Me gusta escribir cartas al estilo antiguo aunque con medios modernos, me refiero al email. Me carteo con diferentes personas y nos intercambiamos largos textos totalmente anacrónicos con las tendencias de este tiempo de tuits y mensajes cortos con emoticonos. En las cartas, expresamos lo que pasa por nuestras vidas, esas vidas tan anodinas como el bacon ahumado en la comida de un prisionero condenado a muerte. No hay vida grande, me doy cuenta. Todas nuestras vidas están constituidas por hechos normales y sin mayor dimensión. Simplemente vivimos como los cocodrilos del Nilo se zampaban a exploradores británicos. Es así de sencillo. No hay mayor importancia en lo que vivimos salvo la perspectiva con la cual lo contemplemos. Uno de mis corresponsales me cuenta cómo se le averió la banda magnética de su libreta de banco y tuvo que esperar un largo rato para que se la sustituyeran, y luego tuvo que ir a otra sucursal para que le entregaran, por primera vez en su vida, una tarjeta de débito. Piensa que no tiene nada que contar como si hubiera grandes epopeyas en la vida cotidiana salvo las que nuestra imaginación es capaz de crear. No hay vidas interesantes sino mentes interesantes. Es nuestra forma de ver el mundo lo que hace que una vida sea apasionante. Cualquier hecho es susceptible de ser convertido en épico con una mente juguetona y corrosiva. El mundo es un cruce de perspectivas de modo absolutamente absurdo. Los personajes que aparecen en la televisión no tienen vidas más jugosas que la mía, de caminante inquieto que ignora totalmente lo que pasa en el mundo, salvo los mensajes de varias ONG’s con las que suelo colaborar. La vida es tan incierta como un plato de garbanzos en la mesa de un objetor de conciencia. Nada es importante, todo es nada. No somos nada, todo lo que podamos decir de nosotros es literatura, pero me gusta la literatura, sobre todo cuando es chispeante como el pedo de una vieja durante la misa de Año Nuevo. Vivir es divertido, especialmente cuando haces caminatas y llegas a una ciudad que se llama Molins de Rei y todas las pintadas son contra el rey. Nadie sabrá lo que he escrito al respecto, queda en el diario secreto, tan secreto como la noche en que hice por primera vez el amor, ¡qué desastre!
Escribo cartas y me gusta leer lo que me escriben otras personas que sienten que sus vidas no son apasionantes, como si hubiera vidas apasionantes. La mía es tan apasionante como un desfile de travestis en plena jungla africana. Pero es lo que hay. No hay más que palabras, las palabras son el alma de todo, eso para los enamorados de la la literatura. Si no hubiera literatura, el mundo sería definitivamente tan gris como las estaciones de tren que no tienen taquilla, ni servicios para ir a mear ni bar para tomarte un daiquiri. Esa es la vida cotidiana, tan precisa como un reloj Patek en tiempos de pandemia.
Escribes, dejas constancia de tus cuitas, de tu existencia sea banal o no y eso puede bastar para despertar el interés de otros seres perdidos en la jungla de las letras.
ResponderEliminar¡Es que contar la banalidad es una hazaña literaria de primer orden! Si un hombre cualquiera pudiera contar con precisión y agudeza lo que constituye realmente un día cualquiera de su vida, ello sería una auténtica odisea narrativa. No hay acto pequeño, no hay sentimiento pequeño, no hay sino consciencia de que estamos vivos, y ello ya de por sí es un prodigio. Lo que hay es personas más observadoras que otras. Todo es una cuestión de observación, y ello es comunicable, como bien dices, a otros seres, en ello consiste en gran parte el mundo de las letras...
EliminarQué reflexión más precisa. Y siempre oportuna, porque siempre hay gente que se puede sentir incómoda o "expuesta" por esto. En verdad no hay nadie tan bacán (guay en español de España) que haga cosas bacanes o guays todo el día. Es inoportuno, por ejemplo, que se hable de biografías más "insípidas" que otras basándose en cosas como la cantidad de países que ha visitado alguien, sin prestar atención a la vida mental.
ResponderEliminarPrecisamente, en esto último que escribes, está la tesis de mi post de hoy. No hay vidas ininteresantes, sino mentes no capaces de mirar imaginativamente cualquier acto banal de la vida: cocinar, ir a comprar al supermercado -y observar a la gente y el ambiente: los tipos humanos-, disfrutar de tener un hogar y tener la oportunidad de leer libros -que abren nuestra vida a los mayores prodigios-, ver cómo los pájaros vienen a comer a nuestra terraza, cagar alegremente con todo lo que eso significa, sentir la soledad o el afecto de quien está cerca, escribir y contar lo que pasa por dentro de nosotros -esa consciencia de lo infinito que existe en cada instante-... Desde luego, no hace falta viajar demasiado lejos para viajar mentalmente y se puede viajar muy lejos y hacerlo del modo más anodino que pueda existir. Todo es una cuestión de vida interior, de procesos mentales abiertos... No hay acto banal, todo es extraordinario, como el baile de una bandada de murciélagos en una cueva en el archipiélago indostánico. ¡Qué bien recibir tus comentarios tan bacanes!
Eliminar...por eso es interesante sumergirte en las historias que cuentan las personas que te rodean.
ResponderEliminarAhí va una que estuve leyendo con fruición en la Enciclopedia de Cesare Cantú. La historia de Vero y Prisco, dos famosos gladiadores esclavos, al que Tito en el Coliseo, y en el año de su innauguración, el 80, perdonó la vida e hizo libres en su batalla cuerpo a cuerpo. Como también hay un texto de Marcial que dejó escrita la escena, seguramente para congraciarse con Tito y hacerle la pelota:
Cum traheret Priscus, traheret certamina Verus,
esset et aequalis Mars utriusque diu,
missio saepe uiris magno clamore petita est;
sed Caesar legi paruit ipse suae; —
lex erat, ad digitum posita concurrere parma: —
quod licuit, lances donaque saepe dedit.
Inuentus tamen est finis discriminis aequi:
pugnauere pares, subcubuere pares.
Misit utrique rudes et palmas Caesar utrique:
hoc pretium uirtus ingeniosa tulit.
Contigit hoc nullo nisi te sub principe, Caesar:
cum duo pugnarent, uictor uterque fuit.
En pocas palabras y no siendo la traducción exacta dice así: La lucha era igualada, pero el Cesar siguiendo la Ley esperó a que uno de los dos levantara el dedo índice para rendirse. El pueblo gritaba pidiendo la libertad de ambos. El Cesar les regaló espadas de madera y los dejó libres.
Esta historia, ya ves, me ha tenido entretenido y me ha llevado dos mil años atrás. Todo es frugal, pasa rápido y dentro de nada nos habremos acostumbrado a las mascarillas, y nuestros nietos darán por normal lo que nosotros damos por extraordinario.
Un placer leerte. Haces pensar, que es lo bueno de tus entradas.
Abrazotes
He ido al traductor de google para ver qué transcripción me hacía del texto. No es elegante pero puede dar una idea de su sentido, que es el que nos has traído. Luego he oído la lectura del texto en latín. Yo nunca aprendí latín bien, y ello ha sido motivo de desolación. Me hubiera gustado ser bueno en latín y en matemáticas -y tener sentido del ritmo para la música-: igual todo está relacionado.
EliminarMe ha gustado mucho la historia de los dos gladiadores perdonados por César en su noble pugna.
La literatura -también el arte en su conjunto- es el medio que mejor conozco para trascender la banalidad de la vida. En una pelicula titulada "El festín de Babette" en un momento uno de los personajes dice "El corazón de un artista nunca es pobre". Tú vives tu aventura cotidiana para traernos prodigios de Barcelona, mucho más intensamente -para mí- que Eduardo Mendoza, escritor que solo me gustó al principio cuando escribió La verdad sobre el caso Savolta o El misterio de la cripta embrujada. Yo fui profesor en Berga, la ciudad carlista, en un tiempo en que esta estaba abierta. Mis alumnos leían buena literatura y tenían el espíritu amplio. Luego vino ese virus -peor que el covid- del nacionalismo y ha dado lugar a un pueblo sórdido y ensimismado con el olor de sus propias cagadas. Oler la propia mierda para algunos es la forma de huir de la banalidad, pero a muchos nos gusta el aire libre y los grandes horizontes. Abrazos y abrazotes, extensos como el vuelo de una gaviota blanca sobre el mar de invierno.
Empiezo a entender con más profundidad tu pesar y sólo se entiende si se pasa por situaciones similares.
EliminarDe Berga me quedo con el santuario de Pedret.
Apunto la peli
Gracias.
Un abrazo
Pasé, entre 1982 y 1985, tres años maravillosos en Berga. Era un tiempo en que había un cuartel con mil soldados que dinamizaba económicamente la vida de la ciudad, y había un instituto con profesores sevillanos, madrileños, aragoneses y catalanes, también había minas a cielo abierto con trabajadores de muchos sitios de España. Pero la nefasta España de las autonomías quiso que en Andalucía solo hubiera andaluces, en Cataluña, catalanes, en Aragón, aragoneses, etc, etc. La mezcla era buena, todo pueblo dejado solo se convierte en egocéntrico y aburrido, para muestra el país en que estamos. Solo ahora los pakistaníes y magrebíes y ecuatorianos dan color a nuestras calles y forma de vivir. Hubo un tiempo en que España era plural y abierta. La vida interior de Berga la ha llevado a convertirse de "ciudad" a pueblo provinciano, cerrado y egoísta. Nunca volveré allí donde fui tan feliz.
EliminarPues, no sé...
ResponderEliminar"Si no hubiera literatura, el mundo sería definitivamente tan gris..."
A mi me gusta más hablar del "arte de vivir" por mucho que parezca un tópico o una frase comercial. Y el artista hace arte con los materiales a su alcance. Cuando es así, no hay vida anodina, del mismo modo que el apasionado por un arte busca la inspiración y trabaja con su sensibilidad. Si a alguien no le gusta su vida, lo que no debería hacer es golpearse el pecho por su supuesta desgracia. Lo que debe hacer, es cambiarla.
La misma suposición (si no hubiera literatura...) la hará otra persona, de lo que el considere capital en su vida. Literatura, claro, pero también música, artes gráficas, espiritualidad, etc. etc. etc.
Sin duda, he traído el ascua a mi sardina. Sin embargo, hubo un tiempo en que se consideraba a la literatura como el alma de las sociedades -el Romanticismo lo relacionó, por desgracia, con los pueblos-. La literatura ocupaba un lugar cenital en la cosmovisión compartida. También la música, también la pintura, claro está, y la arquitectura. Pero la literatura fue esencial en la Edad Media, el Renacimiento y Barroco, en la Ilustración y el Romanticismo... Las historias tomaban cuerpo en el alma de la gente y les daban consistencia e identidad. Trágicamente, en nuestro mundo y nuestra Weltanschaaung esto no es así, y cualquiera te puede decir -e incluso podemos admitir que tiene razón- que para él lo esencial es el fútbol, o salir con la familia o publicar fotos en instagram. Todo es admisible y del mismo modo, tirarse pedos creativos -lo hacían los poetas del 27- puede ser un modo de vivir. Tienes razón en todo lo que dices, pero yo provengo de una formación -y deformación- que tiene como centro absoluto lo literario que reúne en su seno la música, la imagen,la espiritualidad, todo, en las palabras está contenido todo.
EliminarTú que eres un lector como a mí me gustaría serlo, sabrás que el protagonista de "Herzog" de Saul Bellow, cuya lectura acabo de iniciar, tiene la saludable costumbre de escribir cartas a personajes importantes vivos y muertos, que es la mejor manera de asegurarse interlocutores de primera magnitud. Esta entrada tuya me ha hecho pensar en él. Pedro Salinas se asustaba en El defensor de una publicidad de Correos usamericano: Wire, don't write!, que le parecía un atentado contra la civilización que suponen las epístolas.NO quiero ni imaginar qué hubiera escrito si hubiera llegado a conocer los guásaps...
ResponderEliminarLeí Herzog hace un par de años y recuerdo su lectura como muy fecunda. Recuerdo las cartas del protagonista lo que da idea de la importancia que tenían las epístolas aunque fueran imaginarias. Es algo que me produce desolación: la pérdida de las cartas aunque sean electrónicas. La mayoría de los habitantes de este sórdido siglo no son capaces de establecer una comunicación escrita con densidad. Para escribir hay que dar cuenta de un mundo interior y eso no entra en nuestro sistema de referencias. No es fácil intercambiar cartas cuando todo se expresa con simulacros tuiteros que no me gustan. Soy de desarrollo extenso, necesito espacio. Envidio la correspondencia escrita de otros tiempos en que se tomaba papel, una pluma y se expresaban sentimientos complejos, se metía en un sobre, se le ponían sellos y se enviaba por correo. Guardo experiencias en mi memoria muy gratificantes de las cartas escritas. Nuestro mundo contemporáneo ha dejado muchas cosas en el camino y esta es una de ellas: la riqueza de la comunicación de ideas y de sentimientos que cobraban realidad en el papel escrito. Hay pocas personas que todavía sean hábiles escribiendo cartas, es algo que se ha perdido.
EliminarPor lo general, la gente busca el asombro, quiere ver lo más difícil todavía... pero un día vemos una película japonesa, inglesa, o leemos una novela costumbrista... de repente alguien nos cuenta lo sencillo, lo cotidiano y nos atrapa, y nos relaja. En ese momento nos damos cuenta que toda la vida es algo extraordinario en sí, no solo que hayamos pisado la luna que también, pero ya que un niño sonría es algo extraordinario y gratificante y si somos nosotros quien lo conseguimos, somos importantes. Eso es ser importante y no llegar a un puesto relevante, eso es otra cosa, eso es ser influyente. Todas las vidas son interesantes, todas tienen un sentido, un por qué y un para qué; detrás de cada vida hay una historia, unos sentimientos, unas vivencias... saber contarlo es difícil, transmitirlo es complicado.
ResponderEliminarDicen que entramos en la era de la evolución espiritual, ojalá sea así, ya sea mediante la literatura, a través de la enseñanza o como sea, será bienvenida.
SAludos.
Me adhiero a la totalidad de lo que has escrito tan certeramente. Estoy en el proyecto de dar forma a la biografía de una amiga que cuenta su historia en primera persona desde sus ochenta y siete años. Su vida, como cualquier otra vida, tiene densidad y vivencias profundas. Hay una editorial que corrige, edita y maqueta historias de personas que quieren dejar referencia de lo que ha sido su vida. Nada que oponer a que alguien quiera contar su vida; el grave problema,como tú has señalado, no es el qué sino el cómo. Los ejemplos narrativos que he leído son tan interesantes en cuanto a experiencias vitales como pobres en su expresión verbal. Toda vida da para un novela: el problema es contarla eficaz y artísticamente... No todo el mundo que escribe tiene talento y cualidades de escritor. Parece que escribir es lo más fácil del mundo pero no es así.
EliminarEn cuanto a que entremos en la era de la evolución espiritual... desconocía esta perspectiva que es nueva para mí. Sin duda, en occidente vivimos el ocaso definitivo de las religiones reveladas, pero no sé si hay algo que lo sustituya. El otro día, en FNAC, buscando algún libro, vi la sección de espiritualidad y estaba muy nutrida, ocupaba varios estantes -no me refiero a los libros de autoyuda-. Me sorprendió. No sé si se está incubando un renacer espiritual en medio de una civilización hedonista y materialista. No lo sé, tu mención es la primera noticia que tengo.
Saludos
Se me ha despertado la curiosidad por leer la biografia de esa Sra. que tanto te ha impactado. Cuéntanos como va el libro y anticipa algo...porfa.
ResponderEliminarAdriana
Llevamos ya dos años de entrevistas vía Skype que eran grabadas y transcritas. La historia está montada y estamos en fase de corrección estilística. La biografiada quiere hacer una edición de cincuenta ejemplares en forma de libro para sus amigos y familiares. Ha sido una experiencia muy fuerte la de entrar en la vida de alguien desde todos los ángulos. He entrevistado a sus hijos varias veces y a otras personas relacionadas con ella. El resultado es cierto, es una forma de verdad suavizada por la prudencia y las convenciones. No se puede contar todo, y lo que se cuente ha de ser hecho con la condición de que nadie se sienta ofendido. La verdad a veces es cruda y hay que suavizarla. Se puede decir que en cierta forma, he terminado por saber más de ella que ella misma. Ese es el resumen, Adriana. El libro no se difundirá, solo es una autoedición familiar. Ello no le ha restado interés al proceso.
EliminarTambién creo que la vida es lo que nosotros queremos ver, grandeza o miseria, interpretamos lo que sucede de forma totalmente subjetiva. Y vivir puede ser una aventura o una pesadez porque consciente o inconscientemente, cada uno de nosotros le damos el sentido que queremos a nuestras experiencias. Hay personas enfermas o con graves limitaciones físicas capaces de vivir la vida con más intensidad que los que gozamos de salud y de movimiento, la perspectiva, que da forma a la realidad, es una cualidad humana asombrosa.
ResponderEliminarYo pienso en que lo que vivimos lo hacemos con importantes condicionamientos genéticos, psicológicos, morales, sociales, intelectuales, anímicos... y no es nada fácil salirse de ellos, más bien imposible. Digamos que hacemos lo que podemos, dadas las circunstancias dadas. Tenemos unas piezas para construir un edificio y el azar es un componente importante en nuestra vida, pero no hay más cera que la que arde. No hay más piezas. Hay personas predispuestas genéticamente al optimismo, a la superación, no tienen mérito, y puede que sean enfermos con una capacidad de vivir asombrosa, o tal vez no. Cada día se suicidan diez personas en España que ven que su camino -las piezas que tienen- ya no dan para más. No hay fórmulas externas para vivir. Cada uno sabe los zapatos que lleva puestos. Un abrazo.
EliminarNo creo en el azar, Joselu, que no sepamos dar explicación a algo no quiere decir que no haya causa y efecto. Sé que suena extraño, puedes tomarlo como otra rareza mía. Pienso que este mundo es muy complejo y resulta cómodo recurrir al azar para justificar lo desconocido.
EliminarEs impactante que haya diez suicidios diarios en nuestro país, no tenía ni idea. Hacemos lo que podemos, totalmente de acuerdo, pero muchas veces nos falta información, llegamos a ciertos conocimientos demasiado tarde o no llegamos nunca. Si pudiésemos calzar los zapatos de otras personas aprenderíamos tanto... pero como dices es imposible.
Abrazos.
Te transcribo un libro que estoy leyendo muy poquito a poco. Es Yo soy ESO y el autor es Nisargadatta, un maestro vedanta:
EliminarComo todas las cosas materiales, la llamada ley de la causalidad se contradice a sí misma. Nada en la experiencia tiene una causa particular; la totalidad del universo contribuye a la existencia de incluso la cosa más pequeña; nada podría ser como es, si el universo no fuera como es. Cuando el fundamento de todas las cosas es la única causa de todas las cosas, hablar de causalidad como una ley universal es erroneo. El universo no está limitado por su contenido, puesto que sus potencialidades son infinitas; además es una manifestación o una expresión de un principio fundamental y totalmente libre.
(...)
Lo que le hace hablar de causalidad es la ilusión del tiempo. Cuando el pasado y el futuro se ven en el ahora atemporal, como partes de un patrón común, la idea de causa y efecto pierde su validez y en su lugar aparece la libertad creativa
Qué interesante el texto, lo que dice al principio lo asocio a una de las leyes de Hermes Trismegisto "como es arriba es abajo y al revés" (lo pequeño replica a lo grande, la substancia de todo es la misma). Y luego entiendo habla de que la creación es infinita, el universo se expande a su libre albedrío en un proceso sin fin.
EliminarComparto la idea de que el tiempo no existe, hemos inventado una forma de catalogar las experiencias linealmente y para darle sentido creamos los segundos, minutos, horas, días, meses... . Pienso que todo es causalidad en vez de casualidad, "Dios no juega a los dados" como dijo Einstein y hay una energía, que podemos llamar Dios, que controla a la perfección el funcionamiento de todo lo que existe, seres vivos, planeta, galaxia, universo, multiverso... .
Espero no escandalizarte con mis ideas.
Einstein dijo que no creía en el dios bíblico -a pesar de ser judío- pero sí en el dios de Spinoza, un dios impersonal que no se castiga ni premia, ni está escuchando nuestras oraciones, que está presente en todo lo que existe, en la perfección del universo, en su armonía, que es y está dentro de nosotros...
EliminarTendré que leer a Spinoza, lo que has escrito es justo la idea que tengo de esa energía creadora que solemos llamar Dios. Muchas gracias Joselu.
EliminarSpinoza vivió en los Países Bajos. Era judío pero se alejó del judaísmo y estos lo condenaron; también los católicos y protestantes lo estigmatizaron. Su concepción de dios y del ser humano, sin embargo, lo hacen el filósofo más actual y necesario. Gracias a ti.
EliminarHombre, a mi algo de tu vida pasada me has contado, o he intuido, y si que encuentro paisajes de tu vida ciertamente apasionantes, con mucho interés. O a lo mejor es que eres un prestidigitador del lenguaje y cuentas tu vida literariamente y la haces interesante.
ResponderEliminarLa Alpujarra, tu etapa en Berga, ciertos viajes, recuerdo mucho de esos episodios como realmente apasionantes. Y lo mismo con algunos procesos dentro de tu etapa dentro del instituto. Relaciones con alumnos, proyectos literarios.
Yo si que creo que hay vidas menos grises que otras. Con episodios más interesantes. En mi caso recuerdo haber vivido episodios con cierta gracia hasta llegar a la vida adulta y al mundo laboral. Después de eso todo ha sido un arrastrarse por la vida insulso y sin sentido. Pero vaya, siempre hay algún proyecto que me mantiene la mente más o menos despierta y con esperanza. Cuando los pierda la cosa se va a volver muy cuesta arriba.
Pienso, como dices, que más el interés reside en la forma de contarlo. No pienso que mi vida gris de funcionario, casado por la iglesia, padre de familia convencional, etc, etc... dibujen unas experiencias apasionantes, pero ahí entra lo importante del post y es que no es lo que se viva sino la manera de vivirlo y especialmente de contarlo. No soy un buen escritor pero soy hábil narrando mi flujo de conciencia y hacer emerger la fuerza de los momentos vividos especialmente aderezados por el dolor. El dolor es un ingrediente literario de valor inestimable. Pienso que tu vida es apasionante, es una vida densa y plena dentro de su normalidad. Tu aburrimiento respecto a lo insulso que consideras tu trabajo puede ser convertido en materia vital. Kafka era un gris oficinista de una empresa de seguros y escribía por las noches dando salida a mundos hipnóticos. Escribir nos salva de la locura y da dimensión a nuestra vida. No es lo que vivimos sino cómo lo vivimos y luego lo contamos.
EliminarY sí, la vida cotidiana también es cara como un reloj Patek, de hecho vivir nos cuesta la vida y ya sabes que morir no es otra cosa que quedarse sin palabras.
ResponderEliminarY por cierto la tuya sí es una mente interesante como da muestra este texto cargada de buenas ideas y de imágenes irónicas e interesantes. Es como una carta de amor pública.
Gracias, Paco, nadie lo había hecho observar pero cuando escribo a veces se me vienen imágenes -comparaciones y metáforas- que me divierten mucho. Pienso que contar un hecho puede ser gris: las palomas volaban en la plaza, pero si le añadimos una imagen, gana en intensidad: las palomas volaban en la plaza como cuchillos lanzados en el aire contra el corazón de mi amada. No sé, me hace reír. Más que interesantes y las consideraría divertidas por lo menos a mí me hacen reír como digo.
EliminarEres una gran histrión que tratas de provocar en tu público lector diferentes reacciones. Se ve que te diviertes aún cuando te atizas a ti mismo. Es tu juego en este blog, al menos lo percibo así.
EliminarGracias, Francisco, por tu apreciación. Yo así me siento, un provocador que no tiene un único sistema de pensamiento sino que va variando y eso es un juego, a diferencia de quien solo posee un único sistema para ver el mundo. Y si alguna vez es divertido, espero que no sea eso imposible, mejor que mejor, pero lo dudo.
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