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domingo, 4 de marzo de 2012

Rinocerontes y rinocerontas



Reconozco que hay un problema cuando hablo con mis hijas y les pregunto cuestiones como ¿cuántos niños hay en clase? Se ponen a pensar y me dicen "Veintisiete", pero no siempre ha sido así. Esto ha sido producto de una reflexión sobre el lenguaje, porque no hace mucho tiempo, me decía: "Hay quince niños" refiriéndose exclusivamente a los varones. Hemos hablado del masculino genérico como integrador de los dos géneros y solemos entendernos. Digo esto porque la RAE ha sacado un documento firmado por 27 académicos en los que se repasa los manuales de usos lingüísticos editados por sindicatos, comunidades autónomas, ayuntamientos y universidades en que se aboga por un uso no sexista del lenguaje. Según la RAE se han difundido usos, que son frecuentes en documentos y en el lenguaje político que contrarían la coherencia de la lengua para lograr algo muy loable que es hacer visible a la mujer que parece desaparecer tras el genérico masculino. Así en ciertos manuales se considera sexista decir "Los estudiantes" como integrador de los dos sexos, y debería decirse "Los/Las estudiantes" o "L@s estudiantes", utilizando la arroba como signo plurivalente. Se defiende que no deba decirse "Los alumnos" sino "Los alumnos y las alumnas" o utilizar un nombre colectivo como "El alumnado", o "El profesorado" para referirse a "Los profesores y las profesoras" o "Las profesoras o los profesores" porque ¿no es sexista poner primero a los hombres y luego a las mujeres? Así lo vemos en el uso no sexista del término "AMPA" (Asociación de Madres y Padres).

Estas guías de usos lingüísticos han tenido una gran difusión y en los documentos de muchos sindicatos y ayuntamientos tiende a generalizarse la distinción de "los delegados y las delegadas", "los alcaldes y las alcaldesas", y es frecuente oírlo en campañas electorales cuando los mitines se abren con un "bienvenidos y bienvenidas, los ciudadadanos y las ciudadanas".

Una vez abierta la veda de la modificación social del lenguaje no por criterios lingüísticos sino éticos en busca de la no discriminación de las mujeres, se entra en jugosas contradicciones porque se puede rastrear un uso sexista en decir "Juan y María viven juntos" ¿Por qué "juntos"? O cuando nos referimos a "mis padres" englobando a la madre y al padre, o cuando decimos "mis hijos", cuando deberíamos decir tal vez "Mi hijo y mi hija o mis hijos y mis hijas" si tal circunstancia existe. También entramos en una senda anómala cuando decimos "Alberto y Mónica viven contentos". Tal vez debería decirse evitando el masculino marcado "Viven alegres". La confusión se extiende asimismo a instituciones como el colegio de psicólogos cuando debería decirse "psicólogos y psicólogas" o "ingenieros e ingenieras".

¿Es un uso sexista utilizar el masculino genérico? ¿Debería evitarse? Entiendo que no lo es, coincidiendo con el criterio de la Academia a la que agradezco el documento redactado en el que se reflexiona sobre usos lingüísticos impulsados por asociaciones o instituciones muy bien intencionadas pero que  no tienen formación lingüística e introducen usos aberrantes y contrarios a la economía y la elegancia de la lengua. Cuando digo "Todos debemos luchar por la justicia social" no estoy discriminando a las mujeres, y es un tanto gazmoño que se vea en el uso del masculino genérico tal discriminación. Recordemos la aportación de Bibiana Aido cuando dijo que "los miembros y las miembras del gabinete" o algo parecido, en una expresión que ha tenido éxito social e induce a la duda de si debemos utilizar "miembras" evitando eso de "Los miembros del gabinete.

Me parece un atentado contra la lengua, y no hace falta recurrir a la Constitución venezolana en la que se habla de "Venezolanos y venezolanas", "Presidente o Presidenta" "Vicepresidente o Vicepresidenta"... para darnos cuenta de la prolijidad que introduce en la naturalidad del habla generando un discurso anómalo e inelegante. Sin duda que hay que luchar por la igualdad social de hombres y mujeres pero no violentando la lengua y haciéndola adoptar giros absurdos para evitar el uso del masculino genérico como cuando decimos "El hombre es un lobo para el hombre" sustituyéndolo por "las personas humanas son unos lob@s para las personas humanas" porque también en el uso del masculino para referirse a nuestros animales domésticos "Me gustan los gatos" es potencialmente sexista cuando debería decirse "los gatos y las gatas", "los perros y las perras", "los rinocerontes y las rinocerontas"...

¿No es absurdo? Y si es absurdo ¿cómo está tan extendido? Me gustaría saber qué piensan "los lectores y las lectoras del blog". 

88 comentarios :

  1. Obras son amores... No voy a cambiar mi uso del castellano en función de lo "politicamente correcto", que no es más que una ficción alienadora y asnalmente despótica, porque poca ilustración hay, me parece a mi, en esa corrección que recurre a la ignorancia, al desquiciamiento y a la aberración. Me declaro protofeminista,y no por mis declaraciones, sino por mis hechos, porque ahí está el meollo de la cuestión, en los hechos, no en las palabras. Sé de no pocos de los del "vascos y vascas", "tod@s", y toda esa aberrante parafernalia de la ignorancia respecto de lo que es el genio vivo de la lengua, que ni se inmutan ante el requerimiento de sus bientratadas verbalmente para que barran, hagan la colada, salgan a comprar, cocinen, fieguen los platos, tiendan la ropa, saquen las criaturas al parque, laven a los ancianos de la casa, etc. Trabajo con inmigrantes cuyo machismo (yo no me siento con esa, yo no trabajo con esa, a mí no me pone junto a esa...) son obras cotidianas, y no creo que la corrección política verbal haga nada por cambiar ese modelo que siguen por tradición. Se trata de un tema que da pie a no pocas bromas que, en el fondo, esconden actitudes poco o nada igualitarias en cuanto a las responsabilidades familiares o de pareja, de ahí que lo importante, vuelvo a decir, son los hechos, como casi siempre, no las palabras, y menos aún los palabros.

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    1. Hoy oía a Pere Navarro, el secretario del PSC, hilvanar un discurso haciendo todas y cada una de las concesiones verbales a la paridad en forma harto enojosa. Confieso que cuando oigo a alguien diciendo "ciudadanas y ciudadanos" me suele sublevar y ya no presto atención al resto de lo que dice. Lo considero una concesión espuria al cretinismo biempensante políticamente correcto. Y lo cierto es que, como dices, la cuestión fundamental está en el fondo, en nuestras actitudes reales frente a las responsabilidades humanas, sociales y familiares.

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  2. Joselu, el artículo de Ignacio Bosque me parece sólido, argumentado y muy claro en su exposición. Me agrada especialmente que se preocupe por los profesores de Lengua y los nombre en varias ocasiones. Hace poco, trabajando los textos argumentativos, pregunté a mis alumnas si se sentían excluidas por el masculino genérico, la respuesta fue unánime: no. Yo, como mujer, tampoco me he sentido jamás excluida. Los ejemplos que da Bosque para diferenciar lo que es o no un uso sexista de la lengua me van a ser muy útiles en clase para seguir profundizando en el tema con mis alumnos. Yo siempre he tenido muy claro que lo que tenemos que cambiar es la realidad, que ya el lenguaje se adaptará a los cambios en el caso de que sea necesario. Un afectuoso saludo.

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    1. Yo también me sentí apoyado por la referencia a los profesores que hace Bosque que somos una parte importante en la cuestión. Desde ámbitos no lingüísticos bienintencionados se ha querido modificar la realidad del lenguaje y esto ha calado en la demagogia política y en la forma de dirigirse a nosotros. Un discurso "paritario" radical es lo más cargante e imbécil que se pueda imaginar. Me siento tratado como idiota cuando oigo eso de "todas y todos", "los catalanes y las catalanas"… En mi práctica concreta como profesor nunca he tenido ningún conflicto al respecto. El masculino genérico, que no sexual, es utilizado con total normalidad por la inmensa mayoría de las personas que conozco. La reacción contra el artículo de Ignacio Bosque ha sido tremenda a tenor de las reacciones que hoy vienen en El País. Un afectuoso saludo, también.

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  3. Pues claro que es absurdo, Joselu.¿Por qué está tan extendido? Como bien dicen los académicos, para justificarlo se parte de premisas verdaderas como aquella de que, históricamente, la mujer está discriminada en la sociedad. En los libros de texto se decía, por ejemplo: "los egipcios abandonaron sus tierras llevando consigo sus enseres, sus animales y sus mujeres". El arreglo es claro: "Los egipcios abandonaron sus tierras llevando consigo sus enseres y sus animales". Pero hace alrededor de veinte años, cuando los y las pedagogos y pedagogas tomaron las riendas de la enseñanza, sin tener ni idea de muchas cosas y se encerraron en sus papeles para cambiar el rumbo de la escuela, del pensamiento y del lenguaje a base de adoctrinar cual clérigo con hisopo, nadie les plantó cara por temor a ser etiquetados peyorativamente (aunque desconocían aquello de "economía del lenguaje, no ignoraban el poder de la palabra para implantar dogmas de fe): si hablas mal de un inmigrante eres racista, si no dices miembra eres machista, si te cae mal tu vecino gay eres homófobo, si no piensas como yo eres fascista. El dogmatismo pedagógico nos ha ahogado como cobardes miedosos que somos y los académicos han tardado demasiado en responder. A ver si tarda tanto la Bibiana Aído de turno en etiquetar a las académicas y a los académicos firmantes y firmantas de retrógrados y retrógradas, rancios y rancias y primitivos y primitivas (y, quizá, con algun@ no le falte razón). Pedirán su dimisión. Y si no estuviéramos en crisis pedirían una subvención para cambiar lo que haga falta, así sea una lengua. Lo he dicho siempre: no se puede dejar la enseñanza en manos de los que no saben. Leer esta mañana el artículo de Ignacio Bosque me ha avergonzado. ¿Cómo nos hemos dejado llevar por ese camino del absurdo? Creo que, aunque tarde, es bueno ya que ver por escritos las tonterías a las que hemos llegado nos hará reaccionar.
    Un saludo

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    1. Me alegro del alcance que ha tenido el artículo firmado por Ignacio Bosque y 27 académicos entre los que hay hombres y mujeres. Es inquietante el poder que ha tenido este virus entre las cohortes ideológicas de la sociedad como los sindicatos que se han dedicado a intentar transformar la sociedad voluntariosamente cambiando el lenguaje sin reparar que éste tiene su sentido, su belleza y sus ritmos, a los que nos debemos los profesionales de la lengua y todos los hablantes conscientes. Ha sido un placer leer este artículo bien fundamentado y uno siente que se haya tardado tanto en cuestionar la vorágine paritaria a nivel lingüístico. Un saludo.

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  4. He leído el artículo de Bosque y he disfrutado como lingüista, como hablante y como persona que huye de las discriminaciones, sean cuales sean. Confundir sexo y género gramatical es un error impropio de personas cultas; argumentar que el uso del masculino genérico "invisibiliza" a las mujeres nos lleva a discusiones de taberna en las que podríamos arreglar el mundo a la tercera cerveza. Esta mañana en twitter recordaba un artículo de Millás muy divertido: La corrección en el lenguaje. Leyendo el análisis de Ignacio Bosque, parece que, en lugar de apostar por la igualdad, vamos camino de convertirnos en talibanes de la lengua políticamente correcta, porque se aboga claramente por un registro paritario solo de cara a la galería, y ya sabemos que la hipocresía social solo necesita esos gestos públicos para perpetuar las desigualdades.
    En fin, Joselu, que hay que fijarse bien en no discriminar con ciertos usos claramente sexistas y dejar esas recomendaciones 'contra natura' para quienes solo necesitan hacerse visibles sobre una tribuna o bajo una subvención.

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    1. Es fundamental subrayar este aspecto que género gramatical y sexo no son equivalentes. Que el género es una convención que nos sirve para entendernos. No podemos evitar que sol sea masculino y luna femenino y no es una discriminación, ni una sutil forma de discriminar lo femenino frente al poder solar. Son cuestiones distintas. Y cuando utilizamos "todos" como inclusivo de mujeres y de hombres no deja de ser simplemente una convención avalada por el uso del lenguaje y por la que nos entendemos perfectamente sin que eso suponga la subordinación del sexo femenino. Cuando oigo a políticos utilizando estas variantes suelo cambiar de emisora de radio.

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  5. Yo vi un cartel brutal.. Ajá, lo he encontrado, hice una entrada sobre este demencial tema, aquí.

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    1. Recuerdo, Frikosal, que tú abordaste el tema muy acertadamente ya hace varios años. He visto que te dejé un comentario y me contestaste. En aquel entonces no me entendía con mis hijas al respecto. Hoy ha progresado la corrección de la lengua y ya podemos saber de qué hablamos. Demencial lo de candidato y candidata.

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  6. Quizás la dificultad está en que los partidarios de utilizar siempre expresamente ambos géneros no piensan en términos lingüísticos, sino sociales y políticos (entendiendo ésta en un sentido amplio, no partidista). Se está corriendo el riesgo de pasarse en un sentido contrario al anterior: la invisibilidad de la mujer y su aportación a la Historia es una injusticia que se ha ido corrigiendo paulatinamente, impulsada por los movimientos feministas y en pro de la igualdad. Pero querer visibilizar a toda costa su presencia en el lenguaje lleva a soluciones poco prácticas, que se imponen principalmente en el ámbito de la política y de ahí pasan a los medios de comunicación, que los generalizan. Quien no utiliza los y las, parece sospechoso de machista o, por lo menos, de no suficientemente concienciado. Y, en términos lingüísticos, no debería ser considerado como tal.
    Respecto al comentario anterior, echar la culpa de todo a los pedagogos ya es un lugar común entre parte del profesorado. Quizás si la educación la diseñaran los físicos del laboratorio del CERN, o los biólogos, las cosas irían mejor; pero supongo que los pedagogos también sabrán algo de educación, ¿no? Qué curioso que, para dar bien clase, hay que huir de la pedagogía...

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    1. Espeluzna oír a los candidatos a alguna prez política utilizar con entusiasmo el sistema paritario siguiendo catecismos ad hoc que han sido ahora cuestionados por la Real Academia entrando al trapo de una polémica que tiene lugar en el corazón del lenguaje. Porque el uso abusivo de los "todos y todas" es redundante, antieconómico y profundamente hortera. Me recuerda a 1984 de Orwell en que el neolenguaje pretendía cambiar la realidad social a base de eliminar vocablos y transformar su uso.

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  7. Me refería al comentario de Hortensia Lago, en el que critica a los pedagogos. Se han colado un par más mientras escribía el mío.

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  8. "La enseñanza de la lengua a los jóvenes constituye una tarea de vital importancia. Consiste, en buena medida, en ayudarlos a descubrir sus sutilezas y comprender sus secretos. Se trata de lograr que aprendan a usar el idioma para expresarse con corrección y con rigor; de contribuir a que lo empleen para argumentar, desarrollar sus pensamientos, defender sus ideas, luchar por sus derechos y realizarse personal y profesionalmente.
    En plena igualdad, por supuesto."

    ¡Uf, cuánta lengua para no decir más que lo obvio y lo demagógico y para no cambiarle la vida a nadie!

    Si esto sucediera,si los jóvenes lograran comprender las sutilezas en los discursos que les prometen un mundo más justo y mayores oportunidades a futuro, nadie,ni ellas ni ellos, se haría problema por el genérico masculino.

    Y si esto no sucede no es por cómo se nombra a las personas, sino porque se las trata de distraer con este tipo de cuestiones cuando nadie hace lo que debe hacer para resolver los temas de fondo que nos harían visibles a TODOS.

    Un beso, Joselu.

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    1. No sé si en Argentina ha hecho también acto de presencia la tendencia a la "corrección lingüística" en el uso del lenguaje para evitar discriminaciones. Por aquí es tremendo el uso que hacen políticos en su forma de intentar visibilizar a las mujeres mediante la llamada inclusividad genérica que hace que sea inelegante y artificial el discurso resultante. Y sí, varios comentaristas han hecho alusión a que hay otros temas de fondo que sí son importantes y que esto no deja de ser una extravagante distracción.

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    2. Tenemos una presidenta que comienza sus discursos diciendo: "Argentinas y argentinos...". Y te aseguro que últimamente es mejor no escuchar lo que tiene para decirnos ni a unos ni a otras... Especialmente a los docentes, que hoy están de paro en la provincia de Buenos Aires por no haber logrado acuerdo salarial. Y el año lectivo recién acaba de comenzar.

      Luego de 3 horas y media de alocución en la inauguración de las sesiones parlamentarias pocas cosas quedaron claras, más que el lamentable hecho de que seguimos divididos, chicaneánadonos políticamente y sin ideas claras para las soluciones a los acuciantes problemas que tenemos. Eso sí, todo dicho con mucha corrección lingüística y visibilidad femenina, e inclusive, lágrimas en los ojos.

      Más no te cuento sobre la actualidad de mi país, Joselu. Mejor seguir charlando sobre estos temas.

      Un beso y gracias por el interés.

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  9. Pienso que quienes tienen un problema, son aquellos que piensan que decir nosotros e incluir a personas sin cromosoma Y en la apreciación, es un problema. Porque para todas esas personas, la palabra nosotros no tiene el mismo significado que le atribuimos el resto. Ni esa, ni ninguna.

    De ser ellos, yo me lo haría mirar.


    Ellos vs. nosotros... si es que si lo piensas, en realidad no tiene ni pies, ni cabeza.


    Un beso, Joselu.

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    1. Muy bueno tu alusión al cromosoma Y. Y cuando decimos "nosotros" nos entendemos,igual que cuando decimos "los lectores" del blog sin necesidad de retorcer la expresión ni adocenarla.

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    2. Mira, por aumentar si cabe todavía más el grado de estupidez y siendo correctos, casi debieran -al menos escribir-: ellxx-xys.

      Sería la repera ya.

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  10. @salvaoret, no pretendo echar la culpa de los males de la enseñanza a los pedagogos (y pedagogas) pero mi convivencia con ellos (y durante mi etapa de estudiante universitaria tuve bastante contacto con ellos ya que viví con una) me hace desconfiar y a veces me altera bastante: ¿qué me han aportado? Sobre todo, papeleo y terminología y una incómoda sensación de que los enseñantes que no pasamos por el aro de la burocracia pedagógica no enseñamos de verdad. No quiero, sin embargo, menospreciar su tarea: creo que en los centros realizan una función muy importante con respecto a los alumnos, tanto social como orientativa. El problema surge cuando quien nunca ha estado en un aula pretende regular cómo se debe enseñar en un aula. No les perdono el tiempo que me han hecho perder cubriendo test y papeles inútiles que nadie (ni ellos) leía. Además, hace años tuve una ácida discusión con una pedagoga que ya decía "miembras" e incluso "estudiantas", ¿por qué no? Se rió de la teoría de la "economía del lenguaje" porque los libros de historia, de filosofía, de literatura, todo, estaba escrito desde la perspectiva del machismo. Ni la conocía ni le importaban mis argumentaciones. Y mira adónde hemos llegado. No quiero menospreciar su trabajo, insisto, pero creo que han tenido demasiado poder en ámbitos en los que ignoraban demasiadas cosas. Como en este tema que aquí se trata.
    Un saludo.

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  11. Yo a veces uso esa doble especificación pero en casos muy contados y sin abusar.
    Personalmente nunca me ha gustado y os diré por qué: es una hipocresía. Es decir, se sigue discriminando a la mujer como siempre pero a la hora de escribir se hace ese pequeño añadido. No compliquemos más al lengujae y respetemos a las mujeres DE VERDAD, no con unas palabras de más o de menos.
    Y la Bibiana Aído es la esencia de la estupidez socialista y la antítesis de los luchadores socialistas de los 70.
    Antes los socialistas eran en su mayoría niños bien con conciencia social y cierta inteligencia, pasaban del dinero. Ahora son hijos o parientes de políticos que quieren ganarase el sueldo como sus padres, pero sin la misma inteligencia, la misma lucha social ni mucho menos un sacrificio personal por el bien general.
    Menudo personaje has citado. ¿O habría que llamarla "personaja"?

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    1. Y a mí que me resulta mucho más denso y expresivo utilizar el término "poeta" que "poetísa" para referirme a una creadora o el término "juez" antes que "jueza" o "médico" antes que "médica" para referirme a profesionales de las leyes o la medicina… El zapaterismo tuvo mucho de cosmético en el terreno de la paridad, tanto que resultaban ridículos esta pretensión a toda costa y los dislates de Bibiana Aido que ha pasado a las hemerotecas por su estulticia más que por su sagacidad política. A veces no sé si causa algo de rubor la experiencia de formaciones políticas a las que uno ha dado su apoyo. ¡Qué tontería a veces eso de ser progre a toda costa!

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  12. No creo que la lengua sea sexista. Si acaso lo será el proceso cultural que nos ha llevado en dicha dirección. La lengua, en definitiva, evidencia la realidad sociológica a la que sirve.

    En las lenguas románicas es habitual, y así se nos ha venido enseñando, usar en plural los sustantivos masculinos de persona para designar a todas las personas, sean varones o mujeres. Es lo que se llama empleo genérico del masculino plural.

    “Los espectadores recibieron con aplausos a los actores”

    Sin embargo, actualmente estas construcciones están variando: la política de igualdad social, el acceso de la mujer a los puestos de responsabilidad y la influencia de los medios políticos, administrativos y periodísticos llevan a pronunciar:

    “Los espectadores y las espectadoras recibieron con aplausos a los actores y las actrices”.

    No creo que uno no se sexista o lo sea por utilizar respectivamente las fórmulas “os/as” o simplemente la de “os”...

    Soy consciente de que en algunos casos, el uso de vocativos desdoblados se puede interpretar como un detalle de cortesía: “señoras y señores”, sustituto del clásico “damas y caballeros”, pero, salvo algunas excepciones que exigen esa matización de los géneros para evitar errores, me resulta un tanto artificiosa y redundante esta fórmula, “a los trabajadores aragoneses y a las trabajadoras aragonesas...”, aunque sea políticamente correcta. No me considero seguidor inquebrantable de los cánones gramaticales, pero no me gusta, insisto, esta moda de las duplicidades. Mucho me temo que, a estas alturas de la película, uno tiene tan asumido lo del masculino plural genérico que, aun con riesgo de ser condenado a la hoguera, va a continuar diciendo “todos” en lugar de “todos y todas”... Respetar al otro sexo va más allá de utilizar meras formas gramaticales. Digo...

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    1. De acuerdo, estamos en sintonía, Luis Antonio. La asunción de formas gramaticales no atacan la raíz de fondo de los problemas. Es más bien un maquillaje inane.

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  13. Respondiendo a tu pregunta y al polémico tema del femenino políticamente correcto, sí, es absurdo. ¿Por qué está tan extendido? En mi opinión, forzar el sistema, atentando contra sus principios básicos y entorpeciendo la función principal del mismo, que es hacernos entender, solo puede responder a un intento de crear más confusión y, a su vez, más segregación. Ya no solo entre hombres y mujeres (extensible a negros y blancos, heterosexuales y homosexuales…) sino entre los que utilizan un lenguaje supuestamente “no discriminatorio” y los que no. Y, ya de paso, mientras nos perdemos en cuestiones de forma, nos olvidamos del fondo, de lo que verdaderamente importa.
    El propio concepto de “recomendar usos” ya me parece, de entrada, sospechoso. Parece que están muy preocupados por homogeneizar algo tan rico como es la lengua y sus manifestaciones individuales. La relación entre lenguaje y pensamiento es muy estrecha. Si perdemos nuestra propia capacidad para decidir sobre algo tan personal como es el habla, acabaremos pensando a través de las palabras de otros...
    Cambiando de tema, muchas gracias por tus ánimos.
    Es todo un honor que hayas estrenado mi tablón de comentarios. Precisamente, descubrir blogs como éste fue lo que definitivamente me animó a crear el mío. Lo que más me gusta es que expones tu experiencia de forma muy generosa, con honestidad y mucho mimo. No sé cómo explicarlo, pero a través de tus palabras se percibe el profundo respeto hacia lo que haces, la dedicación que le pones, las ganas de hacerlo incluso mejor… Como poco, da mucha envidia.

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    1. Gracias, Jazzmarina, este blog es un proceso abierto a sentimientos, contradicciones, ilusiones, desasosiegos, temores, dudas… y que intenta evitar a toda costa la impresión de que se posee ningún tipo de verdad o de seguridad metodológica porque lo cierto es que no las tengo. El blog me sirve para pensar en voz alta y a la vez recibir interpretaciones de lo que se quedaría en el interior de uno sin posibilidad de contrastarlo con otras visiones. Me animan tus palabras y me estimulan a seguir en esta tarea en la que llevo más de seis años, y todavía mi ilusión no decae en el proceso de exploración de la conciencia de un profesor de secundaria que no posee verdades incontrovertibles.

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  14. ¿Has visto mi entrada, compañero? Sobre los miembros y miembras de mi clase.

    http://tranquilacion.wordpress.com/2012/01/17/queridos-miembros-y-miembras-de-la-clase/

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    1. Un comentario riguroso, pedagógico y ameno que, sin duda, será entendido y asimilado por los alumnos más conscientes. Es una reflexión oportuna que ahora viene al caso, cuando habitualmente es un tema anecdótico. La división de opiniones sobre el uso de la lengua como instrumento de cambio social o como estructura gramatical sin connotaciones en el uso del masculino como integrador de los dos géneros, abre posibilidades muy interesantes para la discusión en clase. No obstante, es un proceso vivo y abierto en que se multiplican las variantes profesionales cuando se refieren a las mujeres. ¿Se debe decir tenienta, coronela, generala en los grados militares? ¿Es cuestión de tiempo y hábito? No hay una respuesta definitiva porque la lengua es un organismo vivo. Lo que me parece negativo es que se utilice la transformación del lenguaje de modo harto elemental para producir un cambio social. El lenguaje tiene su belleza, su ritmo, sus modos de evolucionar, y las variantes paritarias son en la mayoría de los casos sencillamente abominables. Felicidades por el blog y el artículo.

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  15. Creo que es muy difícil no estar de acuerdo con Bosque. El lenguaje "políticamente correcto" me pone un poco de los nervios, si bien es cierto que, como en casi todo, las formas son el fondo, y el lenguaje es revelador de muchas cosas. Pero una cosa es el género de las palabras (¿violencia de "género"?) y otra el sexo. Las palabras no tienen sexo. Las personas, sí. Precisamente estos días hemos estado trabajando el género en 3º de ESO. Hemos hablado del masculino como término genérico, y saqué esta cuestión. También hemos hablado de la "economía del lenguaje" y de la lengua como instrumento de comunicación (su principal función, ¿no?) Y de la violencia machista, de la diferencia salarial entre hombres y mujeres, de las tareas domésticas que siguen recayendo en su mayoría sobre los hombros de las mujeres... Mis alumnas nunca se han sentido excluidas cuando me refiero a la clase como "vosotros", en lugar de "vosotros y vosotras". Hay otras sutilezas mucho más discriminatorias en el lenguaje, y no solo referidas a la cuestión sexual, no hay más que pasearse por los periódicos. Un abrazo.

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    1. Es significativo que tantos profesores de lengua seáis los primeros en disfrutar del artículo de Ignacio Bosque, entendiendo que pone los puntos sobre las íes en el proceso de feminización del lenguaje a costa de los mecanismos de economía, elegancia y naturalidad que deben regir los procesos lingüísticos. No debe llenarse de ideología la lengua con el pretexto de que ya la tiene y que esta es machista. Deben diferenciarse modos abiertamente discriminadores como aporta el artículo y otras cuestiones como el masculino integrador como un fenómeno simplemente de género gramatical. Se llega al absurdo de rechazar el masculino referido a Dios por abiertamente machista.

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  16. Pues poco que añadir, Joselu.

    La politización del lenguaje introduce un elemento perverso en su uso: la corrección moral y el rechazo a la polisemia, al doble sentido, a la metáfora, en definitiva, a la riqueza del lenguaje en su uso. No deja de ser una versión democrática del control que en los viejos regímenes totalitarios se ejercía sobre cualquier aspecto de la realidad, solo que ahora viene aderezado por el moralismo ilustrado de una izquierda rancia y simplista. Peor.

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    1. Tomo tu comentario en la parte final cuando haces referencia al moralismo ilustrado de una izquierda rancia y -sobre todo- simplista. El diagnóstico, a mi juicio, no puede ser más acertado.

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  17. A mi me resulta imposible de entender esto JOSELU,

    ya en su día, con la polémica generada a partir de las manifestaciones de la ministra AIDO, me resultó poco menos que surrealista la cruzada emprendida por esta Sra. no sólo contra el lenguaje y la absurda redundancia y repetición sin sentido de palabras, incrustando la “a” por todas partes, el summum del absurdo fue cuando llegó al demonizar hasta los cuentos infantiles por sexistas... ¡¡xD, hasta donde puede llegar la estupidez humana!!

    Por increíble que parezca, recuerdo que aquí mismo en los blogs muchas feministas beligerantes arremetían contra las personas que como en mi caso que soy mujer, no siendo sujeto de sospecha machista, manifestábamos nuestra opinión en contra de esta radicalización absurda del lenguaje. A mi siempre me ha producido tantísimo repelús el feminismo acérrimo, como el machismo. Da igual el ámbito de la vida en que se ejemplifique. Cierto que hay que imponer la cultura de la igualdad a todos los niveles, pero dentro de una lógica y racionalidad, queramos o no, siempre habrá diferencias y es bueno que las haya además. Respeto todo, pero iguales, no vamos a ser jamás, nos pongamos como nos pongamos.

    Esto es parecido a la batalla emprendida desde los nacionalistas por imponer un idioma identitario sobre quienes no comparten esa manera de pensar. Al final, ellos son tan irrespetuoso y opresores, como quienes en su día impidieron que estos, se expresarse en su lengua vernácula.

    Todo se vuelven guerras por imponer unos criterios sobre otros, justificando su comportamiento, por la inferioridad u opresión sufrida en el pasado.

    Me temo que hay muchos tipos de fanatismos y pienso que el feminismo acérrimo, es tan nefasto, como el machismo. Ambos, pueden generar comportamientos perjudiciales para la convivencia.

    Cualquier extremo es negativo siempre y en todo.

    Llevar al extremo lo que en principio, puede ser razonable y bien intencionado, convierte en un esperpento la legítima idea original, que los inspira, da igual en el ámbito de las lenguas, el lenguaje o en cualquier otro.


    Muchos besos JOSELU y feliz semana.

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    1. Es esta pretensión que lleva a querer modificar el lenguaje para transformar algo que se presupone injusto lo que produce este desajuste. No deja de ser control político ejercido por comisarios lingüísticos que van dictaminando la corrección política o no de ciertas expresiones que revelan, a su juicio, un horrible machismo. Si fuera tan fácil transformar la realidad como simplemente decir: "todos y todas", "nosotros y nosotras"… Es caer en una obsesión de depuración lingüística que expone a los hablantes a la sospecha permanente.

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  18. Aplaudiendo estoy a Bosque. Me ha gustado mucho su artículo y espero que entre todos y usando el sentido común (que no es el mismo para todos), lleguemos a la conclusión de que esta propuesta no debe llegar nunca a la RAE. Veo que estamos todos de acuerdo y no hay ni una voz disonante, de lo cual me congratulo.
    Pues no me reí poco de la miembra Aid@. Un abrazo Lola

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    1. La coincidencia en el blog ha sido total, lo que no deja de inquietarme pues hay voces que se expresan en el otro sentido que no han aparecido por aquí, no sé por qué. He participado en alguna discusión en facebook en que comentaristas se manifestaban vehementemente por la "corrección lingüística paritaria" y calificaban de "necios" a los protomachistas que nos oponemos a este neolenguaje.

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  19. Coincido con el autor y con todos los comentaristas (y comentaristos :-)) en que considerar sexista el uso del masculino genérico es absurdo. Sin embargo, tengo que decir que a veces tengo dudas respecto a cómo referirme a ciertas profesiones ejercidas por mujeres y que antes no existían. Por ejemplo, hay quien encuentra aberrante decir 'la jueza' y no 'la juez', del mismo modo que hablamos de taxistas hombres y no de 'taxistos'. Pero no me parecen ejemplos equiparables. Quiero decir, que veo normal que se haya inventado la palabra 'jueza' porque el concepto antes no existía y ahora sí (si no me equivoco, en España estaba prohibido por ley que una mujer accediera a la judicatura). Creo que este tipo de cuestiones sí merecen un debate y una revisión por parte de la Academia.

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    1. El lenguaje es un proceso vivo y está abierto a su continua transformación. Sin duda hay expresiones y palabras que se irán incorporando como la que citas. Personalmente me gusta más decir "la juez" que "la jueza", "la médico" que "la médica" que son términos que para mí chirrían, pero todo dependerá del uso social y de su nivel de aceptación popular. Es difícil definir un estadio definitivo en este sentido. Hay palabras como gerente/gerenta, teniente/tenienta, cliente/clienta… que poco a poco se van extendiendo.

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  20. Otra vez pones el dedo en la llaga, Joselu. Leí ayer con sumo interés el artículo de Bosque y hoy quiero leer despacio las reacciones que ha suscitado. Me alegró que alguien por fin haya puesto un poco de sensatez en este asunto, tan desmesurado que llega a ser ridículo. Ya lo decía Pérez Reverte hace un tiempo, pero a veces me rechina su mala leche y no coincido con algunos de sus planteamientos. La lengua es un elemento vivo, sin duda, sometido a múltiples vaivenes. Hoy no hablamos ni escribimos como en el siglo XVII, por ejemplo, pero nos hemos pasado mucho, mucho, al pretender acomodar la lengua a las costumbres actuales. Nos guste o no, tenemos incorporadas un buen número de expresiones ahora dadas en llamar "políticamente incorrectas". Cierto es que las mujeres seguimos siendo ignoradas o humilladas en muchas profesiones y ocupaciones (menos sueldo, más desprestigio, insultos incluso) pero algunos llamados progresistas han equivocado el rumbo al empezar por una interpretación torticera del lenguaje. Del "Señoras y señores" (algún humorista decía en sus galas veraniegas "Señoras y Rodríguez") hemos pasado a la redundancia estúpida de "compañeros y compañeras", "adultos y adultas", "ciudadanos y ciudadanas"... Santo cielo, qué pesadez leer a veces ciertos textos... Qué forma de repetir lo que se ha entendido a la primera... Si quieren luchar por los derechos de la mujer han conseguido que seamos la chirigota de no pocos carpetovetónicos que aún se creen con derecho de pernada. No es ése el camino, no. Inventaron eso de "violencia de género" por pasarse de correctos: las personas tenemos sexo, no género. Si hay que especificar si es hombre o mujer el sujeto de la noticia, hágase, pero no a costa de absurdos cambios de género gramatical. ¿Todas las profesiones han de tener masculino y femenino? No lo sé, de momento me chirría "jueza", "ingeniera", "arquitecta", "bombera"... He de decir, en descarga de Bibiana Aído, que no goza precisamente de mis simpatías, que el mismísimo Francisco Rico justificaba el famoso término "miembras" en una entrevista radiofónica porque aún nos queda mucho por avanzar y la lengua es algo vivo, más o menos. No sé si feminizar todas las palabras es el camino adecuado que debemos seguir. Yo creo que no, pero quién soy yo para decidir eso. Sólo soy una maestra, y bastante tengo con inculcar en mis alumnos las normas existentes, ya de por sí prolijas, como para meterme en jardines políticos, porque es la política lo que subyace aquí, y, qué quieres que te diga, hoy sus representantes son de todo menos correctos y ejemplares.
    Ah, y me parece abominable el uso de @ para referirse a ambos sexos. O la maldita costumbre de poner "alumnos/as", algo que ya el difunto Rafael Morales criticaba hace treinta años cuando fue mi profesor.
    Un fuerte abrazo, colega (¿o llegaremos a decir "colego"?)

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    1. Es importante y significativo este debate sobre la lengua. Hacía tiempo que la Academia no promovía una discusión sobre el uso de la lengua que haya tenido tanto calado como este. La corrección política es una suerte de control policial que atenaza a los políticos sobre todo, y raro es el que no recurre a la paridad pesada y enojosa, pensando que es una conquista social o porque temen perder votos o simpatía popular. Sin embargo, en este debate se ha evidenciado que muchísimos comentaristas en todos los foros han calificado de sencillas memeces toda esta tendencia que comentamos. Lo preocupante es que estos nuevos modos lingüísticos tienen su asiento en el seno de la izquierda militante y sindical. Me congratulo de que haya tantas mujeres que han escrito en el blog para expresar su disconformidad con dicha tendencia que pretende mediante el control lingüístico lograr la paridad de género. Estoy de acuerdo contigo en considerar abominable el uso de la arroba y lo de alumnos/as, etc. El masculino genérico no es necesariamente expresión de un machismo militante. Representa lingüísticamente un grado neutro.

      Un fuerte abrazo, colega.

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  21. He visto muchas aberraciones en notas de los gabinetes de prensa y en los discursos políticos. Y se enfadan si les escribes "la concejala", porque para ellos es "la concejal". Eso es lo más suave de los más irritante. Para continuar con el debate otro artículo de El País hoy: ''¿La lengua tiene género? ¿Y sexo?' http://cultura.elpais.com/cultura/2012/03/04/actualidad/1330896843_065369.html

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    1. He leído el artículo de El País con interés. Me alegra que el debate siga candente. Es extraño que cuestiones lingüísticas sean debatidas socialmente. Bienvenido sea.

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  22. Ya me gustaría a mí poder leer, escrito de cualquier modo, que las mujeres desempeñando el mismo trabajo que los hombres no cobran menos, por ejemplo. Confundir sexo y género gramatical siempre he pensado que es un error. La lucha x la igualdad empieza en la casa de uno y en todas las situaciones que la vida ofrece y que desgraciadamente no son pocas.

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    1. Esta es la reflexión más interesante que ha propiciado el debate: la no confusión del género gramatical con el sexo. Por lo que he podido leer, en ruso hay tres géneros gramaticales (masculino, femenino y neutro) en torno a las tres declinaciones. Ello hace más compleja la situación de la relación entre género y sexo.

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  23. Respuestas
    1. Me alegro de que podamos compartir puntos de vista y reflexionar conjuntamente sobre esta cuestión. Gracias por tu intervención.

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  24. Estoy de acuerdo con vosotros en el uso del masculino genérico, más que nada porque al oido sienta mucho mejor, empalaga menos y es más práctico por aquello del ahorro de determinantes.
    Sin embargo, me gusta hacer uso de sustantivos que engloban a ambos sexos. Me sienta bien. Sin más.

    Beso.

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    1. El lenguaje está abierto a aportaciones y nuevos aportes y planteamientos. Lo importante es que se haga de modo libre y sin tener la impresión de que existe una policía de la corrección lingüística. Cada uno tiene sus expresiones, sus modos de decir. Besos.

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  25. ¿sexos? Nooooooo... géneros!!

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  26. Hola, qué tema más interesante. Soy periodista, no lingüísta y comparto totalmente tu opinión sobre esta locura sobre los géneros políticamente correctos. No lo he usado nunca, me parece horroroso y tampoco he creído que nos excluyan. Me siento parte del 'todos' y del 'nosotros'.
    Gracias, Joselu por tus sugerentes temas y por hacernos pensar.

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    1. Por lo que he visto El País o La Vanguardia, los periódicos que leo diariamente en su libro de estilo no se ha incorporado la llamada corrección política o yo no lo he detectado. En cuanto al blog es notorio que nunca he utilizado los recursos de la paridad, entendiendo, como tú, que hay un uso genérico, que no sexual, del masculino. El artículo de Ignacio Bosque es una mina de propuestas que parten del reconocimiento explícito de la discriminación de la mujer en contra de la que hay que seguir luchando activamente. La cuestión es si debe utilizarse el lenguaje como arma de transformación admitiendo usos cuestionables desde el punto de vista de la lengua así como de la naturalidad. Gracias por participar.

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  27. En este problema, que nunca debiera haber llegado a serlo, hay que tener claras un par de cosas.

    Una: la lengua, per se, no puede ser ofensiva; es el hablante, cual diablo que carga el arma, quien puede ofender por medio de ella. Dos ejemplos: la palabra "moro" no es ofensiva(a fin de cuentas, no es sino un gentilicio en origen), sin embargo podemos ofender a cualquier magrebí escupiéndosela a la cara (pero ni más ni menos que si le escupiésemos la palabra "magrebí", en principio, políticamente correcta). La ofensa suele estar en la marginación, en la frontera que trazas entre el otro y tú. A este respecto, cuando los hablantes utilizamos el genérico masculino genérico no nos mueve una intención ofensiva, pues al decir, por ejemplo, "compañeros" incluimos tanto a Pepe como a Pepa, tal como si dijésemos "colegas" (no sé si Bibiana Aido corregirá "colegas y colegos" o si la sensibilidad se soluciona en una suerte de pretendida discriminación positiva).

    Dos: Si hay un principio evolutivo básico en las lenguas, este, sin duda, es el de la economía. Más allá del principio estilístico conceptista de "Lo breve, si bueno, dos veces bueno", buena parte de las propiedades textuales aconsejan la pronominalización, la elipsis... como procedimientos recomendables de cohesión. Amén de ello, procesos como las siglas, las abreviaturas, los acortamientos... inciden en este sentido en la economía lingüística. No parece lógico, pues, que andemos ahora desdoblando innecesariamente significantes según una estulta necesidad de casar sexo biológico con género gramatical, máxime en estos tiempos que corren esclavos de las nuevas tecnologías, en los cuales escribimos "tq" para decir "te quiero" o "salu2" para despedirnos.

    Por cierto, aprovecho que el Pisuerga pasa por estas líneas para arremeter contra la arroba, eso sí, con reservas. Bien me parece este método de neutralización en mensajes informales como los que que acabo de ejemplificar o en lenguajes como el publicitario; ahora bien, resultaría poco menos que ridículo asumir el símbolo @ como si de la vigésima octava letra de nuestro abecedario se tratase. Ello, al margen de posibles absurdos que podrían originarse fácilmente en su uso en sustantivos singulares tras contracción, verbi gratia, como recuerda hace años la RAE en su DPD: "Día del Niñ@", donde la forma contracta es aplicable a la solución masculina, pero no a la femenina.

    En fin, mucho me parece que cuantos y cuantas claman contra el masculino genérico más lo hacen erigiéndose como posibles defensores y defensoras de posibles ofendidos y ofendidas que como ofendidos y ofendidas en sí. Yo, al menos, en mi propia y nada significativa experiencia, no me he encontrado nunca con alguno o alguna que se haya ofendido o se haya sentido marginado o marginada al oírme decir, por ejemplo, un "todos" sin un o una (sic) "todas" consecutivo o consecutiva (sic).

    Salu2. Y, por cierto, Joselu, veo tu *rinoceronta con mi *pantero.

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    1. En el desdoblamiento de género hay algo que no se tiene en cuenta. Se quiere, con buena intención, fomentar la visibilidad de los femenino frente a la supremacía del género masculino entendido como natural. Digamos "Ciudadanas y ciudadanos", "delegados y delegadas" haciendo hincapié en la visibilidad femenina junto a la masculina. Hemos desdoblado a los sujetos como si tuvieran perspectivas distintas por el hecho de ser hombres o mujeres, como si su posición deviniera de su matriz sexual en lugar de considerar el elemento común de "ciudadanía" o de representación elegida. Estimo que es necesario una forma genérica neutra que en castellano es representado por el masculino sin que ello presuponga ninguna valoración positiva o negativa, al menos en el mundo que ahora estamos viviendo en nuestra sociedad.

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  28. Dice Descartes acerca de los que, obviando el sentido común, se dedican a crear problemas donde nunca los hubo:
    "Acerca de especulaciones que no producen efecto alguno y que no tienen para él otras consecuencias, sino que acaso sean tanto mayor motivo para envanecerle cuanto más se aparten del sentido común, puesto que habrá tenido que gastar más ingenio y artificio en procurar hacerlas verosímiles."
    Cuando el lenguaje elige una "a" o una "o" para finalizar una palabra, es fruto de la evolución, una evolución basada en la simplicidad y una mejora en la comunicación. Nadie dice el policio o el artisto y no por ello quedan relegados a segundo plano los hombres en estas profesiones. Lo de las "miembras", me parece más un marketing de charlatán de mercados, que una política realista de igualdad.Todos tenemos que tener igualdad de oportunidades, todos... Es algo tan obvio, que no necesita a inventores de pócimas-os milagrosos-as. Bibiana Aido ha sido un cáncer para la igualdad. Ha hecho más Lara Croft por la igualdad que todas las Bibianas y Bibianos que en el mundo han sido...

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    1. Reconozco que no seguí demasiado la trayectoria de Bibiana Aido cuando fue ministra (¡) de igualdad. Parece que algún comentarista ha introducido la cuestión de su aportación sobre los cuentos tradicionales en que se denuncia la supeditación de la mujer (Cenicienta, Blancanieves, Caperucita…) y se proponen cuentos de matriz no sexista, no sé si variando los finales o los planteamientos de los cuentos de los hermanos Grimm o Andersen. Este es un aspecto que me subleva, cuando se elaboran cuentos políticamente correctos como elemento de adoctrinamiento ético o moral o social. Probablemente a estos ojos la mayor parte de nuestra historia literaria es anómala y machista. Recordemos que en el Cantar del Cid, el héroe se va a guerrear y deja a su mujer y sus hijas en un monasterio, y posteriormente casa a sus hijas al margen de su voluntad con los infantes traidores de Carrión. ¿Habría que modificar toda nuestra historia literaria para hacerla correcta?

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    2. El Cid, Alejandro el Grande y demás héroes son fruto de su tiempo, no son machistas, esos tiempos eran así,las mujeres no iban a la guerra (excepto las prostitutas) y no se pueden cambiar. Hay magníficos libros que muestran como en Roma, las mujeres ejercían poder sobre sus maridos en la política, en España hubo una reina Isabel II, Isabel de los reyes católicos, no se puede cambiar la historia, pero si se pueden potenciar personajes históricos femeninos.
      Cuando se cambia un cuento, normalmente, se desvirtúa...

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  29. Teniendo en cuenta que enseño lengua inglesa y el mismo artículo "the" se utiliza para designar el género masculino y femenino' y que precisMentw por economía del lenguaje el uso de las contracciones es muy amplio, particularmente en el uso oral de la lengua, nunca he entendido realmente esa obsesión insistente por diiferenciar géneros ¿No es eso lo que hacemos con darle tanta importancia? Aún así, y a pesar de no haberme creído nunca esta historia, no he podido evitar, en ocasiones darme cuenta de la influencia social y dudar hasta de lo que es correcto. Hoy no dudo pero frecuentemente discuto con compañeros (no de lengua) sobre el tema; no lo ven tan claro, no. Mientras que ellos creen en la necesidad de diferenciar el género yo creo que nos perdemos en las formas y no llegamos al contenido.
    Un abra9. Como siempre, muy interesante el tema que has planteado.

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    1. Hay una cierta presión en los foros públicos por adaptar nuestros modos de expresión a los modelos de corrección política. No se muestra en la comunicación personal pero sí en la institucional cuando se duda sobre qué términos utilizar para referirse a las realidades que designamos. Entre los políticos ha hecho estragos esta tendencia y es raro el que no utiliza el desdoblamiento en los mítines y discursos públicos.

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  30. También yo en 2008 dediqué un post a este tema en Tres Tizas. Recuerdo aquí su final: "Por lo tanto, -y sé que la polémica sigue candente-, en estos tiempos en que la violencia de género se lleva cobradas 17 víctimas mortales (“¡malditos seáis todos los violentos!”) no frivolicemos con aspectos lingüísticos, alejados en origen absolutamente de cualquier interpretación torticera, sexista y malintencionada. Recordemos que es más habitual encontrar un uso sexista del lenguaje que una concepción sexista del mismo. Dejemos el Tribunal del Santo Oficio donde está y dejemos los autos públicos de fe como un simple guiño de la memoria."
    [http://trestizas.wordpress.com/2008/03/03/los-y-las-alumnos-y-alumnas-aprobados-y-aprobadas%E2%80%A6/]

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    1. Leí en su momento vuestro post, y he vuelto a él, viendo que adelantastéis el debate cuatro años a cuando ha estallado. Arturo Pérez Reverte llevaba ya tiempo dando tralla sobre la cuestión. Es interesante que haya reflexión lingüística y que no solo seamos sujetos pasivos en la imposición dudosamente gramatical de usos que se van imponiendo en la comunicación pública o en los foros sociales.

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  31. Yo pienso que es una verdadera chorrada.
    Además es algo muy extendido en las asambleas, reuniones y comunicados del 15-M. En las asambleas, cuando alguien hablaba utilizando un lenguaje 'sexista' siempre había alguien que cogía el micro y recordaba que debíamos incluir los dos sexos (queda muy de progre y de persona evolucionada supongo...)
    Bajo mi punto de vista...unos pesados que gastan demasiada energía en algo que, como bien dices, es absurdo. Si alguien se ofende porque otro utiliza un lenguaje 'sexista'…que se lo haga mirar.

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    1. Es muy interesante tu aportación sobre los usos del 15-M en los que dominaba una cierta coacción lingüística para armonizar la presencia de los dos sexos en la expresión. Desafortunadamente, el 15-M en este sentido fue expresión extrema de lo políticamente correcto como bien dices. Supongo que fue un deseo sincero de profundo respeto hacia todas las diferencias (sexuales, nacionales o regionales) y se buscó un modo de decir redundante y supuestamente progresista.

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  32. El informe de I. Bosque es modélico, en la forma y en el fondo. Admiro la valentía de iniciar el mismo con la denuncia de injerencia de los organismos que han elaborado las guías (con la excepción que Bosque no se cansa de citar). La lengua es un bien común, hasta aquí nada que objetar, pero como bien común debe regirse por una reglas. Este punto es el que parecen olvidar todas las recomendaciones de usos no sexistas.

    Obviamente, mi postura es academicista en este punto, aunque me asalta una duda. Sabido es que el uso modifica la norma. Temo que se esté generalizando demasiado en documentos con mucha repercusión en la sociedad el uso de los binomios (maestros y maestras) o el sintético de la arroba (querid@s). ¿Acabará imponiéndose? La batalla no ha hecho más que empezar. La prueba es la respuesta que han dado al informe de Bosque ciertos colectivos (ver el artículo de El País "El sexismo en la lengua enciende el debate").

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    1. Sigo con interés la polémica en la prensa a la que da eco El País principalmente. Probablemente se apaciguará en unos días porque ya se ha dicho en foros y comunicados todo lo que se podía decir en un sentido u otro. Quedará ahora la sensación de que una buena parte de la sociedad ve la tendencia extrema a la paridad a toda costa en la comunicación pública como un caso de purismo ideológico que termina siendo coactivo en la medida que condiciona a los hablantes cuando se dirigen en actos públicos al auditorio. La prueba son los políticos que lo emplean profusamente. Espero que no se perpetúe este uso obtuso del lenguaje y que no deje profundas huellas en el habla siendo solamente una moda de corrección política.

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  33. Completamente de acuerdo con el post. Os imagináis en Twitter, !Qué gasto de carácteres!

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    1. El uso de la arroba parece ser sintético: Tod@s, pero personalmente pienso que es una horterada.

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  34. Pues yo discrepo: y es que a veces el bosque no nos deja ver los árboles.

    Primero: del título. La mención a rinocerontes y rinocerontas, es desafortundada y claramente distorsiona el debate, siguiendo la senda de Bosque. Hablamos de PERSONAS.

    Segundo: ni soy lingüista ni académico ni profesor de lengua, (un alto porcentaje de la población no lo somos, añadiría) pero hablo y leo desde mi infancia y no me hizo falta esperar a estos años para desde pequeño convencerme de que a mi lenguaje le faltaba algo, o mejor dicho, alguien: las mujeres. A esa carencia , o segregación lingüística se unía también una ocultación y manipulación visual y social de la mujer, pero eso daría para otro post.

    Tercero: no es extraño que una RAE con su lema de detergente "fija, pule y da esplendor" y su mayoría de académicos varones endogámicamente elegidos (5 mujeres de 42 académicos) no se haya preocupadolo lo más mínimo durante años por hacer visible a la mujer en el lenguaje, y cuando lo ha hecho haya sido para invocar las "santas" lingüística, tradición, y cómo no, la economía.

    Cuarto: lo dejo aquí. Es lo que tienen las palabras. Y la economía.

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    1. Te agradezco tu intervención que pone un punto discordante en la unanimidad anterior sobre el asunto. Solo una cuestión, ¿te das cuenta de la cantidad de mujeres profesionales, a las que considero con una alta conciencia de su realidad personal y sexual, que han cuestionado estos usos paritarios del lenguaje y que lo consideran, en ese afán de buscar la visibilidad redundante, como seriamente anómalo? Gracias por tu aportación. Faltaba este punto de vista que enriquece el debate

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  35. Estando de acuerdo con el comentario de PVillarrubia, (a través de él he llegado aquí) discrepo por mi parte con el Tercero: La RAE, creo yo, debe reflejar el uso de la lengua actual sin mediar en ese uso. Por desgracia la lengua refleja la sociedad como es: sexista. El cambio, si lo hay, vendrá dado por la evolución de la sociedad, y no debemos tampoco adelantarnos. Pero sí podemos recomendar poco a poco un camino distinto de estas raíces sexistas del lenguaje.

    El título que se toma todo el asunto a broma, o lo ridiculiza, desde luego no hace ningún favor al tema.

    Me sigo tomando a ejemplo el artículo de Rosa Montero que desdramatiza y retrata esta evolución necesaria con el ejemplo de "mi marido" cuando lo dice un hombre, o "el hombre" donde se podría decir perfectamente la persona o el ser humano.

    Está claro que hay que tener una tradición de invisibilidad a las espaldas para sentir esa desazón, ese nosequé, cuando todo en el mundo parece masculino. Cuando eres invisible año tras año. Quizá con el tiempo a cada vez más gente haya casos que le chirríen más (porque así es). No me tomo el plural masculino como una ofensa, ¡por favor!, ni digo miembros o miembras, aunque la excusa de la economía me parece una bobada. Lo uso con naturalidad, ignorando que sus raíces sé que son la presunta superioridad masculina que tantas veces nos ha impedido a las mujeres votar, abrir una cuenta de banco o cualquier cosa.

    Pero con el tiempo, ojalá el lenguaje se adapte a una sociedad donde el género no sea una discusión, ni un problema. Ojalá se use el género como tenga mejor sentido, por ejemplo, "con el género que más abunde en cada momento". Qué simple y qué lleno de sentido, y qué… económico.

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    1. Te agradezco tu contribución que aporta más matices a la cuestión. El título del post (no sé si desafortunado) viene dado a propósito del artículo de Ignacio Bosque en que se preguntaba sobre la expresión de los nombres de los animales en los que domina también la variante masculina salvo unos cuantos que tienen su forma expresiva diferente. El artículo de Ignacio Bosque partía (no sé si lo has leído) de la constatación de la realidad de la subordinación de la mujer en tantos terrenos (no en todos digo yo) laborales, sociales, etc. La cuestión es si se debe utilizar el lenguaje de modo ideológico para cambiar la realidad que subyace. ¿Podemos transformar el mundo cambiando los usos lingüísticos y creando un directorio sobre la corrección política como parece haberse extendido? Muchos hablantes, mujeres y hombres opinan que esta vía tal como se ha planteado es inadecuada y que el problema de la invisibilidad femenina no se soluciona diciendo "todas y todos" o Los/Las niñ@s o "ciudadanas y ciudadanos". Deploro personalmente este uso y ello no impide mi compromiso con la realidad en que procuro ser un hombre consciente y respetuoso con el lado femenino de mi vida en la escuela, en la familia, en la amistad, y entendiendo además que todos tenemos un lado femenino en nuestro núcleo más íntimo. Un cordial saludo.

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  36. (Observación previa: antes comenté con mi perfil artístico PVillarrubia. Estoy intentando separarlo, en lo posible, de los demás perfiles, pero lo hago fatal. En fín, soy el mismo, aunque en distinto quehacer, y por el bien del debate no borraré mi comentario anterior.)

    Un cordial saludo también, Joselu. Que discrepe yo no significa que no valore las personas que han escrito aquí ni sus razones. Es más, si fuera por mayoría, yo sería aquí ese garbanzo negro que se aparta en los guisos. Pero con la edad, quizás preparando esa inalcanzable y lejana jubilación, soy más propenso a los debates, aunque sean en "franca" minoría.

    Y sí… he leído a Bosque… como cuando se lee una novela y se sabe el final, y todos los personajes se mueven para llegar a él, incluida la desafortunada alusión a animales y a académicas. Un final que, con todos sus razonamientos lingüísticos, no aporta nada, ni soluciona nada, porque lógicamente, él, y muchos más, parece, no ven problema alguno.

    No comparto tampoco las rídiculas soluciones alternativas (repeticiones, arrobas, x,…) que, ante la prolongada ausencia de lingüistas ("¿Dónde estaba la RAE?" leía yo hoy a Cristina Alberdi) han propuesto políticos y asociaciones. He probado unas y otras, y ninguna me convence, entre otras cosas porque el lenguaje es una convención, y si no hay acuerdo, fragmentarlo en acepciones distintas no me sirve.

    El lenguaje es lo suficientemente importante, como el Arte o la Música, para dejarlo únicamente en manos de unos especialistas, que sólo certifican la muerte o nacimiento de nuevas palabras, tendencias o sonidos. Y no puedo esperar, como dice "anónimo", a que el tiempo adapte el lenguaje a la sociedad, porque me temo que poca adaptación habrá si nadie, ni si quiera quienes viven de la lengua, lo ven como problema.

    Por eso discrepo, y aporto que, hace ya tiempo, debieron quienes saben y pueden diseñar un lenguaje moderno, con un plural verdaderamente neutro y unas palabras acordes con los tiempos, la sociedad actual, su técnica, cultura y sociedad, palabras flexibles, rápidas, modernas, agradables.

    Pero veo (soy de imágenes, como la de los rinocerontes) la foto de los académicos (no mencionaré sus nombres y géneros), lo opinado aquí, y los tiempos que corren, y no puedo ser muy optimista, la verdad. Habrá que aprender inglés…

    Un saludo final… a "todos".

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  37. Aún recuerdo cuando el Gobierno de Zapatero, antes de redactar el Proyecto de ley integral contra la violencia doméstica, pidió a la Real Academia Española que elaborase un informe acerca de cuál era el término más adecuado. Pese al estudio minucioso que elaboró la institución, insistiendo en el que la expresión "violencia de género" no tenía razón de ser para aludir a la violencia por cuestión de sexo, el Gobierno se pasó el informe por el forro de los mismísimos y acabó haciendo lo que le hizo la gana. Está claro: aquí la cuestión es opinar aunque se desconozca el asunto, e ir de pseudoprogre con el lenguaje porque es lo que menos esfuerzo (¿?¿) requiere. ¿Que quieres ser feminista? Utiliza el femenino para todo, y ya has cumplido. Y a los criterios lingüísticos e históricos, que le den.

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    1. El cincunloquio "violencia de género" es realmente débil, tibio… no refleja la brutalidad y el sadismo que supone contra las mujeres. Ignoro la propuesta de la Real Academia, pero lo cierto es que no se utiliza una denominación adecuada para lo que se refiere. Hubo un tiempo en que a Auschwitz y otros lugares como él se les llamaba "campos de concentración". Posteriormente se ha extendido la denominación de "campos de exterminio" que es mucho más certera. La violencia contra la mujer es un tema tan brutal en España y en el mundo que uno se queda mudo. Pensemos en la violación sistemática como arma de guerra que se da en prácticamente todos los conflictos, los crímenes por razón de honor de los países islámicos… La situación es tan compleja y tan extrema que uno no sabe cómo actuar, pero tengo la impresión de que la modificación del lenguaje en el sentido que hemos hablado no es la más útil ni oportuna.

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  38. Gracias por este magnífico post.Ojalá lo leyeran todos los políticos.Que falta de cordura y setido común hay en este país!

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  39. Yo, hasta hace unos años, jamás vi sexismo o machismo cuando estudiaba "la evolución del hombre ", es ahora, cuando ya he interiorizado que esto es una clara exclusión a las féminas, cuando he sentido la necesidad de decirles a mis alumnos que vamos a estudiar "la evolución del ser humano". Quiero decir con ello que el lenguaje no es una creación o invención del parlante sino una herramienta que utiliza para decir algo. La herramienta nunca es mala en sí. Depende del uso que se le dé, por eso tantos remilgos suponen un sacarle punta a una cuestión filosófica que ya estaba resuelta: significante/significado. Pero cuando el significante se come al significado es que la mente piensa más allá de donde debiera.
    Total, que sí, que ahora nos han comido el coco con eso de neutralizar los sexos. Y tanto nos han bombardeado que ahora yo me cuido mucho a la hora de asignar un significante a un significado. Con ello quiero decir que yo parto de la buena voluntad del hablante que no usa sino herramientas, como decía antes, para poder expresarse. Lo malo es que las herramientas ahora tienen significado en sí mismas. Y es que hoy en día la ciencia adelanta que es una barbaridad.

    Un abrazo.

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    1. Revela tu escrito una actitud de prudencia ante posibles censuras que se te pudieran hacer por potencial machismo en el uso de determinados términos como "La evolución del hombre" cuando puede ser sustituida sin mucho esfuerzo por "La evolución del ser humano" aunque cabría decir que también esta expresión es de género masculino. Siento que se ha instaurado una cultura de la sospecha y que en determinados foros o escritos públicos se ha de cuidar qué términos políticos y genéricos se utilizan. Es bueno este debate para que se evidencie que no todos los hablantes, mujeres y hombres, participan de este estilo paritario no por machismo sino por prudencia idiomática que lleva a querer mantener la belleza del idioma basada en la economía y en los usos propios del mismo. Yo me he mantenido firme en este sentido y no he participado de usos nuevos políticamente correctos como los que ya hemos citado. Cuando oigo a un político utilizarlos suelo cambiar de cadena de radio. Un abrazo.

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  40. Bonito artículo el que he leído. Mueve a reflexión sobre algo que hacemos todos los días: comunicarnos. Es una tontería cambiar a estas alturas nuestro castellano tan arraigado. Si bien es cierto que ya no hablamos como en El Quijote(véase mesmo, dijole o folgar) y que el idioma es un ser vivo que evoluciona a lo largo del tiempo(hace unos años no decíamos CD, ordenador o Blu-Ray), hay determinados aspectos que deben permanecer igual, y entre ellos se encuentra la referencia al género. En el caso de comenzar a mencionar el femenino y el masculino, los discursos serían redundantes, cacofónicos y repetitivos. Por otro lado, si sustituimos el masculino por el femenino, cambiando ''todos'' por ''todas'' o ''Pepe y María viven juntos'' por ''Pepe y María viven juntas''también caeríamos en el sexismo, solo que en esta ocasión serían los hombres los invisibles en vez de las mujeres,tal y como opinan algunos que ocurre en la actualidad . En mi opinión, prevalece en el idioma la misoginia épocas anteriores, pero si de verdad buscamos la igualdad entre ambos sexos sería mejor luchar para que las mujeres tengan las mismas oportunidades que los hombres en vez de intentar modificar la estructura lingüística.¿Qué opinarán sobre esta cuestión ellas(me refiero también al género masculino,cómo no)? :)

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    1. Gracias por tu intervención irónica sobre "ellas". Lingüísticamente debe haber un género por defecto en las concordancias, en este caso es el masculino. Tal vez si hubiera un género neutro como lo hay en algunas lenguas se podría haber llegado a una solución diferente. En "Pepe y María viven juntos", la concordancia por defecto es en masculino y es difícil o imposible modificar este hecho sin caer en absurdos y ridículos como el uso de las arrobas, las barras, la repetición en ambos géneros, la utilización de conceptos no marcados por el género, circunloquios reiterativos… Modificar la realidad modificando el lenguaje es algo que se hace continuamente. Lo vemos en el uso de nuevos términos: "discapacitados" para los antiguos "minusválidos" o peor aún, "inválidos", "recursos humanos" para la "oficina de personal"… El gobierno no hace "recortes", no, realiza "ajustes", "una política de ajustes", el "paro" es "desempleo", etc. Se intentan evitar términos marcados por un sesgo ideológico para sustituirlo por otros de diferente contenido e intención. Este es el propósito inequívoco. Los debelador del sexismo creyeron que se podía jugar con la estructura del lenguaje para modificar comportamientos de fondo. Ello es meritorio pero el resultado lingüístico es altamente insatisfactorio, al menos a mi juicio.

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  41. Hay una cosa de vital importancia para el sostenimiento e incluso para la propagación de la cultura y es el debate alrededor de la lengua, la lengua en sí misma. Si hablamos en estos foros y en otros de cuestiones lingüísticas es porque nos preocupa no solo lo que decimos, ojalá nos preocupe siempre, sino la forma en que es dicho. Todo este embrollo del género tan traído y tan llevado tenía los días contados. Yo, en particular, me alegro de que se prime la economía del lenguaje. Sé que no todas las mujeres, incluso no todas las progresistas, reivindican ese lenguaje que diferencia los sexos. Otras, bien al contrario, patalean, las he visto. Vamos hacia atrás, dicen. Igual no deberíamos haber ido tan adelante. Un saludo, amigo.

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    1. Por aquí en este foro han intervenido varias mujeres progresistas y filólogas que han mostrado su acuerdo con el informe de Ignacio Torres y la crítica hacia ciertas fórmulas en pos del no sexismo. Creo que hay una diferencia entre ser progresista de manual a modo de catecismo, un modo de sentir con el que no me identifico nada (y lo siento por Almudena Grandes que es el prototipo de mujer progresista en toda causa al uso) y otra ser sensato, crítico, inquisitivo y debelador de cualquier mito a derecha e izquierda porque no todo lo que viene de la izquierda es razonable por el hecho de serlo. Y el uso del lenguaje políticamente correcto rozaba lo patético. Me parece muy bien el toque de la RAE y, como tú, que haya debate sobre cuestiones de lengua que, al parecer, nos interesan más de lo que parece.

      En otro orden de cosas, me asombra la reacción de algunas personas del género masculino que son más defensores de la llamada corrección política en esta materia que muchas mujeres que, siendo directamente implicadas, no son tan pasionales o furibundas.

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  42. Como filólogo me divierten mucho estas polémicas, sobre todo cuando provocan reacciones extremas. En primer lugar, nada cambia la lengua salvo el uso y en la historia hay una serie de leyes que se han cumplido siempre: una de ellas, la economía del lenguaje. Podemos cambiar el lenguaje administrativo o legal, pero eso no modificará esencialmente el lenguaje hablado salvo en algunos momentos, por la moda.
    En segundo lugar, me parece bien que desde el ámbito administrativo y de asociaciones e instituciones de todo tipo se usen algunas marcas que pongan en evidencia el problema de género. Porque si no se llama la atención sobre el problema, este difícilmente tendrá solución.
    El infome de la RAE, correcto lingüísticamente, me parece una tontería.

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    1. Hombre, Pedro, calificar sin más el informe de la RAE como un tontería es sorprendente y desconcertante, más que nada por lo categórico del juicio sin matizaciones. Ignoro cuál es el alcance de tu punto de vista, supongo que en apoyo de las fórmulas paritarias que han difundido los sindicatos y ayuntamientos. Me he quedado perplejo no porque disientas lo que es legítimo y absolutamente respetable sino por tu comentario "me parece una tontería".

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  43. Vous avez raison: "les hommes...", "les femmes..." Ça n'ai pas d'importance!

    A partir d'aujourd'hui je ne vais pas vous inquiéter pour le l'espagnol parlé ou écrit. Il est en des bonnes mains.

    Et je n'aurai pas à me soucier de femmes. Je suis un homme, pourquoi m'inquiéter? Je ne suis pas une femme,... ni chinoise, africain, enfant, personne âgée, ou ..

    Je parlerai seulement sur ceux qui sont comme moi ... ce qui signifie, je prends soin de moi, seulement moi, moi, moi... seulement moi.

    Je viens de ... aller, je me sens libéré!! ...
    Merci beaucoup.

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    1. Pedro, no sé cómo interpretar tu comentario. Sin duda, o eso me lo parece a mí, implica un cierto sarcasmo sobre la situación discutida en el blog a propósito del uso del lenguaje con connotaciones sexistas y una clara denuncia de ombliguismo dirigida no sé muy bien a quién. No sé si sentirme aludido. Creo, no obstante, que la trayectoria del blog no responde a ese modelo. Pero reitero que no acabo de entender el sentido de lo que escribes. ¿Acaso insensibilidad hacia todo lo que no resida en el yo? No querría tener la impresión de que en el debate que ha sido en todo momento correcto y en el que se han manifestado tanto mujeres como hombres, acabara con una sensación de acritud. Solamente nos hemos hecho eco de un debate abierto y he dado mi opinión acerca del mismo sin poner en ello ninguna valoración personal acerca de mi opinión sobre la situación del género femenino. Sé lo que significan las mujeres en mi vida y sé cómo me relaciono con ellas, cómo soy en mis tareas diarias, como es la relación con mis hijas… El universo femenino importa en mi vida infinitamente más que el masculino. Lo que no soy es un propagandista de la causa femenina y desconfío de los hombres que lo son. Las mujeres con más agallas que he conocido no hacían ostentación de su condición. Sencillamente actuaban, eran. Y ante ello solo tengo que reconocer admiración y profundo respeto… En cuanto a los niños, los ancianos, los africanos, los chinos, los discapacitados, los gitanos, los inmigrantes, los homosexuales… ¿cómo puedes saber sobre algunas escalas de valoración? Respeto tu punto de vista y lo agradecí porque aportaba nuevos ángulos de reflexión, todo hecho sin acritud… pero sobre tu comentario en francés (?) no acabo de entender su sentido ni hacia quién apuntas.

      Recibe, no obstante, un cordial saludo y gracias por tu participación.

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  44. Tremenda controversia aquella; igual siento que hoy día internacional de la mujer, se busca una reivindicación a veces absurda.
    Al final de cuentas lo que vale es la economía del lenguaje, tendemos a reducir todas las formas, esto no es la excepción.

    Saludos

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  45. Era ironía, evidentemente. Pero ya no me queda. No me siento satisfecho de mis comentarios aquí. Están fuera de lugar. Si me fuera factible, los borraría, así que te ruego lo hagas tú, Joselu, incluyendo este también. Gracias y saludos.

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    1. Creo, Pedro, que tus comentarios son muy valiosos, más cuando la inmensa mayoría de los restantes iban en dirección contraria. Temí que no surgiera debate. Tus comentarios iniciales eran muy esclarecedores, no los veo en absoluto inapropiados. No temas por ello. El último, en francés, era algo críptico, pero entiendo tu desazón, tu estado de ánimo. No querría que te quedara un mal sabor de boca de tu paso por este blog. Estoy contento de tenerte como contertulio. Recibe un fuerte abrazo. Si quieres realmente que los borre, házmelo saber nuevamente, yo lo lamentaría porque ha sido la realidad de un debate y de unas opiniones que tienen derecho a estar presentes y me entristecería deshacerme de ellas.

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  46. El problema del idioma y la neutralidad no es en realidad problema alguno. Querer diferenciar los lenguajes me parece que es más sexista que el que simplemente no se preocupa. Es como los americanos con su puritanismo extremo con cualquier palabra mal sonante o un simple pecho en televisión que puede ser censurado.

    Que otra cosa, ¿soy el único al que le parece que palabras como "presidenta" resultan casi tan estúpidas como si dijéramos "cantanta"?

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