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sábado, 10 de noviembre de 2007

Lectura de El Quijote


Doy clase de Literatura Española a cuatro alumnos de segundo de Bachillerato. Las lecturas nos son fijadas por la Administración, con mejor o peor criterio. Ahora estamos leyendo unos veinte capítulos seleccionados de El Quijote, lo que no permite una visión global de la obra. Hay demasiados saltos narrativos que no dejan hacerse una idea de la continuidad de la novela (o novelas).

En todo caso, siempre es un gozo reencontrarme con la más amada de mis novelas. La he leído en cinco ocasiones íntegramente, y parcialmente para impartir la asignatura, otras tantas. Hay capítulos que me los sé casi de memoria, pero nunca acabo de extraer conclusiones definitivas de esta obra tan evasiva y compleja.

¿Está loco don Quijote? Eso afirma el narrador, mejor dicho, los narradores: Cid Hamete Benengeli, autor moro del que no cabe fiarse demasiado, que fue coetáneo de los hechos, el traductor, también moro aljamiado, y el segundo narrador que recoge las dos fuentes citadas anteriormente. Este segundo narrador puede identificarse (o no) con Cervantes. Vemos la realidad desde tres dispares puntos de vista. Ello se añade a las diferentes perspectivas (cambiantes) que tienen don Quijote y Sancho de la realidad. El resultado es una visión compleja de todo lo narrado. ¿Existe Dulcinea? La fuerza de la imaginación de Don Quijote es tal que se nos impone como realidad, aunque sepamos que, tras su altisonante nombre, se esconde una labradora de pelo en pecho, de potente vozarrón y bastante “cortesana” que se llama Aldonza Lorenzo. Pero don Quijote la pinta en su imaginación como la desea y, por ello mismo, tiene consistencia como mito que le orienta y dirige en sus aventuras de caballero andante. El encantamiento y desencantamiento de Dulcinea en la segunda parte es uno de los aspectos más desoladores y tristes de la novela.

En el penúltimo capítulo, don Quijote, llegando a su aldea encuentra cerca de sí una liebre blanca, perseguida por unos cazadores. Representa simbólicamente a Dulcinea del Toboso. Y a partir de allí, su mito se desvanece y el caballero deja de tener consistencia. Enferma y muere recuperando –para nuestra consternación- la conciencia de ser Alonso Quijano el Bueno.

Sin duda, el problema mayor de El Quijote es la naturaleza problemática de la realidad. No hay nada que no pueda ser cuestionado. La verdad depende del observador que la contempla. Y además existen encantadores que trasmutan la realidad.

Es una novela impresionante, que fue interpretada según la época que la leía. En España no se la prestó demasiada atención hasta la Ilustración. Se desconfiaba de una obra que gustaba tanto a los ingleses y franceses. De hecho, se admiraba más el Quijote apócrifo de Avellaneda que el de Cervantes. Hasta que el catalán Juan Jolis importó la fórmula de más allá de los Pirineos de publicarlo en cuatro tomitos de bolsillo en 1755, no obtuvo un éxito rotundo.

Hablamos en clase de Avellaneda, de Lope de Vega, de las rencillas de su tiempo, del desastre personal de la vida de Cervantes, de su fracaso teatral, de la intertextualidad extraordinaria que se produce en la segunda parte de El Quijote.

Los alumnos asisten asombrados al descubrimiento de un clásico del que han oído hablar en muchas ocasiones pero del que no sabían nada. Vamos desmenuzándolo poco a poco, capítulo a capítulo, y ellos participan constantemente haciendo aportaciones que reflejan que han entrado en el juego literario de la obra

Incorporan a su acervo términos como perspectivismo, baciyelmo, venta-castillo, realidad cambiante, evolución interna de los personajes, quijotización de Sancho; se ríen con ganas ante muchas de las situaciones que se producen, especialmente en la de los batanes en que Sancho se hace aguas mayores en medio de la oscuridad, y comienza a subir un tufo característico hasta las narices de don Quijote.

Sin duda, es una novela extraordinaria, que analizada con método y progresivamente, abre las mentes de los jóvenes hacia la complejidad literaria. Espero que les lleve a valorar críticamente el aluvión de obras de medio pelo que nos invade y que tienen como atractivo el márchamo de “novela histórica”. La buena literatura ha de tener alguna dificultad. El esquematismo y simplicidad que nos acosa en las obras de éxito es una parte de la historia, pero no toda. La literatura es algo más. La buena literatura nos cuestiona y es inquiridora. Nos devuelve nuestra imagen transformada. Va más allá de nosotros mismos, pero no nos salva –aunque alivia- de la soledad.

14 comentarios :

  1. ¡Cúantas veces he creido conocer a una Dulcinea y me he encontrado con una Adolza Lorenzo!(tanto en hombre como en mujer) y no porque me mintieran o defraudaran sino porque yo me imaginaba o no quería ver una realidad insípida y anodina.
    Con esos poquitos alumnos estarás en tertulia, en la gloria.

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  2. "Va más allá de nosotros mismos, pero no nos salva –aunque alivia- de la soledad."

    Yo siempre he dicho que con la literatura eliges las compañías. Alguna vez lo he comentado en clase y se han reído, hasta que hemos leído una obra y, al finalizarla, les he hecho reflexionar que durante la lectura nuestra vida ha corrido paralela a la de los personajes.

    ¡Qué placer la (re)lectura de El Quijote!

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  3. Y Quijote y Sancho subidos en Clavileño ¿no somos nosotros mismos creyendo volar entre fuegos de artificio? Y esos pragmáticos que se ríen no saben que quien sueña que vuela no necesita volar de verdad porque ya lo ha vivido.

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  4. Ay Joselu, te estas convirtiendo en una adicción!

    Justo hoy hablaba con mis alumnos del Quijote... y no podía evitar que de mis ojos salieran chispas y mi ama se sientiera arrobada con sólo mencionar su nombre...

    Qué libro, por dios! qué libro, es mi libro de libros, mi biblia, mi motor y mi remanso...

    A diferencia de tus alumnos, los mío no van a leer el Quijote (por ahora je!) sólo era una referencia en una clase de semiótica que se convirtió en una de las más hermosas charlas que he compartido con mis muchachos.

    Si, el libro preferido, el que ocupa el lugar más especial en mi estantería, el que se acompaña de alegorías con su forma. ¿Sabías en en México, en Guanajuato concretamente, se celebra cada año el Festival Internacional Cervantino? ¡Qué lucura!

    Un abrazo!
    Lucero*

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  5. A veces, al nombre al Quijote, me vienen a la mente los versos de León Felipe:

    VENCIDOS

    Por la manchega llanura
    se vuelve a ver la figura
    de Don Quijote pasar.

    Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,
    y va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar,
    va cargado de amargura,
    que allá encontró sepultura
    su amoroso batallar.
    Va cargado de amargura,
    que allá «quedó su ventura»
    en la playa de Barcino, frente al mar.

    Por la manchega llanura
    se vuelve a ver la figura
    de Don Quijote pasar.
    Va cargado de amargura,
    va, vencido, el caballero de retorno a su lugar.

    ¡Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura,
    en horas de desaliento así te miro pasar!
    ¡Y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura
    y llévame a tu lugar;
    hazme un sitio en tu montura,
    caballero derrotado, hazme un sitio en tu montura
    que yo también voy cargado
    de amargura
    y no puedo batallar!

    Ponme a la grupa contigo,
    caballero del honor,
    ponme a la grupa contigo,
    y llévame a ser contigo
    pastor.

    Por la manchega llanura
    se vuelve a ver la figura
    de Don Quijote pasar...

    (Como curiosidad en este sitio hay un banco de imágenes del Quijote:http://www.qbi2005.com/frmInicio.aspx)

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  6. ¡Grande profe, así se hace!
    ¡Qué bonito post, Joselu! Escrito desde la pasión, se nota. Desde ese lugar es más fácil, la pasión conmueve, mueve con, y eso es maravilloso, inquietar para moverse con el otro. ¿No es el sueño de todo profesor? ¡Ojalá estuviéramos siempre inspirados para transmitirla!Un abrazo desde Argentina. Y gracias por tus comentarios en nuestro blog.

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  7. Precisamente ayer leí un artículo sobre el Quijote en el que se discutía su unidad e, incluso, si el mismo Cervantes se propuso (al menos en la primera parte) en algún momento lo que consiguió.
    A mí me sigue maravillando cuando, molido a palos, parece "recuperar" la cordura y recurre a la magia para explicar(se a sí mismo) su mala fortuna.
    Un saludo,
    Redonna.
    http://blogs.hoymujer.com/losburkasdeoccidente

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  8. Querido Joselu, ¡con qué alegría lúcida comparto contigo la adicción al Quijote! No soy propenso a las beaterías, pero ante Alonso Quijano he de reconocer que hinco la rodilla en tierra, ¡demonio de hombre, voto a tal!
    Por los días del último centenario lo celebré yo leyéndolo de nuevo, pero, esta vez, me desinteresé de la trama, de la generosidad de las ideas, de la ironía, del multiperspectivismo y hasta de la increíble inventio del autor. Me centré en lo modesto, en el decorado, en las costumbres, en lo anecdótico, en el colorido, en los utensilios, en las ropas, en las casas, en los usos..., y fui tomando notas para un ensayo sobre el libro considerándolo desde ese margen que siempre resulta invisible y que tan buenas horas me deparó en esa lectura.
    ¡Ay, si tuviera la potestad de disponer de mi propio tiempo vital!
    Parte de esa lectura es la constatación de que don Quijote sólo llora una vez en toda la novela, lo cual da que pensar, como casi cada escena de esa obra más viva que muchos de nosotros.

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  9. Es curioso al leer tu brillante post sobre el Quijote,puesto que yo escribí hace unas semanas otro sobre esta obra inmortal.Me gustaría que te pasaras por mi blog y me comentaras que te parece.
    Un abrazo.

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  10. Vale.
    Es maravilloso.
    Pero es complejo como la vida misma, es un inmenso crisol que finaliza pero no tienen un fin.
    Complejo lo de tener que leerlo en clase.
    De hecho, creo recordar haber tenido que leerlo en segundo de BUP y fue precipitado.
    Saludos.

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  11. La primera vez que leí unas cuantas páginas seguidas del Quijote no comprendí casi nada... Estaba en segundo de BUP y lideré una revuelta con el objetivo de que mi profesora prescindiera de aquella tediosa lectura...
    Unos años más tarde (y quince años desde entonces) no puedo leerlo sin temblar: cada vez que lo empiezo, que lo hojeo, que lo recuerdo... siento una presión en el estómago, un temblor en las sienes... Tengo que leer con suavidad, con delicadeza, por si me desbarato para siempre. Me hirió, me hizo otra, me regaló un traje... He tenido que acostumbarame, en quinces años, a caminar con armadura y a tomarme una taza de café a la vez que sostengo la lanza y la rodela... Todo es proponérselo y palabras.

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  12. ¿Está loco el Quijote? Pues a mí me parece que no. Lo estaría si dijera que ve un rebaño cuando pasa un ejército, porque seguramente ya no habría podido escribir el capítulo siguiente. Pero si lo que pasa es un rebaño y él ve un ejército, no cabe duda de que de loco no tiene un pelo.
    ¿Existe Dulcinea?, preguntas también. Pues yo te diría -y perdona el tono categórico, no quisiera que te llegara así- que Dulcinea sí que existe, quien no existe, y por eso Cervantes no la ve, es Aldonza Lorenzo. Salgamos del Quijote; tú mismo, ¿Has visto alguna vez una Aldonza Lorenzo, "labradora de pelo en pecho, de potente vozarrón..." claro está que no, que no hay seres humanos así. Hay, sí, seres humanos que creen ser así, a quienes han convencido de que son así, pero tales cualidades no son compatibles con la humanidad. Antes de ser labradora, Aldonza fue niña, fue buena, se ilusionó con el amor, con la delicadeza; después se dejó convencer por alguien de que cabalgaba un pollino y que hacer burlas de Alonso Quesada era un modo de conseguir que la maltrataran menos, porque se hacía más igual a sus maltratadores. Solamente Cervantes la ve como es: porque cualquier mujer -y cualquier hombre, claro- merece respeto, sea quien sea, merece ser tratada como Cervantes la trata, aunque la miopía ciegue a tantos.
    Bueno, esto ha salido de suyo propio, porque lo que verdaderamente quería decirte es que el post sobre la maltratada chica está demasiado explícito, creo yo. He tardado cinco minutos en encontrarla y creo que no es eso lo que quieres, pero con los datos que das es demasiado fácil hacerlo. Si quieres comentarlo, me envías un correo.
    Saludos.

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  13. No seré yo quien cargue contra El Quijote, que tengo como uno de mis libros esenciales. Creo sin embargo que una cosa es El Quijote y otra Don Quijote. ¿Quién quisiera tener a un persoonaje así entre sus próximos? Iluminado, fundamentalista, intolerante, violento. En posesión de la verdad y dispuesto a imponérsela a todos. Menos mal que en El Quijote está también Sancho, que nos comprende y nos protege. De paso, creo que fue Nabokov quien en sus notas sobre El Quijote expresa la extremada violencia física y psíquica -hasta la crueldad- que aparece por doquier en el libro, sobre todo en su segunda parte. Cuando niño disfruté mucho con este aspecto; no estoy seguro de que no me marcara.

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  14. Todavia esta ativo el blog? Bien, me pareció encantador,recién ahora estoy tomando el gusto por Don Quijote,obligada por las clases de literatura y la verdad que lo estoy disfrutando muchisimo y leyendo muchismo sobre el libro porque tengo que contestar algunas preguntas que las tengo mas o menos entendidas, pero me gustaria saber que dicen ustedes que ya vienen de mas tiempo leyendolo y tienen (me parece) la misma visión que voy adquriendo de a poco.
    Son 3 preguntas relacionadas con el cap. VIII hasta la mitad, donde cuenta la aventura con los molinos de viento.
    1ª- Cuantas visiones de la realidad aparecen? cuales?
    2ª- Porque Don Quijote quere atacar a los gigantes?
    3ª- Como evaluan Sancho y D.Quijote el fnal de la aventura?
    Bueno, saludos y felicitaciones

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