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martes, 2 de diciembre de 2014

¿Dónde diablos está Orión?


Esta mañana he leído un texto de Manel Soria (Agrimensor Frikosal) que me ha interesado vivamente. Es profesor de Ingeniería Aeronáutica en la UPC. El texto que me ha llevado a escribir es este:

"El sistema educativo actual se basa en que los estudiantes deben repetir en un examen lo que se les ha explicado. Esto puede ser muy difícil, pero deja poco lugar a la creatividad. Con la dificultad de acceso a muchas carreras (por las notas de corte) el bachillerato se está convirtiendo en una especie de oposición. Pero las cosas que entran rápidamente al cerebro, salen del mismo modo y no se asimilan. Al llegar a la universidad, muchos estudiantes se han convertido en máquinas de sacar buenas notas, preocupadísimos por cada décima que se les puntúa en los exámenes, pero con serias dificultades en relacionar conceptos de diferentes asignaturas y en INVENTAR cosas nuevas. Estamos utilizando métodos docentes pensados para formar empleados de banca, contables y administrativos: deben ser disciplinados y conocer perfectamente lo que se espera de ellos. Cuando realmente yo creo que vamos a necesitar científicos, artistas, diseñadores, artesanos. Y ya puestos: ¿No se podría salir un día de noche con los niños y enseñarles donde está Orión? ¿Explicarles que cada noche pueden verlo muchos millones de niños como ellos en muchos lugares del mundo? Yo lo aprendí a los 35 años, menuda pérdida de tiempo".

La perspectiva de Manel Soria es diferente a la mía, pues él es profesor de los alumnos disciplinados y que sacan las mejores notas en Bachillerato, de una selecta minoría que es la que llega a la UPC y a la asignatura de Ingeniería Aeronáutica que él imparte. Se queja de que son disciplinados y trabajadores, que están obsesionados por las décimas de las notas pero que no son creativos, inhábiles en suma para lo que demanda el mundo actual que son profesionales imaginativos que sean capaces de conectar diversas disciplinas e inventar tanto problemas como soluciones nuevas.

Esta atinada reflexión conecta con lo que ha sido mi objetivo en toda mi vida de profesor en la secundaria y el bachillerato: conectar áreas y materias, abrir espacios de reflexión compleja sobre la realidad, utilizar la literatura como vehículo de reflexión sobre el mundo y la sociedad... Cuesta ciertamente. En la secundaria, nuestros alumnos son indisciplinados y les cuesta mantener la atención, no solo a lo que dice el profesor sino a lo que pueden aportar ellos mismos, diluidos en una madeja de conflictos interpersonales. Pocas veces, sinceramente, he podido hacer debates constructivos en clase para extraer ese potencial conocimiento que ellos tienen de sus circunstancias personales (inmigración, problemas sociales, conciencia medio ambiental, uso de las tecnologías). Sus relaciones son tan difíciles que me encuentro que no quieren que se lean públicamente sus composiciones escritas para abrir foros de debate entre ellos. En bachillerato los chicos se quejan de que hay muy poco compañerismo en las clases que se revela en fuertes enfrentamientos, envidias, rencores, entre ellos. Quiero decir con esto que muchas veces las aulas no son esos espacios propicios a la creatividad, aunque el profesor quiera y lo intente de una forma u otra. Los muchachos que yo frecuento, raramente se interesan por la actualidad. No leen de ninguna manera la prensa si no es deportiva, y ni siquiera ven los noticiarios en la televisión. El mundo se puede hundir y ellos no se enterarían más que cuando los cascotes cayeran sobre ellos. Adjudican escaso o nulo valor a la cultura que no les atrae en absoluto. Desdeñan en general el cuidado del lenguaje y sus registros lingüísticos son muy reducidos. Hay pequeñas minorías que escapan de esta radiografía, pero no tienen posibilidades de expandir su influencia que no es aprovechada. Nuestros alumnos aprenden a copiar, se acostumbran a no pensar y no salen de lo mecánico en sus respuestas que se basan en clichés. Hay alumnos disciplinados, claro está; son los que llegarán a Ingeniería Aeronáutica, una ínfima minoría en el ambiente que yo conozco pues el alumnado de esta universidad (UPC) seguro que se nutre más bien de centros privados o públicos de zonas de clase media. Pero a pesar de ello tampoco eso supone esa creatividad que Manel Soria anhela. Las pedagogías de estas escuelas de clase media no son creativas, pues se basan en la memorización y la repetición de esquemas con mucha mayor exigencia que la que podemos ejercer nosotros en los ambientes, poco sólidos social e intelectualmente, en que yo imparto clases de lengua y literatura creativas. Los profesores son en general también poco creativos, salvo excepciones, y se ven enfrentados a agudos dilemas cuando se les exige rigor y exigencia a costa de la imaginación y la creatividad, cualidades que no son especialmente valoradas en la secundaria.

Siempre me he considerado un nadador contracorriente, un francotirador, un verso suelto que ha tenido grandes aciertos y también sonoros fracasos. La creatividad y la imaginación necesitan un contexto en que nacer y desarrollarse para crecer, pero no lo hallo en mi esfera profesional. En el ambiente que yo veo, por una escuela progresivamente más burocratizada, por el contacto con profesores muy profesionales pero mecánicos, por la depauperación económica e intelectual de nuestros alumnos que no tienen la cultura como un bien ni gozan en adentrarse en la complejidad de las cosas, ni disfrutan creando o inventando. En ambientes más floridos económicamente, que es donde la creatividad podría manifestarse, tampoco los docentes se orientan a ello por sus enfoques esquemáticos del conocimiento y las exigencias de las notas de corte que condicionan todo impidiendo una pedagogía abierta y creativa. Así de una forma u otra, creamos, en el mejor de los casos, burócratas disciplinados, oficinistas grises, repetitivos, incapaces de hacer algo propio y original que no esté inspirado en lo que anhelan las masas, ajenas a los bienes culturales o a la imagen del universo que anhela difundir entre los niños Manel Soria.


35 comentarios :

  1. Fantástica reflexión, la verdad, aun hay profesores que creemos en otro tipo de educación, y no somos pocos. Gracias por compartirlo.

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    1. Gracias, Susana, porque efectivamente somos conscientes de esa educación que no estimula la creatividad ni la capacidad crítica. El texto de Manel Soria es contundente. Me pregunto si no es posible que alumnos con buena disposición académica, como los que él tiene, no den ese salto y vayan más allá de esa fente funcionarial que los aflige.

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  2. O se dejan seducir por los encantadores que les prometen el paraíso de los"derechos" a todo, y todo gratis, a costa del Estado. Los representantes tanto del capital como sus detractores deben de haber salivado de lo lindo al leer el artículo: "¡Esos, esos son los ciudadanos que yo quiero!", deben de haber gritado ambos al unísono. Y no me extraña. El ejemplo personal, más allá del sistema, es, me parece, lo determinante. O sea, que eres una joya del espíritu crítico cuya siembra acabará fructificando, no me cabe duda, aunque me quepa todo el escepticismo del mundo y algo más...

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    1. Sí, tienes razón: los representantes del capital deben estar entusiasmados con este modelo de estudiante burócrata que no tiene capacidad crítica o no la ejerce si la tiene. Lo que no entiendo es que incluyas sin más matización también a los detractores de la sociedad capitalista. No sé si es un dardo envenenado hacia Podemos y el 15M.

      En cuanto a ejemplo personal, uno puede percibir cierta afinidad con ciertos alumnos que parecen percibir ese espíritu libre y crítico que es el que debe aparecer en las aulas, más allá del funcionarial que nos condiciona como representantes del estado más burocrático. Ojalá. Pero cabe ser escéptico también.

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    2. Muchas luces por esas parcelas de la protesta no es que haya..., o así a mí me lo parece. No se me despinta el stajanovismo... Las buenas intenciones no están exenta de contradicciones insuperables que acaban en la melancolía. Mejor que existan, sin duda, porque cualquier recuerdo de la inmoralidad de la explotación nunca está de más. Pero de ahí a nutrir la esperanza...

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  3. ¿Y como se solucionaría? Deprimente y verdadero lo que planteáis pero lo que importa es el futuro y como cambiar esto. ¿Deberán los profesores asesorar en las leyes de educación? Deberán los gobiernos estar dispuestos a oír a todas las partes? ¿Deberíamos preguntar a los alumnos?... Pues por lo visto el camino que estamos siguiendo no es el correcto.

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    1. Julio Cortázar abominaba del pragmatismo, sobre la manía de perseguir solo objetivos útiles. ¿Qué es lo útil en una carrera profesional? Yo estimo que los viajes que he hecho por el mundo en permisos sin sueldo me han servido mucho más que las horas de estudio en facultades en las que se aprendía relativamente. Es la vida la principal universidad, la curiosidad, las ganas de saber, de conectar cosas, de responder preguntas, de formularlas, de llegar a absurdos sin salida de momento... Yo veo pocos chicos así. Con curiosidad. Si luego en las universidades, los mejores son como describe Frikosal, es que algo no está funcionando efectivamente.

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  4. Hola Joselu,
    Lo primero, me alegra mucho ver que te ha gustado mi reflexión.
    Este tema da para mucho. Solamente unos comentarios:
    -Lo que dices de la extracción social de los estudiantes creo que es totalmente cierto, por desgracia.
    -No se trata de una discusión entre "ciencias" y "letras", en ambas se puede ser creativo o burocratizado.
    -Yo personalmente cada vez tengo más claro que los exámenes no sirven para nada; el método que usamos (que tenemos que usar) no sirve.
    -Me parece desolador el panorama que presentas de los chicos/as de secundaria, debe ser muy duro para una persona implicada en su oficio como creo que lo eres. He seguido tu blog desde hace años, aunque con discontinuidad, y recuerdo que has tenido toda clase de iniciativas para romper con esto.
    -En fin.. mil cosas más te diría.. ¿qué tal organizar un encuentro? ¿un pase de diapos de estrellas en tu instituto? .. no se.
    Un abrazo !

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    1. No sabes la alegría que me da verte por aquí. Iba en el AVE viniendo de Zaragoza cuando he visto tu comentario. Y tu propuesta de hacer un pase de diapositivas sobre estrellas en mi instituto de Sant Ildefons me ha dejado maravillado. Te tomo inmediatamente la palabra. Te escribiré y hablamos de tu disponibilidad. Será increíble poder añadir esta experiencia que conozco porque una vez estuve en una proyección de tus diapositivas. Pienso que estos muchachos a los que quiero profundamente se quedarán boquiabiertos al ver el universo. Es una oportunidad que no quiero dejar pasar. Mañana hablaré de ello en el instituto y te escribiré. Un abrazo.

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  5. Yo estoy alarmado: esto cada vez se parece menos a un sistema de aprendizaje. Ni creatividad, ni debate, ni construcción propia a partir de los materiales trabajados en las clases. No mejoramos. Y luego está lo que bien dices: cada vez hay más diferencias entre centros educativos y realidades docentes. También aquí aumenta la brecha...
    Pero parece que no le importa a nadie.

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    1. Cuando leí el texto de Manel Soria pensé inmediatamente en ti, porque eres profesor universitario pero del otro lado, de literatura. Me pregunto si el prototipo de estudiante de literatura alienta la esperanza de un ser humano más abierto y complejo que no solo busca sacar buenas notas. ¿Cómo es la creatividad en tu facultad? Pero parece que lo contestas cuando dices "ni creatividad ni debate, ni construcción propia a partir de los materiales trabajados en las clases". ¿Empieza todo en la secundaria?

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  6. Buenas Jose Luis, me ha encantado esta reflexión porque ademas me afecta. Conozco a través de la red a Frikosal cuya fotografía admiro y es una de las que más he disfrutado. Su blog lo seguía con verdadero interés y cada fotografía de paisaje astronómico que subía cada reflexión que hacia me parecía sublime. Sin embargo el antiguo blog quedo muerto hace tiempo y ahora ya no se donde lana sus reflexiones. A parte de eso decirte que yo en su dia estudie Ingeniería Industrial Eléctrica en la UPC en la misma facultad que da clases el. Yo era ciertamente un raro avis allí, algunos compañeros que me habían visto leer literatura en las horas libres me llegaron a preguntar extrañados que porque lo hacia si nadie me obligaban, algunos llegaba a reconocer que jamas habían leído nada de literatura que no fuese de lectura obligatoria. De eso hace 20 años, ahora imagino que el tema será mucho peor. Lo que a lo mejor no tengo tan claro es que esas universidades solo se nutran de alumnos de institutos de zonas buenas, no es mi caso por ejemplo que venia de uno de los peores colegios de mi ciudad, aunque es cierto que la secundaria ya la realice en un instituto de más nivel. Ciertamente en este tipo de carrera o tenias un mínimo de disciplina a la hora de trabajar o era imposible salirse, y desde luego la mayoría de mentes allí encerradas eran absolutamente racionales y la imaginación brillaba por su ausencia.

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    1. En un post que escribí hace dos años titulado "Copiar en un examen: reflexiones éticas" un informático me responde que no hay nada malo en copiar si de lo que te examinas son cosas que no quieres aprender (como geología o biología, por ejemplo) y que no te servirán en tu profesión. No le voy a contestar, pero su planteamiento es el de la barbarie ignorante que cree que el saber es la pequeña parcelita que te interesa. Ya me has hablado de los informáticos y del ambiente que reina entre ellos sobre leer y demás. Me congratulo de conocer a un profesor de la Pompeu Fabra de matemáticas con quien es un gozo hablar de literatura. De esto se trataría. Lo que comentáis Frikosal y tú es pura barbarie tecnocrática y si es ese el ambiente que reina en facultades de ingeniería y semejantes, aviados vamos. Ese reduccionismo es terrible porque hay importantes debates en la sociedad que requieren de individuos formados en distintas áreas del conocimiento y capaces de idear máquinas inspiradas si es necesario en la biología o tal vez en la literatura. Me siento espeluznado porque esos alumnos de que habla Manel son los mejores. En mi casa tengo una hija que formará parte de ellos si sigue a este paso. Ayer le envié el texto de Friko para que lo pensara. Si se pasan toda la vida estudiando ¿cuándo aprenden? ¿Y si solo saben de una cosa? ¿Qué saben? ¿Qué es un ingeniero incapaz de leer un libro? El debate este me ha dejado muy tocado porque lo tengo en casa.

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    2. Bueno, todo esto viene ya de antes, si tu hija le gusta leer literatura, eso no lo va a perder y si acaba pasando por ingeniería no va a tener un retroceso. Pero nomalmente, si a los 18, antes de pisar la Universidad, disfrutas con Cortazar, lo normal es que no acabes en la UPC en una ingeniería. Y allí, desde luego, jamas nadie te va a hacer literatura ni nada por el estilo. Es decir, el nivel de exigencia es tan alto, tienes que currar tanto, que te pasas los años universitarios sin tocar un libro que no sea técnico. Imaginate, de los 18 a los 23, en esos años yo creo que es donde matizas tu vida y si no lees, no leeras. Hay excepciones, yo en los pasillos leyendo literatura, sin duda Manel que tiene una cultura enorme, pero son los menos. Recuerdo que a mis compañeros se les atascaba una tontería de asignatura que se llamaba historia de las máquinas eléctricas que era teórica y una absoluta chorrada, yo saque un 10 yo creo que por contraposición de los otros.

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    3. No, no le gusta especialmente la literatura. Todavía tiene quince años y lee muy poco. No tiene tiempo ni la veo especialmente interesada en ello. Ella juega a básquet y tiene que hacer un regalo para el amigo invisible. Entonces reflexionaba sobre qué regalo hacer y no sabía. Le sugerí que un libro, y no veas la cara que me puso. ¡Nadie lee, papá! Yo empecé a leer algo medianamente interesante algo mayor que ella, pero este tiempo ya no es el que viví yo ni todos eran como yo. Cada persona es un mundo. La veo muy obsesionada con las notas pero poco por la creatividad y la literatura. Preferiría peores notas y más creatividad. Pero no me puedo quejar de ella en ningún aspecto.

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  7. Por suerte yo recuerdo mi clase de Bachillerato con bastante cariño, de hecho seguimos siendo amigos. Tuve la suerte de tener compañeros con inquietudes y aunque no todos, algunos siempre participábamos y debatíamos en las clases de filosofía, historia o lengua castellana. Siempre he pensado que podríamos haber dado el doble. Y lo cierto es que tanto en Lloret como en mi antiguo instituto hay mucha inmigración y es fácil que en una clase haya 10 nacionalidades distintas. Nosotros fuimos un buen grupo y algunos terminamos en la UPC, (yo me fui porque no soportaba Terrassa, aquella ciudad me deprimía), otros en otras universidades o haciendo grados superiores. No sé qué hubiera sido de mí en una clase de bachillerato como la que describes.
    Me sorprende que un profesor de ingeniería anhele creatividad en los alumnos. En mi carrera aún no he encontrado ningún profesor así. Supongo que la mayoría piensa que no hace falta, para aprobar un examen de máquinas eléctricas o de análisis de sistemas, con tener los conceptos claros suele ser suficiente. Y eso es lo que hacemos, aprender de forma mecánica, llenar folios de ejercicios para coger práctica y reproducirlo el día del examen. No es extraño que en dos horas de clase, ningún alumno haya participado en ella. A veces el profesor se tiene que contestar las preguntas el mismo.
    Mi experiencia es que para estudiar ingeniería no hace falta creatividad sino mucha disciplina, estar centrado y echarle horas. Yo soy el claro ejemplo de cómo no deber ser.

    Un saludo :)

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    1. Je, je, Mari Carmen que debe de haber estudiado algo muy parecido a lo que yo estudie (maquines eléctricas I y II, y análisis de sistemas son asignaturas que yo curse en Terrassa precisamente, yo como venía de Sabadell que es aun más gris que Terrassa si soporte la ciudad), ha dado con la clave. Lo raro no es que esos alumnos sean y se comporten asi, lo raro es que Manel se pregunte esas cosas de ellos, que espere creatividad, el raro es el, je, je, desde la admiración, yo estuve en una conferencia de el hace unos años y pensé, ¿como puede ser que un profesor de la UPC hable de filosofía y belleza como este hombre?. Mis profesores allí quizás con la excepción de Luis Martinez Barrios de cuyo nombre me acuerdo y eso ya es en si mérito suyo, eran gente técnica, brillantes en sus campos, y que rarisima vez se salían de sus temarios y cometidos, y te hablo de hace 20 años.

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    2. José Antonio, efectivamente, empecé Industriales en Terrassa, que es un lugar al que no he vuelto ni tengo la intención, y después decidí volverme a Girona y pasarme a la Ingeniería eléctrica. Si mi mente dispersa me lo permite algún día no demasiado lejano terminaré la carrera...
      En cuanto a los profesores, no sé, estoy segura que a muchos de ellos les gusta la literatura o la filosofía. En ese sentido he encontrado a gente mucho más interesante entre estudiantes o profesores de carreras técnicas que de cualquier otro ámbito. Recuerdo que en bachillerato, los estudiantes del tecnológico éramos los que teníamos mejores resultados en filosofía, historia o lengua. El caso es que luego, a la hora de enseñar, estos profesores siguen siendo dogmáticos y cuadriculados y lo único que quieren es que saques al menos un 5 de ese examen infernal de 5h que han preparado con cariño para ti.

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    3. Yo soy Ingeniero Técnico Industrial Eléctrico de hay que me sonasen esas asignaturas, pero ahora solo soy un triste informático de 40 años que trabajo codo con codo con chavales de 22 años que vienen de módulos o de la FP y que creo que no saben ni que es la creatividad si no se puede buscar en Google. Sin duda entre los profesores de las carreras técnicas debe de haber gente culta con un mínimo de interés por la cultura pero la Universidad no está montada para incentivar la creatividad ni nada por el estilo y el profesor se ciñe a lo que tiene que dar. Al alumno se le fuerza a coger miles de créditos, carísimos, y sin beca, el profesor lo sabe y en su tiempo se dedica a intentar que el alumno apruebe y poco más, y el alumno con más urgencia. Yo creo que Manel o Jose Luis tienen un concepto de la enseñanza romántico, que comparto, que seria ideal y haría mejores alumnos y personas pero que en ámbito universitario al menos en las carreras más técnicas tiene muy poca cabida. En su día nos impresiono "El cub de los poetas muertos" o "La ola" y hoy les impresiona la película del creador del Facebook o la de Steve Jobs.

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    4. Sin embargo, en Steve Jobs creo entender que había algo más que escueta tecnología. Había una apuesta por la imaginación y la belleza. No sé si tengo una idea romántica de Jobs pero entiendo que era un hombre complejo e interesado también en la faceta humanística. Del fundador de FB no tengo una idea tan positiva. Todos vivimos en su mundo de relaciones sociales pero a la vez yo personalmente lo detesto por lo que representa.

      De todas maneras no sé si la universidad -en ciencias o letras- fomenta la creatividad. Lo dudo.

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    5. No he leído nada de Steve Job, no me interesa nada, conozco cuatro datos anecdóticos sobre el mismo y además con mensajes contradictorios. Uno de ellos es que por lo visto podría seguir vivo si no hubiera insistido en curarse del cáncer con una dieta extraña creo que a base de zanahorias. El otro dato es que a sus hijos les prohibía la tecnología, cosa que me hace reír mucho internamente.

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    6. jajajaja, reconozco que escribo desde un Mac y que soy de su secta. En casa estamos divididos al cincuenta por ciento los partidarios de Apple y los detractores. Algo leí sobre esa dieta extraña que siguió. Eso muestra que una inteligencia poderosa no está reñida con el papanatismo más extremo. Todos somos algo así, pero sin la inteligencia poderosa, claro está, pero papanatas extremos todos lo somos en algún momento. Yo al menos.

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  8. Ya lo dijo Unamuno a partir de unas reflexiones del pensador Ortega y Gasset a principios del siglo pasado: "¡que inventen ellos!" (refiriéndose a los europeos). Y en los años treinta del siglo XX el militar golpista Millán Astrain en una conferencia del propio Unamuno exclamó a voz en grito: "Muera la inteligencia". Son referencias tal vez rancias. Pero creo que significativas para afirmar que la cosa viene de lejos. El español nunca ha ponderado la creatividad, que sin duda alguna, viene de la mano de la inteligencia.
    El español es alguien que se pasa todo el tiempo mirando hacia Europa. Yo diría que hoy más que nunca. Y a partir de ahí funcionamos. Queremos parecernos a ellos y el parecerse es el más agradable de los calificativos que se puede dar a una persona española. El español no quiere inventar nada. El español lo que quiere es ser como ellos. No pensar. Copiar. Aprender a copiar, y copiar bien, es su máxima aspiración. La inteligencia, pensar más de la cuenta, no tiene mucho predicamento en este país llamado España. Hay gente que opta por marcharse, por encontrar otros foros donde se escuchen sus pensamientos. Y así nos va. Pero la España de "charanga y pandereta" que cantara el gran Machado sigue viva. Y los españoles seguimos al acecho de los nuevos inventos (tecnológicos), que no se darán en España, claro, para disfrutar de ellos...
    Y, querido Joselu, la educación española, es un reflejo de la sociedad.

    Un fuerte abrazo, amigo.

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    1. Yo no me atrevo a interpretar a la globalidad de la sociedad española en cuanto a creatividad. Sé de mis alumnos que la mayoría no son de origen español. Son marroquíes y latinos. Ahora es mi realidad. Ciertamente el sistema educativo no educa para ser creativo sino para dar origen a máquinas de reproducción, y los alumnos actúan aprendiendo a ser excelentes copistas no abriéndose a reflexiones más personales. Esto es algo que se evidencia en la secundaria y en el bachillerato. La educación española es un reflejo de la sociedad, pero los profesores también lo somos. No somos inocentes en ello. No hay un profesorado creativo y unos alumnos pasivos. No. Nos necesitamos mutuamente. Profesores repetitivos y alumnado reproductor. También a nosotros nos enseñaron así. Reproducimos el tipo de enseñanza que recibimos. Creo.

      Un abrazo. Y adelante con tu proyecto narrativo.

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  9. En Bachillerato de Artes, que imparto;Dibujo Técnico-Artístico,Historia del Arte y Volumen y dos veces talleres por las tardes: existe un gran complejo de inferioridad y las asignaturas son las mismas que cualquier Bachillerato a excepción de las específicas.Cuando tienen los cursos de Orientación Universitaria, los disparates son garrafales: porque sueñan en quimeras y eso es lo malo de estos tiempos que están más fuera que dentro de la realidad.Donde resido es, un balcón entre Africa Europa y America y la cultura Sajona y, son los primeros en recibir esas innovaciones pero hay un problema ; que es la falta de dignidad para coger el toro por los cuernos con el problema de la ínsularidad y pensar que son maltratados por tal circunstancia geográfica(que un poco de verdad hay en ello).-Pero, en la Escuela de Arte y Superior de Diseño; donde imparto, nos planteamos en quitar esos complejos y hoy tenemos una marca propia en Diseño Industrial y la mayor cantera de alumnos de Arquitectura y casi la inmensa mayoría piden destino para Barcelona.En cuanto a talleres que tengo dos días a la semana en el,mísmo recinto: son alumnos que como indica Jose Antonio, estan en otra onda porque ya son edades que las frustraciones son más duras y nunca mejor dicho que todo el conflicto comienza en la secundaria ser o no ser ...

    Comparto la reflexión de Miguel:a parte que admiro su buena dinámica en el aula.-Somos el país de más titulitis y los que menos respeto se tienen entre profesionales.

    Esta semana hemos tenido sesión de evaluación:la primera como representante de mis asignatura y la segunda como tutora y no veas los tiras y aflojas hasta llegar a buen consenso es que no se puede regalar nada se lo tienen que ganar.Eso es, lo que pienso.

    Un abrazo Joselu.

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    1. Es curioso que en diferentes momentos de mi vida he anhelado irme a vivir a las islas Canarias donde ha habido viviendo mentes universales como César Manrique que ignoraron eso de la inferioridad canaria y plantearon proyectos abiertos al mundo y a Canarias. Ignoraba ese sentimiento que no tiene por qué ser condicionante si se es osado y audaz.

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  10. ...creo sinceramente que el problema es, el exceso de alumnos en aula de secundaria claro siempre en la enseñanza pública.Este año tengo dos asignaturas más porqué se han jubilado dos compañeros de talleres eso no hay quien lo aguante es un despropósito y, con razón no baja el paro.

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    1. Yo tengo unos treinta alumnos en clase (28-29) pero pienso que es la ratio más elevada que podemos llevar o sostener. Más allá de esto es insoportable.

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  11. Sólo Joselu añadir la idea secundaria del espacio abierto en vez del aula cerrada. El maestro no imparte las clases a alumnos sentados en pupitres, el aprendizaje se realiza a través de la propia experiencia y en contacto continuo con la vida cotidiana. Es un modelo sueco, pero si lo traigo aquí sólo es para hacer notar que si queremos llegar a algún sitio distinto al de ahora, primero habría que empezar tirando tabiques, luego vendría todo lo demás.

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    1. Es una idea tan sugerente como perturbadora. Parece oportuna para los cursos de preescolar, pero parece que la llegada a primaria y secundaria exigen una organización más organizada. Y ya no digamos en bachillerato. Yo siempre he tenido a los alumnos en un aula con mesas supuestamente escuchándome y trabajando. Los resultados han sido inciertos. No sé si se puede establecer un baremo exacto sobre ellos. Hay un pegagogo muy famoso que se llama Ken Robinson que recoge ideas y críticas a la escuela oficial en la línea que has señalado. Dice que la escuela que tenemos está hecha a la medida de la sociedad del siglo XIX y no del XXI. Este debate está en medio de cantidad de foros educativos aunque lo que perviven en la escuela es el modelo organicista y administrativo que conocemos.

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  12. Yo creo que atina en el análisis. Pero la cuestión es que nos educa así desde que nacemos. No todo empieza en la escuela, empieza mucho antes, en el concepto de los padres de lo que un hijo debe hacer, en lo que está bien y en lo que está mal, que no es otra cosa que lo que han recibido en su propia educación. Reproducimos lo que nos han enseñado. La familia, la escuela, son parte del sistema y van muy unidos. Queremos niños buenos, obedientes, que vayan bien en los estudios y no den complicaciones. La escuela tiene un objetivo muy claro y está pensada para "educar" sujetos que cumplan funciones muy concretas, a esta sociedad lo demás le sobra.

    Tengo un compañero nuevo que se está encontrando con serias dificultades en sus clases. Está en otra onda, no sigue el libro a rajatabla, a diferencia de su antecesora, y los alumnos piden a gritos libro porque se pierden. Que eso dónde está, le preguntan. Él dice que el libro es aburridísimo y que el material que les lleva es la vida real, analizar datos, verlos en su contexto social, pero ellos se pierden y , lo que es peor, las notas brillantes bajan, así que saltan todas las alarmas, de alumnos, de padres, y él no lo entiende. ¡Hay que ver lo que vale una décima! Ya ves, en cuanto uno se sale un poco del carril o quiere llegar por otro camino se monta un verdadero cristo. Yo le digo que tenga paciencia, que al final se lo agradecerán. Y estoy segura de ello.

    La prueba más evidente de lo que importa la enseñanza en este país, aparte de otras cestiones como la descarada masificación y la falta de respeto que tenemos que aguantar, es el nuevo Decreto de Especialidades que quieren aprobar, otra vuelta de tuerca hacia el empobrecimiento de la enseñanza, total con 42 por clase que tiene alguna compañera mía en bachillerato, qué más da quién les enseñe qué.

    Lo veo todo muy mal, Joselu, se avecinan tiempos tumultuosos que requieren una reacción en serio y rapidito.

    Besos.

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    1. En nuestro centro no tenemos libro de texto de papel. Los alumnos tienen portátiles y trabajan materiales digitales. Yo uso un libro de texto libre de derechos de autor de Marea verde, aunque es muy deficiente en su diseño y elaboración. Más o menos sigo su orden aunque muchas veces los materiales se los doy yo en forma de PPT o textos. Están acostumbrados a cierta innovación educativa. Sin embargo, hay profesores que añoran el libro de texto y entienden que la aplicación de los portátiles solo ha traído confusión y nivel más bajo. Yo estoy en medio. Me gustaría que tuvieran cuadernos de léxico, ortografía o sintaxis pero no me parece mal que haya cierto margen para la experimentación que a mí me encanta. Tengo veintiocho alumnos en clase. No debe ampliarse la ratio ni un alumno más.

      Yo este año no estoy demasiado pesimista, pero es cierto que no se prevén buenas noticias.

      Besos.

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  13. Realismo puro y duro, .....mientras la sensibilidad no se desgaste hay que seguir por imposición natural para sacar adelante descendientes con la incertidumbre no solo que sobrevivan sino que eleven el listón......las circunstancias hacen el resto de la labor.

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    1. En esas estamos, o lo intentamos, emejota. La crítica no es enemiga del entusiasmo.

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  14. Muchos comentaristas trabajáis en secundaria u os referís a ella. No sé si conocéis bien la situación de la educación primaria. Creo que la escuela atraviesa un tiempo jodidamente oscuro donde la administración establece un modelo de escuela cercano a una cadena de montaje y donde la formación del maestro, la creatividad, el espíritu crítico no valen absolutamente nada. Frikosal... la inspección educativa no sabe nada de Orión, de los paisajes nocturnos que estremecen el alma, de oropéndolas, de escarabajos ni de poesía. Lo aseguro.

    Joselu, un placer leerte, como siempre.

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