Sé que las experiencias educativas son difícilmente
exportables o repetibles. Cada contexto es diferente. Lo que en un sitio
funciona, en otro es un fracaso considerable, lo que en un ambiente social es
un éxito, en otro obtiene resultados decepcionantes. No obstante quiero traer a
colación algo de lo que he hablado en otros posts y que pienso que puede ser
una referencia útil para profesores osados y que tengan ganas de innovar.
Me refiero al crédito de cine
de horror que se articula en cuatrimestres y al que asisten alumnos de
primero de la ESO. Está pasando la segunda promoción de alumnos. La experiencia
de la primera me llevó a descubrir algunos aspectos relevantes que tenía que
tener en cuenta. Es una cuestión fundamental la elección de películas
adecuadas. No vale cualquiera por buena que pueda ser. El resplandor de Stanley
Kubrick no les ha gustado demasiado a pesar de tener un niño como
protagonista y mantener la tensión espléndidamente en un crescendo
espectacular. Tal vez era demasiado compleja en la mezcla de mundo de vivos y
de fantasmas, lo que les llevaba a desconcertarse. Sin embargo, no fue inútil
ver ese filme. Les ha formado inconscientemente su gusto cinematográfico. El
encontrar un espacio de dos horas a la semana para ver buen cine es un hallazgo
extraordinario. Cada promoción del crédito ve un total de ocho a diez películas
sobre las que ha de hacer un pequeño trabajo sobre la parte técnica y expresar
su opinión personal sobre la películas. Estos muchachos no están habituados a
ver cine sistemáticamente. Ven películas, eso sí; ven series; ven Canal Disney, pero no ven cine con
criterio. Tras haber visto Carrie de Brian de Palma, El resplandor de Kubrick, El exorcista
de William Friedkin, The
ring de Gore Verbinski, The
ring 2 de Ideo Nakata, Insidious
de James Wan (película que les ha
fascinado a pesar de lo deficiente que es)... ha llegado el momento de ensayar
otro tipo de película en que no hay sustos, en que la tensión es contenida, en
que la intensidad dramática es alta pero sin sobresaltos y sin subrayados
musicales que tanto les gustan. Me refiero a Déjame entrar de Matt Reeves.
He escogido la versión americana en lugar de la sueca de Thomas Alfredson. He pensado que estaría
más cerca de sus parámetros por ser más explícita. El ritmo es lento, pero el
encadenamiento de imágenes y secuencias es sumamente eficaz. Un niño acosado en
la escuela encuentra a una amiga singular que va a ayudarlo. Quiero que
experimenten con distintos ritmos cinematográficos. He accedido a sus gustos
con las películas The ring 1 y 2 y la infumable Insidious. Sabía que les iban a gustar. Alguna muchacha me ha dicho
que se le aparece Samara (la malvada
protagonistas de The ring) por las noches,
que la ve sobre la pared de su habitación.
Estos muchachos llegan superpuntuales a la sesión. No se
pierden una y son objeto de envidia generalizada por parte de sus compañeros. El
ciclo de horror ha sido uno de los más solicitados de toda la oferta que ha
habido. El problema ha sido elegir a los participantes. Pero lo que podría ser
algo que fuera entendido como una distracción de bajo estímulo educativo, se
está convirtiendo, a mi parecer, en una propuesta sólida y atractiva que les
lleva a habituarse al ejercicio de la filmoteca en que se ven películas de
culto y otras menos, pero que les van habituando al lenguaje cinematográfico.
Es como proponerles un ejercicio de algo atractivo, el ciclo de horror lo es,
pero a la vez ir cambiando las piezas porque en el fondo lo que están haciendo
es ejercitarse en el papel de espectadores críticos y reflexivos. Es como
tenerlos a tu merced durante unas horas. El profesor ha de ser consciente del
tipo de películas que les van a gustar (acción, tensión, protagonistas niños o adolescentes,
sobresaltos, intriga, relación con el lado oscuro que tanto les atrae...), ha
de ser consciente y conocer el género para saber qué nuevas propuestas puede ir
añadiendo. No vale cualquier película. Me niego al cine sangriento y cualquier
tipo de gore. Quiero que vean filmes intensos en que el lenguaje
cinematográfico sea esencial. Déjame
entrar está siendo un interesantísimo ejercicio pues juega con algo que a priori no les gusta como es la
lentitud, la morosidad, la falta de subrayados musicales y los sobresaltos...
pero les está atrayendo. Las imágenes de esos dos niños que tienen la misma
edad que ellos (doce años), la violencia en la escuela, la atmósfera
inquietante que se genera, la música de Michael
Giacchino contenida pero eficaz... contribuye a que el visionado de la
película esté resultando altamente interesante y nutritivo. El vampirismo se añade a los temas que
hemos abordado en personajes adolescentes o niños que tienen poderes, o son
objeto de posesiones diabólicas, o son vehículo de la comunicación con el más
allá, con el otro lado.
La cuestión es hacer derivar un ciclo como el horror a una
reflexión sobre la poética del lenguaje cinematográfico. Me recuerda mis primeros años en
la docencia en los que podía ofrecer novelas altamente interesantes y exigentes
a adolescentes ansiosos de literatura sin saberlo. Ahora el lenguaje fílmico
puede ocupar el lugar que se reservaba a la literatura en un tiempo en que la
letra impresa ofrece dificultades crecientes para su descifrado y
decodificación. El cine es todavía un espacio abierto a la incertidumbre, al
descubrimiento y al entusiasmo compartido.
¡Ah, y tenemos un blog para el ciclo! Estremeciéndonos de miedo.
A mí siempre me ha fascinado el mundo que engendran las películas (las buenas) de terror. Yo les puse no hace mucho la de "El resplandor" y les gustó. Y también la de "The ring". A los chicos y chicas de esta edad les fascinan las emociones fuertes. Pero hay que saberlas encauzar. Y por eso, como tú muy bien has apuntado, hay que suprimir todas aquellas películas que se ceban en la sangre y la violencia gratuíta. Y alentar, en cambio, aquellas otras producciones que indagan en el interior de cada cual emocionalmente. Tocando la tecla del miedo. La tecla de el desasosiego. La tecla de la soledad emocional. Lo que pasa es que esto puede llegar a resultar peligroso. De hecho estas películas no están recomendadas para niños de primer ciclo secunadaria. Y me creo lo que te decía aquella alumna que veía en las paredes a Samara. Total, que sí, que sí que es bueno que vean esas películas, pero hay que distribuir los contenidos y el fondo de manera que los alumnos se sientan fuertes y no víctimas de las imágenes. Y que puedan valorar e incluso criticar lo que han visto.
ResponderEliminarUn abrazo.
La impresión que tengo es que estos muchachos están habituados a ver imágenes impactantes muy fuertes. El telediario mismo en muchos sentidos o programas de crónica negra son mucho más espeluznantes que lo que puedan ver en The ring que no deja de ser una incursión en el lado oscuro mediatizado por el dramatismo y la poesía. Creo que cuando ven una noticia o un reportaje sobre la violación o asesinato de una muchacha descrito con pelos y señales, como suele aparecer en la televisión, ahí sí que están siendo víctimas de las imágenes y de la sordidez más terrible. No tengo la sensación de que los chavales que asisten al crédito estén inermes ante el horror. El buen cine de horror es poético, aunque reconozco que hay que ponerles también películas más comerciales para conciliar con su gusto, y poder introducir en la siguiente vez algún filme más denso. Es como irles abriendo el gusto por el cine con bocados apetitosos y atractivos. Pensemos en los grandes clásicos del cine de terror: Drácula, Nosferatu, Frankenstein, El hombre lobo, La momia, El hombre invisible, La noche de los muertos vivientes… Todos son referentes interesantísimos de nuestras pesadillas y se han convertido en símbolos inolvidables del lado menos visible u oscuro. Me alegro de poder compartir con un compañero la experiencia fílmica y que conoce a Samara, esa muchacha que queda grabada en el inconsciente. Un abrazo.
EliminarHacía mucho tiempo que no había vuelto a ver "El resplandor", de Kubrick , pero el otro día me tropecé con ella en esa bendición de canal que es La Sexta 3 y, aun empezada, no pude apartar la mirada de esa perfección fílmica. Hasta esta vez no me había dado cuenta de la escasa originalidad de David Lynch, toda la obra del cual está contenida en esa maravilla de Kubrick. De hecho, bien puede considerársele un mero "epígono" del neoyorquino, algo que no ocurre con el otro David de los maestros actuales, Cronenberg, cuyo poder de fascinación fílmica satisface las expectativas del espectador más exigente, salvo en su sosa historia psicoanalítica, que es un patinazo de mucho cuidado. No solo me parece estupenda esa actividad de filmoteca, sino que, en vez de la asignatura optativa de "emprendeduría" (que tampoco me parece mal, que conste) tendría que existir una de alfabetización visual, por decirlo de manera poco exigente. Estamos rodeados de imágenes (y la mayoría de nosotros encarnamos una), pero desatendemos a los lectores, a quienes nunca iniciamos en el difícil cometido de entender ese lenguaje complejo. ¡Qué por delante vas siempre de las verdaderas necesidades pedagógicas, Joselu!
ResponderEliminarEl escaso entusiasmo de mis alumnos por El resplandor es sintomático. Quizás es una película de raíz intelectual, contenida, cerebral… En el ciclo no he desistido de pasarles películas que sabía que les iban a gustar relativamente. En realidad es un espacio para el encuentro. Si yo les planteara solo películas de culto, sería un fracaso. He de buscar elementos de conciliación entre su gusto e intentar llevarles más allá. Es un desafío apasionante, en que solo funciona el mecanismo ensayo-error. En algún sentido, entiendo que la palabra escrita ha dejado de ser elocuente para los ciudadanos de este tiempo. Me duele profundamente. Pero ahí no se detiene la marcha de la historia. Hemos de adaptarnos a nuevas realidades en que el ser humano busca entenderse a sí mismo. Y es palmario que la imagen juega un lugar fundamental en la educación estética de estos momentos. Me calificarán de derrotista, pero entiendo que la palabra escrita ya no juega el papel que tenía hace veinte años. No obstante, seguimos investigando las posibilidades de los discursos escritos en la conformación del pensamiento contemporáneo. Lo maravilloso en la escuela pública es el ámbito de investigación que supone. Estamos inermes, pero en ese desarme podemos elucubrar, buscar, investigar, descubrir…
EliminarAtrevida propuesta, sí señor. Y yo mientras, aquí, intentando que registren concienzudamente las diferencias entre el lenguaje teatral y el cinematográfico con "Bajarse al moro".
ResponderEliminarEs un crédito que funciona como alternativa a la religión. No es un crédito del área de lengua castellana. Ello me permite otro nivel de experimentación que el que deriva de una asignatura lingüística. O sea que tenemos al capellán que les está hablando de vete a saber qué y en el aula de al lado yo estoy pasándoles El exorcista, lo que en definitiva significa una cierta creencia en el más allá y en la figura de el diablo. No deja de ser jugosa la cuestión.
EliminarAmigo Joselu, quizá pueda servir de apoyo mi experiencia. Llevo 5 años formando a profesores en el uso del cine (y el resto de formatos audiovisuales) en el aula. Fruto de esta experiencia existe este blog: http://edukazine.blogspot.com.es donde tenéis muchos recursos, fichas didácticas, experiencias, enlaces, etcétera.
ResponderEliminarEste año estoy enseñando a los compañeros a utilizar cine de animación en el aula y ha realizarlo ellos mismos en clase: http://edukacine.blogspot.com.es
Además, imparto Cultura Audiovisual a alumnos de 1º de Bachillerato y empalizo con tus reflexiones:
- no funciona siempre y con diferentes grupos la misma actividad o película (necesariamente hay que usar el ensayo-error);
- es necesario ver la película antes de proyectarla (parece de risa, pero muchos profesores ponen películas como si fueran caramelos);
- hay que dirigir como docentes el proceso de aprendizaje, pero sin sustituir el trabajo del alumno; especialmente si la proyección deseamos que sea una experiencia didáctica y no meramente estética.
Soy partidario de elegir bien la película, pero no poner solo lo fácil y accesible. Es necesario ver y buscar películas que supongan una experiencia novedosa y enriquecedora para el alumno. Es cierto que están deshabituados, que ven solo cine made in Hollywood, pero también nos sorprenden con su curiosidad. No desfallezcáis, probad películas interesantes, provocad el debate y el análisis humano que ofrece el cine.
Realizo el enlace al blog que citas para que los lectores puedan conocerlo directamente: EDUKACINE
EliminarUna pregunta retórica porque ya sé la respuesta al menos provisional. ¿Ves adecuado u oportuno el pase de Funny games como película de horror a alumnos de primero de ESO? Es una película durísima de Michael Haneke. Sé que no es oportuna, pero no me deja de seducir su visionado. La rechazo pero vuelvo una y otra vez a ella. La sensación de horror es espeluznante.Pocas películas he visto tan desasosegantes. Me gustaría saber tu opinión que sé formada y autorizada.
EliminarDe acuerdo con Ramón. Hay que arriesgarse. La normalidad está afuera. Ven cine a espuertas y la escuela puede abastecerles justamente de lo que no ven en la calle. Propongo clásicos en blanco y negro. Del terror fundacional. Elegir bien, sí, pero huír de lo accesible y cómodo, Joselu. Me encanta, por otra parte, tu experiencia. Lo último que puse en el colegio (y discutimos golosamente) fue El mago de Oz, baldosas amarillas y todo eso. Versión primera. Disfrutaron muchísimo. Era, para muchos, la primera vez que veían una película sin color. Una con más de cincuenta años, Dios Santo. Déjame entrar es una película magnífica para ser analizada y discutida. Un abrazo.
ResponderEliminarEn mis propuestas sé que he de contemporizar, y alternar películas de bajo nivel y otras más arriesgadas. En ese tira y afloja reside el éxito del crédito. Han visto joyas del cine de horror, pero tengo que conciliar con otras propuestas menos arriesgadas. Déjame entrar es una de estas joyas que permiten el comentario reposado y la disección sustanciosa. Son una maravilla tanto la versión sueca como la norteamericana. El cine, ¡qué grande que es el cine!
EliminarDesde luego, es una propuesta sólida y con un aprovechamiento didáctico indiscutible. Como ocurre con la literatura, aunque sean consumidores, no pueden (o les cuesta mucho) reflexionar de una manera sistemática acerca de lo que están viendo. Por lo que dices, el ciclo funciona bien, así que espero que vayas configurando una filmoteca consolidada como proyecto a largo plazo, si os dejan recursos y ganas para ello.
ResponderEliminarMe gustaría pensar que este crédito puede tener continuidad, pero se articula como alternativa a la religión y lo imparte nuestro seminario cuadrando horarios lectivos. No tiene por qué volver a repetirse la situación ni que sea yo el que lo imparta. Una pena porque es una experiencia valiosa y que despierta el entusiasmo de los chavales. Y esto no es fácil de conseguir.
EliminarMe alegro de que tu propuesta funcione, se te ve contento. Creo que es una forma de entrar en contacto con su mundo, ya que les encantan las pelis de terror y a la vez introducirlos en el lenguaje cinematográfico. Quizá con el tiempo podrías probar con otros géneros, comedia, drama... Ahora, Joselu ya te digo yo que con esas pelis que pasas no me tendrías de alumna :) (yo soy de las que después sueña).
ResponderEliminarHe pensado en otros géneros. Potencialmente la idea es excelente. Iniciación al lenguaje cinematográfico de género. Eso sí, pocos géneros originan el entusiasmo como el terror. Veo las películas antes en casa con mi hija de su misma edad. Las comentamos y ello me sirve como orientación y criterio.
EliminarVaya título tan efectista te has buscado JOSELU, me has asustado:-)
ResponderEliminarNo me ha sorprendido en absoluto que tu genial idea de programar cien de terror para tus alumnos haya resultado todo un éxito. Para mi sorpresa es una constante entre los adolescentes, les encanta a casi todos.
De hecho creo que te anticipé el éxito que tendría entre ellos, ISIDIOUS que a mi personalmente, como veo que a ti, no me gustó nada. Con independencia de que siendo cine muy bien hecho siempre les aportará y ayudará a que no les valga cualquier cosa y sobre todo a pensar, si tú les ayudas, lo cierto es que el género de terror, como el de ciencia ficción engancha a los adolescentes por el chorro de imágenes impactantes y extrema tensión al que los somete. La acción en la versión que sea, es apuesta segura con ellos. Motivo por el cual, El Resplandor les parece lenta. Para mi, sin embargo de las proyectadas, es la que más me gusta con diferencia, después sin duda, Let me in y si pudierais ver la versión original sueca aun mejor, con la música de Johan Söderqvist, espectacular, sin desmerecer a Michael Giacchino:-)
Verás, Söderqvist ha optado por mezclar el sonido de los sintetizadores que enfatizan la sensación de frialdad y soledad, con la orquestación más clásica en donde instrumentos como el violín, guitarra y piano son los protagonistas. Si escuchas seguida la música de la BSO, tiene como dos pautas muy marcadas, la primera viene dada por la oscuridad de las historias de los dos protagonistas, Eli la vampiresa y Oscar el adolescente retraído que sufre acoso escolar. La segunda que termina imponiendo, cuando se establece la relación entre los dos personajes. Te dejo el mejor track de esta segunda parte, para mi al menos, Eli and Oscar
Si fueras profe de música, te diría que no dejaras de ponérsela a tus alumnos, de las mejores BSO que he escuchado en los últimos años. Lo siento... se me fue la cabeza a lo mío, ya sabes, mi vicio, perdón:))
Un beso grande JOSELU y feliz domingo.
He visto varias veces la versión sueca y una la americana. Pienso como tú, que es mejor la sueca pero no desmerece demasiado. No es simplemente una trivialización hollivudiense. Se mantiene la contención y la lentitud. Pero hubo algo azaroso que me llevó a poner la versión americana. En mi disco duro tengo las dos. Vi Let me in y pensé que era la sueca. Cuando comenzó me di cuenta de que no, que me había equivocado. Lo tomé por un augurio y la dejé continuar. Al cabo de veinte minutos los chavales estaban totalmente absorbidos por la acción pese a no ser nada efectista. Quizás el tema del matonismo y acoso escolar es tratado de un modo más cercano a ellos. Es curioso porque en esta clase está un muchacho del que hablé hace poco y que perdió a su hermana en un incendio. Pues este muchacho había participado como actor en un corto en que era él quien sufría una agresión escolar tirado en el suelo y pateado por una banda de catres. Todos los chicos han visto el corto, por lo que el tema del matonismo está latente en ellos, y las escenas de Let me in son muy semejantes a las que interpretó ese muchacho.
EliminarGracias por escribir en domingo. Besos.
Me calificarán de derrotista, pero entiendo que la palabra escrita ya no juega el papel que tenía hace veinte años.
ResponderEliminarYo te calificaría más bien de una mente avispada entre bastantes gilipollas, pero podría quedar como Umbral o Fernán Gómez.
No es que sea palmario, es que es tan evidente que da vergüenza ajena tener que explicárselo a alguien.
No significa eso que la lengua escrita se vea herida, sino que el tema visual es también una arma muy poderosa con respecto a la finalidad de toda lengua, que es la comunicación (o intercambio de información si nos ponemos académicos).
Es imposible que en un contexto como el actual, intentemos amoldar situaciones de hacer 20 ó 30 años, porque eso solo se le puede ocurrir a un pobre imbécil.
Este es un país en el que la palabra innovación no se conoce, por eso algunos profesores (que no maestros), tienen una didáctica lamentable, digna de hace muchos, muchos años, cuando todos éramos unos pánfilos, sin la décima parte del conocimiento que hay ahora.
Este tema de películas y documentales debería ser el pan de cada día en todo tipo de asignaturas, al menos una vez al mes, desde hace ya años. Generalmente, el joven disfruta con lo visual porque la asimilación es mucho más sencilla desde un punto de vista psicobiológico (a diferencia de la lectura). Me parece increíble que estas cosas no se potencien como recurso o refuerzo, más aún pensando en la gran inversión en tiempo y dinero que hay tras un buen documental o una buena película.
En fin, aprovecho para quitarme el sombrero ante los maestros de primaria y secundaria, aun las excepciones arriba comentadas.
Saludos.
No soy forofo del cine de horror, pero sí del cine en general. No tengo la menor duda de las posibilidades que brinda a la formación y desarrollo de los alumnos, pero dudo que pueda sustituir a la literatura porque su lenguaje – imagen, palabra y música - aun siendo tremendamente expresivo, dista mucho del escrito. Y no me olvido del buen concepto que me merecen las personas cinéfilas con criterio.
ResponderEliminarUn abrazo
Tienes razón, lo literario no puede ser sustituido por lo cinematográfico. Son lenguajes que tienen elementos en común como la narratividad pero son esencialmente distintos. No obstante, preveo un porvenir difícil para la literatura en el sentido clásico de la palabra. Ojalá me equivoque.
EliminarSi me permites OBSERVADOR, te he leído y me pregunto...
ResponderEliminar¿Crees que es didáctico e incluso necesario usar GILIPOLLAS, IMBÉCIL o PÁNFILOS tal cual has hecho en tres párrafos de tu comentario para defender el poder de la imagen frente a la palabra en la enseñanza?
¡¡Fíjate si tienen fuerza las palabras!! sólo esas tres palabras que has usado, dan una imagen de ti, que seguramente no se ajusta en absoluto a la realidad, pero que han quedado impresas al instante en mi retina, haciéndome asimilar al instante un mensaje que quizá no es el que tú pretendías. ¡¡Piénsalo!! a lo mejor los que siguen creyendo en la fuerza de las palabras no son tan gilipollas como supones:-)
A veces, es cierto, una imagen vale más que mil palabras, pero otras...
Solo una palabras te hace ver mil imágenes, tú lo has logrado:-)
Buen día OBSERVADOR.
Perdóname JOSELU, no he podido resistirme, espero no enfadar a tu observador, con mi observación y a ti tampoco, no es mi intención, muchos besos.
Observador, tuve muchas dudas en si incluir tu comentario en el blog. Lo eliminé en un primer momento por las razones que aduce María. No era necesario insultar. Este blog es un lugar de encuentro, en el que se puede argumentar desde cualquier perspectiva pero con corrección, con respeto, con atención a los sentimientos y juicios de personas que piensan diferente a nosotros. Me gustaría volverte a ver por aquí, pero por favor, cuida tus expresiones. Un cordial saludo.
ResponderEliminarEs innegable el atractivo que ejerce el lado oscuro a cualquier edad. La noche se ha alimentado siempre de nuestros miedos. Desde el terror de nuestros desvelos infantiles hasta las agobiantes amenazas que aún ahora perturban nuestro sueño y roban nuestra tranquilidad.
ResponderEliminarValoro positivamente la selección de películas de terror que has realizado, que permiten alfabetizar al alumno en el siempre sugerente lenguaje cinematográfico. Sin embargo, no puedo evitar disentir en la franja de edad de los receptores. Son todavía unos niños, aunque algunos lo desmientan con su físico y sus actitudes. Su personalidad se está formando, así como sus valores, su forma de entender la vida. En todos los géneros cinematográficos hay títulos de indudable calidad. ¿Por qué no ofrecerles historias que reafirmen su potencial para afrontar la adversidad, para asumir retos? Películas que les descubran el poder de sus decisiones, de sus pensamientos, de sus emociones. Necesitan educación emocional, tanto para conocerse como para “empatizar” con “el otro”. Focalizar la atención en el miedo y la amenaza me parece arriesgado. Probablemente, ellos ya perciben su mundo como un entorno poco seguro y hostil. Para algunos, el horror se concreta en la posibilidad de perder la casa o el trabajo de sus padres, con lo que ello implica. Recuerdo alguna entrada anterior donde ya hacías alguna de estas reflexiones.
Si nuestros pensamientos crean de alguna forma nuestra realidad, si de cómo nos contamos a nosotros la vida, va a depender cómo la percibamos y la vivamos, evitaría en esta etapa de formación narraciones que incidan en el lado más negativo o perverso del ser humano. En parte, porque el miedo paraliza, inmoviliza, y está demasiado presente ya en el discurso oficial de los “miedos de comunicación”. Necesitamos historias de esperanza y de confianza, para crearnos y recrearnos, como personas y como sociedad. Palabras que nos salven de los monstruos en esta “noche oscura”, una vez más.
Me siento muy feliz y ilusionado de haber descubierto este bloc. Soy un profe de secundaria, gran aficionado al cine de terror y hace mas de 10 años ya q pongo cine de terror. Me he comido mucho la cabeza a veces intentando pensar si los contenidos q expongo son realmente adecuados. A veces he tenido problemas con profes i incluso padres, pero me niego a aceptar q estoy inculcando valores negativos a los alumnos sinó al contrario. Creo q les intelectualiza y les da una vision muy critica del cine. Responded por favor!!!
ResponderEliminarQue os parece se lo que hiciste el ultimo verano para primerocd eso?
ResponderEliminarAnónimo, hace meses que no escribo en el blog, pero tu demanda de respuesta me hace volver a hacerlo. Este año vuelvo a abordar el género de horror, como me gusta llamarlo, aunque ellos prefieren la calificación "de terror"que conecta más con la idea de sustos que tanto les gustan. Esta es precisamente la primera consideración que hay que hacer: que el buen cine de horror no tiene que ver necesariamente con los sustos y sí con la atmósfera inquietante y amenazadora que impregna tantos filmes. El hecho de hacerlos espectadores, que comparten un espacio un par de horas a la semana (en dos sesiones) es altamente interesante. Me han de hacer una ficha técnica de cada película, pero es mi forma de calificar la materia. Lo mejor es que se sientan espectadores, que disfruten, que asuman modelos. Sé que nunca olvidarán imágenes de Carrie, de El resplandor, de El exorcista, de Viernes 13, de Déjame entrar… El buen cine de horror tiene arquetipos que quedan en nosotros. y, en ese sentido, me da igual que me hagan los trabajos o no. El efecto del ciclo es precisamente el de formarlos como espectadores, y ello es altamente recomendable. Me alegro de haber encontrado a un amigo-compañero que experimenta hace años con la misma dirección que he iniciado yo el año pasado. Intentaré conseguir la película que mencionas. Otra que he conocido nueva es El silencio de los muertos que vendrá a sustituir a la deficiente Chucky el muñeco diabólico. Pienso que es mejor por lo que he podido ver. Un cordial saludo.
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