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viernes, 4 de mayo de 2012

La mierda sigue siendo plenamente democrática



Uno ha crecido con la convicción, con la ilusión, con la tentación, de asaltar el poder. Me costó descubrirlo porque en mi niñez veía el régimen de Franco como ahistórico e inamovible. En mi adolescencia aprendí a considerar transitorio lo que parecía eterno y me dediqué a asaltar dicho régimen con fruición. Entendí que los sistemas políticos pueden ser subvertidos. Vino la democracia tras ardua y olvidada lucha. La democracia era vacilante e insegura pero intentaba dar salida a los mecanismos de subversión integrándolos en su seno. Así los políticos más radicales fueron convertidos en concejales, en diputados regionales, nacionales, en cargos de libre designación. Nosotros estábamos entonces tranquilos. El poder parecía sensible a lo que la población (no quiero hablar del pueblo) decía o sentía.

Sin embargo, cada vez más entiendo que el poder en que se ha constituido la democracia -con el aval de nuestros votos o nuestra abstención: da lo mismo- es un poder tan ahistórico e inamovible como el que viví con Franco. Solo que en aquel tiempo, al que tenía conciencia le cabía la esperanza de tener razón moral, democrática o política y era capaz de luchar o disentir de aquel estado de cosas.

Ahora la democracia es un sistema totalitario, inmune, cerrado para sus representantes. Los votamos nosotros. De vez en cuando necesitan nuestros votos y entonces hacen piruetas y acrobacias ridículas para convencernos de que pintamos algo. Breve ilusión. Porque el ciudadano común es innecesario una vez ha votado. No todos son iguales. No vale lo mismo un ciudadano de Ávila que un ciudadano de Barcelona, no vale lo mismo el poder de un director del Banco de Santander  que el de una asistenta que limpia casas sin seguridad social. Es una ficción igualar su influencia y su capacidad de decisión.

Me viene todo a la cabeza cuando veo la ciudad de Barcelona tomada por la polícía. En cada encrucijada, en cada intersección, en cada esquina, hay coches policiales, mossos d'esquadra, policía nacional... Todo está montado para proteger de protestas a los miembros del Banco Central Europeo que se reúnen en un hotel de lujo del centro de la Villa Olímpica. No ha habido manifestaciones salvo alguna de estudiantes (¡ingenuos!) que intentaban protestar por la subida de tasas universitarias o unos yayoflautas que querían mostrar su desacuerdo con la reunión o con sus postulados.



Mario Draghi y sus acompañantes han podido decir libremente sin ninguna coacción, protegidos por ocho mil policías que han tomado la ciudad, que lo que se está haciendo es poco, que hay que sanear los bancos, disminuir los salarios y las prestaciones sociales, privatizar... Sobre todo ayudar a los bancos a que digieran la enorme burbuja inmobiliaria... en que están sumidos y que se incrementa con cada vivienda que recuperan por el desahucio de centenares de personas cada día. La moralidad es importante. El sistema bancario y el político debe convencernos de que ellos somos todos, que la salud de nuestra familia y de nosotros como individuos es la misma que la de ellos, que debemos apurar nuestros bolsillos para auxiliar al sistema bancario que se encuentra en dificultades. Esa es la auténtica moral y a ella debemos sentirnos obligados. Es demagogia pensar que el sistema político se haya totalmente supeditado al poder financiero. Mis intereses y los de mis hijos son los mismos que los de Mario Draghi y los de Emilio Botín o Isidre Fainé... Y si no lo entiendo por las buenas lo entenderé por las malas. Es la maravilla de un sistema democrático que tiene su origen en nuestro voto y en nuestra abstención.


Me siento contento de pertenecer a un sistema democrático que me permite votar y cagar libremente sin coacción. Mi mierda es democrática y va libremente al desagüe. Los banqueros son el lado bueno de mi conciencia y sé que he de apoyarlos y poner buena parte de mi bienestar en rescatarlos. Al fin y al cabo si a ellos les va mal, a mí también me irá mal. Entiendo que el Estado (así con mayúscula) los deba defender como el primer activo, entiendo que los partidos políticos deban pagar los créditos que con ellos tienen contraídos, entiendo también que los políticos cuando han pasado su etapa de labor democrática puedan colocarse en los aparatos financieros o energéticos porque hay una continuidad entre su labor leal en la administración y su posterior colocación que les garantiza una vejez ajena al sufrimiento y a las penalidades.

Sí, sin duda el sistema democrático es realmente el mejor sistema que existe y yo como ciudadano anónimo me siento enormemente representado con su funcionamiento. Y doy gracias a la policía que me protege de las hordas marxistas que se agitan en las entrañas de la sociedad para subvertir el orden y llevarnos al caos. Gracias. Me siento en mi casa confortado con que Mario Draghi pueda en el Hotel dels Arts celebrar su reunión -trascendental para mí- sin sobresaltos ni protestas inconvenientes de desalmados antisistema que se dedican a reventar la ciudad. Menos mal que estos días de paz social, protegidos por ocho mil policías, me descubren nuevamente las maravillas del sistema democrático . 

43 comentarios :

  1. La democracia es el gobierno del pueblo para el pueblo, lo que tenemos es servirse del pueblo para oscuros y mezquinos intereses de elites económicas, es penoso lo que esta pasando. Espero que el mundo reaccione o estamos vendidos. Lo único que importa es salvar a la banca, que los inversores recuperen su dinero y sus intereses, sin demora y por supuesto sin impuestos a costa de lo que sea. Lamentable.
    Saludos.

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    1. Me temo, Manuel, que está puesto en cuestión el término pueblo cuyo significado es equívoco. Esta afirmación creo que es de Abraham Lincoln en el discurso de Gettysburg en 1863. Ha tenido una enorme trascendencia. Sin embargo, su realidad es impracticable. Representa una enorme falsedad. Nadie sabe qué es el pueblo más que como entidad demoscópica mediante la que podemos votar todos los días en las encuestas de la prensa digital. Los estados de opinión, las manifestaciones, la prensa. las redes sociales son el marco de las tendencias que se debaten en la sociedad. El poder político las toma como referencia pero es un poder limitado cuyo origen está menos en la voluntad popular que en los entramados financieros que son los auténticos gobernantes y a esos no los vota nadie. Son y están. Y les importamos bien poco. Solo como clientes a los que manipular. Recibo unas cuantas llamadas de entidades bancarias que me ofrecen créditos en el acto o en 24 horas. Yo los rechazo y me preguntan que por qué. Me preguntan que por qué. Esto lo veo como un sarcasmo y sé que al otro lado de la línea telefónica está un trabajador que se gana la vida como puede y no es Emilio Botín al que nuestras preocupaciones solo le producen aburrimiento. Él y otros sinvergüenzas como él se mueven en otra galaxia a la que no tenemos acceso. Saludos.

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  2. Habrá que revisar nuestros restos orgánicos para saber si son políticamente correctos. Esto es lo que hay y la idea es que no es concebible que haya otra cosa. Mientras pensemos así poco habrá que hacer. A ver lo que pasa en Francia aunque tengo todas las dudas del mundo.

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    1. El mundo está hecho a medida del sector financiero. Ellos imponen sus reglas y toda la sociedad está en sus manos. Nosotros, los políticos, las instituciones, los estados dependen de ellos. Se puede decir que el poder político es un poder subsidiario y dependiente. Emilio Botín gobierna y Mariano Rajoy se encarga de los detalles de segundo orden. Caixa Bank ordena y la Generalitat acata. Esto es describirlo con trazos gruesos, ya lo sé, pero la realidad no es muy diferente ni está muy alejada.

      Veremos qué sucede en Francia. Es curioso que sea más relevante lo que suceda allí que lo que pueda ocurrir aquí donde solo puede haber novedades en el sentido que conocemos. El mismo debate entre Hollande y Sarkozy fue incisivo y apasionado, no como el patatero debate que hubo entre dos espadones como Rubalcaba y Rajoy en que éste último no expuso nada ni explicó nada de lo que iba a hacer.

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  3. Coño, coño, Joselu... si es que me dan ganas de llorar y hasta me acomete un tremendo deseo de abrir cuentas en todos los pobres bancos españoles con imposiciones de, digamos, miel euritos cada una... si los tuviera, claro; si antes el banco no se hubiera quedado con mi casa, claro; si no me obligaran a trabajar cada vez más por menos, claro; si realmente pudiera exigir responsabilidades en persona al diputado o senador al que (no) he votado pero que igualmente me representa, claro; si realmente estuviera dispuesto a creer que hacen algo de provecho por los demás, por supuesto; pero, sobre todo y principal, si me diera la gana.

    Un abrazo.

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    1. Da igual lo que sintamos o dejemos de sentir. Tú no abrirás cuentas en los diferentes bancos pero tu nómina, tus créditos, tu hipoteca, tus recibos de todo tipo pasan por su control total. Les prestamos dinero, guardamos el dinero en ellos y, para más inri, nos cobran por hacerlo y utilizan nuestro dinero en negocios sucios. Estamos en sus manos. Toda la sociedad está en sus manos. No es posible prescindir de ellos. Tienen totalmente controlado al poder político que también depende de ellos.

      Un abrazo.

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  4. Leído por ahí:

    Y yo me pregunto ¿son democráticos los gobierno de Europa? ¿aceptan que uno de sus miembros no elija lo que ellos creen que deben elegir?
    En cuanto a la pregunta "¿salvarían España?", niego la mayor, a España no la salva nadie porque no necesita que nadie la salve.
    Hemos sufrido en los últimos siglos ese fenómeno atroz de los salvapatrias, basado en concebir al pueblo con una función gregaria que se manifestaba en el clientelismo político. Es una concepción basada en la mentalidad de subdito. Sin embargo, a lo que debe aspirar el pueblo español es a no depender de un político, un partido o una ideología para "sacar las castañas del fuego", es el mismo pueblo el que tiene que actuar y mentalizarse que nuestros problemas nos lo tenemos que resolver nosotros. Cada político que quiere solucionar un problema cobra una comisión (en forma de corrupción política, nepotismo, abuso de poder, exigencia de sumisión , etc.)


    Me da que quien dice político, dice banquero. Y el caso es que los tenemos enfrente, y no al lado.

    Lo peor, es que los hay que ni se dan cuenta. Será que tienen mentalidad de súbditos, o lo que es peor, que piensan realmente que no lo son porque forman parte de esos que están enfrente cuando a todas luces -ajenas, claro- no es así.

    Besos, Joselu.

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    1. Entiendo que es difícil ser político porque si se tienen aspiraciones de gobernar con el que es tu partido, uno ha de partir de la realidad del mundo, de los equilibrios de poder, de la correlación de fuerzas. Obama tenía unos grandes ideales que no se han podido realizar porque la oposición ha sido durísima y ha tenido que ir adaptándose a dicha proporción de influencias, poderes y contrapoderes. La sociedad es compleja y contradictoria. Los que escribimos pretendemos valores puros, situaciones claras y denunciamos las componendas, las renuncias, las traiciones. Son ciertas, Vero, pero yo no quiero el poder de ninguna manera, no quiero participar de ninguna máquina que busque el poder, ni quiero ejercerlo. Los que lo ejercen saben que son marionetas de otros poderes que no están a la luz y a los que hay que obedecer. Sin embargo, se nos explica la película como si nosotros tuviéramos como ciudadanos alguna soberanía o capacidad de decisión. Pero no es verdad. La democracia es un bello ideal, simplemente eso. Te dejan decir lo que piensas porque no eres una amenaza y así te desahogas y les dejas en paz. Y sí, somos súbditos con algún pálpito de rebeldía que no va a ninguna parte porque estamos todos cogidos por los gulis.

      Besos, Vero.

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  5. Creo que el capitalismo atemperado por una democracia política "ligeramente igualitaria" es lo que la mayoría quiere. El alma del ser humano es capitalista, aspirar a tener, a acaparar, su espíritu es consumista. Cuando el capitalismo nos daba cierta prosperidad, nos permitía comprar y nos ilusionaba con más y más cosas casi nadie protestaba, y aquel que lo hacía era un radical desfasado que cacareaba bobadas. Eso sí, queremos un capitalismo perfecto, que siempre nos garantice prosperidad(=capacidad de consumo) y no nos de sustos. Cuando eso ocurre, nos llevamos las manos a la cabeza y protestamos sobre su injusticia y su crueldad. ¿Quién ha dicho que este capitalismo fuera un alma de la caridad?. La utopías igualitarias han fracasado una y otra vez y creo que la mayoría de los seres humanos no las quieren; solo luchan por ellas cuando no tienen nada que perder, cuando esas utopías son las únicas que les ofrecen algo, pero luego esos mismos individuos las pudren y las envilecen. Hoy algunos hablan de revolución, de que hay que acabar con esto, pero no saben lo que es realmente una revolución y su verdadera dimensión trágica, brutal, imprevisible, llena de incertidumbre. Lo hacen desde sus sillones de señoritos de clase media, sin plantearse que sus pequeños ahorros los bancos los utilizan en los mercados, que ellos también son parte del sistema, que ellos también son mercados, que también especulan lo que pueden, que defraudan lo que pueden. No somos mejores que nuestros gobernantes ni tampoco que nuestros banqueros. Es demasiado fácil argumentar que son los malos de la película, me recuerda a las películas de vaqueros de mi infancia. Demasiado sencillo.

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    1. Probablemente tengas razón y los banqueros y los políticos no son más que expresión de lo que es la sociedad, pero ¿se lo explicarías a unos padres ancianos que pierden su piso por haber avalado con su vivienda la hipoteca de su hijo? ¿Les explicarías que ellos también son parte del sistema y que sus ahorros también nutren a aquello que les deja en la calle? Probablemente sea todo demasiado simple y que la banca es un instrumento más de una sociedad democrática capitalista que no quiere aventuras en el vacío. Tal vez no haya más opciones, pero no dejarás de admitir que la disociación entre la sociedad y la clase política y el sistema financiero es cada vez más profunda. Ahora hay elecciones en Grecia y se prevé el hundimiento de los partidos mayoritarios, en Francia se espera un cambio de política con la presunta victoria de Hollande.

      Tal vez todo sea un discurso maniqueo y de películas de cowboys tipo El bueno, el feo y el malo, pero la crisis pone a buena parte de la sociedad frente a las cuerdas y no entiende que se le diga, como se desprende de tu discurso, que la culpa es nuestra también, que todos somos culpables, que no nos debimos dejar tentar por las ofertas que nos hacían los bancos invitándonos a endeudarnos, que fuimos reos de desmesurada ambición y deseo de bienestar a cualquier precio.

      Cuando hable con la conserje de mi instituto a la que le han reducido su salario y su jornada laboral un quince por ciento añadido a la disminución que hemos tenido todos los funcionarios le diré que también ella es culpable, que no es mejor que los banqueros ni los políticos. También se lo diré a los compañeros interinos que el año que viene estarán en el paro, se lo diré a mi mujer que está en el mismo caso y se está dejando la piel en su trabajo.

      Nadie habla de revolución pero sí que la crisis está desnudando la entraña misma del sistema económico en que vivimos y probablemente haya algunos que quieran algo más que consumir. Si este debate sirve para hacerlo, bienvenido, pero la raíz de tu intervención es profundamente conservadora, demoledoramente inmovilista porque si bien tiene fundamento no alienta nada nuevo salvo decir que todos somos culpables y algunos nos atrevemos a sugerir que tal vez no sea exactamente así. Y esto no es tan sencillo.

      Un cordial saludo.

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  6. mira joselu yo también soy profesor y no sé cómo ni
    cuando saldremos de esto,pero te aseguro que con proclamas incendiarias,palabrotas,y cosas por el estilo no conseguimos nada.simplemente lo que hay que
    hacer es no votarles,lo mismo que a las malas personas
    no tratarlas.
    un saludo
    jaime frechin pelaez

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    1. No es tan sencillo, Jaime, dices no votarles. Yo no les voto, al menos a los que ahora nos gobiernan. ¿A quién cabría votar? ¿Al PSOE? ¿A IU? ¿A UPD? ¿A CIU? ¿Al PNV? Entiendo que no hay que votarles pero no sé a quién hay que hacerlo, quien es capaz de comprender el núcleo del problema cortando el nudo gordiano y plantear las cosas de forma distinta dado el panorama económico internacional. Tal vez sea la nuestra una pataleta de malcriados. No sé. Pero no hay ninguna opción política que me ilusione, que me dé algo de esperanza. Miro la sociedad francesa y veo en ella algún vigor, algún debate de fondo. Por aquí no.

      Un saludo.

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  7. El pesimismo es un estado de ánimo, Joselu. Antes estábamos instalados en la ingenua levedad del ser; ahora toca caer de la catatonia del bienestar.

    Lo que no es un estado de ánimo es perder el curro o no poder dar de comer a los hijos. Eso repele toda metafísica. Por eso, no pedimos caridad, sino justicia. No pedimos seguir teniendo para PSP; queremos que lo básico por derecho siga siéndolo.

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    1. Hubo una generación teatral en el Reino Unido llamada de los "jóvenes airados" con dramaturgos como John Osborne, Alan Sillitoe, Harold Pinter, Colin Wilson, John Wain… que utilizaron el teatro para expresar su rechazo y rabia por la situación moral y social de la posguerra.

      Es necesaria la rabia, la ira, el compromiso, la denuncia, la articulación de un estado de opinión que conecte con los sentimientos de la gente. El problema es que todos dependemos del estado, nos alimentamos de sus ubres, nos falta independencia. Yo soy funcionario y ataco al estado o su deriva privatizadora, pero soy un eslabón sometido a la cadena de mando que he de acatar. Y el que más y el que menos depende de subvenciones, de dádivas, sueldos y generosidades y así todos más o menos estamos comprados. Escribir en un blog es inocuo porque no te juegas nada y nadie del poder te toma en serio o te ven inofensivo.

      Pero sí que sería necesaria una generación de jóvenes airados en todos los sentidos. Creo que la sociedad británica o norteamericana son más dinámicas que la funcionarial española.

      Justicia, sí, pero también rabia, desazón, desconcierto, ira… que salten por encima de las bardas del corral.

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  8. Entiendo tu cabreo y lo comparto. Quiero que entiendas que mi intervención no tiene una raíz conservadora (al menos para mí) sino profundamente pesimista. Yo nunca he creído en el capitalismo, hablo de la mayoría que sí ha creído y sigue creyendo en él. Esa mayoría hace mucho tiempo que olvidó la lucha y la crítica y se vendió a cambio de bienestar (quizás lo hayamos hecho todos). Y creo que esa mayoría utiliza muy a la ligera palabra revolución (no me refiero a ti). Hace unos años, cuando todo estaba descontrolado y parecía que los ciclos se acababan nadie decía nada, pero ahora patalean sin cesar. Claro que hay que patalear, pero me irrita que esa mayoría que ahora se incendia hace unos años permaneciera muda ante un sistema que era exactamente igual de abyecto que lo es hoy.Algunos nos hemos sentido muy solos durante mucho tiempo y reconozco que me produce una sensación difícil de explicar que de pronto aparezcan anticapitalistas hasta debajo de las piedras. Soy pesimista, algún acabará la crisis y la mayoría volverá al redil, el capitalismo volverá a ser para muchos esa panecea que les permite conseguir, aunque sea endeudándose, lo que más desean. Un saludo afectuoso.

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    1. Juan Carlos, hace muchos años que en mis conversaciones con la gente planteaba que vivíamos un mundo radicalmente injusto en que unos pocos (nosotros) vivíamos muy bien cuando una buena parte de la humanidad se hundía en la pobreza y el hambre. Si esto pasaba cuando las cosas iban bien y había algo de dinero para la cooperación internacional ¿qué será ahora que se han reducido radicalmente las partidas al respecto? Si nosotros estamos mal, ¿qué pasará en África que se enfrenta a problemas parecidos a los nuestros con el tema de la deuda externa pero que tiene infinitos menos recursos y sus diversos países están en manos de cleptocracias? Yo veía esto y lo comentaba hace veinte, quince, diez años. Siempre hablaba a mis alumnos de clase media sobre la cuestión. Pero ciertamente yo no hacía nada especial más que ser consciente de que el mundo era radicalmente injusto y que nosotros estábamos en el lado bueno por casualidad. Tampoco entendía por más que lo pensaba en cómo podía funcionar un ciclo permanente de crecimiento que no estaba basado en nada sólido. La mayoría de la población vivía del crédito (coches viviendas, viajes, balnearios, apartamentos…) y todo parecía funcionar. Pero yo me decía: no puede ser. Sin embargo, la realidad de las cosas me desmentía hasta que efectivamente nos hemos dado el batacazo. Si yo, que soy un lego en la cuestión podía intuir y sospechar que algo no cuadraba ¿cómo nuestros políticos y economistas no se dieron cuenta de que aquello era imposible? Yo lo atribuyo a una especie de borrachera de oxígeno. Dicen que en una atmósfera sobrecargada de oxígeno el organismo se euforiza y tiene un estado que roza lo hilarante. Esto es lo que creo que pasó con la abundancia de crédito, con la circulación del capital que parecía democrático, con la compraventa de viviendas, etc. Nos lo creímos y vivimos más de una década euforizados por un espejismo. Era absurdo, radicalmente imposible. Pero nadie se atrevió a parar aquello. Ni el PSOE ni el PP , ni los ayuntamientos, ni los partidos minoritarios. El que llamaba la atención sobre el disparate era tachado de radical, de imbécil, de venir a joder la fiesta, de antisistema…

      No sé si la gente ahora es anticapitalista o no. No lo sé. No tengo unas buenas vibraciones sobre el estado político de la sociedad. Ciertamente si todo volviera a como era hace seis años, la gente suspiraría aliviado y volvería a vivir por encima de sus posibilidades. Son los años de la "plata fácil" que llamaron en Argentina, y eso convierte a las sociedades en inconscientes. Espero que esta situación ahora nos lleve a madurar. Pero soy escéptico.

      Un cordial saludo y gracias por tu participación. Espero no ser demasiado prolijo.

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  9. El río se ha desbordado, pero tendrá que volver a su cauce. Quienes tienen el poder buscarán la forma de aplacar los ánimos. Las raíces se moverán un poco, pero no caerá el árbol. No quiero ser pesimista, por eso voy a creer en el cambio que prometieron los mayas. Tampoco será inmediato.

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    1. Ignoro que cambio que prometieron los mayas, pero no confío en profecías esotéricas ni astrológicas. Creo más en la ciencia y en la capacidad del ser humano se sobreponerse y crear su destino. En esto sí que quiero confiar.

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    2. Precisamente los mayas hablaron de la capacidad del ser humano de sobreponerse a los problemas y crear su futuro. La idea de tomar conciencia entre desaparecer o evolucionar hacia una civilización mejor, en mi opinión, no es anticientífica. No obstante los elementos mágicos que puedan acompañar las profecías mayas (hoy todavía somos esclavos de ellos), no dicen nada ajeno a la realidad actual. Nosotros mismos estamos destrozando el planeta. El materialismo consumista (no dialéctico) ha propiciado nuestra esperanza en la riqueza virtual que manejan las grandes empresas. Tal vez, no lo puedo asegurar, si Europa no hubiera impuesto su estilo democrático en otras partes del mundo, hoy mucha gente no estuviera tan jodida. Yo también confío en la ciencia y en sus posibilidades de revertir la catástrofe que provocan quienes la aplican de manera irracional.

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  10. Me gusta tu tono irónico, pero me pone triste. Yo también estoy cabreada. Tenemos una falsa democracia que nos trae la ilusión (espejismo, más bien) de que podemos decidir. Y no podemos. Ni podemos exigir, ni nos dejarán siquiera el derecho a la pataleta.
    No creo que la abstención sea la solución. Creo de hecho que agrava el problema. Pero votar un mal menor, al menos malo, como voté yo estas elecciones, es tristisimo y muy decepcionante. A mi me vendieron en las clases de Historia la moto de lo bonita que era la democracia... El mal menor, supongo.
    Un abrazo, y un placer leerte, como siempre.

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    1. Al menos, Nuria, en estos espacios personales podemos dar salida a nuestro malestar y compartirlo con personas que al otro lado nos leen. Temo, en efecto, el desgaste del ámbito de lo democrático. Temo, como dice Antonio, que los políticos no sean sino los representantes de sus auténticos patrocinadores (sponsors) que serían los bancos, las industrias energéticas, las grandes corporaciones… Entretanto la democracia en su frontispicio parece llenarse de herrumbre y orín y no es en absoluto ilusionante. Más bien da grima. Y esto no es bueno. El panorama político español es especialmente decepcionante a un lado y a otro. No hay nada que a mí tampoco me sugiera nada que me lleve a votar. Y no quiero votar al mal menor. No sé, Nuria, no sé. Pero es muy feo todo lo que veo. Igual solo sirve escribir para dar salida a nuestro furor para no hundirnos en la resignación. Un abrazo.

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  11. Ya que votamos esta mierda, al menos podríamos hacerlo sin hipocresías; para las próximas elecciones nuestros políticos tendrían que acudir como los pilotos de Fórmula 1, llenos de logos y marcas de sus patrocinadores. Puestos a votar, preferiría saber a qué bancos van a beneficiar, a qué grandes empresas van a vender nuestras infraestructuras, a quién van a regalar los bienes públicos que hemos levantado entre todos. Realmente, no creo que cambiase mucho la cosa, pues la masa aborregada que somos admitiría esa feria de las vanidades como un mal necesario, y acabaríamos votando a estos representantes que viven de nuestro dinero y se atreven a decirnos que somos nosotros quienes lo malgastamos. Una mierda, en efecto.

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    1. Lo preocupante es, Antonio, que el concepto y realidad de la democracia que conocemos se está desprestigiando a ojos vista. No solo en España, es en toda Europa. Grecia está al borde de unas elecciones cruciales pero se prevé una alta abstención y el crecimiento de partidos extremistas, a la par que el hundimiento del PASOK. Será difícil gobernar Grecia. Y eso es malo. Me gusta en cambio la campaña electoral francesa en la que hay un buen debate interno sobre opciones con algún sentido. Apuesto por la victoria de Hollande, por supuesto. Yo le votaría. También hubo un candidato de izquierda radical como Jean Claude Melenchon que logró cautivar con su verbo incendiario a una buena parte del electorado. Marine Le Pen es otra inquietante realidad. Pero uno tiene la impresión de que es una campaña con alternativas, con proyectos, con ideas. Nada parecido a lo que hay aquí en que no surge nada ilusionante ni a un lado ni a otro. Y entretanto nos refugiamos a lamernos las heridas sin salida, dando rienda suelta a nuestro malestar sin intentar resistir más allá del bar de la esquina.

      Comparto contigo el estado de ánimo con que escribes.

      "El mundo es feo. Solo merece la pena el amor con chicas hermosas y la música de Duke Ellington de Nueva Orleans" (Traducción libre según viene a mi recuerdo este fragmento de La espuma de los días de Boris Vian, uno de mis iconos poéticos.

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  12. La democracia es algo muy complejo y a la vez difícil de comprender. Hoy es el día, 2.500 años después de Pericles, que hay voces que claman contra ella. Que consideran que es injusta, porque en muchas ocasiones gobierna gente a la que uno no ha votado. ¡Pero si el quid de la cuestión es ese! ¡Si el ser de la democracia es precisamente ese! el aceptar democráticamente que alguien a quien yo no he votado esté en el poder. Y es ahí donde fallamos. Con el argumento falaz de que "yo a estos no les he votado" justificamos nuestras actitudes antidemocráticas de no reconocer o admitir aquello que las urnas han dicho. Si la sociedad fuera tolerante, que no lo es en absoluto, toleraría los vaivenes políticos que advienen con la democracia. Pero no. No aceptamos que gobierne alguien que no esté en nuestra onda, aunque tenga el respaldo de los votos.

    Un abrazo.

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    1. No creo, Miguel, que al partido gobernante actual se le pueda recordar por su generosidad y comprensión de las dificultades que estaba pasando España y Zapatero con el advenimiento de la crisis. Más bien se lanzaron a degüello sin importarles entonces el crédito de España ante el exterior o los mercados. Querían el poder y no apoyaron las medidas que salvaron de momento a España de caer en el abismo. Las apoyó CIU pero no el PP. Este partido jugó con fuego para hundir a los socialistas. Ahora reclaman comprensión para sus medidas y la prensa como el ABC hoy acusa de antipatriotas y enemigos de España a Patxi López y Griñán por cuestionar dichas medidas.

      Que el PP es el partido gobernante es inobjetable, que ha ganado unas elecciones es innegable, pero también es cierto que las medidas que ellos tomen afectan a toda la población y que en su afán privatizador de lo público serán irreversibles. Hubo un 15-M que cuestionó a Zapatero y a la oposición. ¿No se hablaba de PP-PSOE como una unidad?

      El gobierno ahora quiere comprensión social. No quiere protestas en la calle, no quiere disensión, pero ellos cuando estuvieron en la oposición sacaron día sí y día también el fantasma del 11-M, a la conferencia episcopal, a la Asociación de Víctimas por el terrorismo para hacer oposición y se despreciaba abiertamente al gobierno entonces legítimo y elegido del PSOE. Esto lo he vivido yo, Miguel. Y también su manipulación para no renovar el constitucional.

      Que la política es sucia, vale, que todo vale contra el gobierno, vale. El PP fue el primer ejecutor de su oposición que se puede calificar de todo menos responsable y comprensiva. Querían el poder, ya lo tienen.

      Pero las cosas no van bien y eso hay que decirlo. Y decir que a una parte de la población no le gusta lo que están haciendo, aunque sé que si gobernara el PSOE harían otro tanto de lo mismo. Pero yo no represento al PSOE, me represento a mí y no a ningún partido, y no me gusta lo que está pasando. Me piden comprensión, paciencia, resignación, reconocimiento de que estamos en una situación difícil, etc. ¿Por qué he de dárselas? ¿ La tuvieron ellos? ¿La tuvieron ellos o jugaron con fuego para alcanzar el poder a cualquier precio? Y además ocultaron todo lo que iban a hacer. ¿Por qué? ¿Por qué ahora subir impuestos es patriótico y antes era aberrante? ¿Por qué negociar con ETA antes era una traición a las víctimas y ahora forma parte del devenir político?

      Que aguanten la vela, Miguel.

      Un abrazo.

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    2. Tiene el respaldo de los votos para un programa-contrato con el votante que no se parece en nada a lo que ahora están haciendo, luego me parece de justicia quejarse en la calle de esa hipocresía, de esa estafa que puede tener, como bien dice Joselu, efectos irreversibles sobre aspectos delicadísimos de nuestro modelo de Estado. La mayoría social no es un cheque en blanco para hacer lo que a uno le dé la gana desde el gobierno. ¡Apañaos estaríamos, si así fuera! En nada se distinguiría, entonces, una democracia de una dictadura, la verdad!
      El juego democrático implica acción de gobierno y acción de oposición, y ha de criticarse una y otra, y una y otra han de sacarse los colores para conquistar el favor o el fervor de los votantes con sus propuestas, sean demagógicas o razonables. ¿Quiénes hubieran votado al PP si Rajoy en el debate con Rubalcaba hubiera enumerado uno por uno todos los recortes que ha hecho y las leyes que ha promulgado? No, ganar las elecciones no puede ser en modo alguno extender un cheque en blanco.

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  13. Joselu, por aquí escuchamos toda clase de cosas referidas a España, por cuestiones de lazos afectivos estoy muy atenta a lo que allí está sucediendo.
    Acuerdo totalmente con tu entrada, lo hemos vivido aquí y de un modo u otro lo seguimos padeciendo.
    He leído que Alemania quiere disciplinar a Europa, no ya al estilo del Kaiser ni de Hitler sino al de Bismarck, políticamente.
    Lo que sí escuchamos todo el tiempo es que los países más "débiles" de Europa caerán si no salen del euro, pero si salen de él les espera algo peor aún... en fin Joselu, espero que los españoles encuentren algún modo de frenar esta ola desvastadora que les está llegando y no merecen.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Se une una crisis económica a una crisis política larvada que lleva a que muchos no confíen en el sistema político ni por su estructura ni por su funcionamiento. La misma monarquía está sufriendo un tremendo desgaste en la opinión pública, el modelo territorial ha llegado a un punto de difícil solución y en cierto modo se puede decir que no ha resuelto los problemas para los que fue ideado, y estamos en las mismas de siempre; por otro lado, la crisis ha puesto en evidencia la pobreza de nuestro modelo económico y nadie habla de cómo salir de ello. Si a esto unimos que la crisis afecta a toda la zona euro y a Estados Unidos vemos que la dimensión del problema es muy compleja. La panacea para salir de la crisis se nos dice que es la austeridad, adelgazar el sector público, reducir los servicios sociales, empeorar la calidad de la sanidad y la educación, privatizar lo público rentable, reducir al mínimo lo dedicado a investigación y desarrollo… Francamente, Ana, veo la situación muy difícil, pero además está lo que es común a muchos países: la pérdida del prestigio de la Unión Europea, el descrédito del sistema político, el clientelismo, la corrupción que en España es muy elevada… No sé si nos lo merecemos, Ana, pero el pesimismo es grande. Un fuerte abrazo.

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  14. Se ha de haber vivido y reflexionado con cierta intensidad consciente y emotiva para percatarse de que "el poder" son, en realidad "los poderes, que el singular no es sino la coartada de quienes abdican de reflexiones más afiladas. Dicho de otra manera. Todos somos algún poder. Y de lo que se trata es de ejercerlo con la ecuanimidad necesaria para poder extender esa práctica a otros niveles de acción social. ¿O un padre, por ejemplo, no es "el poder" para sus hijos? El mío, al menos, lo era y con mayúscula, además de singular. Y lo derroté. El análisis de las victorias y derrotas contra "los poderes" debería de permitirnos establecer un saldo que orientara nuestro estado de animo e incluso que nos permitiera canalizar nuestros desahogos a la temperatura exacta de nuestra necesidad. El profesor es un poder, sin duda alguna. ¿Cómo saldríamos calificados en la evaluación del ejercicio de ese poder, sea en autoevaluación o a través de la evaluación externa de los alumnos? Acaso lo bueno de la democracia sea, en realidad, la extensión del poder; del mismo modo que los neoliberales propugnan que lo bueno del capitalismo es que podamos ejercer el capitalismo popular, esto es, que seamos "accionistas" que apenas se mueven, aunque alguno hubo que mereció la gloria de los telediarios por su incendiario verbo en una junta de accionistas inmóviles. Puede acusárseme de diluir el conato de protesta justificadísimo que se nos exhibe en el post, e incluso de minarlo; pero mi intención es justo la contraria: ser prisioneros del poder, por serlo, cada uno en la escala y con la extensión que le corresponda,se convierte a veces, como en estos tiempos de crisis artificial, en una pesada carga de la que no iría nada mal librarse, aunque en ese movimiento de "liveración" pudiera haber, al tiempo, no poco de irresponsabilidad. Ya se sabe que la contradicción es el motor de la historia, no obstante...

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    1. Vale, todos ejercemos algún tipo de poder. Como padres, como profesores, como presidentes de la escalera o del parking y ello comporta un ejercicio ecuánime y responsabilidad de la que no podemos abdicar. No debemos.

      Sin embargo, cuando mi verbo apunta al poder lo hace en cuanto sistema democrático al que veo de nuevo alejado de las necesidades de la gente, inmune a la crítica e irresponsable ante los electores a los que se puede engañar totalmente y hacer todo lo contrario de lo que se había prometido. Entiendo que el poder político está mediatizado por otros poderes más complejos, tanto que su ámbito de poder es muy reducido. Una crisis económica es una situación viral muy compleja. Es difícil de entender por qué hace cuatro años éramos ricos y ahora somos pobres. O así lo percibimos. Hace cuatro años estábamos entre los países más generadores de plusvalía y ahora estamos, según los dirigentes del PP, en el precipicio intentando sujetarnos a unas ramas para no caer.

      ¿Qué pinto yo en todo esto? ¿Qué he hecho yo mal? ?¿Cuáles han sido mis errores? ¿Qué parte de culpa tengo yo? ¿Ayudaré a salir de ésta si me disminuyen el salario y empeoran mis condiciones laborales? Vamos a aceptar que sí. Todos vamos a arrimar el hombro. Pero ¿es esto lo que vemos en el mundo de la política, las finanzas, el empresariado?

      Tengo la impresión de que son una burbuja aparte y que buscan solo sus propios intereses. Son poderes ciertamente y su articulación es compleja, y en alguna medida como profesor y como padre ejerzo también, limitado por la democracia, algún poder, pero no dejo de observar una disintonía entre el poder representativo y la realidad de las gentes que los ve como una secta de mangantes, que en realidad no dan ejemplo, que en realidad están totalmente limitados porque nuestra soberanía es bien poca y que muchos de ellos se mueven en estratos a los que no conmueve la crisis. Hablamos de esa continuidad entre la política y la empresa, entre la política y el poder bancario.

      ¿Y qué pinta el ciudadano en medio de eso? Política de patricios y plebeyos. El ciudadano corriente lo más que puede es votar en las encuestas que publican los medios de información.

      No sé, Juan Poz, al menos hablando participamos en el debate político no siendo pasivos.

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  15. ¿seguro que seguimos viviendo en Democracia? ¿no habremos vuelto al Despotismo Ilustrado sin darnos cuenta? Porque da la sensación de que hacen lo que quieren, como auténticos monarcas absolutos, dándonos de tanto en tanto las migajas que les sobran para que estemos contentos.
    Lorea

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    1. Lorea, ¿despotismo ilustrado? ¿dónde está lo de ilustrado? Supongo que lo que tiene de bueno este debate es que intentamos precisar qué democracia estamos viviendo y si esto es realmente democracia. Si lo es, tiene defectos de base muy profundos, tantos que hacen que muchos ciudadanos desconfíen profundamente de ella. Y eso es malo.

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  16. Mientras los espectadores nos limitemos a lamentarnos o a mirar hacia otro lado, las cosas no cambiarán. ¿Alguien busca alternativas? Me temo que muy pocos... Nuestra apatía e incoherencia consolidan al poder establecido.

    Algunos ya añoran el régimen anterior. Yo, NO, aunque esta democracia sea de "mierda"

    Saludos

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    1. Luis Antonio, no entiendo muy bien adónde apunta tu comentario. No sé si consideras mi post una lamentación o un intento de mirar a otro lado o representativo de la apatía y la incoherencia o una añoranza del régimen anterior. Sé que no es esa tu intención, así que no me dedico a rebatirla.

      Dices que hay que buscar alternativas. ¿Cómo, Luis Antonio, el ciudadano corriente va a buscar alternativas? Lo más que puede hacer es salir a la calle o hacer una cacerolada o ponerse una camiseta amarilla si está en la enseñanza pública catalana. El ciudadano corriente (y yo lo soy) no entiende el fundamento de esta crisis, no sabe nada de nada del funcionamiento del euro, ni de cómo funcionan los mercados o la prima de riesgo. Todo esto es nuevo. Nos vendieron un euro como un valor seguro. Probablemente ninguno lo queríamos pero hubo que tragar el euro. Ya tenemos el euro y ahora, tras una escalada brutal de precios, el euro está en crisis, tanto que puede hacer saltar a Europa por los aires. ¿Qué puedo hacer yo, Luis Antonio? ¿Qué puedo hacer yo si veo interpretaciones de la crisis contradictorias, si nadie sabe qué va a pasar, si estamos en el precipicio o no. Me pongo una camiseta amarilla (los que estamos en la pública) y protestamos contra los recortes y golpeamos cacerolas a las que nadie hace ni caso. ¿Qué sé yo de los poderes financieros? Yo no entiendo nada de nada. Solo sé que el ciudadano corriente (y yo lo soy) ve todo este tinglado con enorme desconfianza, que percibo que ni entiendo ni puedo influir en nada, que los poderes mediáticos nos modulan la representación de la realidad y me doy cuenta de que estamos manipulados y que estamos inermes y desprotegidos. ¿Qué puedo hacer yo? ¿Adónde miro? ¿Se arregla con votar a otro partido cuyo poder está también limitado porque las directrices son ajenas y externas a nosotros? No sé qué tipo de democracia es éste, pero nadie por aquí añora el antiguo régimen y ello no impide que reconozcamos las limitaciones de lo que estamos viviendo que huele a falsedad, a simulacro, a componenda. Pero vale que no entiendo nada por más que escucho tertulias, leo artículos de fondo, me intereso por muchos temas, pero sé que no sé nada de nada, y en esa estamos la inmensa mayoría, porque nadie tiene ni idea de cómo vamos a salir de ésta.

      Saludos.

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  17. Joselu, puedes estar seguro de que mis tiros no van contra ti ni contra tu entrada...
    Son otros los que la provocan y que ya entonan aquello de que los partidos y la democracia son mierdas que sólo conducen al desastre... Algo, según ellos, que no sucedía con el régimen anterior... La decepción que estamos experimentando con los políticos de turno y los adjetvos con que los calificamos les están dando alas. La extrema derecha está en alza en Europa y eso puede ser terrible...Si no hay más opciones que esta democracia de mierda o la dictadura, me quedo con la primera...

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  18. Cada vez te me pareces más a Fermín el anarquista teórico de Niebla.
    Se te ve a gusto. Y gusta leerte en este plan.
    Un escatológico saludo
    gRK

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    1. Me gusta, Gorka, que hayas percibido la composición literaria del narrador. Cuando escribo asumo una perspectiva narrativa que exploro. No sé si este radicalismo exhibido por el narrador es coherente con mi status funcionarial, padre de familia, miedoso, con una hipoteca… El panfleto que figura arriba (ojo, pienso que el panfleto es todo un género y muy interesante) desarrolla un motivo de rabia contra esa reunión de gentes sensatas y de orden que viene a decirnos que hay que aumentar los despidos y de forma más fácil y barata, que hay que privatizar los servicios públicos, que hay que subir los impuestos, que hay que ayudar a los bancos, que hay que disminuir las partidas de educación y sanidad, eliminar elementos de cohesión social… Esto es lo que ha venido a decir el presidente del Banco Central Europeo, y es lo que se está haciendo y se hará. Supongo que Fermín, ese optimista revolucionario, sacaría toda su cólera generosa. No está mal la comparación, Gorka, pero pienso que Fermín es un visionario anarquista con una fuerte carga optimista, y yo no sé si me atrevo a tanto. Pero es divertido escribir un panfleto de vez en cuando. Gracias por tus palabras.

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  19. Alejandro Magno fue discípulo de Aristóteles y éste, a su vez, de Platón, quien escribió en favor de la República. Alejandro fue Príncipe, Rey y Emperador.
    Basta ya de quejaros los profesores, que aunque sé bien que quienes han de educar son los padres, los que deben de corregir y redireccionar son los maestros. Las Leyes no están ahora a vuestro favor, pero basta un 10% de vosotros, con huevos y ánimo de enseñanza, para que a corto y medio plazo todo cambie.
    Yo confío en ti.

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  20. Decir que estamos en una democracia es como llamarme imbécil, así directamente, by the face (que dicen los que saben espikinglis). Basta con revisar las hemerotecas y aparecen los mismos de siempre o sus hijos, que lo mismo da. Revisemos los apellidos y veremos que son los mismos. Listas cerradas, mi voto ha valido CINCO veces menos que el de otras personas que votaron otras opciones. Banqueros indultados vergonzosamente en el ultimo pleno de un gobierno que humoristicamente (supongo) se llama socialista y obrero. Créditos "condonados", subvenciones ocultas, dinero publico para solo unas opciones, una ley de partidos que firmaron pepe y pesoe para que ninguna otra opción les saque. La corrupción en todos los medios de comunicación y nadie en la cárcel. Los bancos tienen crédito ilimitado y mis vecinos y mis clientes no (siendo gente cabal y honrada, ojo). Monopolios energéticos que exprimen, prohibición de pagar en efectivo (veremos las comisiones), sinverguenzas, ladrones y más sinvergüenzas. Yo de ambos partidos no salvo a ninguno, son cómplices de bipartidismo, de listas cerradas, son los cómplices silenciosos, los necesarios, los que ven pasar la injusticia y se callan; son los peores...
    Así que por favor, no digamos que esto es una democracia, por lo menos que no piensen que somos imbéciles..

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  21. Querido amigo y compañero de Colegio:
    ¿Cuánta razón tienes! Pero al moismo tiempo permíteme preguntarte quçé ha sido de nuestros afanes de lucha en la Universidad y de los deseos de cambio. ¿Será que la edad nos aburguesa?
    Es necesario seguir y llegar a conevertir a la Policía Nacional, a los Mossos, al Ejército en la Policía del Pueblo Soberano y al ejército en el Pueblo en Armas. En definitiva, hay que llegar a un Octubre Rojo.
    Cuando la Banca, los podertes del Estado y todas sus instituciones estén al servicio del Pueblo, del Proletariado, la cosa cambiará, pero, también, previamente, ha de cvambiar el Proletariado, debe abandonar el espíritu de empresa y surgir el hombre nuevo que decía Lenin

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    1. Juan Carlos, ¿eres tú?

      ¿Realmente crees que un nuevo octubre rojo es lo que necesita la humanidad? ¿Eres consciente de la sangre que arrastró para que al cabo de setenta años, la sociedad en que se encarnó renuncie con horror y aversión a lo que supuso para ellos? ¿Has leído El cero y el infinito de Arthur Koesler?

      Yo nunca creí en el comunismo.

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  22. Las palabras son armas maleables capaces de hacernos creer que la realidad-si es que existe y no es una ilusión- es mejor o peor en función de los conceptos o etiquetas que usamos para definirla o describirla. Esta pseudodemocracia de tonos ocres y pinceladas negras, lleva consigo la dubitativa semilla de no ser ni siquiera pseudemocracia porque es tan débil que ya no es capaz de fingir que lo es.

    Utilizar la palabra democracia para referirse a una democracia representativa que, debido a la multitud y el ruido, se aleja cada vez más de una democracia asamblearia, es un fraude, una proclamación deplorable lanzada a un conjunto de ciudadanos, un acto de desfachatez política que parte de la premisa de que los ciudadanos albergan la estupidez suficiente como para saborear la mierda y decir que está rica.

    “Bonito” toque irónico, Joselu.

    Un saludo.

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    1. No sé si era irónico. Desde luego era panfletario y con dosis de sarcasmo que espero no fuera muy hiriente. Algún comentarista ha sugerido una cierta agresividad en el texto. No soy un revolucionario, Rash. No creo en las revoluciones que deconstruyan el capitalismo. Las experiencias no han sido muy alentadoras. Los Kjemers rojos de Camboya fue un intento de transformación total de una sociedad que acabó con millones de asesinados. No, no creo en ello. Ni pienso que ese sea nuestro caso, pero lo cierto es que nuestro modelo de sociedad en lo que se refiere a representación política y la relación de esta con el poder económico nos deja inermes ante los poderes -múltiples- económicos. No sé cómo se podría fortalecer la sociedad civil. Los partidos no quieren. Solo deben ser ellos los que ejerzan la política y los ciudadanos solo deben ir a votar para lo que se nos excita cada cierto tiempo y se pelean como si en realidad estuvieran en desacuerdo. Nuestra democracia es francamente mejorable y el sistema económico podría implementar reformas que lo hicieran menos radicalmente injusto. Hay demasiada complicidad entre los poderes y corporaciones con el poder político.

      Pero si te ha gustado el toque "irónico" es que no era tan estrambótico el panfleto.

      Un saludo.

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