Dedicado este post a Conchi cuyas palabras me dan calor y me llenan de confianza.
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miércoles, 23 de diciembre de 2009
Feliz Navidad
Dedicado este post a Conchi cuyas palabras me dan calor y me llenan de confianza.
sábado, 19 de diciembre de 2009
Género negro
Soy aficionado a la novela criminal. En el último año es el género que he leído con más fruición. Devoro los libros de novela negra encandilándome con sus intrigas y las idiosincrasias de los detectives e investigadores que las protagonizan. Éste es uno de los aspectos más interesantes de la novela criminal, la personalidad y sentido de la vida del investigador. Las novelas criminales han creado personajes singulares ya desde el archifamoso Sherlock Holmes de A. Conan Doyle, a Miss Marple o Hercules Poirot de Agatha Christie, el comisario Maigret de Georges Simenon, Philip Marlowe de Raymond Chandler, Sam Spade de Dashiell Hammet, Lew Archer de Ross McDonald, Ellery Queen y el inspector Queen... Recuerdo que leí entregado en los años ochenta del siglo pasado todo lo importante escrito en el género de la novela negra americana. En mis clases de segundo de BUP se leía fundamentalmente novela negra y los alumnos hacían trabajos sobre los relatos leídos. Tenían que leer al menos tres y plantear un trabajo. Había una colección de bolsillo espléndida de Bruguera dedicada al género. Creo que leí todo lo publicado en ella. Incluso viajé a los Estados Unidos en 1981 y 1983 llevando en mi equipaje varias novelas de este género. Tuve ocasión de visitar Nueva York acompañado de los libros de Chester Himes (Por amor a Imabelle, Un ciego con una pistola, Corre, hombre, corre…). Uno de ellos, protagonizado por Ataúd Johnson y Sepulturero Jones, comenzaba con una cita que decía literalmente: En Harlem si guiñas un ojo, te asaltan; si guiñas en otro, te matan. Y, claro, fui al Harlem caminando más arriba de Central Park y llegando hasta la calle 138, el corazón del barrio. No tuve sensación de miedo, pero he de decir que fue una de las visitas más impactantes que he hecho nunca a una ciudad. Nueva York parecía salida de una película de cine negro. No fui en cambio al Bronx lo que hubiera completado mi recorrido criminal. Recuerdo en Harlem una casa de venta de ataúdes expuestos en la acera. Incluso uno tenía la posibilidad de probarlos. Era el negocio más floreciente en la calle 125.
Y como propuesta de participación os sugiero que me comentéis si sois aficionados al género, y si es así, ¿qué autores son de vuestra predilección e incluso qué novelas son vuestras preferidas?
miércoles, 16 de diciembre de 2009
La generación de 1927
Asumiendo la propuesta de Toni Solano de Repaso de Lengua queremos hacer una evocación del acto que dio lugar a la constitución (en la práctica) de la llamada "generación de 1927", hoy hace ochenta y dos años. Un homenaje al poeta Luis de Góngora en el Ateneo de Sevilla reunió a un conjunto de poetas, pintores y artistas que habían trabajado en la reivindicación del poeta cordobés, llamado por un lado "príncipe de la luz" y por otro "príncipe de las tinieblas". Juan Ramón Jiménez se desentendió del homenaje marcando ya así el distanciamiento con aquellos jóvenes poetas que ya buscaban su propio recorrido. Podría haber traído algún poema gongorino como los pertenecientes a Cal y canto de Rafael Alberti, pero he preferido escoger uno al que mi hija pequeña y yo tenemos especial aprecio, de modo que este post es creación de ambos. Por las noches hacemos nuestro pequeño acto de recordar -leyéndolos- a esos poetas que constituyen lo mejor de nuestra tradición. Os dejo también la voz de Lucía recitando el poema que más le gusta.
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean en las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraísos ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
lunes, 14 de diciembre de 2009
Iluminación
jueves, 10 de diciembre de 2009
Bodhisattva en el metro
martes, 8 de diciembre de 2009
Humildad
Esta noche pasada ha muerto una amiga muy querida, Julia. Me he enterado de su muerte a mediodía. Ella era una desconocedora totalmente del mundo digital, pero hace un par de meses le enseñé a utilizar el correo electrónico e incluso le ayudé a crear un blog titulado Diario de una abstemia obligada que figura en mi blogroll. Han sido más de veinte años de amistad con etapas de mayor cercanía o cierta distancia, pero Julia me ha enseñado algunas cosas. Era una de esas personas con las que merecía la pena mantener una conversación, inundada casi siempre de alcohol. Este era el mayor de sus problemas. Estaba muy débil físicamente. Cirrosis hepática. Últimamente lo había dejado y asistía a las reuniones de Alcohólicos Anónimos. Me lo contaba en sus email. También iba a la piscina. Tenía un brazo, el derecho, imposibilitado por un accidente. Fue una de las personas más trágicas y a la vez con más sentido del humor que he conocido. Por un tiempo, cuando ella se quedó sin trabajo, compartimos piso, pero su desorden, su incapacidad absoluta de seguir ninguna norma hacía difícil la organización de la casa. Y es que Julia es el personaje más anarquista que he conocido jamás. Era absolutamente imprevisible, todo corazón y puro sentimiento. Desde su trabajo en la administración hasta que tuvo que enlazar bajas por depresión, favorecía –por encima de las normas legales- a multitud de marginados y desdichados que carecían de empleo. Parecía un ser de otra galaxia y resultaba absolutamente original. Le encantaban los outsiders, los que estaban fuera de juego, y llegaba inevitablemente tarde a cualquier cita un par de horas o tres. A mí, que soy tan rigurosamente puntual, me desesperaba, pero seguro que ella estaba viviendo intensamente alguna otra conversación con un buen vaso de whisky de por medio. La admiraba por su desprecio de la vida. Le gustó vivir en el límite del abismo. Me desesperaba porque sabía que tarde o temprano acabaría mal, pero no había consejo sensato que ella fuera capaz de seguir.
Hasta siempre, guapa. Has sido el cronopio más cronopio que he conocido jamás.
jueves, 3 de diciembre de 2009
Agua con azúcar
Me quedé solo en aquel barrio que nunca me pareció más vacío.
martes, 1 de diciembre de 2009
La desaparición del yo
domingo, 22 de noviembre de 2009
La necesidad del narrador
Sin embargo, a veces el bloguero más veterano se siente atenazado y lleno de aprensión ante la hoja en blanco. No sabe si tiene algo más que decir. Profesor en la secundaria lleva cuatro años publicándose y ha colgado más de trescientos posts sobre los temas más variados. Muchos sobre educación, sobre la experiencia como profesor y las relaciones con los alumnos, otros sobre inquisiciones sobre los temas más variados que no tenían nada que ver con la enseñanza (arte, literatura, África, reflexiones sobre la crisis, poesía, teatro, cuentos de estilo zen, compromiso político, misticismo, dudas existenciales, viajes, experiencias telúricas y psicodélicas… Podríamos decir que el blog ha trazado un itinerario vital, ha sido un compendio de mi forma de sentir el mundo y la vida, llena de grandes zonas de sombra .
El otro día hablaba en este blog de la presentación del libro de Dimas Mas, Marcela y el narrador errante. El acto fue un éxito de público y en los ponentes estaba el propio autor y el brillante novelista Emilio Pascual (autor de Días de reyes magos). Me quedo con la figura del narrador. Tener al narrador de una historia, de una novela o de un blog es tener el cincuenta o más del trabajo hecho. Lo fundamental en un historia es el narrador. Pero ¿qué se puede esperar de un narrador avellanado, escéptico, lleno de dudas, enemigo de controversias, tímido y corroído por intuiciones y estados oscuros? A veces espero que un leve halo poético encubra mis dudosas inquisiciones. Quizás la poesía es el lenguaje en algún sentido más universal. Pero no sé si lo logro. Todo queda demasiado en el aire y en la más banal y extraña aventura.
Pero todos los que nos movemos en la oscuridad, ansiamos la luz y el placer del encuentro imprevisto. Por ese narrador extravagante que a veces se hace carne o luz o penetra en intuiciones merecedoras de algún detenimiento.
Vale.
domingo, 15 de noviembre de 2009
Marcela y el narrador errante
Conocí a Dimas Mas (Tetuán, 1953) durante las oposiciones al cuerpo de agregados de Lengua y Literatura españolas de 1982. Ambos leímos ante el tribunal nuestro examen y yo tuve ocasión de escucharle pues él lo hizo antes que yo. Me deslumbró su estilo brillante y sugerente al exponer el tema, en principio académico, de Los orígenes de la lírica castellana. Su exposición me cautivó, y apenas me di cuenta de que a continuación iba yo a exponer el tema que había escogido que no era otro que el de la Ilustración en España, tema que me llevó a ganar en aquella ocasión las oposiciones, mientras resonaban los goles del campeonato mundial de fútbol que se estaba celebrando en España.