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viernes, 6 de noviembre de 2020

Mi única salvación es que lo sé


 21 de septiembre de 1905. YÁSNAIA POLIANA

"Después, durante la noche, pensé mucho en mí mismo. Soy un hombre excepcionalmente malo, lleno de defectos. 

En mí hay todos los defectos, y en un grado muy alto: envidia, codicia, avaricia, vanidad, ambición, orgullo y maldad. No, maldad no, pero sí malevolencia, falsedad e hipocresía. Los tengo todos, todos, y en un grado mucho mayor que la mayor parte de la gente. Mi única salvación es que lo sé y lucho, toda la vida lucho, Por eso me llaman psicólogo... "

LEV TOLSTOI, Diarios (1895-1910)

23 comentarios :

  1. Luchar contra uno mismo puede ser nuestra salvación o nuestra perdición porque somos el enemigo a batir.
    Si te vences a ti mismo habrás subyugado a tu mayor enemigo.
    No hay enemigo mayor que aquel que, en vigilia, nos habita.
    Y respecto a Tolstoi, él mismo señalaba: «Comprenderlo todo es perdonarlo todo», muy en concordancia con su pensamiento anarquista cristiano y pacifista.

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    1. No sé si hay posibilidad de vencerse a sí mismo, yo vence a yo, no sé si eso es viable. No se puede luchar -en el sentido de pugna o combate- con las propias tendencias caracteriológicas, esas que reconoce abiertamente Tolstoi. Cuanto más se las combata, el pensamiento oriental nos muestra que más fuerte se hacen. Si uno es envidioso o malévolo, lo único que se puede hacer es saberlo, autoconocerse, observar para darnos cuenta de las intrincadas trampas de la mente. Y, además, esta reflexión de Tolstoi nos sirve para desentrañarnos a nosotros que nos presentamos libres de envidia, de vanidad, de malevolencia. Así nos presentamos y así queremos que se nos conozca.

      Me ha encantado tu reflexión. Sin duda, leer los Diarios de Tolstoi puede ser algo irritante por su misoginia y su incomprensión del mundo que está viniendo en su momento, pero tienen otros alicientes que los hacen interesantes.

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  2. Todos tenemos nuestras luces y nuestras sombras y ser consciente de ello es importante. Es muy difícil mirar nuestra oscuridad cara a cara, y tratar de comprender por qué se ha formado. Pero en ese intento de descubrir lo que daña y nos daña, y perdonarnos como comenta Francisco, puede estar la solución a todos los conflictos que afrontamos en nuestra vida.

    Te deseo un buen fin de semana, un abrazo.

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    1. Lo más elocuente del fragmento del diario no solo es el reconocimiento de sus defectos -defectos en los cuales todos nos podemos sentir reflejados aunque presumamos de no envidia o no vanidad, ja,- sino en lo más importante, en el hecho de conocerlo, y eso es algo que no sé si es común en el comportamiento humano. Oigo hablar mucho contra la envidia y la vanidad, pero lo cierto es que somos envidiosos y vanidosos, además de malevolentes. Que Tolstoi lo escriba es algo maravilloso. Y la idea de perdonarse es correcta, pero es muy difícil ese autoperdón, no es sencillo. Un abrazo. Buen fin de semana gris y lluvioso.

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  3. ¡"Por eso me llaman psicólogo"! Ya quisiéramos tener todos una relación así de bella con la psicología. No sé si he tenido mala suerte, pero casi todos los psicólogos que casualmente he conocido a la larga han mostrado algún, eh, "desequilibrio", demasiada envidia, demasiada hipocresía... más psicolocos que otra cosa jajaj. ¿Habrá quienes estudien psicología porque saben que son unos desequilibrados?

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    1. Es cierto que la práctica de la psicología está en manos de profesionales que no se conocen a sí mismos en buena parte. He conocido a varios y mi impresión, como la tuya, no es buena. Mi hija que está terminando enfermería quiere hacer un trabajo sobre la gestión emocional entre enfermero y paciente, y tiene claro que si el profesional no tiene una buena gestión de sus propias emociones, difícilmente podrá ayudar al enfermo. En las familias y en la escuela no se enseña a gestionar las propias emociones.

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  4. Simplemente genial.
    Una entrada en la que estoy absolutamente de acuerdo. Me sobra lo de psiquiatra, pero supongo que va en el nexo de la narración.
    ¿Qué nos salva de hacer el mal, sabiendo que somos malos?, nuestra dignidad.
    Todo tiene un precio, menos el ser humano, que tiene dignidad. (Kant).
    Salut

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    1. Pero yo pondría el acento más que en la dignidad, que sí, en el autoconocimiento de nuestras propias pasiones o tendencias. En el mundo de los blogs se evidencia -en todos- tendencias que tienen que ver con todo lo que Tolstoi reconoce en sí mismo, pero los blogueros se presentan -nos presentamos- como libres de vanidad, de envidia, de malevolencia, llenos de dignidad y de generosidad... Cada blog es un conjunto de emociones subyacentes que hay que saber lidiar -y yo no soy muy bueno en eso-. El hecho de que el mismo Tolstoi reconozca abiertamente su interior espiritual debe animarnos a observarnos y conocernos. Puede que a los demás podamos engañarlos, pero no deberíamos engañarnos a nosotros mismos. Esa es la lección de Tolstoi y me encanta. Si él, inmensamente rico y prestigioso en todo el mundo, era envidioso, ¿qué seremos nosotros? Salut.

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  5. Acaba de abrir maestro la Caja de Pandora,que en lugar de parcas, nos trae reflexiones de gran hondura. Nuestros peores fantasnas se nos presentan con diversas caras, son nuestros demonios interiores. Mirarnos en ellos como en un espejo, reconociendonos en esa silueta desvalida, nos permite juzgarnos con más piedad. Un buen psicólogo te ayudará a mirar con introspección, pero nadie puede enfrentarse a tubyo por ti. Estoy de acuerdo contigo que seguimos sin educar emocionalmente.Tus intervenciones me han recordado a las novelas de iniciación, Joselu. Las tribulaciones del estudiante Torless del gran Musil o Demian de Hesse, abordan el paso a la madurez como un inicio. Yo creo que en la vida hay muchos inicios, aunque es verdad que el de la juventud a la madurez, sea el más tortuoso.

    Decía en el frontispicio de Delfos, una pitia, Conócete a ti mismo. Y todavía el hombre moderno, no se conoce a sí mismo, a pesar de toda la parafernalia tecnológica que nos rodea. Habremos viajado a la luna, Hal10 quiso ser humano, conocemos supuestamebte el origen del universo o como el propio Tolstoi tachaba a la Torre Eiffel como la mayor imbecikidad humana. Y desconocemos todos los secretos de nuestro misterioso cerebro. Cuánto menos es paradójico, Joselu.

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    1. Leo con interés creciente los diarios de Tolstoi -yo soy también diarista desde hace más de treinta años- y en ellos hay un intento serio de introspección y de autoconocimiento en el que escribió sin pudor y con casi absoluta libertad liberando esas partes de sí mismo que no aparecían en la vida cotidiana en la que se proyectan imágenes más o menos reales de nosotros mismos. A un diario no se le puede mentir. Tolstoi decía que escribirlo le hacía feliz y yo siento la misma sensación. El "conócete a ti mismo" es la tarea fundamental de todos los seres humanos. No sé si el tipo de vida que llevamos lo favorece o lo dificulta. No sé demasiado de los seres humanos, a duras penas sé de mí mismo. Lo cierto es que si uno se considera, como dices, aparecen los peores fantasmas, las peores versiones de uno mismo. Asombra en un hombre como Tolstoi la mirada inmisericorde sobre sí mismo, aunque hay otros fragmentos más matizados que este. Esta observación tolstoiana sobre su interioridad me abre el camino para observar la naturaleza humana con curiosidad. Si los peores sentimientos son parte de la mente del genio, ¿qué no serán otros seres humanos? ¿qué no seré yo? Nuestra mente es misteriosa, la realidad es prodigiosa, nuestro ego nos urde tremendas trampas, sí todo es paradójico, Sergio.

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    2. Gran reflexión, Joselu. Yo he comenzado a libar del cáliz de una inmensa paz, tratando con mimo a esas facetas de mí mismo, que se rebelan por mi siempre encorsetado sentido de la justicia. Y siendo más clemente conmigo, he comorendido a los demás. Si alguna vez publica sus diarios, que serán verdaderos y muy literarios, no son excluyentes, los leeré con devoción.

      Yo tuve alguno, escribía sonetos en ellos. Pero los abandone porque me sumian en una tristeza infinita. Un placer leerte, Joselu.

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    3. En la práctica del diario -que comencé a los doce años- hay una gran vocación y perseverancia. Es un ejercicio apasionante dar forma a los días -tan iguales pero todos tan esencialmente distintos-, es como si pretendiera hacer una pequeña obra de arte de cada día. Hoy aparecen recortes de la victoria de Biden sobre Trump, algo que me ha alegrado los últimos días. ¡Qué maravilloso componer sonetos! Y qué curioso que te sumieran en una tristeza infinita... Si eras capaz de proyectar esa tristeza sobre los versos bien merecerían la pena. La escritora y suicida Alejandra Pizarnik hablaba de la belleza de la tristeza, y en ello estoy con ella. No estoy dotado para la idea de que todo deba ser divertido, tal vez sea una incapacidad lamentable, pero estoy hecho a ello. Me gustan los poetas tristes como César Vallejo. Un placer conversar contigo.

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    4. Pizarnik era muy amiga de Beneyto, el pintor postista, con el que yo tenía, por otra parte, una relacion de amistad.
      Me habló mucho de ella.

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    5. Así fue, tuvieron una intensa relación epistolar que fue publicada hace años. Pizarnik era una mujer y poeta admirable. Y Beneyto también.

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  6. La introspección también es un ejercicio de alto riesgo, muchos pasan por la vida sin osar remover el fondo de sus interioridades, por el detritus que pueda salir a flote.
    Los buenos escritores son expertos en el manejo de esa acción, pero la han convertido en una aliada mediante la escritura, que no deja de ser un acto purgador y terapéutico; Tolstoy es un buen ejemplo.

    Abrazos, Joselu.

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    1. Como profesor en mis clases y las actividades de las mismas alentaba el ejercicio de la introspección, el autoconocimiento y la autoobservación. Pensaba que como profesor de literatura era importante ayudarles a descubrir su mundo interior, objeto de una buena parte de la buena literatura. Probablemente, no hay nada más a nuestro alcance que dicho mundo, de él podemos saber un poco, del resto, nada o casi nada. Los diarios de Tolstoi son un ejercicio interesante de introspección, descriptivos de las filias y las fobias del autor, no siempre estimulantes: defensa de la castidad y desdén por el sexo como animal; desprecio por la ciencia que no sea la de aprender a vivir cristianamente; misoginia intensa; incomprensión de las innovaciones estéticas e ideológicas de su tiempo... pero a la vez es muy sugerente en el modo de autocontemplarse, sus posiciones políticas que algunos relacionaron con el anarquismo, el pacifismo, la crítica al poder... De hecho, muchas de sus obras y declaraciones se publicaban en el extranjero porque en Rusia estaban prohibidas... Leer los diarios es una puerta de acceso a esa introspección de que hablas. Estoy aprendiendo mucho. Un fuerte abrazo, Paco.

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  7. Durante el confinamiento he tenido tiempo de mirar hacia dentro de mi y he descubierto a una persona bastante diferente, ( peor), de la que día a día a base de justificaciones, en su momento muy lógicas , hoy impresentables, me he ido montando. Es curioso que al mirar a un pasado algo lejano no juzga los actos con subjetividad. Al contrario los veo con la misma falta de misericordia que veo los de otras personas, como si no fueran míos, sin que haya tenido que utilizar la voluntad para ello.
    Como resultado me estoy volviendo muy callado. Una gran parte de mis conversaciones, veo que se basaban en la crítica a otras personas por actuaciones ¡iguales que las mías que ahora descubro y que antes justifica
    Creo que poco puedo influir en la buena marcha del "mundo" mientras me mueva por motivaciones egoistas. Estudiar mis motivaciones, (siempre escondidas bajo el sesgo de confirmación que tan claro veo en los otros) es la tarea que me he puesto San los años que me queden de lucidez. Una forma de mejorar el mundo es mejorar la forma de comportarse de un individuo, sobre el que podemos influir bastante, uno mismo.Es un trabajo que no se acaba. Lo demás... no está en general bajo mi influencia
    Un abrazo y gracias por tus entradas.
    Un abrazo

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    1. Coincido contigo en la mirada inmisericorde hacia mi pasado. Fue lo que me hizo, pero qué errores, qué vanidad, qué inmadurez, qué malevolencia, cuánta estupidez... Lo observo y me desagrada... pero ¿qué soy yo sino el producto de todo aquello? Se dice que hay que dejar pasar el pasado pero yo no puedo. Querría borrar muchas cosas del mismo, a veces fantaseo con hacer desaparecer cien cosas de mí mismo que odio. Leer a Tolstoi y su también mirada inmisericorde acerca de su pasado me alienta a perdonarme... Yo también soy una persona callada, hablo poco, pienso que no tengo mucho que decir aunque no quiere decir que me parezca interesante todo lo que dicen los demás. No soporto a los charlatanes que abruman con su verborrea inane. Intento mirar a lo fundamental. No sé si puedo influir en mí mismo, desconfío hasta de eso... Me pienso producto de pulsiones y azares con los que poco he tenido que ver. Oscilo entre el amor fati del que habló Nietzsche y el más cruel balance de mí mismo. Y sé que no puedo influir en la marcha del mundo -antes creía que sí-, esto me libera de ambiciones bobas. La lectura me alimenta y la escritura me hace feliz. Y leer comentarios como el tuyo me alegran el domingo. Un abrazo y gracias por tu presencia.

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  8. Hay veces que alzar la vista le permite a uno ver las cosas con otra perspectiva, incluso te permite no darte golpes con las farolas cuando paseas.

    Un saludo.

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    1. Pienso que Tolstoi era un hombre de su tiempo, condicionado por su edad, su visión de sí mismo y de la cultura de comienzos del siglo XX. Tal vez le faltó alzar la vista para no darse golpes con alguna farola. Un saludo.

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  9. Joselu, tendemos a polarizar y expresar todo en categorías radicales. Existen graduaciones. Nadie es perfecto.A mi, en general la gente no me parece mala.
    Dices que si alguien de la talla de Tolstoi reconoce sus debilidades ¿ qué seremos los demás?. La clase social no hace ni mejores ni peores,tampoco el hábito al monje.
    Piensas que entre los blogueros hay envidia. No la percibo: unos son polemistas,otros laberínticos...eruditos,creativos, sinceros,profundos...Todos me aportan y me divierten.

    Salud. Adriana

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    1. Gracias, Adriana, por plantear algo muy suculento a la hora de analizar. Tienes toda la razón, "desde tu punto de vista". Llevo leyendo a Tolstoi unos días, sumergido en su cosmovisión de la vida y del mundo. Fue un gran hombre para muchos, precursor del pacifismo, del anarquismo, del humanismo, de un cristianismo abierto lejos de las iglesias -fue excomulgado por un sínodo de la iglesia ortodoxa-; a la vez tuvo a muchos enemigos que lo veían como un farsante rico que daba lecciones y que gustaba de tener seguidores como una especie de secta. Hoy diríamos que era machista, enemigo de la ciencia y la tecnología y abiertamente retrogrado respecto a las innovaciones de su tiempo. La personalidad humana es muy compleja, pero sin duda Tolstoi fue un gran hombre y un gran artista lleno de sombras. Además no tenía ningún sentido del humor. Él en un momento dice de sí mismo "me doy pena y asco". Sin duda, todo blog es un conjunto de emociones subyacentes, una visión del mundo -especialmente porque muchos son obra de personas ya mayores que ya han hecho su vida y expresan su modo de contemplarla-. Tú disfrutas mucho con los blogs y de sus puntos de vista laberínticos, eruditos, creativos, sinceros, profundos, polemistas... A unos les atraen unos blogs por unas cosas y a otros les repelen por otras. Entre los blogueros hay afinidades, cercanías y lejanías... Este blog para algunos es algo negativo y para algún otro, es algo positivo en virtud de las afinidades electivas. Tal vez digo cosas que para algunos son necias pero para otros son aleccionadoras. Tienes un carácter abierto y cordial, Adriana, y eso es muy bueno. Disfrutas con lo que lees sin prejuicios. En mi fuero interno, veo todo condicionado por mi vida, por mis prejuicios, por mis estados de ánimo. He señalado la vanidad, la envidia y la malevolencia como componentes de algunas actitudes nuestras aplicando el lúcido análisis de Tolstoi. Sin duda, tengo un temperamento sombrío, eso es cierto. Tengo algunas cualidades pero también muchos defectos y ver las cosas desde prismas oscuros es uno de ellos. No es mejor ni peor, pero te limita para comprender otras cosas. Uno no puede elegir. Me alegro de tenerte como lectora en la sombra, no entiendo por qué si soy tan cenizo, pero bienvenida con tu luz y tu color, Adriana. Salud.

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