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martes, 13 de noviembre de 2007

Le bateau ivre


Hace años tuve una alumna de cuarto de Eso que no he podido olvidar. Este post intenta poner orden en mis recuerdos sobre aquella estudiante cuya presencia condicionaba mis clases. Me refiero a que cuando hablaba de literatura, sus ojos, extraordinariamente expresivos, me miraban como si siguiera entusiasmada lo que yo estaba diciendo. Lo comenté con el profesor de filosofía y él tenía una sensación parecida. Blanca era especial en todo lo que hacía, pero sus ojos negros, despiertos y vivos eran mi punto de referencia cuando explicaba a Lorca o a Machado. El resto de la clase asistía más o menos atento a la explicación, pero nadie daba la sensación de estar demasiado interesado en lo que yo decía. Sólo Blanca. A veces tenía la impresión que daba la clase sólo para ella. Me preparaba textos que sabía que le podían interesar. Sin embargo, sus notas eran decepcionantes y sus exámenes, insatisfactorios. Pero todos sabíamos que nos enfrentábamos a alguien muy especial que leía a José Saramago, a Kafka, a Cortázar, a Günter Grass, a Beckett, a Platón

Recuerdo que era el año 2001. Aquel curso los alumnos leyeron 2001, una odisea en el espacio y les pasé, cuando acabaron la novela, la película de Kubrick que les gustó a pesar del paso del tiempo. Era un cuarto de la Eso extraordinario. A continuación del trabajo sobre la obra de Clarke, les propuse un día ir al Zoológico de Barcelona a hacer un ejercicio de observación de primates, teniendo en cuenta que la novela se basaba en la evolución de los prosimios hasta el ser humano. Primero asistimos a un taller sobre los chimpancés, y luego los alumnos, los veinticinco alumnos, se pasaron cinco horas observando a los distintos ejemplares que había en el habitáculo del zoo. De ser una masa informe de monos, pasaron a tener nombre y características propias. Cinco horas después, los alumnos habían realizado un ejercicio magnífico de observación y sabían reconocerlos y habían asimilado sus comportamientos y personalidades. Es uno de los ejercicios más sorprendentes que he realizado jamás.

Blanca asistió fascinada al ejercicio de observación y en los días posteriores me trajo varios libros que había conseguido sobre los primates. Su campo de especialización fueron los gorilas. Conseguimos, asimismo, que un primatólogo de cierto renombre viniera al centro a continuar la tarea de información tomando como centro a los bonobos, esos monos que se dedican a hacer el amor para resolver sus conflictos.

Dado el interés de los alumnos y en especial el de Blanca, organicé una segunda salida al zoo para profundizar en la tarea de observación de los chimpancés. Esta vez se trataba de realizar un etograma sobre sus relaciones internas. Estaba yo pletórico, pero la mañana en que teníamos que ir al zoo, Blanca faltó a clase sin ninguna explicación. Llamé por teléfono. Su padre dijo que se había levantado y que decía que no se encontraba bien. No me creí la explicación, pero continuamos la salida que tuvo unos resultados interesantísimos.

Aquel año Blanca promocionó la ESO, tras una larga deliberación de los profesores. Varios hablaban de su bajo rendimiento, de que no leía los libros, de que no cumplía con los mínimos de varias asignaturas. Pero todos nos veíamos un poco inclinados a favorecerla, dados sus intereses y su supuesta madurez.

Cuento esto porque Blanca era una alumna muy singular. Sin embargo, cuando cursó Primero de bachillerato, su falta de nivel de mostró claramente y sus ausencias eran cada vez más frecuentes. Hasta que un día vino un día a hablar conmigo y me transmitió un sentimiento desolador de la existencia. Sólo tenía ganas de llorar, no le encontraba sentido a nada y pensaba que todo era una gran farsa. Intenté animarla. Recuerdo que le dije que si yo tuviera sus años los aprovecharía al límite, que podía hacer muchas cosas además de sacarse los estudios. Dejó de venir a clase. Aquel año se había presentado a Delegada de instituto y fue elegida representante de los estudiantes a nivel de todo el centro.

Dejó todo en el aire. Recuerdo su mirada profunda y su tristeza abrumadora. Blanca no terminaba nada a pesar del entusiasmo que pusiera en ello. Supimos poco después que había intentado suicidarse, y que le habían diagnosticado TLP o lo que es lo mismo Trastorno Límite de la Personalidad. Cuando, investigando supe en lo que consiste este síndrome, entendí su comportamiento errático, su confusión, sus entusiasmos y sus depresiones, ese todo o nada en que se movía su vida, su profundidad, su falta de estímulos para acabar lo que empezaba y su instinto de abismo… Quizás no acababa nunca aquellos libros que nos sorprendían. Abandonó el instituto y se puso en manos de los psiquiatras -que odiaba-, que por cierto, tienen muy escaso interés en este tipo de enfermos porque no suelen seguir los tratamientos y caen fácilmente en la drogadicción, el alcoholismo, y son muy frecuentes los intentos (a veces consumados) de suicidio.

Recuerdo la última clase a que ella no vino. Estábamos estudiando en Literatura Española el Simbolismo y les había preparado fotocopias de Le bateau ivre de Arthur Rimbaud. Creo que no repartí la fotocopia ¿Quién iba a entender el poema si no estaba ella?

17 comentarios :

  1. He ojeado la web que enlazas y se me ha quedado un mal cuerpo... ¿cómo no verse impotente en una situación parecida a la que describes? Imagino el vacío en el profesor y en el grupo, porque, al margen de los inmaduros de siempre, el resto de compañeros también percibe esa zozobra. Reflexionamos muchas veces acerca de la imagen que les queda a los alumnos de sus profesores, pero personas sensibles como tú permanecen demasiado llenas de sus alumnos, lo que dará a tu espíritu satisfacciones y penas a partes iguales.

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  2. Lo del suicidido sólo te impresinó a ti que eres humano, muchos de tus compañeros dirían bueno pues allá ella. Estamos perdiendo en norte, estamos dejando de ser humanos; pero algunos solo algunos.
    Tú sigue así transmitiendo a tu alumnado esa humanidad trnasparente, necesitan referentes de ese tipo.
    Ayer espereando en el ambulatorio, de repente se acercó un hombre llorando tensionado gritando "se me esta muriendo mi madre", vaias personas que estabamos cerca intentamos tranquilizarle y creo que lo conseguimos.
    Sabes que dijo la de la ventanilla a un compañero cuando este le preguntó ¿qué le pasa?. Pues: "pues nada que se le está muriendo su madre".
    Como que NADA.
    En fin compañero allá ellos pero tú no pierdes la humanidad.

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  3. "O yo, barco perdido bajo los cabellos de las algas,
    Arrojado por el huracán contra el éter sin pájaros,
    Yo, a quien los Monitores y los veleros del Hansa
    No hubieran salvado la carcasa borracha de agua".

    ¿Acaso no le hubieran diagnosticado a Rimbaud un TLP?

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  4. una vez me recitaron una palabras que más o menos decía así.

    hay noches de tristeza
    en las que pienso en puentes,
    camino por ellos,
    miro haia abajo.

    he visto muchos puentes,
    unos más altos que otros,
    pero sobretodo me gustan los altos.
    he visto muchos puentes
    pero ninguno me ha servido de nada.

    mañana uno me servirá
    y el mundo me dejará en paz

    no sé si tenía diagnosticado TLP, a lo mejor lo podía tener. Solo sé que mucha gente le decepcionó y la verdad que nos lo merecimos y el tuvo el valor de hacerlo

    A mucha gente que conozco un psiquiatra le diagnoticaría el TLP y dicen que son pródigos al alcoholismo o la drogadicción cuando ellos mismo te drogan de arriba a abajo.

    entiendo a Blanca, y solo pasa que aún no ha encontrado nada que realmente le haya llamado la atención, simplemente espero que lo encuentre y que algún día sepa que hay otras posibilidades. Todos necesitamos un guía a veces.

    Por cierto joselu, gracias por el apoyo, estoy mejor de lo que pensaba

    un abrazo

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  5. Qué bello, Joselu, qué preciosidad, me emocionaste (otra vez).

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  6. Me impresionan los comentarios y el diálogo tan enriquecedor, fruto quizá de la sinceridad conque Joselu hace sus entradas.
    Cuando hablamos de este vacío vital de muchas personas, esa honda sima de la agonía de vivir sin norte, objetivos, alicientes ... poner un nombre, dar un diagnóstico ¿es para tranquilizarnos, remitiéndonos hacia algo conocido?
    El tema del suicidio me recuerda un comentario de Javier Reverte : decía que los soldados más peligrosos eran los jóvenes porque eran los que ejercían la mayor violencia, no habían experimentado tantas cosas de la vida.
    Probablemente este hecho es también válido para la violencia autoinflingida, no han aprendido aún a mirarse con cierta indulgencia, a perdonarse por ser como son.
    Saludos

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  7. Me abriste una puerta, al cabo de un tiempo la cerré.

    He decidido volver a abrirla.

    Me gustaría formar parte de este ámbito de tu vida que es la blogosfera.

    Un saludo =)

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  8. Lo siento. El nudo es la garganta no me deja hablar. Tu entrada habla por sí misma.

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  9. Cuanto hubiera dado por tener un profesor como tu.Llevo tiempo siguiendo tus magníficos post,y veo que mencionas a muchos autores de ciencia ficción.Es una lástima que hoy éste genero en desuso y mal entendido esté olvidado.Es como haber desechado de un manotazo a Bradbury,Heinlein,Fredric Brown,Leiber,J.G.Ballard,Asimov,P.K.Dick,y tantos otros.Es curioso,pero todas esas obras están cargadas de futuro.
    Un abrazo.

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  10. Pues si te apetece,me gustaría que leyeras un post que escribí hace tiempo titulado Breve historia del detective.Tengo un buscador en mi blog.Siento darte trabajo,pero te considero una persona extraordinaria.
    Un abrazo.

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  11. Muy bueno Joselu. Una personalidad al límite como pudo ser Virginia Wolf. Gente especial, porque siente de manera especial. Lástima que la sensibilidad de estas personas sea tan vulnerable.

    Sin embargo, estoy segura que tu alumna disfrutaba en tus clases. Te abrió su corazón porque sabía que la aceptabas tal como era.

    Un saludo.

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  12. No sé si esto es lo mismo que llamamos "desorden bipolar" por estos lares, pero se le parece. Se sabe que estas personas son muy creativas, a pesar de los problemas de personalidad que padecen.

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  13. Es un caso terrible, y como siempre lo has narrado con una delicadeza exquisita. Desgraciadamente son muchos los estudiantes que pasan por situaciones parecidas. Todos hemos tenido alumnos que daban muestras de tener algún desorden psicológico importante, quizás no tan grave como el de Blanca. Y no estamos preparados para ayudarles. Sólo podemos escucharles e intentar estar ahí cuando lo necesiten, como tú hiciste con Blanca. Pero en muchos casos eso no es suficiente, porque necesitan otro tipo de ayuda.

    Cada día me sorprende más tu blog, Joselu. Como dice Francisco en su comentario, eres una persona extraordinaria. Tus alumnos tienen que adorarte.

    Un abrazo

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  14. Qué triste Joselu y qué desperdicio, seguramente hubiera tenido una existencia brillante de no ser por su trastorno.

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  15. pocos en la ESO piensan en dinosaurios amarillos...
    Excelente labor.
    Viva Rimbaud

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  16. llegue aquí por error buscando el poema de Rimbaud.
    No se que decir, aguanté las lagrimas porque estoy en una biblioteca pública, yo tengo TLP y cuando niño me diagnosticaron como maniaco depresivo o depresion endogena, pase un poco mas de un mes en un psiquiatrico, hubiera pasado mas pero mis padres no podian seguir pagando y no me querian arriesgar a la salud publica... Se lo que se vive ahí, el peor momento es cuando te sientes comodo a pesar de las operaciones y seciones diarias, te limitas a creer en el mundo que te presentan y te tranquilisas pensando que moriras ah{i mismo y tranquilo.
    Me llega al corazon lo quedices, en ese momento yo solo pude sentirme feliz leyendo, leyendo lo Que me habia recomendado mi profesor de literatura, leí a Calvino, a Salinger, a Chejov y a Borges. Hoy estudio Literatura en la universidad y le sigo agradecido a ese profesor cuyo nombre aun recuerdo "Tus alumnos nunca dejan de ser tus alumnos" es la unica muestra de autoritarismo que se permitia.
    Gracias por no dejarme olvidar

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  17. Gerardo, gracias por tus palabras a un post publicado ya hace tiempo, casi una eternidad. Lo he leído de nuevo al hilo de tus palabras y se me ha reabierto aquella historia de Blanca de la cual desconozco cómo ha sido su vida. Me alegro de que estés estudiando literatura. Sin duda es el recurso más creativo que existe junto al arte en general para enfrentarse a la depresión en cualquiera de sus variantes. Sé también de lo que hablo. Estoy seguro que sabréis salir adelante a pesar de un trastorno tan endiabladamente complicado y terrible. Un fuerte abrazo y de nuevo gracias.

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