Hoy se celebra el día
Mundial del síndrome de Down lo que me lleva a publicar esta entrada acompañada
de una foto reciente de la Fundación Once sobre personas son algún tipo de
disminución psíquica, algunos de ellos protagonizaron la película Campeones de Javier Fesser y nos
sorprendieron por su riqueza humana y sus formidables capacidades. Hoy somos
más conscientes de la realidad y fuerza sorprendentes de personas que antes se
los consideraba como marginales o abiertamente deficientes.
Leo estos días un libro
recomendado por Agnieszka, de Sidharta Mukherjee que se titula El gen, una historia personal. En él se
hace un apasionante recorrido por el territorio de la genética y las teorías de
cómo se transmite la vida y los caracteres en la unión de hombre y mujer. Para
no irnos demasiado lejos, este post mencionará como hito estelar las figuras de
dos gigantes en esta historia, Charles Darwin que ideó la teoría de la
evolución de las especies a partir de un tronco común derivándose como las
ramas de un árbol, y la de las variaciones así como la idea de la selección
natural de los mejor adaptados, pero se quedó encallado en la formulación de
cómo funcionaba la herencia, cómo se heredaban los caracteres en una unión
sexual. Este era un mecanismo totalmente desconocido hasta que otro clérigo
también iba a dinamitar el edificio de las creencias y dogmas cristianos, este
fue Gregor Johann Mendel, un oscuro monje que se dedicó a mezclar variaciones
de plantas de guisantes en un invernadero de su convento de Brno sin que las
decisivas consecuencias de las leyes de la herencia que formuló fueran
conocidas hasta mucho después de su muerte, pues su publicación permaneció
totalmente ignorada. Fue un texto que fundamentó la biología moderna que pasó
desapercibido en un tiempo en que el tema de la herencia pasó a ocupar un papel
decisivo en las sociedades occidentales pues Francis
Galton publicó un libro provocativo, Inquiries into Human Faculty and Its
Development. En él presentaba un plan estratégico para la mejora de la raza
humana. La idea de Galton era sencilla, imitar los mecanismos de la selección
natural para apoyar la supervivencia de los caracteres tenidos por superiores
en un tiempo esencialmente racista y supremacista en que se tenía un ideal de
la raza en la blanca y dentro de esta, a determinados individuos con rasgos
considerados superiores por altura, color de la piel, de los ojos,
inteligencia…En su idea se podría perfeccionar la raza humana con los
mecanismos darwinianos y sin conocerse las conclusiones de Mendel sobre la
herencia. Debían sobrevivir los más aptos, los más fuertes, los más
inteligentes, y así dio forma a una supuesta ciencia llamada eugenesia y se enfrentó, entre 1901 y
1905, a su adversario más formidable, William Bateson, el genetista de
Cambridge que era el mayor adalid de la teoría de Mendel.
Y el resultado, para
abreviar, fue que en occidente se creó una corriente poderosísima llamada eugenesia que llevó a esterilizar a
personas consideradas deficientes psíquicos o físicos, enfermos mentales, con
taras de alguna clase, alcohólicos… muchas veces víctimas de una pobreza
devastadora que los llevaba a una vida de supervivencia y que caían en abismos
estremecedores. Muchos prohombres de aquel tiempo, tanto en Estados Unidos como
Europa, apoyaron las teorías eugenésicas
positivas favoreciendo los cruces entre los mejores e impidiendo las uniones
contra dicha selección o abiertamente negativas esterilizando a los
considerados inferiores. Esto culminó en las teorías racistas del Tercer Reich
que llevó a cabo una selección racial en nombre de la pureza de la raza que
hizo que decenas de miles de personas fueran esterilizadas o abiertamente
sacrificadas en una suerte de eutanasia maligna en la que entraban todos los
considerados inferiores como homosexuales,
gitanos, deficientes psíquicos o físicos, enfermos mentales… El
darwinismo en sus mecanismos de selección de la higiene racial se llevó a cabo finalmente con millones de personas
consideradas un cáncer para la sociedad como eran los judíos… y miles de
experimentos diabólicos tomando a los seres humanos como cobayas para confirmar
sus teorías racistas y que tuvieron en el Dr. Mengele su mayor asesino en
masa en nombre de una supuesta ciencia de la raza.
La mayor aportación del
Tercer Reich, según Sidharta Mukherjee, fue la desacreditación total de la
eugenesia ante el horror mundial por sus realizaciones perversas y criminales.
Nadie hablaría ya de higiene racial
desde aquello, aunque en algunos países europeos y en Australia se siguieron
realizando esterilizaciones de indígenas o indigentes. Hoy ya nadie defiende
aquello y podemos ver hermosos carteles con personas que en aquel tiempo
habrían sido claramente víctimas de la higiene racial por la mejora de la raza
blanca.
Tengo que reconocer que en
este sentido y otros, nuestro mundo ha mejorado sustancialmente.