Blog poliédrico que no cree que haya una versión canónica de la realidad y que asume la contradicción flagrante como sistema de interpretación del mundo.
He pensado tu propuesta sobre que el gusto está hecho de mil repulsiones, y, en cierta manera, hay bastante de realidad en ello. Pienso en el mío, es el único que tengo. Siento que hay obras que me atraen poderosamente, y otras que me suscitan un profundo rechazo. Pasa también con las personas, con las ideas. A veces son más importantes las repulsiones que las adscripciones. Una época puede rechazar una obra artística para ser objeto de entusiasmo muchos años después.
En el terreno personal hay personas que son centro de afecto generalizado, otras, en cambio, parece que son de rechazo. Nunca he sabido bien a qué se debe.
Esta frase, para mi, debe ir unida indiscutiblemente a un contexto. Suelta lleva a confusión. Es una frase nihilista, desesperanzada. Sin ninguna fe en el ser humano.
Supongo que todo es un reflejo de la sociedad en la que vive y de los pensadores que frecuenta, en un tiempo de entreguerras y convulsiones.
Nada que no sea actual, pero con diferente envoltorio. Un abrazo
El titulo del post da una idea de por dónde va. Muchas de las más grandes obras artísticas de la contemporaneidad no han sido entendidas en su momento y han suscitado un claro rechazo entre sus contemporáneos. Solo décadas después han sido comprendidas y sujeto de entusiasmo. Piensa, por ejemplo, en Luces de bohemia de Valle que es un esperpento de 1921. No fue representado en vida de Valle. Era demasiado audaz para su tiempo y no fue comprendido. Tardaría cuatro décadas en ser representada en París por Pierre Villar (1963). En su tiempo fue ignorada y rechazada por todas las compañías de teatro y salas de teatro que se regían por criterios conservadores. De todas maneras, la concepción cinematográfica de Luces de bohemia y los múltiples escenarios hacían muy difícil su representación. Era demasiado avanzada para su tiempo. Así que se puede decir que recibió el rechazo del teatro comercial. Muchas obras geniales han recibido notorios rechazos en vida del autor, desafiar el gusto del público tiene un riesgo. Un abrazo.
Un arte inusitado, circular: Dedicarse a encontrar una razón generalizada para demasiada sinrazón en función del tiempo a través de la historia y la ciencia. Eso es lo que se me antoja que la vida se torne apasionante. Claro que para ello se deben atravesar las peores circunstancias personales, allá donde la vida propia e individual se minimice hasta prácticamente desaparecer. Entonces su único fin se convertirá en intentar despejar interrogantes contra viento y marea donde la más ínfima consecución apasione. Se trata de la verdadera calidad frente a la confusa cantidad donde las cuestiones mundanas bajo diversos mantos circunstanciales y temporales se repiten hasta aburrir. Y para este conjunto de células aún activas que supuestamente me representan aburrimiento se antoja sinónimo de antivitalidad emocional, algo peor que la muerte, por supuesto.
Yo soy muy pesimista, eso que quede claro. Me pregunto qué quedará del arte singular que hoy conmociona por su fuerza y belleza. ¡Ojo! El éxito popular no significa nada porque obras geniales del pasado soy totalmente abandonadas. Pocos leen a Shakespeare, a Goethe o a Cervantes, y ya no digamos a Dante. El éxito popular es la mayoría de las veces puro oportunismo. ¿Qué quedará de este tiempo confuso en que vivimos y que diga algo a los hombres del futuro? ¿A qué hombres? A los mass media o a los selectos. El arte es selecto, no es democrático. No hay nada que case menos con el arte que la democracia. El genio es elitista, clasista, sesgado. No podemos creer en un arte votado por la mayoría, ¡vaya mierda! Ser un genio puede ser, como dices, muy doloroso, y significar la soledad más absoluta. Es cierto. Es peor que la muerte, claro.
Ok. ¿Sabes cuál ha sido mi fallo?, menospreciar el título. Otra cagada. Me he preocupado de mi enemigo principal, y ha sido el secundario, (las letras pequeñas), las que argumentan. Estoy perdiendo pistonada, puede ser que porque ahora todo es digital y yo voy a carburador. Gracias por la explicación. Y si, lo de Valle es tal como lo relatas. Un abrazo salut
La frase tiene un sentido muy distinto con el título que sin el título. Pero sin el título puede ser también muy sugestiva. Todos nos lleva a pensar que la aceptación y el afecto lo son todo en la vida, pero ¿qué pasa si la mayoría se equivoca? Si lo detestado es lo más valioso... Buena cuestión.
La triste realidad. Los comentarios me ayudaron a "entenderlo" (o eso creo). Supongo se refiere a que la aceptación de un arte es signo de su vulgaridad. La historia de la literatura, pero también de otras artes o ciencias, está llena de casos, Kafka, Nietzsche... Saludos
Kafka y Nietzsche se hicieron populares después de su muerte, o, en el caso del filósofo cuando estaba ya muy enfermo en manos de su hermana y esta lo exhibía como un trofeo a las visitas. Kafka hizo furor en los años treinta y sobre todo en los cincuenta. Pienso que el hecho de que una obra tenga una magnífica aceptación en su época no quiere decir mucho de su pervivencia posterior. La historia está llena de triunfos en vida que luego la posteridad ignora. A veces el rechazo, por terrible que sea, puede significar que la sociedad no está preparada para ello. Por eso, el rechazo puede suponer el mayor impulso a la obra de un artista, aunque este tenga que sostenerse en el orgullo para subsistir. Saludos.
Pienso que cuanto mayor desprecio, silencio y ostracismo sufre una creación artística de calidad, más brillante resulta cuando sale de la oscuridad de ese tiempo. Incluso un autorrechazo de lo creado puede servir como estímulo.
La fortuna literaria póstuma es altamente incierta. Demos por supuesta una calidad no descubierta en su tiempo -lo que es algo también incierto-, entonces hace falta que alguien lo redescubra, que le de nueva voz lejos de las circunstancias de su época y que sea releído de nuevo a la luz de otras diferentes, resultando actual. No es fácil. Ser objeto de desprecio, silencio y ostracismo no significa a priori nada en muchísimos casos; solo algunos logran salir de allí. Pienso en Chaves Nogales, el periodistas que hizo la crónica de los primeros meses de la guerra civil española. Fue totalmente olvidado pero en los últimos diez años ha sido redescubierto por lectores actuales que aprecian su ecuanimidad, alejada de la política de confrontación, una tercera España, con la cual yo me identificaría. No es fácil, por más silenciado, despreciado y objeto de ostracismo que se haya sido, reaparecer. Eso solo lo puede experimentar una inmensa minoría. En cuanto al autodesprecio, pienso que ello es algo muy común en muchos escritores, el mismo Kafka y Dostoievski lo vivieron.
Así piensan los orientales, que el halago y la adulación restan fuerza al que lo recibe, pero hasta los genios más inmortales han caído inexplicablemente en esa necesidad. Pienso en el círculo de aduladores de James Joyce. Los escritores y los artistas muchas veces son seres tan soberbios como frágiles como buenos narcisistas que son, y necesitan de esos condicionamientos de halago y adulación. La mayoría sucumbe a ello.
¿Y no es posible considerar el rechazo como un maestro, algo que o bien te reafirma en tus creencias, tras una buena reflexión, o te lleva a repasar aquello que dabas por bueno?. La adulación incita a excluir el análisis.
Es cierto que la adulación es problemática, pero leyendo biografías de muchos genios y grandes artistas uno advierte del nivel de adulación de que fueron objeto por sus fieles y pareció necesaria por que la necesitaban. Hay que ser muy fuerte, pienso, para reafirmarte teniendo todo en contra. Los artistas suelen ser muy frágiles como decía en una respuesta anterior.
Si, probablemente el arte y la fragilidad vayan de la mano, por eso es tan excepcional. La mayoría de la personas nos hacemos duras porque vamos chocando y curando chinchones, porque no sabemos hacerlo de otra forma. Saludos.
Ya haces bien en etiquetarlos en "complejidad".
ResponderEliminarVoy a releerlo con tranquilidad, porque no se que responder, de verdad.
Hasta luego
¿Será por eso que el gusto está hecho de mil repulsiones?
ResponderEliminarSaludos, Joselu.
He pensado tu propuesta sobre que el gusto está hecho de mil repulsiones, y, en cierta manera, hay bastante de realidad en ello. Pienso en el mío, es el único que tengo. Siento que hay obras que me atraen poderosamente, y otras que me suscitan un profundo rechazo. Pasa también con las personas, con las ideas. A veces son más importantes las repulsiones que las adscripciones. Una época puede rechazar una obra artística para ser objeto de entusiasmo muchos años después.
EliminarEn el terreno personal hay personas que son centro de afecto generalizado, otras, en cambio, parece que son de rechazo. Nunca he sabido bien a qué se debe.
Saludos, Guillermo.
Esta frase, para mi, debe ir unida indiscutiblemente a un contexto. Suelta lleva a confusión.
ResponderEliminarEs una frase nihilista, desesperanzada. Sin ninguna fe en el ser humano.
Supongo que todo es un reflejo de la sociedad en la que vive y de los pensadores que frecuenta, en un tiempo de entreguerras y convulsiones.
Nada que no sea actual, pero con diferente envoltorio.
Un abrazo
El titulo del post da una idea de por dónde va. Muchas de las más grandes obras artísticas de la contemporaneidad no han sido entendidas en su momento y han suscitado un claro rechazo entre sus contemporáneos. Solo décadas después han sido comprendidas y sujeto de entusiasmo. Piensa, por ejemplo, en Luces de bohemia de Valle que es un esperpento de 1921. No fue representado en vida de Valle. Era demasiado audaz para su tiempo y no fue comprendido. Tardaría cuatro décadas en ser representada en París por Pierre Villar (1963). En su tiempo fue ignorada y rechazada por todas las compañías de teatro y salas de teatro que se regían por criterios conservadores. De todas maneras, la concepción cinematográfica de Luces de bohemia y los múltiples escenarios hacían muy difícil su representación. Era demasiado avanzada para su tiempo. Así que se puede decir que recibió el rechazo del teatro comercial. Muchas obras geniales han recibido notorios rechazos en vida del autor, desafiar el gusto del público tiene un riesgo. Un abrazo.
EliminarUn arte inusitado, circular: Dedicarse a encontrar una razón generalizada para demasiada sinrazón en función del tiempo a través de la historia y la ciencia. Eso es lo que se me antoja que la vida se torne apasionante.
EliminarClaro que para ello se deben atravesar las peores circunstancias personales, allá donde la vida propia e individual se minimice hasta prácticamente desaparecer. Entonces su único fin se convertirá en intentar despejar interrogantes contra viento y marea donde la más ínfima consecución apasione.
Se trata de la verdadera calidad frente a la confusa cantidad donde las cuestiones mundanas bajo diversos mantos circunstanciales y temporales se repiten hasta aburrir.
Y para este conjunto de células aún activas que supuestamente me representan aburrimiento se antoja sinónimo de antivitalidad emocional, algo peor que la muerte, por supuesto.
Yo soy muy pesimista, eso que quede claro. Me pregunto qué quedará del arte singular que hoy conmociona por su fuerza y belleza. ¡Ojo! El éxito popular no significa nada porque obras geniales del pasado soy totalmente abandonadas. Pocos leen a Shakespeare, a Goethe o a Cervantes, y ya no digamos a Dante. El éxito popular es la mayoría de las veces puro oportunismo. ¿Qué quedará de este tiempo confuso en que vivimos y que diga algo a los hombres del futuro? ¿A qué hombres? A los mass media o a los selectos. El arte es selecto, no es democrático. No hay nada que case menos con el arte que la democracia. El genio es elitista, clasista, sesgado. No podemos creer en un arte votado por la mayoría, ¡vaya mierda! Ser un genio puede ser, como dices, muy doloroso, y significar la soledad más absoluta. Es cierto. Es peor que la muerte, claro.
EliminarOk.
ResponderEliminar¿Sabes cuál ha sido mi fallo?, menospreciar el título. Otra cagada.
Me he preocupado de mi enemigo principal, y ha sido el secundario, (las letras pequeñas), las que argumentan.
Estoy perdiendo pistonada, puede ser que porque ahora todo es digital y yo voy a carburador.
Gracias por la explicación. Y si, lo de Valle es tal como lo relatas.
Un abrazo
salut
La frase tiene un sentido muy distinto con el título que sin el título. Pero sin el título puede ser también muy sugestiva. Todos nos lleva a pensar que la aceptación y el afecto lo son todo en la vida, pero ¿qué pasa si la mayoría se equivoca? Si lo detestado es lo más valioso... Buena cuestión.
EliminarLa triste realidad.
ResponderEliminarLos comentarios me ayudaron a "entenderlo" (o eso creo). Supongo se refiere a que la aceptación de un arte es signo de su vulgaridad. La historia de la literatura, pero también de otras artes o ciencias, está llena de casos, Kafka, Nietzsche...
Saludos
Kafka y Nietzsche se hicieron populares después de su muerte, o, en el caso del filósofo cuando estaba ya muy enfermo en manos de su hermana y esta lo exhibía como un trofeo a las visitas. Kafka hizo furor en los años treinta y sobre todo en los cincuenta. Pienso que el hecho de que una obra tenga una magnífica aceptación en su época no quiere decir mucho de su pervivencia posterior. La historia está llena de triunfos en vida que luego la posteridad ignora. A veces el rechazo, por terrible que sea, puede significar que la sociedad no está preparada para ello. Por eso, el rechazo puede suponer el mayor impulso a la obra de un artista, aunque este tenga que sostenerse en el orgullo para subsistir. Saludos.
EliminarPienso que cuanto mayor desprecio, silencio y ostracismo sufre una creación artística de calidad, más brillante resulta cuando sale de la oscuridad de ese tiempo. Incluso un autorrechazo de lo creado puede servir como estímulo.
ResponderEliminarLa fortuna literaria póstuma es altamente incierta. Demos por supuesta una calidad no descubierta en su tiempo -lo que es algo también incierto-, entonces hace falta que alguien lo redescubra, que le de nueva voz lejos de las circunstancias de su época y que sea releído de nuevo a la luz de otras diferentes, resultando actual. No es fácil. Ser objeto de desprecio, silencio y ostracismo no significa a priori nada en muchísimos casos; solo algunos logran salir de allí. Pienso en Chaves Nogales, el periodistas que hizo la crónica de los primeros meses de la guerra civil española. Fue totalmente olvidado pero en los últimos diez años ha sido redescubierto por lectores actuales que aprecian su ecuanimidad, alejada de la política de confrontación, una tercera España, con la cual yo me identificaría. No es fácil, por más silenciado, despreciado y objeto de ostracismo que se haya sido, reaparecer. Eso solo lo puede experimentar una inmensa minoría. En cuanto al autodesprecio, pienso que ello es algo muy común en muchos escritores, el mismo Kafka y Dostoievski lo vivieron.
EliminarEl alago y la adulación solo son trabas.
ResponderEliminarhalago!!!
EliminarAsí piensan los orientales, que el halago y la adulación restan fuerza al que lo recibe, pero hasta los genios más inmortales han caído inexplicablemente en esa necesidad. Pienso en el círculo de aduladores de James Joyce. Los escritores y los artistas muchas veces son seres tan soberbios como frágiles como buenos narcisistas que son, y necesitan de esos condicionamientos de halago y adulación. La mayoría sucumbe a ello.
Eliminar¿Y no es posible considerar el rechazo como un maestro, algo que o bien te reafirma en tus creencias, tras una buena reflexión, o te lleva a repasar aquello que dabas por bueno?.
ResponderEliminarLa adulación incita a excluir el análisis.
Es cierto que la adulación es problemática, pero leyendo biografías de muchos genios y grandes artistas uno advierte del nivel de adulación de que fueron objeto por sus fieles y pareció necesaria por que la necesitaban. Hay que ser muy fuerte, pienso, para reafirmarte teniendo todo en contra. Los artistas suelen ser muy frágiles como decía en una respuesta anterior.
EliminarSi, probablemente el arte y la fragilidad vayan de la mano, por eso es tan excepcional. La mayoría de la personas nos hacemos duras porque vamos chocando y curando chinchones, porque no sabemos hacerlo de otra forma.
EliminarSaludos.