... Como una negra araña huye
de una mano
áspera y afligida,
reniego del sentimentalismo
y de la belleza ...
... Porque ya utilizan
el montacargas, si van de copas
a la zona alta de Barcelona,
los grumetes,
rechazo hablar del amor.
... Ismael, sin embargo, persiguió
en el Pequod –aquel navío-
a Moby Dick, atrapado
por la enajenación de un capitán,
delirante y salvaje,
en tardes azules del trópico,
como las dalias tronchadas que hay
en mi mente de errático
obsceno y desnortado,
incapaz de expresar belleza
si no es de un modo quebrado,
sin ritmo ni delicadeza:
vulgar y cargado
de fealdad industrial.
Solo versos desafinados escribo,
sin sutileza de vate tetuaní,
sobre mi niñez,
el espacio prodigioso de mi vida
en que dominé de modo infinito
el arte de sufrir y seguir viviendo
anhelando la muerte,
anhelando la muerte,
y huir a aquella buhardilla
-mágica sí-
-mágica sí-
en que estaba ella y que daba
a un tejado encantado
lleno de chimeneas
lleno de chimeneas
y de gatos grises.
Luego mi incitante historia
es la de un payaso que
va de puerto en puerto
hurtando, como puede,
el aceite de ballena
que serene su pasión de vivir
en un mundo más alto
y más hermoso.
y más hermoso.
¡Qué placer romper límites!
... crear territorios nuevos
de infamia y desasosiego
en que el caos y la vida
aspiran a un orden más profundo
junto a la desolación y el amor,
fronterizos,
fronterizos,
en una jaula de oro,
que tiene la puerta abierta
para que puedan escapar
sus pájaros negros
en días en que la muerte
asoma su silueta bajo la lluvia.
Ahí estoy yo
en la finitud de las esperanzas
y en el comienzo de
las pesquisas para hacerme
funcionario de sueños.