John Stanmeyer, foto ganadora del World Press Photo 14
El pasado día 27 de noviembre fui con mis alumnos de segundo
de ESO a ver la exposición del World Press Photo 14 en el CCCB de Barcelona.
Era un día lluvioso. Aproveché la magnífica luz velada del día para hacerles
fotos y salió un reportaje que me encanta. Los adolescentes son magníficos
modelos fotográficos. Su frescura, su naturalidad, su vulnerabilidad, su
todavía no estrenada entrada en el mundo adulterado de los adultos los hace un
sujeto fotográfico extraordinario. Yo disfruto fotografiándolos y ellos se
dejan querer por la cámara. En general les gusta mucho ser fotografiados. Luego
les monto un vídeo con música de la que les gusta a ellos y aprovechamos los
últimos diez minutos de la clase para verlo.
La salida tenía una función sibilina por mi parte. Quería
hacer partícipes a estos chavales del mundo de la imagen, quería que mediante
la visión de las mejores fotografías del año accedieran a una visión más
compleja de la realidad del mundo en que viven. Sabía de antemano que la
fotografía es el lenguaje esencial de estos muchachos, la fotografía y el
vídeo. Había visto la exposición un par de veces antes para prepararles un
dossier que ellos debían completar eligiendo algunas series de la muestra. El
recorrido estaba preparado para que ellos curiosearan libremente por la
exposición viendo diferentes aspectos de la realidad: la violencia de género,
catástrofes naturales, homosexualidad en África, inmigrantes intentando captar
la señal con sus móviles, una adolescente obesa que se va a operar para perder
peso, deportes, comunas naturistas, hombre deformado con ácido, una comuna de
albinos, fotos de bonobos, de leones, matanzas en centros comerciales en
Kenia... El mundo se abre ante ellos sin la censura de los adultos. Estos
muchachos no suelen ver los noticiarios y viven aislados de la realidad
informativa. Pero les interesa, planteada sin tono didáctico. Yo no les
expliqué nada que ellos no preguntaran. Los veía tumbados en el suelo tomando
apuntes, mirando fotos absortos, o sentados o tumbados viendo vídeos sobre
aspectos diversos. La oscuridad dominaba en la exposición, solo matizada por la
iluminación tenue de las fotos. Nadie les intentó explicar nada. Eran ellos
solos los que debían elegir series de fotografías, fotografiarlas y
describirlas con palabras. La recepción fue extraordinaria. Pasamos allí dentro
una hora y media y costó sacarlos a la calle sumidos en la penumbra de la
exposición. Eran ellos los que tenían que haberse planteado preguntas al ver
imágenes sobre temas complejos. Yo estaba allí viéndoles deambular y el que
decidió que ya era bastante, que teníamos que salir a la calle.
El resultado de la salida fue tan positivo que he pedido de
nuevo que en enero haya otra salida a una muestra distinta que está también en
Barcelona. Se titula Mujeres y el autor es Gervasio Sánchez. Es una panorámica
de la situación de la mujer en
Afganistán. Desoladora, tremenda, emotiva, dolorosa, durísima, interesante,
provocadora. Hay profesores que estiman que puede ser demasiado fuerte para
ellos, muchachos de trece años, pero yo creo que necesitan nutrirse de la
realidad del mundo. No pueden vivir en una burbuja ajena a las cosas que
suceden. Pienso que están hambrientos de información planteada de forma no
manipulada, de información que ellos deben contemplar y evaluar. La fotografía
es un arte de nuestro tiempo y se suele utilizar poco como medio pedagógico.
Todas las veces que he llevado a alumnos a exposiciones de fotografía
interesantes ha habido una magnífica recepción. He preparado la salida a conciencia
viendo varias veces la exposición, les he elaborado un dossier, les he
explicado qué tenían que hacer y luego hemos ido. Suelen ser exposiciones
gratuitas. En la exposición no explico nada. Las fotografías hablan por sí
mismas. Veo inapropiado interpretarlas. La mayor virtualidad del lenguaje
fotográfico es la libertad de interpretación. Es un sistema sumamente sencillo.
Hay que aprender a ver fotografías y la mejor forma de hacerlo es evidente.
Viéndolas. Fotos excelentes realizadas por fotógrafos magníficos. En Barcelona
hay una oferta muy interesante si queremos seguirla.
El hecho de haber salido a ver fotos se une a que ellos
llevaban cámaras o móviles para hacerlas también, mientras que el profesor
disfrutaba disparando su cámara para hacer un reportaje lleno de vida sobre
este momento de los trece años en que las emociones surgen poderosas y urgentes
en su psique. No es la primera vez que un adolescente se enamora de la imagen viendo
hacer fotos. Nada hay que estimule tanto la fotografía que el hecho de ver
fotos y que alguien goce haciéndolas cerca de ti.