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sábado, 4 de marzo de 2006
Alfonso X el Sabio
En la clase de ayer hube de explicar a los terceros de la ESO la importancia del reinado de Alfonso X (1252- 1284) en el afianzamiento del castellano como lengua de cultura en las diversas disciplinas: Historia, Derecho, Filosofía, Medicina, Teología, Astrología… En efecto, es sabido la importancia que dio el rey castellano, siguiendo el ejemplo de su padre, Fernando III, a la adopción del castellano como lengua común, en lugar del latín que había sido la lengua tradicionalmente vehicular de estas materias.
Destaca el rey castellano asimismo en la protección y fomento de una escuela de traductores toledanos en la que colaboraban sabios de las tres culturas medievales (musulmana, hebrea y cristiana). Dicha escuela que había sido fundada a mediados del siglo XII recogió el inmenso legado de la ciencia y el saber que habían llegado a la España musulmana. Infinidad de obras de las culturas griega, persa e india llegaron a España a través de traducciones árabes. Podemos decir que Toledo en virtud de la colaboración en la labor de traducción de textos de la antigüedad al castellano y al latín se convirtió en el centro cultural más desarrollado de la Europa del momento.
Este era el fascinante tema que había de explicar, sin caer en la dinámica del entetanimiento a mis alumnos de tercero de ESO entre los que hay varios musulmanes, algunos de los cuales son de origen árabe y bereber. Sobre alguno de ellos he escrito algún post por el alto grado de aprovechamiento y compromiso en los estudios mantenido a lo largo del curso. Había, pues, que hablar de la España medieval en la encrucijada y relación de las tres culturas. Había de hablar de la aportación de las culturas musulmana –la más importante del mundo en su tiempo- y judía al engrandecimiento del acervo intelectual de la Europa medieval.
Muchas veces a lo largo de las clases sale lógicamente la relación de nuestro mundo occidental con el Islam y el mundo judío. Es difícil evitar la aparición del calificativo de “moro” que sale en nuestros romances repetidamente o en obras dramáticas modernas como Bajarse al moro, en textos que ilustran nuestros temas de comprensión lectora. De todos es sabido, que este término adquiere un carácter despectivo en boca de los racistas. Era hoy pues un día importante pues había de hablar de algo positivo que nos integraba a todos. Sabía además que entre los oídos más atentos a lo que dijera estarían la de mis alumnos musulmanes. Quería mediante esta clase establecer un puente entre su mundo y el nuestro. Hubo un momento, pues, en la España medieval en que en medio de la lucha y el espíritu de Cruzada, al que no renunció ni el mismo Alfonso X, que la dialéctica no sólo fue de enfrentamiento sino de cooperación. Las tres religiones del Libro monoteístas no dedicaron sus esfuerzos a exterminarse sino a compartir conocimientos y a trasvasar las más importantes obras llegadas del mundo árabe-musulmán a la Europa cristiana.
Posteriormente como sabemos este intento de compartir lleno de tolerancia se quebraría y musulmanes y judíos fueron finalmente perseguidos y expulsados con saña de la España cristiana en diferentes etapas. He hablado también a los alumnos de la tragedia del pueblo judío que después de haber colaborado activamente en el engrandecimiento de la economía y la cultura de los reinos castellano y aragonés fueron finalmente echados de España y acosados cruelmente los que se quedaron, después de convertirse forzados al cristianismo. Les he hablado de la persecución por parte de la Inquisición y de los autos de fe en que ardían vivos en virtud de denuncias anónimas sin demasiado fundamento.
Les he hablado del odio que estalla diariamente entre musulmanes y judíos a propósito de cuestiones territoriales en Oriente Próximo. Les he hablado de los judíos sefarditas que, dispersos por todo el Mediterráneo, siguen teniendo el castellano del siglo XV como lengua de comunicación. Fueron expulsados de España pero han mantenido la lengua que ellos contribuyeron activamente a afianzar en la España de Alfonso X sustituyendo al latín, quizás porque, como opina Américo Castro, éste estaba demasiado marcado en el ámbito de la liturgia y la iglesia.
Les he hablado de que, a pesar de todo el odio acumulado, todavía hay esperanza en la medida de que haya personas dispuestas a dialogar, a comprender las razones del otro. Recuerdo que hace algunos años recibí una fuerte crítica por proponer a alumnos de bachillerato un texto del escritor israelí David Grossman, Una carta a un amigo palestino, publicada al comienzo de la segunda intifada y antes de la llegada de Ariel Sharon al poder. En ella hablaba de la necesidad del entendimiento, de seguir manteniendo canales de comunicación en contra de toda evidencia. Un padre me hizo llegar que yo difundía propaganda sionista entre mis alumnos. Para mi sorpresa vi que entre mis compañeros del instituto reinaba una opinión semejante.
Hablar de judíos o de musulmanes es un tema cada vez más difícil. Hoy he aprovechado el tema de la España de Alfonso X para poder reflexionar juntos sobre la necesidad de la cooperación y la búsqueda de puentes. Puede que sea un ingenuo y piense que alguien me ha escuchado seriamente. Sólo puedo afirmar que las miradas de mis alumnos bereber y árabe estaban intensamente fijas en mí y parecían muy atentos a todo lo que decía. ¡Quién sabe!
miércoles, 1 de marzo de 2006
Jóvenes latinos
Ayer se incorporó a mi tutoría de tercero de ESO un nuevo alumno. Es brasileño. Acaba de "aterrizar", pues hace escasamente mes y medio que su avión llegó a España. Se llama Donovan Fernandes Junior. La coordinadora de adaptación de nuevos alumnos me había pedido mi opinión sobre la conveniencia de integrar en mi tutoría al nuevo alumno. Inmediatamente pensé que podría ser un revulsivo para “agitar” y remover la clase, enquistada en sus ya asentados conflictos que ya he explicado en otros posts.
La llegada de un nuevo alumno a mitad de curso es un desafío para los profesores y para sus compañeros. Éste venía precedido con elementos que ayudarían a su integración. El hecho de ser brasileño genera simpatía. Inmediatamente se recuerdan a brasileños que juegan en el Barça como Robinho o Ronaldinho. Donovan, además, es un muchacho con bastante parecido a Leonardo Di Caprio lo que haría que las chicas se vieran predispuestas a aceptarlo con calor. Sus ojos azules y su gesto de muchacho frágil y desprotegido le acompañaron en su entrada a clase. Había expectación y cuando penetró, cabizbajo y tímido, en el aula, se produjo un silencio espeso. Le di la mano y me presenté como su tutor. Le hice sentar, y aproveché la ocasión para cambiar de sitio a mis alumnos. Nunca acaban de estar conformes con su ubicación y cada cierto tiempo he de hacer rotar posiciones para intentar reconducir los enfrentamientos y diferencias que estallan continuamente.
Hice sentar a Donovan con el muchacho más estudioso de la clase. Toni es voluntarioso y tenaz lo que le hace resaltar en un curso en que se estudia más bien poco. Es un curso de “Ritmo lento” y nuestro nivel de exigencia es diferente a otros. Tendemos a facilitarles el trabajo para que obtengan unos mejores resultados. Toni enseguida comenzó a ayudarle a hacer unos ejercicios y me di cuenta de que se había sentido importante y estaba contento con su labor de apoyo al muchacho recién incorporado.
No es fácil dejar tu país y llegar a otro totalmente diferente. Donovan viene de una ciudad en la cuenca del Amazonas de clima caluroso y húmedo. Tenía numerosos amigos y estaba perfectamente integrado. Participaba en los clásicos carnavales y pertenecía a una escuela de samba. Sin duda, ha dejado un mundo atrás, mucho más cercano a la naturaleza, que idealizará y le costará entrar en una sociedad mucho menos abierta y menos predispuesta a la fiesta. Su casa era grande, con espacios abiertos y ahora tendrá que vivir en un bloque de feas y pequeñas viviendas grises.
Los jóvenes latinos viven cuando llegan a España una triple crisis: la de la adolescencia, la de una familia transcontinental y el vacío de la emigración. Abandonan su red de relaciones de amistad, sus amigos y su vecindario. En el nuevo barrio será una persona anónima e incluso puede sentir algo de rechazo. Suelen ser las madres las que inician la emigración. Dejan en el pais de origen a sus hijos a cargo del marido y las abuelas. En un segundo momento emigra el padre y finalmente los hijos. Hasta entonces, estos quedan a cargo de las abuelas lo que se traduce en un aumento de la libertad en la vida cotidiana porque estas no pueden ejercer el control de los padres.
Les van llegando noticias de la nueva sociedad. Creen que vivirán allí como reyes. No saben muy bien donde está España. Sólo saben de dónde viene la plata. Su emigración en plena crisis de la adolescencia sería un buen tema para un relato. Su primera impresión es la de la distancia entre lo que imaginaban y la realidad. La vivienda de los padres es pequeña y las condiciones de trabajo de los padres suelen ser muy duras. A veces la emigración supone o coincide con la ruptura de la familia. Muchos se quedan sólo con la madre que no tiene tiempo de atenderles. Viven muchas veces con más gente (parientes o amigos) y no disponen de habitación propia. En la calle, el asfalto y el cemento lo ocupan todo. Ven un barrio anónimo y frío. Al poco tiempo han de incorporarse a la escuela con la agravante en Cataluña de que se encuentran con dos lenguas románicas diferentes: la que será vehicular para aprender, el catalán, y la que se habla en la calle y con los compañeros, el castellano. Los papeles están como telón de fondo: el empadronamiento, residencia, la cartilla sanitaria… La nueva escuela es muy diferente de la suya. Allí se rigen por criterios de autoridad y los castigos físicos son habituales. Llegarán aquí y verán unas relaciones extrañas con los profesores a los que ser respeta muy relativamente. Otro problema añadido es que recién llegados se les asigna un curso por edad y no en función de los conocimientos que tienen que están muy por debajo de los exigidos. Las horas vacías, la desmotivación y la baja autoestima son el resultado.
La añoranza del paraíso perdido aparece en sus noches. Sus sueños de una nueva sociedad pronto se desvanecen. El fracaso escolar, salvo en alumnos excepcionales que son pocos, es el horizonte más frecuente. Luego, en pocos años, vendrá la decisión de volver o no a su tierra a la que siguen unidos: chatean con sus amigos, hablan semanalmente con los abuelos, envían dinero, si pueden, a la familia. Pero volver es el reconocimiento de un fracaso y además son conscientes de que su futuro está aquí. La nostalgia formará parte siempre de sus sueños pero la realidad ya estará definitivamente en España.
No es extraño que Donovan esté desorientado. Ayer le dimos una buena acogida, pero él estaba confuso. Lo notamos en sus pasos y su actitud durante toda la hora. Estaba aquí, pero su mente estaba en otro lado, quizás junto a la corriente impetuosa del Amazonas, en una tierra sofocante y húmeda. No será fácil su adaptación, pero hemos de ayudarle.
lunes, 27 de febrero de 2006
La dislexia
Ayer noche la televisión catalana emitió un programa sobre el estado actual de la educación en los institutos de secundaria. Fue un buen programa en el que se escucharon diversas voces explicando la realidad cotidiana en los centros de enseñanza. Opinaron profesores, padres, algún pedagogo, alumnos… La conclusión era demoledora: esto no funciona. La puesta en práctica de la LOGSE (la ley de Reforma Educativa de carácter “progresista” en los pasados años 90) puso a los pies de los caballos a los profesores, a los alumnos aplicados y a los alumnos con dificultades específicas. Consagró un modelo que fomenta la mediocridad, la falta de responsabilidad y el infantilismo en las aulas. Es lo que vemos diariamente. De ello hemos hablado en múltiples ocasiones.
Pero no era de esto de lo que quería hablar. Durante el programa surgieron importantes temas, pero quiero retener uno que siempre me ha parecido fundamental y, sin embargo, no se le suele dar la dimensión que tiene. Es el tema de la dislexia en nuestros alumnos. He de decir, en principio, que no soy especialista en el tema. Soy profesor de lengua y la sospecho en bastantes de mis alumnos pero no tengo elementos profesionales para enfrentarme a ella.
Dicho sea de paso, que todo lo que he leído sobre la dislexia es complejo y contradictorio. En principio, su mismo diagnóstico, porque depende del criterio que se utilice para definirla. Hay numerosas teorías sobre la misma. Según una de ellas, se presenta cuando el hemisferio cerebral izquierdo, responsable de procesar la información visual, realiza su tarea a una velocidad inferior que el lado derecho, encargado de los procesos del lenguaje. Generalmente es hereditaria o tiene relación con problemas durante el embarazo, el parto o lesiones cerebrales… A partir de los doce años, se muestra en importantes dificultades para concentrarse, en no formular conceptos de forma ordenada, en bloqueos emocionales, en falta de planificación del tiempo, disortografía y disgrafías, etc.
Según estudios norteamericanos, la dislexia afectaría aproximadamente a uno de cada cinco alumnos de Secundaria. Ello haría que dichos alumnos sufrieran graves dificultades expresivas que se proyectan en un lenguaje inconexo, lleno de discordancias gramaticales, anacolutos, razonamientos circulares, palabras sin acabar, terrible uso de las preposiciones, espeluznante uso de la concordancia de número y de género, pobreza de ideas… El problema es que muchas de estas cuestiones son difíciles de separar de la pobreza cotidiana en el lenguaje de nuestros alumnos. A ello se une, habitualmente, el escribir como se habla, sin reflexión, dejar ideas sin acabar, el uso continuo de coloquialismos, la pobreza léxica (un alumno tipo de secundaria calculo que utiliza entre trescientas y cuatrocientas palabras distintas, quizás son excesivas…), la penosa ortografía, la deficiente presentación y falta de armonía en los textos, la carencia de estructura coherente de razonamientos…
Sí, todo esto es así y es lo que nos encontramos en cada redacción o texto que leemos. Sin embargo, la dislexia es un grado más allá y a veces lo intuyes en textos que padecen una extrema desestructuración y desorganización conceptual o espacial. Son alumnos con graves problemas de comprensión lectora cuyo origen desconoces. Está ahí, pero no sabes dónde está la clave ni cómo ayudar a ese muchacho que está abocado al fracaso por un problema complejo y de difícil diagnóstico.
En los centros de enseñanza españoles hay psicopedagogos pero no están preparados para enfrentarse a este síndrome tan específico. El caso es que ese porcentaje de muchachos tan elevado –estamos hablando de entre un 10 a un 15 por ciento de los alumnos con mayor porcentaje entre los varones- están carentes de cualquier tratamiento porque nadie ha detectado con claridad sus problemas. Quizás entre los alumnos de clases medias y altas habrá un tratamiento preventivo y orientador de la dislexia que se desarrollará fuera del instituto o de la escuela. He oído decir que es complicado y largo, así como que nunca acaba de “curarse”. Sin embargo, estos alumnos con dificultades enormes en el lenguaje escrito, pueden desenvolverse muy bien en exámenes orales, o en asignaturas de carácter tecnológico. En ocasiones tienen un apreciable nivel de inteligencia pero que fracasa en el área de la lecto-escritura. Seguro que los docentes de lengua conocen el síndrome pero no saben cómo atajarlo o enfrentarse a él porque se superpone, como he dicho, al problema de la ya extendida pobreza expresiva de los adolescentes en general.
En ocasiones he formulado estas consideraciones a profesionales de la pedagogía y me han dicho que exageraba o que no era para tanto. Los estudios internacionales y las Asociaciones de la dislexia alertan sobre el tema pero no está recibiendo en España el tratamiento que merece.
http://www.psicopedagogia.com/dislexia.
http://www.acd-dislexia.voluntariat.org/
jueves, 23 de febrero de 2006
Entetanimiento
Hace algunos posts utilicé este concepto en su versión inglesa “tittytainment” para referirme al tipo de enseñanza de bajo nivel nutritivo que estamos impartiendo en los institutos de secundaria y bachillerato. Dicho tipo de enseñanza –según recogía- es un cóctel ligero y de fácil digestión que ha de dispensarse a nuestros alumnos para mantenerlos en una especie de sopor confortable que evite que sean críticos con el sistema neoliberal del que no han de ser en absoluto conscientes. Se trata de tenerlos distraídos con un modelo de educación –considerada progresista por las izquierdas nadie sabe muy bien por qué- conformista y sedante. Todo ha de ser entretenido, enfocado a tener“buen rollo” (un lema de la Generalitat de Cataluña aplicado a los institutos) para alumnos que no son tales sino “consumidores” que tienen como máximo criterio la diversión y el entretenimiento. Sobran, pues, autores tochos y materias del pasado como la Literatura con mayúscula o la Filosofía. Todo ha de ser burbujeante y fácil de consumir. Es una forma, pues, de crear sumisos consumidores de la sociedad liberal.
Este es el resumen de mi post. Un amable corresponsal, Xavier Tomeu, me envió un mensaje en que me alertaba sobre la mayor extensión del concepto de “Entetanimiento”, en su versión castellana, que no se circunscribiría únicamente al ámbito educativo sino que sería aplicable al conjunto de la sociedad neoliberal en la que estamos insertos. El concepto fue formulado en 1995, tras una reunión en San Francisco de 500 políticos, líderes económicos y científicos de primer orden, por el ideólogo y asesor de la Casa Blanca Zbigniev Brzezinski. Toma como base la realidad llamada 20/80, es decir, la constatación de que sólo un 20 por ciento de la población mundial será -en el siglo XXI- necesario para el sostenimiento del aparato económico del planeta. El 80 % restante se convierte en un lastre inútil al que hay que tener controlado y dirigido de alguna forma para que no se convierta en hostil. De aquí derivan los aparatos de propaganda sutilmente diseñados para hacer que el grueso de la población mundial sea inconsciente de las realidades injustas que están sucediendo ahora delante de nuestros ojos. Mejor que yo lo expresa la página que Xavier Tomeu me indicó y que es http://www.entetanimiento.com/. Una definición de esta palabra baúl es un “cóctel de entretenimiento embrutecedor y de alimento suficiente que permita mantener de buen humor a la población frustrada del planeta”.
Da que pensar que nosotros, con toda seguridad, pertenecemos a ese ochenta por ciento prescindible o que actuamos como correa de transmisión de esa propaganda y sistema ideológico que tiene como objetivo tener suavemente adormecido al planeta. Como profesor, observo el decaimiento progresivo del sentido crítico de mis alumnos ante la realidad del mundo. En sus palabras, en sus textos, en sus pobrísimas argumentaciones no hay ningún atisbo de pensamiento crítico ante nada. La realidad es asumida de un modo absoluto y nada que les llegue –muy discretamente- a través de los medios de comunicación audiovisuales hará que piensen que el mundo realmente está muy mal hecho y siempre en beneficio de unos pocos que son las élites dirigentes que se llevan la parte del león en el reparto del pastel. “¿Qué quieres que hagamos?” “Es lo que hay”. “Así es el mundo”. “Que no tengan tantos hijos”. “No es nuestra culpa”. “A mí no me interesa.”, etc son posibles respuestas a formulaciones críticas con el modo del funcionamiento del mundo en que buena parte de la humanidad subsiste bajo mínimo niveles de pobreza o padecen guerras en que el acceso a las materias primas es prioritario para occidente… Parece que nada de eso les afecte ni les interese.
Detrás de este conformismo absoluto debe haber algo bien ideado para mantenernos sedados y satisfechos. Por ello, no me parecen desbarres carentes de fundamento la idea del “Entetanimiento” abrumador. Como profesor, soy correa de transmisión involuntaria o voluntaria -no sé muy bien- de esta concepción limitada y terriblemente seductora difundida por la educación constructivista, la publicidad, la televisión basura y demás mecanismos ideológicos alienadores en que el único horizonte imaginable es la voraz sociedad de consumo. Volvemos así al mito de la caverna en que unos hombres viven encadenados en las tinieblas, pero son incapaces de imaginar otra forma de existir o de repartir la riqueza mundial o de organizar nuestras sociedades... Estamos aturdidos, no concebimos otros panoramas, todo nos parece normal y no lo es. Hay algo extremadamente sospechoso en esta calma ideológica que aplasta las sociedades occidentales. Es como si estuviéramos fascinados por las luces de unos rutilantes espectáculos tecnológicos en color y pantalla plana; de propaganda en papel couché; todo aromatizado con algún perfume que induce una somnolencia crítica. El resultado es un mundo plano, con escaso intercambio de ideas y de sentimientos.
¿Los blogs pueden ser un instrumento de lucha y agitación? ¿O al menos de reflexión?
miércoles, 22 de febrero de 2006
El profesor en busca de sentido
Perdonadme mi carácter ciclotímico. Es algo que tendréis que reconocer como parte de mi yo, si es que existe eso. He sabido de personas que a través de mi blog me han supuesto organizado y sistemático. Nada más alejado de la realidad. Soy caótico e impulsivo. Estos posts y otras actividades semejantes intentan dar unidad a impulsos muchas veces contrapuestos y contradictorios. Muchas veces he pensado que mi blog era un disparate y he tenido serias dudas acerca de su calidad. No soy ningún genio. Sólo soy una persona que intenta comprender y acercarse a las cosas con ánimo de darles un sentido. Entiendo a Víctor Manuel Ramos cuando en su blog Libro abierto habla de la necesidad de dar sentido y buscar un significado a la vida. Inmediatamente me evoca uno de los libros más necesarios, escritos en el siglo XX, El hombre en busca de sentido de Viktor E. Frankl. En esas estamos. Me han sorprendido vuestra reacción, amigos en la distancia. Yo que tengo tantas dudas acerca de mí mismo y de mi blog, me he sentido desbordado por vuestras opiniones. ¿Yo siendo necesario a alguien antes de dormir? ¿Que alguien sigue los meandros de mis reflexiones? Fascinante. He tardado tres días antes de enfrentarme a vuestros comentarios radicales. He querido poner un colchón por el desbordamiento de mis sentimientos ante el final del blog y las reacciones que pudiera originar. Gracias a todos. Creo que no me merezco vuestras palabras pero ahí están y las recojo. Perdonadme: no es que quiera hacerme de rogar. Es que dudaba y mucho sobre lo que estaba haciendo y no quería hacer el ridículo en plena red.
Por otro lado, querría abrir la temática de mis posts. A veces el ámbito educativo se queda demasiado restringido. Anhelo poder añadir subjetividad a los temas que abordo, a otros aspectos conectados conmigo. Creo que el título que más cuadraría al blog sería "Un profesor en busca de sentido". La educación es un ámbito complejo y agotador. Entras en contacto con existencias en pleno desarrollo necesitadas de control de sus impulsos. Nuestros alumnos son veinticinco volcanes a punto de entrar en erupción emocional y el profesor ha de convertirse en un conductor de energías centrífugas y dispersas. Lo que no es poco. El profesor ha de mantener el norte cuando la tripulación propende al motín, a la desidia y al caos. El profesor ha de mantener la calma cuando todo parece irse al garete y explotan las tensiones.
Gracias, pues, a todos los que habéis escrito en mi blog en el día de marras porque me dais la oportunidad de desplegar de nuevo las velas y seguir con vosotros sin demasiada vergüenza de regresar. Eso sí, subrayando el carácter existencial del blog.
lunes, 20 de febrero de 2006
Final de trayecto
Quiero hoy en mi último post de Profesor en la Secundaria despedirme de todos vosotros los que de alguna manera habéis seguido con paciencia y fidelidad estas historias de un profesor en el ejercicio de una profesión exigente y difícil. He recibido con placer vuestros comentarios que han sido para mí un acicate para continuar. Sin embargo, Profesor en la secundaria llega a su fin tras un recorrido por una serie de temas que he considerado interesantes pero que no pueden o deben prolongarse. Todo lo que comienza tiene su final. Y éste es el de este blog. Gracias de nuevo por estar ahí. La comunidad bloguera tiene un calor muy especial. Gracias Simalme, Al59, Juan Poz, Víctor Manuel Ramos, María José, Rodolfo Natiello, Javieritos, fmop, Claudio, Nika. A vosotros y otros visitantes anónimos, hasta siempre.
domingo, 19 de febrero de 2006
Destruyendo el ideal
Poética de la extrañeza. Diane Arbus, fotógrafa de moda que trabaja para Vogue decide ver el otro lado de la vida: la de los excéntricos, los monstruos, los travestis, los nudistas, personas con trastornos mentales, con síndrome de down... Perspectivas forzadas sin zoom, iluminación desfavorecedora. Contra la idealización: la antiidealización. Buscaba expresar la parte oscura del alma. Un mundo de fealdad, soledad y dislocación. Captación de rasgos grotescos que nos resultan próximos y a la vez perturbadores. Fascinación y repulsión. Actividad académica: acercarse al otro, al extraño, al diferente para hacerlo nuestro. ¿Qué es lo extraño? Mirada subjetiva, distorsionadora, tierna. Coetánea de Allen Ginsberg, Jack Kerouac, William Burroughs que exploran también el lado más oscuro y visionario de la psique humana, ayudados por el uso de narcóticos. Diane Arbus, allí cerca con una cámara de 6x6, haciéndonos próximo lo monstruoso, lo lejano que está aquí cerca, perturbadoramente al otro lado de la lente. Cuanto más mostramos, más ocultamos. Dejemos un lugar para el misterio. La condición humana.
viernes, 17 de febrero de 2006
La lectura de la prensa
Hace unos días abordamos en clase de tercero de ESO el tema de los “géneros periodísticos”. Planteé la diferencia entre los géneros de información y los de opinión, unido a su gran y significativa diferencia. El género que centraba la unidad didáctica era el de la noticia.
Por curiosidad pregunté a mis alumnos qué periódicos se leían en su casa. Hice una rápida prospección que me dejó absolutamente confuso. No había un solo alumno en cuya casa se leyera la prensa. Tal vez algún periódico deportivo o, en el mejor de los casos, aquellos que se reparten gratuitamente en el metro. La encuesta en su inicial inocencia no intuía este resultado abrumador y tremendo porque esta realidad generalizada en hogares de clase trabajadora ofrece amplios y complejos interrogantes.
¿Qué visión del mundo pueden tener estos alumnos o incluso sus padres? ¿Qué conciencia, en perspectiva, de la realidad mundial y nacional? ¿Qué opiniones políticas, sociales, históricas y culturales pueden deducirse de tal ignorancia? ¿Puede haber algo más que esquemas pobrísimos llenos de desconocimiento de la realidad de nuestro tiempo?
¿Qué pueden saber del engaño masivo por que fuimos llevados a la guerra de Irak? ¿De la creciente desigualdad de riqueza en el mundo? ¿Del desastre ecológico que nos acecha? ¿De la desertización y la deforestación? ¿De la elevación de las temperaturas medias del planeta? ¿Del protocolo de Kioto? ¿De los debates profundos de la ciencia en tantos terrenos? ¿De los sucesos históricos recientes: la guerra de la antigua Yugoslavia, el asedio de Sarajevo; las matanzas de Ruanda en el año 1994; de la guerra en África Central que ha producido millones de muertos; del hundimiento de África; de la guerra en Sudán en la región de Darfur; del llamado choque de civilizaciones pronosticado por Samuel Huntington…? De tantas y tantas cosas que conforman nuestro mundo y nuestra civilización sometida a una profunda reestructuración.
Del pasado saben poca cosa, casi nada. Saben que hubo un señor llamado Hitler que mató a muchos judíos, pero poco más. De Franco y su dictadura no saben nada; ni de la Segunda República de la que este año se cumple el setenta y cinco aniversario.
Me preocupa semejante ignorancia porque estos son ciudadanos del futuro y carecen de cualquier tipo de opinión que no sean prejuicios y superficiales destellos que les llegan a través de los medios de comunicación audiovisuales que se centran en la realidad más inmediata y anecdótica. Cabría preguntarse si esta indiferencia ante la realidad es en realidad vocacional. No son los hijos sólo, son los padres los que voluntariamente ignoran el mundo. ¿Acaso se ha extendido una conciencia de que todo es inútil, que es imposible cambiar nada, que los sucesos históricos nos sobrepasan y que es absurdo pensar que el ser humano puede ejercer la más mínima influencia sobre la realidad? Mejor desconocerla porque es fea y depresiva. También existe una conciencia de que la política es sucia, que todo está contaminado de podredumbre y que es mejor ignorarlo. Lo único que se salva de esta debacle informativa es el fútbol convertido es el espectáculo mayor de nuestro tiempo.
Al hilo de estas reflexiones se me ocurre que en el fondo la noción de realidad es la que le afecta a uno mismo. Esa es la visión del mundo que tienen mis alumnos: lo que tienen delante de la forma más inmediata. Es como formar parte de un mundo de seres-familias-grupos burbuja conectados por cien mil hilos con la complejidad del siglo XXI pero ignorando claves, nexos, relaciones, razones históricas…
Son tiempos de cambio y desafíos terribles, pero el ciudadano medio, el que pertenece a las capas humildes de la sociedad, mira desoladoramente a su ombligo y el mundo parece importarle un higo. A mis alumnos ni eso. ¿Qué ideas pueden aportar, pues, a cualquier debate que tenga la historia o la realidad como eje? ¿Qué les interesa que vaya más allá de su individualidad, grupo o barrio? Eso unido al empobrecimiento demoledor de la capacidad expresiva oral y escrita nos perfila a unos ciudadanos del futuro que nos llevan a una profunda perplejidad.
Por curiosidad pregunté a mis alumnos qué periódicos se leían en su casa. Hice una rápida prospección que me dejó absolutamente confuso. No había un solo alumno en cuya casa se leyera la prensa. Tal vez algún periódico deportivo o, en el mejor de los casos, aquellos que se reparten gratuitamente en el metro. La encuesta en su inicial inocencia no intuía este resultado abrumador y tremendo porque esta realidad generalizada en hogares de clase trabajadora ofrece amplios y complejos interrogantes.
¿Qué visión del mundo pueden tener estos alumnos o incluso sus padres? ¿Qué conciencia, en perspectiva, de la realidad mundial y nacional? ¿Qué opiniones políticas, sociales, históricas y culturales pueden deducirse de tal ignorancia? ¿Puede haber algo más que esquemas pobrísimos llenos de desconocimiento de la realidad de nuestro tiempo?
¿Qué pueden saber del engaño masivo por que fuimos llevados a la guerra de Irak? ¿De la creciente desigualdad de riqueza en el mundo? ¿Del desastre ecológico que nos acecha? ¿De la desertización y la deforestación? ¿De la elevación de las temperaturas medias del planeta? ¿Del protocolo de Kioto? ¿De los debates profundos de la ciencia en tantos terrenos? ¿De los sucesos históricos recientes: la guerra de la antigua Yugoslavia, el asedio de Sarajevo; las matanzas de Ruanda en el año 1994; de la guerra en África Central que ha producido millones de muertos; del hundimiento de África; de la guerra en Sudán en la región de Darfur; del llamado choque de civilizaciones pronosticado por Samuel Huntington…? De tantas y tantas cosas que conforman nuestro mundo y nuestra civilización sometida a una profunda reestructuración.
Del pasado saben poca cosa, casi nada. Saben que hubo un señor llamado Hitler que mató a muchos judíos, pero poco más. De Franco y su dictadura no saben nada; ni de la Segunda República de la que este año se cumple el setenta y cinco aniversario.
Me preocupa semejante ignorancia porque estos son ciudadanos del futuro y carecen de cualquier tipo de opinión que no sean prejuicios y superficiales destellos que les llegan a través de los medios de comunicación audiovisuales que se centran en la realidad más inmediata y anecdótica. Cabría preguntarse si esta indiferencia ante la realidad es en realidad vocacional. No son los hijos sólo, son los padres los que voluntariamente ignoran el mundo. ¿Acaso se ha extendido una conciencia de que todo es inútil, que es imposible cambiar nada, que los sucesos históricos nos sobrepasan y que es absurdo pensar que el ser humano puede ejercer la más mínima influencia sobre la realidad? Mejor desconocerla porque es fea y depresiva. También existe una conciencia de que la política es sucia, que todo está contaminado de podredumbre y que es mejor ignorarlo. Lo único que se salva de esta debacle informativa es el fútbol convertido es el espectáculo mayor de nuestro tiempo.
Al hilo de estas reflexiones se me ocurre que en el fondo la noción de realidad es la que le afecta a uno mismo. Esa es la visión del mundo que tienen mis alumnos: lo que tienen delante de la forma más inmediata. Es como formar parte de un mundo de seres-familias-grupos burbuja conectados por cien mil hilos con la complejidad del siglo XXI pero ignorando claves, nexos, relaciones, razones históricas…
Son tiempos de cambio y desafíos terribles, pero el ciudadano medio, el que pertenece a las capas humildes de la sociedad, mira desoladoramente a su ombligo y el mundo parece importarle un higo. A mis alumnos ni eso. ¿Qué ideas pueden aportar, pues, a cualquier debate que tenga la historia o la realidad como eje? ¿Qué les interesa que vaya más allá de su individualidad, grupo o barrio? Eso unido al empobrecimiento demoledor de la capacidad expresiva oral y escrita nos perfila a unos ciudadanos del futuro que nos llevan a una profunda perplejidad.
martes, 14 de febrero de 2006
El "trabajo de investigación"
El trabajo de investigación (el treball de recerca) es una institución en Cataluña y no sé si existe algún equivalente en el resto de España. Es un proyecto que realizan los alumnos de segundo de bachillerato y que han de presentar a la altura de finales de enero. Dicho trabajo comienza con el final de curso de Primero de bachillerato. El alumno ha de buscar un tutor para que le dirija un proyecto y pactar el tema del mismo. Los seminarios ofrecen una amplia panoplia de temas pero la realidad es que dichos trabajos están abiertos cada año a novedades y desafiantes perspectivas.
Tienen gran aceptación los trabajos de Ciencias Sociales (El nazismo, españoles o las mujeres en los campos de exterminio, el fútbol y su universo temático, las bandas violentas, la mujer en la historia o en la posguerra, la eutanasia…), Arte, Tecnología, Matemáticas, Diseño, Química, Literatura… Hay asignaturas minoritarias que no atraen demasiado a los alumnos y otras que acumulan gran número de demandas.
El citado trabajo -de extensión variable- pretende desarrollar el método y la lógica de la investigación: la delimitación de un tema lo más concreto posible, la formulación de una hipótesis que se pretende demostrar, la búsqueda cuidadosa de fuentes, el desarrollo del mismo en distintos apartados, uso de las notas a pie de página, la explicitación de conclusiones, bibliografía utilizada…
El trabajo se comienza en junio del primer año de bachillerato y su dossier se presenta, como he dicho, hacia finales de enero. Su exposición oral, parte fundamental del mismo, suele ser un par de semanas después. Para dicha exposición oral cada vez es más frecuente la utilización de recursos informáticos y audiovisuales, realización de videoclips, maquetas, proyectos de diseño… La exposición oral se hace delante de un tribunal cuyo número de profesores depende de la organización de los centros. Pueden asistir alumnos o familiares a la defensa oral del trabajo. Dicha exposición incluye las preguntas que hacen los miembros del tribunal al ponente, lo que valora el conocimiento del tema y la capacidad dialéctica del "doctorando".
Tienen gran aceptación los trabajos de Ciencias Sociales (El nazismo, españoles o las mujeres en los campos de exterminio, el fútbol y su universo temático, las bandas violentas, la mujer en la historia o en la posguerra, la eutanasia…), Arte, Tecnología, Matemáticas, Diseño, Química, Literatura… Hay asignaturas minoritarias que no atraen demasiado a los alumnos y otras que acumulan gran número de demandas.
El citado trabajo -de extensión variable- pretende desarrollar el método y la lógica de la investigación: la delimitación de un tema lo más concreto posible, la formulación de una hipótesis que se pretende demostrar, la búsqueda cuidadosa de fuentes, el desarrollo del mismo en distintos apartados, uso de las notas a pie de página, la explicitación de conclusiones, bibliografía utilizada…
El trabajo se comienza en junio del primer año de bachillerato y su dossier se presenta, como he dicho, hacia finales de enero. Su exposición oral, parte fundamental del mismo, suele ser un par de semanas después. Para dicha exposición oral cada vez es más frecuente la utilización de recursos informáticos y audiovisuales, realización de videoclips, maquetas, proyectos de diseño… La exposición oral se hace delante de un tribunal cuyo número de profesores depende de la organización de los centros. Pueden asistir alumnos o familiares a la defensa oral del trabajo. Dicha exposición incluye las preguntas que hacen los miembros del tribunal al ponente, lo que valora el conocimiento del tema y la capacidad dialéctica del "doctorando".
La calidad de los trabajos es heterogénea. Los hay que cuyo valor es muy escaso, pero cada año los profesores nos encontramos con pequeñas joyas, no muy numerosas, que demuestran el genio y la habilidad de nuestros alumnos. La oportunidad de indagar que ofrece a tenaces protoinvestigadores justifica el esfuerzo y la dedicación que plantea a los tutores de los citados trabajos. En ellos se desarrollan incipientes vocaciones de futuros profesionales.
Las objeciones a los trabajos de investigación son del orden de que restan muchas horas de dedicación a las materias de segundo curso. Hasta que no se produce el parto, hay mucha tensión en el ambiente y los alumnos experimentan un intenso estrés. Los exámenes se resienten por la dedicación de algunos alumnos a su trabajo. Una de las principales estrategias es la adecuada distribución del tiempo. Supone un buen aprendizaje en cuanto a técnicas de trabajo intelectual.
En la ciudad donde resido, además, hay un apéndice: los mejores trabajos de cada centro, los que han obtenido mejores calificaciones, se presentan a los premios que otorga el Ayuntamiento de la ciudad. En la misma hay cinco centros públicos que imparten bachillerato. La selección, pues, ofrece una interesante calidad, especialmente en el ámbito más numeroso que es el Humanístico y Social. Por otro lado está el Científico, menos concurrido, y el premio que se concede a los trabajos que tratan sobre la ciudad. Obtener un premio es un acicate para estos alevines de investigadores y la entrega de diplomas siempre supone un momento emocionante para todos los que han participado. Lástima que el Ayuntamiento en su política de concesión de premios se oriente por los temas más políticamente correctos y no premie a trabajos de temática más minoritaria o “fuera de temporada”. Pero esa es la servidumbre de entrar en un ámbito de decisión político. Eso no le quita esplendor a la fiesta.
Sinceramente, es una buena institución.
domingo, 12 de febrero de 2006
La mediación escolar
Uno de las estrategias para disminuir o reconducir la violencia en las aulas o en las dependencias de un centro escolar de Secundaria es el proceso llamado de Mediación. Algunos IES comienzan a aplicar en las relaciones interpersonales o de grupo dicho mecanismo que, en líneas generales, se podría explicar como el intento de reconducir enfrentamientos o conflictos entre los alumnos por la vía del diálogo.
Para ello es necesario que existan dos partes que protagonicen el litigio y que estén dispuestas a iniciar un proceso de mediación. La voluntariedad es esencial, por tanto, en el proceso. Una vez incoado el expediente que lleva un profesor coordinador de mediación, se eligen unos mediadores, formados previamente, que pueden ser alumnos, padres o personal no docente. Dichos mediadores convocan una reunión con cada una de las partes a las que hay que oír cuidadosamente y recoger sus razones por escrito.
Posteriormente se celebra una reunión con los dos bandos a los que se hace conocer los motivos de la otra parte y se escuchan sus alegaciones respectivas. Este es el proceso previo a la resolución, puesto que ambos contendientes han de ser conscientes de que deber renunciar a algo para poder establecer un pacto provisional. La conclusión es, pues, un acuerdo verbal y escrito en que ambas partes describen el conflicto y su parte de compromiso en su resolución. El mediador levanta acta y el acuerdo se sella formalmente con la firma de los dos ejes del conflicto.
El proceso de mediación tal como lo veo en mi centro levanta muchas controversias tanto entre profesores como entre alumnos. He visto rechazos frontales y animadversión entre grupos de estudiantes y reticencias llenas de escepticismo entre muchos profesores. Los mediadores han de hacer gala de un ánimo a prueba de bomba para enfrentarse a la indiferencia mayoritaria que despierta dicha vía de resolución de litigios. En el proceso de mediación no se aceptan conflictos entre partes en que una sea agresora y la otra víctima. No puede haber mediación entre un acosador y su víctima, ni entre sectores de nivel diferente, es decir, entre profesores y alumnos, aunque sé que ha habido algún proceso de mediación entre algún profesor objeto de rechazo y sus alumnos.
Pongo un ejemplo de los acuerdos a que pueden llegarse con un proceso de mediación. En mi tutoría hay un grupo de muchachas marroquíes de las que he hablado en varios posts. Son educadas y trabajadoras pero tienden a ser dejadas de lado por el resto de la clase. No son integradas en los grupos de educación física y reciben con alguna frecuencia desplantes por parte de algunos miembros de la clase. Una de ellas hace unas semanas vino a hablar conmigo como tutor para exponerme una situación de sentimiento de ser agredidas por un sector de la clase, especialmente en Educación Física. Le pregunté si estaría dispuesta a iniciar un proceso de mediación y, para mi sorpresa, me dijo que sí. Hablé con la coordinadora de Mediación y asumió el reto de establecer puentes. La parte “agresora” que me había comentado que las marroquíes se les estaban subiendo a la chepa y que se iban a encontrar su merecido si seguían así, no aceptaba en principio el proceso de mediación. Al final, tras hablar con la coordinadora, tuvo que asumirlo forzada por las circunstancias.
En el proceso entablado ambas partes expusieron sus puntos de vista. La muchacha oriunda española criticaba que las marroquíes hablaran en árabe entre ellas y que después miraran a miembros de la clase riéndose, dando la impresión de que se estaban burlando de ellas. La muchacha marroquí denunciaba un intento de aislamiento de su grupo, de solapada o abierta agresión, insultos, risas malintencionadas ante sus fallos, falta de afecto, etc…
Tras varias sesiones, ambas partes llegaron al acuerdo siguiente: las muchachas marroquíes serían integradas en los grupos y se buscaría tender puentes con ellas; a cambio, éstas no deberían hablar en árabe entre ellas durante las horas de clase, aunque sí en los pasillos o en el patio. Dicho acuerdo fue firmado delante de toda la clase, dado que era un conflicto grupal y no individual. La muchacha marroquí aceptó los términos del acuerdo en su nombre y el de su grupo, y la que había amenazado con la exclusión, pareció aceptar también el acuerdo, aunque con alguna reticencia.
Yo he favorecido el proceso pero no he participado directamente en él. Mi impresión es que ha habido una dinámica en que parece habérseles “perdonado la vida” a las muchachas marroquíes y siguen sin ser objeto de afecto por parte de la clase. Siguen pareciendo a sus compañeras un quiste extraño y demasiado diferente. El pacto se revisará dentro de un mes. El aspecto positivo ha sido que el proceso de mediación ha sido iniciado por la muchacha marroquí y ha obligado a la otra parte a ponerse en pie de igualdad y no en situación de superioridad como era el planteamiento previo desde una perspectiva claramente racista y amenazadora. Sin embargo, este pacto no dejará de tener riesgos en su cumplimiento.
Para ello es necesario que existan dos partes que protagonicen el litigio y que estén dispuestas a iniciar un proceso de mediación. La voluntariedad es esencial, por tanto, en el proceso. Una vez incoado el expediente que lleva un profesor coordinador de mediación, se eligen unos mediadores, formados previamente, que pueden ser alumnos, padres o personal no docente. Dichos mediadores convocan una reunión con cada una de las partes a las que hay que oír cuidadosamente y recoger sus razones por escrito.
Posteriormente se celebra una reunión con los dos bandos a los que se hace conocer los motivos de la otra parte y se escuchan sus alegaciones respectivas. Este es el proceso previo a la resolución, puesto que ambos contendientes han de ser conscientes de que deber renunciar a algo para poder establecer un pacto provisional. La conclusión es, pues, un acuerdo verbal y escrito en que ambas partes describen el conflicto y su parte de compromiso en su resolución. El mediador levanta acta y el acuerdo se sella formalmente con la firma de los dos ejes del conflicto.
El proceso de mediación tal como lo veo en mi centro levanta muchas controversias tanto entre profesores como entre alumnos. He visto rechazos frontales y animadversión entre grupos de estudiantes y reticencias llenas de escepticismo entre muchos profesores. Los mediadores han de hacer gala de un ánimo a prueba de bomba para enfrentarse a la indiferencia mayoritaria que despierta dicha vía de resolución de litigios. En el proceso de mediación no se aceptan conflictos entre partes en que una sea agresora y la otra víctima. No puede haber mediación entre un acosador y su víctima, ni entre sectores de nivel diferente, es decir, entre profesores y alumnos, aunque sé que ha habido algún proceso de mediación entre algún profesor objeto de rechazo y sus alumnos.
Pongo un ejemplo de los acuerdos a que pueden llegarse con un proceso de mediación. En mi tutoría hay un grupo de muchachas marroquíes de las que he hablado en varios posts. Son educadas y trabajadoras pero tienden a ser dejadas de lado por el resto de la clase. No son integradas en los grupos de educación física y reciben con alguna frecuencia desplantes por parte de algunos miembros de la clase. Una de ellas hace unas semanas vino a hablar conmigo como tutor para exponerme una situación de sentimiento de ser agredidas por un sector de la clase, especialmente en Educación Física. Le pregunté si estaría dispuesta a iniciar un proceso de mediación y, para mi sorpresa, me dijo que sí. Hablé con la coordinadora de Mediación y asumió el reto de establecer puentes. La parte “agresora” que me había comentado que las marroquíes se les estaban subiendo a la chepa y que se iban a encontrar su merecido si seguían así, no aceptaba en principio el proceso de mediación. Al final, tras hablar con la coordinadora, tuvo que asumirlo forzada por las circunstancias.
En el proceso entablado ambas partes expusieron sus puntos de vista. La muchacha oriunda española criticaba que las marroquíes hablaran en árabe entre ellas y que después miraran a miembros de la clase riéndose, dando la impresión de que se estaban burlando de ellas. La muchacha marroquí denunciaba un intento de aislamiento de su grupo, de solapada o abierta agresión, insultos, risas malintencionadas ante sus fallos, falta de afecto, etc…
Tras varias sesiones, ambas partes llegaron al acuerdo siguiente: las muchachas marroquíes serían integradas en los grupos y se buscaría tender puentes con ellas; a cambio, éstas no deberían hablar en árabe entre ellas durante las horas de clase, aunque sí en los pasillos o en el patio. Dicho acuerdo fue firmado delante de toda la clase, dado que era un conflicto grupal y no individual. La muchacha marroquí aceptó los términos del acuerdo en su nombre y el de su grupo, y la que había amenazado con la exclusión, pareció aceptar también el acuerdo, aunque con alguna reticencia.
Yo he favorecido el proceso pero no he participado directamente en él. Mi impresión es que ha habido una dinámica en que parece habérseles “perdonado la vida” a las muchachas marroquíes y siguen sin ser objeto de afecto por parte de la clase. Siguen pareciendo a sus compañeras un quiste extraño y demasiado diferente. El pacto se revisará dentro de un mes. El aspecto positivo ha sido que el proceso de mediación ha sido iniciado por la muchacha marroquí y ha obligado a la otra parte a ponerse en pie de igualdad y no en situación de superioridad como era el planteamiento previo desde una perspectiva claramente racista y amenazadora. Sin embargo, este pacto no dejará de tener riesgos en su cumplimiento.
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