No sé si habéis visto la cinta cinematográfica Hijos de los hombres dirigida por el cineasta mejicano Alfonso Cuarón, basada en una novela de P.D. James. Es uno de los filmes más desoladores y pesimistas de ciencia ficción (ambientada en Inglaterra en el año 2027), que he visto desde aquel memorable Soylent Green, cuando el destino nos alcance. En la película la sociedad está militarizada, la superpoblación y el caos se han adueñado de las calles, los inmigrantes son perseguidos e internados en campos de concentración. En este tiempo las mujeres han perdido la capacidad de reproducirse y no nacen niños hace mucho tiempo. El resultado es un mundo opresivo, en esa sociedad futurista, profundamente enferma. Proporciona, en un arriesgado uso de la cámara sobre el hombre, mediante planos secuencia, un aterrador panorama de nuestro futuro, y plantea una crítica contundente al mundo libre de cada día.
Vi esta película hace unos meses, y sus imágenes potentes y magnéticas se me quedaron profundamente grabadas en mi retina. Estos días, cuando leía la prensa y escuchaba la radio, me han venido nuevamente escenas de la misma. Hoy toda la prensa española se hace eco de las redadas masivas que se efectúan en Madrid y otras ciudades españolas contra personas de aspecto físico no caucasiano. Se ve que los policías tienen que detener a un cupo de inmigrantes ilegales en algunos barrios de Madrid como Lavapiés, Vallecas, Parla, Aluche… Abuy Nfubea, miembro del movimiento panafricanista y destacado lider negro, ha calificado estas identificaciones masivas e indiscriminadas por solamente el aspecto físico como la caza del negro y de racismo institucional. Los policías han de detener y llevar a centros de internamiento a personas con situación irregular para ser posteriormente deportados con las llamadas cartas de expulsión. Los esperan en las paradas del metro de determinadas zonas, locales de ocio, asociaciones culturales africanas, en los mismas filas de regularización de su situación ante las delegaciones del gobierno…Los policías que detienen a más inmigrantes obtienen permisos y días libres.
La propia policía mediante sus sindicatos (SUP, CEP, UFP, SPP), lleva meses denunciando esta realidad, y expresa su malestar por estas directrices policiales -confirmadas- que promueven las identificaciones y detenciones indiscriminadas basándose sólo en el color de la piel. Ahora la noticia ha saltado a los medios de comunicación. Puede que sea una noticia que dure sólo unas horas en primera plana, pero da mucho que pensar. Hay mucha gente que viene a ganarse la vida honradamente, atendiendo a personas mayores, o a trabajar en la construcción, o en el servicio doméstico. Algunos no tienen regularizada su situación. Ahora con la crisis se dice que el trabajo para los españoles, se asocia inmigración a delincuencia, y se entiende, en los foros que he visitado, la acción de la policía en la búsqueda de ilegales, equiparándolos a violadores o malhechores.
La CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado) y otras organizaciones antirracistas denuncian este acoso basado exclusivamente en el aspecto físico. Si tienes la piel más oscura eres inmediatamente objeto de sospecha, y se te puede retener o detener. Muchas personas sufren continuas humillaciones por esta razón porque la policía no es especialmente delicada ni respetuosa. Hay que decir que como telón de fondo a esta política policial están las palabras aparentemente tolerantes del jefe del gobierno que acusa a la oposición de agitar el racismo para ganar votos. ¿Se puede hablar de doble moral? ¿De hipocresía? Del mismo modo, no considero de recibo que destacados miembros socialistas como el ministro de justicia participen en cacerías de lujo, organizadas por caciques y empresarios, esté acompañado o no de otros jueces de reconocido renombre. Pero no era este el tema del post. Solamente quería expresar mi desolación por esta situación y plantear los dilemas humanos, morales y filosóficos a que nos hayamos expuestos y que el futuro acentuará, y que me recuerdan profundamente el mundo y el descenso a los infiernos que expone este filme aterrador que es Hijos de los hombres y cuyos primeros planos parecen estar viéndose ya en Madrid.
Nos olvidamos de la distribución (e injusticia) de la riqueza mundial. Alguien ha dicho que para optar a una parte del pastel hay que haber nacido en la pastelería, y que el que haya nacido fuera no tiene derecho a él. Como complemento añado que hoy ha llegado una patera a Lanzarote en la que han muerto veintiún inmigrantes (mujeres y niños incluidos) y varios están siendo atendidos por hipotermia. El mensaje actual está claro. La pastelería es nuestra, y ahora no admite a más visitantes.
Yo también vi esa peli, y no hace demasiados meses además (...).
ResponderEliminarTengo un amigo que hace un mes llegó de vuelta. Llevaba cuatro meses viviendo en Nouadhibou (Mauritania), uno de los principales puntos, si no el principal, de salida de pateras hacia las islas. Se fue a ayudar en la gestión de un programa que intenta potenciar los recursos naturales que existen en la zona (precioso aquello), y lo que cuenta es realmente deprimente. No me extraña que aguanten lo que se les venga encima aquí, aunque sea terrible, yo también lo haría. Nada comparable.
Sinceramente, no le veo solución factible a lo que está ocurriendo, no a largo plazo. Cuando no sea el color o el dinero, será cualquier otra excusa, la religión, un estornudo... o simplemente demasiado tarde.
Triste ver lo que estamos haciendo, cuando por mucho que nos quejemos de la "crisis" (o de nuestro ombligo, según se mire) el hecho es que vivimos en el reino de la abundancia, pero incluso más triste es pensar que hay abundancia PARA TODOS en este planeta nuestro, y que estemos haciendo esto con ella. Tan desolador como la peli, sí.
Saludos.
Apreciado Joselu,
ResponderEliminarMe ha tocado profundamente esta entrada. Imagino que sabrás porqué.
Soy dominicana y cada día veo a muchos de mis compatriotas irse del país a buscar una mejor vida porque aquí no hay oportunidad.
Así que la situación de los inmigrantes me toca y la entiendo muy bien.
Me siento terriblemente mal cada vez que sale una noticia de un dominicano que ha cometido un delito en tu país y luego leo los comentarios xenófobos en donde dicen pestes de nosotros (por uno pagamos todos). No lo puedo evitar. Me duele. Y mucho.
Sé que hay dominicanos que son unos criminales y que están cometiendo delitos en tu tierra y en otras partes, pero también sé que hay muchos dominicanos (la mayoría) que salen de mi país a trabajar, a ganarse el pan de cada día con el sudor de su frente para poder enviar la remesa mensual a los familiares que quedaron aquí.
El drama del inmigrante no puede mirarse de manera superficial puesto que hay una historia y matices detrás de cada persona que abandona su país y se va a otra tierra.
Creo que deben aplicarle el peso de la ley a quienes van a España o a cualquier otra parte a delinquir, pero también pienso que bajo ningún criterio se debe vejar a nadie.
Repudio cualquier tipo de "cacería de brujas" y que se premia a quienes la realizan.
¿Sabes qué es más triste todavía, Joselu? Saber que nosotros los dominicanos vivimos este tipo de situación en carne propia fuera de nuestro país y en lugar de aprender de esto, aquí hacemos lo mismo o quizás peor.
Aquí se discrimina y se maltrata a los haitianos (como no te puedes imagina ni en sueños). Hay gente que los tiene en condición de esclavos, que los explota y los somete bajo la amenaza de denunciarlos a las autoridades migratorias si hablan. Los hijos de los inmigrantes haitianos que nacen en nuestro país no tienen documentos porque la Junta Central Electoral les niega la partida de nacimiento, lo que les impide estudiar y los convierte en seres sin identidad, en personas que jurídicamente no existen ni tienen ningún derecho (estamos hablando de miles de niños, imagínate el drama).
Todo esto me hace reflexionar mucho y preguntarme cuándo acabaremos con todo esto, cuándo empezaremos a darle un trato digno a la gente sin importar su lugar de origen, su color de piel, su género, preferencia sexual, etc.
Por cierto, yo también vi la película y es realmente desoladora.
Abrazos.
Qué impotencia
ResponderEliminarNInguna persona deberia ser ilegal. Vienen de todas clases, pero la mayoría son personas que huyen de la miseria, de la persecución política o de otros géneros, de la falta de futuro... Los delincuentes son los menos, pero hacen su perfecto papel para los racistas y xenófobos. Pero, si no fuera eso, sería otra cosa, sobre todo cuando dicen que hay crisis, que no sé yo si llamarla así o parcheo del sistema. Lo pagan los más débiles, y casi siempre son los que no pueden entrar a la pastelería sin que los miren mal, cuando menos. Quieren nuestros empresarios que sean meras herramientas de su enriquecimiento: trabajan y se guardan, que no se les vea, que no coman, que no se diviertan, que no tengan niños. Y cuando no se las necesite, una buena campaña contra ellos.
ResponderEliminarNo he visto esa película, pero me pongo a buscarla ya mismo. Por cierto, la patera que dices iba llena de niños. Un dolor.
Cuando los tiempos son malos tiempos, las consecuencias son para los mismos. La cuerda siempre se rompe por la parte más débil.
ResponderEliminarDe forma paralela a la noticia de Lanzarote, hay otra noticia la del asesino de la chica de Sevilla. Me llama la atención que tanta gente se mueva para gritar contra el asesino y en cambio todas las muertes de estos inmigrantes, muchos de ellos niños y alguna mujer embarazada, apenas levanten un testimonial minuto de silencio por ellos.
Me pregunto contra quién hay que gritar, igual que una jauría humana, para que acabe esta sangría.
No he visto la película que comentas, pero intentaré hacerlo. De lo que sí estoy muy cansada es de este mundo que me rodea, tan materialista e injusto; de nuestra clase política, casi sólo saben decir "tú más que yo", "pues anda que tú..." y cosas parecidas; de los fachas con piel de cordero que se creen con derecho de pernada sobre quienes no son como ellos; de los que ostentan el poder, el que sea, para imponer "su" ley y sojuzgar a quien es más débil que ellos; de los que desprecian al que es diferente por el solo hecho de serlo... Ahora le echan la culpa a la supuesta crisis, pero sabemos hace mucho que nuestra forma de vida se mantiene gracias al sacrificio de millones de personas que no tienen ni para comer cada día. El día que se rebelen nos vamos a enterar de todo lo que hemos hecho, pero será tarde. Hay días que da asco pertenecer a la especie humana.
ResponderEliminarUn abrazo, colega.
Joselu, aunque no he perdido la alegría casi que se me ha esfumado la esperanza (no es de extrañar... ¡porque vivo en Madrid :)!
ResponderEliminarMe he quedado "colgada" en la imagen de la pastelería... Sí, hemos decidido echar el cierre, que aquí no cabe nadie más... Bueno, a lo mejor dejamos la puerta un poquitín abierta, lo justo para que podamos deshacernos del merengue caducado...
Buah, Joselu, no tiene solución... ¿Moraleja?... ¿Estar pendiente de la fecha de caducidad?
Qué tristeza... Además, creo que todos llevamos dentro un policía, o un jefe de la policía... Algunos más desarrollado que otros, pero veo brillar la placa en casi todos los ojos de los seres humanos... También en los de los pobres, que no eligieron nacer sin palmeritas de chocolate.
Ay si tuviéramos en la nuestro poder la manga pastelera...
Después de leerte y de escribir, prefiero no pensar. Voy a estirar el cuerpo y a vigilar mi plaquita personal...
Un abrazo, Joselu, y otra vez gracias.
Cuanta infamia, que panorama. Las crisis suelen parir monstruos.
ResponderEliminarSi en plena opulencia algunos ya quemaban indigentes en los cajeros automáticos para pasar el rato... no quiero ni pensarlo.
Un saludo amigo Joselu.
Habría que seguir recordándoles a los pasteleros celosos que la harina y los huevos se los robamos a esos que pegan sus narices en el escaparate; y encima, cuando intentan montar su propio obrador, vamos y se lo quemamos. ¡Qué chulos somos!
ResponderEliminarEste es quizás el post más tristes que he leído en este blog. No solo por lo que anuncia, sino por lo que rememora.
ResponderEliminar¿ Era Gil de Biedma quien decía que no hay nada tan inquietante como el pasado?
¿A dónde hemos llegado para decidir que negarse a morir en el patio de atrás es un delito?
ResponderEliminarMe repugna esta torre de marfil en la que vive Europa.
Antes de nada, me encanta tu historia de las margaritas. Habría que repetirla muchas veces y en muchos semáforos.
ResponderEliminarY de esta patelería... pues eso, que la crema está ráncia y el bizcocho pasado. Van 22 por ahora, vendrán más, muchos más y contaremos muchísimos más muertos.
Se la juegan a una carta, la otra, la de la descarnada la llevan siempre. Si se quedan se mueren de hambre, si no llegan se ahogan. Pero de cuando en cuando uno llega, se escapa, se queda, manda cuatro perras de cuando en cuendo y el mito sigue creciendo. Que bellos, que hermosos son los mitos cuando no tienes ni tan siquiera el presente.
Tendre que ver la peli. Si la comparas con "la galleta", "cuando el futuro..." es que debe de ser buena.
Como cubana también conozco de la tragedia del exilio desde la otra orilla, ¿quién puede ofrecer una cifra (aproximada al menos) sobre los cubanos que han perdido la vida en el estrecho de la Florida? Se promueve la emigración y no se cumplen con los tratados, esto en el caso de los EU, pero ¿cuántos cubanos hay diseminados por el mundo?, les asiste la excusa política y corren creo que la mejor suerte de los emigrantes, aún así la separación familiar, el desarraigo, son algo que va tipificando la sociedad cubana.
ResponderEliminarLamentable que en pleno siglo XXI la xenofobia y la barbarie, identifiquen a la especie que presume de su inteligencia, peor aún cuando las remesas constituyen en no pocos países subdesarrollados una de las mayores fuentes de ingresos, la tragedia de los que son excluidos de la pastelería, deja sin dulces a muchas más bocas.
No vi la película.
ResponderEliminarPero el miércoles pasado sí que fui testigo de algo similar a lo que cuentas de Madrid. En el Paral·lel, frente al Molino, a media mañana, llegaron tres o cuatro furgones de policía nacional y salieron varios tipos uniformados a pedir documentación a todo aquél que parecía "no indígena" en la plaza. No llegué a ver si detenían gente. El año pasado pude comprobar en el Raval la mala leche que la policía usa cuando pide documentaciones a gentes de fuera, tras las detenciones que hubo en aquella zona...
¿Qué decir? los gritos individuales de unos pocos que no estamos de acuerdo en cómo se están haciendo las cosas no parece que sirvan de mucho. Me avergüenza estar pagando el sueldo de políticos, encima de estos, sociatas de diseño que luego aparecen como si nada en cacerías de lujo y otros lugares mucho menos recomendables.
Dada la magnitud de la crisis económica que ellos han permitido que ocurra, es perverso ver lo bien que viven y lo poco que trabajan en pro de la nación que les paga el jornal y a la que juraron servir.
Sobre la inmigración, deseo recordar que muchos de nuestros padres también fueron "inmigrantes". Mi padre fue un inmigrante andaluz en un tiempo en que en Cataluña sobraban los trabajadores y los retornaba a sus tierras de origen. Él se vino "de extrangis". Te lo cuenta, y con la misma naturalidad te dice que "no era lo mismo de lo de ahora" y una parpadea desconcertada, porque no ve la diferencia.
La gente no deja su tierra porque sí, lo hace porque en su tierra no hay manera de encontrar sustento...
Por encima de las naciones están los seres humanos, ¿No hubo una vez unos países que votaron una Declaración Universal de los Derechos Humanos? ¿quién se acuerda ya de eso?
Esto ha de tener alguna solución. Y esta solución tiene que residir en nosotros.
Bueno, aún a riesgo de quedar rematadamente mal, tengo que dar mi opinión como ciudadana de esta ciudad. Que conste que no estoy en contra para nada de los inmigrantes, de la gente que deja todo atrás (país, familia...) porque no le queda otra que irse en busca de algo mejor, porque es su única forma de sobrevivir. Aclarar esto lo primero. Pero no estoy de acuerdo en la manga ancha y sin criterio que se ha tenido para dejar entrar a una cantidad enorme de personas que este país no puede absorver. Hablo con conocimiento de causa, de verdad. No sé donde vosotros vivís, pero aquí es exagerado. Me consta (lo sé de buena tinta y de primera mano)que cuando en Canarias no pueden manejar la cantidad de gente que llega en pateras, de tanto en tanto se fleta una avión lleno de inmigrantes hacia Madrid (esto es verídico). Aquí se les da una bolsa de deportes con algo para comer, un chandal (todos iguales) una chupa y un billete de metro y ¡¡¡hala, ancha es Castilla¡¡¡... Son gente sin papeles, sin ningún tipo de orientación... que lo primero que tiene que hacer para seguir comiendo es robar... A mi esto no me parece normal, la verdad. No me parece la mejor forma de integrar a nadie. Hasta hace nada, los inmigrantes que tuvieran causas pendientes con la justicia no podía ser devueltos a su país... ¿Qué era lo primero que tenían que hacer para asegurarse la permanencia? Pues hacer méritos para tener un juicio pendiente...
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo con la caza del negro (la misma policía lo rechaza), pero es que lo que está mal hecho desde el principio no se puede esperar que tenga una buena solución. Aquí se hace todo a golpe de impulso, sin pensar, sin analizar. Una buena política de inmigración hubiera evitado todo esto.
Siento si alguien se siente ofendido por mis palabras, pero hablo con conocimiento de causa. No soy racista, ni mucho menos, ni xenófoba, ni he discriminado jamás a nadie por su origen y condición, jamás, pero todo lo que he escrito lo vivo a diario y eso me da cierta base para contarlo.
Un abrazo, Joselu
Novicia, la realidad de la inmigración ilegal la viven todos los países del llamado primer mundo y hay que contextualizarla en un estado de cosas de injusticia generalizada. Occidente se ha enriquecido con la explotación de África y Latinoamérica. El FMI, la OMC y otros organismos internacionales representan los intereses económicos de ese primer mundo. Las leyes y tratados están hechas para los que están en la pastelería, y se ha impedido el desarrollo de muchos países subdesarrollados mediante política de aranceles y deudas externas imposibles de pagar para comprar armamento y otros productos. El mundo es desigual e injusto. La desregulación financiera que se ha dado en USA ha producido una crisis, que no ha tocado fondo ni de lejos, causada por los tiburones ávidos de dólares. Si la crisis nos golpea a nosotros duramente, ¿cómo lo hará en otros países más desprotegidos? La inmigración es fea porque son pobres, y algunos, una minoría, delinquen. Es la parte del pastel de la pobreza que nos corresponde. Me temo que no tiene solución. No va a estar la nave (y la bodega) del mundo hundiéndose y nosotros ale sólo a disfrutar. Entiendo que hacen falta políticas que no alienten la inmigración descontrolada, pero dada la desesperación que existe en otros países, no me extraña que se produzca lo que se produce. ¿No te hace pensar el naufragio de la patera en Lanzarote? Mañana estará ya olvidado. Un abrazo.
ResponderEliminarClaro que me hace pensar Joselu... Y estoy contigo en que hay que ser tolerantes y piadosos con estas pobres gentes que tienen que dejarlo todo y salir a buscar un futuro, y colaboro como puedo, pero si los que tienen en sus manos el poder de solucionarlo sólo se acuerdan de ellos cuando hay que hacer campaña... no sirve de nada lo que se haga a nuestro nivel. África se muere. Tu lo sabes mejor que yo (te leo en tu otro blog aunque no diga nada) y nadie hace nada por evitarlo. Son negros y africanos, lo peor que te puede tocar ser.
ResponderEliminarUn beso
Cuando leo cosas como las que tú comentas en este post, se apodera de mí la vergüenza y la impotencia. Y también la desesperanza. Desesperanza que está fundada en la falta de voluntad de los políticos del llamado primer mundo en arreglar este desastre. Si ellos no quieren, esto no se arregla. Sólo nos queda el pataleo.
ResponderEliminarUn abrazo
Vero, me pregunto en qué va a cambiar nuestra percepción del mundo con la crisis que está empezando. Lo que hemos visto es sólo el preámbulo. ¿Cómo se sostendrá el mundo que pugna por sobrevivir? ¿No aumentarán las migraciones hacia el norte? ¿Qué debates éticos habremos de realizar para entender lo que estará pasando? La peli de la que hablamos es sombría. A mí me conmocionó la reclusión de los inmigrantes, su persecución e internamiento. Espero que no sea una metáfora exacta de lo que nos espera en el futuro. Un abrazo.
ResponderEliminarRosa Silverio, tu punto de vista es enriquecedor porque parte de un país en este momento de emigrantes que vienen a España a intentar mejorar de condiciones de vida. La fisonomía de las grandes ciudades ha cambiado. Yo vivía hasta hace poco en un barrio que tenía una zona llamada El pequeño Santo Domingo, y la inserción de tantos dominicanos o ecuatorianos o colombianos se ha hecho con bastante naturalidad y muchos asisten a la escuela pública muy bien integrados, lo que no quiere decir que no existan contradicciones por cuenta de las bandas latinas que han empezado a desarrollarse por aquí, los latin kings y los Ñetas. El otro día hubo una agresión de estas bandas contra la policía en Barcelona. Supongo que hay un problema de añoranza de la cultura de origen, sentimiento que detecto en muchos muchachos latinos que están en mi escuela.
ResponderEliminarPor otro lado, sabía de la discriminación de los haitianos en la república Dominicana, pero no sabía su grado. Recibe un abrazo, amiga.
Simalme, sí qué impotencia. Espero que el hecho haya salido a la luz lleve a cancelar estas cazas del negro o del latino o del marroquí que se estaba llevando a cabo.
ResponderEliminarClares, la inmigración es un drama -también una oportunidad- que ahora con la crisis se agudizará porque son los primeros -los inmigrantes- que se están quedando en paro. Los tiempos que van a venir van a poner en el centro nuestros valores humanos, nuestras creencias éticas. ¿O será la del sálvese quien pueda?
ResponderEliminarFmop, hoy martes la prensa ya ha pasado página en el tema de la patera naufragada en Lanzarote. Son seres anónimos -parias- que serán enterrados sin nombre y que nadie reclamará. Lo que tú dices tiene bastante consistencia: la importancia que damos a determinados sucesos y la insignificancia a que relegamos otros muchísimo más graves.
ResponderEliminarYolanda, en los foros periodísticos mucha gente defendía estas redadas y se argumentaba que por fin la policía estaba haciendo su trabajo. Si su hurga en la conciencia colectiva se encuentran ya muchos elementos de racismo argumentados de muchas y diferentes maneras. Pero la crisis es real, no supuesta, Yolanda. Pero no ha hecho sino empezar. Un abrazo, colega.
ResponderEliminarJueves, es cierto todos tenemos nuestra plaquita de policía más o menos encubierta, y hay que vigilarla. Tus palabras están llenas de imágenes poéticas que resultan muy expresivas. Me falta el salero para contestarte y darte las gracias por tus reflexiones. Un abrazo, eso sí.
ResponderEliminarFrikosal, la crisis nos va a poner a prueba y da miedo pensar en los tiempos que van a venir. Esto es más profundo de lo que se está pensando que no es más que creer que con unos pocos arreglos e inyecciones de liquidez se soluciona todo. ¿Y si el sistema dejara de funcionar en su totalidad?
ResponderEliminarAntonio, creo que lo has expresado muy bien. El desarrollo de nuestro mundo presupone el subdesarrollo del otro. Se hablaba de crear una factoría de Nissam en Tánger, idea que se ha desechado para alborozo de los trabajadores de Barcelona que ven potenciada la existencia de las fábricas de aquí. Lo entiendo perfectamente, pero a la vez cómo evitar que los jóvenes marroquíes emigren masivamente en busca de mejores condiciones de vida. Ay, Antonio, que no me salen las cuentas. Un abrazo.
ResponderEliminarSerenus, sí es un post con cierta carga de tristeza, por lo que rememora y lo que anuncia. La peli es digna de verse. Si puedes hazlo.
ResponderEliminarJose, el lanzador de botellas, hemos vivido en una torre de marfil, pero quizás nuestra percepción del mundo esté cambiando, y sin duda cambiará en los tiempos que vendrán. Un abrazo.
ResponderEliminarMalo, malísimo, veo que conoces Soylent Green. La vi varias veces hace muchos años. Me produjo una conmoción en mi adolescencia que aún no he olvidado. Es una película escalofriante. Hijos de los hombres también lo es. No sé por qué ha pasado tan desapercibida. Un abrazo.
ResponderEliminarYolanda Molina Pérez, sin duda, en Cuba sabéis de sobra el fenómeno de la emigración y el desarraigo que provoca. Es el fenómeno contrario que estamos viviendo ahora en España. El desarrollo atrae y el subdesarrollo aleja a las masas humanas. Pero ahora la pastelería ha puesto el cartel de cerrado, y los hambrientos se quedan fuera viendo los pasteles de crema en el escaparate. ¿Quemarán o asaltarán la pastelería?
ResponderEliminarSarah, lo que pasa en Barcelona no puede ser muy diferente a lo de Madrid, aunque es menos conocido. Ciertamente me ha molestado mucho el espectáculo de la cacería y otros despilfarros por parte del partido al que he votado siempre. No es una cuestión anecdótica. Que los otros sean también depredadores y exista la corrupción entre ellos no me consuela. Quiero que los míos al menos sean decentes y honrados. Lo que dices de tu padre está bastante extendido. Se entendió la propia migración pero no se entiende la de los otros ahora. Son los otros. Un abrazo.
ResponderEliminarMiguel, no te nos pongas triste. Tú nos llenas de buenas vibraciones a los que leemos tu blog. Pero sí ciertamente, nos queda el derecho al pataleo. Y podemos compartir reflexiones muy interesantes en nuestros foros. Un abrazo.
ResponderEliminarDesolador efectivamente. También resulta desolador que las fuerzas de seguridad (vamos a denominarlas así no sólo por cuestiones de respeto jurídico sino incluso del más elemental de los respetos), también resulta desolador -digo- que las fuerzas de seguridad actúen de manera diferente según sea el administrado o el ciudadano de su jurisdicción o del pueblo o ciudad de al lado. Eso también pasa, querido Joselu. Es decir, mucho cuidado no caer en las garras de un mosso d'esquadra, p.e., de Gerona si estás empadronado en Barcelona. El KKK hace reír al lado de estos memos armados que no se saben los capítulos fundamentales de la Constitución.
ResponderEliminarPerdón por lo desatado de mis palabras, pero es que esta gente (una parte) y los que los mandan me tienen muy pero que muy preocupada. Buscad si no el vídeo de la rusa maltratada en una comisaria de Les Corts. Hoy sigue en YOUTUBE.
¿En qué va a cambiar? Me gustaría pensar que derivará en algo positivo para todos, de verdad que me gustaría, pero no es así. Lo que yo pienso es que vamos a encerrarnos todavía más en nosotros, y a dedicarnos a pegarles patadas a los que vengan del sur, tal cual está pasando, tal cual ocurre en la peli. Pero sin el último rayo de esperanza. Tenemos demasiado miedo o somos demasiado inconscientes.
ResponderEliminarEse mundo desconocido, cada vez menos, que pugna por sobrevivir, seguirá haciéndolo, y cuando a las buenas no lo consiga, lo hará por las malas, y en el supuesto, ya podemos agarrarnos bien, porque no sabemos lo que se nos viene encima.
No es posible debatir con quien piensa que necesita y un wc dorado, y de oro! para descansar sus posaderas, y nos hemos construido un mundo, en el que tristemente, quien tiene el dinero tiene el poder, y viceversa. El resto sólo miramos y no podemos hacer mucho más que pelear o llorar, sin descanso.
Yo también espero que no sea una metáfora de lo que nos espera, pero al respecto, soy bastante pesimista o... realista? eso que me llevo.
Saludos.
Vero, comparto contigo esa percepción sombría del presente más inmediato. Hay una artículo muy revelador aquíde la dimensión de esta crisis sistémica. Espiritualidad y política es un blog realmente espléndido que hace pensar mucho. Un saludo.
ResponderEliminarAaioue, el enlace al vídeo de los malos trato por parte de los mossos está aquí. Espero que la instalación de cámaras en todas las dependencias policiales, según nos han dicho, acabe con estos malos tratos de la llamada policía autonómica cuya actuación ha sido defencida por el conseller Joan Saura. Da qué pensar.
ResponderEliminarLa película es durísima, te deja hecho polvo, porque es una visión apocalíptica pero nunca sabemos si el mundo en cierto modo se encamina hacia un futuro parecido. Precisamente hoy acabo de leer en el País Semanal de este domingo un reportaje desolador sobre las mujeres africanas inmigrantes atrapadas en la prostitución en Marruecos o en Andalucía, algunas de las cuales han dejado atrás a sus familias, o han visto como sus familiares eran asesinados.
ResponderEliminarMe da asco este pastel.
Saludos