Blog poliédrico que no cree que haya una versión canónica de la realidad y que asume la contradicción flagrante como sistema de interpretación del mundo.
Somos un secreto para nosotros mismos, ya no para el corazón más próximo. Una caja de sorpresas, un cuento inédito porque no sabemos el final, y un cúmulo de dudas.
Que somos un secreto para nosotros mismos, está asumido, pero es más desconcertante todavía que la persona que está a nuestro lado lo sea, o que nosotros lo seamos para ella porque solo percibe una pequeña parte del iceberg de nuestra identidad. Ello es expresivo de que nadie puede conocer a nadie, aunque Wittgenstein dice que en cierta medida somos transparentes ante la mirada exterior. Esto me supuso cierta contradicción. Creemos ser un misterio y según el filósofo no lo somos en absoluto. Me ha hecho pensar esto.
No hagas caso al filósofo, JOSELU, ya sabes lo que dice la Biblia Colosenses 2/8; tampoco anda desencaminada la epístola. No somos trasparentes, recuerda también a tu compañera de fatigas cuando teneís una discusión por cosas de la vida : "Madre mía , estoy contigo toda la vida y no acabaré de conocerte" Esto es tradicional, JOSELU... Un abrazo
En conclusión, Miquel, la vida es enigmática porque no nos conocemos a nosotros mismos, ni conocemos ni siquiera al que duerme a nuestro lado. ¿Cómo van a comprenderse visiones del mundo tan radicalmente dispares como las que coexisten en Cataluña? Nadie sabe nada de nada, ni nada de nadie. Y el diálogo es inexistente porque el presupuesto del diálogo es la idea de encuentro. Con la persona con que vivimos, si es feliz la convivencia, se van construyendo puentes a pesar de la distancia porque prima el amor, pero en la realidad de la vida no es tan evidente la construcción de puentes. Hay personas más aptas para ello que otras. A mí me cuesta mucho. Un abrazo.
A veces no hace falta ser un buen arquitecto para construir puentes, JOSELU, basta con unos cimientos fuertes y un anclaje racional. No se construyen en lugares inseguros, por muy bellos que sean.
Tampoco creo en la felicidad; quien tiene conciencia no puede ser feliz por muy bien que le vayan las cosas, pero si creo que para buscar compañera de cama se ha de ser muy sincero, con ella y contigo, sólo así se puede convivir durante "toda una vida", y siempre, eso si, si llegar a conoceros.
Es interesante esto que dices sobre que quien tiene una aguda conciencia no puede ser demasiado feliz. Coincide con lo que yo intuyo, pero pienso que hay placeres secundarios que solo son disfrutables por las personas que poseen una fuerte capacidad de autoanálisis y observación. Quiero pensarlo o tal vez sea una especie de consuelo. No obstante, quien posee conciencia de ese tipo, no renuncia a ella aunque le digan que al otro lado tendría la felicidad espontánea y sencilla. Pienso, pero no sé. Un fuerte abrazo, Miquel.
Hace poco leí: "las personas no cambian, realmente nunca fueron como creían". Siempre hemos estado ahí, hasta que un día nos revelamos en nuestra más pura esencia. Puede. Yo creo que estamos en permanente evolución. Quizá os parezca una tontería, pero me imagino como una banda que se autodirige, con muchos instrumentos, cuya partitura y repertorio cambian constantemente. Es totalmente comprensible ser un enigma, hasta para tu madre, no?
Desde luego mi madre fue un enigma que jamás he resuelto para mí. Y mi propio padre, algo más claro, también lo fue. Es sorprendente que la vida siga su curso con tal grado de desconocimiento íntimo, hacia uno mismo, y hacia los demás, por más cercanos que sean. Es más, se puede estar escribiendo toda la vida sobre uno mismo y permanecer el misterio. Si hubiera algo parecido a la lógica, algún día alguien tendría que revelarnos quiénes somos. Los sueños son igualmente misteriosos. Nada está claro. La claridad solo existe en las películas de acción en que el bueno es bueno y el malo es malo. Por lo demás, ¿quién es quién? Es un juego extraño el de la identidad.
Una bella frase, y ciertamente muy literaria, para expresar ese territorio insondable que todos llevamos dentro. Tiene que haber un espacio enigmático, misterioso, para que la mente pueda soñar despierta, aunque a veces sucede que se sumerge en el desconcierto, me ocurre algo parecido... mi padre siempre fue un desconocido para mí, a partir de una relación distante, lo extraordinario es sospechar que ahora le conozco mejor, pero no lo extraigo de él, sino de mí mismo, es conociéndome yo algo más lo que me alumbra algunas oscuridades que veía en mi padre. Así es, muy extraño. Un abrazo, Joselu.
Algunos amigos se han realizado psicoanálisis de diversos enfoques o tendencias. En algún caso eso ha supuesto tres sesiones semanales durante cuatro años. Eso da idea de la insondabilidad de la psique humana que pugna por salir hacia afuera. Nunca me ha atraído esta terapia, pero algún amigo se ha hecho no uno sino dos o tres procesos psicoanalíticos. Me resulta fascinante pero espurio. En todo caso, el método ha caído en consideración en las últimas décadas a pesar de la afición de los argentinos por el tema. Tengo la impresión de que las relaciones humanas son un juego de espejos sumamente complejo en que las cosas parecen obvias pero no lo son. No obstante, hay personas -conozco a alguna- que tienen un don prodigioso para las relaciones humanas y a las que todo el mundo -por diferentes que sean- las quieren. Imagino que ese don es la capacidad de suscitar confianza y de conocer empáticamente a los demás. Puede que ese conocimiento hacia otros sea fundamentalmente empatía. A mí también me parece muy extraño. Un abrazo, Paco.
Para el más próximo no sé, pero para uno mismo seguro. De todas formas, la cita de Dickens la entiendo más como una concesión poética más que como una introspección al conocimiento del otro.
Somos un secreto para nosotros mismos, ya no para el corazón más próximo. Una caja de sorpresas, un cuento inédito porque no sabemos el final, y un cúmulo de dudas.
ResponderEliminarQue somos un secreto para nosotros mismos, está asumido, pero es más desconcertante todavía que la persona que está a nuestro lado lo sea, o que nosotros lo seamos para ella porque solo percibe una pequeña parte del iceberg de nuestra identidad. Ello es expresivo de que nadie puede conocer a nadie, aunque Wittgenstein dice que en cierta medida somos transparentes ante la mirada exterior. Esto me supuso cierta contradicción. Creemos ser un misterio y según el filósofo no lo somos en absoluto. Me ha hecho pensar esto.
EliminarNo hagas caso al filósofo, JOSELU, ya sabes lo que dice la Biblia Colosenses 2/8; tampoco anda desencaminada la epístola.
EliminarNo somos trasparentes, recuerda también a tu compañera de fatigas cuando teneís una discusión por cosas de la vida : "Madre mía , estoy contigo toda la vida y no acabaré de conocerte"
Esto es tradicional, JOSELU...
Un abrazo
En conclusión, Miquel, la vida es enigmática porque no nos conocemos a nosotros mismos, ni conocemos ni siquiera al que duerme a nuestro lado. ¿Cómo van a comprenderse visiones del mundo tan radicalmente dispares como las que coexisten en Cataluña? Nadie sabe nada de nada, ni nada de nadie. Y el diálogo es inexistente porque el presupuesto del diálogo es la idea de encuentro. Con la persona con que vivimos, si es feliz la convivencia, se van construyendo puentes a pesar de la distancia porque prima el amor, pero en la realidad de la vida no es tan evidente la construcción de puentes. Hay personas más aptas para ello que otras. A mí me cuesta mucho. Un abrazo.
EliminarA veces no hace falta ser un buen arquitecto para construir puentes, JOSELU, basta con unos cimientos fuertes y un anclaje racional.
EliminarNo se construyen en lugares inseguros, por muy bellos que sean.
Tampoco creo en la felicidad; quien tiene conciencia no puede ser feliz por muy bien que le vayan las cosas, pero si creo que para buscar compañera de cama se ha de ser muy sincero, con ella y contigo, sólo así se puede convivir durante "toda una vida", y siempre, eso si, si llegar a conoceros.
Un abrazo muy fuerte.
Salut
Es interesante esto que dices sobre que quien tiene una aguda conciencia no puede ser demasiado feliz. Coincide con lo que yo intuyo, pero pienso que hay placeres secundarios que solo son disfrutables por las personas que poseen una fuerte capacidad de autoanálisis y observación. Quiero pensarlo o tal vez sea una especie de consuelo. No obstante, quien posee conciencia de ese tipo, no renuncia a ella aunque le digan que al otro lado tendría la felicidad espontánea y sencilla. Pienso, pero no sé. Un fuerte abrazo, Miquel.
EliminarHace poco leí: "las personas no cambian, realmente nunca fueron como creían". Siempre hemos estado ahí, hasta que un día nos revelamos en nuestra más pura esencia. Puede. Yo creo que estamos en permanente evolución. Quizá os parezca una tontería, pero me imagino como una banda que se autodirige, con muchos instrumentos, cuya partitura y repertorio cambian constantemente. Es totalmente comprensible ser un enigma, hasta para tu madre, no?
ResponderEliminarDesde luego mi madre fue un enigma que jamás he resuelto para mí. Y mi propio padre, algo más claro, también lo fue. Es sorprendente que la vida siga su curso con tal grado de desconocimiento íntimo, hacia uno mismo, y hacia los demás, por más cercanos que sean. Es más, se puede estar escribiendo toda la vida sobre uno mismo y permanecer el misterio. Si hubiera algo parecido a la lógica, algún día alguien tendría que revelarnos quiénes somos. Los sueños son igualmente misteriosos. Nada está claro. La claridad solo existe en las películas de acción en que el bueno es bueno y el malo es malo. Por lo demás, ¿quién es quién? Es un juego extraño el de la identidad.
EliminarUna bella frase, y ciertamente muy literaria, para expresar ese territorio insondable que todos llevamos dentro. Tiene que haber un espacio enigmático, misterioso, para que la mente pueda soñar despierta, aunque a veces sucede que se sumerge en el desconcierto, me ocurre algo parecido... mi padre siempre fue un desconocido para mí, a partir de una relación distante, lo extraordinario es sospechar que ahora le conozco mejor, pero no lo extraigo de él, sino de mí mismo, es conociéndome yo algo más lo que me alumbra algunas oscuridades que veía en mi padre.
ResponderEliminarAsí es, muy extraño.
Un abrazo, Joselu.
Algunos amigos se han realizado psicoanálisis de diversos enfoques o tendencias. En algún caso eso ha supuesto tres sesiones semanales durante cuatro años. Eso da idea de la insondabilidad de la psique humana que pugna por salir hacia afuera. Nunca me ha atraído esta terapia, pero algún amigo se ha hecho no uno sino dos o tres procesos psicoanalíticos. Me resulta fascinante pero espurio. En todo caso, el método ha caído en consideración en las últimas décadas a pesar de la afición de los argentinos por el tema. Tengo la impresión de que las relaciones humanas son un juego de espejos sumamente complejo en que las cosas parecen obvias pero no lo son. No obstante, hay personas -conozco a alguna- que tienen un don prodigioso para las relaciones humanas y a las que todo el mundo -por diferentes que sean- las quieren. Imagino que ese don es la capacidad de suscitar confianza y de conocer empáticamente a los demás. Puede que ese conocimiento hacia otros sea fundamentalmente empatía. A mí también me parece muy extraño. Un abrazo, Paco.
EliminarPara el más próximo no sé, pero para uno mismo seguro. De todas formas, la cita de Dickens la entiendo más como una concesión poética más que como una introspección al conocimiento del otro.
ResponderEliminar¿Quieres decir que la persona que duerme a tu lado para ti es accesible y clara?
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