Blog poliédrico que no cree que haya una versión canónica de la realidad y que asume la contradicción flagrante como sistema de interpretación del mundo.
Caramba, siendo cierto lo que dice el personaje, no lo es menos que las civilizaciones se llamaron así por lo "civilizado" de su actuación. En Mesopotámia , la escritura; en Egipto su arquitectura; en Grecia, su arte; en Roma su derecho y su logística; en fenicia, su comercio...
Las civilizaciones se superponen, y para dominar lo han de hacer a través de la lucha, pero una vez asentadas florecen, llegan a su apogeo, languidecen y son fagocitadas por nuevas generaciones que aportan otra civilización. ¿ Cómo llamar a la nuestra?, la era atómica, sin más. Dos bombas y más de un cuarto de millón de muertos.
Las civilizaciones florecen diacrónicamente a lo largo de los siglos pero es inevitable el ejercicio de la fuerza que incluye la brutalidad para imponerse a otras civilizaciones anteriores. La historia es el reino de la violencia. Toda civilización triunfadora se ha alzado sobre la violencia, luego llegan los predicadores, los gobernantes, los comerciantes y posteriormente los artistas. Toda civilización históricamente ha impuesto la sumisión a las anteriores. Conseguido esto, se asienta y surgen sus frutos. Así fueron los mesopotámicos, los egipcios, los griegos, los romanos, los cristianos, los árabes, los españoles, etc, etc. Su poder no vino de mano de los discursos y las homilías sino de las espadas. Es una dialéctica cruel pero innegable. El poderoso ha de tener siempre presta la espada, y quienes la blanden no son los más delicados y virtuosos. Pienso. Un abrazo.
Me ha dejado pensativo este texto de Onfray, sorprendente al primer vistazo, pero hay que dejarlo enfriar.
Coincido bastante en lo expuesto por Miquel.
Viendo el recorrido histórico de grandes civilizaciones (situémonos en la occidental), intuyo por “donde van los tiros” de Onfray… ahora bien, que la Civilización se haya construido con la base de esos detritus, de sus cloacas (forajidos, bandidos, brutos, asesinos despiadados, aniquiladores experimentados, torturadores y sádicos… joder, no se ha dejado ninguno fuera), me parece más un arrebato verbal que otra cosa.
Si le damos un poco de vueltas al fragmento, una vez pasado el impacto a primera vista, lo encuentro un tanto sensacionalista. La idea que nos ha llegado hasta hoy de civilización surge del pensamiento ilustrado francés (s. XVIII), y brota como idea opuesta al concepto de barbarie.
Si sobre la base de esos siniestros individuos (brutos, asesinos y demás) se ha construido algo; perfecto, pero no lo llamemos civilización, llamémoslo otra cosa (incivilización, la era oscura, el Mundo de Mordock… a saber).
Por encima de la realidad política de una civilización está su sustrato cultural (el arte, la literatura, la ciencia, la filosofía, la Universidad, etc), en una misma civilización pueden sucederse diferentes corrientes políticas y formas de gobierno, pero el sedimento cultural es fijo. Encuentro inapropiado colocar a forajidos, brutos, torturadores, etc, como la base sobre la que se ha construido ese hecho cultural, tal vez su elemento más definitorio, que es la civilización.
En cualquier caso, ciertamente todos esos siniestros sujetos son un contrapeso que poseen las civilizaciones, esas cloacas forman parte de la civilización, y son utilizadas cuando conviene. Es verdad que las civilizaciones se han impuesto sobre otras (como bien apunta Miquel) mediante el uso legítimo de la violencia (qué insultante eufemismo), pero reducir los materiales sobre los que se construyen civilizaciones, su complejidad, a una horda de bárbaros y asesinos… esta sí que es una boutade de campeonato. No sé Joselu… ¿Muy sensacionalista el amigo Onfray con este fragmento?
Ciertamente el texto está inserto en una cadena argumental que aquí no aparece, pero pienso que sintetiza bien la idea que yo no veo sensacionalista sino tibia todavía. Pensemos en el mundo moderno a partir de la era de los descubrimientos y la expansión de occidente por todo el mundo. La conquista de América se hizo mediante la violencia contra los pueblos indígenas, tanto en la del norte como la del sur. Las masacres fueron las que fueron para lograr la sumisión y el ejercicio del poder en un continente hostil. El oro de América sirvió para levantar diferentes imperios coloniales en Europa y subvencionó el arte y la cultura. Para lograr hacer grandes negocios y para paliar la debilidad de los indios se llevaron a América decenas y decenas de millones de africanos convertidos en esclavos. Se calcula que fueron sesenta millones los que se apresaron en África. Muchos morían en los barcos que los llevaban. Europa se ha hecho mediante el ejercicio de la violencia brutal. Su civilización, su cultura, su filosofía, su arte tenían como trasfondo el esclavismo y la aniquilación de las poblaciones indígenas. No es la inciviliización sino el otro lado del progreso. Los belgas masacraron el Congo. La historia de las civilizaciones es la historia simultánea de la violencia por un lado y, por otro, el florecer de la cultura. Van unidas. No hay pueblo que se haya impuesto sobre otros que no haya sido sino bajo la espada. El arte, las catedrales, las pirámides han exigido tributos, sumisiones, crímenes masivos para poderse llevar a cabo. Recuérdese en la Edad Media las fanáticas represiones de cualquier desviación de la ortodoxia católica, cátaros, albigensese... El cristianismo y sus frutos han existido sobre la base de una violencia brutal. No es el lado oscuro solamente, sino que este es necesario para el ejercicio del poder. No se puede dar el uno sin el otro.
La duda que me asalta es si China en la pugna con USA a la que ya ha superado, inaugurará un combate diferente sin necesidad de violencia, sería un modelo nuevo. En otro orden de cosas, Estado Islámico en su lucha contra el occidente corrupto y degenerado ha ejercido y ejerce una violencia brutal, pero Occidente no se ha quedado atrás en su represión. Occidente y su florecer cultural innegable se ha impuesto no por las flores sino que sus embajadores han sido los que Onfray relaciona de ese modo que te parece sensacionalista. En una mano el evangelio y en el otro la espada, en una mano el Corán y en otra la espada, así ha sido la historia. En un lado Dante y en el otro las masacres más brutales. Son las dos oscilaciones del movimiento. Gracias por hacerme pensar. Un abrazo.
Me viene a la memoria, JOSELU, PACO, el período oscuro de la decadencia de Roma en la península hasta la entrada de la civilización árabe. Ese período de trescientos años, del 450 -Roma en declive total- al 750 -aunque entran en el 711 no se implantan hasta tres décadas después-, es la Hispania, un territorio ingobernable, sin "civilización" , pues godos, visigodos, suevos, vándalos y alanos y demases, no son "civilizaciones propiamente dichas que aporten, además de espadas, una base suficiente como para que después de la conquista haya un tiempo de florecimiento, con unas ideas plasmadas en una escritura, en unas máximas y en unos ejemplos que si se tuvieron en anteriores civilizaciones. Eso es más o menos lo que creo. Un abrazo
Desafortunadamente, desconozco casi todo sobre el periodo de los godos, convertidos al cristianismo, creo, en España. Ese periodo es mucho menos conocido. En tiempos se recitaba la lista de los reyes godos en la escuela pero luego han pasado a una zona oscura de nuestra historia. La monarquía de los visigodos no era hereditaria sino que salía de los concilios de Toledo, capital del territorio godo. La economía se ruralizó y las ciudades decayeron respecto al periodo romano. Se abandonó el arrianismo para convertirse al catolicismo el reino. El poder debía estar muy descentralizado, lo que, unido a su división interna, favoreció la entrada de los musulmanes en Hispania, además de una traición al rey Don Rodrigo. Pero fueron casi trescientos años que no es poco. Pero sé muy poco, como digo. Un abrazo.
Claro, Joselu (te respondo al comentario que me has dejado), yo también he señalado, como tú y Miquel, esa tendencia irrefrenable de una civilización a mostrar su superioridad moral, cultural, política o militar sobre otra, a imponer su “verdad” o visión del mundo sobre otra, pero ahí ya estamos hablando de la manera en que una civilización entiende estar en su época.
Efectivamente me había acordado de ese mundo moderno post descubrimiento y su afán de imponer sus reglas de juego a los más débiles, y la esclavitud, los genocidios, los problemas religiosos, etc. Todo eso son raíces podridas del imponente árbol que es la civilización, pero si ese árbol solo se sustentase con tales raíces… ya se habría desmoronado. Yo quería recalcar que los cimientos de nuestra civilización, la occidental por ejemplo, surgieron a partir de un hecho cultural indiscutible; las escuelas de la Antigua Grecia, su ciencia, el corpus filosófico, la polis griega, la retórica, etc, etc. ¿O es que solo hay que poner el ojo en una caterva de asesinos? ¿Acaso no contribuyeron los primeros eruditos versados en ciencias, literatura, filosofía, política, derecho, etc? Luego llegó la civilización romana, que bebía de los saberes admirados en la griega (y éstos de Egipto), los romanos fueron muy brillantes, y también mucho más perversos, entregados a una violencia sin igual, pero insisto, las bases de occidente y su legado cultural ya estaban allí.
Está claro que quienes más concitan las miradas, los más visibles, son los malos, les prodigamos un gran culto, siempre fueron los que más ruido hicieron. La Historia de la humanidad destaca por la violencia y atrocidades, pero acallar el papel de “los Héroes”(aludiendo a Carlyle) de esas mentes lúcidas y nobles es un sesgo a mi juicio. Una civilización no puede florecer únicamente a través de una raíz podrida, aunque las haya, ese era mi matiz al texto de Onfray.
Otra cosa será como se ha conducido gran parte de la Humanidad dentro de eso que llamamos Civilización, y si merecen llamarse civilizados.
Hay un libro excepcional de literatura africana que se titula Todo se desmorona y el autor es el nigeriano Chinua Achebe, tal vez lo has leído. El autor recrea el África precolonial con sus ritos, sus máscaras, sus danzas, sus fábulas y canciones, sus creencias en los espíritus y la organización social sumamente sofisticada con sus costumbres, sus tabúes, la violencia ritual... Todo un conjunto excepcionalmente bien estructurado... pero la llegada de los británicos y su superioridad intelectual, social y moral -eso es lo que piensan- desdeña todo lo que encuentran como primitivo y carente de valor, y lo destruyen imponiendo su organización mediante la violencia. Todo ese mundo frágil prodigioso precolonial se ve destruido por una civilización desdeñosa. Este libro me hizo pensar mucho. Por un lado las colonias y por otro, los debates intelectuales en Londres en las distintas sociedades de geógrafos que no concedieron ningún valor a lo que descubrían. Y, claro, de las colonias se extrajeron recursos que subvencionaban el esplendor de la monarquía, del arte y del conocimiento. Los británicos -como cualquier otro país colonial- no fueron solo frutos podridos y nos han dejado un rica literatura, valiosa como pocas.... pero la interdependencia de los dos hemisferios, la destrucción y el esplendor, no creo que sea una exageración.
Creo que lo mencioné en algúna ocasión. Uno de los cantos más hermosos que se produjeron en la antigua Grecia, la del Partenón, la de Sócrates y Platón, pero la de los esclavos también, era el que salía del toro de Falaris. Era una muerte horripilante. En un toro de bronce hueco se metía a un esclavo, se cerraba y debajo se encendfía una hoguera para quemar dentro al esclavo. Sus alaridos terroríficos de dolor eran reconducidos por conductos que salían fuera al banquete que se celebraba y dicen que eran cantos de los más bellos que se puedan imaginar. Esa fue también la Grecia de Heráclito. Por un lado la filosofía pero por otro el toro de Falaris.
Muchas gracias, encontraros aquí a Miquel y a ti, me produce una intensa satisfacción.
Gracias a ti, Joselu, y a todos los que aportan su visión en tu excente blog, Me encantó "Todo se desmorona" de Acheve, por el blog anda. Espeluznante el toro de Falaris.
Los bárbaros, son los bárbaros. "La civilización no suprime la barbarie; la perfecciona", que decía Voltaire.
'Esperando a los bárbaros. Poema de Konstantino Kavafis -¿Qué esperamos congregados en el foro? Es a los bárbaros que hoy llegan.
-¿Por qué esta inacción en el Senado? ¿Por qué están ahí sentados sin legislar los Senadores? Porque hoy llegarán los bárbaros. ¿Qué leyes van a hacer los senadores? Ya legislarán, cuando lleguen, los bárbaros.
-¿Por qué nuestro emperador madrugó tanto y en su trono, a la puerta mayor de la ciudad, está sentado, solemne y ciñendo su corona? Porque hoy llegarán los bárbaros. Y el emperador espera para dar a su jefe la acogida. Incluso preparó, para entregárselo, un pergamino. En él muchos títulos y dignidades hay escritos.
-¿Por qué nuestros dos cónsules y pretores salieron hoy con rojas togas bordadas; por qué llevan brazaletes con tantas amatistas y anillos engastados y esmeraldas rutilantes; por qué empuñan hoy preciosos báculos en plata y oro magníficamente cincelados? Porque hoy llegarán los bárbaros; y espectáculos así deslumbran a los bárbaros.
-¿Por qué no a acuden, como siempre, los ilustres oradores a echar sus discursos y decir sus cosas? Porque hoy llegarán los bárbaros y les fastidian la elocuencia y los discursos.
-¿Por qué empieza de pronto este desconcierto y confusión? (¡Qué graves se han vuelto los rostros!) ¿Por qué calles y plazas aprisa se vacían y todos vuelven a casa compungidos? Porque se hizo de noche y los bárbaros no llegaron. Algunos han venido de las fronteras y contado que los bárbaros no existen.
¿Y qué va a ser de nosotros ahora sin bárbaros? Esta gente, al fin y al cabo, era una solución.
Este poema me recuerda poderosamente a El desierto de los tártaros de Dino Buzzati, y a Esperando a los bárbaros de Coetzee. Muy aguda la cita de Voltaire. El perfeccionamiento de la barbarie.
Gran tema, que nos evoca la frase atribuida a Spengler: "A última hora siempre ha sido un pelotón de soldados el que ha salvado la civilización" Sin llegar a los extremos de Onfray, que pone en las manos de los forajidos los entresijos de nuestro futuro- una hipérbole para hacernos razonar- sí es verdad que la mojigatería de las actuales sociedades occidentales, las convierte para un horizonte venidero, en cascarones que mecen mares violentos. Porque desde otras civilizaciones, nos ven como un cuerpo sin determinación alguna.
Y creen que el futuro les corresponde a ellos. En China, por ejemplo, afirman que el reloj se ha puesto diez siglos atrás, y ha llegado su tiempo. Tienen por seguro que no ocurrirá como en el siglo XV, que vuelvan a deshacerse de toda una flota. Decisión de la dinastía Ming que relegó a China a convertirse en un dominio europeo hasta casi el siglo XX. Piensan ejercer, no como entonces, su hegemonía. ¿Qué haremos nosotros? ¿Seguiremos con nuestra retórica buenista?
En el libro que acabo de leer, Decadencia, vida y muerte de occidente, se relata el surgimiento de la civilización judeocristiana, su auge y su decadencia que ahora coincide con su muerte. Todas las civilizaciones, como decía Spengler, aunque en otros temas estuviera tan desviado de nuestros valores, tienen momentos de nacimiento, florecimiento y muerte. La nuestra ha durado veinte siglos. Estamos exhaustos. Nadie arriesgará su vida por defender un iPhone, mientras el Islam tiene una fuerza genésica mucho mayor que nuestra ridícula natalidad. Nos hemos hecho fofos y blandos. Otras civilizaciones son mucho más potentes que la nuestra que ahora es una vieja metrópoli en estado de shock por una pandemia que en otro momento de la historia hubiera pasado sin pena ni gloria. China ha ganado la guerra a Occidente, estamos en sus manos. Nos sostienen porque tampoco quieren que nos derribemos, somos parte de su negocio. Nuestra falta de convicciones, nuestra debilidad, nuestra bajísima natalidad y nuestras contradicciones son una evidencia. De momento, gocemos de este balneario con un viejo decorado de supuesta vitalidad. El buenismo y el autoodio son síntomas de ese cansancio como civilización.
Una precisión sutil: puntapié violento inicial para pasar después a la obra civilizadora. No te conozco, JLO, así que no sé si hablas literal o irónicamente. Es curioso. Bienvenido al blog, he pasado a ver el tuyo que también es veterano como este. Yo empece en 2005. Saludos.
Es un tema que se puede abordar desde muchos ángulos, yo sigo la línea que apunta Paco. En este mundo tan dual (blanco/negro, bien/mal ...) la parte más oscura de las personas se hace notar, porque la crueldad y la violencia nunca pasan desapercibidas. Pero pienso que por cada acto "malvado" hay una conducta "benevolente" que lo compensa. De no ser así, si los aniquiladores y los violentos fuesen los amos del mundo, éste habría dejado de existir hace ya tiempo pues una vez que hubiesen acabado con aquellos que les estorbasen se enzarzarían entre ellos. Creo que por suerte existe una parte de la sociedad que compensa la barbarie, aunque no está tan a la vista, solo hay que ver las noticias, pero cumple discretamente su función. Un abrazo.
Piensa en la crueldad de los cristianos contra los que llamaba herejes, o contra los judíos o contra los musulmanes, contra las brujas; piensa en el salvajismo de las guerras que han acompañado el desarrollo y crecimiento de las civilizaciones, el colonialismo, el esclavismo, la destrucción de los pueblos indígenas, las guerras mundiales, el nazismo, el estalinismo, el comunismo que ha causado cien millones de muertos en el siglo XX. La historia de la humanidad ha sido la historia de la barbarie. Claro que ha habido cosas buenas, no todo es negro. Hemos vivido una época buena y hemos olvidado el pasado. Yo soy un lector de historia y soy consciente de la crónica de la humanidad, alzada sobre las atrocidades. Todas las civilizaciones han crecido sobre las vidas ajenas, hombres, mujeres, niños, ancianos... Ahora somos demasiado blandos, nos hemos acomodado y hemos olvidado lo que fue el siglo XX por poner algo cercano. Lo que no quita que haya habido mucho de bien también, pero lo más relevante de la historia ha crecido bajo el signo del egoísmo, entendiendo este como la reacción natural de los seres humanos. Si hay una balsa que solo puede contener veinte náufragos en medio del océano, todos rechazaríamos, una vez llena, a todos los demás que desesperados y seguros de ahogarse que quisieran subir. Los machacaríamos con los remos. Eso somos y no es necesariamente malo. Pero es así. O nosotros o ellos. Un abrazo.
A veces perdemos el norte, digamos que los avances tecnológicos nos impiden ver de dónde venimos. Quizás soy demasiado sarcástico, pero todavía nos parecemos mucho a los monos, sí, a nuestros antepasados. No somos tan diferentes, nos quitamos las pulgas, lloramos, nos abrazamos, y también estamos continuamente peleando, por una rama, por el dominio del grupo, por las hembras. Es lo que hay, nuestra conducta social es la que es. Nos hace gracia ver a los monos, somos conscientes, y al mismo tiempo, inconscientes, de cuánto nos parecemos a ellos.
Disiento, los monos no son sádicos ni matan a sus semejantes si no es en defensa de su propia vida. El ser humano ha mostrado el placer de torturar y asesinar a sus semejantes, especialmente a los que considera inferiores. Un mono no hace categorías sobre lo que es superior e inferior. Cierto que en nosotros está muy real el sentimiento de territorialidad, pero ningún animal goza con el sufrimiento ajeno, cazan para vivir pero no para exterminar y además no destruyen la naturaleza en la que viven. Los monos -chimpancés, gorilas, mandriles, orangutanes...- vivían en libertad en la selva, no querían conquistar territorios ajenos ni dominar a otras especies, ni hay entre ellos esclavos ni quieren convertir a los otros a su religión o a su credo político, y las relaciones entre géneros no se han distinguido por la dominación de uno por otro. Se puede decir que los monos son esencialmente pacíficos, pero los seres humanos, ¿qué decir? Un cordial saludo.
El hambre y la ambición de poseer más cosas son el motor de los imperios, estos se crean para dar de comer a los pueblos (y pueblas, desde luego), a los suyos, a cuenta de otros. Cuando el hambre desaparece aparece la civilización, la filosofía y el altruismo, ¿quien es filósofo, civilizado ,altruista y ecuánime si desde su nacimiento sus hijos mueren de hambre? Si una persona tiene que ocupar prácticamente todo su tiempo en buscar alimento, ¿cuando puede reflexionar?... Después de la civilización, viene el declive de manos de "espíritus pequeños", de egoísmo mal entendido, relajación y consumos excesivos. Volvemos a la barbarie y así funciona esto, es un ciclo, más o menos, largo depende épocas, a más modernidad, ciclos más cortos, creo yo. Un saludo
No sé si el hambre es el motor de la creación de imperios, sí la ambición de dominio, de extensión del poder. Así Alejandro Magno, así Roma, así el cristianismo, el Islam, Tamerlán, España, Inglaterra, Holanda, Francia, Rusia, Japón, USA... Creo que la creación de civilizaciones son producto de un momento de seguridad de una cultura, no precisamente el hambre, y que se lanza a extender su área de poder todo lo que puede. Y, efectivamente, cuando está asentado esa civilización surge la filosofía, la literatura, tal vez el altruismo. Pero ese momento expansivo no es pacífico sino extremadamente violento. No van los filósofos por delante, más bien los misioneros. Y en esa expansión está protagonizada por la crueldad, el desdén, el sentimiento de superioridad que intenta imponer una cultura a territorios ajenos. Tienes razón en que la civilizaciones nacen, crecen, filosofan, decaen y mueren... Así probablemente está pasando en la civilización judeocristiana cuyo eje es USA y Europa, totalmente desplazadas en muchos sentidos por China cuya expansión no está siendo territorial sino económica y tecnológica. Son nuevos tiempos. Por otra parte, el Islam está también en una fase expansiva y en un par de décadas nos vamos a enterar en Europa. Un saludo.
Caramba, siendo cierto lo que dice el personaje, no lo es menos que las civilizaciones se llamaron así por lo "civilizado" de su actuación. En Mesopotámia , la escritura; en Egipto su arquitectura; en Grecia, su arte; en Roma su derecho y su logística; en fenicia, su comercio...
ResponderEliminarLas civilizaciones se superponen, y para dominar lo han de hacer a través de la lucha, pero una vez asentadas florecen, llegan a su apogeo, languidecen y son fagocitadas por nuevas generaciones que aportan otra civilización.
¿ Cómo llamar a la nuestra?, la era atómica, sin más. Dos bombas y más de un cuarto de millón de muertos.
Un abrazo
Las civilizaciones florecen diacrónicamente a lo largo de los siglos pero es inevitable el ejercicio de la fuerza que incluye la brutalidad para imponerse a otras civilizaciones anteriores. La historia es el reino de la violencia. Toda civilización triunfadora se ha alzado sobre la violencia, luego llegan los predicadores, los gobernantes, los comerciantes y posteriormente los artistas. Toda civilización históricamente ha impuesto la sumisión a las anteriores. Conseguido esto, se asienta y surgen sus frutos. Así fueron los mesopotámicos, los egipcios, los griegos, los romanos, los cristianos, los árabes, los españoles, etc, etc. Su poder no vino de mano de los discursos y las homilías sino de las espadas. Es una dialéctica cruel pero innegable. El poderoso ha de tener siempre presta la espada, y quienes la blanden no son los más delicados y virtuosos. Pienso. Un abrazo.
EliminarMe ha dejado pensativo este texto de Onfray, sorprendente al primer vistazo, pero hay que dejarlo enfriar.
ResponderEliminarCoincido bastante en lo expuesto por Miquel.
Viendo el recorrido histórico de grandes civilizaciones (situémonos en la occidental), intuyo por “donde van los tiros” de Onfray… ahora bien, que la Civilización se haya construido con la base de esos detritus, de sus cloacas (forajidos, bandidos, brutos, asesinos despiadados, aniquiladores experimentados, torturadores y sádicos… joder, no se ha dejado ninguno fuera), me parece más un arrebato verbal que otra cosa.
Si le damos un poco de vueltas al fragmento, una vez pasado el impacto a primera vista, lo encuentro un tanto sensacionalista. La idea que nos ha llegado hasta hoy de civilización surge del pensamiento ilustrado francés (s. XVIII), y brota como idea opuesta al concepto de barbarie.
Si sobre la base de esos siniestros individuos (brutos, asesinos y demás) se ha construido algo; perfecto, pero no lo llamemos civilización, llamémoslo otra cosa (incivilización, la era oscura, el Mundo de Mordock… a saber).
Por encima de la realidad política de una civilización está su sustrato cultural (el arte, la literatura, la ciencia, la filosofía, la Universidad, etc), en una misma civilización pueden sucederse diferentes corrientes políticas y formas de gobierno, pero el sedimento cultural es fijo. Encuentro inapropiado colocar a forajidos, brutos, torturadores, etc, como la base sobre la que se ha construido ese hecho cultural, tal vez su elemento más definitorio, que es la civilización.
En cualquier caso, ciertamente todos esos siniestros sujetos son un contrapeso que poseen las civilizaciones, esas cloacas forman parte de la civilización, y son utilizadas cuando conviene. Es verdad que las civilizaciones se han impuesto sobre otras (como bien apunta Miquel) mediante el uso legítimo de la violencia (qué insultante eufemismo), pero reducir los materiales sobre los que se construyen civilizaciones, su complejidad, a una horda de bárbaros y asesinos… esta sí que es una boutade de campeonato. No sé Joselu… ¿Muy sensacionalista el amigo Onfray con este fragmento?
Un abrazo!
Ciertamente el texto está inserto en una cadena argumental que aquí no aparece, pero pienso que sintetiza bien la idea que yo no veo sensacionalista sino tibia todavía. Pensemos en el mundo moderno a partir de la era de los descubrimientos y la expansión de occidente por todo el mundo. La conquista de América se hizo mediante la violencia contra los pueblos indígenas, tanto en la del norte como la del sur. Las masacres fueron las que fueron para lograr la sumisión y el ejercicio del poder en un continente hostil. El oro de América sirvió para levantar diferentes imperios coloniales en Europa y subvencionó el arte y la cultura. Para lograr hacer grandes negocios y para paliar la debilidad de los indios se llevaron a América decenas y decenas de millones de africanos convertidos en esclavos. Se calcula que fueron sesenta millones los que se apresaron en África. Muchos morían en los barcos que los llevaban. Europa se ha hecho mediante el ejercicio de la violencia brutal. Su civilización, su cultura, su filosofía, su arte tenían como trasfondo el esclavismo y la aniquilación de las poblaciones indígenas. No es la inciviliización sino el otro lado del progreso. Los belgas masacraron el Congo. La historia de las civilizaciones es la historia simultánea de la violencia por un lado y, por otro, el florecer de la cultura. Van unidas. No hay pueblo que se haya impuesto sobre otros que no haya sido sino bajo la espada. El arte, las catedrales, las pirámides han exigido tributos, sumisiones, crímenes masivos para poderse llevar a cabo. Recuérdese en la Edad Media las fanáticas represiones de cualquier desviación de la ortodoxia católica, cátaros, albigensese... El cristianismo y sus frutos han existido sobre la base de una violencia brutal. No es el lado oscuro solamente, sino que este es necesario para el ejercicio del poder. No se puede dar el uno sin el otro.
EliminarLa duda que me asalta es si China en la pugna con USA a la que ya ha superado, inaugurará un combate diferente sin necesidad de violencia, sería un modelo nuevo. En otro orden de cosas, Estado Islámico en su lucha contra el occidente corrupto y degenerado ha ejercido y ejerce una violencia brutal, pero Occidente no se ha quedado atrás en su represión. Occidente y su florecer cultural innegable se ha impuesto no por las flores sino que sus embajadores han sido los que Onfray relaciona de ese modo que te parece sensacionalista. En una mano el evangelio y en el otro la espada, en una mano el Corán y en otra la espada, así ha sido la historia. En un lado Dante y en el otro las masacres más brutales. Son las dos oscilaciones del movimiento. Gracias por hacerme pensar. Un abrazo.
Me viene a la memoria, JOSELU, PACO, el período oscuro de la decadencia de Roma en la península hasta la entrada de la civilización árabe. Ese período de trescientos años, del 450 -Roma en declive total- al 750 -aunque entran en el 711 no se implantan hasta tres décadas después-, es la Hispania, un territorio ingobernable, sin "civilización" , pues godos, visigodos, suevos, vándalos y alanos y demases, no son "civilizaciones propiamente dichas que aporten, además de espadas, una base suficiente como para que después de la conquista haya un tiempo de florecimiento, con unas ideas plasmadas en una escritura, en unas máximas y en unos ejemplos que si se tuvieron en anteriores civilizaciones.
ResponderEliminarEso es más o menos lo que creo.
Un abrazo
Desafortunadamente, desconozco casi todo sobre el periodo de los godos, convertidos al cristianismo, creo, en España. Ese periodo es mucho menos conocido. En tiempos se recitaba la lista de los reyes godos en la escuela pero luego han pasado a una zona oscura de nuestra historia. La monarquía de los visigodos no era hereditaria sino que salía de los concilios de Toledo, capital del territorio godo. La economía se ruralizó y las ciudades decayeron respecto al periodo romano. Se abandonó el arrianismo para convertirse al catolicismo el reino. El poder debía estar muy descentralizado, lo que, unido a su división interna, favoreció la entrada de los musulmanes en Hispania, además de una traición al rey Don Rodrigo. Pero fueron casi trescientos años que no es poco. Pero sé muy poco, como digo. Un abrazo.
EliminarClaro, Joselu (te respondo al comentario que me has dejado), yo también he señalado, como tú y Miquel, esa tendencia irrefrenable de una civilización a mostrar su superioridad moral, cultural, política o militar sobre otra, a imponer su “verdad” o visión del mundo sobre otra, pero ahí ya estamos hablando de la manera en que una civilización entiende estar en su época.
ResponderEliminarEfectivamente me había acordado de ese mundo moderno post descubrimiento y su afán de imponer sus reglas de juego a los más débiles, y la esclavitud, los genocidios, los problemas religiosos, etc. Todo eso son raíces podridas del imponente árbol que es la civilización, pero si ese árbol solo se sustentase con tales raíces… ya se habría desmoronado.
Yo quería recalcar que los cimientos de nuestra civilización, la occidental por ejemplo, surgieron a partir de un hecho cultural indiscutible; las escuelas de la Antigua Grecia, su ciencia, el corpus filosófico, la polis griega, la retórica, etc, etc. ¿O es que solo hay que poner el ojo en una caterva de asesinos? ¿Acaso no contribuyeron los primeros eruditos versados en ciencias, literatura, filosofía, política, derecho, etc? Luego llegó la civilización romana, que bebía de los saberes admirados en la griega (y éstos de Egipto), los romanos fueron muy brillantes, y también mucho más perversos, entregados a una violencia sin igual, pero insisto, las bases de occidente y su legado cultural ya estaban allí.
Está claro que quienes más concitan las miradas, los más visibles, son los malos, les prodigamos un gran culto, siempre fueron los que más ruido hicieron. La Historia de la humanidad destaca por la violencia y atrocidades, pero acallar el papel de “los Héroes”(aludiendo a Carlyle) de esas mentes lúcidas y nobles es un sesgo a mi juicio. Una civilización no puede florecer únicamente a través de una raíz podrida, aunque las haya, ese era mi matiz al texto de Onfray.
Otra cosa será como se ha conducido gran parte de la Humanidad dentro de eso que llamamos Civilización, y si merecen llamarse civilizados.
Un abrazo, un debate muy fructífero.
Hay un libro excepcional de literatura africana que se titula Todo se desmorona y el autor es el nigeriano Chinua Achebe, tal vez lo has leído. El autor recrea el África precolonial con sus ritos, sus máscaras, sus danzas, sus fábulas y canciones, sus creencias en los espíritus y la organización social sumamente sofisticada con sus costumbres, sus tabúes, la violencia ritual... Todo un conjunto excepcionalmente bien estructurado... pero la llegada de los británicos y su superioridad intelectual, social y moral -eso es lo que piensan- desdeña todo lo que encuentran como primitivo y carente de valor, y lo destruyen imponiendo su organización mediante la violencia. Todo ese mundo frágil prodigioso precolonial se ve destruido por una civilización desdeñosa. Este libro me hizo pensar mucho. Por un lado las colonias y por otro, los debates intelectuales en Londres en las distintas sociedades de geógrafos que no concedieron ningún valor a lo que descubrían. Y, claro, de las colonias se extrajeron recursos que subvencionaban el esplendor de la monarquía, del arte y del conocimiento. Los británicos -como cualquier otro país colonial- no fueron solo frutos podridos y nos han dejado un rica literatura, valiosa como pocas.... pero la interdependencia de los dos hemisferios, la destrucción y el esplendor, no creo que sea una exageración.
EliminarCreo que lo mencioné en algúna ocasión. Uno de los cantos más hermosos que se produjeron en la antigua Grecia, la del Partenón, la de Sócrates y Platón, pero la de los esclavos también, era el que salía del toro de Falaris. Era una muerte horripilante. En un toro de bronce hueco se metía a un esclavo, se cerraba y debajo se encendfía una hoguera para quemar dentro al esclavo. Sus alaridos terroríficos de dolor eran reconducidos por conductos que salían fuera al banquete que se celebraba y dicen que eran cantos de los más bellos que se puedan imaginar. Esa fue también la Grecia de Heráclito. Por un lado la filosofía pero por otro el toro de Falaris.
Muchas gracias, encontraros aquí a Miquel y a ti, me produce una intensa satisfacción.
Gracias a ti, Joselu, y a todos los que aportan su visión en tu excente blog,
EliminarMe encantó "Todo se desmorona" de Acheve, por el blog anda.
Espeluznante el toro de Falaris.
Un abrazo
Los bárbaros, son los bárbaros. "La civilización no suprime la barbarie; la perfecciona", que decía Voltaire.
ResponderEliminar'Esperando a los bárbaros. Poema de Konstantino Kavafis
-¿Qué esperamos congregados en el foro?
Es a los bárbaros que hoy llegan.
-¿Por qué esta inacción en el Senado?
¿Por qué están ahí sentados sin legislar los Senadores?
Porque hoy llegarán los bárbaros.
¿Qué leyes van a hacer los senadores?
Ya legislarán, cuando lleguen, los bárbaros.
-¿Por qué nuestro emperador madrugó tanto
y en su trono, a la puerta mayor de la ciudad,
está sentado, solemne y ciñendo su corona?
Porque hoy llegarán los bárbaros.
Y el emperador espera para dar
a su jefe la acogida. Incluso preparó,
para entregárselo, un pergamino. En él
muchos títulos y dignidades hay escritos.
-¿Por qué nuestros dos cónsules y pretores salieron
hoy con rojas togas bordadas;
por qué llevan brazaletes con tantas amatistas
y anillos engastados y esmeraldas rutilantes;
por qué empuñan hoy preciosos báculos
en plata y oro magníficamente cincelados?
Porque hoy llegarán los bárbaros;
y espectáculos así deslumbran a los bárbaros.
-¿Por qué no a acuden, como siempre, los ilustres oradores
a echar sus discursos y decir sus cosas?
Porque hoy llegarán los bárbaros y
les fastidian la elocuencia y los discursos.
-¿Por qué empieza de pronto este desconcierto
y confusión? (¡Qué graves se han vuelto los rostros!)
¿Por qué calles y plazas aprisa se vacían
y todos vuelven a casa compungidos?
Porque se hizo de noche y los bárbaros no llegaron.
Algunos han venido de las fronteras
y contado que los bárbaros no existen.
¿Y qué va a ser de nosotros ahora sin bárbaros?
Esta gente, al fin y al cabo, era una solución.
Este poema me recuerda poderosamente a El desierto de los tártaros de Dino Buzzati, y a Esperando a los bárbaros de Coetzee. Muy aguda la cita de Voltaire. El perfeccionamiento de la barbarie.
EliminarGran tema, que nos evoca la frase atribuida a Spengler: "A última hora siempre ha sido un pelotón de soldados el que ha salvado la civilización" Sin llegar a los extremos de Onfray, que pone en las manos de los forajidos los entresijos de nuestro futuro- una hipérbole para hacernos razonar- sí es verdad que la mojigatería de las actuales sociedades occidentales, las convierte para un horizonte venidero, en cascarones que mecen mares violentos. Porque desde otras civilizaciones, nos ven como un cuerpo sin determinación alguna.
ResponderEliminarY creen que el futuro les corresponde a ellos. En China, por ejemplo, afirman que el reloj se ha puesto diez siglos atrás, y ha llegado su tiempo. Tienen por seguro que no ocurrirá como en el siglo XV, que vuelvan a deshacerse de toda una flota. Decisión de la dinastía Ming que relegó a China a convertirse en un dominio europeo hasta casi el siglo XX. Piensan ejercer, no como entonces, su hegemonía. ¿Qué haremos nosotros? ¿Seguiremos con nuestra retórica buenista?
En el libro que acabo de leer, Decadencia, vida y muerte de occidente, se relata el surgimiento de la civilización judeocristiana, su auge y su decadencia que ahora coincide con su muerte. Todas las civilizaciones, como decía Spengler, aunque en otros temas estuviera tan desviado de nuestros valores, tienen momentos de nacimiento, florecimiento y muerte. La nuestra ha durado veinte siglos. Estamos exhaustos. Nadie arriesgará su vida por defender un iPhone, mientras el Islam tiene una fuerza genésica mucho mayor que nuestra ridícula natalidad. Nos hemos hecho fofos y blandos. Otras civilizaciones son mucho más potentes que la nuestra que ahora es una vieja metrópoli en estado de shock por una pandemia que en otro momento de la historia hubiera pasado sin pena ni gloria. China ha ganado la guerra a Occidente, estamos en sus manos. Nos sostienen porque tampoco quieren que nos derribemos, somos parte de su negocio. Nuestra falta de convicciones, nuestra debilidad, nuestra bajísima natalidad y nuestras contradicciones son una evidencia. De momento, gocemos de este balneario con un viejo decorado de supuesta vitalidad. El buenismo y el autoodio son síntomas de ese cansancio como civilización.
Eliminar"Construir" me parece exagerado. Puntapié inicial digamos je. Lo demás se lo debemos a los hombres civilizados. Saludos
ResponderEliminarUna precisión sutil: puntapié violento inicial para pasar después a la obra civilizadora. No te conozco, JLO, así que no sé si hablas literal o irónicamente. Es curioso. Bienvenido al blog, he pasado a ver el tuyo que también es veterano como este. Yo empece en 2005. Saludos.
EliminarEs un tema que se puede abordar desde muchos ángulos, yo sigo la línea que apunta Paco. En este mundo tan dual (blanco/negro, bien/mal ...) la parte más oscura de las personas se hace notar, porque la crueldad y la violencia nunca pasan desapercibidas. Pero pienso que por cada acto "malvado" hay una conducta "benevolente" que lo compensa. De no ser así, si los aniquiladores y los violentos fuesen los amos del mundo, éste habría dejado de existir hace ya tiempo pues una vez que hubiesen acabado con aquellos que les estorbasen se enzarzarían entre ellos. Creo que por suerte existe una parte de la sociedad que compensa la barbarie, aunque no está tan a la vista, solo hay que ver las noticias, pero cumple discretamente su función.
ResponderEliminarUn abrazo.
Piensa en la crueldad de los cristianos contra los que llamaba herejes, o contra los judíos o contra los musulmanes, contra las brujas; piensa en el salvajismo de las guerras que han acompañado el desarrollo y crecimiento de las civilizaciones, el colonialismo, el esclavismo, la destrucción de los pueblos indígenas, las guerras mundiales, el nazismo, el estalinismo, el comunismo que ha causado cien millones de muertos en el siglo XX. La historia de la humanidad ha sido la historia de la barbarie. Claro que ha habido cosas buenas, no todo es negro. Hemos vivido una época buena y hemos olvidado el pasado. Yo soy un lector de historia y soy consciente de la crónica de la humanidad, alzada sobre las atrocidades. Todas las civilizaciones han crecido sobre las vidas ajenas, hombres, mujeres, niños, ancianos... Ahora somos demasiado blandos, nos hemos acomodado y hemos olvidado lo que fue el siglo XX por poner algo cercano. Lo que no quita que haya habido mucho de bien también, pero lo más relevante de la historia ha crecido bajo el signo del egoísmo, entendiendo este como la reacción natural de los seres humanos. Si hay una balsa que solo puede contener veinte náufragos en medio del océano, todos rechazaríamos, una vez llena, a todos los demás que desesperados y seguros de ahogarse que quisieran subir. Los machacaríamos con los remos. Eso somos y no es necesariamente malo. Pero es así. O nosotros o ellos. Un abrazo.
EliminarA veces perdemos el norte, digamos que los avances tecnológicos nos impiden ver de dónde venimos. Quizás soy demasiado sarcástico, pero todavía nos parecemos mucho a los monos, sí, a nuestros antepasados. No somos tan diferentes, nos quitamos las pulgas, lloramos, nos abrazamos, y también estamos continuamente peleando, por una rama, por el dominio del grupo, por las hembras. Es lo que hay, nuestra conducta social es la que es. Nos hace gracia ver a los monos, somos conscientes, y al mismo tiempo, inconscientes, de cuánto nos parecemos a ellos.
ResponderEliminarDisiento, los monos no son sádicos ni matan a sus semejantes si no es en defensa de su propia vida. El ser humano ha mostrado el placer de torturar y asesinar a sus semejantes, especialmente a los que considera inferiores. Un mono no hace categorías sobre lo que es superior e inferior. Cierto que en nosotros está muy real el sentimiento de territorialidad, pero ningún animal goza con el sufrimiento ajeno, cazan para vivir pero no para exterminar y además no destruyen la naturaleza en la que viven. Los monos -chimpancés, gorilas, mandriles, orangutanes...- vivían en libertad en la selva, no querían conquistar territorios ajenos ni dominar a otras especies, ni hay entre ellos esclavos ni quieren convertir a los otros a su religión o a su credo político, y las relaciones entre géneros no se han distinguido por la dominación de uno por otro. Se puede decir que los monos son esencialmente pacíficos, pero los seres humanos, ¿qué decir? Un cordial saludo.
EliminarEl hambre y la ambición de poseer más cosas son el motor de los imperios, estos se crean para dar de comer a los pueblos (y pueblas, desde luego), a los suyos, a cuenta de otros. Cuando el hambre desaparece aparece la civilización, la filosofía y el altruismo, ¿quien es filósofo, civilizado ,altruista y ecuánime si desde su nacimiento sus hijos mueren de hambre? Si una persona tiene que ocupar prácticamente todo su tiempo en buscar alimento, ¿cuando puede reflexionar?...
ResponderEliminarDespués de la civilización, viene el declive de manos de "espíritus pequeños", de egoísmo mal entendido, relajación y consumos excesivos. Volvemos a la barbarie y así funciona esto, es un ciclo, más o menos, largo depende épocas, a más modernidad, ciclos más cortos, creo yo.
Un saludo
No sé si el hambre es el motor de la creación de imperios, sí la ambición de dominio, de extensión del poder. Así Alejandro Magno, así Roma, así el cristianismo, el Islam, Tamerlán, España, Inglaterra, Holanda, Francia, Rusia, Japón, USA... Creo que la creación de civilizaciones son producto de un momento de seguridad de una cultura, no precisamente el hambre, y que se lanza a extender su área de poder todo lo que puede. Y, efectivamente, cuando está asentado esa civilización surge la filosofía, la literatura, tal vez el altruismo. Pero ese momento expansivo no es pacífico sino extremadamente violento. No van los filósofos por delante, más bien los misioneros. Y en esa expansión está protagonizada por la crueldad, el desdén, el sentimiento de superioridad que intenta imponer una cultura a territorios ajenos. Tienes razón en que la civilizaciones nacen, crecen, filosofan, decaen y mueren... Así probablemente está pasando en la civilización judeocristiana cuyo eje es USA y Europa, totalmente desplazadas en muchos sentidos por China cuya expansión no está siendo territorial sino económica y tecnológica. Son nuevos tiempos. Por otra parte, el Islam está también en una fase expansiva y en un par de décadas nos vamos a enterar en Europa. Un saludo.
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