Blog poliédrico que no cree que haya una versión canónica de la realidad y que asume la contradicción flagrante como sistema de interpretación del mundo.
Probablemente este tema te resulte más lejano que a mí que he sido profesor durante tres décadas y he sentido a veces algún tipo de admiración por parte de mis alumnos. Es una sensación que me incomoda pero sé que con el tiempo se va disipando. Puedes ser en un momento inspirador para algunos alumnos y eso es bueno porque puedes alumbrarles caminos interesantes, pero inevitablemente ellos han de hacerlos suyos y alejarse de ti. Nietzsche conoció a Wagner y lo sedujo poderosamente, pero con el tiempo se enfrentó ideológicamente a él tomando caminos divergentes. Eso es lo que tiene que ser. Abrazo.
A veces imagino que vuelvo al pasado cuando era niño o adolescente y elucubro aparecer de nuevo en aquellas sombrías clases y darles un revolcón a la serie de inútiles que fueron mis profesores en otro tiempo. Realmente he encontrado muy pocos profesores que fueran inspiradores. La inspiración la he tenido que aprender por mí mismo. Uno es el mejor maestro de sí mismo.
Con el paso del tiempo, no es lo mismo tener 20 años y un profesor que te dobla la edad, a tener 60 escuchando un pipiolo de 30 al que le hacen falta muchas tablas, con el paso del tiempo me he dado cuenta de que uno, tal como dices, es el mejor maestro de si mismo. ¿Porqué este comentario tan extraño? porque nunca he dejado las clases, y ya en en el último de Filosofía, con casi la sesentena, y acabando el master (que realicé para provecho propio), cribé que en todos los años de estudio hubieron dos personas que me marcaron; una de ellas doña Adela, maestra de los 6 a los 8 años, fue la que me enseñó a buscar y rebuscar en la biblioteca pública para calmar la curiosidad; el otro, Via Taltavull, doctor en teología que ya no está, y que me suspendió dos veces de fenomenología de las religiones, hasta que aprendí la respuesta de aquella pregunta que salía en el libro de Martín Velasco en su Introducción a la Fenonomenología de la religión:
¿Cuál es entonces, la Noble Verdad del Origen del Sufrimiento?, sabiendo que es el deseo , ligado al placer y al disfrute, buscando satisfacción de aquí y de allá, que nos lleva a conocer el sufrimiento) una vez y otra
La respuesta es sencilla. Sólo pedía que se le contestara que era la Segunda Verdad.
Por mi propia experiencia como profesor a lo largo de las décadas, a los veinte, a los treinta, a los cuarenta y cincuenta, he experimentado ser un profesor diferente. Mi época dorada son los treinta. Unía juventud y un fuerte espíritu rebelde que me hacía ser un profesor que llegaba a mis alumnos en un tiempo en que la literatura era todavía un arma cargada de futuro. Era una combinación magnífica aunque no dejara de tener claroscuros. Luego fui creciendo y cumpliendo años de modo que me hice más sabio, más erudito pero conectaba menos con mis alumnos de dieciséis o diecisiete años que necesitan la juventud como aliciente. En el final de mi carrera docente, pude resurgir como profesor y dar el do de pecho con estrategias innovadoras que llegaron a mis alumnos. En medio quince años perdidos en un terreno que no era el mío.
Tienes razón en lo que dices: ser alumno con quince años o con cincuenta es totalmente diferente. La edad añade dimensión y perspectiva aunque aumenta la amargura y el escepticismo. Nunca he sido profesor de gente mayor. No me hubiera desagradado la experiencia, eso es algo que me falta en mi currículum. Mis alumnos siempre han sido adolescentes con el desgaste que implica esto. Y lo peor de mi carrera docente fue dejar de ser profesor de literatura para convertirme en un orientador que a veces daba clases de lengua, materia que no me gusta. La vida de un profesor ofrece altos y bajos, decepciones, éxtasis y frustraciones difíciles de imaginar. Cada uno somos de una manera diferente. No hay dos profesores iguales. Alguna vez, sin embargo, se da la conjunción mágica entre un profesor y un alumno que te considera inspirador. Salut.
PD: Recordemos que en el Budismo el nacimiento del dolor tiene su causa en el acto, y el acto está condicionado por la pasión. Te pido mil disculpas, ya que esto no está relacionado con tu entrada, pero es un "fleco" que he dejado suelto por la respuesta interior y que pudiera llevar a error sino lo aclaro. Salut ¡
Yo aprendí esto en la práctica del zen durante cinco años. No era una enseñanza erudita sino experiencial mediante la meditación. Sentado durante hora y media vivía esta enseñanza de desapego y abandono del ego. Salut.
Adriana, últimamente me centro en publicar algunas citas de los libros que he leído. No quiero cansar al visitante con largos textos. Lo interesante es la discusión que surge a partir de ellos en lo que tienen fundamental importancia los que me leéis y comentáis. Sí que hay veces en que publico un texto largo sobre algún tema que me motiva. Un placer conocerte y pensar que tienes tan buena opinión de este blog. Gracias a ti.
Aprender a volar solo es la mejor lección del mundo. La soledad te da una visión y una perspectiva únicas. Creo yo, que siempre fui mal alumno. UN saludo.
Ciertamente, ser autodidacta es el mejor proceso para aprender. Sí que hay algunas personas que tienen la suerte de encontrar un maestro que es capaz de abrirles caminos de la mente a los que por su propia dinámica tardarían en llegar. En el proceso de formación del propio pensamiento ha habido importantes pensadores que han partido de modelos que los habían marcado, aunque luego se alejen de ellos. La construcción de la mente es un progresivo montaje de piezas sucesivas. Si alguien te da las primeras es una enorme fortuna que yo no tuve porque ningún maestro fue tal para mí. El genio es una tarea de asumir modelos para luego desbordarlos creativamente. Tal vez a ti, como a mí, no llegaron modelos que nos inspiraran y hemos tenido que hacerlo todo por nosotros mismos. Un saludo.
Yo no he sido buena alumna, despistada y con ideas propias que sé que a veces eran un fastidio para el profesor. Probablemente tuve algún buen profesor o profesora, pero nunca llegue a conectar lo suficiente con ninguno como para darle la satisfacción de ver que su discípula aprovechaba su esfuerzo. Un saludo.
En mi experiencia como profesor en la ESO y en el bachillerato, soy consciente de que la conexión con los alumnos no es fácil. No basta ser buen profesor, tienen que darse otros parámetros de sintonía sentimental e intelectual en los que el alumno se siente identificado o próximo con el mundo emocional e intelectivo del profesor. Sucede a veces pero raramente en un sistema que no propicia el pensamiento, la reflexión o la estética y sí el juego y la asistencia a los problemas de los alumnos, en que el profesor es más un asistente social que un maestro de ideas nutricias. La enseñanza dejó de ser intelectual hace ya más de veinticinco años para convertirse en pedagogía. Yo he vivido los dos momentos. No es fácil, reitero, la conexión entre el mundo de un alumno y el de un profesor en este contexto educativo. Sí al nivel asistencial y humano pero no intelectual. Un saludo.
Está claro que el objetivo de un profesor es un meta complicada, intentar transmitir el valor de lo que enseña, y en tu caso, por ser Literatura, además la riqueza cultural y el legado social de un país... Pues la Literatura nos refleja y explica como sociedad... muchísimo, y eso es una oportunidad única para entender, con mayor claridad, no pocos matices y aspectos que nos conforman ahora.
Pero, como bien señalas, gobiernos y oposiciones pasados y presentes, llevan años dando la espalda a ese legado, suma el desinterés de buena parte de la ciudadanía, jóvenes y mayores, hacia todo aquello que no sea el fútbol, los bares, la telebasura, el botellón, el tik tok y demás redes sociales, para la exhibición y el insulto, etc, etc... ¿Qué espacio le queda a la Literatura y las Humanidades? Un rinconcito oscuro y marginal. Triste, tú ya sabes que cualquier islandés, un panadero, un pescador, un abogado... es capaz de hablarte de sus sagas, imaginate eso aquí aplicándose a Cervantes y el Quijote, somos una sociedad muy pobre, solo nos queda lo material, inmediato e insustancial, nulo alimento para el alma, del que hablabas en el otro post.
Paco, puede entender la desolación de Larra en su Día de difuntos de 1836 cuando habla de la vida cultural y política de España: «Aquí yace media España; murió de la otra media». En cierta medida, yo me he exiliado interiormente de este país porque no puedo exiliarme geográficamente. Me gustaría irme a otras latitudes para alejarme mentalmente de una realidad que me abruma. Tienes razón en que otros países aprecian su legado histórico-cultural: la única institución valiosa y que se mantiene en este país son los bares, son la auténtica universidad popular. La otra universidad es un foco de sectarismo y endogamia pobrísimo. No nos gusta la cultura, qué le vamos a hacer. Se desconocen a Cervantes y a Quevedo o al Arcirpreste de Hita o a Calderón o a Galdós... entre otros muchos. Ya no me rebelo. Hubo un tiempo mágico en España tras la transición política que duró una década y media que yo viví intensamente como profesor de literatura. El panorama ahora me recuerda al de Larra en la noche de difuntos de 1836.
Ya no soy profesor de literatura pero soy consciente de la realidad del sistema educativo que ha olvidado totalmente la literatura y las humanidades. No solo es el sistema educativo, es toda la sociedad, es el poder de la tecnología bárbara, es la deriva social y política. Son los gustos de época.
Lo conté el otro día, pero cuando estuve en Islandia en dos autocares en los que fui, los guías nos hablaron de literatura islandesa y se sentían profundamente orgullosos del premio Nobel que habían recibido en su escritor Halldór Kiljan Laxness en 1955. Y en San Petersburgo estuve veinte minutos hablando con el taxista de literatura. La literatura expresa el poder de la palabra, ese poder sagrado, pero ahora las palabras han dejado de ser poderosas en cualquier sentido. Todo da lo mismo, da igual la pobreza del lenguaje, la mala ortografía, la escasez de riqueza literaria. No se puede hacer nada. Yo lo intenté en los últimos tiempos en las aulas pero es intentar mover una excavadora con la fuerza de un mosquito. Pero no solo es responsabilidad de los jóvenes, somos los mayores los que hemos fallado. Pero Paco, es hablar por hablar. Quiero vivir, como digo, como exiliado interior. Yo puedo leer todo lo que quiero y en mi círculo cercano procuro que les lleguen libros a mis amigos y a mis hijas. Ser español es la peor condena posible, menos mal que nos quedan los bares -lo digo sin sarcasmo-: yo me voy a leer todos los días a un bar cercano y me encuentro muy a gusto, más que en casa, tomándome un café y un agua con gas. Muchas gracias, Paco, son un lenitivo tus palabras que me han hecho desbordarme de emoción. También un fuerte abrazo para ti, Paco.
Pero no solo es responsabilidad de los jóvenes, somos los mayores los que hemos fallado..."
Creo que todos han de poner de su parte. Dices que hemos fallado, no se a que nivel. Creo que nuestra generación se ha desvivido por dar lo que no llegamos nosotros a alcanzar. Trabajar y estudiar eran la misma cosa. Bachillerato nocturno gracias ( y no se me rasgue nadie las vestiduras) a Paco, de 7 a 10 de la noche, después de una jornada maratoniana de levantarse a las 6 y llegar tarde a la primera clase porque salías a las 6´30 del trabajo. Y como yo, todos los que conocí, que no fueron pocos. Y después lo que vino. Casarse , seguir estudiando, seguir estudiando y seguir estudiando, siempre combinado con el trabajo, así casi hasta el jubileo.
Yo he visto en la universidad de filosofía auténticos periféricos de terminales, jugando al Tetris con el Aple de rigor mientras el profesor "asociado" que cobraba 455 euros mes, se desvivía por explicar que nos quería decir una frase determinada de un filósofo en cuestión. Gente gris de venti pico de años, incapaz de discernir la diferencia existente entre la inducción y la deducción, sin ilusión por nada y pasando el tiempo porque no había nada mejor que hacer. Pero con la conformidad de que como no hay trabajo, mejor se está allí. Así el 85% de una clase de tercero/cuarto año.
España siempre ha estado en crísis. La del 75 que me dió con las puertas en las narices; la del 82, que también me dejó en la calle; la del 93, acabada las Olimpiadas, que me dejaron con una deuda de casi tres millones de pesetas de la época, y la del 2007, que ha durado 10 años, pero como perro viejo no me cogió desprevenido.
Nosotros, JOSELU, los de mi generación, 1953, hasta la primera oleada con 15 años más, creo que hemos hecho lo que hemos podido por los hijos, dándoles unos estudios pagados sin necesidad de buscarse la vida para pagarlos, y con unas jornadas de trabajo, quien lo tuviere, que no ha comparación ninguna.
Yo sólo que querido acotar este comentario, para restarte culpabilidad. Has hecho lo que tenías que hacer, pero las cosas cambian, y con ellas la gente, y hasta nuestra firma.
Cierra tu estudio durante quince días por orden del presunto honorable. Tendrás que buscar otro apeadero. salut
Cuando digo que hemos fallado los mayores no me refiero tanto a casos individuales y valiosos sino a la clase política que ha traído a este país a una crisis gravísima como la que estamos viviendo. Ahora no son los jóvenes los que la protagonizan sino sus mayores que son los bárbaros que se reúnen para insultarse y odiarse en las instituciones políticas de aquí y de allí, en Cataluña y Madrid.
Nosotros como padres hemos hecho lo que hemos podido y creo que no lo hemos hecho mal. Mis dos hijas, de 21 y 23 años han sido y son excelentes estudiantes, responsables y serias. No todos los jóvenes son como los que conociste en las clases de filosofía. Conozco a compañeros suyos que son también muy buenos estudiantes.
El valor de la literatura se ha perdido a nivel de toda la sociedad, se lee muy poco empezando por los mayores y llegando a los jóvenes.
En cuanto al cierre de bares, estimo que quince días es un periodo totalmente insuficiente para evaluar su impacto y que necesariamente tendrá que ser aumentado, sobre todo si se intuyera que tiene consecuencias positivas por leves que fueran. Me temo que esto va a ser para varios meses. Y en los bares trabajan decenas de miles de trabajadores a los que vi ayer, por lo menos a algunos, con la angustia de lo que va a venir que no van a ser quince días. El mundo es más frío sin bares.
El mundo actual lo hemos hecho los mayores no como padres o personas responsables sino como parte de unas generaciones que han tenido el poder social y politico. Y hemos participado de unos mitos, de unas perspectivas, de un modo de ver la realidad condicionado y que ha llevado a consecuencias no demasiado halagüeñas. Personalmente, veo este país muy mal, tal vez sea todo el mundo lo que esté muy mal, pero hay otros países mucho más integrados y reconciliados consigo mismos. Tal vez sea una época oscura y no estemos acostumbrados a ellas.
Gracias, Miquel, tu comentario me ha llegado cuando pensaba que no iba a haber más. Un abrazo.
Tu bloc es como una manta hecha a mano por una abuela que sabe lo que teje. Abriga y proyeje. Por eso no te haya de extrañar que, como la vieja manta, se deshilache por los bordecillos, y que penda algún hilo, y es por ahí por donde entran esos comentarios que tu pensabas que ya no llegarían.
Entendida tu objeción. Por cierto, vuela por el bloc de mi buen Lluis, explica una historia fantástica de un bar.
Leo siempre con admiración a Lluís Bosch. Sus artículos son de lo mejor de la blogosfera, pero no comento porque temo no estar a la altura de su excelente prosa y su brillantez discursiva. Habiendo pensadores como él y otros, el nacionalismo no tiene todo ganado. El fanatismo no tiene cura o es muy difícil, una vez inoculado.
Interesante debate, de una frase que me sugería distintas voces en contextos diametralmente opuestos. Yo es que tengo una idea del conocimiento muy cercana a la filosofía. Es un camino inagotable y es más una actitud por aprender sin resuello. Numca tiene fin, y desde la humildad, y sin que nos avasalle nuestra propia ignorancia. Pues después de tantos años, solamente se me hace palpable mi propia ignorancia. Y yo sí que creo en la figura de profesores estimulantes. Incluso de mi padre, que como profesor de la vida en este caso, me dejó un resabio de inconformismo y duda. Qué va precisamente contracorriente de nuestros tiempos, en los que si siembras la duda, eres una fake news. Es la duda, la desconfianza la que ha hecho progresar nuestras sociedades, y cuando desde diversos ángulos del discurso único se quiere acallar. Yo tuve profesores que me inculcaron hacer uma lectura variada de la realidad. Don Carmelo me incitó pese a que me resultase tan incómodo como pasear sobre un lecho de cristales, que siembre leyese prensa que no fuese afin a mi ideología. Se me despiertan gatos en mi interior, pero hago ese ejercicio siempre. Huye de la incertidumbre declamaba un triste Din Ruperto, hasta que se ponía el traje de superheroe de profesor de Instituto. ¿Quién dirá si todos estamos seguros de lo mismo'eppur si muove'. Quizá desdeñemos en exceso, como idealizar tampoco sea bueno. Pero yo, en mi caso, reconozco que he tenido profesores, cuyas voces escucho, y me ayudan a bregar en un mundo donde todo es incertidumbre. Hoy más que nunca, pese al desconsuelo de muchos, que creyeron que el mundo se mueve con engranajes perfectamente sincronizados. Y por supuesto, he encontrado otros maestros que me han hablado a través de sus libros, seguramente que los más. Me han aportado una visión que desconocía . Por cierto, Tot, qué envidia, mi sueño es estudiar filosofía, cuando mis hijos crezcan. Y el gran Joselu, como siempre, que nos arrebata con sus reflexiones,que se desencadenan tras un aforismo que escoge con enorme acierto.
Yo no tuve maestros en el sentido que tú mencionas. Yo estudié en un colegio religioso de curas sádicos y frustrados que nos hacían rezar el rosario cada día, este es el pensamiento "crítico" que yo recibí. Fue cuando salí de aquel colegio cuando descubrí un mundo insospechados en los albores de la muerte de Franco y el declive del franquismo, un tiempo extraordinariamente feraz, mucho más que lo que estamos viviendo ahora. Teníamos ganas de pensar y de cuestionar. Pero todo fue de modo autodidacta. Tú viviste el BUP, un sistema mucho más rico que lo que vino luego con la ESO que ha sido un sistema asistencialista y sin contenido intelectual. Puedes estar contento con tus profesores y la presencia de tu padre que te estimuló. Yo carecí de todo eso y tuve que construirlo por mi cuenta desde cero.
He sido profesor durante treinta y siete años y he vivido cierta conciencia de admiración por parte de algunos alumnos, pero que con el desarrollo de la vida, te van desbordando en un sentido u otro, y, probablemente, a algunos los decepcionas porque no eres nacionalista, porque has entrado en crisis, porque no eres ese superhéroe que se forjaron en un momento de su evolución. Ser profesor que despierta pasión es muy peligroso si los alumnos son conscientes de tu evolución posterior. Todos somos frágiles y conocemos los conflictos, las dudas, y, además, cometemos errores. No soy el gran Joselu, solo extraigo algunas frases de mis lecturas que me motivan. A veces he pensado en volver a la universidad, pero siento que en alguna forma sería perder el tiempo, además de entrar en una universidad nacionalista como la que intuyo que se vive en Cataluña. Muchas gracias por tu presencia.
Pero a mí lo que más me decepciona, Joselu, es ver cómo caen en saco roto tus enseñanzas. En un mundo de polarización creciente, quizá personas sabias como tú, que recelan de las epifanías de los nuevos profetas, sean más necesarios que nunca. Habrá alumnos que hayan abrigado el nacionalismo, como la única certeza entre un mar de incertidumbres. Lo de menos es que sean dogmáticos, pues es más entendido como una asidera. O que se crean superiores simplemente por haber nacido aquí, en lugar de allí. Tú has sido fiel avti mismo, que es lo más importante. En un entorno que se ha degradado por un pensamiento que aspira a ser hegemoníco.
Yo me refiero a un aprendizaje más radical, por cuanto va a la raíz. A mí me enseñaron el ideal, de cuestionarmelo todo y ponerme distintas gafas para entender las perspectivas de otros conciudadanos, que no piensan como yo. Rebatirles con justicia y firmeza, en aquello que no estoy de acuerdo. En nuestros días, ese pensamiento, se encuentra apolillado. Eres una fake news o te falta compromiso.
Yo no soy nadie, la influencia de un profesor es muy pequeña -lo he constatado en mi experiencia profesional y postprofesional-. Durante un tiempo eres alguien importante para tus alumnos y eso dura tal vez un tiempo, unos años, pero la vida es tan potente que pasas a un tercer o cuarto término en sus recuerdos.
Mis alumnos no eran nacionalistas cuando yo fui profesor suyo, ha sido posteriormente cuando este cáncer ha invadido todo el cuerpo social. Nadie podría haber previsto esta infección ideológica que ha afectado al conjunto de la sociedad catalana. Yo no utilicé las aulas para hacer prosélitos de ningún tipo, jamás me lo hubiera permitido, enseñaba, eso sí, a dudar, a cuestionar, a analizar, pero eso es muy tibio frente al vendaval emocional y político que se ha expandido en Cataluña. Ahora somos entidades enemigas que no podemos hablarnos ni escucharnos. En Cataluña hay una guerra que no se ha expresado todavía con eliminación de contrarios pero ganas no faltan. La labor de un profesor hace años no podía prever esto, como tampoco se pudo prever en Yugoslavia. No sé si fui una fake news o me faltó compromiso, no lo sé.
Disfruto enormemente de los intercambios de comentarios en tu blog. Me sorprende esta nueva etapa en tu blog donde, en principio, el formato de entradas con una frase de tus lecturas no me anima de entrada a participar (prefiero las entradas con el desarrollo de tus ideas, donde a veces provocas y a veces denuncias, donde a veces me siento a gusto con los argumentos, y otras veces discrepo). Pero luego me pongo a leer los intercambios de comentarios de tus magníficos y eruditos seguidores y tus generosas respuestar y me quedo enganchado. Curiosamente, con lo que se que te gusta escribir, no te extiendes en el desarrollo de la entrada, pero luego en los comentarios entras a fondo en el debate explayandote generosamente. Te noto especialmente pesimista con el futuro y cansado de este país. Creo que el nacionalismo, que es un tema recurrente por aquí, te está matando. A mí como sabes en su día me preocupó notablemente, pero a día de hoy el tema es como si me hubiera traspasado y lo he dejado escapar. En el último mes me he reencontrado con un viejo amigo con el que no tengo demasiado contacto y hemos tenido en un par de sesiones un largo intercambio de temas (no creas que me resulta fácil a día de hoy tener conversaciones más o menos interesantes con nadie, es más, ni siquiera conversaciones a secas, cada vez se habla menos, se mira más los móviles, se lee menos, y se habla de temas banales con compañeros, pero las conversaciones plácidas e interesantes están en peligro de extinción). Seguramente si este reencuentro lo hubiera tenido hace un par años seguro que habríamos acabado en seguida hablando de independencia, nacionalismo, y toda la retahíla de gilipolleces que acompaña al tema, pero a día de hoy, supongo que siendo conscientes ámbos de que él, por el entorno que le rodea, debe de ser independentista y yo, por lo mismo, no lo soy, el tema simplemente no ha salido y además, a diferencia del clima que había hace unos años, el hecho de no salir no ha ido asociado a situaciones tensas y un esfuerzo consciente de no sacar el tema que puede crear malos rollos entre nosotros, simplemente creo que he conseguido que ese tema quede absolutamente aparcado de mi mente y soy capaz de disfrutar de su compañía tratando los innumerables temas que podemos tratar sin que haya ningún tipo de muro entre nosotros.
No se porque te he contado este tema en este punto de tu conversación con otra gente pero es lo que me ha salido. Un abrazo maestro!!! Para mí si que has sido un maestro en muchas cosas, a pesar de las diferencias claras en muchos temas. De hecho me has hecho redescubrir el placer de tener intercambios de idea.
La fórmula de poner una cita me alivia del hecho de redactar largos posts, algo que impone que los lectores tengan que leer largos exordios para lo que puede que no se tenga ganas. Luego, como dices, a partir de los comentarios, me gusta extenderme y lo hago con placer. Me alegra que pudieras hablar con este amigo sin entrar en disquisiciones políticas que solo hacen que dividir a la gente sin solución alguna. También me alegro de que hayas redescubierto el placer de los intercambios de ideas. No hay nada, menos otra cosa, que me guste tanto.
El que enseña no es el mejor. Es útil. Enseña a los otros. No a que sean como él, sino a que sean diferentes a sí mismos: eso les resulta útil.
ResponderEliminarUn cordial abrazo.
Probablemente este tema te resulte más lejano que a mí que he sido profesor durante tres décadas y he sentido a veces algún tipo de admiración por parte de mis alumnos. Es una sensación que me incomoda pero sé que con el tiempo se va disipando. Puedes ser en un momento inspirador para algunos alumnos y eso es bueno porque puedes alumbrarles caminos interesantes, pero inevitablemente ellos han de hacerlos suyos y alejarse de ti. Nietzsche conoció a Wagner y lo sedujo poderosamente, pero con el tiempo se enfrentó ideológicamente a él tomando caminos divergentes. Eso es lo que tiene que ser. Abrazo.
EliminarAsí eran los míos, en lugar de ser yo discípulo de alguno, él era discipulo mío
ResponderEliminarA veces imagino que vuelvo al pasado cuando era niño o adolescente y elucubro aparecer de nuevo en aquellas sombrías clases y darles un revolcón a la serie de inútiles que fueron mis profesores en otro tiempo. Realmente he encontrado muy pocos profesores que fueran inspiradores. La inspiración la he tenido que aprender por mí mismo. Uno es el mejor maestro de sí mismo.
EliminarCon el paso del tiempo, no es lo mismo tener 20 años y un profesor que te dobla la edad, a tener 60 escuchando un pipiolo de 30 al que le hacen falta muchas tablas, con el paso del tiempo me he dado cuenta de que uno, tal como dices, es el mejor maestro de si mismo.
ResponderEliminar¿Porqué este comentario tan extraño? porque nunca he dejado las clases, y ya en en el último de Filosofía, con casi la sesentena, y acabando el master (que realicé para provecho propio), cribé que en todos los años de estudio hubieron dos personas que me marcaron; una de ellas doña Adela, maestra de los 6 a los 8 años, fue la que me enseñó a buscar y rebuscar en la biblioteca pública para calmar la curiosidad; el otro, Via Taltavull, doctor en teología que ya no está, y que me suspendió dos veces de fenomenología de las religiones, hasta que aprendí la respuesta de aquella pregunta que salía en el libro de Martín Velasco en su Introducción a la Fenonomenología de la religión:
¿Cuál es entonces, la Noble Verdad del Origen del Sufrimiento?, sabiendo que es el deseo , ligado al placer y al disfrute, buscando satisfacción de aquí y de allá, que nos lleva a conocer el sufrimiento) una vez y otra
La respuesta es sencilla. Sólo pedía que se le contestara que era la Segunda Verdad.
Un abrazo
Por mi propia experiencia como profesor a lo largo de las décadas, a los veinte, a los treinta, a los cuarenta y cincuenta, he experimentado ser un profesor diferente. Mi época dorada son los treinta. Unía juventud y un fuerte espíritu rebelde que me hacía ser un profesor que llegaba a mis alumnos en un tiempo en que la literatura era todavía un arma cargada de futuro. Era una combinación magnífica aunque no dejara de tener claroscuros. Luego fui creciendo y cumpliendo años de modo que me hice más sabio, más erudito pero conectaba menos con mis alumnos de dieciséis o diecisiete años que necesitan la juventud como aliciente. En el final de mi carrera docente, pude resurgir como profesor y dar el do de pecho con estrategias innovadoras que llegaron a mis alumnos. En medio quince años perdidos en un terreno que no era el mío.
EliminarTienes razón en lo que dices: ser alumno con quince años o con cincuenta es totalmente diferente. La edad añade dimensión y perspectiva aunque aumenta la amargura y el escepticismo. Nunca he sido profesor de gente mayor. No me hubiera desagradado la experiencia, eso es algo que me falta en mi currículum. Mis alumnos siempre han sido adolescentes con el desgaste que implica esto. Y lo peor de mi carrera docente fue dejar de ser profesor de literatura para convertirme en un orientador que a veces daba clases de lengua, materia que no me gusta. La vida de un profesor ofrece altos y bajos, decepciones, éxtasis y frustraciones difíciles de imaginar. Cada uno somos de una manera diferente. No hay dos profesores iguales. Alguna vez, sin embargo, se da la conjunción mágica entre un profesor y un alumno que te considera inspirador. Salut.
PD: Recordemos que en el Budismo el nacimiento del dolor tiene su causa en el acto, y el acto está condicionado por la pasión. Te pido mil disculpas, ya que esto no está relacionado con tu entrada, pero es un "fleco" que he dejado suelto por la respuesta interior y que pudiera llevar a error sino lo aclaro.
ResponderEliminarSalut ¡
Yo aprendí esto en la práctica del zen durante cinco años. No era una enseñanza erudita sino experiencial mediante la meditación. Sentado durante hora y media vivía esta enseñanza de desapego y abandono del ego. Salut.
EliminarPienso, que en este magnífico blog das clases magistrales a personas adultas que buscan una literatura diferente.
ResponderEliminarGracias.
Adriana
Adriana, últimamente me centro en publicar algunas citas de los libros que he leído. No quiero cansar al visitante con largos textos. Lo interesante es la discusión que surge a partir de ellos en lo que tienen fundamental importancia los que me leéis y comentáis. Sí que hay veces en que publico un texto largo sobre algún tema que me motiva. Un placer conocerte y pensar que tienes tan buena opinión de este blog. Gracias a ti.
EliminarAprender a volar solo es la mejor lección del mundo. La soledad te da una visión y una perspectiva únicas. Creo yo, que siempre fui mal alumno.
ResponderEliminarUN saludo.
Ciertamente, ser autodidacta es el mejor proceso para aprender. Sí que hay algunas personas que tienen la suerte de encontrar un maestro que es capaz de abrirles caminos de la mente a los que por su propia dinámica tardarían en llegar. En el proceso de formación del propio pensamiento ha habido importantes pensadores que han partido de modelos que los habían marcado, aunque luego se alejen de ellos. La construcción de la mente es un progresivo montaje de piezas sucesivas. Si alguien te da las primeras es una enorme fortuna que yo no tuve porque ningún maestro fue tal para mí. El genio es una tarea de asumir modelos para luego desbordarlos creativamente. Tal vez a ti, como a mí, no llegaron modelos que nos inspiraran y hemos tenido que hacerlo todo por nosotros mismos. Un saludo.
EliminarYo no he sido buena alumna, despistada y con ideas propias que sé que a veces eran un fastidio para el profesor. Probablemente tuve algún buen profesor o profesora, pero nunca llegue a conectar lo suficiente con ninguno como para darle la satisfacción de ver que su discípula aprovechaba su esfuerzo.
ResponderEliminarUn saludo.
En mi experiencia como profesor en la ESO y en el bachillerato, soy consciente de que la conexión con los alumnos no es fácil. No basta ser buen profesor, tienen que darse otros parámetros de sintonía sentimental e intelectual en los que el alumno se siente identificado o próximo con el mundo emocional e intelectivo del profesor. Sucede a veces pero raramente en un sistema que no propicia el pensamiento, la reflexión o la estética y sí el juego y la asistencia a los problemas de los alumnos, en que el profesor es más un asistente social que un maestro de ideas nutricias. La enseñanza dejó de ser intelectual hace ya más de veinticinco años para convertirse en pedagogía. Yo he vivido los dos momentos. No es fácil, reitero, la conexión entre el mundo de un alumno y el de un profesor en este contexto educativo. Sí al nivel asistencial y humano pero no intelectual. Un saludo.
EliminarEstá claro que el objetivo de un profesor es un meta complicada, intentar transmitir el valor de lo que enseña, y en tu caso, por ser Literatura, además la riqueza cultural y el legado social de un país... Pues la Literatura nos refleja y explica como sociedad... muchísimo, y eso es una oportunidad única para entender, con mayor claridad, no pocos matices y aspectos que nos conforman ahora.
ResponderEliminarPero, como bien señalas, gobiernos y oposiciones pasados y presentes, llevan años dando la espalda a ese legado, suma el desinterés de buena parte de la ciudadanía, jóvenes y mayores, hacia todo aquello que no sea el fútbol, los bares, la telebasura, el botellón, el tik tok y demás redes sociales, para la exhibición y el insulto, etc, etc... ¿Qué espacio le queda a la Literatura y las Humanidades? Un rinconcito oscuro y marginal. Triste, tú ya sabes que cualquier islandés, un panadero, un pescador, un abogado... es capaz de hablarte de sus sagas, imaginate eso aquí aplicándose a Cervantes y el Quijote, somos una sociedad muy pobre, solo nos queda lo material, inmediato e insustancial, nulo alimento para el alma, del que hablabas en el otro post.
Un fuerte abrazo, amigo Joselu.
Paco, puede entender la desolación de Larra en su Día de difuntos de 1836 cuando habla de la vida cultural y política de España: «Aquí yace media España; murió de la otra media». En cierta medida, yo me he exiliado interiormente de este país porque no puedo exiliarme geográficamente. Me gustaría irme a otras latitudes para alejarme mentalmente de una realidad que me abruma. Tienes razón en que otros países aprecian su legado histórico-cultural: la única institución valiosa y que se mantiene en este país son los bares, son la auténtica universidad popular. La otra universidad es un foco de sectarismo y endogamia pobrísimo. No nos gusta la cultura, qué le vamos a hacer. Se desconocen a Cervantes y a Quevedo o al Arcirpreste de Hita o a Calderón o a Galdós... entre otros muchos. Ya no me rebelo. Hubo un tiempo mágico en España tras la transición política que duró una década y media que yo viví intensamente como profesor de literatura. El panorama ahora me recuerda al de Larra en la noche de difuntos de 1836.
EliminarYa no soy profesor de literatura pero soy consciente de la realidad del sistema educativo que ha olvidado totalmente la literatura y las humanidades. No solo es el sistema educativo, es toda la sociedad, es el poder de la tecnología bárbara, es la deriva social y política. Son los gustos de época.
Lo conté el otro día, pero cuando estuve en Islandia en dos autocares en los que fui, los guías nos hablaron de literatura islandesa y se sentían profundamente orgullosos del premio Nobel que habían recibido en su escritor Halldór Kiljan Laxness en 1955. Y en San Petersburgo estuve veinte minutos hablando con el taxista de literatura. La literatura expresa el poder de la palabra, ese poder sagrado, pero ahora las palabras han dejado de ser poderosas en cualquier sentido. Todo da lo mismo, da igual la pobreza del lenguaje, la mala ortografía, la escasez de riqueza literaria. No se puede hacer nada. Yo lo intenté en los últimos tiempos en las aulas pero es intentar mover una excavadora con la fuerza de un mosquito. Pero no solo es responsabilidad de los jóvenes, somos los mayores los que hemos fallado. Pero Paco, es hablar por hablar. Quiero vivir, como digo, como exiliado interior. Yo puedo leer todo lo que quiero y en mi círculo cercano procuro que les lleguen libros a mis amigos y a mis hijas. Ser español es la peor condena posible, menos mal que nos quedan los bares -lo digo sin sarcasmo-: yo me voy a leer todos los días a un bar cercano y me encuentro muy a gusto, más que en casa, tomándome un café y un agua con gas. Muchas gracias, Paco, son un lenitivo tus palabras que me han hecho desbordarme de emoción. También un fuerte abrazo para ti, Paco.
Pero no solo es responsabilidad de los jóvenes, somos los mayores los que hemos fallado..."
ResponderEliminarCreo que todos han de poner de su parte. Dices que hemos fallado, no se a que nivel. Creo que nuestra generación se ha desvivido por dar lo que no llegamos nosotros a alcanzar. Trabajar y estudiar eran la misma cosa. Bachillerato nocturno gracias ( y no se me rasgue nadie las vestiduras) a Paco, de 7 a 10 de la noche, después de una jornada maratoniana de levantarse a las 6 y llegar tarde a la primera clase porque salías a las 6´30 del trabajo. Y como yo, todos los que conocí, que no fueron pocos. Y después lo que vino. Casarse , seguir estudiando, seguir estudiando y seguir estudiando, siempre combinado con el trabajo, así casi hasta el jubileo.
Yo he visto en la universidad de filosofía auténticos periféricos de terminales, jugando al Tetris con el Aple de rigor mientras el profesor "asociado" que cobraba 455 euros mes, se desvivía por explicar que nos quería decir una frase determinada de un filósofo en cuestión. Gente gris de venti pico de años, incapaz de discernir la diferencia existente entre la inducción y la deducción, sin ilusión por nada y pasando el tiempo porque no había nada mejor que hacer. Pero con la conformidad de que como no hay trabajo, mejor se está allí. Así el 85% de una clase de tercero/cuarto año.
España siempre ha estado en crísis. La del 75 que me dió con las puertas en las narices; la del 82, que también me dejó en la calle; la del 93, acabada las Olimpiadas, que me dejaron con una deuda de casi tres millones de pesetas de la época, y la del 2007, que ha durado 10 años, pero como perro viejo no me cogió desprevenido.
Nosotros, JOSELU, los de mi generación, 1953, hasta la primera oleada con 15 años más, creo que hemos hecho lo que hemos podido por los hijos, dándoles unos estudios pagados sin necesidad de buscarse la vida para pagarlos, y con unas jornadas de trabajo, quien lo tuviere, que no ha comparación ninguna.
Yo sólo que querido acotar este comentario, para restarte culpabilidad. Has hecho lo que tenías que hacer, pero las cosas cambian, y con ellas la gente, y hasta nuestra firma.
Cierra tu estudio durante quince días por orden del presunto honorable. Tendrás que buscar otro apeadero.
salut
Un abrazo y perdona la perorata
Cuando digo que hemos fallado los mayores no me refiero tanto a casos individuales y valiosos sino a la clase política que ha traído a este país a una crisis gravísima como la que estamos viviendo. Ahora no son los jóvenes los que la protagonizan sino sus mayores que son los bárbaros que se reúnen para insultarse y odiarse en las instituciones políticas de aquí y de allí, en Cataluña y Madrid.
EliminarNosotros como padres hemos hecho lo que hemos podido y creo que no lo hemos hecho mal. Mis dos hijas, de 21 y 23 años han sido y son excelentes estudiantes, responsables y serias. No todos los jóvenes son como los que conociste en las clases de filosofía. Conozco a compañeros suyos que son también muy buenos estudiantes.
El valor de la literatura se ha perdido a nivel de toda la sociedad, se lee muy poco empezando por los mayores y llegando a los jóvenes.
En cuanto al cierre de bares, estimo que quince días es un periodo totalmente insuficiente para evaluar su impacto y que necesariamente tendrá que ser aumentado, sobre todo si se intuyera que tiene consecuencias positivas por leves que fueran. Me temo que esto va a ser para varios meses. Y en los bares trabajan decenas de miles de trabajadores a los que vi ayer, por lo menos a algunos, con la angustia de lo que va a venir que no van a ser quince días. El mundo es más frío sin bares.
El mundo actual lo hemos hecho los mayores no como padres o personas responsables sino como parte de unas generaciones que han tenido el poder social y politico. Y hemos participado de unos mitos, de unas perspectivas, de un modo de ver la realidad condicionado y que ha llevado a consecuencias no demasiado halagüeñas. Personalmente, veo este país muy mal, tal vez sea todo el mundo lo que esté muy mal, pero hay otros países mucho más integrados y reconciliados consigo mismos. Tal vez sea una época oscura y no estemos acostumbrados a ellas.
Gracias, Miquel, tu comentario me ha llegado cuando pensaba que no iba a haber más. Un abrazo.
Tu bloc es como una manta hecha a mano por una abuela que sabe lo que teje. Abriga y proyeje. Por eso no te haya de extrañar que, como la vieja manta, se deshilache por los bordecillos, y que penda algún hilo, y es por ahí por donde entran esos comentarios que tu pensabas que ya no llegarían.
ResponderEliminarEntendida tu objeción. Por cierto, vuela por el bloc de mi buen Lluis, explica una historia fantástica de un bar.
Abrazos de oso polar ¡
Leo siempre con admiración a Lluís Bosch. Sus artículos son de lo mejor de la blogosfera, pero no comento porque temo no estar a la altura de su excelente prosa y su brillantez discursiva. Habiendo pensadores como él y otros, el nacionalismo no tiene todo ganado. El fanatismo no tiene cura o es muy difícil, una vez inoculado.
EliminarAbrazo muy sentido también.
Interesante debate, de una frase que me sugería distintas voces en contextos diametralmente opuestos. Yo es que tengo una idea del conocimiento muy cercana a la filosofía. Es un camino inagotable y es más una actitud por aprender sin resuello. Numca tiene fin, y desde la humildad, y sin que nos avasalle nuestra propia ignorancia. Pues después de tantos años, solamente se me hace palpable mi propia ignorancia. Y yo sí que creo en la figura de profesores estimulantes. Incluso de mi padre, que como profesor de la vida en este caso, me dejó un resabio de inconformismo y duda. Qué va precisamente contracorriente de nuestros tiempos, en los que si siembras la duda, eres una fake news. Es la duda, la desconfianza la que ha hecho progresar nuestras sociedades, y cuando desde diversos ángulos del discurso único se quiere acallar. Yo tuve profesores que me inculcaron hacer uma lectura variada de la realidad. Don Carmelo me incitó pese a que me resultase tan incómodo como pasear sobre un lecho de cristales, que siembre leyese prensa que no fuese afin a mi ideología. Se me despiertan gatos en mi interior, pero hago ese ejercicio siempre. Huye de la incertidumbre declamaba un triste Din Ruperto, hasta que se ponía el traje de superheroe de profesor de Instituto. ¿Quién dirá si todos estamos seguros de lo mismo'eppur si muove'. Quizá desdeñemos en exceso, como idealizar tampoco sea bueno. Pero yo, en mi caso, reconozco que he tenido profesores, cuyas voces escucho, y me ayudan a bregar en un mundo donde todo es incertidumbre. Hoy más que nunca, pese al desconsuelo de muchos, que creyeron que el mundo se mueve con engranajes perfectamente sincronizados. Y por supuesto, he encontrado otros maestros que me han hablado a través de sus libros, seguramente que los más. Me han aportado una visión que desconocía . Por cierto, Tot, qué envidia, mi sueño es estudiar filosofía, cuando mis hijos crezcan. Y el gran Joselu, como siempre, que nos arrebata con sus reflexiones,que se desencadenan tras un aforismo que escoge con enorme acierto.
ResponderEliminarYo no tuve maestros en el sentido que tú mencionas. Yo estudié en un colegio religioso de curas sádicos y frustrados que nos hacían rezar el rosario cada día, este es el pensamiento "crítico" que yo recibí. Fue cuando salí de aquel colegio cuando descubrí un mundo insospechados en los albores de la muerte de Franco y el declive del franquismo, un tiempo extraordinariamente feraz, mucho más que lo que estamos viviendo ahora. Teníamos ganas de pensar y de cuestionar. Pero todo fue de modo autodidacta. Tú viviste el BUP, un sistema mucho más rico que lo que vino luego con la ESO que ha sido un sistema asistencialista y sin contenido intelectual. Puedes estar contento con tus profesores y la presencia de tu padre que te estimuló. Yo carecí de todo eso y tuve que construirlo por mi cuenta desde cero.
EliminarHe sido profesor durante treinta y siete años y he vivido cierta conciencia de admiración por parte de algunos alumnos, pero que con el desarrollo de la vida, te van desbordando en un sentido u otro, y, probablemente, a algunos los decepcionas porque no eres nacionalista, porque has entrado en crisis, porque no eres ese superhéroe que se forjaron en un momento de su evolución. Ser profesor que despierta pasión es muy peligroso si los alumnos son conscientes de tu evolución posterior. Todos somos frágiles y conocemos los conflictos, las dudas, y, además, cometemos errores. No soy el gran Joselu, solo extraigo algunas frases de mis lecturas que me motivan. A veces he pensado en volver a la universidad, pero siento que en alguna forma sería perder el tiempo, además de entrar en una universidad nacionalista como la que intuyo que se vive en Cataluña. Muchas gracias por tu presencia.
Pero a mí lo que más me decepciona, Joselu, es ver cómo caen en saco roto tus enseñanzas. En un mundo de polarización creciente, quizá personas sabias como tú, que recelan de las epifanías de los nuevos profetas, sean más necesarios que nunca. Habrá alumnos que hayan abrigado el nacionalismo, como la única certeza entre un mar de incertidumbres. Lo de menos es que sean dogmáticos, pues es más entendido como una asidera. O
Eliminarque se crean superiores simplemente por haber nacido aquí, en lugar de allí. Tú has sido fiel avti mismo, que es lo más importante. En un entorno que se ha degradado por un pensamiento que aspira a ser hegemoníco.
Yo me refiero a un aprendizaje más radical, por cuanto va a la raíz. A mí me enseñaron el ideal, de cuestionarmelo todo y ponerme distintas gafas para entender las perspectivas de otros conciudadanos, que no piensan como yo. Rebatirles con justicia y firmeza, en aquello que no estoy de acuerdo. En nuestros días, ese pensamiento, se encuentra apolillado. Eres una fake news o te falta compromiso.
Yo no soy nadie, la influencia de un profesor es muy pequeña -lo he constatado en mi experiencia profesional y postprofesional-. Durante un tiempo eres alguien importante para tus alumnos y eso dura tal vez un tiempo, unos años, pero la vida es tan potente que pasas a un tercer o cuarto término en sus recuerdos.
EliminarMis alumnos no eran nacionalistas cuando yo fui profesor suyo, ha sido posteriormente cuando este cáncer ha invadido todo el cuerpo social. Nadie podría haber previsto esta infección ideológica que ha afectado al conjunto de la sociedad catalana. Yo no utilicé las aulas para hacer prosélitos de ningún tipo, jamás me lo hubiera permitido, enseñaba, eso sí, a dudar, a cuestionar, a analizar, pero eso es muy tibio frente al vendaval emocional y político que se ha expandido en Cataluña. Ahora somos entidades enemigas que no podemos hablarnos ni escucharnos. En Cataluña hay una guerra que no se ha expresado todavía con eliminación de contrarios pero ganas no faltan. La labor de un profesor hace años no podía prever esto, como tampoco se pudo prever en Yugoslavia. No sé si fui una fake news o me faltó compromiso, no lo sé.
Disfruto enormemente de los intercambios de comentarios en tu blog. Me sorprende esta nueva etapa en tu blog donde, en principio, el formato de entradas con una frase de tus lecturas no me anima de entrada a participar (prefiero las entradas con el desarrollo de tus ideas, donde a veces provocas y a veces denuncias, donde a veces me siento a gusto con los argumentos, y otras veces discrepo). Pero luego me pongo a leer los intercambios de comentarios de tus magníficos y eruditos seguidores y tus generosas respuestar y me quedo enganchado. Curiosamente, con lo que se que te gusta escribir, no te extiendes en el desarrollo de la entrada, pero luego en los comentarios entras a fondo en el debate explayandote generosamente.
ResponderEliminarTe noto especialmente pesimista con el futuro y cansado de este país. Creo que el nacionalismo, que es un tema recurrente por aquí, te está matando.
A mí como sabes en su día me preocupó notablemente, pero a día de hoy el tema es como si me hubiera traspasado y lo he dejado escapar.
En el último mes me he reencontrado con un viejo amigo con el que no tengo demasiado contacto y hemos tenido en un par de sesiones un largo intercambio de temas (no creas que me resulta fácil a día de hoy tener conversaciones más o menos interesantes con nadie, es más, ni siquiera conversaciones a secas, cada vez se habla menos, se mira más los móviles, se lee menos, y se habla de temas banales con compañeros, pero las conversaciones plácidas e interesantes están en peligro de extinción).
Seguramente si este reencuentro lo hubiera tenido hace un par años seguro que habríamos acabado en seguida hablando de independencia, nacionalismo, y toda la retahíla de gilipolleces que acompaña al tema, pero a día de hoy, supongo que siendo conscientes ámbos de que él, por el entorno que le rodea, debe de ser independentista y yo, por lo mismo, no lo soy, el tema simplemente no ha salido y además, a diferencia del clima que había hace unos años, el hecho de no salir no ha ido asociado a situaciones tensas y un esfuerzo consciente de no sacar el tema que puede crear malos rollos entre nosotros, simplemente creo que he conseguido que ese tema quede absolutamente aparcado de mi mente y soy capaz de disfrutar de su compañía tratando los innumerables temas que podemos tratar sin que haya ningún tipo de muro entre nosotros.
No se porque te he contado este tema en este punto de tu conversación con otra gente pero es lo que me ha salido. Un abrazo maestro!!! Para mí si que has sido un maestro en muchas cosas, a pesar de las diferencias claras en muchos temas. De hecho me has hecho redescubrir el placer de tener intercambios de idea.
La fórmula de poner una cita me alivia del hecho de redactar largos posts, algo que impone que los lectores tengan que leer largos exordios para lo que puede que no se tenga ganas. Luego, como dices, a partir de los comentarios, me gusta extenderme y lo hago con placer. Me alegra que pudieras hablar con este amigo sin entrar en disquisiciones políticas que solo hacen que dividir a la gente sin solución alguna. También me alegro de que hayas redescubierto el placer de los intercambios de ideas. No hay nada, menos otra cosa, que me guste tanto.
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