A veces siente uno una llamada y es lo que me pasó hace unas semanas en un comentario algo impertinente que dejé en Instagram en una página de citas literarias, en este caso de Lev Tolstoi, el gran escritor, del que había leído sus principales obras y alguna otra sobre sus últimos días. Como contestación, recibí una coz bastante agresiva en que se me calificaba de ignorante, de “artista” –por mis fotos en mi perfil de Instagram- y me instaba perentoriamente y de modo desagradable a leer los Diarios de Tolstoi, Me sentí tocado, pero luego pensé que ciertamente no los había leído, y en pocos minutos los pedí y me los trajeron al día siguiente en un volumen que abordaba sus últimos años, los que van de 1895 a 1910. El había nacido en 1828. Este post es un resumen –demasiado sintético- de mis impresiones tras la lectura por parte de este realmente “ignorante”.
Los diarios abordan simultáneamente cuestiones filosóficas, literarias, políticas y de ideas, por un lado, y situaciones familiares y domésticas –de su relación con su mujer Sofía Andreievna, sus hijos y visitantes a su finca de Yásnaia Poliana, por otro. Para él el diario era algo fundamental y un instrumento que permite la autorreflexión al que no se puede mentir. Las mentiras en un diario son claramente llamativas. Esto me interesó mucho, pues desde hace muchos años yo mantengo el hábito de escribir un diario lo que constituye un motivo de felicidad diaria cuando anoto mis impresiones acerca de cada día.
Lev Tolstoi era conde y muy rico; poseía grandes extensiones de tierra y bosques con campesinos que los cultivaban y cuidaban. Esto progresivamente le fue causando un hondo malestar, pues su pensamiento se fue haciendo cada vez más partidario de la justicia social y el reparto de los propios bienes siguiendo las palabras de Cristo. Además, quiso renunciar –y renunció- a los derechos de autor de algunas de sus obras. La faceta generosa de Tolstoi no agradaba a su mujer ni a sus hijos. Sofía había sido su fiel secretaria durante muchos años y había copiado, por ejemplo, siete veces Guerra y paz para la edición de la novela. Sofía se veía totalmente desplazada por los proyectos de renuncia de su marido que era dieciséis años mayor que ella. El matrimonio no había sido por amor y las disensiones entre ellos son cada vez más agudas y llegan al límite en los últimos años, especialmente por cuestiones económicas. Sofía temía verse en la pobreza, tras la muerte de Tolstoi, si este realizaba sus idas filantrópicas de ceder todos sus derechos de autor y repartir sus tierras.
Tolstoi se había convertido en una figura de rango mundial y sus artículos se publicaban en Londres y otras ciudades europeas y americanas antes que en Rusia donde eran frecuentemente censurados o prohibidos por su crítica a la autocracia, al militarismo, a la pena de muerte o a la violencia en cualquiera de sus formas. Tolstoi fue un ferviente cristiano –fue excomulgado por un sínodo ortodoxo- que criticaba duramente a la iglesia y su pompa, así como al poder en todos los sentidos. Se lo ha relacionado con una especie de anarquismo místico que toma como inspiración directamente los evangelios y no la estructura institucional de las iglesias. Fue un apóstol del pacifismo y defensor de la no violencia, ideas que compartía con Gandhi con el que se escribió en los últimos años. Varios tolstoístas fueron encarcelados en la Rusia zarista por seguir las ideas del escritor. Tolstoi escribía directamente al zar Nicolás II exponiéndole sus críticas al sistema. Nunca se atrevieron con él, aunque sí con sus seguidores.
Tolstoi era un hombre que en su vejez defendía la castidad –el sexo era para él una especie de inmoralidad que alejaba al hombre de Dios-; era tremendamente misógino y son numerosos los pasajes en que critica la condición femenina con los peores comentarios; abominaba de la ciencia moderna y de la tecnología porque confundían al hombre de su verdadero motivo en la tierra que era el amor y descubrir a Dios; era contrario a la música moderna que se alejaba de la melodía, así como de los nuevos escritores –estamos en la época del Modernismo y primeras vanguardias-, y criticaba duramente todo arte no definido por la moralidad y el espíritu cristiano.
Política y socialmente fue un hombre avanzado, pero eso no le llevó a coincidir con los revolucionarios de 1905 porque practicaban la violencia y esta era incompatible con su ideal de la resistencia pasiva y el pacifismo. También criticó abiertamente al zar cuando muchos revolucionarios fueron condenados a muerte. Había muchos que admiraban a Tolstoi, y también muchos que lo odiaban por su censura de la grandeza de Rusia y la autocracia zarista. Lo veían como un traidor. Otros criticaban la incongruencia de defender la justicia y la repartición de bienes entre los pobres cuando él era conde y un rico terrateniente.
El conflicto con su mujer se hizo insostenible. Ella le leía el diario por más que él lo escondiera, odiaba a su mejor amigo, Chertkov, y aducía, devorada por los celos, que era una amistad antinatural. Montaba frecuentes discusiones en casa que agotaban a Tolstoi, y alguna vez ella se arrojó a una balsa como queriéndose suicidar. Él quería sentir compasión hacia ella, pero las escenas tan frecuentes le llevaron a idear la fantasía de huir de casa tras redactar un testamento secreto que fue descubierto por su mujer.
Al final huyó de Yásnaia Poliana, a los ochenta y dos años, con su hija Masha en tren, pero un par de días después, enfermó y murió en una habitación de una estación ferroviaria. Allí fueron su mujer, amigos y familiares, y Tolstoi entregó su alma –había deseado tanto la muerte- al infinito.
Mi impresión de las relaciones entre Sofía y Lev Tolstoi es que ella lo amaba, pero no él a ella. Ella siempre se vio subyugada por las ideas de su marido –por generosas que fueran-, siendo admirado mundialmente, y ella, que era la que había entregado la vida por él y le había dado trece hijos –varios murieron-, se vio orillada y desdeñada. Al final, a pesar de sus ataques de histerismo, he sentido una profunda conmoción por su amor hacia Lev. La foto que publicó es la última foto de Tolstoi vivo. Es pocas semanas antes de la muerte del artista. Vean la actitud de ambos. Me da que pensar.
Esta ha sido la respuesta de un real ignorante. A veces una coz es necesaria para aprender. La lectura de los Diarios de Tolstoi me ha abierto caminos nuevos por la intensidad de sus relaciones de gran valor con intelectuales y artistas de todo el mundo. Él leía con frecuencia libros hinduistas y taoístas, fascinado por su concepción de Dios y la vida.
No tengo Instagram así que no sé cual fue tu comentario en esa página pero ya sabemos que eres un artista haciendo fotos, una buena información.
ResponderEliminarYa me comentaste hace poco algo de Tolstoi, o Lev, como lo llamas, te confesaré que para mi es Niko, pero no tiene iportancia. Niko, un grande de las letras y por si fuera poco un adalid contra la autocracia zarista, y lector fascinado por hinduistas y taoistas; una persona adelantada a su tiempo, un hombre de nuestros días, con decir que salió de la universidad a los 29 años está dicho todo, además hizo el golfo durante esos años y luego participó como oficial del ejército en un par de guerras pero más tarde se volvió pacifista, filósofo y predicador.
Posiblemente, en mi opinión al menos, el mejor literato ruso de todos los tiempos, si se quiere añadiendo a Dostoyevski quizá el más citado y Chéjov, bueno ya sabes, Fiódor y Antón. Voy a añadir a Alexandr Pushkin al que estoy releyendo estos días. Por cierto se me olvidaba decir que ayer releí de Niko, 'Guerra y paz', lo hice empleando el método de lectura rápida 'Kennedy' propulsado por la profesora Evelyn Eood, empleé dos hora, va de Rusia.
Un fuerte abrazo.
Me alegro de que tú también disfrutes de los clásicos de la literatura rusa que es tan extensa y compleja como su realidad física. Saludos.
EliminarLo reconozco, no he leído nada de Tolstoi y no preveo leerlo durante un tiempo ya que tengo cinco libros preparados antes, cinco libros grandes y poco tiempo. Nunca me preocupé por saber la vida privada de cada cual, ni de pintores, ni de escritores, ni escultores, ni inventores, porque lo que importa es su obra no su vida, en mi opinión.
ResponderEliminarSi me interese por la de los personajes políticos como Lenin, Marx o Hitler o Franco o la de personajes históricos como Julio César, Napoleón, Publio Cornelio Escipión, Cayo Mario, Alejandro Magno y otros muchos. Y comparto lo que decía Willian (el de Shakespeare):
""No temáis a la grandeza; algunos nacen grandes, algunos logran grandeza, a algunos la grandeza le es impuesta y a otros la grandeza les queda grande"
No se cual de estos casos es el Tolstoi, la verdad.
Un saludo.
Daniel, Tolstói era el de aquello de Perich: "Cuando un bosque se quema algo suyo se quema, señor conde". Pero reconvertido a bienhechor, pacifista y georgista.
EliminarY uno de los escritores más importantes de la literatura mundial.
Daniel, no acostumbro a hacer apología de escritores, así que tú verás si algún día te llama leerlo. En todo caso, el título contiene la palabra "grandeza". Desde luego que no es la grandeza como la de los personajes que tú mencionas. En todo caso es un titán de la literatura rusa y universal, pero cuya vida es atravesada por numerosas contradicciones, algunas las he expuesto. Pienso que el término grandeza es correcto pero también paradójico. La de los escritores contemporáneos no es como la de los héroes antiguos. El siglo XX ha deconstruido la grandeza humana, y la mayoría de héroes son antihéroes, frágiles y profundamente contradictorios. Tolstoi todavía era un hombre del siglo XIX y conserva algo de los antiguos tiempos pero apunta ya a una realidad personal, que él muestra en sus Diarios, abiertamente conflictiva. Es el ser humano con su carga de prejuicios, de culpa, de amargura, de intento de trascender y amar, el hombre de éxito y a la vez cuestionado donde más le dolía, el que alli aparece. No es ocioso leer sus diarios pues forman parte de su obra literaria más íntima. Él nos ofrece su vida sin velos, se muestra tal como era o creía ser, es el lector quien saca sus consecuencias. Un saludo.
EliminarQué enormes son los rusos en la literatura. Y en otras cosas también :-) Yo tuve la suerte de tener acceso tanto a Tolstoi como a Dostoiewski desde muy joven, y he leído bastantes clásicos rusos. De todos ellos, Tolstoi es mi favorito por encima de Fiodor D. La complejidad de ese autor es grande, y sus diarios me parecen muy interesantes e imprescindibles para abarcar una figura de tanta hondura moral e intelectual, aunque como atea, la dimensión religiosa de su pensamiento me aleja de él. Pero ciertamente es una figura enorme como lo fue su literatura.
ResponderEliminarLa foto que ilustra tu entrada es desde luego muy elocuente, a él le veo huraño e incómodo, y ella solícita, pendiente de su marido, con el cuerpo vuelto hacia él...
En la madurez, o sea, ahora, estoy volviendo a releer las obras más importantes de mi vida de lectora. Las alterno con otras que leo por primera vez. Y dos de esas a las que necesito volver son "Guerra y Paz" y "Ana Karenina".
Abrazos.
Coincido contigo en que he de volver a leer esos dos clásicos imprescindibles, aunque él en sus diarios los considera casi tonterías a medida que se iba sumergiendo en un cristianismo cada vez más comprometido. La lectura me ha supuesto el encuentro con un "yo" real y cotidiano, lleno de grandes sentimientos pero también de profundas amarguras y culpa. Ahí se ve la textura humana de un titán de la literatura. Su parte misógina es tremenda. Las afirmaciones que hace sobre las mujeres son tan retrógradas que hacen sentir vergüenza ajena. Igual que no comprendía el arte de su tiempo porque le faltaba compromiso cristiano y moral. Y de igual manera deploraba la ciencia y la incipiente tecnología como inútiles. Es una visión poliédrica que expresa la complejidad de un hombre visto desde dentro. Hay quien dice que la vida privada de los escritores no importa, que lo que vale es la obra artística, pero cuando tenemos la ocasión de observar ambas, el artista gana profundamente a pesar de que haya cosas que no nos gusten. En cuanto a su cristianismo evangélico tuvo gran influencia en escritores no religiosos especialmente como Galdós y de él proceden la inspiración para Ángel Guerra, Misericordia, Nazarín, Halma... Y lo dicho, a releer ana Karenina y Guerra y paz. Abrazos.
Eliminar¿Puedo saber, cual es tu perfil de Instagram? Me siento curioso; no por el comentario en cuestión, sino por las fotografías. Me gustaría
ResponderEliminarNoxeus, hay muy poco publicado y no es necesariamente bueno. No creo que sea un buen fotógrafo pero me gusta hacer fotos. Tengo mejor un perfil antiguo en Flickr que es más representativo. Mi nombre es olahjl. Si logras verlo, díme algo. Un cordial saludo.
EliminarMuchas gracias por responder. He conseguido encontrarte en Flickr y me he llevado una grata sorpresa (o no tanto) al ver que una persona de letra profunda, también se maneja bien en la esfera de la imagen.
EliminarMe gusta leer: "Una cámara es el instrumento de conocimiento más fascinante que conozco". Como fotógrafo de formación y vocación , me compulse. Entiendo que todos tenemos nuestras prioridades y que debemos gestionar nuestro tiempo teniendo presentes esas prioridades. Pero aún así me atrevo a sugerirte que no olvides esa maravillosa forma de expresión.
Después de ver tus fotos, te conozco un poco mejor. Gracias!
(Hoy no tengo el dia)
EliminarY donde dice compulse, deberia decir complace.
Y digo, "no tanto" porque como dijo A. Adams, nuestras fotos son el resultado entre muchos otras cosas, de los libros leídos, música escuchada, etc. etc. En ese sentido no hay sorpresa; era de esperar.
Durante un tiempo tuve blogs en que desarrollaba la fotografía callejera -fascinante-, la macrofotografía y la fotografía nocturna, pero no tengo constancia en perserverar en una dirección, me canso y busco nuevos derroteros. Supongo que esa es la diferencia entre el que llega a ser un buen fotógrafo y el que no deja de ser un aficionadillo: la perserverancia en una dirección. Me alegro de que hayas podido entrar, te dejo un blog de macrofotografía El jinete azul
EliminarUn cordial saludo
Debate eterno el de la vida y la obra juntas o por separado, imposible de ponerse de acuerdo. A mi me interesa la vida de las grandes figuras de la historia, soy muy de biografías y habría que pensar en el por qué de eso. No leí nada de él así que son buenos los blogs para aprender un poco más de arte en este caso. Saludos.
ResponderEliminarA mí me atrae saber sobre la vida de los artistas -esencialmente escritores- que me gustan. Leo bastantes biografías pero entre las biografías hay calidades, claro. Una buena biografía lleva años y años de trabajo, no es un libro de encargo de temporada como a veces he leído. En este caso, son los mismos diarios del autor lo que abre un terreno diferente. Pero es cierto que en un diario es muy difícil mentir. No tiene sentido. En el diario se muestra una realidad íntima insuperable. Cada diario es diferente. Saludos.
EliminarNo tengo Instagram. De entrada ya no lo deseo, me agobia el Tuitter, el Facebook y el bloc lo llevo como un diario de investigación al que añado cosas de Barcelona constantemente.
ResponderEliminarHe decido no ponerme en nada más.
No sabía la mayoría de cosas de Tolstoi, y te agradezco que abras el apetito de mi curiosidad.
No creo que pueda ya soportar comentarios impertinentes. esta semana , sin ir más lejos, me ha llegado uno de un reloj de Sol. Quien lo ha puesto me ha llamado en pocas palabras idiota, porque por lo que parece, le parece a él, lo que he colgado lo he hechos desde Google y no es lo que queda de un muy antiguo reloj de Sol.
Como no deseo enviar a la mierda a nadie, aunque por otra parte si (pa que voy a engañarme), he intentado ser educado. No siempre lo consigo.
me igino que a ti, con lo que sabes de autores (te has dedicado a ello), te habrá pasado algo similar salvando las distancias.
Tampoco quiero cerrar comentarios y pasarlos por el tamiz, no censuro nada, que la gente se equivoque sola , decía Camilo José Cela, y eso que él fue censor. Algo sabría de eso.
Prometo leer más al autor que nos dejas y con el que te has llevado un disgusto, pero no haría caso de los comentarios, todos llevamos una licenciatura dentro, del tipo de Sanchez, claro.
Tampoco sabía que se escribía con el lider hindú, y eso que Panikker solía hablarnos en la F de Teología de este personaje y de sus ideas, pero no recuerdo el hecho.
Un abrazo. Espero más respuestas que de seguro las habrá para ver comentarios y enterarme de más cosas, que suelen ponerlas y que me hacen disfrutar de tus entradas.
Aquí todo el mundo colabora.
Un abrazo
Ignoraba que hubieras tenido a Panikker como profesor, eso es un verdadero privilegio. Estuve en Tavertet no hace mucho conociendo su pueblo y su espacio de meditación. Me interesa mucho porque Panikker estaba muy cercano a la religión advaita (la no dualidad) y que él aproximaba al cristianismo. Seguro que os habló de ello. A través de Tolstoi he llegado a un pensador de la Vedanta que me ha interesado mucho, Swami Vivekananda, y estoy sumergido y fascinado por dicha corriente hindú. Es lo más hermoso que he conocido nunca en el tema religioso.
EliminarMi participación en instagram es mínima, pero me sirve para saber de mis antiguos alumnos y de mis hijas, así como de alguna amiga que es artista y me gusta ver sus dibujos. Publicar sistemáticamente es extenuante y no quiero verme en esa tesitura.
Muchas gracias por tus palabras. No he visto lo que me cuentas de tu blog pero iré a verlo ahora. Mañana vuelvo a hacer una caminata que quiero realizar a través de nuevo de los bosques de Collserola, pero esta vez me llevo la cámara en lugar de utilizar un socorrido móvil.
Un abrazo.
Está al final, JOSELU, y me es desagradable.
ResponderEliminarHe tenido un año a Panikker en Fenomenología de las Religiones, y otro año a Leonardo Boff dando un curso cuatrimestral.
He sido afortunado. También he estado bajo la tutela de Torralba. Un lujo.
Salut
Yo leí el primero de los tomos que editó Acantilado, y quedé pendiente de leer el segundo, pero es el dia de hoy que lo sigo dejando aplazado. De su obra novelistica leí Anna Karenina, Hadji Murat y La sonata a Kreuzer. Creo que lo determinante de su carácter es su condición de noble, quiero decir, tanto por herencia genética -una personalidad muy fuerte, de antepasados que se hicieron un hueco amplio en la vida- como por la herencia material en sí. Aunque suene un poco a broma, algo de esa forma de ser, bigger than life, como dicen los anglos, quizá se puede ver en el personaje que interpreta Luis Escobar -noble él mismo- en La escopeta nacional, una suerte de mezcla de hacer e imponer su santa voluntad, estado de oposición frente al mundo y pasiones materiales intensas -el sexo, naturalmente, en muy primer plano-. Un saludo.
ResponderEliminarEs gente que quema a los que les rodean, se podría decir. Tanto más fuerte el padre, tanto más fuertes se han de hacer los hijos so pena de quedar aplastados.
EliminarComo he escrito, he leído el segundo tomo el que desarrolla los años de vejez y decadencia intelectual. Lo que dices es muy interesante pues es evidente el sentimiento de estar en el mundo -y ser noble- que le permite escribir directamente al zar y saber que será leído. Hay un dominio que tiene que provenir de esa seguridad que le da su origen y condición. No obstante, está claro que su cristianismo le hace luchar contra su soberbia y vanidad -muchas veces sin éxito-, además de enfrentarse a su carácter. Es como un león -nunca mejor dicho- que se dijera continuamente "soy un cordero", pero que no acabara de funcionar el mantra. Hay en algún momento que uno de sus hijos escribe algo y él se lo aplasta por falta de talento como si no quisiera que nadie le hiciera sombra. No debió ser fácil ser hijo de un mito como Tolstoi, igual que no fue fácil ser hijo de Thomas Mann cuyos hijos fueron artistas y tuvieron fuerte carácter, pero no pasaron de ser "los hijos de Thomas Mann", la larga sombra del genio del padre los cubrió totalmente aunque también sobresalieron en muchos sentidos, pero sin pasar de ser lo que he escrito. Un saludo.
EliminarHe leído poco sobre Tolstoi, así que opino con el conocimiento justito. La idea general que tengo de él es que era un hombre de grandes luces y grandes sombras. Admiro su pacifismo, y también su generosidad, que precisamente a un aristócrata le costaría mucho más compartir, y con el riesgo de ser malinterpretado.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta entrada.
Buena tarde. Abrazos.
Cuando leía sus diarios me daba cuenta de que en un sentido era un hombre del futuro (pacifismo-no violencia-objeción de conciencia-antimilitarismo) y, por otro, un hombre del pasado (machismo-anticientífico-moral sexual-antitendencias estéticas modernas...) Como persona fue un hombre que intentó ser congruente con sus ideas aunque no lo consiguió. Todos tenemos luces y sombras, y él no fue una excepción. Abrazos.
EliminarMenuda reflexión acabo de leerte y pienso que tú llevas, en cierto modo, un Tolstoi en tu interior.
ResponderEliminarEspero que no. Mi contacto con él, a través de su diario, me ha resultado ambivalente. Me gusta su curiosidad, su afán de conocimiento... pero no deja de ser un personaje rígido en muchos sentidos que no me atraen. Fue incapaz de comprender el mundo nuevo que estaba naciendo y lo desdeñaba, su visión del cristianismo no me resulta sugerente, y su relación con las mujeres es penosa. Su Diario me ha producido una gran impresión de sinceridad, es real, Tolstoi era así, exponerse públicamente a la lectura ajena es arriesgado porque allí se muestra abiertamente con todos sus puntos débiles. Por otra parte, que en torno a él se generaran grupos en diversos países de convicción tolstoísta no me gusta. Él luchaba contra su vanidad al respecto pero es evidente que le gustaba ser seguido y admirado. Lo que más me gusta en su vida es su residencia en Yásnaia Poliana, aquello era un privilegio. Si alguna vez voy a Moscú, iré allí.
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