Páginas vistas desde Diciembre de 2005




martes, 3 de noviembre de 2020

Elogio de la fragilidad II

                                              Rineke Dijkstra

Escribí un post en febrero de 2010 que tenía este mismo título tomado de un libro de Gustavo Martín Garzo y que yo convertí en una creación personal. Hoy, diez años y medio después siento el deseo de volver a elogiar la fragilidad como parte esencial de nuestra vida. Lo frágil es algo que puede romperse fácilmente. Nuestra vida es devenir incierto. Nadie está vacunado contra el infortunio que puede llegar en cualquier momento. No nos debemos enorgullecer de nuestro bien, si es que así lo sentimos, cuando hay tantas vidas que pueden no tener la suerte de la nuestra. En estos días he recibido una carta, un correo, que me ha hecho pensar mucho y que me ha mostrado la inestabilidad del bien, el dolor de existir, los avatares de la suerte que puede girarse en cualquier momento hacia mares de pesadumbre. 

 

En aquel post de 2010 reflexionaba sobre la delicadeza de la vida, sobre las raíces que nunca tuve, sobre las islas que había recorrido para intentar encontrar una patria en la que poder ser parte de ella. Reconocía que mi única patria visible era la literatura y diez años después, cientos de libros después, reincido en ello. Y eso precisamente me une al remitente de la hermosa carta que recibí ayer que me mostró un lado desconocido para mí en el que se podía ver el infortunio y a la vez la resistencia frente a la adversidad forjada en mil y una pruebas deportivas donde el sufrimiento extremo formaba parte de ello. 

 

El hombre –incluyo en ello a la mujer- es ese ser que resiste frente a los elementos. Nuestra tarea fundamental en la vida es resistir –ello no niega las inmensas posibilidades de gozar- y enfrentarse al destino, a los mares turbulentos de la vida. Es indiferente que la vida nos guste o no. He conocido a grandes vitalistas que no se han encontrado a gusto en la vida, pero han aprendido a estar erguidos frente a los vientos contrarios. Y ese estar erguidos determina esencialmente la actitud cenital de los hombres que navegan en busca de una isla personal. Da igual si las cosas tienen sentido o no. A las alturas de la historia en que estamos, pienso que la cuestión del sentido no es tan esencial pues intuimos que las cosas pueden no tenerlo y que probablemente no lo tengan. No sabemos si vivimos en un parauniverso entre miríadas de universos, no sabemos si estamos solos en la magnitud de los mundos, no sabemos –a veces- si tendremos siempre ese cuerpo amado que nos calienta el alma. Solo sabemos que nuestra nave partió un día definido en busca del sol poniente, y que tarde o temprano, solos, llegaremos a algún sitio –ese instante mágico de la transición- a la nada o al bardo donde esperaremos retornar a vivir y recuperar de nuevo nuestra condición frágil y ligera de eternos viajeros

22 comentarios :

  1. Cuanto misterio en este post, me ha dejado profundamente turbado. No se si acabo de intuir de que estás hablando exactamente. Pero aun así, que bellas palabras. Admiro las relaciones que tienes con tanta gente, tan profundas y turbadoras, la capacidad que tienes de diseccionar los diferentes capítulos que la vida te depara, como analizas en profundidad todo lo que te rodea. En fin. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es una suerte tenerte como referente y amigo, así que acepto tus generosas palabras como parte de ese juego en que los seres humanos muestran su fragilidad sin temor. Quiero hacer la caminata Cornellà-Sabadell un día de estos. Ya la tengo estudiada, son unas ocho horas. Un abrazo.

      Eliminar
    2. Vaya, Cornella-Sabadell!!! Menuda tirada, supongo que cruzando toda Collserola, Sant Cugat, a lo mejor Bellaterra. La zona de Sant Cugat a Sabadell la conozco bastante, la he hecho muchas veces viniendome del trabajo a casa andadando. Hay muchas variantes, por Sant Quirze, por Bellaterra cruzando la C-58 por la zona del IKEA. En fin, si necesitas ayuda me lo dices, o si quieres que nos veamos. Tendrá que ser entre semana supongo, porque en fin de semana a día de hoy no se puede, y yo entre semana trabajo. Y si necesitas que luego te devuelva a Cornella en coche yo me ofrezco, en fin, para servirte.

      Eliminar
    3. Iré caminando al Tibidabo y de allí, cruzando Collserola, me guiará el gps por la montaña. Supongo que pasará cerca de Sant Cugat. Pienso que me llevará entre ocho y nueve horas. Saldré de aquí a las siete para llegar a Sabadell entre las tres y las cuatro. Pensaba hacerlo mañana jueves si el tiempo es bueno. Te lo confirmo por whatsapp si me decido a hacerlo. Luego ya veremos.

      Eliminar
  2. Para entender esta entrada he tenido que remitirme a la anterior, a la de hace diez años.
    Llevo la fragilidad como mochila, desde que un día, cuando no cumplidos los nueve años, mi progenitor (hay una diferencia entre progenitor y padre), me dio un beso y se despidió de mi, y tras cerrar la verja de la entrada de la chabola, me dijo: "adiós, no nos volveremos a ver nunca más".
    Y el hijo de la gran puta cumplió su palabra.
    Eso no sale en el libro. Y no sale porque me asquea hablar de ello y dar pena.
    Yo se lo que es ser frágil. No tener a nadie, nadie que te defienda , que te acurruque, que te ampare, que te ayude en los deberes, que te venga a buscar al colegio, que te cante una nana o que te explique un cuento para ir a dormir. Jamás.
    Uno nace frágil, y sigue fragil, porque siendo hierro, un buen golpe y en el sitio justo, lo quiebra.
    Vivo mi tiempo, y deseo que se acorte. No me interesa nada como se destripan los políticos, e intuyo que soy de izquierdas, pero te aseguro que no ejerzo.
    Hago las cosas porque se lo que tengo que hacer, y se donde anida el mal, conozco muy bien (perdón por ser tan soberbio) al ser humano, lo conozco tan bien que ya sabes que no me casaría conmigo mismo, porque al final acabaría a hostias, y el único que saldría perdiendo sería yo.
    Lo único que tengo contra mi fragilidad es una burbuja de mala leche que hace espantar a quien me rodea, y que procuro cultivar.
    Diré a mi favor, que si puedo dar cualquier golpe de mano y echar un cable, lo haré, sin importarme un pimiento la ideología, ni la raza , ni la religión.
    Mi lema, y no va de bromas porque le he dicho mil veces en TdC las hermanas, es: Dios aprieta, pero afixia.
    Perdona por hablar de mi. No debería haber sido así. Pero me ha venido de gusto.
    salut

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi texto ha sido un desahogo y siento que el tuyo también lo ha sido. Se trataba de hablar de la fragilidad y has mostrado tu lado, tu perspectiva, tus recuerdos, tus carencias, el enorme vacío que es la vida y que llenamos como podemos, con más o menos gracia, con más o menos donaire. Leí con interés tu libro y hoy le añado un capítulo no contado en él. En aquel candil que te alumbraba por las noches había todo un símbolo de resistencia que has convertido en eso y en generosidad. Estos días leo los diarios de Tolstoi y me encuentro con las palabras del viejo maestro reconociendo que le cuesta mucho ser buena persona, que no es tan fácil ser representante del amor a la humanidad. Hay corazones sencillos que lo tienen más fácil y corazones turbulentos que chocan contra sí mismos. Muchas gracias por tus palabras que me hacen pensar y sentir que la fragilidad es el común denominador que nos hace comprender. Bien por haberte quedado a gusto, de eso se trataba. Salut, Miquel.

      Eliminar
  3. Impresionado por la entrada y por los comentarios. Acudo en ayuda de Fernando Savater para que exprese mi pensamiento: "No me gusta la vida, pero tampoco me gusta la muerte".

    Saludos.

    ResponderEliminar
  4. Muchos resistimos porque mantenemos la confianza en que cada día puede ser un página en blanco. Todas las noches perdono y libero el día que ha acabado, por duro que haya sido, intento extraer una lección si es el caso, y lo dejo ir.
    Pienso que somos frágiles porque nuestra realidad es cambiante. De niña yo pensaba que todo era estable, que todo estaba asentado, pero la vida te hace ver que no es así, y solo volviéndote flexible puedes capear los temporales, zarandeada pero no quebrada. Aceptar la fragilidad para que no te pille de sorpresa casi nada, te da cierto poder, el de saber que eres capaz de recomponerte, que ya los has hecho, y lo seguirás haciendo, todas las veces que sea necesario.

    Me ha encantado leerte Joselu.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La vida es en cierto sentido un conjunto de reflejos. Una carta da lugar a un texto -este mío- que hace referencia a otro de hace diez años que vuelve y cuyo tema es la fragilidad, y ello hace que comentaristas sagaces escriban reflejándose y reflejando ideas sobre su concepción de la vida, como has hecho tú, Ana, que expresas un modo limpio de verte a ti misma y tu propia fragilidad. Todo ocurre en el terreno de la conciencia, en nuestra contemplación de nosotros mismos y lo que nos envuelve y rodea. La conciencia es el mayor aliado y a la vez el mayor de los suplicios. Solo cuando ella es transparente, podemos ver la luz del mundo. Mientras te respondo recuerdo los pensamientos de Tolstoi en sus diarios: una conciencia inquieta que proclama que el amor es el eje de la vida y del mundo, aunque él se reconoce tonto y malo. Si este post ha servido para que los que comentáis os hagáis conscientes de las nubes que traspasan pero no afectan a la montaña, ha sido más que suficiente. Muchas gracias por tus reflexiones, Ana.

      Eliminar
  5. Miramos nuestra vida al rededor y tenemos la impresión de haber construido un edificio sólido; una casa, una familia e hijos, un trabajo, un encaje en la sociedad, etc. Pero ese edificio puede tener algunas grietas, pequeñas, poco perfectibles, y sin embargo pueden ir extendiéndose sin ser del todo conscientes, hasta que un día nos damos de bruces con los desperfectos, y ahí constatamos la evidencia de la fragilidad que nos amenaza sin tregua, esperando su oportunidad para abalanzarse sobre nosotros, y dejarnos desconcertados... ¿ pero cómo es posible si yo era...?
    Siemore hay variables que están fuera de nuestro control. Es la vida y sus caprichosas contingencias.
    Un texto para leerte despacio y detenerse en tus pensamientos. Gracias, Joselu.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay un libro maravilloso que muy probablemente conocerás. Se titula El final es mi principio de Tiziano Terzani que trata sobre el gran viaje de la vida basado sobre todo en el pensamiento oriental. Y una idea al final se me quedó muy presente “no hay alegría sin sufrimiento, no hay placer sin disgusto”. Este equilibrio vital de dolor y placer -pienso- que se me ha hecho patente en la experiencia de mi vida. Solo hay cimas de conocimiento que hayan sido fertilizadas por el dolor, y la felicidad surge precisamente de la fragilidad, esa que nos amenaza y nos deja desconcertados porque ciertamente hay variables que no están bajo nuestro control. La vida en cierta manera es cruzar por encima del abismo sin red de protección, y ser conscientes de ello y de la impermanencia nos ayuda a comprenderlo. Un abrazo, Paco.

      Eliminar
  6. Cuanto le cuesta al ser humano reconocer, aceptar, mostrar las fragilidades. Confundimos fragilidad con debilidad, y es un grave error porque no es lo mismo. Creo que una persona es más fuerte cuanto más conoce las propias fragilidades. Que el conocer las del otro debería sólo provocar respeto, porque éstas no se les "muestran" a cualquiera. Pero éste, como tantos otros, es un tema cultural, algo que llevamos muy 'incrustado' dentro que es "si muestro mi fragilidad, me toman por débil, por vulnerable, y eso está mal, y seguramente el otro se aprovechará de eso..." ...tal vez algún día aprendamos esto como muchas otras cosas. Espero...

    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. He sido profesor hasta no hace mucho. Hubo años oscuros en mi profesión en que estaba sumamente frágil. Te puedo asegurar que esa fragilidad era intuida por los alumnos y entonces se arrojaban como fieras a devorar los restos de mi seguridad. Tienes razón, AlmaBaires, pero ciertamente, según dónde y cómo, mostrar la fragilidad es muy peligroso. En una relación íntima tal vez pueda salir sin temor, pero siento que la fuerza y el poder suscita profunda admiración entre la gente a pesar de que todo el mundo en su fuero interno se sabe frágil. De ahí, el elogio a la fragilidad de la que está hecha la poesía y el amor.

      Eliminar
  7. Según el sociólogo y filósofo, Zygmunt Bauman, «la vida moderna puede adquirir diversas formas, pero lo que las une a todas es precisamente esa fragilidad, esa temporalidad, la vulnerabilidad y la inclinación al cambio constante». ¿Acaso la existencia humana no es frágil, temporal, vulnerable y cambiante desde siempre? Quizás estos tiempos veloces sólo lo hayan acentuado.
    Acomplejado ante la eternidad, el ser humano es cada vez más complejo y frágil.
    El frágil destino humano se asemeja a un artefacto estropeado porque el azar no tiene arreglo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La cita de Bauman es potente igual que tus pensamientos que conribuyen a iluminar la idea original. Gracias.

      Eliminar
  8. Hay fragilidades que da gusto mimar,como la vida que nace, y otras, que necesitan de una conducta entrenada en el esfuerzo por su dificultad, por ello, qué importante cuidar las raíces( las que sean) porque alimentan y fortalecen nuestros deseos y conductas.
    El comentario de Miquel es muy valiente. La forja, o ablanda o endurece. No hay más.

    Cuídate mucho.

    Adriana

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No hay mayor fragilidad como la vida que nace o la vida que llega a la vejez. Nacemos y morimos frágiles, enmedio se supone que debemos ser fuertes y duros. Es un aprendizaje.

      Gracias, Adriana. Cuìdate también.

      Eliminar
  9. La fragilidad, en mi modo de ver las cosas, es relativa, muy relativa. Podemos pensar que somos fuertes, sentirnos fuertes y hundirnos a la primera de cambio, lo he visto y lo volveré a ver. También no es raro el caso contrario, personas que a primera vista nos pueden parecer frágiles y que poseen la fortaleza de Hércules ante la Vida y que se enfrentan, cada una a su manera, a las vicisitudes de nuestra existencia con la firme decisión de no dejarse arrastrar. Hay que disfrutar del viaje y si Fortuna te da la espalda, tocale el culo.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es cierto, nadie sabe bien quién es exactamente. El fuerte puede ser débil y el débil, fuerte. Nadie sabe cómo reaccionará ante la adversidad y el infortunio.

      Eliminar
  10. Gracias, Joselu, por mantener un blog que hace que me sienta pequeña. Me gusta sentirme así, ser consciente de que a mis años aún sigo siendo una alumna con mucho que aprender. Y gracias por volver a admitir comentarios, tan enriquecedores en este espacio.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar

Comentar en un blog es un arte en que se recrea un punto de vista razonado, emocionalmente potente.

Selección de entradas en el blog