Hace cuatro o cinco años, El País publicó un reportaje sobre
la realidad de España como país receptor de inmigrantes. La población española
se había incrementado en varios millones de habitantes por la llegada masiva de
personas de aquí y allá. Norte de África, Latinoamérica, Rumanía, Pakistán
entre otros eran los proveedores de nuevos españoles. Hubimos de acostumbrarnos
en los últimos doce años a un nuevo paisanaje con todas las contradicciones que
suponía, contradicciones y riqueza. Nosotros que habíamos sido un país de
emigrantes parecía que el bienestar esta vez era el reclamo para que vinieran
muchos otros en busca de unas mejores condiciones de vida.
Sin embargo, todo ha cambiado en tres años y más en este
último. La crisis ha invertido totalmente la situación. Ahora son los jóvenes
profesionales españoles, con amplia formación académica (carreras, másteres,
idiomas), los que están iniciando el camino del extranjero. Este último año son
más los que se han ido de España que los que han venido y en buena parte son
algunos inmigrantes que vuelven a sus países de origen, pero sobre todo son
jóvenes que ven su camino cerrado por
completa que sea su preparación académica.
A nadie le gusta irse. Supongo que para muchos jóvenes de
25-35 años será un plato de difícil digestión el hecho de tener que hacer la
maleta, meter las cuatro pertenencias e irse en busca de un país de acogida que
permita el desarrollo profesional: Alemania, Reino Unido, Norteamérica, países nórdicos,
Latinoamérica, Australia, Oriente... Esto supone una sangría difícil de asimilar. Son los
mejor preparados que han recibido una formación universitaria en España y que
se van a ejercer en otras latitudes. Es un drama para ellos que se van y un
drama para todo el sistema que los había formado... y también para nosotros que
nos quedamos.
Me pregunto cuando estoy dando una formación a mis alumnos
qué decirles del futuro, del valor de su esfuerzo (en el caso que lo estén
haciendo). ¿Qué perspectivas les esperan por mejores que sean sus expedientes?
¿Puedo decirles que los estudios son la vía a una vida laboral? ¿Empezamos a
hablar de que quizás tengan que irse a menos que se enfrenten a una situación
en que el paro juvenil es próximo al 50 por ciento, y que solo les quedarán condiciones precarias y sin
ninguna perspectiva en el caso de que consigan algún empleo? ¿Puede nuestro
país ofrecer expectativas a los jóvenes que están estudiando ahora, en especial
a los mejores académicamente hablando?
Las medidas que tomará Rajoy
no son difíciles de imaginar. Y tampoco es difícil de imaginar que
aumentarán el paro y la precariedad, además de reducir el consumo... La
economía está en un punto muerto, sin hálito para generar empleo, y todo parece
indicar que va a ir a peor. Es una situación que afecta a una producción
extremadamente frágil como la nuestra que creció en el aire por la especulación
urbanística.
¿Cómo afectará esto a mis alumnos? Muchos de ellos son hijos
de inmigrantes. Algunos de ellos ya están retornando a sus países de origen o buscando
otros destinos. El que llegue ahora a España sabe que no hay trabajo para
nadie. ¿Cómo debo orientar mi tarea profesional en este marco de falta de
perspectivas?
No sé. Lo bueno de trabajar con adolescentes es que ríen,
que buscan los motivos para reír, que tienen esperanzas tal vez porque no son
muy conscientes de la situación real por
que estamos pasando. O tal vez sí la conocen. Seguro que en sus casas están
notando, como lo notamos todos, el impacto de esta crisis que no ha tocado
fondo. En algún sentido, prefiero este ambiente que el que vivía hace cinco
años cuando los alumnos abandonaban los estudios a los dieciséis años y se iban
a la construcción a ganar más que los profesores a los que consideraban unos
pardillos, igual que a sus compañeros que seguían estudiando.
Ahora la realidad ha puesto las cosas en su sitio. Estos
muchachos están en el paro, pero los que estudiaron también lo están, y muchos
están barajando la posibilidad de irse con harta desolación. Dicen que emigrar
no es un plato de buen gusto para nadie. Ahora tal vez volvamos a necesitar que
los países de acogida sean benévolos con nosotros, con los que habrán de irse
nadie sabe por cuánto tiempo. En principio siempre se va uno por un tiempo con
la esperanza de volver en cuanto las cosas mejoren, pero es un camino, como
bien sabemos por la experiencia pasada, que nadie sabe con certeza qué pasará.
Muchos de los que se vayan ahora lo harán por largo tiempo y algunos ya no
volverán. Nadie conoce las circunstancias que se generarán en su deriva en
búsqueda de una vida mejor que aquí en España no se puede ofrecer.
Yo sueño con un mundo sin fronteras donde no quepa la palabra emigrante.
ResponderEliminarY a los jóvenes hay que animarles a pesar de los pesares para que se preparen al máximo porque el futuro todavía no está escrito. Y a los desmotivados y acobardados ante los avatares que estamos sufriendo decirles esa frase que repiten en México:
¡Ándele y no se me achicopale!
Un abrazo, Joselu
A mi madre y su a cocina, a mi hermano, a los amigos que todavía tengo aqui, y el clima. Pienso que es lo único que echaré de menos el día que haga la maleta porque el resto estoy deseando perderlo de vista. O ganarlo, porque en realidad no veo nada más.
ResponderEliminarAlgún día ya te lo cuento.
Besos, Joselu.
Suscribo lo dicho por V, si no fuera por mis amigos y mi familia -lo que realmente me ata a mi casa y por lo que realmente no me quiero ir- ya me habría marchado hace un tiempo -años quizá, incluso más de los que dura la crisis- el ambiente de la sociedad española -y de la catalana- es muy, muy opresivo y agotador, por no hablar de la actual falta de perspectivas laborales y vitales.
ResponderEliminarEl país está apolillado, carcomido y desprende un olor a rancio conservadurismo del que es prácticamente imposible inhibirse. El País de los pillos donde la gran mayoría es coja y tuerta a la vez. Incluso los círculos autodenominados progresistas son de postín.
Donde ser inteligente merece un castigo y ser un espabilado y un timador -o directamente un criminal- esta premiado.
Si llegase el momento creo que intentaría que mi destino fuera a "lo grande": Canadá u Oceanía.
Está complicado tanto quedarse como irse, pero... quién sabe.
Pues yo vengo a suscribir los suscrito por V y Esteve: lo que hay en España, fuera de nuestros afectos, no merece especialmente la pena. Esteve lo ha descrito maravillosamente bien. Yo me fui y volví… y a lo mejor me vuelvo a ir. Ahora sé que no hay patrias, solo hay gente.
ResponderEliminarAhora bien, yo a un niño siempre le diría que estudie, se forme y sobre todo que lea. Simplemente por placer, por alimentar el hambre que tenemos todos de descubrir. Por eso y como acto de resistencia. Muchos tuertos quieren que en su país (en este país) todos nos quedemos ciegos.
Estando completamente de acuerdo con Joselu, pienso que una de las labores principales del profesorado debería ser contagiar optimismo a nuestros alumnos y ganas de aprender y emprender.
ResponderEliminarPara que en España haya oportunidades laborales de calidad en un futuro (que va a tener que ser un futuro a medio plazo, por lo menos), habrá que crearlas. De los gobiernos dependerá la financiación (Dios nos pille confesados...) y de los alumnos/as de hoy (y de cómo les enseñen sus profes), la creatividad para inventar nuevas ocupaciones mañana.
Enhorabuena por tu artículo.
Luis Antonio, no queda otra opción que ser positivos, que fomentar ilusiones, proyectos, crear un ánimo optimista en el aula… pero temo por el futuro laboral de mis hijas que están en la ESO. La hija de un amigo mío, cursó dos carreras, Biotecnología y Relaciones internacionales. Amplió estudios en Suecia e hizo prácticas en la universidad de Guadalajara en Mexico. Habla varios idiomas. Ahora trabaja subempleada en una fábrica de yogures por 900 euros. No sabe qué hacer. Todavía no tiene treinta y podría marchar de nuevo pero tiene su relación sentimental aquí. De eso estamos hablando. Pero gracias por el modismo. Es interesante.
ResponderEliminarV., estás en un momento de tu vida crucial como te decía en tu blog. Entiendo tus sentimientos. Es duro partir, es duro tener que partir… En todo caso me gustaría seguirte la pista.
ResponderEliminarEsteve, yo lo intenté sin mucha habilidad. Cuando era joven intenté irme a Brasil, a China, a Italia, a Francia… No me imagino qué podía haber sido de mi vida si alguna de estas propuestas hubiera tenido lugar. Para irse hay que preparar el currículum, los idiomas. la titulación adecuada. Cuando tenía veinte años estaba dispuesto a todo. Entiendo perfectamente a los que lo hacen. Y sí es cierto que el espíritu de la democracia española es ramplón, aunque cuando veo la política europea o americana pienso que no es mucho mejor pero afortunadamente nos cae lejos. Está bien lo de Australia, Nueva Zelanda… Son países interesantes. Te deseo lo mejor.
Cristina, nuestras clases deben ser totalmente positivas, alentadoras del pensamiento, de la ilusión de aprender… De eso no cabe duda. El sistema escolar debe ser fundamentalmente alegre y debe fomentar la curiosidad y las ganas de ser y conocer. En esto estamos de acuerdo.
Sr. Ruiz, pones el acento en algo que es caro para mí, en la creatividad. Sólo de muchachos creativos, capaces de innovar, de salirse de los esquemas comunes y trillados, se podrá esperar algo que abra caminos. Es necesario más que nunca escapar de los enfoques manidos, de los lugares comunes, de las aulas convencionales. Nosotros los que estamos aquí, debemos ser los primeros emprendedores. Otra cosa es que ahora reconozcamos la realidad del estado de nuestra economía y las perspectivas que hay para los jóvenes. Y lo cierto es que es desolador pensar que casi el cincuenta por ciento de los jóvenes están en el paro, que el 22 por ciento de los jóvenes entre 18 y 24 años ni estudian ni trabajan según recoge la encuesta de El País. Hay que estudiar y aprender aunque sea solo por curiosidad, por interés en crecer personalmente. Sólo el que sea capaz de abrir caminos tendrá algún éxito, aquí o en Australia
Creo que me he perdida algo. Estoy liado...eso si, disfrutando. A medida que leía e iba viendo el sentido de tu entrada me he ido sonriendo. Como bien sabes, esta tierra mía se ha visto despoblada gracias a la emigración. Si hubiese que elegir Capital de Extremadura por nº de extremeños residentes no se si seria Mostoles/Alcorcon o Mataró pero vamos una de ellas de fijo. Cuando no han terminado de volver, algunos "alemanes y franceses" ya no lo haran, comienzan a irse los nuevos... No se si parará algún día, pero a este ritmo no tendremos población medianamente joven para cuidar a nuestros mayores.
ResponderEliminarAparte de la "fuga de cerebros" que ha habido siempre, ahora nuestros jóvenes tienen que marcharse para sobrevivir.... Muy triste y deprimente es este tema, de verdad. Los buenos, a esos no los dejarán volver nunca, y oiremos o leeremos a los Lopez, Perez o Martinez que triunfan en una Universidad o en un Hospital Americano o Cino o... y vendrán a visitarnos alguna vez para darnos una conferencia sobre sus especialidades. Y ya no serán nunca nuestros.
ResponderEliminarLos nuevos emigrantes españoles serán en su gran mayoría titulados universitarios con ADSL, Iphone y dominio de idiomas, compartiendo piso con gente "enrollada" y vuelos de avión a 50 euros fuera de temporada para ir a tomar una cerveza con los amigos de España y volver al curro el lunes en Bélgia o Berlín. seguiran lejos de casa pero no es lo mismo que en los 60 ni de aquí a Lima cuando toda comunicación con casa era la esperada carta, un teléfono carísimo, la canción dedicada en la radio en "De España para los españoles" o el paquete con chorizos y queso, enviado por los padres. Y con la mujer y los hijos a miles de kms.
ResponderEliminarPorque los hijos de españoles, para ir a pasarlas canutas por cuatro euros ya tienen las ETT, el subsidio social y, el paro, el dinero , casa y comida de los padres y abuelos y los trabajos-basura de aquí. Para un trabajo de peón como en los 60 no se va a ir nadie. Para pringar pringan aquí.
Con respecto a descendientesde emigrantes extranjeros que se vean obligados a irse, ahí sí que el parecido con los nuestros de los 60 es total y me apena terriblemente su situación.
Como ves, sigo tan diplomático como siempre.
Malo, no es lo mismo emigrar de Extremadura a Madrid o Cataluña que a Australia, Canada, Alemania o Reino Unido. Yo también en ese sentido que dices soy emigrante, pero menos.
ResponderEliminarLola, esta vez se van a ir, se están yendo, los mejor preparados… Es una emigración cualitativa, teniendo en cuenta que han sido formados en el sistema universitario español lo que ha costado mucho dinero. Es una pérdida de un capital humano y económico muy importante. Es un goteo continuo.
Josep Fàbrega, sin duda tienes razón. La emigración está siendo cualitativa de los profesionales más inquietos y competentes. No será igual que en los años sesenta, y supongo que el proceso de volver mediante vuelos baratos como planteas será una realidad. Y la comunicación con el skype, internet, etc, es muy diferente a la de aquellos años, pero no deja de ser significativo el resentimiento que guardan muchos de los que se van por no poder contar con un trabajo o ser valorados en su propia tierra. He leído en múltiples ocasiones lo que comentan los comentaristas de arriba: no querer saber ya nada, aunque sea un decir, con este país.
Y sí, cada vez más los hijos de los inmigrantes se están volviendo a sus países. Pero no es fácil dicha vuelta, nada es fácil.
En esto que cuentas hay dos realidades distintas, la de aquellos con estudios y grandes posibilidades de encontrar trabajo si prescinden de ataduras geográficas y la de aquellos que no tienen más opción que vivir de lo que salga. El primer grupo se amplía ahora con la crisis, aunque todos sabemos que aquí en España nunca lo han tenido fácil, por la endogamia universitaria, por el enchufismo empresarial y político o por carreras profesionales poco flexibles; yo mismo he estado tentado de irme al extranjero cientos de veces y si no lo hice fue porque tenía trabajo estable.
ResponderEliminarLos otros, los de abajo -que diría Azuela-, viven una incertidumbre aún mayor, aunque no creo que sean conscientes de ello. Los inmigrantes, como dices, se plantean volver; muchos de mis alumnos de hace tres o cuatro años ya han vuelto a Rumanía. Pero los que son del terreno no alcanzan a comprender el futuro que se les presenta. Viven felices en un contexto que les ha permitido hacer lo que les daba la gana a costa de familias que vivían al día y que ahora no llegan a fin de mes. No tienen estudios, pero lo que es peor, no han sido educados para valorar su propia formación. Te echan en cara la suerte que tienes por ser funcionario, cuando hace unos años se reían de ti al comparar tu sueldo con el de sus padres. Muchos, demasiados, afirman sin pudor que vivirán de sus padres hasta que puedan hacerlo de sus hijos, algo que se convierte en un chiste macabro cuando sabemos lo que sea avecina.
En fin, que en esta tesitura, casi quienes salen mejor parados son los pobres inmigrantes a los que aún les queda una patria a la que volver.
Como soy hijo de un militar trashumante, jamás me he sentido de parte alguna y sí emigrante en todas ellas. Si no tuviera tan serias restricciones laborales, lo mío deberia de ser tener el estatuto de apátrida, como Cioran, el de "el hombre que se precie no tiene patria. La patria es un engrudo". Desde esta orilla social, se vuelven absurdas afirmaciones como la de Lola "ya no serán nuestros". ¿Nuestros? Qué pernicioso me parece ese sentido de la posesión, ¡y qué peligroso, ideológicamente!. Yo, que ni soy de mí mismo, sí que sé que soy incompatible con ese capitalismo social. "Libre te quiero, pero no mía", cantaba Amancio Prada los versos del filósofo zamorano. Así quiero yo a las personas, a todas. Quienes se te ofrecen "ligados" a la tierra, a la sociedad, a la ideología, a los cadudillos, a la religión (doble ligazón en este caso) me hablan desde una limitación que me horroriza. No ignoro que somos una especie territorial, está fuera de toda duda, es nuestra seña de identidad como tal, pero deberíamos luchar por escapar de esa determinación filogenetica, porque la Historia que nos ha deparado es como para echarse a llorar y no parar hasta que las Parcas nos corten el hilo, la fuente. He vivido en sitios muy distintos y le tengo un enorme carinño a todos. Del mismo modo que mis afectos personales se extienden por Europa, Asia, América y Oceanía de idéntica manera.
ResponderEliminarSomos hijos de Caín, fundador de ciudades, pero condenado a vagar errante.
Quienes se van, y además tan preparados, tienen una enorme suerte, como la tienen quienes vienen, aunque no lo estén.
Juan Poz. ¿Africa no?
ResponderEliminarHola a tod@s: leyendo sus comentarios cruzaban por mi mente las imágenes de la historia de mi país,Argentina.Aunque por razones diferentes(ideológicas en los 70 y económicas en los 90) de aquí se marcharon jóvenes mentes brillantes y manos trabajadoras...a lo mejor ahora vuelvan pero ya no será lo mismo.Las crisis económico-sociales dejan huellas imborrables: la pérdida de los valores, aumento de la inseguridad a causa de la droga, la deserción escolar,la desintegración de la familia, etc...
ResponderEliminarComo educadores no debemos abandonar la lucha, no dejar que recorten por lo más delgado, EDUCAR EN VALORES.
Los argentinos seguimos en crisis continua aunque nuestros gobernantes digan que estamos mejor. Yo sigo apostando por la Educación!
Mi situación es exacta a la de esos jóvenes entre 25 - 35 años. Soy diplomado, con idiomas, experiencia en academias, extraescolares, impartiendo música, inglés, español para extranjeros; en educación infantil, educación primaria, educación secundaria, asignaturas como piano clásico, etc. Todavía he sido incapaz de trabajar como profesor en un colegio. He empapelado con mi curriculum todos los centros y nada de nada. La idea de salir al extranjero es tentadora. Pero, ¿dónde? Finlandia es el único lugar donde se nos valora. La realidad del profesorado en otros países es similar. La situación es límite. En España un profesor como yo no encaja, quieren profesores insulsos que den clase de la manera más sencilla posible y no den ruido. Y las oposiciones, a parte de imposibles, cada vez son menos las plazas disponibles y se e´stán convirtiendo en una utopía. Sigo buscando...
ResponderEliminarAntonio, mi visión es sesgada porque la inmensa mayoría de mis alumnos son de origen inmigrante. En principio el ambiente es distendido. Guardan en su interior sus angustias, sus dudas, sus incertidumbres acerca de su futuro, especialmente complicado para las chicas, muchas de ellas buenas estudiantes que acreditarán la ESO, pero luego ¿qué? Hay una especie de inconsciencia colectiva fruto de la edad, pienso yo, o tal vez haya más profundidad y yo no sepa verla. En todo caso es un tiempo denso, más que el que había hace cinco años, en que las perspectivas eran muy diferentes. Hace falta más que nunca abrir ventanas, ser capaces de dar dimensión al quehacer cotidiano. El futuro es oscuros, pero ¿que generación no ha tenido su época horribilis? Esta es la nuestra. Adelante.
ResponderEliminarTienes razón: todas las generaciones tienen su karma. Yo soy nieta de inmigrantes españoles, aquellos que dejaron España para venir a "hacer la América".
ResponderEliminarFueron bien recibidos aquí, encontraron trabajo, arraigo y sentido de pertenencia, aunque siempre añoraron su tierra natal.
Además, fueron padres de escasa escolarización y medios que, gracias al trabajo y las políticas imperantes entonces, hicieron posible el ideal de "mi hijo el doctor", todo un orgullo para ellos y su descendencia, que remontó la pobreza de sus padres y logró subir en la escala social de una Argentina muy diferente a la de hoy. Esa es la historia de mi padre en verdad.
La historia se me hace bastante cíclica, aunque la naturaleza de los fenómenos que se repiten cambia cada vez.
Hace apenas unos años hubo una ola de compatriotas que hicieron largas colas en las embajadas española e italiana aquí en Buenos Aires y obtuvieron la ciudadanía gracias a sus ancestros. Allí se fue una amiga mía, abogada, a la tierra de donde habían venido sus ancestros a repetir la historia y a probar mejor suerte, cuando aquí en la Argentina se les cerraban las puertas a muchos jóvenes valiosos y bien preparados. No le fue fácil como inmigrante...
Esos compatriotas que emigraron entonces no fueron recibidos como sus ancestros lo habían sido aquí en mi tierra, y muchos volvieron desilusionados con el rótulo de "sudacas".
Me pregunto qué será de esta generación de emigrantes españoles, cómo serán recibidos donde vayan, qué expectativas llevarán consigo y, sobre todo, a dónde irán: esta vez la crisis es global, y los países que no están tan abatidos por ella no son muy abiertos a la inmigración en general.
Hay aquí comentaristas que especulan sobre cuál será la naturaleza y el derrotero de esta generación de emigrantes, pero creo que la historia aún no está escrita: habrá que ver qué pasa.
El destierro, sea por los motivos que sea, siempre es duro y a menudo no se supera nunca en el plano emocional, por más que se encuentre trabajo y se sienta uno mayormente integrado y a gusto. Y no creo que se pueda preparar a nadie para sobrellevarlo, lamentablemente. Tiene que ver con la resiliencia con la que naces o no.
Se me hace todo muy líquido, Joselu, y por tanto, impredecible e incierto, evocando a Bauman una vez más.
Un saludo cordial.
Joselu:
ResponderEliminarMe has dejado pensando a partir de tu post. Mi abuelo dejó Asturias por 1887 con 12 años para hacer la América y mi suegro nacido en Valls llegó a México con 25 años a consecuencia de la Guerra. Muchas veces pensamos en la migración y naturalmente lo primero que aparece es lo que perderemos, porque es lo conocido, sin embargo, también recibiremos muchas cosas que son imposibles de anticipar. En mi propia historia, pasé parte de la infancia en Perú y en Argentina y a la postre te puedo decir que mi patria es la del español, porque es la lengua de mis ancestros. A veces las fronteras como las conocemos no son las que los países fijan, sino las que el corazón establece. Comprendo los temores que despiertan los cambios y las migraciones son cambios drásticos, sin embargo hoy los medios de comunicación digitales permiten conservar los vínculos de una manera mucho mas sencilla y eficáz que hace 25 años.
Creo que en las historias de vida no se puede generalizar, cada historia tiene sus propios desafíos, no obstante ello, me parece que la migración debe de ser vista como la oportunidad para los que emprenden ese camino, más que como un estigma. Creo que eso vale tanto para los que egresan del sistema educativo, como para los que llegan a tu aula.
Agradezco tu iniciativa por medio del Blog, para participar de estas conversaciones.
Te dejo un saludo mexicano y felices fiestas.
Joer, leo este post y me entran hasta ganas de llorar.
ResponderEliminarMenudo futuro les espera nuestros hijos, a nosotros mismos. Y es cierto, yo estoy harta de repetirle a mi chaval, venga hijo, a tope, que solo los mejores triunfarán. Pero en el fondo, ni eso será cierto en este país, porque no habrá nada decente ni para ellos.
Con posts como este se me pone muy mal cuerpo. Pero es la triste realidad.
Un beso,
Yo JOSELU, creo sinceramente como Osselin, que nada que ver la situación de la gente que sale ahora de España rumbo a otros países, con la vivieron los emigrantes españoles tras la guerra civil e incluso en los 60, pero vaya...
ResponderEliminar¡¡ Naaada que ver !!...
Eso sí que era la cosa más triste del mundo, sin saber una palabra del idioma de la tierra a la que llegaban, agarrándose a lo que fuera que les dieran para trabajar, malviviendo en donde les tocara malvivir para ahorrar y mandar el sustento a casa...Hoy no se marcha nadie porque se muera de hambre como ocurría antes, aquí están las cosas mal, es cierto, pero nada que ver con como estuvieron en el pasado, a veces se nos olvida del todo donde estábamos y donde estamos...
Hoy estudiamos dos y tres idiomas ¿para qué? justamente para lo que ocurre, para movernos por el mundo con la seguridad que antes nadie tenía, en realidad si lo pensamos despacio, desde hace años nos preparamos para irnos ¿por qué este drama? Se va la gente porque quiere como es muy natural, amortizar toda esa preparación con la que cuenta y con la que antes, para empezar nadie contaba... ¡¡como va a ser eso motivo de tristeza!! a veces creo que perdemos del todo la perspectiva.
Es cierto que sería muy deseable que todo el mundo pudiera trabajar en las mejores condiciones al lado de casa, pero eso, no nos engañemos, ni ahora ni casi nunca ha sido posible...
¿Alguien siente lástima por Severo Ochoa, Pedro Duque o Rojas Marco por ejemplo? ¿cómo podemos habernos vuelto tan llorica manteles? lo que ocurre hoy, ha ocurrido siempre, sólo que a menor escala porque para empezar ahora hay muchísima más gente preparada de lo que había antes, eso debe ser motivo de alegría, no lo contrario... porque insisto, de aquí no se va nadie en patera, ni se juega la vida al salir para llegar adonde sea que se vaya, nadie pasa hambre en el sentido estricto de la palabra, antes sí y eso era lo triste y lo verdaderamente terrible... como es triste la realidad de casi todos los subsaharianos que llegan a este país, por ejemplo. ¿Se parecen en algo a ellos, los jóvenes que salen sobradamente preparados de este país? yo creo que no.
En EEUU la movilidad geográfica es una realidad que aquí nos cuesta digerir y en cierto modo es algo a lo que deberíamos acostumbrarnos desde ya. Los Erasmus no son más que entrenamientos a esa realidad y ahora que se pone la gente en marcha, aquí nos ponemos a llorar como si fuera un drama... no lo sé, pero yo no lo veo así en absoluto. Mi hija con 15 años se fue a Escocia dos meses a estudiar inglés, si con 25 tiene que irse a trabajar a EEUU o Australia, lo sentiré porque estará lejos, pero sé que en un mundo globalizado como el que vivimos hoy eso será tan normal, como anormal suponer que va a vivir al lado de mi casa toda su vida.
Así que siempre que donde sea que le toque vivir si es feliz, hace lo que le sea que le guste hacer y se gana la vida dignamente con ello, yo no veo drama por ninguna parte... viajaré un poco más lejos para verla y ella lo hará para verme a mi, pero nada más... Anda FLOWER, no me llores por favor jajaja
Un beso muy grande JOSELU, todos nos movemos, a lo mejor el drama real es no salir de casa en la vida ¿no habéis pensado en eso? seguramente porque yo vivo fuera, estos días son los más felices porque vuelvo, el drama real es no tener nunca a donde volver...
Flower, tengo dos hijas en la ESO que trabajan mucho, pero, como tú, sé que no va a ser fácil. He tenido alumnos magníficos que lo están pasando muy mal para los que todas las puertas están cerradas tras su paso por la universidad. No va a ser fácil.
ResponderEliminarAlfonso Noriega, no sabes lo que agradezco tu comentario pues ayuda a situar la cuestión en su contexto. La migración supone abandonar tu hábitat natal y te lleva a tierras distintas que se abren como una oportunidad de enriquecimiento. Mis alumnos son inmigrantes, están acostumbrados a cambiar. Mi cultura ha sido suavemente inmigrante. No he salido para trabajar de mi país salvo en ocasiones en verano en Estados Unidos. Temo por que mis hijas hayan de cambiar de país. El mundo es ancho y ajeno. Quizás no haya que temer por las migraciones. El mundo se convierte en un territorio más amplio. Para España es una situación relativamente nueva. En el pasado hemos sido inmigrantes, pero en los últimos tiempos no nos imaginábamos que lo volveríamos a ser. Quizás es una buena lección.
Fer, la experiencia que he conocido con inmigrantes argentinos no es la que tú conoces. Argentina es para los españoles un país muy cercano, quizás el que más de toda América Latina. No suele haber muchachos argentinos en mis clases. Sólo tuve uno que tenía un nivel espléndido. Por aquí son otras nacionalidades las que dominan. En todo caso, Fer, ahora estamos por aquí en un proceso como el que habéis vivido varias veces en los últimos cuarenta años de vuestra historia (migración política y migración económica). Es nuevo para nosotros, al menos en mi experiencia de vida, pero antes de mí fue frecuente. Lo terrible es que nosotros, un pueblo de emigrantes nos hemos terminado creyendo no sé en virtud de qué principios, por encima de otros que lo han tenido que ser en las últimas décadas. No está mal para nuestra soberbia y nuestra altivez.
Besos.
María, esto es un psicodrama colectivo que merecía la pena realizar. En nuestra cultura reciente nos cuesta pensar que hayamos de cambiar de país. Yo tuve que trasladarme de Zaragoza a Barcelona. Es un cambio mínimo. Tal vez mis hijas tengan que irse a Costa de Marfil o a Vietnam o a Canadá o a Suecia. Es bueno que empecemos a hacernos a la idea de que el mundo es amplio y que podemos acabar en cualquier sitio. Sin embargo, no deja de ser sorprendente este cambio, María. Era impensable hace unos años o era minoritario. Ahora se oye por todas partes. Acabo de subir de tomar una cerveza y en la barra oía a un hombre que decía que amigos suyos de cincuenta años se habían ido a Brasil a trabajar. Tal vez no eran universitarios. Era otro nivel de migración. No sólo van a salir jóvenes sobradamente preparados. La situación es de pérdida de nervio absoluto de nuestra capacidad económica. No serán solo jóvenes con másteres e idiomas. Va a ser más profunda la situación. En todo caso, tienes razón. Es bueno que empecemos a hacernos a la idea con nuestros hijos que podrán comunicarse con nosotros mediante skype o vete a saber qué invento.
ResponderEliminarMi hija Lucía tiene problemas con los idiomas. Queremos que este verano vaya a Francia a participar de colonias con muchachos franceses. No quiere. Le resulta difícil por la lengua y por la separación de casa. A su hermana de catorce le encanta hacerlo. Pienso que es educativo este alejamiento que puede inaugurar lo que puede ser dentro de pocos años. Hay pueblos que se han acostumbrado a la no migración (como nosotros) y otros pueblos que son inmigrantes en su constitución como nación. Tenemos que hacernos a la idea. Danos un tiempo, a mí y a Flower.
Besos.
La pizarra al revés, te contesto en el momento en que he tenido que reflexionar en las anteriores respuestas. Y ya sabes cuál será. Si tienes que irte, hazlo. El mundo es más amplio de lo que creemos. Yo no he tenido que migrar. No sé si es bueno o no. Lo intenté a mis veintitantos años pero nunca me salió una posibilidad oficial. Tal vez hubiera sido buena idea. Me he acostumbrado a vivir aquí. Y me cuesta pensar que mis hijas tengan que irse. Suerte, decidas lo que decidas. Y gracias por aportar tu situación particular.
ResponderEliminarQué fácil es hablar cuando no se está en la situación. Alucino, pero por un tubo. Por el de la pantalla de ordenador, mismamente.
ResponderEliminarCertera y necesaria entrada.
ResponderEliminarPrimer problema: los hijos de los inmigrantes en España, sin trabajo: doblemente desterrados -de sus países, del mínimo bienestar-.
Segundo problema: se nos van los mejor formados. Profesionales en los que España ha invertido dinero y a los que luego no ofrece salidas. Derroche inexplicable. Sangría para el futuro inmediato.
Pero, ¿quién le dice a un joven que se quede en un país que no le ofrece más que un futuro incierto?
Yo no soy quien para dar tiempo a nadie JOSELU, ojalá pudiera...todos estamos exactamente igual, nadie sabe lo que nos deparará el futuro, ni a nosotros, ni a nuestros hijos.
ResponderEliminarMi intención no es devaluar el mérito de la gente que sale, ni minimizar la dificultad que supone, ni mucho menos banalizar la situación de crisis que vivimos, a ver si se me entiende... mi única intención es animar dentro de una situación difícil que no niego y dejar muy claro que entre salir porque te mueres de hambre como sucedía en el pasado, carente de toda preparación a todos los niveles y los motivos por los que la gente sale hoy de este país hay muchísima diferencia, sólo eso.
No hablo desde una postura cómoda, por más que lo sea, porque insisto, yo también tengo hijos y no sé lo que será de ellos, simplemente intento asumir una realidad, que por más que nos disguste es la que es y además será muy semejante en el futuro, aunque mejoren las circunstancias económicas...así que intento mentalizarme, porque es más que probable que me tocará vivirla directa o indirectamente.
No niego en absoluto que salir fuera sea duro ( yo que vivo fuera, pero cerca, desde hace 20 años y extraño mi casa cada día, por si alguien lo duda) no niego que sea descorazonador pensar que antes estudiando podías sacarte una oposición y hoy esa posibilidad se vuelve cada vez más difícil, pero no es algo dramático como lo planteáis aquí... Insisto, salir con un Sansonite, en avión, a ser un especialista de lo que sea fuera ( sea altamente cualificado o con cualificación media, casi todo el mundo está mil veces más preparado hoy, de lo que lo estaba antes, supongo que en eso estamos todos de acuerdo) no tiene nada que ver, a salir con una maleta de cartón atada con cuerdas, a malvivir en barracones, ignorante absolutamente a trabajar de lo que fuera, donde fuera...circunstancias en las que salía casi todo el mundo hace años.
Cada uno es muy libre de interpretarlo por el lado positivo o negativo, es cierto, eso ya no depende de mi. Si alguien se ha molestado, pido mil perdones, insisto, ni ahora ni nunca, ha sido mi intención.
Muchos besos JOSELU, lo siento...
Danimusiquera, es una alegría que hayáis participado en el debate varios argentinos y un mejicano. Eso le da otra perspectiva y lo enriquece pues de sobras vosotros sabéis lo que es emigrar y pasar circunstancias difíciles en los últimos treinta años. Cuando el corralito en Argentina, volvió a abrirse el camino de la emigración hacia España. Ahora tal vez seamos nosotros los que vayamos por allí. No sé. Por aquí en los institutos no se ven con frecuencia alumnos argentinos. Vino una gran oleada en los años de la represión de la Junta Militar, pero después no ha sido mayoritaria la inmigración argentina. En todo caso, nuestros corazones y más en la educación deben estar abiertos y promover valores activos de comprensión y solidaridad mutua. Y sí, ahora se dice que los países de América Latina están bien. Os deseo un feliz navidad.
ResponderEliminarPedro Ojeda, cada vez es más común saber de jóvenes y no tan jóvenes que se van a otros países. No hace muchos años hablaba con mi tendero de las oportunidades de inversión inmobiliaria en Brasil según él me contaba. Ahora ya no vamos a invertir sino que vamos a emigrar, según he oído esta mañana sobre dos personas de cincuenta años que se iban para allí, para Brasil. Son dinámicas imparables. Lo que no puede ser es que un 22 por ciento de los jóvenes entre 18 y 24 años ni estudian ni trabajan. Mejor mil veces irse a la emigración. Es una escuela de malas costumbres eso de quedarse en casa o en la calle.
María, nadie se ha enfadado, ni nadie lo ha tomado a mal. Yo por lo menos no. Pero no es fácil tener 27 años y pensar que tu vida iba a transcurrir en tu hábitat natural y de pronto darte cuenta de que tienes que irte si quieres trabajar. Dices que no es un drama. Vale. No lo es. Pero ahora plantéate que fueras tú la que tuviera que irse a Suecia (pongamos por ejemplo) a trabajar en unos meses. No tus hijos que ya crecerán haciéndose a la idea , tú. Piensa que para el verano tendrás que trasladarte de pasante a un despacho sueco. ¿Cómo lo ves?
Besos.
Pues sigo pensando, contestando a Juan Poz, que para mí es un honor que en mi pais haya hombres que han conseguido el premio nobel, que existan deportistas a los que todo el mundo admira, que haya escritores a los que todo el mundo lee..... y me sigue dando pena que gente muy valiosa no tenga oportunidades en este pais y luego triunfe en otro y..."ya no sea nuestro".
ResponderEliminarLola, puedo entender el punto de vista de los dos. Fíjate Juan Ramón Jiménez obtuvo el premio Nobel en 1956 pero llevaba exiliado desde la guerra civil. No por eso lo consideramos menos nuestro. Es el caso de Pedro Salinas, de Jorge Guillén, de Alberti, de León Felipe. Eran poetas profundamente españoles y murieron el el exilio. Por causa de una situación dolorosa, y si ellos hubieran podido elegir, habrían optado por vivir en España. ¡Quién lo duda de Alberti! Y los demás. Pero hubieron de elegir el camino del destierro. No por eso los consideramos menos nuestros. El destierro, la emigración, el exilio son diferentes circunstancias que alejan a los hombres de su patria. Ulises pasó largos años de su vida alejado de Ítaca, en esos años vivió guerras y aventuras sin fin, pero su norte era regresar a Ítaca. El viaje fue fértil y le enriqueció. Así es a veces el exilio y la emigración. Uno se va casi siempre de su tierra porque no puede vivir con comodidad o en libertad o no puede comer o quiere mejorar de condiciones de vida. Yo no tengo patria como Juan Poz, no tengo Ítaca a la que regresar, pero en el fondo me hubiera gustado tenerla. Entiendo que los que se van a ir, se van a enriquecer en todos los sentidos, pero de entrada no es plato de buen gusto tenerse que ir. Pero como dicen: dios escribe recto con renglones torcidos.
ResponderEliminarHace algún tiempo pensaba en mi futuro, en qué sería de mi vida. Me preocupaba e incluso tuve momentos de parálisis, de temer al futuro. Eran otros tiempos. Con los años, no sé si porque es cierto lo que algunos me dicen y me he ido volviendo cada vez más nihilista... pero he ido quitándole importancia a muchas cosas, y entre ellas a mi futuro. Que vienen años difíciles y complicados lo sé. Y creo que la gran mayoría de jóvenes que estudiamos somos conscientes del panorama que tenemos. Tengo presente que quizá cuando termine mi carrera me toque hacer como mi abuelo, que se pasó 15 años trabajando en Alemania. Pero no me preocupa ni me obsesiona a nivel personal. Intento centrarme en el día a día y poco más. Quizá somos una juventud más comodona y que ha tenido las cosas más fáciles en muchos aspectos que por ejemplo, la generación de mis padres. Pero pienso que sabremos sobrevivir como ellos. Pasándolo mejor o peor sabremos afrontar lo que venga.
ResponderEliminarLo que me entristece de todo esto es la sensación, o más bien la evidencia, de que una vez más se han hecho las cosas al puro estilo Español. Sin visión a largo a plazo, sin pensar en las consecuencias, sin sentido común… nuestra historia está llena de capítulos así… Ha habido unos años de prosperidad, todo iba bien y nadie cuestionaba nada. Resultó ser pan para hoy y hambre para mañana.
Creo que dice mucho este video de la película Martin H : http://www.youtube.com/watch?v=_zbRmfQksjA
Recojo el enlace de Mari Carmen porque no tiene desperdicio MARTIN HACHE
ResponderEliminarAgradezco profundamente el testimonio de alguien que probablemente tenga que emigrar y que será de los mejores.
Te Hago la pregunta yo, si me permites ¿cómo lo verías tú JOSELU? si viviendo en una ciudad con todas las comodidades, opciones y posibilidades, amigos y entorno concido que deseas te dicen que debes irte a un pueblo perdido en el culo del mundo, de poco más de 300 habitantes ...para ser más exactos, perdido en la Galicia profunda ¿Cómo lo ves? :-)
ResponderEliminarNadie nunca lo tuvo fácil, nadie JOSELU.
Todo son etapas que debes vivir y eso, por duro que sea a veces, es parte del bagaje que luego lleva cada uno.
Sé que tú no te había enfadado, porque nunca lo haces.
Muchos besos, JOSELU y buenas noches.
Joselu:
ResponderEliminarMe encantó el refrán: El mundo es ancho y ajeno.
Recordé uno que mi madre apreciaba: La vida es corta, pero ancha. No en oposición, sino como complemento.
Y añado uno de mi cosecha: No es lo mismo llevar la vida por delante, a que la vida te lleve por delante.
Saludos
Alfonso
Joder...jartera de leer... :) Se nota que somos un país de emigrantes, aunque estos últimos años algún imbecil lo olvidase. La situación es bien sencilla. Si no cambiamos el modelo productivo (y eso no es solamente despedir barato) nos quedaremos sin fuerza productiva, sin fuerza intelectual sin fuerza de ningún tipo. José Luis González me dice que no es lo mismo emigrar a Inglaterra que dentro de España...pues hombre, tienes razón, no es lo mismo. Los ingleses son muy suyos y muy cabrones, esto entre amigos, pero fijate que curios Londres-Badajoz vía Lisboa te puede salir por 100€ incluyendo el autobús Lisboa-Badajoz (220km). Barcelona - Badajoz (El Prat-Talavera) son como poco 500 €. Que voy a tener sobrino-nietos catalanes y si mi sobrina continuase en Londres los vería más veces que estando en Barcelona... Es que tanto mi sobrina -Extremeña- como su marido -Gallego- hace ya mucho que salieron de sus casas para poder ganarse la vida. (Se conocieron en Londres) Jóvenes, con títulos, con Masters, con idiomas y ale a ganarse el pan en el quinto coño. Y cuando el coño está más cerquita a sólo 1.000km, las empresas son multinacionales extranjeras y las de transporte nacionales parece que olvidan que si pusiesen los vuelos de interior baratos, el avión se les llenaba. Con las mentalidades empresariales que se manejan vamos a salir de la crisis por los coj... y contentos porque tenemos curro.
ResponderEliminarOlá!
ResponderEliminarNo voy a escribir en castellano pero en português.
Sou um leitor assiduo do blog e também prof, mas de matemáticas. O paralelo entre os nossos paíes é tal, que se substituires España por Portugal dá o mesmo. Peço desculpa pelo abuso, mas vou publicar este teu artigo no meu blog "matematicanosmata.blogspot.com" que yem mais banalidades do que pensamentos profundos.
Obrigado.
Carlos