El trabajo de investigación (el treball de recerca) es una institución en Cataluña y no sé si existe algún equivalente en el resto de España. Es un proyecto que realizan los alumnos de segundo de bachillerato y que han de presentar a la altura de finales de enero. Dicho trabajo comienza con el final de curso de Primero de bachillerato. El alumno ha de buscar un tutor para que le dirija un proyecto y pactar el tema del mismo. Los seminarios ofrecen una amplia panoplia de temas pero la realidad es que dichos trabajos están abiertos cada año a novedades y desafiantes perspectivas.
Tienen gran aceptación los trabajos de Ciencias Sociales (El nazismo, españoles o las mujeres en los campos de exterminio, el fútbol y su universo temático, las bandas violentas, la mujer en la historia o en la posguerra, la eutanasia…), Arte, Tecnología, Matemáticas, Diseño, Química, Literatura… Hay asignaturas minoritarias que no atraen demasiado a los alumnos y otras que acumulan gran número de demandas.
El citado trabajo -de extensión variable- pretende desarrollar el método y la lógica de la investigación: la delimitación de un tema lo más concreto posible, la formulación de una hipótesis que se pretende demostrar, la búsqueda cuidadosa de fuentes, el desarrollo del mismo en distintos apartados, uso de las notas a pie de página, la explicitación de conclusiones, bibliografía utilizada…
El trabajo se comienza en junio del primer año de bachillerato y su dossier se presenta, como he dicho, hacia finales de enero. Su exposición oral, parte fundamental del mismo, suele ser un par de semanas después. Para dicha exposición oral cada vez es más frecuente la utilización de recursos informáticos y audiovisuales, realización de videoclips, maquetas, proyectos de diseño… La exposición oral se hace delante de un tribunal cuyo número de profesores depende de la organización de los centros. Pueden asistir alumnos o familiares a la defensa oral del trabajo. Dicha exposición incluye las preguntas que hacen los miembros del tribunal al ponente, lo que valora el conocimiento del tema y la capacidad dialéctica del "doctorando".
Tienen gran aceptación los trabajos de Ciencias Sociales (El nazismo, españoles o las mujeres en los campos de exterminio, el fútbol y su universo temático, las bandas violentas, la mujer en la historia o en la posguerra, la eutanasia…), Arte, Tecnología, Matemáticas, Diseño, Química, Literatura… Hay asignaturas minoritarias que no atraen demasiado a los alumnos y otras que acumulan gran número de demandas.
El citado trabajo -de extensión variable- pretende desarrollar el método y la lógica de la investigación: la delimitación de un tema lo más concreto posible, la formulación de una hipótesis que se pretende demostrar, la búsqueda cuidadosa de fuentes, el desarrollo del mismo en distintos apartados, uso de las notas a pie de página, la explicitación de conclusiones, bibliografía utilizada…
El trabajo se comienza en junio del primer año de bachillerato y su dossier se presenta, como he dicho, hacia finales de enero. Su exposición oral, parte fundamental del mismo, suele ser un par de semanas después. Para dicha exposición oral cada vez es más frecuente la utilización de recursos informáticos y audiovisuales, realización de videoclips, maquetas, proyectos de diseño… La exposición oral se hace delante de un tribunal cuyo número de profesores depende de la organización de los centros. Pueden asistir alumnos o familiares a la defensa oral del trabajo. Dicha exposición incluye las preguntas que hacen los miembros del tribunal al ponente, lo que valora el conocimiento del tema y la capacidad dialéctica del "doctorando".
La calidad de los trabajos es heterogénea. Los hay que cuyo valor es muy escaso, pero cada año los profesores nos encontramos con pequeñas joyas, no muy numerosas, que demuestran el genio y la habilidad de nuestros alumnos. La oportunidad de indagar que ofrece a tenaces protoinvestigadores justifica el esfuerzo y la dedicación que plantea a los tutores de los citados trabajos. En ellos se desarrollan incipientes vocaciones de futuros profesionales.
Las objeciones a los trabajos de investigación son del orden de que restan muchas horas de dedicación a las materias de segundo curso. Hasta que no se produce el parto, hay mucha tensión en el ambiente y los alumnos experimentan un intenso estrés. Los exámenes se resienten por la dedicación de algunos alumnos a su trabajo. Una de las principales estrategias es la adecuada distribución del tiempo. Supone un buen aprendizaje en cuanto a técnicas de trabajo intelectual.
En la ciudad donde resido, además, hay un apéndice: los mejores trabajos de cada centro, los que han obtenido mejores calificaciones, se presentan a los premios que otorga el Ayuntamiento de la ciudad. En la misma hay cinco centros públicos que imparten bachillerato. La selección, pues, ofrece una interesante calidad, especialmente en el ámbito más numeroso que es el Humanístico y Social. Por otro lado está el Científico, menos concurrido, y el premio que se concede a los trabajos que tratan sobre la ciudad. Obtener un premio es un acicate para estos alevines de investigadores y la entrega de diplomas siempre supone un momento emocionante para todos los que han participado. Lástima que el Ayuntamiento en su política de concesión de premios se oriente por los temas más políticamente correctos y no premie a trabajos de temática más minoritaria o “fuera de temporada”. Pero esa es la servidumbre de entrar en un ámbito de decisión político. Eso no le quita esplendor a la fiesta.
Sinceramente, es una buena institución.
Por trabajos de este tipo nacen muchas vocaciones, o se toma conciencia de ella. Estuve de alumna interna en la Universidad, investigando las nuevas tecnologías desde el punto de vista lingüístico, y me di cuenta de que es muy distinto aprender para algo ajeno como un examen, que para saber uno mismo.
ResponderEliminarCuando leí por primera vez en tu blog una referencia a estos trabajos, pensé que eran una singularidad, de lo más inspirada, de tu centro. Veo que la idea funciona en toda la Comunidad Autónoma, y sólo me queda esperar que otras (y en especial la mía) lo importen. Estoy tan acostumbrado a que me cuenten perrerías sobre el sistema educativo catalán que me resulta una sorpresa agradable enterarme de que, en esto, van por delante de los demás, marcando el camino. Creo que los propios alumnos de Bachillerato, si les planteáramos el tema, reaccionarían con entusiasmo.
ResponderEliminarSí, es de lo poco que se salva de la quema. Es una iniciativa afortunada que se complementaría con un año más de bachillerato. Hay alumnos que se lo toman muy en serio y otros que no responden en absoluto. Unos por otros.
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