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jueves, 8 de septiembre de 2011

Horas de trabajo docente



Son días de preparación de nuestras armas antes de que lleguen los muchachos al instituto. Y son días en que se trasluce una cierta consideración social de que los docentes trabajan muy poco, esas veinte horas sobre las que ha especulado la presidenta de la comunidad de Madrid comparándolas sarcásticamente con las que trabaja cualquier otro trabajador. ¿Cuánto trabaja un docente? Es una pregunta cuya respuesta es difícil de dar, y no me refiero a que sea evidente que trabajamos más horas que las mencionadas en reuniones de todo tipo, corrección de pruebas, preparación de clases... No,  hay algo más que veo en mi propia vida. Los que seguís mi blog os daréis cuenta de que no hay diferenciación entre mi vida profesional y mi vida íntima. Profesor en la secundaria aborda diversidad de temas entre los que hay algunos pedagógicos. Sin embargo, se centra en la figura de un profesor de secundaria cualquiera que deja transparentar el flujo de sus pensamientos que luego se proyectan en sus clases como acciones, a veces con cierto éxito o a veces en forma de descalabro. Otras veces no es lo uno o lo otro. Quiero decir que no sé dónde comienza mi vida personal y dónde empieza mi función de trabajador. Todo lo que yo soy se proyecta en la figura de ese profesor torpe que deambula por los pasillos preguntándose el porqué de muchas cosas.

¿Cuántas horas trabajo a la semana? ¿Las que estoy en clase? ¿O la totalidad del tiempo en que estoy reflexionando cómo hacer mejor mi trabajo navegando por internet en búsqueda de posibilidades interesantes? ¿Es este blog trabajo o es un elemento de ocio? No puedo contestar con exactitud a esta pregunta que me hago delante de vosotros. Aprendí de mi padre que el trabajo y el ocio eran algo muy parecido. Él disfrutaba trabajando. Le llenaba su profesión de la que se sentía enormemente satisfecho. Luego era diletante y se dedicaba al cine, al ajedrez, al mundo de los cafés, a la música, a las mujeres... No trabajaba físicamente muchas horas en su profesión, pero ésta era él. Por alguna razón del destino, en su lápida figura no sé por qué la profesión de arquitecto como si se hubiera quedado adherida para la posteridad a su paso por el mundo.

No sé cuántas horas trabajo, no sé si lo hago bien, pero sí sé que en mi cosmovisión el trabajo está existencializado, forma parte de mi fluir vital y del cúmulo de sensaciones plenas que me desbordan o de los sinsabores que me afligen. No veo una línea clara que distinga cuánto tiempo dedico a mi profesión que se me revela como una práctica artística. Esto no es una forma de inmodestia, sino un modo de explicar que el mostrenco artista que sé que llevo dentro toma su trabajo como una praxis vital y estética en la que  sufre y disfruta a partes iguales. Es como el pintor que dibuja un trazo en un lienzo. ¿Cuánto ha trabajado? ¿Las horas de estancia en el taller? ¿Las horas en que ha estado observando el movimiento y las formas de la realidad en su complejidad? ¿El tiempo en que ha estado haciendo el amor en cualquiera de sus formas? ¿Cuando contemplaba el atardecer y presentía su muerte? ¿Qué lleva implícito ese trazo sobre la tela del cuadro? ¿Cuánta vida lleva encima? Es así como concibo mi relación con mis alumnos. Lo que yo les puedo dar contiene todo el conjunto de mi vida en su diversidad, en su complejidad, en su devenir... Y no les veo únicamente como alumnos a los que he de inocular conocimiento. No, es un encuentro profundamente humano en que por un espacio de tiempo se conjuntan dos perspectivas vitales en momentos distintos de su existencia. Yo enseño lengua, pero para mí no es lo esencial. Creo que mi función, tal como la concibo, va más allá, y no es que se trate de que yo intente formar personitas transmitiéndoles valores. No, lo fascinante de esta historia es la conjunción de dos universos en que ambos se están formando y aprenden el uno del otro. Mi mayor experiencia (mi mayor recorrido vital) me llevará a acercarme a él con delicadeza para intentar comprenderle y hacerle partícipe del placer de aprender. No siempre se consigue. De hecho muchas veces esto se salda con un sonoro fracaso, y en ocasiones se siente dolor y un sabor acre en el paladar. Y se experimenta impotencia, tal vez angustia. Otras veces, el encuentro es pleno y se produce la maravilla y el profesor se siente reconciliado con su profesión.

¿Cuántas horas dedico a esto? No lo sé. Creo que todas. No hago una distinción entre mi vida profesional y mi vida íntima, ambas están conectadas. Por eso cuando una entra en turbulencias, también la otra puede hacerlo, de hecho lo han hecho.

Tengo una gran suerte en trabajar en esto. He querido ser muchas cosas en mi vida desde la primera vocación de periodista que me subyugaba en mi adolescencia. No lo fui, pero creo que algo de ello hay en este blog. Escribo y otros me leen. Quise ser actor y durante un tiempo lo fui, pero lo sigo siendo cuando me presento en clase; quise ser viajero y lo fui, pero con el tiempo me he dado cuenta de que los viajeros lo son aunque no se muevan de su habitación o de su aula. No es más viajero quien más países visita. Esto es un error. No hace falta moverse de casa para ser viajero.

Y el profesor en la secundaria es un poco de todo eso. Sin mayores méritos. Así que no sé cuánto tiempo trabajo. Entiendo que la sociedad se lo pregunte, tiene derecho a hacerlo y a detestarme incluso por mis vacaciones  pero yo no sé qué respuesta darle que sea sencilla. Estas palabras son un intento de explicarme. 

29 comentarios :

  1. Coincido contigo en algo: somos profesores, no solamente trabajamos de eso, no hay límites horarios porque muchas veces piensas en un alumno en la cama, o lees pensando en una clase, o te asalta un titular de periódico en tu tiempo "libre" que quieres llevar al aula.

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  2. ¿Te has dado cuenta de que tanto si eres profesor, periodista, actor o viajero, los horarios no son cuantificables?

    Comparto contigo la idea de que nuestra profesión es un continuum en el que las fronteras entre lo vital y lo profesional se diluyen, se funden, convergen.

    Te deseo un buen curso. Recuerdo que dijiste que dejabas los bachilleratos y te entregabas (es incuestionable tu entrega en todo lo que haces) a los alumnos de diversificación.

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  3. Enhorabuena por la reflexión. Enhorabuena por no cabrearte...mucho.
    Enhorabuena por dar luz a tanta oscuridad intencionada de estos días.
    Salud compañero

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  4. Cada vez que leo algo sobre el tema, me acuerdo de mi jefa de departamento y del día que me preguntó: - ¡¿Pero qué te pasa, mujer?! Y le contesté: - ¡Ostras qué agobio tengo, M.! Es que este trabajo no se termina nunca, ¡¿eh?! y es que todo el tiempo tengo la sensación de que no llego y no llego a todo lo que quiero- Y me dijo: - No, es así, y es lo que tiene. Empieza donde empieza y termina donde tú quieras, y si te gusta de verdad, no se termina nunca.

    No había tenido un trabajo así antes. Y he tenido unos cuantos ya.

    También me dijo otra cosa: - Por los muchachos lo que haga falta, por los demás, lo justo, porque luego nadie te lo va a agradecer.-

    Es la segunda vez que una jefa que tengo me dice esto último. Una pena, pero al menos te da para tenerlo claro.

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  5. Amigo, Joselu. El trabajo de profesor no "es" así, una dedicación ininterrumpida, sino que lo "hacen" así los profesores. Bueno, algunos. Otros desconectan al minuto de salir del centro e incluso hay quien no conecta casi nunca. De todos modos, el trabajo de enseñar, como cualquier otro que entre dentro de la función pública, debe estar definido por una normativa, que "cuantifique" administrativamente horas y emolumentos, responsabilidades, etc. Eso es inevitable. Los profesores tenemos por ley un número mínimo y máximo de horas de clase; no sé vosotros, pero yo he dado algún año más horas de las acostumbradas, sin estar más allá de lo legal. La Administración tiene un margen entre 18 y 21 horas lectivas semanales, de las cuales no puede pasarse. Ahora algunos políticos creen que es el momento de recurrir a las 20 horas: están en su derecho, así como los afectados en el de criticar si es oportuno o no, pero nada más. A todos nos pesa el "añadido", y cuánto, aunque dos horas parezcan poco. Perdón, también se puede criticar la forma en que la Sra. Aguirre ha gestionado públicamente esta decisión: da la impresión de que ha querido levantar un poco de polvareda, provocar. Normalmente no es tan torpe. Salud(os).

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  6. Esa señora es horrible. Su estrategia, que no es solamente la suya si no la general, es desprestigiar al máximo la enseñanza PUBLICA. Acabarán poniendo anuncios en los pupitres como Berlusconi. La escuela será algo así como una miserable caridad que el Estado otorgará a los pobrecitos. En Chile hace años que la izquierda lucha para que haya clase por la tarde en las escuelas infantiles, aquí se ha hablado de suprimirla. Y al final tendrán que tener ejércitos privados ¿no los tienen ya? para protegerse de las masas depauperadas que treparán a sus mansiones como para robarles alguna manzana de sus jardines.

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  7. Yo, en mis años como alumna de instituto creo que me he encontrado básicamente con tres tipos de profesores.
    He tenido la suerte de tener profesores que, igual que tú, han visto su trabajo como algo más que tratar de que el alumno aprenda x lección. Esto hizo que las clases también fueran algo más que aprender definiciones y conceptos y se convirtieran en algo más placentero, un aprendizaje más humano, en algo que trascendió más allá del aula y se quedó en mi, no sé si también en aquellos profesores.
    Pero también he tenido profesores a los que parecía no importarles lo más mínimo lo que explicaban y que parecía que no habían dedicado mucho tiempo a prepararse nada.
    Y por último profesores que te daban la clase lo mejor que sabían y normalmente lo hacían bien y después se iban y ya está.
    Los alumnos, aunque a veces no lo parezca, tardamos poco en darnos cuenta de qué tipo de profesor tenemos delante.
    Yo con los primeros disfrutaba mucho y todo era mucho más fácil. Hecho en falta a este tipo de profesores en la universidad.
    Con los segundos todo era más difícil y aburrido. Y con los últimos la cosa solía ser óptima. El profesor enseñaba tu aprendías lo oportuno y ya está.
    Pero en general fui testigo de que un profesor trabaja más que esas 20 h que se comentan.

    Qué tengas un buen curso Joselu!

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  8. Hola Joselu.
    Antes de todo clarar que esto iba a ser un comentario a tu ultima entrada "horas de trabajo docente", pero blogger no me permite publicarlo porque tiene demsaiados caracteres, asi que, perdona por todo el rollo, jeje.

    Creo que aunque las cosas no estan del todo bien, y muchas de tus publicaciones me llevan a pensar que a veces te sientes hastiado con los problemillas de tu profesion, creo sinceramente que eres y seras un buen profesor mientras pongas tanto entusiasmo como demuestras en tu blog.

    He de decir que yo aun sigo estudiando, pues soy incapaz tal y como estan las cosas de incorporarme al mundo laboral con cierta seguridad (mi profesion, por pura vocacion, es la fotografo). Y no es que no haya trabajado, llevo trabajando desde los 16 años y ahora no tengo muchos mas, 22, pero entre otras cosas, mis ganas de seguir aprendiendo y formarme viene, entre otras cosas, porque en su momento tuve algun que otro buen profesor.

    Y leyendo los comentarios veo que Mari Carmen ha comentado que ella recuerda a tres tipos de profesores. Bueno, la verdad es que he pasado por multitud de clases y he tenido muchos profesores a lo largo de mi vida, y aunque creo que su definicion es bastante acertada, en mi opinion, falla en la conclusion.

    La unica manera de aprender, y que ademas, dejen dentro de ti esas "cosquillas" que te hacen seguir queriendo aprender, formular nuevas preguntas y estimulan tu curiosidad es con alguien que, de algun modo, te haga ver mas alla de los contenidos que estan programados para el dia en contreto. Aquel que sabe incluir en su programacion, sobre la marcha, lo que sucede en el mundo real, el mundo fuera del aula-.

    Yo tuve profesores que venian, explicaban bien, y se iban. Pero estos nunca me gustaron. Daban la clase, no se preocupaban demasiado si despertaban interes o si sus alumnos tenian dudas, que aunque se saliesen de la leccion, podrian estar directamente relacionadas. Solian ser profesores mas o menos maduros, que tenian mecanizado el hecho de impartir la clase y probablemente las dieran igual en todos sus grupos, como quien sigue un guion y es incapaz de improvisar. No creo que su trabajo se terminase al salir de clase, pero en mi opion, eran demasiado profesionales. Se limitaban a cumplir -bien, todo hay que decirlo- su funcion y si te he visto no me acuerdo. Estos profesores no suelen dejar una huella profunda en sus alumnos.

    Tambien he tenido, como no, los profesores que ciertamente no tenian mucha vocacion, o al menos, no tenian muchas ganas de esforzarse. Estos explicaban, leian, convertian la clase en algo aburrido. Este año pasado he tenido una profesora asi. Era una persona muy inteligente, eso se veia a la legua, pero su pasion no era enseñar. Era una persona muy cerrada, todo lo que se salia de lo que ponia en los apuntes, estaba casi siempre fuera de lugar, o no se molestaba en incluirlo de un modo u otro. Estos son los peores. Porque tienen, muchas veces, la capacidad de poder transmitir mucho a sus alumnos, pero por alguna razon que no comprendo, no lo acaban haciendo.

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  9. Los mejores, sin duda alguna, son los que son capaces de llegar a clase, hacer cerrar los libros a sus alumnos y hacer algo distinto. Aquel que no se limita a mecanizar, que se nota que han preparado la clase y tiene gusto por que sus alumnos aprendan. Por mi experiencia, suelen ser personas sensibles. No es que esto lo muestren abiertamente en clase, pero tienen una humanidad superior a los demas. Son profesores que llevan el enseñar en la sangre, es algo vocacional, muchos lo haran hasta que su cuerpo o mente diga basta y muchos hasta lo harian sin cobrar -lo que no quiere decir que deba ser asi, por supuesto-. Profesores de estos, hay pocos. Son capaces de ver un transfondo en preguntas de sus alumnos y explotar al maximo las posibilidades, estimulando la imaginacion y transmitiendo el gusto por lo que estan haciendo. Son muy dinamicos, incansables, y se les nota mucho cuando las cosas no salen como esperaban. Pero aun asi, se dan cuenta de sus errores y los subsanan sin demasiados problemas. Estos son los verdaderos profesores. Los que rompen con la dinamica que los demas, y los alumnos aguardan porque esa clase -sea cual sea- sera interesante. Estos son los que merecen un respeto. Los que son capaces de hablar con sus alumnos de la vida, de transmitir su experiencia y aconsejar.

    Tengo dos buenos amigos que se dedican a la docencia, y aunque les gusta su trabajo, se quedan encasillados en el primer grupo. Sin embargo, creo que tu tienes todas las papeletas para estar en el tercer grupo. No hay mas que leer tu blog para saberlo. Quiza me equivoque, pero no es algo que este muy dispuesto a creer.

    Lo cierto es que te escribo porque estoy convencido que la labor de un docente, y mas en estos tiempos que nunca, es probablente de las mas importantes en la vida de cualquier chaval que este formandose y todavia no sea adulto.

    Un profesor puede convertir en un infierno la vida de un alumno o puede hacerle ser una gran persona. Algunos son mucho mas importantes que algunos psicologos y terapeutas, precisamete, porque pueden evitar que los chavales acaben necesitandolo.

    Si me lo permites, te contare mi experiencia, y como gracias a una profesora, hoy en dia no me he convertido en lo que algunos profesores se atrevieron a -erroneamente- predecir.

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  10. Cuando era estudiante de la eso, pase pronto al instituto. En mi comunidad, no habian aulas suficientes y pase de estar en un colegio en un aula prefabricada a un instituto lleno de alumnos problematicos. Tengo que admitirlo, nunca he sido buen estudiante en el sentido de que pocas veces me ponia a estudiar y a hacer los deberes cuando tocaba, y por la razon que fuera, me fue perfectamente siempre atendiendo las expicaciones de los profesores en clase y como mucho leyendome por encima los apuntes antes del examen. Aprobaba siempre, y ademas, no sacaba malas notas, y hasta que llegue a 4º de la ESO nunca suspendi nada y los prefesores me tenian por un buen alumno.

    Pero un dia esto cambio radicalmente. Por motivos X empece a plantearme muchas cosas. Demasiadas para un chaval de apenas 15 años. Mire hacia mi futuro, mire a mi alrededor, y solo encontre un malestar terrible que me impedia estar en aula. Era incapaz de ir a clase. Durante unos meses, fui a clase y aprobe la primera evaluacion. Luego, me rendi y no volvi a ir a clase. Mis padres se preocuparon, mis profesores tambien, y nadie supo como ayudarme. El ambiente de mi clase era un tanto infernal. Alborotadores, chavales que insultaban hasta el profesor, peleas en clase... un desastre. Una profesora cogio baja por depresion y dos alumnos acabaron en un centro de menores por que violaron a otra chica. Parece el bronx, pero sucedio en un barrio tranquilo y de estudiantes de Valencia. De algun modo me derrumbe y jamas volvi a ir al instito. El siguiente trimestre solo me presente a los examenes. Aprobe casi todos, pero en mis notas, mi "actitud" era mucho mas valorada que mi capacidad o mis notas, y me suspendieron todas las asignaturas alegando que tenia que asistir a clase, etc etc. No es que me parezca mal, pero quiza si me parece algo injusto que se utilice, indiscriminadamente, la misma vara de medir sobre todo el mundo.

    Repeti curso, y ese año, al tener compañeros nuevos, empece a ir a clase. Pero estaba tan completamente desmotivado y hastiado que el hecho de ir con gente mas pequeña que yo, que tenia unas inquietudes completamente distintas a las mias y mucha falta de madurez provoco que dejase de ir a clase de nuevo... Sin embargo, aprobe los examenes pero volvi a tener la evaluacion suspendida. Y fue en ese momento cuando dije basta. La opcion de cambiar de instituto ni siquiera la contemple. Decidi que queria hacer otra cosa. Necesitaba avanzar en mi vida y hacer algo con lo que me sintiese agusto al 100%. Durante todo ese tiempo trate de hablar con muchos profesores, y no es que pasaran de mi, es que se limitaban a decirme que tenia que cumplir las normas.

    Pensaras que quiza yo era muy debil. Que quiza era un rebelde, por no aceptar lo que todo el mundo acepta, un anarca, por querer llevar yo las riendas de mi vida a tan pronta edad, pero lejos de todo eso, lo unico que necesitaba, era una motivacion.

    Fue entonces cuando conoci a la profesora de la que te hablaba antes. Enseñaba ingles, y en una clase, me pillo distraido sin prestar demasiada atencion, y me quito unos papeles que estaba escribiendo. Escribia una cancion de Dylan y al acabar la clase me pidio que me quedase. Lejos de echarme bronca, supongo que sintio curiosidad. Me conto cosas que los otros profesores pensaban y como veia ella las cosas. Y me enseño que el mundo es mucho mas que un camino con vallas a los lados. Que el cerco era imaginario y podia salir de el cuando quisiera. Fue la unica persona que realmente se puso a mi lado y trato de comprender mi situacion.

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  11. Me mostro un camino nuevo, y decidi dejar el instituto y sacarme la prueba de acceso a FP. Curse Laboratorio de imagen, y como ya me gustaba la fotografia de antes, fue como una inyeccion de motivacion sin limites. Aprove, hice las practicas, estuve un tiempo trabajando y luego segui estudiando. Actualmente estudio Optica y protetica ocular y este año me he matriculado en Desarrollo de aplicaciones multiplataforma, que es semipresencial y pruedo compaginarlo.

    Siempre he sido autodidacta, pero si no hubiese sido por aquella profesora, quiza, solo quiza, hoy seria un simple caso de fracaso escolar... sin intencion de ponerle remedio.

    Con todo esto vengo a decir, que ya lejos de ser un buen profesor -explicar la materia y que la aprendan- muchas veces es esa humanidad que demostrais algunos la que puede hacer que un chaval pierda sus sueños o abra los ojos y comience a soñar despierto.

    No se que hubiese sido de mi sin aquella profesora, pero desde entonces, he crecido mucho en lo personal, y aunque sigo teniendo buenos profesores, realmente, los que no motivan -los del primer y segundo grupo que comentaba antes- son los que pueden hacer que si un chaval no se siente muy motivado... deje de estarlo completamente.

    Asi que aunque no nos conozcamos, te pido por favor que motives a tus alumnos. Que sepas ver mas alla de lo que hay a simple vista y luches -como cada dia haces- por darles fuerzas a tus alumnos.

    Ojala, de verdad, hubiesen mas profesores, como tu, tuviesen tus inquietudes y sepan -o quieran- afrontar la docencia mas que como un trabajo, como un reto.

    Te aseguro que aunque solo por un chaval al que le transmitas todo eso, habra merecido la pena.

    Espero que tengas un buen curso, y la señra aguirre deje pronto de tocaros los cojones -con perdon-,

    Alberto.

    PD: No me funcionan las tildes!

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  12. Alberto, he publicado tu comentario a tramos. Creo que es suficientemente explícito e interesante para todos los lectores de este blog. Apasionante tu testimonio, apasionante y necesario. Todos necesitamos que alguien crea en nosotros. Hay tantos errores en el juicio de los alumnos que tenemos delante… Me he encontrado en alguna reunión con algún profesor de universidad al que una profesora pronósticó su fracaso y su inutilidad académica. La paradoja es que tiempo después, aquella profesora terminó, sin saberlo, siendo alumna en la universidad del alumno del que había dictaminado su fracaso.

    Soy tremendamente pesimista y a la vez desoladoramente optimista: nadie conoce a nadie, nadie sabe nada de nada. Pero es necesario que alguien crea en nosotros. Esa persona ese lal que necesitamos. Todos.

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  13. Paco Ayala Florenciano9 de septiembre de 2011, 13:58

    "Puedo asentir que así es como yo también lo siento y me siento. Pero ya se sabe que hoy en día tratar de ser feliz con lo que uno hace y en lo que se trabaja es casi un delito por aquello de lo de mal de muchos..."

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  14. Que la Sra. Aguirre se ha equivocado está clarísimo y creo que ya ha rectificado.
    Tengo un hijo profesor en la privada y veo que siempre está "pringao", aunque hayan acabado las clases. Que si corregir, que si preparar, hablar con los padres de los alumnos.... En fin, que de 20 horas nada.
    Yo estoy con vosotros, los profesores de la pública, que teneis "más moral que el Alcoyano", con alumnos difíciles y padres que no entienden nada. Además teneis que luchar contra la Administración y llega un momento que el trabajo se hace muy duro. No puedo entender que todo lo que digo no lo vea todo el mundo tan claro como yo lo veo.
    Os deseo mucha suerte y también mucha salud mental, que ese es otro tema. Muy buena entrada, muy buena.
    Besos Joselu de Lola

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  15. Yo no se las horas que trabaja un profesor, pero lo justo es que sean 40 horas. Tampoco se los días de vacaciones que tiene al año, se las vacaciones que tienen mis tres hijos, verano,Semana Blanca, Semana Santa (en un estado aconfesional tiene su gracia), Navidad (lo mismo), Carnavales, Fiestas Locales, Autonomicas y Nacionales.
    En las reuniones que tenemos todos los años con los profesores al comienzo del curso, EXCLUSIVAMENTE nos llaman para pedirnos la jornada continua, ni una sola propuesta de como mejorar la educación, solo la Jornada Continua, no existe más tema. Yo vendo camiones, soy un ignorante, pero me acuesto muchos días pensando en mi trabajo y me levanto con lo mismo. Estoy de vacaciones y pienso en mi trabajo en muchas ocasiones y en nuevos planteamientos con mis clientes ¿debiera reclamar esto como parte de mi jornada laboral?.
    (Copio y pego)
    En la lista presentada en el informe Pisa, nuestro país se sitúa en comprensión lectora por debajo de países como Grecia, Italia, y Portugal, y muy por debajo de los primeros de la lista: Corea del sur, con 556 puntos, Finlanda, con 536 puntos, Canadá, con 524 y Japón, con 520. Por detrás de España se sitúan Austria, Rusia, Chile, uruguay, México, Colombia, Brasil, Argentina, Panamá y Perú; según el informe, en España el 20 por ciento de alumnos tiene un nivel de comprensión lectora que no garantiza su éxito en sus estudios. En el caso de Andalucía, Baleares y Canarias, el porcentaje asciende a un 25 por ciento. En el nivel 2, con un nivel considerado mínimo para lograr un aprendizaje básico, se halla un 27 por ciento del alumnado sometido a las prueba.

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  16. Teniendo en cuenta los resultados, un poco más de autocritica no estaría de más. Creo que en vuestro colectivo hay bastante gente con el síndrome del funcionario, es decir que piensan que han ganado la oposición y se ha acabado el trabajo.
    Tengo dos hijas gemelas, me dijeron que lo mejor eran situarlas en aulas diferentes, no habia suficiente numero de alumnos y no pudo ser. Sin embargo veo como el profesor las pone juntas en la mesa, un día en abril quedamos para hablar y le pregunto por su sitio en clase y vi que las había puesto juntas, le comento este hecho y me dice que tengo razón, pero ya había pasado casi todo el año lectivo. Muchas carencias de la formación, no tienen que ver con el presupuesto sino con la voluntad de quien ejerce su trabajo.

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  17. " en España el 20 por ciento de alumnos tiene un nivel de comprensión lectora que no garantiza su éxito en sus estudios.". Esto si que debiera preocupar, uno de cada cinco...

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  18. Temujin, he leído con atención tu comentario. Y veo que responde a una cierta consideración del asunto que está muy extendida. No puedo cambiar tu punto de vista ni lo pretendo. Supongo que tienes tus razones para pensar así.

    Estos días va a comenzar el curso. Hoy he estado en un aula en que dentro de tres días habrá treinta y tantos chavales. La temperatura era asfixiante (vivo cerca de Barcelona), las ventanas por diseño de seguridad, mínimas. Si no baja la temperatura, sé lo que pasará en pocos días. La clase será un horno insoportable con treinta chavales dentro que subirán la temperatura. Ello no permite la concentración de ninguna manera y la tensión sube. Quiero decir que el calendario escolar en un país como España está condicionado en buena manera por el clima. En mayo es una tortura estar en clase, y no te cuento en junio. Podríamos extender el calendario a julio, pero te invitaría a venir a ver lo que pasa en esas condiciones con treinta chavales y sus hormonas en estado de explosión.

    En cuanto al informe PISA, tienes toda la razón. La comprensión lectora de los estudiantes españoles es deficiente. No leen, no les gusta leer y no comprenden lo que leen. Sé lo que es enfrentarme cada día a muchachos que se sienten aburridos por los textos por actuales que sean. Cada vez se lee menos. Las razones son complejas. Los padres no dan ejemplo en muchos hogares, no se lee el periódico ni libros.

    Muchos muchachos están malcriados y sus padres no han querido o sabido marcarles límites. Nosotros recibimos ese estado de la situación y los tenemos todos juntos. Hay muchas cosas que les atraen y el estudio, por mucho que nosotros lo intentemos, pues no es su prioridad. Hay excepciones, claro.

    Recibimos el estado de la sociedad. Todos sabemos lo difícil que es un adolescente en ciertos momentos. Y también los profesores sabemos de las dinámicas que se crean cuando están todos juntos.

    Si en las casas se amara más la cultura y este amor se transmitiera a los hijo, tal vez nosotros podríamos actuar con más eficacia. Yo no puedo convencer a un muchacho de que la cultura o el hablar correctamente o sin faltas de ortografía es importante, si en casa no le dan importancia a ello.

    Tal vez la situación es más compleja de lo que ves desde tu razonable punto de vista, pero es fácil formarse estereotipos acerca de los profesores, igual que abundan lo que existen sobre los camioneros. Y estoy seguro de que todos son inexactos o no reflejan la realidad en su complejidad.

    Recibe un cordial saludo de este funcionario que sigue insatisfecho.

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  19. Soy partidario de dar más autoridad a los profesores, por ejemplo, que todos los alumnos se pongan en pie cuando entra el profesor y sustituir el tuteo. Tambien soy partidario de incluir los uniformes en la enseñanza, eso eliminaría muchos problemas. A mis hijos les compro tebeos para inculcarles el habito y en mi casa hay libros en todas las estancias y digo todas.
    Estoy seguro que hay mucha gente con vocación y muy buena, pero lo que se muestra de puertas afuera (por lo menos en el colegio donde asisten mis hijos) es que lo único que les preocupa es la jornada continua.
    Tambien veo algunos comportamientos de los padres vergonzosos, la concesión de todos los caprichos, la dejación de funciones y el pensar que se puede comprar el cariño y el respeto.
    Creo que más trabajo y más autoridad son necesarias en enseñanza y no hablo exclusivamente de cantidad sino de calidad.
    Pero cuando hablas de disciplina es muy corriente asimilar esta palabra a que te llamen fascista y no le veo yo la relación. Tampoco entiendo los deberes en casa cuando ya pasan todo el día en el colegio (me refiero a chicos de siete años)...
    Creo que debemos reflexionar seriamente, sin demagogia, que futuro y que educación debemos transmitir a nuestros hijos.

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  20. Llevo años pidiendo trabajar las 37'5 horas en el Centro de trabajo, de modo que al salir de él no tenga que preparar ni corregir ni ampliar conocimientos ni darle vueltas a lo sucedido durante la jornada laboral. ¡Vengan esas horas, ya! ¡Lo que daría yo por poder acabar mi jornada, llegar a casa y d edicar el tiempo libre a lo que me diese la gana, como cualquier hijo de vecino; lo que daría yo por poder pasarme las tardes de domingo de paseo, en el cine, con los amigos, con mis hijos, o entrenando para mis competiciones... Ahora bien, si eso sucediera ¿qué ocurriría? Sencillaente que el sistema educativo se desmoronaba...
    Dejando de lado lo que la afición coincide con la profesión, lo cierto es que horas "reales" de lo cotidiano: aderezar material, corregir, evaluar, etc. se lleva sus buenas 4 horas diarias. Sumamos a esas 4 las 20 lectivas y las 5 de Guardias, tutoría, reuniones de seminario, reuniones de equipo y docente, etc. y salen... ¡203 horas a la semana!
    Es evidente que los docentes no damos ni golpe a quien se los merecería todos: somos la mar de educados, tanto, que incluso somos aficionados a la pintura de Sara Mago...

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  21. Sin pretender en absoluto dar una coba innecesaria y además que me consta detestas JOSELU, sin duda alguna si hay una profesión devaluada, desprestigiada e infravalorada es vuestra, la docencia. Objetivamente hablando con independencia del rendimiento personal de cada profesor, la estupidez supina de Esperancita ¡¡es sangrante!! veamos...

    Al número de horas en el aula, más el números de horas en claustros, patios, reuniones con padres de alumnos, además la tramitación de expedientes disciplinarios ( que me consta algunos lleváis) e incluso acompañáis a los alumnos en sus viajes, a parte de preparar clases, corregir exámenes y trabajos buuuufff!!! ¿llegan 24 horas?:-) y eso sin contar la preocupación que por descontado personas como tú tenéis por bucear en nuevas experiencias, investigar nuevos modos y maneras de motivarlos, interesarlos y sacarles el máximo jugo a cualquiera de vuestros alumnos...y eso sin contar las y pico mil entradas que le has dedicado a la preocupación por enseñar y a tus alumnos, aquí en tu blog :-)

    Del catastrófico resultado que da el informe PRIESA, la primera pregunta que yo haría, más que arremeter con el número de horas que trabajan los profesores, es ¿quien y con qué criterios elaboran los planes de estudios? ¿quien ha olvidado que en primaria, además de estudiar las partes del parque y si Caponata era una gallina o un pollo, celebrar el día de la castaña, la paloma mensajera y la patria de cada uno, los niños deben aprender a escribir, leer y comprender lo que leen bien?

    Se ha diversificado tantísimo lo que deben aprender, sobre todo los pequeñajos, que al final, menos lo esencial, se les enseña de todo. Cuando en primero de primaria, mi hijo de 5 años ( es de finales de año) sin a apenas saber leer, ni escribir, llegó a casa con 11 libros ¡¡casi me desmayo!! y como eso, podría hacer una lista infinita con la cantidad de absurdeces que desde mi humilde opinión he tenido que vivir a su lado... ahora que va a cumplir 14 años. En su gran mayoría propiciadas por un sistema absurdo, de cara a cubrir ingentes cantidades de papeles, satisfacer expectativas políticas, basadas en puras estadística y burocracia, sin que poco o nada importen las necesidades educativas del alumnado y la carencia de medios del profesorado.

    ¿Cuantas horas trabajáis JOSELU? seguramente bastante más que la gran mayoría de nuestros políticos, eso, sin ninguna duda...

    Venga va JOSELU jajaja ¡¡ni caso!! ... mi madre siempre dice..” a palabras inherentes, tímpanos aletargados y trompas de eustaquio en estado alergético”... pues eso:-)

    Un beso muy grande y sweet dreams que...¡¡mira que horas!!:-)



    PD
    Porsi, yo no soy docente... sólo madre :-)

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  22. Muchas veces siento un remordimiento terrible por la cantidad de horas que dedico al trabajo, yo que tanto he criticado a quienes viven sólo para trabajar. Sin embargo, hay una diferencia entre la adicción al trabajo de un ejecutivo, por ejemplo, que se ve obligado a dar cuentas de su rendimiento o a competir con otros colegas, y la entrega a un oficio que además de la dedicación profesional lleva para muchos de nosotros el aliño de lo sentimental, vocacional, o como quiera llamarse. Muchos de los que tienen aficiones al margen del trabajo aseguran que, si les tocara la lotería, dejarían su trabajo para dedicarse por completo a su afición; creo que tengo la suerte de trabajar en lo que más me gusta, así que es como si me hubiese tocado la lotería y por tanto no puedo medir ni distinguir el tiempo que dedico a ello. Quizá por ello nos duele tanto que atenten contra el oficio...

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  23. La preparación de las clases y, sobre todo, la corrección de los trabajos de los alumnos conllevan horas extras incontables. También es cierto que hay profesores que se "montan" muy bien...

    Sin embargo, intento desconectar al máximo por afán de supervivencia.

    Un abrazo

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  24. He trabajado en la preparación del curso de 8-30 a 14-30; el horario marcaba de 9 a 14.
    No he podido ir a desayunar ningún día.

    Y mientras yo hacía eso he tenido que aguantar a los que nos dan mala fama a los funcionarios:
    llegar casi a las 10, ir a desayunar a las 10,45 hasta las 11.30 o las doce y desaparecer descretamente por la puerta de atrás del cole hacia las 13.15 a 13.30-

    Cada día.

    Ni mi horario (al que nadie me obligaba) ni el de los típicos funcionarios es correcto.

    Son maneras de ver la vida y entender el servicio público, la educación, la vocación...

    Lo malo es que nos ven a todos igual.

    Un abrazo.

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  25. Bien mi querido amigo, aquí me tienes de nuevo, espero que con la rutina del día a día las cosas empiecen a rodar. Yo también empiezo a trabajar, el lunes, para más señas.
    Tu problema, vuestro problema, es que nadie le ha preguntado a doña Espe cuantas horas efectivas trabaja ella, que me da que ella hace bastante menos horas que vosotros.

    Periodista, viajero, profesor...y todo ello sin diferenciar...rompe amigo mío, rompe con algo.

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  26. Chapeau, como siempre, querido Joselu. Qué triste, penoso e injusto es que en estos difíciles tiempos, con la que está cayendo, nuestras autoridades se dediquen a poner a la opinión pública en contra de los maestros y profesores. Ahora toca cargar más las tintas contra Secundaria, pero nadie se libra. Lo más deprimente es que la mayoría de la gente sólo lee los titulares y se queda con la parte más llamativa del mensaje, ya de por sí manipulado. Quienes nos conocen bien saben cómo somos y cómo trabajamos. Ya estoy cansada de tener que justificar mi trabajo ante imbéciles, que les den. En Twitter alguien hizo un comentario chistoso sobre esto. Decía más o menos: "Zapatero no sabe hablar inglés, Rajoy no entiende su propia letra y Aguirre comete faltas de ortografía, ¡y bajan el presupuesto de Educación!" Un profesora de un IES de Madrid ha escrito una larga carta cargada de lucidez e ironía que no tiene desperdicio, a ver si consigo hacértela llegar.
    Nada, querido colega, ladran, luego cabalgamos. Nos espera otro curso lleno de actividad, trabajo, problemas, ilusión, frustraciones... Necesitamos todas nuestras energías para ayudar a nuestros alumnos, no las malgastemos en discusiones frustrantes. Por cierto, casi nadie cuenta que en muchas ocasiones hemos de poner o adelantar nuestro dinero para las clases...
    Y una última observación: estemos directamente ocupados con nuestras clases o no, creo que todo lo que hacemos,leemos,vemos y pensamos acaba teniendo reflejo en el aula porque transmitimos más con el ejemplo y la actitud que con la lecciones a secas. Somos un todo, queramos o no.
    Un fuerte abrazo, y buen comienzo de curso.

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  27. Esta era una de las cuestiones que quería saber de tí.
    En épocas de crisis, donde el trabajo excasea, y los horarios se eternizan, se mira de reojo a vosotros.
    No creo que el horario sea lo mas importante para el desarrollo del trabajo, el trabajo a veces nos ocupa no sólo en el puesto de trabajo, sino que entra en nuestra casa, no doy clase actualmente, pero he dado y sé de la dificultad para captar la atención del alumnado, y el desgaste que provoca, y la frustación.

    He tenido profesores toda mi vida, y los peores son los de la universidad, ajenos a la enseñanza, abandona al universitario, en búscate la vida como yo me la busque....

    Y en una tensión laboral como la que existe, con mas de 4 millones de parados, que se dice rapido, con una precariedad laboral, con sueldos bajos, y horarios eternizados, sorprende que una clase privilegiada como la vuestra, se quiera manifestar en contra por ampliar 2 horas el horario de clases, con vacaciones que no tienen ninguna otra clase laboral.
    Tuve en 3 BUP, un gran profesor de matemáticas, catedrático, y recuerdo el día que dijo "Sé que soy un privilegiado, yo tengo trabajo y además tengo 16 horas semanales" aquella fue una de las personas honestas que conocí.

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  28. Hola, Joselu.

    Me ha encantado el artículo. Ojalá reflexiones como esta llegaran a muchas personas.

    Un abrazo.
    Kikiricabra.

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