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domingo, 17 de marzo de 2013

El estado real de la educación y las pruebas de acceso al cuerpo de maestros



Son conocidos los resultados de las pruebas de acceso a la función docente en la Comunidad de Madrid en que los aspirantes han suspendido en un número de 86% por su desconocimiento de cuestiones de cultura general, arrojando sus resultados respuestas realmente sonrojantes como se ha difundido.

Soy profesor de segundo de bachillerato. Conozco el perfil de mis alumnos en un centro público. Es el curso anterior a la entrada en la universidad. Algunos de estos alumnos lograrán acceder a la misma el curso que viene si aprueban el curso. Sé que mis alumnos proceden de la ESO, y han sido formados en un ambiente de desmotivación total hacia el aprendizaje y sus conocimientos son mínimos dado el clima de rechazo hacia la formación intelectual y la retención de información.

Por otro lado, observo que todos mis alumnos detestan leer. La lectura es el peor de los suplicios para ellos, y solo leen, si leen, cuando es estrictamente obligatorio. Carecen de inquietudes culturales y personales y es inverosímil que estos alumnos te formulen una pregunta sobre lo que se está trabajando en clase. Desconocen además el mundo que los rodea. Ninguno lee la prensa. Eso es algo que les resulta totalmente ininteresante. No saben nada de política nacional o internacional, de cultura, de ciencia, de sociedad... Su mundo se limita a lo que está al alcance de su propia vida y su experiencia y no parece interesarles nada más. Cuando el profesor les sugiere que deberían leer la prensa, solo recibe el más notorio de los rechazos, y solo alguno proclama que le interesa la prensa deportiva en la que el fútbol sería el elemento de interés máximo.

Observo que desconocen casi por completo la historia nacional o internacional, desconocen cualquier rudimento de historia de las ideas religiosas, de la imaginería y simbología cristiana (varios de mis alumnos son musulmanes y en tal caso son ajenos a nuestra tradición cultural, pero no son más desconocedores de la historia que los españoles).

Su ortografía y capacidad expresiva es paupérrima, habiendo alguno en que es especialmente terrorífica. En general no hay capacidad de desarrollar un tema de modo convincente e interesante de modo que conecten elementos de fuentes diversas.

No saben tomar apuntes y el profesor ha de recordarles cada día su actitud de disposición a tomar notas sobre lo que se explica en clase. Pero es una batalla perdida porque raramente lo hacen. Y su memoria no es especialmente feliz. La inmensa mayor parte de lo que se explica en clase se pierde totalmente en el olvido, en el vacío.

Lo peor es que el conocimiento les resulta nada atractivo y solo estudian porque... No lo sé por qué estudian en estos tiempos en que una carrera universitaria ya es menos atractiva por la escasa remuneración que supone y lo reducido de su proyección laboral. La universidad ha perdido el prestigio que tenía en otros tiempos.

Yo entiendo que estoy en un centro público de barriada periférica, en que hay un elevado índice de inmigración latina y magrebí. Entiendo que mi instituto no es el mejor para definir un panorama del estado general de la cultura y la educación en nuestro país, pero es lo único que tengo a mi alcance. Es lo único que me permite tener elementos de juicio sobre lo que puede ser posteriormente la universidad. Entiendo que esta etapa de la adolescencia es esencialmente solipsista y es normal que no se interesen por el mundo circundante porque lo único que les interesa son ellos mismos. Lo entiendo totalmente, y entiendo que probablemente estos muchachos cuando lleguen a la universidad cambiarán y se interesarán por el mundo, por la historia, por la actualidad, por la cultura en general... Es posible pero lo dudo mucho. No creo que haya un cambio total de tendencia y que empiecen a solucionar su desdén por la palabra escrita en el ámbito de la literatura o la prensa.

Este es el estado que yo contemplo. Hay alguna excepción ciertamente que anima a pensar algo diferente. Pero las noticias de los resultados de las pruebas de acceso al cuerpo de maestros no me han sorprendido nada. ¿Cómo van a sorprendernos? ¿No es cierto que en los últimos años -en los últimos veinte años- se nos ha vendido que los conocimientos no eran esenciales, que lo importante era aprender a aprender, y que eran más valiosas las actitudes que el conocimiento en sí mismo que al fin y al cabo estaba al alcance de cualquiera con google. El resultado es el que es. Nuestros alumnos no saben siquiera utilizar google si no es para copiar sin misericordia, su capacidad reflexiva es mínima o inexistente y su cultura general no va más allá de sus cuatro amistades. Además de no tener resistencia ante la frustración, ni motivación ante el estudio que conlleva esfuerzo como debe ser lógicamente. Su expresión oral y escrita es demoledoramente pobre, su léxico no es superior a doscientas palabras por lo que la posibilidad de expresar cualquier conocimiento complejo es imposible, y la disposición a la reflexión sobre su propio mundo personal ni existe.

Los profesores estamos totalmente coaccionados para aprobar en la más misérrimas circunstancias. Se nos ha educado y condicionado para ello y no podemos hacer otra cosa. Pobre del profesor cuyos resultados no sean políticamente correctos y favorezcan las estadísticas de fracaso. Otra cosa es cuando se nos enfrenta a los resultados de pruebas externas en que se demuestra que el nivel real de nuestros alumnos es pésimo, debajo de tierra.

El resultado que llega a la universidad es el que es, y ante nosotros tenemos la realidad de lo que está pasando. ¿Debería saberse? ¿Deberían esconderse estos resultados? ¿Debería saberse que todo el entramado educativo favorece estos resultados? ¿Tiene solución?

32 comentarios :

  1. Lo que comentas es incuestionable, pero como tú mismo apuntas tan solo una de las múltiples perspectivas posibles. Salvo excepciones la gran mayoría de centros no andarán muy lejos de la realidad que percibes en el tuyo - éste es tan solo una acentuación de lo mismo y común.

    Pero la noticia -por lo que llevo visto en tertulias y artículos- parece estar sirviendo al vapuleo y escarnio del maestro interino (o no) y de las escuelas públicas.

    ¿Serían muy diferentes los resultados de esa prueba si se aplicase a otros grupos profesionales o sociales? ¿ serían mejores los resultados de nuestros políticos municipales, autonómicos o nacionales? ¿ que tal lo harían nuestros médicos, bomberos.. y cualquier clase de funcionario ? ¿y los empresarios, emprendedores, autónomos o asalariados de la empresa privada -incluidos centros educaticos? ¿qué tal resultado obtendrían los escandalizados inquisidores de los debates televisivos y de la prensa escrita? ¿cómo saldrían del asunto profesores de enseñanza media y universitaria?.

    Sin duda la noticia saca a la luz una zona sensible, que vale la pena analizar. Me temo que nuestros "virtuosos" dirigentes ya saben como sacar rédito de todo esto.

    Saludos

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    1. Serenus, la competencia cultural de un futuro maestro debería ser pieza clave en su formación académica y personal. No es lo mismo aspirar a ser maestro que ser bombero, empresario, funcionario de hacienda, médico a los que hay que exigir conocimientos específicos sólidos. Pero un maestro es alguien que debe tener un buen conocimiento de cultura general y aspirar a ello. Sé que no es fácil, pero este es el modelo, Cuando mis alumnos se rebelan y se insolentan contra mí cuando les digo en segundo de bachillerato su necesidad ineludible de leer la prensa, están mostrando su predisposición hacia dicha formación. Un bachillerato debería ser un buen dispensador de cultura general y específica. Y tener alumnos predispuestos a ello. No es así, según veo desde mi atalaya. En cuanto al uso perverso que se puede dar a esto, lo entiendo, Serenus. No he seguido tertulias que lo hayan planteado. Pero ¿deberíamos callar por miedo a dicha perversión? Es una cuestión complicada.

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    2. Lo que reflejan los resultados es que hay que cambiar la carrera de Magisterio y que solo entren los mejores alumnos de Secundaria. O mejor aún, como en Finlandia, eliminar la carrera de Magisterio. Los que se quieran dedicar a la enseñanza primero que hagan una carrera para ser expertos en algo, y después que se saquen Ciencias de la Educación para poder ejercer, así no tendremos solo maestros que con su "pedagogía" ya creen que tienen bastante.

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  2. El retrato que haces de tus alumnos es algo desolador. Afortumadamente, no es el mismo en todas partes. He tenido alumnos interesados por la actualidad, lectores de prensa y ávidos lectores de literatura. Ahora bien, entiendo que tu juicio se basa en la experiencia diaria en tu centro.
    Todas y cada una de las ideas que expones abren amplias posibilidades de debate. Voy a ceñirme a una de ellas. La que me parece más perversa. La que apuntas en el penúltimo párrafo. ¡Es tan cierta! La calidad de la docencia se mide por los resultados de los alumnos. Si bien es cierto que la profesionalidad de los docentes puede mejorar el aprovechamiento de algunos alumnos, es difícil llegar a todos (y más con las ratios actuales). De esta política de evaluación de la calidad docente vamos a salir todos perdiendo, porque van a salir titulados con escasos o nulos conocimientos. La perversión llega a extremos increíbles. En los cursos punte a la FP o en los Ciclos, el pago de tasas altísimas juega en favor de los alumnos, a los que no se puede suspender porque han pagado.
    Joselu, las políticas educativas ensombrecen la esencia de la educación. Tenemos que recuperar esa esencia.

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    1. Sin duda, cuando cuestionamos la idoneidad de los aspirantes a maestros por los resultados en las pruebas de acceso, a la vez estamos cuestionando a los profesores que han tenido a lo largo de su carrera, tanto en la enseñanza secundaria como en la universitaria. Y parece que los tiros van por evaluar la calidad docente en base a los resultados de los alumnos. En tal caso, habrá diferencias tremendas entre un centro como el mío (con un sesenta y cinco por ciento de inmigración) y situado en una zona deprimida y los colegios de clase alta situados en zonas ajenas a las dificultades sociales. De hecho, dentro de mi misma población en los mismos institutos públicos hay perfiles netamente diferentes según donde se hallen situados. Cualquier evaluación que no tome en cuenta las circunstacias socioeconómicas nos lleva a algunos al fracaso en dicha estimación, sin posiblidad de remisión.

      No obstante, dices que las políticas educativas ensombrecen la esencia de la eduación. Y yo me digo, ¿qué diablos es la educación si no va sustentada en una política educativa? Cuando se implantó la LOGSE en los años noventa, se alertó del desastre que iba a implicar desde muchos canales. La izquierda apostó por políticas educativas no competitivas, comprensivas, integradoras, no selectivas, basándose en la filosofía de los mundos de Yupi. El resultado ha sido la segregación más brutal de nuestra historia. Quien puede lleva a sus hijos a la privada, o en el mejor de los casos esquiva los centros conflictivos donde existe la cuestión social de forma grave. La elección de centro es esencial. Hay centros condenados al fracaso por su propia constitución. Y esto es una política educativa. No podemos obviar las políticas educativas. Son las que nos marcan nuestros reglamentos, nuestros criterios de evaluación, de promoción, las que producen estadísticas. Me temo que la esencia de la educación depende, se quiera o no, de unas filosofías educativas determinadas.

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    2. A Lu, te doy la enhorabuena por haber tenido solo alumnos buenos, pero siento decirte que en general no es así. Yo también he tenido alumnos buenos, muy buenos, y alumnos malos, muy malos, he estado en centros muy buenos donde he tenido que marcharme porque el ambiente de los profesores, más parecido a un cementerio de elefantes con privilegios, me daba asco.

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  3. Algo falla. Esto es evidente. Otra cosa es poner el dedo en la llaga.
    Mi mujer hace mucho tiempo que tiene estudiantes de magisterio en prácticas. Y queda horrorizada de la incompetencia respecto a contenidos de dichos alumnos. Alumnos que hacen faltas de ortografía alucinantes. Alumnos que no se acuerdan de resolver una raíz cuadrada. Alumnos que no se atreven a explicar el reinado de los Reyes Católicos porque es que no lo tienen muy claro....
    ...En fin, que hasta aquí hemos llegado. Yo creo que ya va siendo hora de hacer borrón y cuenta nueva. Un maestro siempre ha sido una persona culta. Una persona que igual podía sostener una conversación de historia que de filosofía que del estado político actual. Ahora un maestro ya no sé qué es. Quizá una persona que ha hecho su esfuerzo (que nadie duda) para poder aprobar la ESO (Terrible puesta a punto de conocimientos esto de la ESO) y luego ha ido aprobando lo que se le ha propuesto en la carrera. Y aquí tenemos un maestro.
    Pero hay más. Las actitudes actuales de la juventud van por otros derroteros. Como ejemplo os pondré el de un alumno en prácticas que iba a clase con un monopatín. Eso creo que define la intelectualidad de un futuro maestro.

    Un abrazo.

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    1. El desastre educativo es palmario. Y eso se proyecta en la ortografía y en los conocimientos generales. No me extraña el perfil que describes entre los estudiantes de magisterio respecto a estos temas. En secundaria y bachillerato puedes entrever ya el nivel ortográfico de tus alumnos, lo que me temo que tiene poca variación a lo largo de la carrera que pueda hacer. Una ortografía deficiente es difícilemente solucionable. Y sé a ciencie cierta que se relativiza y hay profesionales de todos los ramos que cometen graves faltas de ortografía. Lo que pasa es que cuando esto sucede en el campo de la docencia es infinitamente más grave y sufren las consecuencias los alumnos que reproducen la falta de importancia que para el profesor tiene. El problema que me encuentro, Miguel, es que yo mismo he de relativizar la ortografía. El nivel de estudio y de trabajo de mis alumnos es tan mínimo y sus resultados son tan deficientes (extraordinariamente deficientes) que si fuera a penalizar como merece la ortografía no aprobaría nadie o casi nadie. De veinticinco aprobaría uno o dos. Y eso sabemos que no puede ser. Muchos de estos continúan estudiando bachillerato donde siguen cometiendo faltas de ortografía gravísimas además de errores tremendos de expresión, de concordancia, de articulación del discurso, de pobreza léxica y expresiva... Supongo que algo de esto debes conocer por tu profesión. Y algunos de ellos llegan a la universidad porque deben reunir algún mérito como la resistencia. Me creo lo que dices sin ningún lugar a dudas.

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  4. De vomitar me dan ganas al leer en tu entrada "pobre del profesor cuyos resultados no sean políticamente correctos y favorezcan las estadísticas de fracaso". Así no vamos a ninguna parte. Alguien tiene que empezar a denunciar que somos la vergüenza del mundo en cuanto educación. ¿o lo saben ya los mandamases?
    Sé de sobra que trabajas en un centro de barrio marginal y espero que no en todos los colegios públicos pase lo mismo.
    Yo no se que solución tiene esto, lo que se es que hay que poner soluciones y creo que le voy a escribir una carta al ministro Wert diciendole lo que pasa y lo que sentimos los ciudadanos.

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    1. El nivel de la educación española no ofrece secretos. Existen diversos estudios y pruebas que sitúan a España dentro del campo de la mediocridad educativa. Razones. Son tan complejas que si yo fuera capaz de enumerarlas, sería candidato a ministro de educación. No sé por dónde empezaría. Es un edificicio ruinoso pero no sé exactamente donde está la aluminosis. Alguien señala que es la misma selección de los maestros como causa fundamental del desastre. Otros hablan de políticas educativas nefastas que han llevado a segregación social entre la enseñanza privada y la pública. Si la clase media deserta de la educación pública y se va a la privada, la educación pública recibe lo más difícil, lo más conflictivo, lo mas precario sin lugar al reequilibrio social que supondría que todo fuera educación pública como en Finlandia. Estamos algunos que estamos condenados al fracaso por nuestra propia constitución social a pesar de que pueda haber espléndidos profesores que luchan contra el desaliento en circunstancias que no son nada fáciles. Y sí, es cierto que se nos cuestiona el número de aprobados porque de dichas cifras dependen las estadísticas educativas que se ofrecen, y las españolas son especialmente negativas cuando se habla de un 30 por ciento de fracaso en la ESO muy superior al europeo.

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    2. A Lola, veo que tu solución pasa por aprobar a todos los chavales sin que sepan hacer la O con un canuto. Pues no. El estado de la educación en este país es este. Si los profesores evaluáramos de verdad, no habría un 30% de fracaso escolar, habría un 80%. Hasta que la sociedad no decida que la educación es algo importante y todo se monte alrededor de ella, hasta que no se de un valor real a los títulos, hasta que no se exija de verdad a todos los chavales, padres, profesores, medios,etc... en este país no cambiará nada y todo el mundo seguirá mirando para otro lado.

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  5. Joselu, si esta lamentable noticia ha salido ahora a la luz es porque a alguien le interesa echar más mierda aún sobre los maestros de la enseñanza pública. La jugada es clara: en Madrid quieren privatizar todo lo público, hasta el punto de convertir a los interinos en empleados de una especie de ETT que gestionará las sustituciones y demás. En las próximas oposiciones primará la nota sobre la experiencia, y para tapar voces discrepantes (con razón) publican estos datos, cuya fiabilidad es cuando menos dudosa porque sólo ofrece datos parciales, no necesariamente falsos, pero sí incompletos. ¿Cómo justificar su arbitraria decisión? Fácil: proclamo a los cuatro vientos que muchos de los maestros opositores son unos cenutrios ignorantes, y como no valen contrato a quien yo considero más adecuado para el puesto. ¿Sacados de dónde? Eso quisiéramos saber todos. Algunos expertos manipuladores, como la impresentable Isabel Durán (creo que así se llama la pájara) manifestaba anoche en Tele 5 que ella llevaba a sus hijos a la privada, como todos los políticos, empresarios y demás (lo cual es falso)porque quiere para ellos una enseñanza de calidad. Los de la pública no somos lo bastante buenos, según ella. Buf, menos mal, no sabe el peso que me quita de encima, sólo pensar que tengo que mantener una tutoría con ella me provoca sarpullidos... Aparte de gritar e interrumpir a los demás (normal en estos circos) dijo "seriísimo" con total desfachatez. Señora mía: aprenda gramática antes de criticar a los maestros. Pero qué digo, tendrían que volver al colegio todos estos sabelotodos para ganarse el sueldazo que les pagan... Claro que, a lo mejor, siendo instruidos también les indignaría, como a mí, contemplar la desfachatez de estos personajes que sientan cátedra cada vez que abren la boquita.
    ¿Hay que revisar el sistema educativo español? Sin duda, pero con rigor y objetividad. Todo lo que cuentas es tristemente cierto, colega. Por mucho que lo intentemos en las aulas, tenemos el enemigo dentro y fuera. Nuestras autoridades nos desprecian (a la vista está), los políticos encarecen la cultura hasta límites intolerables (eso sí, el "¡Hola!" tiene menos IVA que los libros, manda narices), el hábito lector va en caída libre desde hace años, la sociedad en general desprecia el conocimiento... ¿Y quién tiene la culpa? Los maestros, naturalmente, esos ignorantes que no saben por qué provincias discurre el Duero... Terrible, colega, terrible... No hay nada peor que una información sesgada y malintencionada pero ahí está el reto, en saber discernir lo que nos quieren colar como verdad y no dejarnos engañar. Pero para eso hay que leer, ay, y da tanta pereza...

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    1. Estoy acostumbrado, Yolanda, a que cualquier tesis que se mantenga es inmediatamente cuestionada por la realidad o por datos más complejos. Lo que aportas sobre la Comunidad de Madrid sin duda tiene mucho de cierto. Desprestigiar a los candidatos a maestros de la pública pone en bandeja la privatización del sistema que es lo que quieren a toda costa. Lo he pensado. Son dos problemas paralelos. Las políticas educativas han hundido la educación pública, la falta de consenso ha hecho un sistema frágil que cambia a tenor del gobierno de turno. Ninguna está realmente implicado en la defensa de la educación pública, ni socialistas ni populares. Los socialistas han hecho mucho daño, casi irreparable a la educación pública, y de lo que ha quedado se aprovecha la derecha para terminar de derruir el escaso armazón que queda. Con la educación se ha jugado frívolamente unos y otros. La intención de estos es clara y es la que tú expresas, pero no deja de ser cierta una falta de preparación general básica de los futuros maestros porque han recibido una formación deficitaria en su historia académica y porque falla la motivación personal que debe llevar a que cada maestro sea un hombre o mujer con cultura humanista y científica. Al menos a esto se debería aspirar. En todo caso, tu aportación es especialmente sensible porque tú conoces de primera mano lo que está pasando en la Comunidad de Madrid. Un fuerte abrazo, colega.

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  6. Algo no funciona en un país cuando la palabra "Maestro" tiene una baja calidad pública.
    Yo no creo en la disciplina del látigo pues puede provocar bloqueos al aprendizaje, pero tampoco creo que un contacto de "colega" entre los alumnos, los padres y los profesores tenga ninguna utilidad.
    Hay mucho de culpa en una sociedad que ha eliminado la familia en base a políticas que precisamente defienden los "protectores de las familias". El alejamiento entre padres e hijos, el llegar cansado y no prestarles la atención necesaria; esto hace que no exista la figura del padre, el respeto a lo que enseña (los padres enseñamos poco últimamente y preferimos comprar). Todo eso se traduce en el comportamiento de los chavales en la escuela, si a ello le sumas que hay muchos profesores-funcionario, que ni tienen vocación, ni ganas de enseñar, ni se las espera, que se presentaron a las oposiciones por el "puesto fijo", se produce una mezcla explosiva.
    Por no hablar de un electrodoméstico que nos hace profundamente vagos, física e intelectualmente.
    Las soluciones son complicadas o sencillas, depende de como se mire, pues algo que hay que solucionar es el respeto al maestro, el respeto de los alumnos al maestro como figura que representa la sabiduria y que esta es necesaria y buena. Y el respeto de los maestros para intentar captar la atención de sus alumnos, para que la enseñanza no se vea como un puesto de trabajo, sino como una vocación. Un vendedor debe ser feliz vendiendo su producto, el cliente lo nota, las sensaciones se transmiten, lo se, es mi profesión. El maestro debiera buscar su satisfacción (por llamarlo de alguna manera) en la enseñanza, asi los alumnos aprenden mejor, al final se trata de vender la enseñanza y muchas veces se enseña más el precio (esfuerzo, renuncia a placeres más o menos estúpidos, etc, etc) que el producto como por ejemplo hacer un coche, una casa, mantener una conversación inteligente, prevenir una enfermedad con la vacuna, saber más de 1000 palabras, traducir SPQR o RIP o INRI, saber que el sinfín lo inventó Arquimedes, esas cosas que da la Cultura.
    Yo no todos los días estoy de buen humor, pero me he creado una serie de actos para cuando llegan esos malos momentos, para no transmitirlos o minimizar mi estado de animo cuando hablo con un cliente, al final cada uno tenemos nuestra "escuela" y te puedo asegurar que se puede hacer muchas cosas para transmitir mejor la información, desde la ropa que llevas puesta, el ritmo de voz, el lenguaje con las manos. Funciona y sino mira que en España nos hablan los del PSOE y del PP y les seguimos votando de forma mayoritaria con las p.....s que nos han hecho...
    Hay cosas que se pueden hacer o se pueden perfeccionar, lo primero la escuela no es una guardería, allí se va a aprender y eso lo tenemos que tener muy claro todos..
    No se si me he explicado o no, desgraciadamente mis estudios son escasos.

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    1. Te has explicado perfectamente e introduces elementos de juicio desde el otro lado del sistema educativo, el de ciudadano que piensa y padre de familia. La imagen del maestro como figura que expresa la sabiduría es controvertida porque la sociedad valora poco dicha sabiduría y menos la cultura, y nuestros alumnos, en consecuencia, le dan muy escaso valor. En otros tiempos, un hombre culto era apreciado y respetado. Hoy sabemos que no es así, y lo vemos por los modelos de hombres públicos que triunfan. La actualidad es una buena escuela de antimodelos que se confrontan a los objetivos de una buena escuela. Hay demasiadas y profundas contradicciones en la sociedad como para que la escuela no salga profundamente dañada, especialmente la escuela pública que está a los pies de los caballos.

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  7. Estos resultados ponen en evidencia sobre todo al sistema universitario. Hablamos de chicos a los que se han dado títulos que los habilitan para dar clase y hablamos de escuelas de magisterio en las que los encargados de enseñar a otros cómo enseñar, no solo no son capaces de hacerlo, sino tampoco de evaluar, seleccionar o diagnosticar problemas. La universidad española es una caricatura y este es el resultado. Si, al terminar el bachillerato, el nivel de los alumnos es el que cuentas, habrá que asumir que unos no podrán entrar en la universidad y que otros no podrán salir. Yo acabé magisterio el año pasado y me siento estafada. En cualquier caso, ahora nos rasgamos las vestiduras pero creo que a poca gente le importa la preparación de los maestros y los conocimientos que puedan tener. Los maestros son intercambiables. ¿Alguien ha visto a unos padres elegir escuela por la calidad del profesorado? Yo no. La gente tiene en cuenta el ambiente socioeconómico, la ideología o cuestiones tales como los idiomas o la jornada escolar: ni conoce ni le importa la trayectoria de la persona que va a estar con su hijo no sé cuántas horas al día.

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    1. Tu intervención en el debate como reciente graduada en la universidad en la especialidad de magisterio añade interés a tus palabras. El eficicio educativo es malo, está gravemente dañado en su origen. Cuando veo a mis alumnos detecto una nula predisposición al trabajo y en especial a la calidad de dicho trabajo. Es tan deficiente dicha calidad y es tan deficiente su voluntad de trabajar que el profesor se desespera, y no sabe dónde está el origen de todo esto. Estos muchachos se orientan algunos al bachillerato donde seguirán igual de haraganes y faltos de ganas, otros irán a ciclos formativos, otros a PCPI, pero la inmensa mayoría de los que conozco coinciden en su falta de ganas y su desidia ,sean españoles o latinoamericanos. Algunos magrebíes muestran más ganas. Esa desidia generalizada lastra todo el sistema. Y no sé de dónde procede, Si de una cuestión cultural, social, educativa... Y esta falta de ganas se expande en todas las direcciones y afecta a todo el sisteme educativo, y llega a la universidad donde se concentran muchachos muchas veces que están más pendientes de la fiesta que del estudio y del esfuerzo, tendentes a las trampas y a la picaresca. Si eso se combina con profesorado desmotivado, cansado, falto de iniciativa, de método, de criterios... el resultado puede ser parecido al que es. No sé cómo se puede salir de este bucle. No lo sé, Cristina.

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  8. Deprimente!
    Lo que no acabo de entender es para qué pasan por unas aulas.
    La obsesión de tener un título de cualquier tipo, aunque no se tenga ni puñetera idea de nada.
    "que parezca que"
    Es usted un héroe
    Un abrazo
    j

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  9. Ana Belén Vicente18 de marzo de 2013, 0:06

    Yo me pregunto, si los estudiantes llegan a Bachiller en un estado tan deprimente y preocupante como usted cuenta ¿los profesores no tienen ninguna responsabilidad sobre ello?

    Desde luego yo tuve estupend@s profesor@s que me hicieron interesarme por sus materias, por aprender cosas nuevas y alimentaron mi gusto por la lectura. Otr@s much@s, sin embargo,parecían empeñarse en el efecto contrario. Quizá es que realmente no sabían cómo enseñar todo lo que sabían.

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    1. Claro que tiene importancia el profesorado, pero no es lo mismo dar clase en un colegio de élite privado que en un centro con un setenta por ciento de inmigración, con graves problemas económicos y sociales, sin dinero para libros ni material escolar, sin tradición de esfuerzo intelectual ni de lectura de ningún tipo, con modelos sociales indisciplinados, con escasa capacidad de atención y falta de hábitos de estudio. Quizás he puesto casos extremos, pero yo es que estoy en el que he reseñado debajo. Un buen profesor es un buen profesor en todas partes pero la influencia del profesor es muy diferente en un medio social u otro. Una buens cuestión, Ana Belén, sería saber en qué sistema educativo estudiaste, en qué tipo de escuela, quiénes eran tus compañeros y sobre todo en qué época fue. La influencia de la teconlogía en muchos sentidos ha sido muy negativa en el proceso de aprendizaje porque hace perder capacidad de concentración y favorece la disortografía y la dificultad para saber redactar. No es fácil ser profesor y menos según en qué medios sociales. Para mí es imposible que mis alumnos se compren los libros de lectura ni siquiera en bachillerato. ¿Cómo los van a trabajar? Yo no lo sé. Sin duda, los profesores lo intentamos todo, pero nuestros resultados son escasos. Yo no voy a juzgarme como profesor pero sé que tengo magníficos compañeros que se dan cuenta de nuestro fracaso en una amplia mayoría de casos. ¿Por qué? Es una buena pregunta.

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  10. Querido Joselu, hace un par de años el programa ludico festivo de Tv CQC se fue a la puerta del Congreso de los Diputados y preguntó ¿Cual es el salario mínimo español? Y ¿Cual es la Capital del País Vasco?...si el resultado de estos exámenes te parecen nefastos no quieras saber el resultado de aquella encuesta.
    Ergo, si nuestros políticos son unos zoquetes...¿Qué podemos esperar de sus legislaciones?

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    1. La cultura general es la menos general de las culturas. Y sí, si hacemos preguntas básicas a los diferentes sectores sociales nos damos cuenta de la inmensa incultura que existe en todos los ámbitos. Eso sí, la inmensa mayor parte de las opiniones vertidas sobre cualquier tema son categóricas y expuestas con una suficiencia que desmonta cualquier duda, eso es lo que veo en los foros de intenet y en las palabras escritas en los diarios digitales. Hablamos con una seguridad pasmosa y en el fondo somos unos incultos integrales.

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  11. Demoledor. Pero la culpa no es de ellos y tampoco, por su puesto de los profesores. Si no se cree en la Educación y menos en la pública, si se recortan inversiones, si se pueblan las aulas como vagones de metro en hora punta, si no se prepara como es conveniente al profesorado, si no existe un respeto político por el desarrollo de planes educativos estables y duraderos, qué podemos esperar ¿buenos resultados? La Educación en este país es un desastre, a pesar de la buena voluntad de muchos de sus profesionales.

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    1. La dificultada estriba en que una vez diagnosticado el estado de la educación, pensar en qué medios poner para intentar mejorarlo. Es cierto que las inversiones educativas son importantes, pero no lo son todo. Hacen falta además políticas educativas congruentes y estables. Pero ¿qué significan políticas educativas congruentes? Me temo que el arco político nunca se pondría de acuerdo en su significado. Y así nos va. Vivimos al pairo de lo que decidan los partidos mayoritarios que nunca se ponen de acuerdo sobre qué pretenden de la educación. Unos, el PP, siente profundo desinterés por la pública, pero fue el PSOE quien creó los conciertos educativos y los que diseñaron unas leyes que hundieron la educación pública en los niveles en que estamos ahora. No es un problema sencillo.

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  12. Es horroroso el panorama que describes, pero es nuestro contexto y nuestra realidad. Los políticos viven lejos de nuestros institutos y difícilmente arreglarán esto con su desconocimiento. Sin embargo, quisiera darle la vuelta a tu planteamiento poniéndolo en el espejo de mi centro. Sí, tenemos un alumnado que llegará a 2º de Bachiller con un nivel lamentable. Ese alumnado entró en el instituto y formó parte de los 7 grupos de 1º de ESO; ahora ha llegado a 2º de Bachiller, lo que quiere decir que, de 200, se salvan poco más de 20, un 10%, no está mal. Entre esos pocos que llegan al final hay muchos meros supervivientes, con faltas de ortografía, con desinterés por la cultura, etc. pero han capeado el temporal en un entorno que podíamos llamar hostil. ¿No merecen una oportunidad? Tal vez el fallo es no orientarlos bien hacia otras salidas que no sean las universitarias (si las hubiera en cantidad suficiente). Por lo demás, no menciono que de los supervivientes hay también un grupito, cuatro o cinco tal vez, que nada tienen que envidiar a los graduados del British College. Ellos también son la demostración de que no lo hicimos del todo mal.

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    1. Me gustan tus intervenciones porque parten de realidades muy similares a las mías, y sé que tus opiniones se sustentan en un contexto nada favorable ni exquisito socialmente. Tu análisis es certero. Esos veinte chavales tienen mucho mérito, pese a ser meros supervivientes, y algunos son de origen inmigrante marroquí lo que hace doblemente meritorio su logro. Tal vez no he subrayado esta idea porque me interesaba centrarme en la idea de llegar a la universidad en deficientes condiciones académicas, pero creo que tendré que escribir un post sobre ello, ahondando en el mérito de muchos de estos muchachos que se han sobreimpuesto al clima demoledor de la ESO. Gracias por tus apreciaciones.

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  13. Escritos como los de este blog y otros similares se merecerían tener un espacio en los periódicos nacionales. Muchas veces ojeo el país, el mundo o la vanguardia y no encuentro escritos tan interesantes y claros como este. La prensa nacional debería fichar a más de un bloggero.
    Respecto a la educación hay muchos aspectos de mejora: formación del profesorado, implicación de los padres, ayuda con materiales y cursos a los docentes por parte de Conselleria, mejores políticas educativas y que se tomen en consideración todas las propuestas educativas de mejora que provengan de todos los que forman la comunidad educativa española.

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    1. Escribir me hace pensar. Las intervenciones que recibo me hacen ver de distintas formas lo que yo había expresado. Y así ha sido en este post que me ha llevado a considerar aspectos que no había tenido en cuenta. Y ha sido gracias a vuestras aportaciones y vuestras reflexiones, que agradezco profundamente. Gracias, Jaume.

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  14. Estoy de acuerdo con el 100% de lo que dices, pero he de hacerte una puntualización.

    "Soy profesor de segundo de bachillerato. Conozco el perfil de mis alumnos en un centro público."

    Eso es lo que me ha chirriado. NO. NO CONOCES A TUS ALUMNOS. Dar solo 2º de BACHILLERATO no es conocer a tus alumnos. Estoy cansado de encontrarme con profesores que SOLO dan Bachillerato. ¿Porqué no bajas hasta 3º de la ESO, o mejor, hasta 1º, e intentas coger a unos alumnos, enseñarles lo que tú consideras que es importante, inculcarles el amor a la lectura, a leer prensa, a ser críticos, a tener una opinión, a intentar escribir bien, a que no se contenten con la opinión general ni rebatan una opinión que no consideren justa. ¿Porqué no lo haces? YO SÍ LO HAGO, y me siento recompensado por ello, porque con los años veo los frutos del trabajo. No consigo el 100% de lo que quiero, pero me considero satisfecho.
    Estoy harto de encontrarme con compañeros como tú que se dedican a criticar como les llegan los chavales a su ático, pero son incapaces de bajar al sótano a hacer el trabajo sucio.

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    1. No entiendo el tono desabrido de tu comentario, ni el tono ni el anonimato. No me conoces, no conoces la historia del blog pero has querido entender lo que te interesaba. Para tu información, te diré que de mi horario lectivo de veinte horas, cuatro son de bachillerato. Y el resto están dedicadas a primero y a cuarto de la ESO, en especial a cursos de adaptación curricular que tienen graves dificultades de aprendizaje, tema en el que en los últimos años me he centrado. Hay cursos en que todos los alumnos son inmigrantes con difícultades enormes sea por su falta de rendimiento o sus problemas lingüísticos. ¿Es esto bajar al sótano que tú mencionas? Soy ocasionalmente profesor de bachillerato. El año pasado no lo era y daba todo a cursos con dificultades en la ESO. Creo que te has excedido en enjuiciar a un compañero que no conoces. Mis compañeros y yo estamos luchando en el sótano para intentar lograr mejores resultados, pero el tema del post, amigo anónimo, era precisamente los resultados de los futuros universitarios y en eso me he centrado: en mi parcial y minoritaria docencia en bachillerato. No sé si queda claro.

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  15. He visto esto en un blog

    "Esta semana hemos vuelto a comparar la cosa con Finlandia, como de costumbre. La dichosa Finlandia. Pero en Finlandia los maestros cobran una pasta, se les respeta, y se les exige una altísima cualificación para ser maestros.
    En Finlandia no hay exámenes ni oposiciones para trabajar de profesores. Es inimaginable ese sistema. En Finlandia los colegios seleccionan mediante entrevistas a los candidatos más preparados. Se presentan con el prestigio por delante. Allí se les supone la competencia, como a un militar se le supone el valor y a un gestor la eficacia. Y los padres juzgan. En Finlandia, ser maestro es una profesión de élite. Selecta. No un recurso laboral fácil en tiempos difíciles. No es la Legión.

    De 12.197 maestros, casi 9 de cada diez suspendieron la prueba. Muchos, con faltas graves de ortografía, gramática, cultura general. Algunos, y no pocos, con una desvergüenza y una frivolidad aterradora en quienes pretenden dedicarse a la docencia el resto de su vida. Y ojo. De esos 9 de cada 10, buena parte trabaja ya como maestros interinos en otros lugares. Educando a niños. Educando a chicos que, como se ve, tienen conocimientos superiores a los que tienen algunos de ellos.

    Pero sería injusto, como dije antes, aplicar esos resultados al común de los maestros en España. O a todos los suspendidos en ese examen. La mayor parte de los maestros que conozco son competentes. A menudo tuiteamos en el bar de Lola sobre ellos. "Gracias, Grecia" y demás.

    Otra cosa es que les permitan serlo, con una sociedad (ciertos papás) y un Gobierno que los desprecia, humilla, maniata y empobrece.

    Cada vez más horas, menos sueldo, menos dinero público. Menos apoyo. Más política por decreto y menos debate inteligente.

    De todas formas, cabe plantearse una pregunta perversa...

    ¿Cuántos españoles superaríamos esos resultados si nos enfrentaran al mismo examen?

    ¿Hasta qué punto los mas infames entre esos 12.197 no son reflejo exacto de la situación general en una España mal educada e inculta?

    ¿Qué esperaban en ese examen? ¿Nebrijas? ¿Montaignes? ¿Cervantes? ¿Newtons? ¿Erasmos de Rotterdam? ¿En una España que ni lee ni escribe, que ni sabe ni desea saber?

    ¿En una España donde cuatro millones de fascinados ciudadanos están pendientes del bañador de Falete?

    Una España donde cada vez que oyes expresarse en público a un político se te cae la cara de vergüenza.

    Una España donde la ex ministra M.A. Trujillo afirma que estudiar Geografìa, ríos y cosas así, es educación franquista.

    Una España donde se impide a los profesores suspender por faltas de ortografía. Y si lo hacen, un juez les quita la razón.

    Una España donde telediarios y titulares de periódico parecen redactados, a veces, por gañanes analfabetos.

    Una España donde hasta Iñaki Urdangarìn, duque de Tal, en correos a su suegro, escribe con faltas de concordancia y taras expresivas. "Tendría interés en que pudiese mediar en la medida de la que fuera posible", escribe el yernísimo. "Invitar a ciertas personalidades que nos haría mucha ilusión su participación", también escribe el yernísimo.

    Y de ahí para abajo.

    Pero es que la sintaxis es cosa de fachas, que diría la ex ministra. Y la ortografía. Y la gramática. Y todo.

    Lo comenté hace unos días, los políticos (ahora, esos profesores incapaces) sólo son el síntoma. La enfermedad somos nosotros.

    Así que no me hablen más, por favor, de la maldita Finlandia.

    Aqui.

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  16. He leído tu post y estoy bastante de acuerdo contigo, pero después de bastantes años en la docencia hemos llegado a un punto en el que todos pensamos lo mismo, nuestras conversaciones en el departamento de lengua giran siempre en torno al mismo tema (ortografía, redacción, comprensión, interés) y de ahí no salimos. Me veo dentro de 10 años con el mismo discurso y eso sí es lo que me preocupa:algo debemos estar haciendo mal entonces (hablo como profe de lengua, aclaro)
    En cuanto a las pruebas (no conozco cómo es la oposición en cuanto a sus pruebas y valoración de las mismas); quizá debería explicársele a quien no ha participado en unas oposiciones que, en secundaria, lo que suelen hacer los tribunales es aprobar en la primera prueba a más o menos el doble de candidatos que plazas se ofertan, de tal modo que, cuando yo accedí a la plaza de profesor, únicamente 40 personas de más de 800 pasaron esa prueba. ¿Quiere esto decir que los 760 restantes suspendieron esos comentarios? ¿Alguien puede pensar que unos licenciados en filología no saben hacer un comentario literario, uno lingüístico y otro filológico? La respuesta es muy sencilla; si descartamos a casi todos los candidatos, el resto de pruebas discurrirán de forma más ágil y se facilita el trabajo de los miembros del tribunal.

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