La biografía de Leni Riefenstahl está marcada inevitablemente por su relación con el Tercer Reich y haber sido una de las musas de Hitler. Éste le impuso –según el testimonio de la Riefenstahl- la realización de un reportaje sobre el congreso del Partido Nacional Socialista en Nuremberg. Ella realizó una verdadera obra de arte con imágenes que desbordan lo documental y producen una extraña fascinación. Se tituló El triunfo de la voluntad (1934). Posteriormente –una vez acabada la guerra en el periodo de la desnazificación- fue juzgada en diez ocasiones como acusada de propaganda del régimen nazi, pero nunca ningún tribunal llegó a la conclusión definitiva de si lo que había filmado era un documental o era propaganda. En la película no hay voz. En su posterior film Olimpiada (1938) –terriblemente bello también- filmó los juegos olímpicos de Berlín con imágenes que suponen una glorificación de la fuerza y la belleza física de los atletas.
Perseguida, ignorada e incomprendida en Alemania tras la guerra, marchó en los años cincuenta a África. Primero a Kenia buscando a negros atléticos y musculosos. Los masai y los kikuyu le parecieron esbeltos pero no era lo que estaba buscando. Una fotografía de dos guerreros nuba del Sudán le llevó a buscar en otro país. El caso es que descubrió la región montañosa del Kordofán donde habitan docenas de tribus nubas con lenguas totalmente diferentes. Halló un universo maravilloso en donde pasó largas temporadas durante los años sesenta y setenta conviviendo con ellos que la terminaron acogiendo como una más de la tribu. Realizó allí uno de los documentos antropológicos más extraordinarios. Su colección de fotografías de los nuba han dado la vuelta al mundo.
La belleza y la fuerza de los guerreros, que se muestran totalmente desnudos en los poblados, es harto conocida. Son asimismo geniales las pinturas de sus cuerpos, cubiertos primero con polvo blanco y posteriormente decorados con los motivos más vanguardistas que se pudiera imaginar. Alguno ha relacionado estas decoraciones corporales con los dibujos de Picasso. Leni Riefenstahl pasó allí de los años más felices de su vida. Se asombraba de que aquellos guerreros y aquellas muchachas desnudas eran mil veces más felices que sus compatriotas de Alemania sin tener prácticamente nada. Su mitología era de una riqueza fantástica, y todos eran artistas. Los nuba de kau eran además violentos. Sus luchas corporales, entre los diferentes poblados, acababan con la sangre cubriéndoles el cuerpo. Las muchachas luego escogían a los hombres con los que compartirían la noche pasándoles una pierna por encima del hombro.
Hoy día los nuba siguen existiendo pero han perdido el orgullo y la fuerza que los caracterizaba. Se hallan en zona de guerra entre los cristianos del sur de Sudán y los musulmanes de Jartum. Su vida libre y salvaje ha sido reconvertida. Los que quedan ya van totalmente vestidos y sus luchas y combates han perdido la fuerza simbólica que tenían antes. En Jartum los nubas hacen exhibiciones de fuerza para ganarse unas monedas.
Esto me lleva a reflexiones sobre la extraordinaria riqueza que tuvo África en cuanto a estilos de vida autóctonos durante miles de años. Centenares y centenares de tribus conservaban mitologías extraordinariamente complejas y a la vez delicadas. Sin saberlo, eran artistas en sus danzas, en sus luchas, en sus máscaras, en sus modos de organización social, en sus fábulas y cuentos mediante la transmisión oral. Todos presuponían la existencia de lo invisible y la fuerza y realidad de lo espiritual. La peor desgracia que le puede ocurrir a un africano es la pérdida de su alma. Los africanos dicen que los blancos “tienen” cosas y que ellos “son”.
A veces cuando me encuentro en medio de una gran superficie comercial viendo la casi única épica que le está permitida a un hombre de nuestros tiempos, pienso en los nuba, en los masai, en los dogón, en los himba, en los bosquimanos… y me doy cuenta de la terrible prepotencia del hombre blanco cuando entró en el siglo XIX en África. Encontró allí construcciones humanas maravillosamente delicadas pero no supo entenderlas por el espíritu de superioridad con que llegó. Su racionalismo radical le vedaba entender las cosmovisiones mágicas de los africanos y poco a poco los fue destruyendo y aplastando. Cuando oímos de algunos actos atroces de negros africanos en guerras hay que inscribirlos en un proceso complejo de pérdida de identidad frente a la supremacía y poder inmenso del universo occidental. Aún así África se resiste a la deshumanización que le ofrece nuestro mundo.
¡Qué tristeza la pérdida de las culturas aborígenes! Eran de una riqueza maravillosa frente a la cual nuestra vida consumista y depredadora es de una pobreza uniformadora.
En el fondo me hubiera gustado ser africano y caminar desnudo con mis dibujos imaginativos sobre el cuerpo y combatir para que alguna muchacha me escogiera para una noche. No hubiera tenido nada material pero hubiera poseído mi alma.
¡Qué prolífico estás últimamente, colega! Además esta vez tratamos en cierto modo el mismo tema desde dos ángulos diferentes: tú hablas de Leni Riefenstahl como fotógrafa en África y yo hablo del peligro del resurgimiento del nazismo hoy. Curiosamente, este verano vi una de sus películas en una cadena local de Donosti y quedé impresionada. Qué barbaridad, qué terrible ver imágenes reales de todo aquel horror... Ahí estaba Hitler en todo su esplendor arengando a miles y miles de soldados y ciudadanos alemanes, obnubilados por su fuerza y convencidos de su resurgimiento como nación poderosa. ¿Cómo pudo llegarse a aquello? Mentes mucho más sesudas que la mía han dado respuesta a esta pregunta. Lo terrible es que no es imposible que vuelva a ocurrir, y de alguna forma el nazismo o el fascismo, aunque solapados, siguen vigentes hoy en día en ciertas formaciones políticas.
ResponderEliminarEntiendo y comparto tu fascinación por África. Mucho tenemos que aprender de esos pueblos que consideramos atrasados y primitivos. Hace tiempo leí relatos africanos, leyendas y cuentos, y me gustaría recuperarlos. Explican el origen de la vida de una manera mágica y especial. Si encuentro alguno te lo mandaré. Sólo volviendo a las raíces encontramos sentido a nuestra actualidad. Al fin y al cabo, el hombre de hoy salió de allí, ¿no?
Un abrazo, y feliz descanso de tres días.
No tengo yo una especial fascinación por África, pero a veces hay bellezas que te impresionan, como, por ejemplo, estas fotos, miralas si puedes, que tú las vas a disfrutar mucho.
ResponderEliminarhttp://kaolinclares.blogspot.com/2008/10/cosas-que-una-se-encuentra.html
Ya verás. Cada persona tiene su utopía. Yo no encuentro la mía. Pero tendré que investigarlo. Lo mismo no me he dado cuenta. ¿Has leído a Van der Post? Fue una lectura muy querida para mí en un tiempo.
Clares, estos días estoy releyendo a Laurent Van der Post su libro El ojo oscuro de África. Es un texto de una gran profundidad. Sus reflexiones tienen como marco el África de 1954 en pleno proceso de descolonización y no son exactamente exportables al estado de la actualidad, pero hay mucho amor hacia lo que representa África y los africanos, máxime viniendo de un boer como era él. Él aprecia la espiritualidad de África en contraposición al materialismo de Occidente. Me alegra muchísimo que conozcas al Lauren Van der Post. No es muy conocido. Hay otra novela extraordinaria para introducirse en lo africano que se titula Todo se desmorona de Chinua Achebe. Es de lo mejor. No se sale igual después de leerla.
ResponderEliminarClares, acabo de ver tu post sobre la tribu de los Omo, entre Etiopía, Sudán y Kenia, y me parecen igualmente maravillosos las pinturas de los cuerpos. ¡Qué prodigio de libertad e intuición artística! Cuanto más sé de los aborígenes más siento la terrible pérdida que se ha producido y se está produciendo en sus modos de vida, tan extraordinariamente delicados e inmersos en la naturaleza. Tengo que profundizar en ello. Mi evolución va por allí.
ResponderEliminarYolanda, realmente temo ese resurgir del fascismo, bajo nuevas formas, en Europa. Ahora que la crisis económica golpea sobre todo a los más débiles, las contradicciones de la sociedad van a ponerse de manifiesto. Hará falta mucho humanismo para entender lo que va a pasar. De hecho cuando veo que nuestra vida está controlada totalmente -para nuestra seguridad, según nos dicen- por miles de cámaras de televisión, algo me alerta de que nuestro miedo se está activando y que vamos a renunciar a la libertad en aras de la seguridad. El hombre libre era el que existía en África, en el Amazonas, en Australia, en Nueva Guinea... Tenían códigos muy rígidos morales y sociales, pero muchas de sus construcciones simbólicas hacían de su vida algo apasionante. En occidente cada vez los niños tienen menos libertad. Tenemos mucho miedo y eso no es bueno para desarrollar la creatividad y el sentido de la libertad. Gracias, colega, por tu presencia.
ResponderEliminarVoy a diferir un poco hoy. No defiendo las atrocidades de los conquistadores, pero me parece que la visión romántica de los aborigenes, nativos y africanos surge con frecuencia como el resultado de un sentido de culpabilidad y del establecimiento de contrastes por el mismo hombre-mujer blanco. Las culturas africanas, indígenas y aborígenes también tenían sus atrocidades y, por tanto, no sé si un juicio de valores podría colocar a una de éstas por encima de la otra. De que hubo injusticia en el curso de la historia la hubo, pero en muchos casos estas injusticias fueron facilitadas por miembros de los mismos grupos oprimidos.
ResponderEliminarSin duda, Víctor, no todo era bueno en la cultura de los aborígenes (africanos, australianos, indios del norte y del sur...), pero el choque de culturas se producía entre grupos en el fondo ingenuos y ejércitos coloniales mucho más fuertes y armados que ellos. Los blancos fueron acogidos en África con mucha mansedumbre. Apenas hubo rebeliones entre ellos. Lo que quiero decir, aunque sé que eran inevitables esos resultados, que los blancos llegaron con un enorme sentido de la superioridad y despreciaron lo que contemplado hoy nos parece un patrimonio humano y cultural maravilloso tales como las tradiciones orales, las ceremonias, las máscaras, los ritos... Los conquistadores vieron con enorme prepotencia todo aquello y consideraron que eran vestigios de una personalidad primitiva nada digno de conservarse (a veces tenían razón). El resultado del proceso ha sido una uniformación total del mundo en torno a modelos mediáticos y de consumo. Pero sé que esto es una evocación más poética que realista porque cuando se enfrentan culturas disímiles siempre vence la que mejores armas tiene (y más maldad, aunque viniera bendecida por Dios). Gracias por tu discrepancia.
ResponderEliminarTambién me sumo a la discrepancia. El elogio del buen salvaje siempre procede del hijo desengañado de las Luces, el que ha visto sus muchas sombras, las injusticias de sus penumbras. Sin embargo, frente al estadio mistérico y mitólogico, me quedó con la obra de la razón, a pesar de los monstruos que engendra. Nada tan limitado como la razón, siempre poniéndolo todo, y aun a sí misma, en tela de juicio, pero esa grandeza de su cuestionamiento constante supera con creces la prepotencia de explicaciones primitivas, como las religiosas, que pretenden no sólo dar respuestas, sino, en el colmo de la arrogancia, las únicas verdaderas. Dejo de lado la cuestión estética y me centro en la ética y epistemológica: cuando escucho a Rouco Varela, oigo los ecos prelógicos de esos bosquimanos. Y sigo echándome a temblar de que algún día pudieran tener poder para condicionar el marco de mi existencia.
ResponderEliminarSupongo que la capilla sixtina puede competir noblemente con cualquier arte primitivo...
Intuyo, Juan Poz, cierta displicencia en tus palabras. Relacionar a Rouco Varela con los bosquimanos es absurdo. Nos referimos a culturas que vivían en armonía con la naturaleza, que espiritualizaban todo lo que les rodeaba: los árboles, los animales, las estrellas, los ríos, las piedras... Nunca tomaban nada más allá de lo que necesitaran de la naturaleza, tenían sus propios remedios y eran sociedades compasivas. Una diferencia esencial con Rouco Varela es que las tribus aborígenes no eran proselitistas ni intentaban expandir su poder que se ceñía a un territorio. Su concepción de lo artístico era sorprendente aunque no tuvieran conciencia de ello. No vamos a mitificar a la filonazi de Leni Riefesntahl pero sí tomar en cuenta su testimonio de convivencia con los nubas durante años. Encontró allí una sociedad que ella consideraba como más feliz que la alemana que había vivido. Creo que, aun no siendo antropólogo, hay que considerar seriamente el valor de esas creencias primitivas como intuiciones cosmológicas y metafísicas, y sobre todo proteger a las tribus que luchan hoy día por su supervivencia frente al avance destructor de la civilización entendiendo esta como destructora de los ecosistemas naturales y humanos en aras del beneficio de grandes corporaciones. Occidente en el fondo no es muy racional porque se está cargando el planeta a una velocidad enloquecida. Quizás en esto sí que nos puedan ayudar a entender la relación con la naturaleza los pueblos indígenas. Survival international
ResponderEliminarLa última imagen que utilizo está claro que es más una recreación. No pienso que yo pudiera vivir una vida como la suya. Una vez perdida la naturaleza ya no se puede volver a ella. Un cordial saludo.
Comentario al último párrafo (coloquial y tal y como me ha salido): Aaaaaaaaaaaanda que no¡
ResponderEliminarPor fin alguien se ha dado cuenta del quid del asunto, je, je.
ResponderEliminarJuan Poz, me temo que he sido poco afortunado cuando te he dicho que notaba displicencia en tus palabras. Me he expresado mal. Quería decir que no sopesas en su justo valor, que miras con cierto aire de superioridad, esas creencias primitivas que sin duda atrajeron a Carl Jung y otros pensadores del inconsciente colectivo. La comparación entre la capilla Sixtina y el arte primitivo es imposible. En principio estas tribus no conocían la concepción del arte. Éste es fruto de una elaboración intelectual y artística. La fuerza de sus creaciones -que percibieron los surrealistas y los vanguardistas- está en responder a instintos primarios o inconscientes, sin reelaboración intelectual. Su espontaneidad tiene una importancia de primer orden. Picasso dijo que le había costado toda su vida pintar como a un niño. Esto es lo que fascina de estas creaciones, su inocencia, su pureza, nada fácil de conseguir. Sólo hay que ver las selecciones de arte vanguardista como el premio Turner. A veces están más cerca de la esencia del arte, del centro del ser humano. Un abrazo.
ResponderEliminarMe sumo a la discrepancia. Los mitos son mitos en todas las culturas, y los hay porque nuestro cerebro está dispuesto para ellos. La razón es trabajosa, la asunción de uno o muchos mitos es lo fácil, y esto vale para todas las culturas; el otro día creo que aludí yo también al buen salvaje.
ResponderEliminar"El hombre libre era el que existía en África, en el Amazonas, en Australia, en Nueva Guinea... Tenían códigos muy rígidos morales y sociales, pero muchas de sus construcciones simbólicas hacían de su vida algo apasionante" ¿No hay una contradicción entre esa extrema rigidez de la que hablas y la libertad? Los curas de mi colegio nos enseñaban que la verdadera libertad era la libertad para hacer el bien... Pues vaya libertad, pensaba yo.. menudo mito.
Veo a los inmigrantes subsaharianos pasear por mi barrio y no veo en sus miradas ninguna nostalgia de esa libertad perdida.
Hasta veo cierta lógica en el símil entre Rouco y los bosquimanos prelógicos; la diferencia estriba en que Rouco no comparte verdaderamente ese disurso, sino que lo sabe prelógico, aunque util para la manipulación. Yo también temo mucho que los prelógicos -sinceros o hipócritas- vuelvan a gobernar mi vida y mis circusntancias.
Pantagruel, no cabe duda de que es imposible la vuelta atrás a un mundo prelógico. No hay retorno posible a la cultura aborigen. Pertenece a un nivel de armonía con la naturaleza que hemos perdido para bien y para mal. La dualidad del progreso es para mí evidente. Tenemos vacunas, pero los ancianos se encierran en residencias porque no se les puede prestar atención y porque la vejez es algo incómodo respecto al mito actual de la eterna juventud al que todo el mundo se apunta. Siguen existiendo mitos. No hay vuelta atrás. Yo nunca podría ser un aborigen, porque he utilizado la razón y eso me lo impide. Sin embargo, mi propia razón me lleva a considerar la belleza y la armonía con la naturaleza y su relación con la espiritualidad del universo de ciertas creencias primitivas. Las contemplo y no me parecen risibles ni veo ninguna relación con una religión que ha tenido al aristotélico Tomás de Aquino. El cristianismo no es prelógico. Los cristianos llegaron a África e intentaron decirles a los aborígenes que sus costumbres eran pecaminosas, que ir todo el día en pelotas era pecado. Ellos no tenían la noción de pecado, quizás sí de tabú. No veo contradicción por otro lado en que fueran sociedades muy rígidas en lo moral y lo social y la libertad. En el fondo, tú también acatas todas las normas de comportamiento social que existen. Seguro que no sales a la calle vestido con un sombrero de copa y taparrabos. Sabes que hay unas normas (aunque pongas chicas o chicos desnudos en tu blog, eso no deja de ser una travesura)y esas normas son necesarias para vivir en esta sociedad. Con arreglo a ellas hemos de funcionar, si no somos orates o psicóticos. Siempre hay normas. Nuestra libertad ¿cuál es? ¿la de ser consumidores? ¿el estar controlados por miles de cámaras de televisión que nos siguen la pista en todos los lugares públicos? Hasta que nos las pongan en casa para prevenir los malos tratos. No entiendo que en esta sociedad haya una libertad plena. Podemos escribir nuestros blogs pero poco más. Los primitivos también tenían normas, pero su vida era más libre. Sus niños eran más libres que los nuestros que viven entre algodones y entre cuatro paredes y su única libertad es la televisión y la play. Ellos tenían la naturaleza en estado puro y la espiritualizaban. Las leyendas que contaban los griots eran apasionantes. Era otro estadio de la vida, ya digo que irrecuperable, aunque algunos reivindiquemos como ejercicio de rebeldía nuestro espíritu aborigen Soy muy afortunado en tener tan agudos e inteligentes contertulios. Un cordial saludo.
ResponderEliminarSi he dado lugar a esa reacción es que no me he expresado bien, lo que se compadece perfectamente con mis limitaciones expresivas. El fondo de mi discrepancia consistía en "rebajar" esa especie de "entusiasmo" -estar inspirado en la divinidad- respecto de "lo primitivo" como una especie de "edad de oro" y situar en el contexto del proceso evolutivo de la especie ese estadio del desarrollo personal y social que constituyen ciertas formas de vida y organización social. Mi admiración hacia el primitivismo en el arte es incondicional, porque se adivina en todas esas creaciones un latido humano de una extraordinaria pureza, pero las pinturas de Altamira nos demuestran que esa conciencia artística existía ya entonces, no eran simple emanación de la vida corriente. De hecho a las cuevas de Altamira se las conoce como la Capilla Sixtina del paleolítico, de ahí mi referencia: para indicar que ambas son equiparables en cuanto que obra de creadores, porque en el arte no existe el progreso, está claro.
ResponderEliminarSi me sumaba a las discrepancias era, sobre todo, porque desconfío de cualquier afán mitificador. Ni hace dos días que de esa África variada, compleja, rica, llegaba la noticia del asedio en que viven los africanos albinos, que son perseguidos para ser descuartizados y vender como amuletos las partes de su cuerpo. Es decir, que determinados entusiasmos tienen mucho más, a veces, de desengañada censura a lo que nos rodea, que de adhesión a lo distante y mitificado.
Lamento, en consecuencia, haberme expresado de forma tan insuficiente.
Un abrazo.
Juan Poz, ¿qué decir del salvajismo diario que encontramos en la prensa de machos contrariados que queman o asesinan brutalmente a sus novias o mujeres? ¿Qué decir de las matanzas en Méjico de miles de personas al año, y de mujeres en Ciudad Juarez?Las fosas descubiertas, restos de nuestra guerra civil, revelan un salvajismo y una crueldad abrumadora, tanto por los elementos incontrolados del bando republicano, como las matanzas organizadas del bando fascista. El caso de los albinos es inquietante, sin duda, pero parece que lo que viene de África se ve con ojos de horror especiales frente a lo que viene de nuestro hemisferio blanco, y no somos santos. Laurent van der Post, autor de un libro extraordinario titulado El ojo oscuro de África viene a decir que nos desdoblamos y al contemplar lo que viene del universo negro lo miramos con extrema aprensión porque nos recuerda nuestra parte oscura. No creo mitificar África, pero sí soy consciente de que en la opinión general África es un continente al que todos miran entre lástima y horror. Una vez estuve buscando en una librería especializada en religiones del mundo algún libro que me hablara de la religiosidad africana. Había centenares del libros, por no decir miles, que hablaban del Oriente, del sufismo, de la Cábala, del misticismo, de los gnósticos, del esoterismo... pero no había ni uno que hablara de lo que yo había pedido. Sin embargo, cuando me introduje en el mundo africano y conocí su literatura, su pensamiento, su historia, su cosmología, sus conflictos, descubrí, como a todos los que han profundizado en lo africano, un universo sumamente interesante. No mitifico a África. Pienso que como pensaba Riszard Kapuscinski, que amaba África, ésta ha de modernizarse. No le queda más opción. Ese desgarro entre tradición junto con la naturaleza y modernidad, inevitablemente ha de inclinarse hacia el segundo.
ResponderEliminarRousseau habló del buen salvaje, pero como reacción a la consideración extendida en su tiempo del salvaje malvado, cruel y sanguinario. Es como la concepción que se produjo durante mucho tiempo sobre los gorilas a loa que se vio como encarnación del mal, hasta que Diane Fossey los vio en directo durante años y supo que eran criaturas tranquilas, tiernas y nada agresivas, salvo si atacaban su territorio o a sus crías. Algo así intentó Rousseau con su visión del buen salvaje.
Recibe un fuerte abrazo, y gracias por tu presencia, siempre recibida con afecto. ¡Y viva la discrepancia!
El romanticismo no ha muerto. Es lícito pensar así. Apartarse del mundo occidental y echar la mirada a este fondo verdadero de la humanidad que vive en las tribus aborígenens de Africa, Australia, Amazonia... puede que aquel que conserve un espíritu verdaderamente romántico se sienta identificado con ellos...
ResponderEliminarUn saludo.
Hola a todos.
ResponderEliminarCreo que las formas de vida tradicionales africanas quedan necesariamente mitificadas desde el momento que se entiende nuestra sociedad como un disparate.
Seguimos siendo nosotros los que establecemos las definiciones de progreso, evolución, modernidad, etc., y por tanto, es bastante lógico que "los diferentes" salgan malparados en la comparación.
Hay muchas gafas para contemplar el asunto, para relativizar pensamientos categóricos tan queridos en los "paises adelantados" ¿Qué pensar si consideramos culturas con formas de vida centenarias frente a culturas cuya forma de vida es inasumible más allá de unas décadas?, ¿qué pensar de lo que significa progreso si consideramos una escala temporal más cercana a lo geológico, donde no somos ni un punto insignificante?, ¿qué pensar de unos paises tan modernos y requetelistos cuya forma de vida supone la condena en forma de hambre y miseria del resto del planeta?,...
Las críticas a occidente desde las distintas culturas, orientales por ejemplo, siempre apuntan a una carrera incontrolada hacia no se sabe qué lugar. Pienso que las culturas "salvajes" tienen un sentido de la existencia mucho más intenso que nuestras sociedades tan modernas, aún consderando que crean en dioses variados de la naturaleza o en abundantes supersticiones. ¿En qué medida nuestra razón ha superado a las visiones primitivas?, ¿qué luz ha aportado sobre el sentido de estar aquí, de existir?. Ninguno, seguimos igual de desorientados, ni el científico más reputado, cumbre y paradigma de nuestra razón, puede decir hoy una palabra sobre las preguntas más trascendentes que nuestra conciencia genera. Sustancialmente, ¿en qué hemos superado a las que llamamos sociedades primitivas?.
Creo que alejarse de la naturaleza no es una opción, sino un disparate con funestas consecuencias.
Finalmente, creo que nos damos demasiada importancia, y que esa razón e inteligencia que nos autoatribuimos o no es tan grandiosa o se esconde frecuentemente. El mundo ha girado millones de años sin nosotros.
Yo, Joselu, en la versión actual disponible, aún pretendo caminar desnudo y sentirme en armonía con el entorno. Simplemente vivir.
Me extendí demasiado, disculpas. Saludos para todos.
José Luis.
Gracias, José Luis, has sido enormemente explícito y no temas haberte extendido. He disfrutado cada una de tus palabras. Has enriquecido el debate.
ResponderEliminarHola profesor:
ResponderEliminarTu escrito es muy interesante.
Me alegre mucho por ver tu comentario y en lo mismo seccon de comentarios, te escribi mi respuesta.
Fateme
Caramba, no me daba cuenta de la controversia destapada.
ResponderEliminarQuiero hacer una reflexión.
ResponderEliminarHablamos de que hemos perdido muchas cosas en el camino de la civilización. Cuando me pongo a analizar cada una de ellas, no es cierto que la perdiéramos, sencillamente nunca la tuvimos.
Lo único que hemos perdido realmente es el contacto con la naturaleza. ¿Cuando fué la última vez que nos detuvimos a contemplar el cielo o a tocar un árbol? Estamos rodeados de cemento por todas partes y además andamos de prisa.
De ahí nuestra añoranza y nuestra necesidad de volver a lo natural.
Tu reflexión es interesante, Anónimo José Luis:
ResponderEliminar"¿En qué medida nuestra razón ha superado a las visiones primitivas?, ¿qué luz ha aportado sobre el sentido de estar aquí, de existir?. Ninguno, seguimos igual de desorientados, ni el científico más reputado, cumbre y paradigma de nuestra razón, puede decir hoy una palabra sobre las preguntas más trascendentes que nuestra conciencia genera. Sustancialmente, ¿en qué hemos superado a las que llamamos sociedades primitivas?."
En mi opinión hemos avanzado en primer lugar en que hemos advertido que esas opreguntas a contestar "las ha generado nuestra conciencia". No están ahí fuera, ahí fuera solo está lo que nuestra conciencia genera. En segundo lugar, si queremos podemos renunciar a dar una respuesta fácil a esas preguntas: ¿quienes somos?, ¿de domnde vemimos?, ¿adonde vamos?, ¿cómo se ha formado esto?, ¿qué hacemos aquí?¿seremos capaces de entender nuestro cerebro y lo que genera? Si renunciamos a dios y a cxualquier otro mito, por ingenuo o atractivo que nos resulte, encontramos la humildad que engrandece al hombre moderno, y que le puede dar la sensación de que algo hemos avanzado: muchas preguntas, ninguna o casi ninguna respuesta.
Miguel, no es romanticismo lo que me o nos impulsa al reconocer la aportación de los pueblos indígenas o aborígenes. Sólo hay que pararse un poco e intentar conoces su mundo, su modo de entender las cosas. Te recomiendo a ti y a todos los que queráis descubrir lo africano la lectura de Chinua Achebe, Todo se desmorona. Está en la colección de Etnicos del bronce. Es probablemente la novela que inicia la narrativa africana y hace pensar mucho.
ResponderEliminarVíctor Manuel, estás invitado a continuar el debate.
Maritza, bienvenida al blog. Lo cierto es que muchos vivimos totalmente enajenados de la naturaleza. Parece que no hay tiempo para pararse a ver un árbol, una flor, o la vida que fluye cerca de nosotros.
Excelente entrada, información muy interesante e ilustrativa y un análisis reflexivo valioso; y además, buen debate en los comentarios. Es cierto que no estamos acostmbrados a dejar de mirar nuestro propio ombligo y fijar la vista en otras cultras, en otras regiones, en otras formas de sociedad y de entender la vida. Pero no ocurre sólo con luugares lejanos sino que hemos perdido el contacto con nuestra propia natraleza cercana. Por eso es importante de vez en cuando leer textos como el tuyo y reflexionar un poco. Gracias por tu acicate para ello.
ResponderEliminarJoselu, estoy de acuerdo en lo que dices. Y estoy de acuerdo en que occidente -europa- es el culpable de la situación actual de áfrica y que muchas de esas salvajadas que vemos en Tv, las aprendieron de nosotros. Tal vez no podamos recuperar esas formas de vida, demasiada contaminación, pero deberíamos de rescatar esas fantánticas cosmogonías esos conocimientos ancestrales tan alucinantes y que no sabemos de donde o cómo surgieron.
ResponderEliminarPues yo tampoco discrepo, Joselu; es más, me encanta que quiebres una lanza en mostrar lo poco libre que es esa libertad de la que nos presumen. En lo único en que no estoy del todo de acuerdo es en que al menos podamos escribir en nuestro blog lo que queramos. Yo creo que no, que no podemos.
ResponderEliminarY en el momento en que nuestra civilización tomó contacto con otras -también con sudamérica-, ¿por qué no nos mostramos sencillamente como éramos para dejar que cada cual evolucionara a su antojo? No. Nosotros decidimos lo que está bien y mal, lo que es adelantado y atrasado y obramos en consecuencia; con un pequeño detalle: a fuego y a hierro.
Y ahora que quieren "convertirse" a nuestra "ilustración", pues no les dejamos entrar y ya está.
Lo siento si me quedó un poco agrio.
Un abrazo.
Les invito a conocer la realidad del Sur de Sudán actual:
ResponderEliminar21 años de conflicto en el Sur de Sudán han dejado más de 2 millones de muertos, 4 millones de personas desplazadas y un país en ruinas. Pero esos 21 años no han podido acabar con la esperanza de su gente.
Las prioridades en el sur de Sudán son comida, agua, salud y refugio. Hay mucho por hacer, pero al fin su población vuelve a tener confianza en un futuro mejor.
Les dejo la web de Intermón Oxfam ¡Dale la vuelta al mundo! Para más información
http://dalelavueltaalmundo.intermonoxfam.org/home.php
Un abrazo desde IO
Ernesto51, hemos compartido en alguna ocasión el interés por lo africano, como por ejemplo, la situación en el Congo o la muerte de Miriam Makeba. Es bueno que lo que está subordinado en los medios de comunicación tenga sus espacios de difusión en nuestros blogs. Gracias por tu visita.
ResponderEliminarMalo,malísimo, qué alegría encontrarte por aquí. No sé si lo más útil es rescatar las cosmogonías africanas o preocuparnos por los africanos actuales, pero sí que nuestro interés por ellas puede ser acicate para que tomemos conciencia de la situación de África. Al menos así me pasó a mí. Descubrí su literatura y arte y eso me llevó a indagar en los conflictos de África actual. Un cordial saludo.
Animal de fondo, no has resultado agrio. Es muy cierto, durante muchísimo tiempo les dijimos que su cultura era primitiva y que debían convertirse a la moderna, a la única cultura que tenía validez. Los miramos, como decía, con enorme prepotencia. Los africanos vinieron a combatir a nuestras guerras en defensa de la democracia y murieron en Europa. Veo una enorme injusticia en cómo son tratados. Pienso en que África y también Latinoamérica tienen que tener voz en el mundo que se ha de construir, y no necesariamente la voz de los que detentan el poder que muchas veces están corruptos. África ha sufrido muchas injusticias pero también ha de aprender a combatir la corrupción por sí misma. África necesita, creo, formular una síntesis entre su pensamiento tradicional y la modernidad. Ahora está viviendo ese desgarro de forma dramática. Gracias por tus palabras.
Dale la vuelta al mundo, he enlazado vuestro blog a mi blog CUADERNOS DE AFRICA. Gracias por vuestra intervención.
ResponderEliminarSi creyera en las vidas pasadas, te diría que seguramente una de las tuyas sería en África ;). Pero sin ponernos místicos, gracias por compartir tantas imágenes e ideas sobre África ;)
ResponderEliminarImpresionante y controvertida a más no poder la Riefenstahl. Creo que he visto ese libro de fotos de los Nuba, es una maravilla pero yo creo que se le ven las cartas a la fotógrafa.
ResponderEliminar¡Gracias Joselu por el link!
ResponderEliminarEn Dale la vuelta al mundo cada mes hacemos un viaje solidario dando a conocer la realidad y problemática que sufren países en vías de desarrollo. Continuaremos leyendo tu blog CUADERNOS DE ÁFRICA e informando sobre los contenidos de IO.
Un abrazo!
Me lo imprimo ahora mismo. Quiero guardármerlo para leerlo con tranquilidad.
ResponderEliminarExcelente!!!