Blog poliédrico que no cree que haya una versión canónica de la realidad y que asume la contradicción flagrante como sistema de interpretación del mundo.
¿Cómo sabemos que vivimos una vida sin sentido?, y sobre todo, ¿a qué llamamos sentido?. ¿Quién es el poseedor del sentido de la vida?, ¿el zulú que vive libre y experimenta una sensación de la no obligatoriedad de unas normas impuestas -horario laboral-, por ejemplo?, ¿o aquel que cumple con riguroso orden y entrega meticulosa sus convenciones formales de ciudadano europeo?
Supongo, que en en el pensamiento de cada uno de nosotros, aflorará aquello de que el sentido de la vida será el que cada uno le quiera dar, si, cierto, pero insisto ¿que sentido de la vida le da un zulú a la suya?. Creo que estamos llenos de prejuicios, llenos. Y que en ellos se asientan también lo de "el sentido de la vida". EL estar aquí ya tiene sentido, se trata de experimentar (insisto) el paso transitorio con la máxima dignidad (todas las cosas tienen precio, menos las personas, que tienen dignidad -Kant-). La vida es algo que pasa rápido, muy rápido. El sentido está en nosotros, no en los títulos que hemos colgado, los idiomas que sabemos, las amistades que tenemos, los dineros que hemos ahorrado... Parece sencillo (no lo es, lo se), pero nosotros somos el gran sentido de la vida. Soy un tipo afortunado, me ha tocado vivir con otro sentido de la vida que le ha dado chispa al mío. (Gracias, Mayte).
Una noticia que apareció en la prensa recientemente daba cuenta de que en España el consumo de ansiolíticos y antidepresivos se había disparado cualitativamente y éramos uno de los países más consumidores del mundo, se había duplicado el consumo desde el año dos mil. Esto es la punta de un iceberg que expresa un malestar creciente en lo relativo a la angustia y ansiedad que produce la vida cotidiana. No todos los que consumen lógicamente son personas que desconozcan el sentido de su vida, pero es indicativo de algo que está pasando con nuestro estilo de vida, problema que no tiene un miembro de una tribu africana cuyo sentido vital le viene dado por su forma de vida, sus costumbres y tradiciones, a la vez que en la creencia de unos valores espirituales. El hombre de occidente tiene que sostenerse a sí mismo en el vacío, sin fe -generalmente-, sin valores arraigados porque nuestra sociedad cambia meteóricamente. Lo que es válido ahora, dentro de cinco años será atávico. La moral cambia, todo está en un ritmo de cambio en el que no es fácil arraigarse. El ser humano es muy ligero. Y a veces cuesta encontrar el sentido a la vida. Tú lo encuentras en lo que haces generosamente, en el blog, en tu compañera Maite... Pero piensa que si te faltara ella, como le ha pasado a Fernando Savater con su compañera, ¿podrías encontrar el sentido a la vida fácilmente? Hay mucha gente que está sola, sin esa compañía que te ata a la vida, que le cuesta levantarse y afrontar el día a día en una sociedad en que el individuo es prescindible, que es una pieza fungible, atado a una tecnología adictiva que lo separa de las cosas y la naturaleza. El ser humano y su equilibrio es muy frágil y la sensación de sinsentido acecha en una vida que aboca a la enfermedad, la vejez y la muerte sin nada al otro lado. Algún existencialista del siglo XX escribió que la vida es una pasión inútil.
El estar equilibrado en una relación afectiva es un poderoso elemento de sentido, o la empatía que uno es capaz de desarrollar -y que es aleatoria-, el carácter también importa, pero la suerte en la vida es azarosas e igual que se tiene, puede cambiar. Somos frágiles. Yo he vivido el sinsentido durante años, ahora no. Y te aseguro que levantarse cada día es la más atroz de las empresas. El sentido es una conquista pero también un azar, hay personas cuya vida es atroz, conozco a alguna y sé de sus insuperables torturas psíquicas irremediables. Tienes suerte, Miquel, tengo suerte, pero nadie garantiza nada.
Intento cuidarme, muchas gracias, Miquel, un tesoro tus comentarios.
Uno sabe si pierde el tiempo (la vida) o no. Eso es lo terrible, el ser consciente. Entender la vida, disfrutarla aún con sus cosas malas, eso es que tenga sentido.
Esos son mis principios y si no les gustan tengo otros, como diría Marx (el que tenía mas humor). Saludos.
Y suerte, hace falta mucha suerte, el sinsentido acecha... Hay caracteres más proclives a la caída. En los campos de exterminio nazis había caracteres que se hundían y se dejaban morir -eran víctimas claras de las selecciones-. Otros sobrevivían convirtiéndose en monstruos colaboracionistas aprovechándose de sus compañeros de infortunio. El egoísmo humano en condiciones extremas, por inmoral que llegue a ser, es una oportunidad de supervivencia. Vivimos una vida cómoda -afortunadamente- pero la historia ha dado muchos giros terribles. Y en nuestros tiempos, temperamentos sensibles pueden tener problemas para encontrar el sentido. Saludos.
Este no es mundo para demasiadas sensibilidades y a quien le cueste protegerse sucumbirá más o menos voluntariamente, somatización mediante,...... así parece que va la historia de nuestro género.
La vida exige resistencia y la capacidad de ejercer el poder sobre la propia vida, pero muchas veces esto no es así. Las circunstancias son más fuertes que el individuo y este se ve devastado. La sensibilidad puede ser una pesada carga en ese ejercicio de la voluntad, la sensibilidad o el carácter. Y esto puede terminar siendo origen del sinsentido.
También tengo que darte la razón Joselu en que hay unas contradicciones tremendas en el estilo de vida occidental, el que conozco más o menos bien, y que desorientan bastante, por un lado tanto estímulo y actividad, y por otro ese sentimiento de vacío y de cansancio que se generaliza cada vez más. Al final lo que dice Tot, solo tú puedes darle sentido a tu vida, apoyándote en alguien si tienes esa suerte, o apoyándote en ti mismo, dándote a valer, que tú sabes todo lo que puedes ofrecer con independencia de lo que opine el resto del mundo. Un abrazo, para todos como dije antes.
Leyéndo a Tot y a ti me ha venido una reflexión. La capacidad de dotar de sentido a la propia vida depende de la capacidad de ficción o autoengaño del que uno es capaz de protagonizar. Hay vidas que se sostienen en una relación, hay las que se sostienen en las aficiones, en el trabajo que compensa, en el ejercicio del poder -esto es esencial en esa casta inútil que son los políticos-, en el dinero, en el éxito social, en el ejercicio deportivo... Uno ha de saber engañarse y pensar -sentir- que los días tienen sentido. La fuerza de la ficción es imprescindible, al fin y al cabo la vida es una mezcla de comedia y de drama con un final de todos sabido. Para aceptarlo es necesario saber engañarse. Y el que lo consigue, bueno para él, y malo para el que no lo logra porque no sabe o no puede -o no le dejan-. Un abrazo, Ana.
No diría tanto, JOSELU. No diría que : " La capacidad de dotar de sentido a la propia vida depende de la capacidad de ficción o autoengaño del que uno es capaz de protagoniza", porque es tanto como admitir que para dar sentido a mi vida me miento constantemente. Y uno lo que trata es de "pisar pies a tierra".
Uno, como todos, tiene sus dudas. El ¿quién soy, de donde vengo y qué hago aquí? es una constante que no averiguaré jamás, pero no por eso desprecio la oportunidad de estar aquí. No se que sentido tiene la vida, no lo se, pero lo que si se es que yo le he dado el mío. Soy yo "y mís circunstancias" quien le ha dado sentido a "mi" paso por aquí. Quizá no podré hacer lo que quiero, pero me he rebelado para no hacer lo que no quiero (Benedetti).
No vino Mayte hacia mí porque el Señor misericordioso la puso ese dia en un museo (el de la Virreina palacio Cambó) viendo un Pissarro (tal como suena) hace muchos años. Oportunidades habíamos tenido los dos antes, pero no cuajaron, porque era óbice que uno buscaba "aquello" para no pasar el rato, para "darle sentido al futuro" , a la vida al fin y al cabo.
Y así, JOSELU, muchas otras cosas que veías no te convenían (sin autoengaño). Sentido a la vida era levantarse a las 6 , ir a trabajar. Salir a las 7 de la tarde y meterse a estudiar (porque se hacía bachillerato nocturno) y uno no quería quedarse en un taller para siempre, sino hacer algo más , algo que tuviera sentido, porque uno buscaba "el sentido a la vida".
No me he engañado nunca y me he flagelado muchas veces, de tal manera que se, no me casaría conmigo, me conozco, pero si se que puedo confiar en mi.
Mi afirmación era de carácter general, a nivel de indagación sobre lo que nos hace estar en pie, no hablaba de ti como individuo, y entiendo que tú no te sientes identificado con ello. Respeto tu propia consideración, sé de tu coherencia y de tu conciencia social y personal. Mi idea era acerca de la realidad humana.
Hay un libro de Carlos Castilla del Pino que se titula "El delirio, un error necesario" y en él se plasma la idea de que "el delirio nos lleva a la locura, pero salva al enfermo de su inanidad. Delirar es una forma de enfrentarse a la realidad, de estar en ella, de ser y de vivir, y cumple, como la fantasía en el mentalmente normal, una función benéfica, pues actúa como ortopedia del sujeto, una forma precaria de compensar las carencias de la vida. Para el delirante, la alternativa es la depresión: Si delira, es; si no delira, no es nadie".
Podría decir que el delirio es lo que nos mantiene en pie para salvarnos de la depresión, pero tú podrías no estar de acuerdo porque no lo ves en tu vida, pero eso no le quitaría valor general a la tesis de Castilla del Pino. "Deliro, luego soy". Un fuerte abrazo.
Ostras ¡¡¡ no tenía ni idea, del libro en cuestión. Voy a por él. PD: y si te he entendido, pero es que lo veo tan claro esto de que nosotros mismos hemos de darle sentido a lo que tenemos...es que además no nos queda otra. No nos queda. No hay más opciones. O le damos sentido o somos un sin-sentido viviente. Un abrazo Cuidate ¡ salut
PD: Con lo anterior, lo que quiero decir es que no comparto lo que vino a decir R. Steiner, en su libro La Teosofía, aquello de que "esta vida sólo tiene sentido cuando se vive desde otro mundo". Hay otros escritores que admiro y lo afirman; lo hace E. Sábato; lo hace Borges, lo hace Leopoldo Lugones y lo hace Valle Inclán en su "Lámpara maravillosa" . Insisto, JOSELU, no se lo que hay en la otra vida, por lo que intento dar sentido a la mía en esta. Salut y perdón por tanta perorata.
No te puedo decir sino que tienes razón y a la vez que eres muy afortunado. Hay quien encuentra el sentido en la fe, en el dinero, en la cultura, en los viajes, en la familia, en el compañero de vida, en la actividad solidaria, en la amistad, en el sexo, en la droga, en la bebida, en el juego, en los hijos, en las cosas sencillas, en los grandes proyectos, en el arte, en la meditación..., lo encuentra de una forma u otra, o no lo encuentra, o está a medio camino, o está totalmente perdido, o alguna desgracia lo hunde o la soledad lo aflige, o alguna enfermedad psíquica lo condiciona... Yo no me atrevería a decir nada concluyente. El problema según tú lo planteas es que el ser humano tiene que conquistar su propio sentido de la vida y yo dudo de que eso siempre sea posible. Salut, Miquel y gracias por tus vivas intervenciones que me hacen pensar.
¿Cómo sabemos que vivimos una vida sin sentido?, y sobre todo, ¿a qué llamamos sentido?.
ResponderEliminar¿Quién es el poseedor del sentido de la vida?, ¿el zulú que vive libre y experimenta una sensación de la no obligatoriedad de unas normas impuestas -horario laboral-, por ejemplo?, ¿o aquel que cumple con riguroso orden y entrega meticulosa sus convenciones formales de ciudadano europeo?
Supongo, que en en el pensamiento de cada uno de nosotros, aflorará aquello de que el sentido de la vida será el que cada uno le quiera dar, si, cierto, pero insisto ¿que sentido de la vida le da un zulú a la suya?.
Creo que estamos llenos de prejuicios, llenos. Y que en ellos se asientan también lo de "el sentido de la vida". EL estar aquí ya tiene sentido, se trata de experimentar (insisto) el paso transitorio con la máxima dignidad (todas las cosas tienen precio, menos las personas, que tienen dignidad -Kant-).
La vida es algo que pasa rápido, muy rápido. El sentido está en nosotros, no en los títulos que hemos colgado, los idiomas que sabemos, las amistades que tenemos, los dineros que hemos ahorrado...
Parece sencillo (no lo es, lo se), pero nosotros somos el gran sentido de la vida.
Soy un tipo afortunado, me ha tocado vivir con otro sentido de la vida que le ha dado chispa al mío. (Gracias, Mayte).
Cuidate, ¡de todo corazón¡
Miquel
Una noticia que apareció en la prensa recientemente daba cuenta de que en España el consumo de ansiolíticos y antidepresivos se había disparado cualitativamente y éramos uno de los países más consumidores del mundo, se había duplicado el consumo desde el año dos mil. Esto es la punta de un iceberg que expresa un malestar creciente en lo relativo a la angustia y ansiedad que produce la vida cotidiana. No todos los que consumen lógicamente son personas que desconozcan el sentido de su vida, pero es indicativo de algo que está pasando con nuestro estilo de vida, problema que no tiene un miembro de una tribu africana cuyo sentido vital le viene dado por su forma de vida, sus costumbres y tradiciones, a la vez que en la creencia de unos valores espirituales. El hombre de occidente tiene que sostenerse a sí mismo en el vacío, sin fe -generalmente-, sin valores arraigados porque nuestra sociedad cambia meteóricamente. Lo que es válido ahora, dentro de cinco años será atávico. La moral cambia, todo está en un ritmo de cambio en el que no es fácil arraigarse. El ser humano es muy ligero. Y a veces cuesta encontrar el sentido a la vida. Tú lo encuentras en lo que haces generosamente, en el blog, en tu compañera Maite... Pero piensa que si te faltara ella, como le ha pasado a Fernando Savater con su compañera, ¿podrías encontrar el sentido a la vida fácilmente? Hay mucha gente que está sola, sin esa compañía que te ata a la vida, que le cuesta levantarse y afrontar el día a día en una sociedad en que el individuo es prescindible, que es una pieza fungible, atado a una tecnología adictiva que lo separa de las cosas y la naturaleza. El ser humano y su equilibrio es muy frágil y la sensación de sinsentido acecha en una vida que aboca a la enfermedad, la vejez y la muerte sin nada al otro lado. Algún existencialista del siglo XX escribió que la vida es una pasión inútil.
EliminarEl estar equilibrado en una relación afectiva es un poderoso elemento de sentido, o la empatía que uno es capaz de desarrollar -y que es aleatoria-, el carácter también importa, pero la suerte en la vida es azarosas e igual que se tiene, puede cambiar. Somos frágiles. Yo he vivido el sinsentido durante años, ahora no. Y te aseguro que levantarse cada día es la más atroz de las empresas. El sentido es una conquista pero también un azar, hay personas cuya vida es atroz, conozco a alguna y sé de sus insuperables torturas psíquicas irremediables. Tienes suerte, Miquel, tengo suerte, pero nadie garantiza nada.
Intento cuidarme, muchas gracias, Miquel, un tesoro tus comentarios.
Me encanta lo que nos has puesto Tot, aunque quisiera no podría explicarlo mejor, coincido totalmente con los que has escrito.
EliminarUn abrazo, para todos.
Uno sabe si pierde el tiempo (la vida) o no. Eso es lo terrible, el ser consciente. Entender la vida, disfrutarla aún con sus cosas malas, eso es que tenga sentido.
ResponderEliminarEsos son mis principios y si no les gustan tengo otros, como diría Marx (el que tenía mas humor). Saludos.
Y suerte, hace falta mucha suerte, el sinsentido acecha... Hay caracteres más proclives a la caída. En los campos de exterminio nazis había caracteres que se hundían y se dejaban morir -eran víctimas claras de las selecciones-. Otros sobrevivían convirtiéndose en monstruos colaboracionistas aprovechándose de sus compañeros de infortunio. El egoísmo humano en condiciones extremas, por inmoral que llegue a ser, es una oportunidad de supervivencia. Vivimos una vida cómoda -afortunadamente- pero la historia ha dado muchos giros terribles. Y en nuestros tiempos, temperamentos sensibles pueden tener problemas para encontrar el sentido. Saludos.
EliminarEste no es mundo para demasiadas sensibilidades y a quien le cueste protegerse sucumbirá más o menos voluntariamente, somatización mediante,...... así parece que va la historia de nuestro género.
ResponderEliminarLa vida exige resistencia y la capacidad de ejercer el poder sobre la propia vida, pero muchas veces esto no es así. Las circunstancias son más fuertes que el individuo y este se ve devastado. La sensibilidad puede ser una pesada carga en ese ejercicio de la voluntad, la sensibilidad o el carácter. Y esto puede terminar siendo origen del sinsentido.
EliminarTambién tengo que darte la razón Joselu en que hay unas contradicciones tremendas en el estilo de vida occidental, el que conozco más o menos bien, y que desorientan bastante, por un lado tanto estímulo y actividad, y por otro ese sentimiento de vacío y de cansancio que se generaliza cada vez más.
ResponderEliminarAl final lo que dice Tot, solo tú puedes darle sentido a tu vida, apoyándote en alguien si tienes esa suerte, o apoyándote en ti mismo, dándote a valer, que tú sabes todo lo que puedes ofrecer con independencia de lo que opine el resto del mundo.
Un abrazo, para todos como dije antes.
Leyéndo a Tot y a ti me ha venido una reflexión. La capacidad de dotar de sentido a la propia vida depende de la capacidad de ficción o autoengaño del que uno es capaz de protagonizar. Hay vidas que se sostienen en una relación, hay las que se sostienen en las aficiones, en el trabajo que compensa, en el ejercicio del poder -esto es esencial en esa casta inútil que son los políticos-, en el dinero, en el éxito social, en el ejercicio deportivo... Uno ha de saber engañarse y pensar -sentir- que los días tienen sentido. La fuerza de la ficción es imprescindible, al fin y al cabo la vida es una mezcla de comedia y de drama con un final de todos sabido. Para aceptarlo es necesario saber engañarse. Y el que lo consigue, bueno para él, y malo para el que no lo logra porque no sabe o no puede -o no le dejan-. Un abrazo, Ana.
EliminarNo diría tanto, JOSELU. No diría que : " La capacidad de dotar de sentido a la propia vida depende de la capacidad de ficción o autoengaño del que uno es capaz de protagoniza", porque es tanto como admitir que para dar sentido a mi vida me miento constantemente. Y uno lo que trata es de "pisar pies a tierra".
ResponderEliminarUno, como todos, tiene sus dudas. El ¿quién soy, de donde vengo y qué hago aquí? es una constante que no averiguaré jamás, pero no por eso desprecio la oportunidad de estar aquí. No se que sentido tiene la vida, no lo se, pero lo que si se es que yo le he dado el mío. Soy yo "y mís circunstancias" quien le ha dado sentido a "mi" paso por aquí. Quizá no podré hacer lo que quiero, pero me he rebelado para no hacer lo que no quiero (Benedetti).
No vino Mayte hacia mí porque el Señor misericordioso la puso ese dia en un museo (el de la Virreina palacio Cambó) viendo un Pissarro (tal como suena) hace muchos años.
Oportunidades habíamos tenido los dos antes, pero no cuajaron, porque era óbice que uno buscaba "aquello" para no pasar el rato, para "darle sentido al futuro" , a la vida al fin y al cabo.
Y así, JOSELU, muchas otras cosas que veías no te convenían (sin autoengaño). Sentido a la vida era levantarse a las 6 , ir a trabajar. Salir a las 7 de la tarde y meterse a estudiar (porque se hacía bachillerato nocturno) y uno no quería quedarse en un taller para siempre, sino hacer algo más , algo que tuviera sentido, porque uno buscaba "el sentido a la vida".
No me he engañado nunca y me he flagelado muchas veces, de tal manera que se, no me casaría conmigo, me conozco, pero si se que puedo confiar en mi.
Un abrazo
salut
Mi afirmación era de carácter general, a nivel de indagación sobre lo que nos hace estar en pie, no hablaba de ti como individuo, y entiendo que tú no te sientes identificado con ello. Respeto tu propia consideración, sé de tu coherencia y de tu conciencia social y personal. Mi idea era acerca de la realidad humana.
EliminarHay un libro de Carlos Castilla del Pino que se titula "El delirio, un error necesario" y en él se plasma la idea de que "el delirio nos lleva a la locura, pero salva al enfermo de su inanidad. Delirar es una forma de enfrentarse a la realidad, de estar en ella, de ser y de vivir, y cumple, como la fantasía en el mentalmente normal, una función benéfica, pues actúa como ortopedia del sujeto, una forma precaria de compensar las carencias de la vida. Para el delirante, la alternativa es la depresión: Si delira, es; si no delira, no es nadie".
Podría decir que el delirio es lo que nos mantiene en pie para salvarnos de la depresión, pero tú podrías no estar de acuerdo porque no lo ves en tu vida, pero eso no le quitaría valor general a la tesis de Castilla del Pino. "Deliro, luego soy". Un fuerte abrazo.
Ostras ¡¡¡ no tenía ni idea, del libro en cuestión.
ResponderEliminarVoy a por él.
PD: y si te he entendido, pero es que lo veo tan claro esto de que nosotros mismos hemos de darle sentido a lo que tenemos...es que además no nos queda otra. No nos queda. No hay más opciones. O le damos sentido o somos un sin-sentido viviente.
Un abrazo
Cuidate ¡
salut
PD: Con lo anterior, lo que quiero decir es que no comparto lo que vino a decir R. Steiner, en su libro La Teosofía, aquello de que "esta vida sólo tiene sentido cuando se vive desde otro mundo".
ResponderEliminarHay otros escritores que admiro y lo afirman; lo hace E. Sábato; lo hace Borges, lo hace Leopoldo Lugones y lo hace Valle Inclán en su "Lámpara maravillosa" .
Insisto, JOSELU, no se lo que hay en la otra vida, por lo que intento dar sentido a la mía en esta.
Salut y perdón por tanta perorata.
No te puedo decir sino que tienes razón y a la vez que eres muy afortunado. Hay quien encuentra el sentido en la fe, en el dinero, en la cultura, en los viajes, en la familia, en el compañero de vida, en la actividad solidaria, en la amistad, en el sexo, en la droga, en la bebida, en el juego, en los hijos, en las cosas sencillas, en los grandes proyectos, en el arte, en la meditación..., lo encuentra de una forma u otra, o no lo encuentra, o está a medio camino, o está totalmente perdido, o alguna desgracia lo hunde o la soledad lo aflige, o alguna enfermedad psíquica lo condiciona... Yo no me atrevería a decir nada concluyente. El problema según tú lo planteas es que el ser humano tiene que conquistar su propio sentido de la vida y yo dudo de que eso siempre sea posible. Salut, Miquel y gracias por tus vivas intervenciones que me hacen pensar.
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