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lunes, 28 de diciembre de 2015

Vladimiro espera de nuevo a Godot


Adorno mis elegías
infames con rosas negras
que van –delicadamente- en el metro  
en la mano de mujeres dormidas,
que sueñan con pájaros grotescos,
perdidos en parajes industriales.
Vladimiro solloza torpemente
en su tumba en el cementerio
de Montparnasse que no va
a ver nadie sino
aventureros que leyeron
en su mocedad solitaria
la llegada imposible de Godot
-que en contra
de  lo que se cree no es dios-
En ese universo de absurdo
y de torpeza, me vi identificado
cuando aún sentía eso
que llamamos deseo,
en tardes en que bebíamos
sin cesar una tras otra VollDamn,
abrazados y tristes
como saltimbanquis borrachos
de tinieblas, que deseaban matar
a sus madres con un cuchillo
afilado por las piedras del río,
que fluye en los sueños
de sicarios y poetas.  
La vida es así,
un lienzo de colores diversos
con que aseamos
nuestros sexos
creyendo que aprendemos
a ser artistas.
No me resigno.
Mi madre ya murió
y yo no la maté.
Se dejó morir en soledad
abandonando para siempre
sus fantasías de haber sido
la amante de un novelista rijoso.
Allí nací yo, en el pecado,
en la cúspide perfecta de la vida,
en el contraste de vicios
insospechados, y allí
aprendí a sobrevivir
en sueños de oscuridad
y audacia que me llevarían
más lejos que las tiernas
caricias maternas
que nos acostumbran
a lo que no será la vida.
Vladimiro habla y habla,
pero lo que dice no tiene sentido:
es un pobre fantasma de la mente
de su creador que ya descansa
en el cementerio -en la quimera-,
esa quimera hacia la que se alza
esta prosa ripiosa llena de rabia
y aspiración de imperfección 
llena de herrumbre
para que los poetas de verdad
nos desprecien 
con sus juicios inapelables.  

13 comentarios :

  1. Sigue Joselu, sigue, hasta vaciarte del todo, hasta la calma absoluta.

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    1. Este ejercicio ha surgido así, sin premeditación y no entiendo su porqué. Solo que está aquí. Son expresión de una psique tormentosa que se sostiene en el aire, lo que no excluye que sea razonablemente feliz, bastante feliz a ratos. Pero eso está ahí. Otros lo afrontan con Chikún o Tai Chi. A mi me atrae el remedo literario, la herejía antipoética, pero repleta de veneno y suciedad. ¿Cómo generar belleza a partir de esto? Es un buen desafío. Gracias por leerme. Sé que no es fácil.

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  2. Madre mía, estas poesías son más liberadoras para ti que mil sesiones junto a un psicólogo sesudo tal y como parece que quiere indicarte emejota. Soltándolo todo de forma liberadora. Desde luego en estos poemas lo que se repite sin falta es la infancia y la relación más que nociva de padre y madre. Desde luego es algo que no está curado dentro de ti y de lo que creo que no escaparas nunca. Porque es un tema recurrente que vuelve una y otra vez. Si te tengo que ser sincero, a nivel poético (desde mi reconocimiento de que es un género en el que no entro y del que no entiendo) no me gustan tus poesías. En la balanza entre la mezcla de maldad y belleza, predomina demasiado la maldad y la belleza queda claramente en segundo término. Si la maldad fuese más sutil, quizás. Por otro lado la parte culta de tus poesías, la que entiendo que requiere de nivel literario (como en este caso Vladimiro que supongo que será una referencia literaria pero se me escapa), hacen que que se me haga más difícil el conjunto. En ese sentido serían poesías para un lector de nivel literario alto. Sin embargo, como libro abierto para conocer al autor y sus motivaciones desde luego esta poesías son únicas y si que tienen mucho valor. Como creo que han detectado claramente tus lectores.

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    1. Tienes razón, José Antonio, ¿a quién van a gustar estos textos? Son puro cieno mental, son feos, inspirados en memorias dolorosas, en realidades ásperas y brutales. Les falta sutileza, es una idea interesante la que planteas. Y tienes razón. Sin embargo, vuelvo a David Nebreda, ¿a quién van a gustar esas fotos espantosamente desagradables? No son hermosas en sí mismas. No buscan la belleza. Tal vez es su forma de expresar la belleza. Tenemos que acudir para comprender ciertos textos o fotografías a la experiencia que denotan, que es visiblemente tosca, en estado puro, sin embellecimiento. Tal vez porque no es posible. En este momento estos textos (que no poemas) son puro desecho industrial. Feos, catárticos, vengativos, contrarios a toda idea bondadosa que conforma la psique social. ¿Qué hay más tierno que una madre? ¿Qué han que se recuerde con más afecto que una madre? ¿Cómo me permito ese asalto a lo que es algo intocable? No pretendo suscitar rechazo sino que se atienda a la experiencia que alumbra que es, como bien habéis supuesto, liberadora, psicoanalítica, tormentosa, brutalmente sucia. Fea. Su falta de ritmo es indicativo de su falta de armonía interior.

      Hay una obra teatral que se llama "Esperando a Godot". La leí cuando tenía 19 años con una fascinación abrasadora. No he olvidado esta lectura. El autor es Samuel Beckett, irlandés y bebedor de whisky, caminante, y representativo del teatro llamado del absurdo. En esta obra hay dos personajes a modo de clowns que se encuentran en un paisaje desolado con un árbol. Son Vladimiro y Estragón. No saben qué están haciendo allí, hablan y hablan sin mucho sentido. Lo único que saben es que están esperando quizás a Godot. No sabemos quién es Godot, ni lo sabremos, solo que están esperándolo. Los diálogos aluden al vacío existencial al absurdo de la vida aunque no están exentos de humor sutil. Al final del primer acto (tiene dos) llega un mensajero que les dice que Godot no viene hoy, que tal vez mañana. El segundo acto es una repetición muy similar al primero y acaba del mismo modo. Godot no viene hoy, vendrá tal vez mañana. Su estreno en París levantó entusiasmos y polémicas muy fuertes. Fue en 1953, si no recuerdo mal. Es una obra capital del teatro moderno. Otros la consideran totalmente absurda y aburrida.

      El verano que estuve en París hace dos años estuve en el cementerio de Montparnasse donde está la tumba de Samuel Beckett. Muy cerca de la de Cortázar.

      Muchas gracias por tu aportación que me libera en parte de la culpa que siento por publicar estos desechos mentales.

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    2. Gracias por el enriquecimiento que aporta tu apunte teatral implícito en tu poesía. De teatro tampoco soy entendido, como de otras tantas cosas. Por cierto, de tu poema de hoy me hizo gracias otra cosa. Que en tu juventud también bebieses VollDamn como yo. Era mi cerveza preferida. Tengo y tenía muy poco aguante, con una me quedaba ya un tanto chispeado, y con dos ya se me empezaba a ir la olla. En todo caso, estas poesías son un ejercicio muy valiente, tienen mucho mérito en ese sentido.

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    3. Son un proceso de alcance enigmático. Voy descubriendo a medida que pasan los días, aspectos que no tienen que ver con el modo en que comencé. El siguiente poema (?) será muy diferente. Es algo que está en ebullición, en fase de formación. Es como la fotografía. Solo se aprende haciéndola y escuchando las opiniones de los que la leen que te juzgan críticamente. Es supervalioso ese no me gusta que me has dejado, pero a la vez aprecias otras cosas en ellas. Sin riesgo no existe nada valioso. Atreverme a dar en público el proceso de formación de un libro es muy arriesgado. Se corre el peligro de crear verdaderas torpezas sin rescate. Pero estoy muy contento del proceso.

      Sí, bebía VollDamm y caían cada tarde cuatro por cabeza, era algo que me encantaba. Las comprábamos de ocho en ocho.

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  3. "Bioartegrafía" he bautizado el texto para publicitarlo en Gorjeolandia. Y aunque solo me guste a mí, lo doy por bueno. De la serie con que se nos e(s)pa(n)ta desde hace varias entregas, el de hoy sobresale por méritos propios y verdadera autobiografía directa al estomago del lector. Renuncio a enumerar las fuentes, los ecos y las precuelas de esta versión de la confesión íntima, y me quedo con el ritmo de sucesion brutal de crochets que desfiguran la placidez estética...

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    1. Tu comentario me emociona y estimula en un proceso de alcance difícil de precisar. Me he dado que cada día de estas vacaciones -todavía para mí- voy a publicar uno. Requiere de muy alta concentración e innumerables revisiones -aunque apresuradas- y me servirán de materia prima para un libro que se llamara Poemas del cieno o algo así. Todo lo tendré que revisar. Tu opinión y la de todos los que me aportan algo desde su perspectiva de lector me es muy valioso porque alumbra mi búsqueda que ha surgido de modo inesperado. No tenía ni idea de que iba a hacer eso. Todo empezó con un poema dedicado a la Navidad y eso abrió puertas que no esperaba. ¿Adónde llegaré? No lo sé, no tengo ni idea. Es una aventura y a mí me gustan las aventuras de todo tipo, las estéticas y las otras. Tengo capacidad de aprender. Muchas gracias por tu visión. No sé qué es Gorjeolandia. ¿Una página poética?

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    2. Gorjeolandia es Twitter..., a mi estilo, claro..., digo oscuro...

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  4. Has condensado en cuatro palabras tus más profundos sentimientos. Y en ellos surge como un poderoso leimotiv la madre. El concepto maternal es muy común en todos los seres humanos. Un ser que nos dio la vida y nos aseguró la muerte. Un final que llegará cuando tenga que llegar, pero que estará precedido de una vida donde la felicidad habrá sido el mayor de los anhelos. Y tal vez en la cuna, que como dijo el poeta empieza a ser sepultura, el recién nacido haga sus primeros planes para ser feliz en los próximos minutos...
    Me ha gustado tu entrada Joselu.

    Un fuerte abrazo.

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    1. El conflicto con mi madre es de naturaleza muy profunda. Algún día escribiré algo sobre mis primeros años de vida,solo hasta lo seis años, la etapa más significativa de mi vida. Me atrae la literatura autobiográfica, la autoficción. Sin duda la madre ocupa un lugar cenital. Para bien o para mal. Cada uno ha tenido su experiencia. Pero, aunque sea para mal, se alumbra una experiencia que sirve para después.

      Un fuerte abrazo.

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  5. Profundo e inapelable, valga el razonamiento, como está demostrado que los poetas farsantes aprecian.

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    1. Lo malo -es una forma de hablar- es que releo mis poemas y me siguen gustando, aunque los hubiera olvidado. Acabo de enviar un relato de horror corto (una página) a un concurso de cuentos de horror en Soria y que se fallará en octubre. Pienso que el cuento es sintético y muy bueno. Ayer di forma a otro más largo que se llama La cucaracha, pero todavía he de profundizar en él. El problema es que probablemente se pueden hallar ecos de La metamorfosis de Kafka, aunque es muy diferente. En el protagonista su dimensión de cucaracha y su vida nocturna en los nidos le lleva a sentir una calidez y humedad que le gusta. Para escribirlo, he buscado información sobre la vida secreta de las cucarachas y ciertamente hay elementos interesantes como su vida democrática frente a la jerarquía de las hormigas o las abejas, mucho más populares que esos insectos oscuros que tanta aversión nos producen.

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