Reconozco que hasta hace unos meses no había prestado atención al tema de las diferencias cognitivas entre chicos y chicas en primaria y secundaria. Es cierto que todos los que nos dedicamos a la educación sabemos que los resultados de las muchachas en el área de lengua son mucho mejores que el de los chicos, que el fracaso escolar es fundamentalmente masculino, que las mejores novelas que leí el curso pasado y de las que di cuenta en Profesor en la Secundaria eran las escritas por chicas con gran diferencia. Sabemos que el prototipo de estudiante exitoso es una chica y más raramente un chico. Todo esto lo sabía, pero desconocía que hay una tendencia cada vez más extendida (en Alemania, Reino Unido, Estados Unidos, Australia...) a experimentar la llamada Educación Diferenciada que separa en centros diferentes, o por asignaturas a chicos y chicas intentando enfrentarse con mayor eficacia a sus diferencias en cuanto a funcionamiento del cerebro. Las chicas maduran antes y tienen una mayor habilidad en el uso del lenguaje y el pensamiento concreto, son más inductivas, se fijan en los detalles y llegan a una conclusión, asimismo tiene gran importancia el elemento emocional en su aprendizaje, son más adaptables para el trabajo colaborativo. En cambio, los chicos tienen a determinada edad mayor facilidad para las matemáticas y el pensamiento lógico-abstracto, son más deductivos y más competitivos, a la vez que tienen mayor propensión a la dislexia y tienen un nivel evolutivo más retrasado en cuanto al lenguaje.
Hace unos años se hubiera pensado que esto son estereotipos y que la mayor o menor habilidad para unas materias u otras dependía de la educación que se hubiera recibido y no a que el cerebro funcionara de modo diferente. Los estudios de los últimos veinte años muestran que efectivamente los hombres son de Marte y las mujeres de Venus. Nuestros cerebros funcionan de modo distinto, y el modelo que estamos experimentando está provocando el desistimiento y el desaprovechamiento de los chicos que pueden verse inhibidos por los éxitos de sus compañeras y terminan creyendo que el estudio y la lectura son esencialmente femeninas.
Las chicas son más maduras, más constantes, más responsables, y además tienden a ayudarse unas a otras. De igual forma estudian más horas a la semana, además de hacer actividades extraescolares y tienden a ayudar en casa. Los chicos estudian mucho menos y dedican muchas más horas a los videojuegos o al deporte, son más desorganizados. Académicamente son el sexo débil y el gran reto es atraerles hacia el mundo de los estudios que se ha feminizado.
En el informe Pisa, las chicas quedan muchos puntos por encima de los chicos en cuanto a comprensión lectora (35). Son resultados que comparten una tendencia general en los países de la OCDE. Los chicos sacan mejores resultados (11) en matemáticas.
Actualmente en España sólo centros conservadores, próximos a órdenes religiosas, experimentan la Educación diferenciada. En los países citados cada vez más centros, públicos y privados, tienden a experimentar este tipo de educación separada por sexos, sea en algunas asignaturas o en todo el proceso. No hay un modelo único. Las estadísticas muestran que este tipo de escuelas obtienen mejores resultados en ambos sexos. Los chicos progresan más sin competir con las chicas, y ellas tienden a no considerar las carreras de ciencias como propias de chicos, otra de las grandes paradojas que existen pues son escasas las chicas que optan a carreras como ingenierías o científicas, quizás porque las chicas tienden a tener en mente la formación de una familia y a limitar sus objetivos. Hay muchas menos mujeres en las cátedras de las universidades o en los puestos de responsabilidad de las empresas. Es el llamado “techo de cristal” que lleva a que las mujeres limiten sus expectativas.
La LOE consagra la coeducación como objetivo fundamental para la socialización de los estudiantes. El pensamiento progresista pedagógico ha hecho de la coeducación un valor esencial e irrenunciable. Si en la vida están juntos ¿por qué separarlos en la educación? Además esa separación tiene un cierto regusto al pasado franquista donde efectivamente había centros separados para chicas y para chicos.
Sin embargo, al profesor que esto suscribe, le quedan dudas y le gustaría que este modelo diferenciado pudiera ser experimentado y evaluado durante varios años en centros públicos. ¿Ayudaría a mejorar el rendimiento académico de unos y otras? ¿Qué efectos tendría sobre la disciplina de los centros? ¿Cabría una especialización de los profesores en las habilidades de los chicos y las chicas teniendo en cuenta que habría que explicar lo mismo pero de modo diferenciado? Que quede claro que el modelo no es labores para las chicas y matemáticas para los chicos, sino aprovechar sus inteligencias distintas de un modo más eficaz. ¿Es un anatema pensar que este modelo pudiera empezar a experimentarse en nuestro país como lo está haciendo en otros países que no tienen un pasado franquista?
Dejo aquí unos enlaces que pueden ayudar a enriquecer las reflexiones.
EL FRACASO ESCOLAR ¿UNA CUESTIÓN DE SEXO?
NIÑOS Y NIÑAS SEPARADOS CONTRA EL FRACASO ESCOLAR
MARIA CALVO CHARRO, PRESIDENTA DE LA ASOCIACIÓN EUROPEA DE CENTROS CON EDUCACIÓN DIFERENCIADA