Hay mucha retórica burguesa en la consideración de 2020. Comodidad ante todo que desconoce cuáles son los años aciagos en nuestra historia. Nos gusta quejarnos, disfrutamos quejándonos, nos erotiza quejarnos, pero es una queja de niños consentidos y blandos. No estamos dispuestos a sufrir, queremos una vida de ositos de peluche. Y, en ese sentido, 2020 nos ha ofrecido un perfil diferente que nos inquieta, que nos hace odiarlo y considerarlo nefasto.
Para mí ha sido un año excelente y productivo en muchos sentidos; me da igual, no obstante, que acabe; el tiempo no se mide por compuertas aleatorias, todo es una ilusión. Nada de lo que vivimos tiene verdadera consistencia. La vida y la muerte son un juego. Uno muere solo una vez, nuestra perspectiva es intencionada, casual, perfectamente irreal...
Gracias, 2020, por todo lo que me has dado. Has sido un año maravilloso
Se ve que nos creemos que lo que sucede ahora es nuevo, solo nos pasa a nosotros y es lo más grave que haya ocurrido jamás, y encima sin defensas. No estábamos mentalizados para una caída de contundencia como la que ha supuesto para el país y los individuos que lo habitamos, pero a los que no lo saben o no quieren saber hay que recordarles que ha habido tiempos malos, feroces, terribles y sin las ayudas que hoy parece se proporcionan. Somos miopes hasta para eso.
ResponderEliminarConfiemos en la superación. Abandonemos tanta tontería. Alejémonos de los aberrantes demagogos que quieren llevar al rebaño a su redil. No seamos, en fin, ni ovejas ni rebaño. Pero eso va a ser más difícil, pienso, que superar al coronavirus.
Salud y temple.
La historia es la lucha contra la adversidad, y nuestro mundo se había visto durante mucho tiempo ausente de ella. Y, como escribes, hubo otros tiempos más aciagos, sin las ayudas que hoy se proporcionan. Esto pasará, o, puede ser que nos hayamos de enfrentar a dificultades mayores, no lo sé. Leí un libro de historia titulado Tierras de sangre de Timoty Snyder y supe lo que es un tiempo terrible. Esto ha sido afortunadamente algo que podemos superar lo que no quiere decir que no suponga dificultades, pero nuestra sociedades están mucho más preparadas para afrontarlas. En menos de un año se ha creado unas vacunas para el coronavirus, una hazaña inédita que no existió en la gripe de 1918-19, tras una espantosa guerra mundial. Y vinieron los felices años veinte. Si yo tengo que morir -y nadie lo descarta- por causa del coronavirus, moriré, pero solo se muere una vez, no se muere cincuenta veces, cada muerte es única.
EliminarMuchas gracias por esa salud y temple, pienso que es cierto. Si nos toca, habremos de afrontarlo.
Suscribo lo escrito por el amigo Fackel.
ResponderEliminarDe entrada decir que la imagen que nos insertas me retrotraen al Movimiento de Hermandad de mujeres Pre-rafaelistas.
ResponderEliminarRosetti siempre me gustó, y con él, sus modelos.
Y a lo que voy. No me considero burgués, al menos no ejercito de tal, aunque no hago ascos al buen vino ni a la calefacción.
No me creo que lo que suceda ahora sea algo nuevo, eso sería tildarme de ingenuo cuanto menos, pero nadie de esta sala me negará que 250 muertes darias de promedio, y desde hace casi diez meses, se puede tildar de "normal". Ni nadie osará a decirle al propietario de una distribuidora, un hotel, un bar, un cine, un restaurante, un autocar, una agencia de viajes que este es un año "que como este año han habido muchos". Y por supuesto, no creo que haya un sólo comentario si además hay quien tiene conocidos que han fallecido por la pandemía, yo en mi caso, tengo tres, y no se me ocurriría hablarles de "la capacidad de sufrimiento".
Es cierto que cada uno baila al son que le toca, e insisto, no me puedo quejar porque detrás me acompaña una buena orquesta, pero yo no vivo sólo, ni estoy en medio de una jungla, todo lo que le afecta al vecino, me afecta a mi, y mi vecino se ha quedado sin trabajo con dos hijos. ¿Es un año igual para él? ¿Puedo significarle que ha de abandonar tanta ñoñez?.
En fin. Un abrazo y que lo venidero, y a partir de ahora mismo si eso es más satifactorio para los comentaristas (todos en general, por supuesto), nos sea concedido todo aquello que nos aproxime a la felicidad.
PD: desde hace doce años, tiempo que estoy en el bloc, siempre me he despedido con la misma palabra, se puede decir que ahí, si soy un adelantado: ¡Salut¡
Miquel, no cabe duda de que es un año con mayores dificultades en todos los aspectos. Ha habido una mayor tasa de mortalidad, de paro y de inseguridad social y humana. Y es muy lamentable, claro que sí, lo mejor es que viviéramos en un estado cosas estable y feliz para siempre. Que no hubiera paro, que no hubiera crisis climática, que no hubiera virus, que no hubiera amenazas a una vida confortable y serena... Pero no es así. Hay crisis, hay calentamiento global, hay virus, y eso muestra el grado de incertidumbre de la vida. Los ancianos se han visto especialmente afectados pero eso se debe a un tipo de sociedad en que ellos son ingresados en residencias por un estilo de vida que no es el de comienzos de siglo. Todo ha cambiado, somos frágiles y resilientes. Hay a quien le toca y a quien no. Pero en una valoración global sobre si es mejor vivir ahora o en el siglo XIV o el siglo XX, no cabe duda de que estamos mucho más protegidos. Un día le dijeron a un africano en un mercadillo que bajara el precio porque estábamos en crisis y él dijo ¿crisis? Eso en África, ahí sí que hay crisis. Llevamos setenta años de estabilidad y cualquier cosa nos asusta, no me extraña, pero es que la historia o la vida es así. Si me toca, me tocará, nadie me exime de no estar en la lista de víctimas, pero estaré infinitamente más protegido que en la pandemia de gripe del siglo pasado que se superó a pelo, sin vacunas, sin protección de ningún tipo. Desafortunadamente hay a quien le toca a quien no, eso no lo puede evitar nadie.
EliminarY en cuanto a la felicidad, ello es cierto que es un logro personal, aun en la cama del hospital condenado por el coronavirus.
Feliz año, Tot, un fuerte abrazo.
Felices por los que nos lo hemos tomado con deportividad.
ResponderEliminar¡Feliz Año Nuevo!
Con deportividad y objetividad. En todo está el yin y el yang. Feliz año nuevo, Alfred.
EliminarPara ti ha sido un año excelente, y me alegro por ello. Para mí, por circunstancias personales, ha sido un año para olvidar... Ya ves, a cada uno nos ha dado cosas muy diferentes.
ResponderEliminarSalud para todos en este 2021.
Un abrazo, Joselu.
En este año ha habido miles y miles de momentos, algunos buenos, otros maravillosos, otros normales, otros terribles, otros amargos, otros dolorosos... pero quiero salirme de la retórica de considerarlo un año maldito... No hay año en la vida que no contenga veneno y esencias..., pero comprendo tu perspectiva. Salud también para todos en este 2021, que contendrá toda la gama posible de experiencias. Un abrazo, Paco.
EliminarTu segundo párrafo me preocupa. Dices que nada de lo que vivimos tiene verdadera consistencia, y que la vida y la muerte son un juego. Algunos apretarían las mandíbulas al leer esto. Para ellos la vida no es un juego.
ResponderEliminarEstas afirmaciones, lo digo con todo el respeto, solo se pueden hacer desde una perspectiva que no ve mucho más allá de su propia piel (más allá de la nariz dicen algunos).
Hay a quien le toca y hay a quien no le toca...
No sé, Joselu, tengo la impresión de que si dentro de un tiempo vuelves a leer lo que has escrito, quizás te perturbe.
Aún estando muy de acuerdo con lo que explicas en el primer párrafo, esa mención de lo excelente que ha sido para ti, me parece innecesaria.
Pero me alegro mucho de que seas de los que "no les ha tocado"
No quería exhibir, Noxeus, felicidad y éxitos, en contraposición de tristezas, paro, muerte y desolación en tantas personas. He sintetizado tal vez demasiado mi mensaje que se contraponía a la retórica de tildar este año como maldito o nefasto. He querido salir de ello y, sin duda, dar un golpe en la mesa para considerar que en este año ha habido muchas cosas buenas para todos, a pesar de los pesares, dada la complejidad de la vida. En mi caso, ha habido momentos dolorosos y amargos, pero también descubrimientos, atisbamientos, lecturas, amor, caminatas... He querido asumir la vida en su variedad en lugar de condenarla maniqueamente en un dígito concreto. No es que haga ostentación, aunque lo parezca, frente al infortunio, es que quiero plasmar un mensaje de aceptación de lo dado. Claro que ha habido momentos malos, no lo dudes. Pero la vida es tan compleja que nos permite percibir la belleza incluso en el desastre.
EliminarLa idea de que la vida no tiene consistencia -lo expresó Calderón en La vida es sueño- es una concepción oriental y no lejana de los presocráticos como Heráclito. Pienso que somos tránsito, y en este tránsito, mejor que aprendamos a no aferrarnos a nada. Tal vez he expresado demasiado a la ligera que la vida y la muerte son un juego, pero cósmicamente es así. En cualquier momento me puede tocar, nada me exhime del infortunio, la vida tiene mucho de azar, intento prepararme para él y, sin duda, llegará tarde o temprano. Concibo la muerte como un sueño. Probablemente, sin esto no se puede comprender el porqué de mi texto que merece un complemento. La idea que quería subrayar es que siempre hay que celebrar la vida por oscura que parezca. Y este año, en muchos sentidos, ha sido excelente porque hemos aprendido muchas cosas que no tienen que ver con los bienes materiales o beneficios superficiales. Ha sido un año de ahondamiento, aun en la desdicha para muchos.
De mi comentario ha surgido la oportunidad de poder leerte explicándote más. Celebremos con un abrazo.
EliminarLo mejor de los posts está en los comentarios y respuestas. Muchas gracias por hacerme precisar. Un abrazo.
EliminarJoselu... no lo he dicho con tu maravillosa escritura, pero esta medianoche en mi brindis, expresé exactamente lo mismo ante quien me decía: “despidamos a un año de m.....”. Nadie puede negar que han habido dificultades, y que las seguirán habiendo lamentablemente, pero cuando ante tanto dolor y tanta perdida uno tiene a los suyos y está y están bien, ¿no sería mejor agradecer que quejarse? ...yo he celebrado lo bueno, que lo ha habido y encendido una vela blanca para la energía positiva para todo aquel que la necesite...
ResponderEliminarBuen año... y si sigo leyéndote seguro lo será!
Eso es lo que he querido expresar, que este año ha tenido muchas cosas buenas seguro que para la mayoría. Y comparativamente con otros muchos años ha sido un tiempo en que hemos estado mucho más protegidos y seguros. Muchas gracias por tus palabras. Agradezco profundamente mucho de lo que me ha supuesto 2020. Buen año, AlmaBaires. Nos seguimos leyendo.
EliminarQuizás nos ha recordado que no somos eternos, y lo que sabíamos aunque no queríamos saber de manera individual, la Vida nos lo ha explicado de manera colectiva.
ResponderEliminarAhora viene otra etapa, quizás peor para muchos, el desastre económico.
Un saludo.
Meditaciones de año nuevo, Daniel, jajajajaja. Sí, es cierto, con las vacunas, un logro científico de primer orden no menos prodigioso que el Concorde, se hará real, no obstante, que la historia sigue arriba y abajo. Un saludo.
EliminarJe, je, como te gusta provocar y sobretodo ir a la contra (aunque esa aclaración entre paréntesis casi pidiendo disculpas si que me lleva a pensar que estás en una etapa zen sin ganas de problemas, en tus buenas épocas no lo habrías incluido).
ResponderEliminarAdemás la reflexión inicial me suena, supongo que el texto fue antes en la entrada que en el comentario.
Sin duda si relativizamos todo cualquier tiempo anterior y cualquier otra región geográfica menos afortunada que la nuestra, esto de este año ha sido una fábula de Disney edulcorada.
Seguro que dentro si dentro de 200 años hay una pandemia mundial y los robots que nos cuiden en los hospitales entonces no dan a basto con los enfermos, y los cientificos tardan más de 3 meses en sacar una vacuna, el bloguero de turno, o el equivalente, dirá que peor fue en el 2020/21 cuando en España murieron más 100.000 personas y la gente que te cuidaba en los hospitales eran también personas que iban con mascarillas y que también se morían.
En fin, siempre hubo un tiempo peor. Pero si analizas tus últimos, pongamos, 40 años de tu vida (no se si en tu infancia pasaste verdaderas limitaciones, emocionales se que sí, pero asistenciales no lo se) seguro que este 2020 donde te has visto obligado a pasar prácticamente 3 mese sin salir de casa, donde has estado confinado en una habitación, y donde en general a nuestro alrededor la gente a sufrido tanto a nivel de salud como económicamente, seguro que este a sido uno de los peores años.
Pero vaya, que tienes razón, todo es relativo, depende de con quien o con cuando lo compares.
De todas formas, como disfruto leyendo cualquier genialidad o burrada que sueltas por aquí.
Un abrazo, afortunadamente seguiremos estando de acuerdo o en desacuerdo en el 2021!!!.
He leído todo tipo de calificativos respecto a este año: que si año de mierda, año nefasto, año maldito, etc, etc... Pienso la historia y me doy cuenta de años realmente terribles en los últimos ciento cincuenta años por poner una referencia. En este nos han cerrado los bares y confinado en casa durante tres meses, además de limitar los viajes... Y ciertamente, ha habido mucha gente que ha sufrido y no hay nadie que esté libre de ser contagiado. Pero si uno piensa en África o en muchos países del tercer mundo, esto ha sido peccata minuta. Y si uno piensa en los años de las guerras mundiales o las posguerras, esto ha sido muy suave. Además, dentro de las limitaciones que se han impuesto, cada uno ha podido encontrar su campo de juego y su libertad personal. No estamos acostumbrados al sufrimiento y eso nos hace magnificar una situación como esta. Ello no impide que ha ha habido mucha gente que lo ha pasado mal, empezando por las propias víctimas, los sanitarios, las familias delos enfermos... Quería dar a entender que dentro de las limitaciones, no ha sido un año tan de mierda, consideración que me suena a topicazo, repetido hasta la saciedad... No he podido hacer algunas cosas pero sí otras. No me gustan los tópicos.
EliminarAcuerdo o desacuerdo la cosa es hablar. Hay quien te condena sin remisión. Es por eso de la aclaración que incluí después.
Je, je, lo de que en España y Europa somos unos privilegiados y que si nos comparamos con África lo nuestro es el paraíso, también es un topicazo de los grandes. Verdad, pero tópico sin duda. Creo que en alguna entrada lejana comentabas la realidad de que uno de los países en los que había un mayor grado de felicidad creo que era Butan que es un país bastante pobre hasta donde yo se.
EliminarSi se analizase todo estos desde un punto de vista muy diferente nuestra sociedad es una sociedad enferma donde el dinero lo puede todo, dependemos de amazon y nuestros mayores acaban en residencias de anciano aparcados donde, ahora con la covid, han muerto como chinches y los que no están en sus casas encerrados sin el cariño de los suyos. Todo es muy relativo Joselu. Un abrazo.
La riqueza o la pobreza es en buena parte una cuestión de expectativas. Tu familia para algunas personas de un país africano o para un afgano o pakistaní es muy alto, seríamos -tanto tú como yo- muy ricos, pero depende de con qué se compare, y además habría que tener en cuenta nuestra fragilidad económica que no es tan estable como parece. No sé mucho sobre Buthan. Pienso que es un país en que las expectativas de riqueza son mucho menores y eso, a menos que sean infectados totalmente por el virus occidental de desarrollo y crecimiento indefinido- hacen de este país con una economía rural en gran parte, un espacio en que pueda darse ese FNB (Felicidad Nacional Bruta) más alto que en otros lugares. Por cierto, España junto con Argentina son los países más infelices o del mundo ARGENTINA Y TAMBIÉN ESPAÑA, PAÍSES MÁS INFELICES DEL MUNDO
EliminarUn abrazo
Unas reflexiones que destilan una gran hondura, Joselu, vaya carga de profundidad. Me quito el sombrero. Cargan contra la retórica burguesa y esencialmente la visión del hombre moderno, que cree vivir bajo un paraguas repleto de certezas. Te ha salido muy orteguiano. Cuando es al contrario, puesto que somos como una bala de cañón que se lanza sobre un mar de incertidumbre, nuestro entorno o circunstancia. El estado providencia nos ha inducido a aferrarnos a esa suerte de espejismo e incluso algún cándido economista creyó que nos podríamos aislar completamente de los ciclos económicos. Sin embargo, vivimos en un mundo de contingencias.
ResponderEliminarNo obstante, decía nuestro admirado Manuel Chaves Nogales, que había tanto un Madrid como un París, compuesto de diminutas hormigas, para las que parecía que la guerra resultaba una cosa ajena. Ese orden espontáneo, que no depende de gobiernos e incluso la administración, funcionaba ( en la España del COVID nos hemos topado muchas veces con una etérea e inexistente administración digital, compuesta por un dédalo de menús y submenús de navegación). Según MCHN, podías recibir una carta, comprarte un automóvil de chasis Skoda, el mejor de la época mientras el tamborileo de las baterías antiaéreas dibujaba arabescos en los cielos. Ocurrió algo parecido en París, que se largó el gobierno de Reynaud a Burdeos, se trasladaron las obras del Louvre como en el Prado, y los gentiles hombres de ternos elegantes, siguieron acudiendo a sus puestos de trabajo en el suburbano. Soy Sergio Munari, feliz año 2021, Joselu.
Tu comentario me ha hecho desear leer La caída de Francia de MCHN del que, probablemente, has tomado la información que nos traes sobre Francia y que desarrolla la idea que expones. Y, ciertamente, tienes razón, incluso en nuestra malhadada Guerra Civil hubo gente que no lo pasó nada mal, tanto en zona nacional como republicana. Conozco casos muy significativos.
EliminarNo, no estamos al margen de los ciclos económicos ni de los virus, aunque nuestro desarrollo tecnológico y nuestro nivel de vida induzcan a pensar lo contrario.
Sergio, feliz año, ya empezado. Ayer vi la parte final del concierto de Año Nuevo desde Viena y fue alucinante ver la sala vacía. Esperemos que el año que viene esté de nuevo llena.
Un abrazo.
ResponderEliminarAparte, me ha recordado tu exposición, a esa imagen de seguridad algo estólida, que transmitía aunque no fuese su intención prístina, John Maynard Keynes, quizá el economista más famoso, muy pagado de sí mismo, diletante en otros terrenos. El caso es que se ufanaba de haber vivido una globalización, que quedó destruida por la Gran Guerra, y cuando parecía que el camino de retorno era el más probable, llegó su tiro de gracia por culpa de las tormentas monetarias de los años 20 y sobre todo, 30, con el abandono del patrón oro en la Conferencia de Londres. Lo que algunos consideran el precedente de la II Guerra Mundial. Los gobiernos asesorados por economistas como Keynes, comenzaron una guerra de devaluaciones, que terminó por afectar al comercio internacional. La política de empobrece al vecino ( la devaluación perseguía hacer los productos propios más competitivos, pero lo que provocó fue un efecto dominó de devaluaciones, que se repetía incesantemente), El FMI quiere evitar esos precedentes, una de las instituciones de Bretton Woods. Perdón, por la dispersión.
Pues en esa reflexión, escribía Keynes, que un londinense podía estar seguro de que tendría en su casa, el té de Siam, la delicada manteca francesa, mientras vestía unos zapatos españoles, y un traje a rayas italiano. Llegó esa guerra de divisas, y esa certidumbre, por los problemas del clearing, no fue tan evidente. Ese orden de gran inercia se quebró. El propio economista inglés, que nos había trasladado esa imagen, aseguró en su Tratado de Probabilidad, que el hombre cotidiano, no es consciente de la fragilidad de ese orden, sino que se guía por la costumbre. Y si se alteran nuestra conducta en ese océano de interacciones, podríamos agravar una crisis. Para Keynes, en la realidad no hay nada cierto. Su error, creo modestamente, es pensar como muchos, que la realidad es una cuestión estadística. Y hemos caído en infinidad de ocasiones en el mismo yerro, Joselu.
Me parece interesante reseñar, que en economía cobraron forma esas teorías con el señor Sharpe. Que distinguía entre riesgo, donde el horizonte de sucesos es medible con instrumentos de probabilidad. Y la incertidumbre, donde podemos intuir los sucesos, pero no asignarles una probabilidad. Muchos teóricos creen que el riesgo no es medible, y que por tanto, todo lo que nos rodea es de una incertidumbre desasosegante. Se repiten algunos patrones, porque muchos nos acercamos a la realidad de la misma forma, un arsenal probabilístico, y forzamos a que la profecía se autocumpla. Hay sucesos que alteran más nuestra realidad, para los que la estadística no sirve. El colmo, serían los sucesos llamados Cisnes negros(una metáfora). Hechos que eran improbables, como el COVID, y que sin embargo tienen una impacto brutal en nuestras vidas. ¿Qué curva normal podría predecir este socavon? Se seguirán produciendo. Como dice Taleb, su teórico, cada generación tiene sus cisnes negros. Por cierto, soy Sergio Munari de nuevo. Feliz año, Joselu, y perdón por la chapa.
Tengo sobre mi mesa de trabajo El cisne negro de Nassim Taleb que todavía no he leído. Me lo regalaron para las navidades pasadas. Conozco en parte su argumentario que tú has aplicado con efectividad. No se me había ocurrido que el COVID fuera ejemplo de cisne negro, hecho altamente improbable que se produce fuera de toda lógica. Ahora, a raíz del virus, se están augurando nuevos desastres víricos que lo seguirían concatenadamente.
EliminarMuchas gracias por tus aportaciones enjundiosas y precisas.
Y además no volveremos a vivirlo. Salud.
ResponderEliminarEso es cierto. Salud.
Eliminar