Caminata en buena compañía por primera vez en mucho tiempo a Sant Cugat atravesando la sierra de Collserola. Conversaciones intensas, conciencia del húmedo bosque otoñal, realidad vista con la cámara de modo oblicuo, no sentimental, pasos que se van sucediendo sin conciencia del cansancio. Llegar al corazón del bosque y sentir la sensación de plenitud. Bebo agua en la fuente de Sant Medir. Seguimos la senda hasta la masía de Can Borrell que hoy está cerrada, y luego hasta el pi d'en Xandri en el parque de la Torre Negra. Estructura geométrica como un poema. Es la cuarta vez que hago esta caminata en poco más de un mes, es como un mantra inconsciente. Me niego a sumergirme en la realidad política que veo como de soslayo, he logrado que no me interese. Conciencia de la propia realidad, de la respiración, de los acontecimientos y no tanto de las ideas. Leo y releo a Chantal Maillard. Me alimenta. También a Sri Nisargadatta que dice "Cuando se comprende que la persona es una mera sombra de la realidad, pero no la realidad misma, uno deja de preocuparse, acepta ser guiado desde el interior y entonces la vida se convierte en un viaje hacia lo desconocido". Todo esto está conectado con un cierto erotismo patibulario. Me gusta.
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Poco he decir si la persona está conforme con sus actos.
ResponderEliminarSi agrada viajar hacia lo desconocido, o bien, si lo apetecible concierte en hacer fotos borrosas, intangibles, y sólo traducidas por aprieta quien el obturador.
La buena compañía, ciertamente, es fundamental.
salut
PD: Borrado comentario anterior por una falta de ortografía.
He fotografiado este trayecto por activa y por pasiva en mis caminatas anteriores. Ayer quise darle un sesgo diferente con otro tipo de fotografías que no se centran en el detalle sino en las masas de color y las formas. Y ayer también fue un día diferente pues fui con un buen amigo. En cuanto a estar conforme con los actos, pienso que una vida cómoda y segura, poco deja lugar a la inconformidad con los propios actos. En el fondo la mayoría somos personas aceptables, pero ser dueño de uno mismo es otro problema. Recuerdo el poema que inspiraba a Nelson Mandela de William Ernest Henley y que terminaba así:
EliminarNo importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.
Salut, abrazo.
Seguramente no sea un viaje sencillo, y para el cual no siempre se está preparado; pero cuando sucede -y siempre lo hace-, no hay nada de tan maravilloso, ni que te de tanta paz.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, AlmaBaires, tus palabras son sencillas y claras. Es un viaje difícil pero a todos nos está esperando. Un beso.
EliminarEste mediodía he pinchado fragilidad del silencio y se me han mostrado paisajes otoñales parecidos a los que traes. Preciosos.
ResponderEliminarAdriana
La verdad es que estoy satisfecho de algunas de las fotos que hice con esta técnica que se aleja del detalle y va a lo esencial. Tengo que profundizar en ella. Podría ser un buen título el que has buscado, la fragilidad del silencio. El otoño tiene algo que lo hace muy especial.
EliminarEs una obra de Banksy.Por asociación salen tb. de otros autores.
ResponderEliminarAdriana
He buscado la referencia de Bansky y no la he encontrado en relación a La fragilidad del silencio. Me hubiera gustado verla.
EliminarEl terreno del impresionismo puede ser tan ingrato como interesante. Y cuando ese impresionismo se circunscribe dentro de la praxis fotográfica, es una aventura que puede llegar a ser obsesiva. El culto al detalle queda atrás y en un primer estadio se sustituye por el culto a las formas y al color. Luego llega un páramo desierto en el que ya no hay nada que sustituir, solo queda el ejercicio de expresar no lo que se ve, sino como se siente lo que se ve. Felicidades.
ResponderEliminarMuchas gracias, especialmente viniendo de ti el elogio. A veces he intentado esta técnica que me ha dado resultados insospechados. Ahora veo a través de ti que puede ser un camino incierto. Tenía la fotografía muy olvidada y solo hacía fotos con el móvil. Tengo temporadas obsesivas y otras de total desgana. Me ha encantado tu comentario fotográfico. Es exactamente eso. Esta dirección es paralela a un estado interior de indagación espiritual.
EliminarLo siento Joselu. Cada búsqueda es distinta, ya no sale.
ResponderEliminarAdriana
Gracias, en todo caso, por acompañarme.
EliminarMe gustan mucho tus fotos.
ResponderEliminarEl poder hacer una caminata con alguien con quien hablar, para mí es un lujo. Cada vez tengo menos personas con las que pueda hablar algo más que comentarios intrascendentes o declaración de intenciones, (me voy a acostar, por ejemplo). No sé si será cosa mía pero las conversaciones que oigo son tremendamente superficiales, muchas veces llenas de insultos a los que piensan diferentes. A la más mínima sale el tema político teñido siempre de odios o adhesiones irracionales. Me repliego. Como mucho algún "efectivamente" o "y que lo digas, otras veces resoplidos deasentimiento e indignacion fingida. Renuncio a discutir o a intentar convencer a nadie, al simple intercambio de ideas. No merece, al menos a mi, la pena
Así que enhorabuena si tienes con quien hablar...
Un abrazo
Lo cierto es que el hecho de hacer una caminata acompañado fue un hecho excepcional, suelo ir solo prácticamente siempre. Uno va más metido en sí mismo cuando va solo. Estoy acostumbrado. En cuanto a personas con quien hablar, tengo dos amigas con las que mantengo largas y fructíferas conversaciones. De una estoy haciendo su biografía, llevamos dos años en ello y hemos mantenido más de cien sesiones por skype. La otra es una antigua compañera y profesora, la única persona que me ha quedado de mis treinta y siete años como profesor. A los dos nos gusta hablar de cultura y literatura. Y siento que, efectivamente, es algo muy valioso. De política no suelo hablar nunca, me desagrada. Es verdad que las posibilidades de comunicación son cada vez más raras sobre todo si uno anhela cierta dimensión en las conversaciones. Pero, sobre todo, hablo conmigo mismo mediante un diario que escribo hace más de treinta años. Es un instrumento prodigioso, me lleva varias horas al día. Cuando no tengo a nadie con quien hablar, lo escribo y funciona. A veces me he inventado un personaje imaginario con quien hablar y lo cierto que es un recurso que funciona porque emerge una personalidad diferente a mí mismo.
EliminarUn abrazo.
que maravilla de fotos
ResponderEliminarParecen pinturas modeadas
saludos y felicitaciones
Los colores del otoño son muy estéticos y la técnica impresionista de la toma de imágenes pienso que favorece el resultado. Saludos.
EliminarTus recorridos tienen algo más que el esparcimiento del caminante, siempre sacas ideas de esos tránsitos. Y se te suaviza el tono, como si te acompasaras al sosiego de los paisajes que te han acompañado. En esta ocasión, gozando de una extra de buena compañía por lo que comentas, que hace lo cotidiano más significativo.
ResponderEliminarLas fotos que pones tienen ese misterio de la indefinición, pueden sugerir tantas cosas, mundos si se quiere ver así.
Me gustan mucho tus caminatas Joselu. ¡Un abrazo!
Las caminatas en otoño son especialmente hermosas. Los colores, la temperatura, las expectativas del invierno. Anímicamente es para mí la mejor estación del año a diferencia de la afilada y cortante primavera. El cansancio del caminar estimula, efectivamente, la serenidad. Ayer tuve compañía lo que no es habitual porque normalmente lo hago solo. Caminar es una filosofía, hay un ensayo que se titula así.
EliminarAbrazo, Ana
Je, je, que maravilla de fotos!!! Me gusta espcialmente la tercera, que es un lienzo precioso y la 5 que imagino que es un árbol y te ha quedado un resultado muy curioso realmente extraño e inspirador.
ResponderEliminarNo se si serán fotografías automáticas en movimiento o son más pensadas. En me caso, como sabes, muchas veces tiro de fotografía automática dejandome ir y sin pensar nada. Es algo además que enlaza con lo que cuentas. No pensar en nada dejar la mente en blanco, caminar y fotografiar captando colores. Y respirar bosque.
Ya veo que has encontrado un camino que te llena especialmente y que además te sirve para hacer un excelente ejercicio físico.
Me recuerda un poco a mi rincón de bosque donde acudo una y otra vez porque allí ya me siento a gusto y porque además es un lugar de una soledad absoluta. Eso si, si la compañía es de algo interesante con quien llevar una conversación enriquecedora y profunda, entonces si que merece la pena salir de la soledad.
Me encantan estas entradas. Un abrazo.
Me acordé de ti esta mañana cuando hacía fotos en el bosque, ese lugar sagrado para ti. La foto que te llama la atención es una perspectiva desde abajo del pi d'en Xandri que es el emblema de Sant Cugat. Es un pino muy antiguo y para mantenerlo tiene una veintena de contrafuertes de madera lo que da lugar a unos contrapicados muy interesantes. Las fotos fueron tomadas en modo manual con una sensibilidad de 100, velocidad baja y moviendo la cámara, que es como debes hacerlo tú. Esta caminata me encanta, me lleva unas seis horas y me permite, madrugando, volver a comer a casa. La próxima semana haré otra diferente, para variar, pero que, sin duda, no será tan hermosa como esta, que ya he hecho cuatro veces. Tengo mono de caminar, me serena y me llena de felicidad. A mi hija Clara la que más le gusta es la segunda y yo dudo entre la segunda y la que te gusta a ti. En dos semanas hará otra caminata a Cerdanyola que es algo más larga y me hará comer allí, pero los restaurantes ya están abiertos. Un abrazo, José Antonio.
EliminarTus fotografías primero me han sorprendido y luego vistas con más calma algunas me han gustado mucho. Tras leer tu escrito todo se entiende mejor.
ResponderEliminarDe tu escrito destaco a Chantal Maillard, poeta de la que conozco más su obra ensayística que la poética propiamente dicha. De sus ensayos recuerdo hace años haber leído con gusto "La razón estética".
Un abrazo, Joselu
Chantal es tan brillante poeta como ensayista. Acabo de leer La mujer de pie y releer Matar a Platón. Quiero leer un libro sobre la compasión. Su pensamiento filosófico es de raíz hinduista y budista lo que me atrae especialmente. Ella es doctora en filosofía lo que explica su potente preparación en ideas, pero va más allá de las ideas. Esa raíz misteriosa, inexplicable, del ser, es centro de mi vida actualmente. Me siento cercano a Chantal aunque muchas cosas no las comprenda. Un abrazo, Juan Carlos.
EliminarEl andar impone un ritmo, ese ritmo asienta pensamientos que, de otra forma, es muy posible que no aparecieran siquiera. Un saludo y disfruta.
ResponderEliminarCuando estaba haciendo por primera vez el camino de Santiago, en alguna población navarra, una mujer desde un balcón gritó ¡peregrino! y me costó darme cuenta de que se refería a mí, pero en aquel momento no me gustó que se me clasificara tan esquemáticamente. Yo era, yo era... ¡Qué cojones! Yo era un peregrino y me empecé a sentir a gusto con tal calificativo. Igual ahora. Yo me considero un caminante, espero con expectación mi próxima caminata el jueves. Me relamo pensando en ella. Es una forma de meditar en movimiento. Y es cierto, hay pensamientos que surgen -buenos y malos- cuando caminas. Un saludo.
EliminarUnas fotos que están muy bien todas. A mí la que más me gusta es la tercera; misteriosa y bien compuesta. Has explicado cómo las has hecho; intentaré aplicar ese sistema alguna vez...
ResponderEliminarSaludos
El movimiento de la cámara es esencial, yo la muevo unos centímetros bruscamente. El resultado es incierto. A veces no produce un hallazgo y es una chapuza, pero algunas fotos son interesantes. Espero en mi próxima caminata del jueves hacer más fotos con esta técnica. Son rutas que tengo ya muy fotografiadas con una técnica tradicional. Saludos.
EliminarHas dibujado las sombras y colores otoñales en esa espléndida colección de fotografías, sin que la huella de tu mano esté presente. Una naturaleza ajena a tu ser. Y quisieras ser sombra de la realidad, perderte por sus contornos, sin embargo, pronto volverá el Joselu filósofo. Necesitamos del fanal de tu sabiduría. Descansa, restaña tus heridas, pero que no nos venza la mediocridad por falta de tenacidad. Aunque te guardes paraísos como el que hoy nos has mostrado, para desdibujarte en sus trochas, y celebrar que a pesar de cualquier tribulación, la naturaleza sigue acudiendo a su cita, esta vez con galas otoñales.
ResponderEliminarNadie necesita a nadie; en realidad, tenemos la misma importancia que las hojas ocres y secas que caen de los árboles, es decir, ninguna. Lo esclarecedor es nuestra consciencia de lo que pasa en nuestro interior y a nuestra alrededor y que con voluntad se va afilando y puliendo. No hay nada importante, salvo eso. Me encuentro bien en el bosque en otoño, es una estación que concilia muy bien con mi ánimo. Y si, además, puedo hacer fotografías, mejor que mejor. El próximo jueves haré otra pero menos boscosa, más por trayecto de caminos, puentes bajo la autopista, grafittis, muros... Es otro tipo de belleza. Lo importante es observar y caminar.
EliminarHay que viajar lo suficientemente lejos para saber hasta dónde se puede llegar, incluida esa frontera entre lo borroso y la nitidez (lucidez).
ResponderEliminarInteresante reflexión que relaciona la nitidez con la lucidez. Aunque a veces es provechoso entrecerrar los ojos para ver los perfiles borrosos de modo incierto. Y el viaje, ese largo viaje, que nos sirve para saber adónde podemos llegar, no es tan solo un viaje físico, y esto lo hace doblemente lúcido.
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