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lunes, 7 de noviembre de 2022

El niño lobo de Montjuïc

El "Niño lobo de Montjuïc" era totalmente desconocido para mí hasta que en una caminata de primavera en abril de 2022, vi una placa que lo recordaba junto al castillo. Había muerto hacía un año. Se llamaba Antonio Montserrat y vivió media vida en una chabola en una ladera de muy difícil acceso en la montaña de Montjuïc. Murió a los cincuenta y cuatro años. Había nacido en las barracas de Can Valero en 1966. A los nueve años vio como mataban a su padre que había sido atracador y delincuente. El caso es que tras sucesivos avatares, Antonio volvió a la montaña que le había visto nacer y construyó una barraquita con unas impresionantes vistas al puerto y al mar que veía cada mañana cuando se levantaba. Los que lo conocieron dijeron de él que era un hombre libre y salvaje, sin ataduras con el sistema. Vivió como un eremita con sus más de quince gatos a los que cuidaba entre peñas y peñascos… Triscaba entre las rocas como una cabra, sumamente ágil. En su choza, sin luz ni agua, tenía como los ermitaños todo lo que necesitaba para su vida: sus cuatro cosas y sus gatitos. Tenía un lecho mullido y ¿para qué más? 

 

En los últimos tiempos de su vida, un youtuber, Eliseo López Benito, lo conoció y lo dio a conocer al mundo en su canal. Desde entonces su historia y su personaje se hicieron populares entre miles de personas de todo el mundo. 

 

Yo no lo conocí, pero he visto diversos vídeos sobre él en que aparece. No era un hombre cultivado ni sofisticado. Era un hombre sencillo que no conocía a Boticcelli ni a James Joyce, pero vivió su vida totalmente a fondo con su pequeño o gran saber, inmensamente comprometido con la vida y sus gatos. Los que lo conocieron hablaban de su humanidad, su generosidad, y de su don de gentes. Vivía sencillamente con los saberes elementales. No era un Basho viviendo en su choza componiendo haikus y tankas memorables. Pero de lo que no cabe duda, por lo que he sabido, es que su unión con la naturaleza agreste de la montaña era absoluta, igual que su dicha de vivir. Cada día era un gozo compartido con sus gatos y la vista inmensa del mar. Era sencillo, no tenía una carrera universitaria y su mundo procedía de la calle, de las barracas de Can Valero. 


 

Vivió en libertad, sin hacer declaraciones a Hacienda, sin dar cuenta de sus actos a autoridades de las que recelaba. Tenía su lecho y poco más. Maldecía del gobierno y “esos hijos de puta”. Recibía una pensión de cuatrocientos euros cuyo importe el día que lo cobraba era para comida de sus gatos y para repartir entre los más necesitados. Raramente le duraba más de un día. 

 

En el último vídeo en la primavera de 2021, se lo ve exhausto y acabado, enfermo ya. La fundación Arrels le ha conseguido un piso por su precariedad en la Zona Franca de Barcelona. A él no le gusta pero puede tener una cama y ducharse todos los días. Sube, no obstante, cada mañana a la montaña de Montjuïc a llevar comida a sus gatos a los que no quiere encerrados en un piso. Cada día es una tortura subir de nuevo adonde tenía su covacha porque se asfixia pero piensa en sus gatitos. Ahora que tengo gatos puedo entenderlo perfectamente lo que se llega a querer a estos animalitos. 

 

Antonio murió pocos días después. Su final lo contó en su canal Eliseo. La montaña de Montjuïc frente al puerto y el mar lo echan a faltar. 

 

La reflexión final se debe a que investigar esta historia me llevó a pensar que tal vez Antonio era un hombre que encarnara alguna especie de misticismo, aunque fuera sui generis, creer que en su vida había alguna intuición cósmica que lo conectara con el budismo, el vedanta o el taoísmo, pero pienso que el eremita que fue Antonio vivió en libertad condicional, tras una infancia terrible, su vida como algo único y carente de referencias. Era un maestro de vida que preferió renunciar a todo. En su choza, tenía un libro que no sé si habría leído. Se trataba de la novela Sota la pols de Jordi Coca. No había nada más. No fue un hombre leído ni intelectual de ninguna manera. Fue un hombre esencialmente del pueblo que sintió el ansia de libertad interior desligado de las ataduras de la sociedad y así vivió media vida en la ladera de la montaña, acompañado de sus gatos y el mar. Eliseo, su último biógrafo, dice que era un "guerrero" especialmente valiente, él que se encontraba tan a disgusto con la sociedad, prefirió vivir solo en unas circunstancias arriesgadas en la ladera de Montjuïc. 


Creo que fue un hombre que vivió con modestia pero pensó con grandeza. 

33 comentarios :

  1. Quizás no pensó, simplemente se dejó ir, se borró de una sociedad que no entendía ni le interesaba.

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    1. Pienso que un hombre que "decide" vivir al margen de la sociedad, sin agua, sin luz, sin móvil siquiera, viviendo con lo mínimo, en una choza precaria, en contacto íntimo con la naturaleza, sintiéndose que no encaja, tiene que haber dado muchas vueltas a las cosas... Nada de esto es cómodo ni sencillo.

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  2. Es una cierta forma de sabiduría vivir de esa manera ante el desastre que es la existencia. Su actuación ante el mundo lo lleva más lejos que a otros muchos congéneres que pasan su vida sin enterarse de nada. Siempre me han llamado la atención estos personajes por su entereza y su determinación: ningún confort pero la máxima libertad posible, sin servidumbres ni obediencias. He conocido a algunas personas así pero no con una actitud tan extrema. Como bien defines era un eremita y eso lleva a ciertos paralelismos con el budismo o el taoísmo.

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    1. Puede que en él no hubiera un soporte escrito de lo que fue su vida, que la viviera sin referencias de ningún tipo, no excluye que tuviera mucho que ver con corrientes y pensamientos profundos. El vivir sin nada, sin ataduras, es un caso de libertad extrema porque todos nos atamos a mil y a una cosas y nos convertimos en sujetos demoscópicos fácilmente encasillables sociológicamente. La actitud de Antonio Montserrat fue deliberadamente consciente e intelectualmente radical, aunque él no fuera lector. Pero las corrientes de pensamiento son universales y traspasan la humanidad, su caso guarda concomitancia con otros muchos de esta y otras latitudes.

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  3. Era de Can Valero Grande, no confundir con el Can Valero Petit.
    Lo había visto dándole a la bicicleta estática que tenía y con la que hacía mover, mediante una cadena, una rueda de lavadora para lavarse la ropa.
    Se conocía aquello como la palma de la mano y sabía por donde entrar y salir por los antiguos túneles que minan el interior de la montaña.
    En cierta ocasión lo vi salir por un agujero que yo ya conocía, del Camino antiguo de Valencia, cerca de la calle Margarit. Aquella entrada daba a la estación de la Plaza España y aunque hoy esté tapiada, quedan señales.
    No le gustaba la gente y si hablaba con alguno ese alguno debía de ser o conocer aquello, sino no daba confianza.
    Creo que era una persona traumatizada y su soledad era su aliada.
    Salut

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    1. Creo que a su padre lo mataron cuando él tenía nueve años y eso lo marcó profundamente. Pero por la diferencia de edad entre tú y él, no veo cómo pudisteis coincidir. Él nació en 1966, murió a los 54 años. Creo que sobre los dieciséis años, tú y tu madre os fuisteis a vivir a un piso del Raval. Y si no recuerdo mal, empezaste a trabajar. No os puedo ver juntos cronológicamente en Montjuïc.

      Por lo demás, en los vídeos veo a una persona herida y solitaria. Tuvo que tener una historia muy complicada para que sintiera que no encajaba en la sociedad. Salut.

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    2. No, no coincidimos, yo logré verlo en una ocasión hace mucho tiempo, cuando paseaba por Montjuïc. No es que supiera por donde se movía, pero solía habitar sobre lo que es el Faro, por aquel sector.
      Fue casual, ya te digo
      Salut

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  4. Creo que simplemente no se adaptó a esta sociedad tan material, donde tanto tienes tanto vales, se limitó a darle la espalda y a vivir a su aire.
    Sin teorías, ni misticismos, ni filosofías. Simplemente vivir al día sin más obligaciones que las contraídas con sus gatos, todo lo demás seguro que le resbalaba.
    Es una posibilidad.
    Saludos.

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    1. Ciertamente es una posibilidad, no he visto en su forma de expresarse -la suya y la de sus hermanos- nada que hiciera referencia a ningún misticismo ni a ninguna filosofía. Tuvo que ser, no obstante, una persona herida por la vida, que encontró en la soledad su aliado, como dice Miquel. Saludos.

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  5. Místico, eremita, huraño... Algo o todo eso podría ser. No obstante me alejo de sublimar cualquiera de esos estados. Tal vez las circunstancias obligan a un individuo a ser algo de eso, forzadamente, y nos parece que son libres. ¿Lo sin realmente? No estoy seguro y la vida tiene muchos riesgos, para los que tienen posibles y para los que carecen muchos más.

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    1. De hecho murió muy joven, a los cincuenta y cuatro años. No sé cuál fue la causa de la muerte, pero él sintió que le fallaban las fuerzas y aceptó vivir en un piso cerca de la montaña en la Zona Franca. Sin duda, él intuyó que iba a morir, como lo intuía cuando alguno de sus gatitos lo iba a hacer. No tuvo que tener una vida fácil. La vida tiene riesgos, como dices, para los que tienen posibles, como para los que carecen de ellos -muchos más-. No obstante, se convirtió en un personaje por obra y gracia de Eliseo López Benito, que lo hizo protagonista de una serie de vídeos que se pueden ver en youtube. Si no, tal vez no habría habido ningún recuerdo de él. Su particular aventura habría quedado totalmente en el olvido y solo sus hermanos habrían sabido de ella, ellos y los jardineros de Montjuïc con los que se trataba.

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  6. Vivió como él lo decidió, con lo justo y necesario. Fue libre. Decidió volcarse en la naturaleza y vivir con y para ella. Pocas personas en esta vida pueden tener el valor de dejar atrás lo superfluo e innecesario. Dicen que hay que estar un poco loco para vivir así, tal vez.
    Abrazos Joselu

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    1. Estoy leyendo un libro que habla de poetas y pensadores japoneses que decidieron prescindir de todo y vivir como mendigos en una choza en el pasado. En la India no es extraño que yoguis vivan solamente con los harapos que llevan puestos practicando meditación. En el caso de Antonio, no hay una motivación mística o espiritual -que yo haya podido percibir-, tuvo que ser algo personal, algo vital, una profunda herida por su falta de encaje en la sociedad o una honda desesperación lo que no impide que él, en esa vida que el eligió no encontrara gozo viviendo bajo el cielo y frente al mar con sus gatos. Es tan compleja el alma humana... Un fuerte abrazo, Tatiana.

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  7. Si se de gente, que lo conoció, pero de la que también he perdido referencias, por eso se lo de su soledad y la poca aceptación que tenía respecto a los otros humanos.

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    1. Sin embargo, tuvo amigos y buena relaciones con los trabajadores del servicio de parques y jardines de Montjuïc. La fundación Arrels quería ayudarle y facilitarle un piso, pero él prefería vivir a su manera. Solo cuando se sintió muy mal, aceptó el ofrecimiento, pero duró poco en su piso lejos de sus gatos a los que iba a ver cada día. Salut, Miquel.

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  8. Una vivienda y 400 euros, por no hacer nada,no le salió mal el asunto. Hasta los monjes budistas, caminan para que les den de comer. No me digas las pobres monjitas que están todo el día (ahora mismo),en los obradores haciendo dulces de Navidad, para ganarse el pan de cada día(castigo a Adán y Eva, para la eternidad).Incluso una placa, tendré que verla, un día de estos, que me de por subir al Castillo en bici. La última vez, por bajar al foso, me caí y me rompí las rodilleras del chandal,vaya bronca que me echó la mujer.

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    1. Creo que él vivió en el piso en el último mes y medio cuando se encontraba ya muy enfermo. Y, en cuanto a la subsidio de cuatrocientos euros, pienso que le vino por la fundación Arrels cuando su historia se difundió por los vídeos de Youtube, lo que quiere decir que en la inmensa mayor parte de su historia careció de estas ayudas. No obstante, parece cierto que los monjes budistas salen del monasterio muy temprano con su escudilla para recabar alimento, un poco de arroz.

      A mí me recuerda la vida de los antiguos eremitas pero sin una motivación religiosa o espiritual por lo que sé, habiendo visto varios vídeos suyos de los últimos tiempos.

      Ten cuidado con la bicicleta. Es una placa muy pequeña que me llamó la atención. Si preguntas a los de parques y jardines, seguro que sabrán algo.

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  9. La sabiduría para mi es el conocimiento aplicado. Hay personas que han captado y experimentado tanto la información que les llegó, que sin titulo alguno son muy sabios en ciertas materias.

    El último vídeo que habla de esa vida "salvaje" de Antonio, plantea lo difícil que parece ser feliz sin las comodidades del siglo XXI. Personalmente creo que la comodidad está sobrevalorada y si conlleva renunciar a ser tú mismo, es como para pensárselo.
    Sobre ese sexto sentido y la no interferencia en la vida de esa gatita, es otra cosa que nos cuesta comprender pero pienso que la grandeza de la vida está en observar y permitir, no en intervenir para cambiar las cosas para que queden a nuestro gusto, difícil por el condicionamiento mental que arrastramos, pero coincido con él en que es lo más sensato.
    Sobre los extraterrestres, somos tan egocéntricos que tendemos a pensar que no puede haber más vida que la que vemos normalmente, yo estoy abierta a la posibilidad de que haya más razas en el universo similares a la nuestra y que seguramente no tienen la necesidad de contactar con la barbarie que hemos creado en nuestro planeta.

    Sin duda en su modestia pensaba con grandeza pues tenía pensamiento propio. Lo que sabía lo había comprobado por si mismo, sin el condicionamiento de una sociedad que te arropa pero a la que has de pagar peaje.

    Un abrazo Joselu

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    1. Sin duda, Antonio en su vida tuvo muchísimo tiempo para pensar en sí mismo y en lo que lo rodeaba. Su vida ha sido esencialmente ociosa y yo diría que "contemplativa". Pasarse la vida mirando el mar, el cielo, el puerto, su propia mente, y a sus gatitos, tiene que dar lugar a un pensamiento interior muy fecundo pero de difícil expresión. Hay monjes que se pasan su vida en el monasterio en estado de oración y trabajo en las labores monacales. Hay quien dice que pierden su vida o que son unos mantenidos pero pienso que una vida contemplativa es el más alto grado de la experiencia y de la dicha humana. El resto estamos demasiado ocupados en lo accesorio, en ganarnos la vida, en sobrevivir, en nuestras ocupaciones concretas. Antonio no cuidó su salud, vivió a su manera, arriesgando, en el límite, pero algo lo sostenía, aunque fueran sus gatitos y el rumor incesante de la ronda Litoral que pasa por delante del puerto de Barcelona. Para mí, este hombre es un misterio. No era un hombre ilustrado, todo lo que pensó fue a pelo... no sé si fue muy simple o muy complejo, pero lo cierto es que prescindió de todo lo accesorio y se quedó con lo fundamental: la experiencia del Ser. Abrazo, Ana.

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  10. Ciertamente, la singular existencia que llevaba este hombre nos sirve al resto para reflexionar sobre un modo de vivir que en nada se parece al nuestro, y tratamos de esclarecer el sentido de esa vida, para ver en que medida podemos comparar (incluso aplicar) algunos de sus aspectos a la nuestra.

    Y donde unos contemplan cierta concepción budista en su existir, los habrá que lo cataloguen como un pobre inadaptado, y la lista de pares opuestos puede ampliarse a otras cuestiones.

    Hasta que punto fue esa la vida que buscó con plena conciencia, o fue la vida quien lo arrinconó allí, a su barraca entre los riscos.

    ¿Libre? Él afirma que se desvive por sus gatos, a los que adora, y que siempre anda preocupado por proporcionarles sustento y bienestar, incluso dice que llega a pasar hambre para que coman ellos, pues los considera sus hijos, desde que uno adquiere responsabilidad para con otro ser, se hace responsable de su cuidado, no se puede hablar de libertad en amplio sentido, y la supuesta libertad solo es algo que creemos ver los demás en su sencilla vida.
    Eso sí, él prescinde de muchas “esclavitudes modernas” sin las que nosotros no sabemos vivir (ya todos las conocemos), en ese sentido ha ganado una buena parcela de libertad que no hemos logrado el resto.

    La vida ya le hizo pagar un atroz peaje a este hombre, y además se lo hizo pagar en el periodo más determinante de la vida; la infancia, con un padre delincuente, traficante y maltratador, de hecho acabó matando a la madre de los chicos, y los hijos (como he leído) se criaron sin amor, sin reyes, sin alegrías… crecieron entre palos y palizas, hasta que el padre encontró la horma de su zapato, fue asesinado.
    Supongo que creció resentido contra el mismo mundo… y que hubo de bregar toda la vida con sus propios demonios interiores.

    Tal vez esa forma serena de contemplar el mar al levantarse fuese “la medicina” que tomaba cada día para el alma sufrida que, no me cabe duda, portaba… ese mirar al mar como una medicina para mitigar una enfermedad crónica, la huella profunda y trágica de su atroz infancia.

    Ojalá estuviese en paz consigo mismo a la hora de morir, nadie puede saberlo.

    ¿Quién cambiaría su modo de vivir por el de este hombre?...

    Tal es mi mirada sobre Antonio Monserrat.

    Abrazo, Joselu.

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    1. He escrito un mail a su biógrafo de los últimos días que grabó varios vídeos de Antonio como protagonista pero no he recibido respuesta de momento. En los vídeos que he visto sobre él no he distinguido un hombre en paz consigo mismo, coincido contigo en que se percibe un hombre atormentado, herencia tal vez de su infancia atroz. Me hubiera gustado ver alguna suerte de sabiduría oriental en él, o una parte de estoicismo o alguna intuición mística para dar soporte a su vida, pero no lo he visto. Creo que eres clarividente cuando lo intuyes resentido contra el mundo, y que hubo de bregar con sus demonios interiores. Su elección de la soledad frente al mar no es fruto de una filosofía interior sino de unas heridas muy profundas no cicatrizadas. He querido penetrar en su misterio. Los diferentes comentarios han ayudado a ahondar en él, y en especial el tuyo. No hay serenidad en Antonio. El biógrafo que graba los vídeos que lo hicieron popular y receptor de miles de comentarios crearon un personaje ficticio y se percibe en el discurso de Eliseo una suerte de adulación que Antonio recibe no sé de qué manera porque estoy seguro de que él no se engañaba. Se quiso crear de su biografía una hagiografía que no se sostiene. Parece más que el youtuber pretende mantener una publicación que multiplica su audiencia antes que penetrar en el misterio de Antonio, porque pienso que en él hay misterio en medio del desgarro interior. Dices al final que quién cambiaría su modo de vivir por el de este hombre y ciertamente no es difícil contestar a esta pregunta porque la vida de Antonio fue muy dolorosa pero el dolor ahonda el alma, y su tristeza profunda en armonía con la naturaleza agreste de la ladera de la montaña tuvo que ser de alguna manera iluminadora. Si yo creyera en la reencarnación, algo que no descarto, pienso que la vida de Antonio fue de un profundo castigo que heredó de una existencia anterior. Murió relativamente joven, a los cincuenta y cuatro años, espero que su espíritu llegue a tener algo de paz, la que no tuvo en vida.

      Tu comentario justifica bien la naturaleza de este blog que no es un lugar para tomar un cafecito, sino un lugar para pensar colectivamente. Me han fascinado tus palabras. Abrazo, Paco.

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  11. Tenía mucho tiempo sin pasar por aquí. Me alegra haber vuelto a leerte. Interesante y llegadora historia, aunque con cuestionamientos que habría que plantearse, quizás sobre la soledad buscada no para crecer, sino para esconderse, tal vez. Un abrazo.

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    1. Hola, Argénida, qué alegría leerte de nuevo. He estado más de un año sin publicar y recientemente he vuelto. En el dilema que planteas hay mucho de verdad: soledad para crecer o soledad para esconderse. Pienso que Antonio era un superviviente, herido por la vida, y no un hombre con una formación que buscara darle un sentido para el crecimiento personal. Pero es muy difícil juzgar y menos a alguien a quien no se ha conocido. Sencillamente no lo sé. Me hubiera gustado encontrar en él una búsqueda de la iluminación, pero no intuyo que fuera así. La idea de superviviente es más adecuada. Un abrazo y gracias por hacerte presente.

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  12. No conocía para nada la historia de Antonio, ni a Eliseo, el Youtuber que nos lo descubre con un canal más que curioso. He estado mirando algunos vídeos. Muy interesante Joselu. Ya sabes que a mí estas vidas al amrgen me atraen sobremanera como alguna vez te he contado. Un abrazo.

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    1. He intentado ponerme en contacto con Eliseo pero no ha sido posible. No me ha contestado, ¡quién sabe por dónde le llevarán ahora esos derroteros como youtuber! Sí que sé de tu interés por estas personas que viven al margen, alejadas del turbión de la sociedad, solitariamente. Un abrazo.

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  13. Buenos días Joselu:no conocía esta historia, pero leyéndote saco una conclusión; que no tuvo estudios, pero si tuvo la universidad de la vida: con un padre con esas características y conociendo la ruindad del ser humano y seguramente a las humillaciones que tuvo que aguantas que mejor que retirarse a vivir su vida sin tener que agachar la cabeza por estar marcado por unas condiciones .Ayer me quedé molesta viendo las noticias, que la mayoría de jóvenes son xenófobos, racistas etc .Esto es volver a las fobias de antes...
    Un abrazo y me alegro muchísimo de poder leerte después de tanto tiempo.

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    1. Hola, Bertha, he estado un año sin publicar, aunque seguía las publicaciones de los blogs amigos, incluido el tuyo. Antonio -al que no conocí, como he dicho- decidió aislarse, mezcla de timidez y orgullo -se puede dar la mezcla- para no ser juzgado por la sociedad. Sin embargo, en los últimos tiempos se hizo popular debido a internet y miles y miles de seguidores de su historia dejaron cientos de comentarios solidarizándose con él. Y, al final, llegamos a que las historias, cualquier historia, necesita a alguien que sea el narrador de la misma. Y Eliseo fue quien convirtió a Antonio en una especie de estrella de Youtube. No sé cómo lo recibiría él porque la gente subía a visitarlo en su ladera agreste y abrupta de Montjuïc. Un abrazo, Bertha. Bienvenida a tu casa.

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  14. Ya que estamos en el tema, en mi discurrir en bici por la ciudad, tengo a varios localizados "lobos solitarios". En concreto uno(por si lo quieres ver) se sitúa en la acera ajardinada de la parte izquierda,de la Diagonal (más o menos enfrente del Corte Ingles).Lleva su ajuar en dos carros del super,que sitúa cerca de dos bancos separados,como signo de esto es mío y no permito el acercamiento. Nunca le he visto hablar con otra persona, vive en su burbuja, aunque en este caso sin techo y sin sueldo,debe tener más honor,que tu "lobo" o es más cabezón y no quiere nada de la sociedad,no sé.Casi lo veo cada día,supongo que alguno dejaré de verlo,uno de aquellos de mucho frio.

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    1. Pensar en el drama de estos sintecho nos lleva a los ciudadanos con casa, familia y vacaciones a un cierto desasosiego y zozobra. Su estilo de vida nos resulta tan lejano que no podemos comprenderlo. Y puede que algo de locura haya en su actitud pero en otros países la locura es signo de lo sagrado. Hace casi cuarenta años, estuve en Indonesia y, concretamente, en la isla de Java, en una playa idílica de arena negra, Parangtritis, por la noche había a lo largo de la playa, decenas de mujeres de pie que no tenían nada, iban con sus gorros típicos de los arrozales. Pasaban la noche así, de pie, y llevando con ellas su resignación. ¿Cómo habían llegado allí? No lo sé. La desdicha es tan terrible y amenazadora que uno nunca sabe si en el fondo está protegido de ella de una forma u otra.

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  15. Joselu cuando el dinero se acumula la creación decrece. El tan necesario pensamiento abstracto se desvanece con la riqueza, quitando algunas lúcidas excepciones, el exceso de dinero atrofia la mente. ¿Alguien piensa que los grandes creadores de la Humanidad hicieron lo que hicieron por dinero?, yo creo que no. Yo lo que creo es que quisieron materializar sus pensamientos abstractos en algo tangible, en soluciones. Vieron el problema, visualizaron las soluciones y materializaron estas. Yo cuando voy a vender un camión nunca pienso en la comisión, jamas, el dia que piense en ella creo que dejaré de vender, lo hago por amor propio, por ganas, porque creo en lo que hago y me siento orgulloso de ello, si gano dinero poco o mucho es una consecuencia del trabajo, pero jamás pienso en el dinero cuando voy a vender un camión, como no creo que los grandes creadores lo hayan hecho, no se si me explico.
    La Filosofía es necesaria para el ser humano porque somos una especie que nos preguntamos muchas cosas y gracias a preguntarnos muchas cosas de vez en cuando solucionamos muchos males y tenemos una vida mucho mejor. Somos una especie de éxito, hemos triunfado. Ahora solo hay que materializar este éxito, no sea que muramos del mismo, como les pasa a los nuevos ricos o a los que les tocan grandes cantidades a la lotería. . El caso de este hombre que nos muestras, para mi no es buen ejemplo, ni lo justifica una infancia infeliz. Hay muchas personas que sufrieron de pequeños y no se aislaron, que no se rindieron, que lucharon. Un buen ejemplo son los supervivientes de los campos de concentración nazis. Hacinados esperando el degüello y cuando salen de esa barbarie solo quieren vivir, crear, formar una familia, hacer un negocio, comer fruta, trabajar, dormir, follar.... Son trabajadores, médicos, profesores, fontaneros, albañiles, electricistas, carpinteros, filósofos, músicos, banqueros, pintores, funcionarios, vendedores incluso ladrones, todos tienen su actividad y todos deciden vivir, o casi todos. Todos son creadores de algo, todos aportan algo y todos ayudan en algo, a estos me refiero.
    Un saludo.

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  16. Daniel, es tan compleja la personalidad humana... Son tan diferentes los hombres, tan diversos sus estímulos, la vivencia íntima de sus traumas, su capacidad de resistencia, sus propensiones, que no se puede decir qué es lo correcto o lo que no. Depende. Hubo supervivientes de los campos de exterminio nazis que arrastraron toda su vida aquella vivida tortura y terminaron suicidándose, por ejemplo Primo Levi, pese a su éxito como autor de los principales libros sobre Auschwitz. Otros lo resistieron, nadie puede decir yo haría esto o lo otro, porque depende de muchos factores. No hay un prototipo de hombre porque somos infinitamente diversos, nuestras motivaciones, nuestra genética es diferente. Aquello de que el que quiera comprenderme que camine con mis zapatos es plenamente válido. Un saludo.

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  17. Pues yo tampoco conocía dicha vivencia de un conciudadano mío, quizás por eso, por desconocida por parte de la brutal ciudad, "no se acabó" antes con él y se le dejó hacer.

    podi-.

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