ellos. Más que desprecio, asco. Como el que sentían los alemanes hacia los polacos. Así es la política.
EliminarMadre mia, menudos personajes.
ResponderEliminarSí, son personajes pero que nos recuerdan que hubo un tiempo en que comunistas y nazis se dieron besitos en el morro.
EliminarNo me refería a los de tu texto, pero vaya sí, esos aun eran peores, esta clarísimo.
EliminarPasado el tiempo y conocida la historia es fácil comentar. Pero en el momento pienso que los dos eran "sinceros". Es broma. Menudos pájaros eran los dos. Los extremos se juntan. Siempre los extremos son peligrosísimos.
ResponderEliminarUn abrazo
En su momento fue un shock para los comunistas de todo el mundo que se vieron unidos a los nazis durante dos años en este romance extraño. Vista la historia y como acabó, como dices, es fácil comentar, pero entonces los viejos comunistas se vieron hundidos sin saber cómo explicar lo que había pasado en el pacto entre Ribbentrop y Molotov. Me recuerda por su maquiavelismo al tratado de Brest-litovsk entre Lenin y Alemania por que esta cedía buena parte de su territorio a los alemanes. Sin embargo, el pacto dio la vuelta y terminó beneficiando a Lenin. De igual modo, el pacto germano-soviético terminó beneficiando a Stalin que se hizo el dueño de media Europa. Una jugada estratégica en el límite cuyo resultado nadie conocía pero que al comunismo le salió bien.
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