El aula encantada es una publicación del Instituto Austóbriga de Navalmoral de la Mata (Cáceres) dirigida por el profesor de lengua y literatura españolas Alejandro A. González que tiene como eje una recopilación de relatos de tradiciones marroquíes sobre los yinn, una especie de genios que aparecen en el Corán, semejantes a nuestros duendes, hadas o ninfas que poblaron la imaginación de generaciones anteriores a las de la cultura urbana contemporánea.
El trabajo –espléndido- está realizado por un avezado folklorista, conocedor de las tradiciones orales españolas, que ha tomado a sus alumnos marroquíes (Programa de Refuerzo, Orientación y Apoyo) como fuentes informantes de relatos donde aparecen los yinn. El trabajo se compone de una recopilación e interpretación (estudio y notas) de este patrimonio inmaterial de carácter oral. El pasado 25 de octubre fue la presentación del estudio en la fundación Concha con un invitado destacado, José Manuel Pedrosa, folklorista y profesor de teoría de la literatura. Invito, siguiendo la invitación de Alejandro González, a descargaros en PDF el trabajo El aula encantada en su blog Campos de fresa, un blog al que me siento hermanado por nuestro comienzo en el mismo año y por el interés de lo que allí se presenta que no deja de inspirarme siempre que entro en él. Recomiendo vivamente el trabajo a profesores que tengan alumnos marroquíes, pues le descubrirá un elemento nuevo y totalmente desconocido y que le permitirá establecer relaciones fecundas con ellos puesto que ya son parte de nuestra cultura.
¿Quién no ha oído hablar de los genios de las Mil y una noches? ¿Quién no ha oído historias de casas encantadas donde moran espíritus inquietos, malvados o burlones? ¿Quién no ha achacado ciertas desapariciones a los duendes misteriosos? Los muchachos marroquíes, muchos provenientes del medio rural, mantienen vivas estas tradiciones de forma mucho más viva que las que ofrece la sociedad urbana española.
Quise hacer la prueba en mi curso de segundo de ESO en que son mayoría de alumnos marroquíes (bereberes y árabes) en una hora de desdoblamiento. Les pregunté por el tema de los yinn. Se quedaron muy sorprendidos de que un profesor español supiera algo de eso. Yo les dije que me gustaría conocer sus historias y explicaciones sobre quiénes y cómo son los yinn, tal como lo escribe Alejandro González, aunque con acento circunflejo en la y, que yo no consigo poner. Mis alumnos coincidieron, en cambio, en transcribirlo como “jnon”. Se mostraron entusiasmados y empezaron a salir historias sobre los jnon. Según ellos, son una especie de diablos o fantasmas, solitarios o en grupo, que hacen que la gente tenga miedo. Son invisibles, pero varios coincidían en representarlos por medio del color blanco. Salen por las noches y viven en las casas donde no hay gente, y además les molestan los intrusos a los que espantan de diferentes maneras. Son malos y dan miedo. Son como personas pero no tienen cuerpo. A veces toman forma de animales como el perro. Les pregunté si había en España y me dijeron que están en todas partes. ¿Incluida la clase?, les pregunté. Entonces para mi sorpresa la pizarra digital en que estaba escribiendo se borró y por más que hice no encontré el texto escrito. Para ellos fue una prueba de que los jnon estaban allí. Para alejarlos hay que recitar alguna sura del Corán. Además son ubicuos. Se mueven con extrema rapidez y cambian de lugar sin que la vista pueda seguirlos. A veces cogen a algunas personas por el cuello y no las sueltan. No debe quedarse uno solo en casa porque entonces aparecen los jnon en la oscuridad. Están ahí, como una especie de mundo paralelo al de los hombres con sus propias reglas que interfieren en la vida humana.
Los relatos que contaban, tanto las alumnas bereberes, del Rif o una árabe de Rabat, se agolpaban y costaba seguirlas. Todos querían hablar a la vez, pero su reducido castellano trufado de palabras y giros en catalán hacía difícil comprender la secuencia de relatos que allí salieron. No me cupo duda de que los jnon formaban parte de su concepción de la existencia y no eran un resto marginal de creencias primitivas. A los jnon no se les ve habitualmente, pero en un momento dado uno se te puede aparecer y entablar relación contigo, pero otros no lo ven. La impresión que tengo es que produce miedo y escalofríos su sola mención. Alguna alumna sostenía incluso que no les gustaba que se hablara de ellos. Son una presencia inmaterial pero real en sus vidas.
Para los que quieran saber más remito al magnífico trabajo de Alejandro González y sus alumnos, tanto los que han aportado relatos como los que han dibujado imágenes de los yinn o jnon. Es un ejemplo de investigación y recopilación de datos en un proyecto que lleva años funcionando en su instituto.
La ilustración del post se titula Hamsa y es de Ignacio Duarte Revellado, sobre diseño tradicional. Es la llamada Mano de Fátima en la cultura musulmana o Mano de Miriam en la cultura judía.