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martes, 26 de enero de 2021

El mundo perdido del Kalahari: En busca de los bosquimanos

—Pero... ¿y los ancianos? ¿Cómo se las ingeniarán?—pregunté señalando a la pareja que conocí en aquella primera mañana, y que ahora seguían despacio a los demás. —Llegarán tan lejos como puedan—respondió Ben—. Pero un buen día ya no podrán seguir adelante. Llorando con amargura, todos se reunirán en torno a ellos. Les darán todo el alimento y el agua de que puedan desprenderse. Construirán un recio refugio de espinos para protegerlos de los animales salvajes. Sin dejar de llorar, el resto del grupo, tal como les exige la vida misma, seguirá su camino. Tarde o temprano, seguramente antes de que se les terminen las provisiones de agua y de alimento, un leopardo, o seguramente una hiena, entrará en el refugio y los devorará. Siempre ha sido así, según me dicen, en el caso de aquellos que sobreviven a los peligros del desierto y llegan a ser muy viejos. Pero aceptarán su destino sin un solo sollozo. Al recordar la calma que se reflejaba en sus rostros sarmentosos y arrugados por la edad, aquellas palabras casi fueron más de lo que pude soportar. —¿Y saben lo que les espera, Ben? —Por supuesto que lo saben. En su juventud, ellos mismos tuvieron que obrar de modo parecido con otros—respondió, y se volvió sobre los talones camino de la hoguera, como si en las tinieblas hubiera visto una sombra a la que no deseaba mirar a la cara.


Van Der Post, Laurens. El mundo perdido del Kalahari (Spanish Edition) . Grupo Planeta. Edición de Kindle. 

20 comentarios :

  1. Me has hecho recordar una peli japonesa antigua, de esas que daban en los cineclubs, La balada de Narayama (1958)

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    1. Cierto, es una de las películas que no puedo olvidar por lo que me marcó hace más de treinta años cuando la vi.

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  2. Eso éramos y en esto nos hemos convertido: supervivientes y adaptativos. El nuestro también es un mundo perdido, aunque con cambio de escenario.

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    1. El libro es impresionante, te lo recomiendo vivamente. Lauren van der Post es un humanista de una talla gigante y su mirada hacia los últimos bosquimanos es apasionante. Era los pobladores más antiguos de África, su presencia se cifra en más de cuarenta mil años, pero por su vida libre y no sumisa, fueron masacrados por los boers, los ingleses y los africanos negros que los perseguían también. Se los cazaba como alimañas. El autor descubre a un grupo que sigue viviendo como en la edad de piedra. Es una mirada profunda a los pueblos indígenas que hemos ido destruyendo. No sé si nuestro caso es el mismo, nuestra cultura es esencialmente depredadora.

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  3. Sí, parece ser que el progreso nos ha hecho ser lo peor de los habitantes de la Tierra. Aun así hay quien destaca los logros científicos y lo que denominamos avances de la sociedad. Menos mal que toda esa maldad que contenemos, sobre todo los países desarrollados y que tanto se critican hoy en día, va a desaparecer con el cambio climático. También podemos congratularnos de que los descendientes de los holandeses y de los ingleses ya están sucumbiendo a marchas forzadas con la pandemia.
    Como decías hace una semanas, Joselu, un gran año justiciero el 2020.

    Saludos.

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    1. No comprendo tu secuencia lógica de ideas, pero aquí queda para que los lectores puedan considerarla. No sé qué tiene que ver el cambio climático con los bosquimanos ni con el año que llamas justiciero. Me dejas boquiabierto, pero aquí queda. Saludos.

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    2. Viene a cuento de ese gusto que tenemos por el ataque cansino y constante de muchos ciudadanos a nuestra forma de vivir. Ese querer cosas antagónicas a la vez, como mucha seguridad y mucha libertad, o muchos avances médicos y la apacible ¿? vida de la Edad de Piedra, es decir, bacalao gordo y que pese poco. Esas frases tuyas de "los pueblos indígenas que hemos ido destruyendo", "nuestra cultura es esencialmente depredadora"... En cuanto al año, me refiero a tu entrada "Adiós, entrañable 2020", era como un reconocimiento a tus aseveraciones en ese post: "un año excelente y productivo", "Has sido un año maravilloso".
      No esperaba dejarte boquiabierto, la verdad, esperaba más de ti.
      Saludos.

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  4. Desde la globalización impuesta por Colón nada ha sido igual. Exportamos la viruela, la fiebre y la tos ferina y la religión. Importamos patatas, tomates, maiz, tabaco, oro, plata, esmeraldas...
    No hay continente que no haya sido esquilmado, de una u otra manera. Eso llega hasta hoy día, sino no se entendería países sin control como...Liberia( del que nadie se acuerda), o Eritrea, o Somalia, o Benin, o , y sin ir más lejos, Honduras o San Salvador en Centroamérica.

    Toda Europa, junto a EEUU y Japón en Asía, ha masacrado bosquimanos. Temo que la historia se repita con la vacuna. Israel ya tiene sus bosquimanos, sólo que nacidos en Palestina.
    Salut

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    1. África era un continente de una riqueza deslumbrante en cuanto a modos de vida y concepciones animistas, pero era -y es- antimoderno y no pudo enfrentarse al poder de las religiones monoteístas -el cristianismo y el Islam-. El primero encarnaba el pensamiento moderno, la civilización, la Cultura, y se hallaba legitimado para tomar en sus manos todo aquello que no comprendía. Se posesionaba de ello y mataba a los antiguos propietarios que no se sometían. Fue un choque inevitable entre la civilización y los mundos primitivos. El sentimiento de superioridad cultural y la soberbia se extendieron por todo el planeta a sangre y fuego. La llamada Ilustración entronizó la Razón como modo de comprender el mundo y nos enorgullecemos de ello pero tuvo consecuencias dramáticas para otras civilizaciones consideradas inferiores. La historia es el juego de fuerzas, y los bosquimanos eran los más débiles a pesar de su fortaleza moral. Salut.

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  5. Es un buen razonamiento, JOSELU. Reflexión, que dirían los del diseño de las palabras.
    Salut

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    1. He empezado a leer un libro, El ardor de Roberto Calasso, sobre la civilización védica. ¡Qué supremacismo en nuestra mirada occidental hacia todo lo que no se comprende! Hoy he aprendido que el significado de atheos no es el que no cree en Dios sino el que es abandonado por los dioses. Cambia la cosa. Salut.

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  6. La verdad que es impactante que en pleno siglo XXI existan tribus que aún viven en la edad de piedra. Me imagino que si han llegado hasta ahora es porque viven en zonas donde no abundan los recursos que ansían los "pueblos civilizados"
    Aún a pesar de las grandes diferencias en entre ellos y "nosotros" me pregunto si en el fondo lo que nos diferencia es más el aspecto que las actitudes profundas.
    Me explico. Ellos "dejan" en un momento a sus ancianos cuando son una carga en el desierto a merced de las fieras, que tarde o temprano, cuando los detecten harán el trabajo de enterradores ecológicos. Me imagino que no debe ser una muerte envidiable. Nosotros en cambio, no haríamos eso nunca. Cuando nuestros mayores no pueden seguir el ritmo de la tribu los "depositamos" en "centros de descarte" llamados residencias, donde los cuidan en algunos casos de aquella manera y de los que suelen salir sólo con los pies por delante. No seré yo el que juzgue esa actitud tribal, entre otras cosas porque lo practiqué en su momento con mi madre con demencia senil. En aquel momento creí que la mejor opción para ella y para nosotros, ( teníamos además de tres hijas un hijo con parálisis cerebral que también entretenía los suyo). Cuando vi como funcionaba la residencia quise sacarla, pero desgraciadamente antes de un mes murió después de haber sido tratada con rohypnol (para que no molestara), aunque al medico del centro le advertimos que no podía tomar ningún tipo de tranquilizante.
    No hay hienas, pero hay rentabilidades, poco personal y tranquilizantes. Más sofisticado, menos salvaje...
    Un abrazo

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    1. Este libro es de 1955, hace sesenta y cinco años. Pienso que su libro y el documental que filmaron es un tesoro impresionante sobre un modo de vida anterior a la edad de hierro. Creo que ya habrán desaparecido los últimos vestigios y solo quedarán bosquimanos adaptados o domesticados -con un rictus triste por la pérdida del desierto y la vida salvaje-. Un dato sobre ellos es que desconocían la propiedad privada, y lo poco que tenían -era lo que podían transportar en su deambular por el desierto- era comunitario. Su estilo de vida refleja un modo de existencia previa a los imperios, las ciudades, las culturas escritas lo que constituye un documento extraordinario vivo -que ya no creo que exista-. Rousseau habló del mito de buen salvaje previo a ser contaminado por la civilización. Estos bosquimanos parecían representarlo. La experiencia de Laurens, el autor, y su equipo con ellos fue enriquecedora.

      En cuanto al tratamiento de los ancianos, sin duda, para ellos la vida era tan extremadamente dura que no había otra opción que abandonarlos. Y tú lo conectas con lo que hacemos ahora con ellos al ingresarlos en residencias que son, en realidad, morideros. Tienes razón: la relación con la vejez es compleja por su grado de dependencia, y llega un momento que se dice que ya no se los puede atender, más si padecen enfermedades neurodegenerativas como la demencia o el alzhéimer.

      Mi madre también estuvo en una residencia. Ella era muy soberbia y tenerse que amoldar a una vida comunitaria tuvo que ser muy duro para ella, pero pienso que aprendió cosas importantes durante su estancia allí, lo que duró unos diez meses, la humildad. Sentí cómo otras compañeras la cuidaban con piedad y eso me llevó a pensar que no era tan horrible lo que había pasado allí.

      Estoy leyendo un libro en que habla de los tres niveles del ser humano: el cuerpo, la mente, el alma (el Ser). Me viene insistentemente la idea que los ancianos con alzhéimer o demencia abandonan el cuerpo y la mente lógico-racional para vivir en la dimensión del Ser. Puede que sea una tontería porque se consideran estas enfermedades como algo profundamente degenerativo y terrible como si el abandono de la mente tuviera que serlo necesariamente.

      Un abrazo

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  7. La civilización humana avanza en muchos aspectos, pero no en conseguir que los propios humanos seamos mas felices. En la prehistoria, los cazadores recolectores pasaron a ser ganaderos y agricultores cuando aprendieron a cultivar los cereales, pero ¿eran mas felices? no, tenían un trabajo penoso, dolores articulares y una alimentación monótona, se hicieron sedentarios al lado de sus cultivos y la población creció mucho. ¿Era un progreso? probablemente ... aumentaba la población de humanos tristes y doloridos (leído en Sapiens)

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    1. No he leído Sapiens pero sí Homo Deus que hace un resumen del libro. ¿La felicidad? Ciertamente, tenemos en nuestro tiempo infinitos más motivos para sentirnos protegidos y disfrutamos de bienes y recursos que los nobles no podían siquiera imaginar en otro siglos anteriores. Vivimos inconmensurablemente mejor, tenemos medicina, ciencia, tecnología... No hay duda. Pero es un tiempo en que eso no supone mecánicamente más felicidad personal que en una sociedad agrícola o recolectora donde sus expectativas eran muchísimo menores. Se puede tener todo y ser infeliz y se puede carecer de todo y sentirse dichoso porque llueve como ocurre en el libro del que he sacado la cita. La felicidad es un misterio. En nuestro tiempo se toman toneladas de antidepresivos, antipsicóticos y ansiolíticos para soportar un modo de vida que nos expone a peligros psicológicos impensables antes. Como profesor he ido viendo cómo mis alumnos eran cada vez más frágiles y problemáticos. El exceso de protección tiene sus problemas, y la sociedad tecnológica plantea peligros terribles. En la convivencia de Laurens van der Post con los bosquimanos se percibe que ellos tenían una enorme capacidad de ser felices con prácticamente nada. Era un tipo de vida libre y salvaje que no podemos siquiera imaginar dado el grado de control con que nosotros vivimos. Estaban expuestos a todo sin ningún tipo de protección, si vivían, vivían, si morían, morían, sin ser autocompasivos. Psicológicamente eran muchísimo más fuertes que nosotros. Luego llegaron las civilizaciones y el mundo se hizo más complejo. Y el estado moderno protector y leviatán que nos controla absolutamente desde que nacemos hasta que morimos. No nos podemos poner en su lugar porque hemos nacido aquí, y ellos no comprenderían nuestro mundo.

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  8. Luego están los asfaltomanos. Después de unos años de abandono y desprecio, llega el momento en que ya no pueden valerse por si mismos. A esos ancianos, no les construimos una cabaña espinosa que los proteja de los depredadores. No; los "archivamos" en una residencia geriátrica que demasiadas veces resulta ser la depredadora. Allí estarán rodeados del amor y los cuidados llenos de ternura de algunos empleados y empleadas mal pagados que con suerte, no los insultarán o maltratarán. Recibirán alguna que otra visita de algún familiar que con cierto fastidio dirá a sus hermanos: —Joder, pero si ya fui el mes pasado—
    Y así irá transcurriendo el último episodio de la vida del asfaltomano, deprimido, triste y con la dignidad escondida en el armario donde está la ropa con que llegó a esa cabaña espinosa hace ya un par de años y que nunca más volvió a vestir.
    No lo devorarán las hienas. Lo devora la soledad, el abandono y la indiferencia.

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    1. Creo que lo has expresado de un modo preciso y claro. Ese es el final de muchos ancianos, como realidad última de nuestro modo de vida. No quiero apuntar culpables porque es todo lo que conforma nuestra sociedad lo que produce este final en que se los "archiva" en un moridero. No puedo añadir nada, Noxeus, tu comentario es suficientemente directo como para que no requiera de ninguna apostilla. Probablemente ese sea nuestro final, aunque personalmente preferiría lo del desierto y que me comieran las hienas...

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  9. Leeré sin duda este libro, me llama muchísimo la atención como sin duda sabes.

    El tema de las conversaciones veo que se ha derivado al tema de como los occidentales acabemos con todas estas civilizaciones, o sobre el tema concreto del abandono de los ancianos, pero seguro que en el libro se descubren muchos otros aspectos de los bosquimanos que me enriquecerán. Un abrazo.

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    1. Sí, es un buen libro que a mi me ha abierto a una civilización de la que había oído hablar muy lejanamente. Hay una película muy famosa cuyos protagonistas son bosquimanos, es una comedia de 1980 muy divertida que se titula Los dioses deben estar locos. La vi en su tiempo pero ahora quiero volverla a ver. Un abrazo.

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